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Probándose fiel en asuntos pequeñosLa Atalaya 1964 | 15 de diciembre
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cambio de tema, pero se necesita que alguien lo haga. Si un pequeño timón puede dirigir una nave grande y mantenerla navegando en aguas seguras, una lengua pequeña puede dirigir la conversación. (Sant. 3:4) Realmente es una cosa grande, porque si uno critica a una persona que sirve a Dios pronto estará quejándose acerca del puesto que Dios ha establecido para que se efectúe algo.—Sant. 5:9.
15. (a) Si escuchamos, ¿qué puede hacer para nosotros el habla de otros? (b) ¿Se recomienda el escuchar?
15 El hablar puede ser muy refrescante y muy interesante. Revela las cosas interesantes que han sucedido a otras personas. Da a saber conocimiento de algún tema en el cual quizás estén muy capacitadas. Revela aprecio a la verdad. Nos dice cuán maravilloso proveedor es Jehová al cuidar a todas estas personas al contar ellas sus experiencias. De modo que sacaremos provecho si somos buenos oyentes. Pero algunas personas nunca quieren hacer eso; prefieren seguir hablando hasta que aun los inmaturos desean que se callen. El escuchar es muy importante para un ministro de Dios, y Proverbios 1:5 aclara esto: “La persona sabia oirá y adquirirá más instrucción, y el hombre entendido es el que adquiere dirección diestra.” Si usted quiere ser oído cuando habla, entonces escuche a otros cuando hablan.
16. ¿Cómo ilustra el reloj una manera práctica de considerar el encargarse de muchos asuntos pequeños?
16 El probarse fieles en asuntos pequeños se puede ilustrar muy bien por un reloj. Sea pequeño o grande, muy caro con chapa de oro o solo un reloj sencillo y barato, todos hacen una sola cosa, una cosa muy pequeña. Miden el tiempo en fracciones menudas, segundos. El reloj hace el tremendo trabajo de llevar el tiempo exactamente e informarlo día o noche, todo el año, en pedacitos a la vez. No hay preocupaciones acerca de la semana siguiente o el mes siguiente, solo el segundo inmediato. Cuando ha registrado e informado el segundo, se mueve al siguiente. Quizás no seamos tan mecánicos como un reloj, pero muchas veces cada día tenemos la responsabilidad y privilegio de ser fieles a Jehová y a su organización en asuntos pequeños. Si nos encargamos de cada uno a medida que viene y cada día lo hacemos mejor, usando los principios de la Palabra de Dios como herramientas, estos asuntos pronto se manejan fácilmente y podemos proseguir a asuntos más grandes y a más bendiciones de parte de Jehová Dios.
17. (a) ¿Cómo se exhorta a las familias de testigos de Jehová, particularmente en comunidades pequeñas, a encargarse de estos asuntos pequeños? (b) ¿Cómo puede afectar esto a la obra del Reino?
17 Otro ejemplo es el de la única familia de testigos de Jehová en una comunidad. Predican a los habitantes de la localidad. Trabajan para o con muchas de estas personas. Sus hijos van a la escuela pública con los otros niños. La entera comunidad los observa venir e ir en su actividad cristiana, cómo viven juntos como familia, cómo dan entrenamiento o educación a los hijos, y su posición y actitud sobre puntos en cuestión en el vecindario. Escuchan su habla. Todo movimiento y detalle de su vida parece venir a estar bajo un examen microscópico y suministra material para muchas discusiones por todos lados en la población. Y eso no solo es por unos cuantos días, sino por años. Muchas personas, después de observar a los testigos de Jehová por años, han llegado a la conclusión de que la Biblia es verdadera y que los principios de Dios que se hallan en ella son prácticos y factibles para nuestro día, y como resultado llegan a ser testigos de Jehová. Uno tiene que admirar la fidelidad continua en estos asuntos pequeños día tras día por estas familias que sirven a Jehová en muchas partes de la Tierra. Es como la familia de Noé que construyó la nave semejante a barco bajo la dirección de Dios y fue observada por la entera localidad por todas partes.—Génesis, capítulos 6, 7.
18. ¿Qué seguridad y ayuda obtenemos de la Biblia sobre este asunto?
18 No hay causa para pánico, porque no estamos tratando de agradar al hombre; más bien, agradamos a Dios, como se recalca en Gálatas 1:10: “¿Es, de hecho, a hombres que ahora estoy tratando de persuadir, o a Dios? ¿O estoy procurando agradar a hombres? Si todavía estuviese agradando a hombres, no sería esclavo de Cristo.” Y otra vez, en 1 Tesalonicenses 2:4: “Así como hemos sido probados y reconocidos por Dios como aptos para tener encomendadas a nosotros las buenas nuevas, así hablamos, como agradando, no a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones.” No hay causa para alarma, porque Dios mediante su Palabra, la Biblia, ha suministrado los principios que han de usarse para manejar cada día estos asuntos pequeños. “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que el hombre de Dios sea enteramente competente, completamente equipado para toda buena obra.”—2 Tim. 3:16, 17.
19. (a) ¿Qué haría usted para aumentar la felicidad? (b) ¿Son de poca o ninguna importancia los asuntos pequeños? ¿Por qué contesta usted así?
19 Con este punto de vista de nuestro servicio a Dios, tenemos dentro de nuestro alcance la oportunidad de aumentar nuestra felicidad. Si usted asistió a una reunión de congregación por semana durante el año pasado y usted hace arreglos en su vida para asistir a dos reuniones a la semana este año, usted duplicará su felicidad. Si usted tuvo el privilegio de participar seis horas al mes en el servicio y ahora puede dedicar siete horas y media, usted estará agregando 25 por ciento a su felicidad. Ahora bien, si usted se esfuerza por responsabilidad y es nombrado siervo en la congregación, usted estará multiplicando su felicidad muchas veces. Piense en cuántas veces al día usted tiene el privilegio de hacer decisiones a favor de la voluntad de Jehová. Cosas pequeñas, sí, algunas tan pequeñas que pasan inadvertidas o que son fácilmente pasadas por alto; no obstante, se hallan allí. Cultive el hábito de hacer estas decisiones en armonía con la Palabra de Dios; no es posible que calcule usted el aumento de felicidad que está disponible para usted. Y entonces, corónelo con esta promesa: “La bendición de Jehová—eso es lo que enriquece, y él no añade dolor con ella.”—Pro. 10:22.
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Índice de textos bíblicos explicados, 1964La Atalaya 1964 | 15 de diciembre
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Índice de textos bíblicos explicados, 1964
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