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Una relación estrecha y preciadaLa Atalaya 1962 | 1 de agosto
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uno, para que el mundo tenga conocimiento de que tú me enviaste y que tú les has amado así como me has amado a mí.”—Juan 17:20-26.
25. ¿Dónde y cómo describió Pablo el ministerio del nuevo pacto, y cómo confirmó Pedro esto?
25 En el resumen que acabamos de hacer, hay uno o dos puntos, que no se han discutido previamente, sobre los cuales deseamos hacer unos cuantos comentarios. Primero, con respecto al ministerio del nuevo pacto, Pablo se explaya en esto en 2 Corintios 3:4–4:6, mostrando que su gloria aventaja por mucho a la del pacto de la ley. Él dice que “nosotros [los cristianos] . . . reflejamos como espejos la gloria de Jehová,” primero ‘nuestro propio corazón estando iluminado con el glorioso conocimiento de Dios por el rostro de Cristo,’ y luego, al predicar las buenas nuevas, reflejando esa luz y “haciendo manifiesta la verdad” a otros. Cierto, las “otras ovejas” del Señor, en virtud de la asociación estrecha con el resto de la manada pequeña todavía en la Tierra, participan en este mismo ministerio, mas la previa carga o responsabilidad descansa en los que están en el nuevo pacto, el Israel espiritual, descrito por Pedro como “‘una nación santa, un pueblo para posesión especial, para que declaren en público las excelencias’ del que los llamó de la oscuridad a su luz maravillosa.”—Juan 10:16; 1 Ped. 2:9.
26. (a) ¿Cómo se aplica el mérito del rescate de manera especial a favor del Israel espiritual? (b) ¿Qué distinción se demuestra así con respecto a las “otras ovejas”?
26 Otra vez, es importante recordar que el mérito del sacrificio de Cristo, aplicado a favor de los que llegan a ser israelitas espirituales, que resulta en que sean justificados o sean declarados justos por Dios mientras están en la carne, tiene un propósito especial. Es la voluntad divina que éstos sean sacrificados con Cristo, lo cual no podría tener lugar aceptablemente a menos que primero estuvieran justificados. Entonces son engendrados por Dios como sus hijos espirituales con una nueva esperanza de vida celestial. Esto se efectúa por la operación del espíritu de Dios, el cual también los unge o les da reconocimiento legal como miembros del cuerpo, o la congregación, del cual Cristo es la Cabeza. Aquí, también, vemos una clara distinción en cuanto a las “otras ovejas.” Pueden sufrir y aun entregar su vida al ponerse de parte del reino de Dios, mas no sacrifican su esperanza de vida en la Tierra en el paraíso restaurado. El espíritu de Dios opera a favor de ellos para sostenerlos y equiparlos en su participación en el servicio del Reino y en la conducta correcta, mas eso no aviva dentro de ellos la esperanza de una resurrección celestial.—Rom. 5:1, 2; 8:15-17; Col. 1:18.
27. (a) ¿Por qué deberían asistir a la cena del Señor todos los de disposición de oveja? (b) ¿Qué verdades vitales se recalcan entonces para provecho de todos?
27 Habiendo repasado brevemente los beneficios maravillosos recibidos y los beneficios compartidos por los que están en el nuevo pacto, también la relación estrecha y preciada en la cual entran, podemos apreciar más plenamente cuan maravilloso privilegio tienen, además de una gran responsabilidad. Las “otras ovejas” también deberían aprender con respecto a estas verdades importantes, que forman una parte vital del propósito de Dios, aunque no puedan entrar en ellas en el sentido de experimentarlas ellos mismos. Verdaderamente, entonces, la reunión anual en que se incorpora la cena del Señor de veras es singular. Todas las personas que sinceramente se interesan en ella son bienvenidas y deberían esforzarse por asistir. Tal reunión es una expresión de adoración verdadera, porque puede decirse que todos los presentes asisten a la “mesa de Jehová,” en un sentido simbólico, aunque solo participan de los emblemas de pan sin levadura y el vino los que tienen el testimonio del espíritu de Dios de que ellos son sus hijos espirituales, ‘herederos de Dios y coherederos con Cristo.’ Mas al escuchar lo que se dice esa noche todos comprenden otra vez la importancia de servir a Jehová en los intereses de su reino con el espíritu de adoración indivisa y exclusiva, la importancia de mantenerse limpios de cualquier derrotero que los identificara como estando sirviendo a la “mesa de los demonios,” y la importancia de mantenerse en unidad estrecha con la sociedad del nuevo mundo de testigos dedicados de Jehová, porque éste es el tiempo en que Jehová ha congregado a todas las ovejas “en unidad . . . cual manada en el aprisco.”—Miq. 2:12; Juan 10:16.
28. ¿Qué cumplimiento tuvo el Salmo 116 con respecto a Jesús, y cómo aplica a todos los que están en el nuevo pacto?
28 Sin embargo, los que saben que la esperanza celestial es suya y que tienen el testimonio del espíritu como se acaba de mencionar, deberían participar de los emblemas, pero teniendo cuidado de hacerlo dignamente, “después de un escrutinio.” Estos hijos espirituales deben recordar bien todo lo que está envuelto para mantener su unidad preciada y estrecha unos con otros, con su Señor y Cabeza y, sobre todo, con Jehová. Apreciando todo lo que han recibido de sus manos, su oración debería ser igual a la de Jesús, como la conocemos de cierto salmo profético: “¿Qué le pagaré de vuelta a Jehová por todos sus beneficios para mí?” La determinación inmutable de ellos igualmente debe ser igual a la de él, como se expresa en ese mismo salmo: “A ti [Jehová] ofreceré el sacrificio de agradecimiento, y el nombre de Jehová invocaré. Mis votos pagaré a Jehová.” Fielmente cumpliendo su derrotero sacrificatorio, ‘probándose fieles aun hasta la muerte,’ ellos son sostenidos por la gloriosa promesa de Jesús: “Te daré la corona de la vida.” ¡Qué confortación y qué fuerte seguridad debe haberle dado a Jesús en su hora de necesidad, igualmente a los que siguen el mismo derrotero sacrificatorio, leer la palabra que Jehová hizo que fuera registrada hace tanto tiempo para provecho de ellos: “Preciada a los ojos de Jehová es la muerte de sus leales”!—1 Cor. 11:28; Apo. Rev. 2:10; Sal. 116:12-19.
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Iglesias “egocéntricas”La Atalaya 1962 | 1 de agosto
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Iglesias “egocéntricas”
En el libro Saints on Main Street, Pedro Day, editor de la revista Living Church, declara que la iglesia de vecindad típica es “egocéntrica.” Dice que los clérigos se concentran en “trabajo de iglesia” en vez de “la obra de la iglesia” en el mundo de afuera. Asegurando que muchas iglesias piensan poco en servir a otros, escribe: “Esto es un gran período de prosperidad en la vida de las parroquias. La mayoría está creciendo según todo índice de éxito. Aumenta su número de miembros, la Escuela Dominical está llena hasta reventar, se están pagando las deudas viejas, fácilmente se entra en nuevas deudas para nuevos y ambiciosos proyectos de construcción, hombres y mujeres están activos en los grupos de las parroquias, aumentan las contribuciones financieras, y la gente está orando, estudiando y trabajando con mayor vigor que en cualquier tiempo antes. Hay, sin embargo, una curiosa cualidad de introverso en todo el asunto. Típicamente, la parroquia no mide su progreso según las normas de su servicio a la comunidad y al mundo, sino según las normas de su propio tamaño y su vigor financiero. De manera similar, no mide la utilidad de sus miembros por su servicio a la humanidad sino por su servicio a la parroquia misma.”
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