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Prohibido participar con demoniosLa Atalaya 1951 | 1 de marzo
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su carne permanecen en unión con él y él en unión con ellos. Esto significa que son hechos miembros de su cuerpo, siendo bautizados en su clase de muerte. La comida de Jesús era hacer la voluntad de su Padre, y ellos comen la carne de Jesús por medio de hacer la voluntad de Dios juntamente con Jesús y terminando esa voluntad como lo hizo él. (Juan 4:34) A menos que sus discípulos sigan este curso, ellos no tienen vida en sí. “Vida en sí” no significa necesariamente la vida inherente o la inmortalidad en los cielos, sino que tiene un significado parecido al que mencionó Jesús cuando dijo: “La hora viene, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios y los que han prestado atención vivirán. Porque así como el Padre tiene en sí mismo el don de la vida, así ha concedido que el Hijo tenga en sí mismo el don de la vida.” (Juan 5:25, 26, NM; Knox) Por eso el tener los miembros del cuerpo del Cristo ‘vida en sí mismos’ significa que participan con Jesús en el privilegio de dispensar los beneficios de la vida sacrificada de Jesús a la humanidad obediente durante los mil años de su reino. Ellos llegarán a ser su novia celestial, “la esposa del Cordero.” Cómo tales ellos servirán como madre a los hijos terrenales del “Padre del siglo eterno; Príncipe de Paz”, Jesucristo. (Apo. 19:7-9; 21:9, 10; Isa. 9:6) De modo que los de la “manada pequeña”, la clase de la “novia”, son exclusivamente los que beben la sangre del Hijo del hombre y que también comen su carne. No obstante, en Juan 6:25-58 Jesús no estaba discutiendo la cena Memorial con aquellos judíos, muchos de los cuales lo abandonaron.
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Participando de una manera dignaLa Atalaya 1951 | 1 de marzo
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Participando de una manera digna
1. En 1 Corintios ¿qué discute Pablo acerca del asunto del Memorial?
CUANDO se refirió al Memorial o a la cena del Señor en su primera carta a los corintios, el apóstol Pablo estaba discutiendo, no el asunto en cuanto a quiénes deben de participar de los emblemas, sino lo que significaban los emblemas y cómo participar de ellos merecidamente o de una manera digna.
2. ¿En qué sentido no estaban esos corintios celebrando el Memorial conformemente, de una manera digna ni para su propio bien?
2 En el mismo principio de su carta él explicó que existían sectas y divisiones religiosas entre ellos, y preguntó, “¿Existe Cristo dividido?” Había entre ellos celos y contiendas, de modo que no eran espirituales, sino carnales, y se estaban portando como hombres mundanos. (1 Cor. 1:11-13; 3:1-4, NM) Esto no les convenía a los que participaban de los emblemas del Memorial, porque el pan simbolizaba la unidad del cuerpo de Cristo. Tampoco podían ellos idolatrar a los guías religiosos y decir, “Yo pertenezco a éste, o, a aquél,” ni podían ellos idolatrarse a sí mismos mediante la codicia, ni podían cometer ninguna otra clase de idolatría porque eso sería demonolatría. De manera que los que así participaban en la “mesa de demonios” no podían correctamente participar en la “mesa de Jehová” en la cena del Señor. En aquel entonces, también, algunos estaban trayendo sus propias cenas o comidas vespertinas al lugar donde se reunía la congregación. Ellos allí celebraban una comida social inmediatamente antes de la cena o comida vespertina del Señor, comiendo en exceso y llegando a tal condición que no podían apreciar correctamente el significado de la cena del Señor. Además, ellos ignoraban a algunos en su comida social y los dejaban padecer hambre, de modo que algunos podían haber deseado con vehemencia la cena del Señor con la mira principal de conseguir un poco de alimento. Todo esto estaba dando por resultado que no se estaba celebrando el Memorial de una manera digna y para el propio bien de ellos.—1 Cor. 11:17-22.
3, 4. ¿Cómo pueden los participantes llegar a ser culpables con respecto al cuerpo y la sangre del Señor?
3 Por esto después de explicar las instrucciones que él había recibido del Señor concernientes a la cena del Señor, Pablo siguió diciendo: “Porque cuantas veces comen este pan y beben esta copa, siguen proclamando la muerte del Señor, hasta que él venga. Por consecuencia, cualquiera que come este pan y bebe esta copa del Señor indignamente será culpable con respecto al cuerpo y la sangre del Señor. Que uno primeramente se apruebe a sí mismo después de un escrutinio, y así que coma del pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe, come y bebe juicio contra sí mismo si no discierne el cuerpo. Por eso es que muchos entre ustedes están débiles y enfermizos y no pocos están durmiendo en muerte. Pero si discerniéramos lo que somos nosotros mismos, no seríamos juzgados. Sin embargo, cuando somos juzgados, somos disciplinados por Jehová, para que no seamos condenados con el mundo. Por consecuencia, mis hermanos, cuando se juntan para comerla, esperen los unos a los otros. Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, para que no se junten para juicio.”—1 Cor. 11:26-34, NM.
4 Por esto cualquiera que participa de los emblemas del Memorial cuando está en condición indigna y participa de una manera indigna por falta de aprecio se hace culpable con respecto al cuerpo y la sangre del Señor. Todos los participantes deben sentir profundamente su unidad con la Cabeza Jesucristo al hacer la voluntad de Dios. Hay que acordarnos de él como el principal con quien tenemos que estar en unión y es menester no crear divisiones entre nosotros para así destruir la unidad del cuerpo. Es la sangre de Jesús la que da validez al nuevo pacto, y es menester no actuar para con esa sangre como si fuera una cosa común, pecando voluntariamente mediante el sectarismo, idolatría, avaricia y las obras de la carne. Debido a ese pacto somos un pueblo para el nombre de Jehová, y debemos dar honra a ese nombre con nuestras vidas. Cristo Jesús, que proveyó su sangre para el nuevo pacto, murió en vindicación del nombre y soberanía universal de Jehová. Nosotros debemos copiarlo en cuanto a la clase de muerte que él sufrió, llegando a estar “unidos con él en la semejanza de su muerte” para que seamos “unidos con él también en la semejanza de su resurrección”. De modo que tenemos que mantenernos libres de culpa en cuanto a estas cosas vitales, no portándonos como hipócritas en el Memorial o cena del Señor.
5. ¿Cómo debemos tratar de participar merecidamente?
5 Para participar de los emblemas merecidamente tenemos que abandonar dichas prácticas culpables, porque no armonizan con el ser nosotros miembros del cuerpo de Cristo y con nuestra participación del pan y vino del Memorial. Debemos de escudriñarnos a nosotros mismos con respecto a estas cosas, buscar el perdón de Dios por cualquier mal comportamiento, y luego determinar que seguiremos la conducta apropiada y debemos aprobarnos a nosotros mismos según las normas de Dios antes de participar. De otro modo comeremos y beberemos juicio divino contra nosotros mismos, y eso resultará en ser disciplinados.
6. Para evitar la disciplina, ¿qué tienen que discernir los participantes? ¿De qué manera?
6 Eso le sucederá a una persona “si no discierne el cuerpo”, dice Pablo. (1 Cor. 11:29, NM) Esto se refiere al cuerpo unificado del Cristo. La traducción de Móffatt nos indica esto, porque aquí su traducción escribe la palabra Cuerpo con mayúscula, así como lo hace cuando dice que los cristianos son “bautizados en un solo Cuerpo” y que son el “Cuerpo de Cristo”. La traducción de Móffatt dice: “Porque el que come y bebe sin entender el debido sentido del Cuerpo, come y bebe para su propia condenación.” (1 Cor. 11:29; 12:13, 27, Mo) Los participantes del Memorial tienen que tener presente claramente que son del “cuerpo de Cristo”, simbolizado por el solo pan, y por consiguiente tienen que mantener la unidad como “un solo cuerpo”. Es menester que entendamos el “debido sentido del Cuerpo”, sintiendo nuestra unidad personal con la Cabeza Jesucristo. De otro modo llegaremos a estar “débiles y enfermizos” espiritualmente y quizá hasta “durmiendo en muerte”, como estaban muchos de los corintios en aquel entonces. Debido a eso, Jehová Dios tuvo que disciplinarlos por medio de su organización teocrática representada por el apóstol Pablo, para que no fueran condenados con el mundo y destruídos como le sucederá a éste en breve. Para estar fuertes, saludables y vivos espiritualmente para con la organización de Dios y su trabajo, tenemos que respetar, entre otras cosas, lo que significa el Memorial.
TIEMPO Y ORDEN DE LA CELEBRACIÓN
7. ¿En qué día de qué mes celebramos el Memorial? ¿Por qué?
7 Por eso, con el debido respeto para la cena del Señor nosotros examinamos el tiempo y el orden para su celebración. Copiando a Jesús en cuanto al tiempo en que estableció el Memorial, lo celebramos una vez al año, el día 14 de nisán, siendo nisán el primer mes del calendario para el pueblo pactado de Jehová de acuerdo con su decreto en Éxodo 12:1-6. Este era el día de la pascua, porque inmediatamente después de observar la pascua judía como un judío “bajo ley” Jesús introdujo el Memorial a sus once fieles apóstoles. Por decreto de Dios, la pascua se celebraba una vez al año, en el día aniversario de la primera pascua celebrada por los judíos en Egipto precisamente antes de marchar fuera de esa “casa de servidumbre”. En este día pascual Jesús murió en la estaca de tormento en el Calvario, no solamente como la gran pascua, el “Cordero de Dios”, sino también como el Heredero del reino de Dios que vindicará la soberanía de Dios sobre toda la creación. Entonces, para seguir “proclamando la muerte del Señor, hasta que él venga”, nosotros la celebramos apropiadamente sólo en su fecha aniversaria, el 14 de nisán.
8. ¿A qué hora del día debe observarse? ¿Cuándo será este año?
8 ¿A qué hora del día debe observarse? Después de la puesta del sol, o después de las 6 p.m., tiempo normal, porque entre el antiguo pueblo pactado de Jehová cada día nuevo comenzaba a esa hora y se extendía a través de la medianoche y durante el siguiente período de luz y hasta la puesta del sol. De modo que el Memorial tiene que observarse la noche del 14 de nisán. Pablo dice que era “la noche que iba a ser entregado” cuando Jesús tomó los emblemas del Memorial y los pasó a sus apóstoles. (1 Cor. 11:23, NM) El mismo nombre, “la cena del Señor,” o la comida vespertina del Señor, manifiesta que fué una celebración nocturna. También el hecho de que Pablo les dice a los corintios, “Cada uno toma su propia cena de antemano,” prueba que esos cristianos del primer siglo la celebraban de noche, y no por la mañana después que cada uno se había desayunado ni por la tarde después de tomar el almuerzo o comida del mediodía. (1 Cor. 11:20, 21, NM) Por consiguiente, el tiempo correcto para observar la cena del Señor en 1951 es después de la puesta del sol o después de las 6 p.m., el viernes, 23 de marzo, porque este año el 14 de nisán principia a ese tiempo.
9. ¿Qué representa la cualidad ázimo del pan? ¿Cómo manifiesta esto 1 Corintios 5:7-11?
9 El pan que Jesús partió era sin levadura,
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