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Cómo la Biblia usa la palabra leyLa Atalaya 1958 | 15 de octubre
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Mandamientos. “El [Dios] bondadosamente nos perdonó todas nuestras transgresiones y borró el documento manuscrito contra nosotros que consistía en decretos y que estaba en oposición a nosotros, y Él lo ha quitado del camino clavándolo al madero de tormento.” De modo que los cristianos hoy en día no se hallan bajo este antiguo campo de ley divina que ha sido terminado, aunque éste también contiene un tesoro de tipos y principios proféticos que deben aplicarse a la sociedad del nuevo mundo que está en proceso de desarrollo desde 1919.—Col. 2:13, 14; Rom. 7:4.
(4) Desde 33 d. de J.C. los israelitas espirituales, cristianos ungidos, se han sometido voluntariamente como “inferiores” o esclavos bajo un nuevo campo de ley auspiciado por Jehová y que se conoce como el nuevo pacto hecho por medio de Jesucristo. “Porque si ese primer pacto [de ley mosaica] hubiese sido sin falta, no se habría buscado lugar para un segundo [el nuevo pacto]; ‘Porque éste es el pacto que yo pactaré con la casa [espiritual] de Israel después de aquellos días,’ dice Jehová: ‘Yo pondré mis leyes en sus mentes, y sobre sus corazones las escribiré, y yo seré un Dios para con ellos y ellos serán un pueblo para conmigo.’”—Heb. 8:7, 10.
Por lo tanto desde el tiempo de Jesús hasta la actualidad la sociedad de testigos de Jehová se ha desarrollado y ha funcionado dentro del esqueleto legal del sistema cristiano de cosas edificado por las reglas y los mandamientos pronunciados a través del Noé Mayor, el Moisés Mayor, Cristo Jesús, y sus apóstoles inspirados. Las “otras ovejas,” compañeros de los cristianos ungidos, también se conforman amorosa y voluntariamente como “inferiores” bajo este campo de regulaciones cristianas divinamente provisto porque vienen a ser parte de la “una sola manada.”—Juan 10:16.
LEY DEL PECADO, LEY DE LA MENTE
(5) Aparte del supradicho campo de la ley de Dios, Pablo se refiere a otro campo de ley bajo el cual los cristianos se hallan sujetos, aunque esta vez involuntariamente. “Así que, pues, con la mente yo mismo soy esclavo [inferior] a la ley de Dios [revelada por medio del nuevo pacto], pero con la carne a la ley del pecado.” (Rom. 7:25) Este es el campo de obligación legal conocido como la “ley del pecado y de la muerte.” (Rom. 8:2) ¿Quiénes son los superiores en este campo de conducta? Pablo contesta esto por medio de mostrar que el ‘rey Pecado’ y el ‘rey Muerte’ con Satanás al respaldo de ellos son los amos inexorables. (Rom. 5:21; Heb. 2:14) Nosotros como pecadores desde el tiempo de Adán nos hallamos vendidos como inferiores abyectos a causa de la carne pecaminosa que hemos heredado.—Rom. 7:24.
(6) Jehová ha venido a nuestro rescate por medio de proveer amorosamente el sacrificio rescatador de Jesucristo. Pablo muestra que los cristianos dedicados ahora están en posición de venir a estar bajo otro campo de ley conocido como “la ley de mi mente,” ahora que la condenación por la ley de Moisés ha sido removida, la cual ponía de manifiesto la carne humana de ellos como errando por mucho el blanco de perfección fijado por Dios. (Rom. 3:21-23) “Pero ahora hemos sido desligados de la Ley, porque hemos muerto con respecto a aquello mediante lo cual se nos estaba sujetando firmemente, para que pudiésemos ser esclavos [inferiores] en un nuevo sentido por el espíritu, y no en el viejo sentido por el código escrito [ley mosaica].”—Rom. 7:6; Mat. 20:28.
El viejo pacto de la ley dado por medio de Moisés trataba de la carne pecaminosa y procuraba refrenar las obras de la carne. (Gál. 5:19-21) La fuerza impulsora tras este pacto de ley era sus sanciones de castigo, las cuales edificaron una gran condenación o maldición contra el pueblo judío por constantemente dejar éste de cumplir la ley. (2 Cor. 3:9) Pero el camino nuevo, que Jesucristo comenzó, tiene el poder del espíritu de Dios como su fuerza guiadora. (2 Cor. 3:6) El espíritu de Dios entonces guía nuestra mente en los caminos de la justicia y logra lo que el viejo pacto de la ley con sus Diez Mandamientos y otras leyes no pudo lograr. “Si están siendo guiados por espíritu, no están bajo ley.”—Gál. 5:18.
La provisión de Jehová también hace que les sea posible a los cristianos luchar contra la tendencia decadente de la carne natural bajo el ‘rey Pecado.’ “Encuentro, pues, esta ley en el caso mío: que cuando deseo hacer lo que es bueno, lo que es malo está presente conmigo. Verdaderamente me deleito en la ley de Dios [revelada por medio del nuevo pacto] de acuerdo con el hombre que soy dentro, pero contemplo en mis miembros otra ley [la de la carne sujetada al ‘rey Pecado’] peleando contra la ley de mi mente y conduciéndome cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.” (Rom. 7:21-23) Todo cristiano tiene esta gran lucha entre las “cosas de la carne” y las “cosas del espíritu.”—Rom. 8:4-8.
Pero porque Jehová es benévolo él ha introducido en la escena cristiana el arreglo de la bondad inmerecida, para que ésta pueda “gobernar como rey mediante la justicia” y ejercer una influencia poderosa en nuestro corazón cuando diligentemente aprovechamos la provisión amorosa de Dios por medio de Cristo. (Rom. 5:21) Venimos a ser “esclavos [inferiores] de la justicia,” lo cual hace que sea posible librar una lucha tenaz a favor de la integridad y el limpio modo cristiano de vivir a pesar de que sea fuerte la influencia de la carne hacia la degeneración. Por medio de la ayuda de Jehová a través de Cristo Jesús y mediante nuestra fuerte fe, podemos salir victoriosos en esta lucha contra nuestra carne. Bajo este nuevo arreglo podemos producir abundantemente los frutos del espíritu para la alabanza de Jehová.—Rom. 6:17-20; Gál. 5:22-24.
¿Le ha ayudado a usted a conseguir mejor entendimiento de su posición como dedicado esclavo cristiano de Jehová Dios este breve estudio de cómo la Biblia usa la palabra “ley”? Esperamos que sí.
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Las asociaciones producen efectosLa Atalaya 1958 | 15 de octubre
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Las asociaciones producen efectos
El principio bíblico “Las malas asociaciones corrompen las costumbres provechosas” ilustra cómo influye en las personas la asociación que tienen con gente de la clase incorrecta. Por otra parte, las buenas asociaciones tienden a producir y preservar costumbres provechosas. En Christian Life and the Unconscious Ernest White hace mención de “la manera en que tenemos efecto los unos en los otros en las relaciones comunes de la vida.” “Una amistad larga y estrecha con otra persona,” dice él “a menudo nos cambia de diferentes maneras, cosas que a nosotros no nos son perceptibles pero que otros pueden ver. La amistad tiene un poder transformador que es algo más que los efectos conscientes del compañerismo. Esta influencia transformadora obra en nosotros sin que nos demos cuenta de ello, y a veces nos viene como revelación sorprendente el descubrir cuánto han influido en nuestro modo de pensar, o aun en nuestras costumbres y maneras de obrar, los largos años de compañerismo estrecho que hemos tenido con algún hombre o mujer a quien amamos. De manera semejante, poca duda puede existir de que los padres y maestros pueden transmitir sus ideas o tendencias reprimidas y ocultas a los niños que tienen a su cargo. Ni el padre ni el hijo están conscientes de esto, pero se pone de manifiesto en reacciones de comportamiento.” ¡Cuán importante que los maestros y padres pongan buenos ejemplos en pensamientos y acciones!
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