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  • Usando la vida para servir a Jehová
    La Atalaya 1964 | 15 de octubre
    • comenta: “Pero ustedes son ‘una raza escogida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo para posesión especial.’” Y, ¿cuál era el objetivo de esta nación sacerdotal? “‘Para que declaren en público las excelencias’ de aquel que los llamó de la oscuridad a su luz maravillosa.” Este era el servicio que Jehová deseaba de los cristianos primitivos.—1 Ped. 2:9, 10.

      ¿BASTA CON UNA VIDA BUENA?

      8, 9. ¿Basta para los cristianos el llevar una vida buena, y cómo lo sabemos?

      8 Las Escrituras claramente muestran que hay más en ser un cristiano que el simplemente llevar una vida buena. En su entrevista con un gobernante joven Jesús contrastó la importancia de meramente hacer el bien de manera pasiva a través de la vida con la importancia de un servicio activo a Dios para los cristianos. Habiéndole preguntado: “Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?” Jesús aconsejó a este judío joven que guardara los mandamientos, no asesinando, no cometiendo adulterio, no hurtando, no dando falso testimonio, etcétera. Cuando el joven le aseguró que guardaba todos éstos, llevando una vida buena, entonces Jesús le dijo que ‘vendiera sus bienes y diera a los pobres, y viniera y fuera su seguidor.’

      9 Este rico gobernante joven aparentemente era una persona recta, que vivía conforme a los mandamientos; pero cuando se trató de usar su vida para servir a Dios activamente y para adelantar el ministerio cristiano en vez de sus propios intereses, rehusó. Dijo en realidad: “No es de ningún valor servir a Dios,” aparentemente considerando sus posesiones materiales de más importancia. (Mat. 19:16-22) Sin embargo, los cristianos primitivos no lo consideraron así, ya que muchos aceptaron la invitación de Jesús de ser sus seguidores y hacerse activos en el ministerio. No pensaron que éste era un privilegio especial concedido solo a Jesús y a los apóstoles, sino que reconocieron que todos los cristianos tenían el magnífico honor de servir a su Creador de manera muy definida.

      10. ¿Cómo muestran los escritos del apóstol Pablo que todos los cristianos primitivos participaban en el ministerio?

      10 En conexión con esto observe que la primera carta de Pablo a los tesalonicenses se dirigió “a la congregación de los tesalonicenses,” no solo a los ministros o superintendentes de la congregación. Pablo elogió a la congregación por su ministerio. “El hecho es que la palabra de Jehová ha resonado desde ustedes no solo en Macedonia y en Acaya, sino que en todo lugar la fe de ustedes para con Dios se ha divulgado, de modo que nosotros no tenemos necesidad de decir nada.” Sí, eran los de la congregación los que estaban divulgando la fe. De manera semejante los comentarios de Pablo a los filipenses se dirigieron al entero grupo de cristianos dedicados en Filipos: “a todos los santos en unión con Cristo Jesús que están en Filipos, juntamente con los superintendentes y siervos ministeriales.” De modo que fue a la entera congregación que Pablo estimuló a estar ‘resplandeciendo como iluminadores en el mundo,’ y esto podían hacerlo a medida que compartieran la luz de la verdad con otros. Pablo describió esto como el ‘servicio público al cual los ha conducido la fe.’ Finalmente, observamos que Pablo dirigió su epístola a “los santos y fieles hermanos en unión con Cristo en Colosas.” Estos “fieles hermanos” no eran algún orden monástico; Pablo estaba refiriéndose a todos los cristianos dedicados de aquella congregación primitiva, y a ellos escribió: “Que la palabra del Cristo resida en ustedes ricamente en toda sabiduría. Sigan enseñándose.” Sí, estos cristianos primitivos eran maestros y predicadores de la palabra de Dios.—1 Tes. 1:1, 8; Fili. 1:1; 2:15, 17; Col. 1:2; 3:16.

      IMPORTANCIA DEL MINISTERIO

      11. ¿Qué recomendó Jesús como una carrera de toda la vida?

      11 Muchas personas dicen que les gustaría servir a Dios pero que no saben qué hacer ni cómo emprenderlo. Tal vez crean que los requisitos escolásticos de una educación teológica o fondos que se requieran lo ponen fuera de su alcance. O quizás prefieran encauzar sus energías a otros servicios como trabajo en los hospitales, enseñanza, medicina o sociología; y aunque estos esfuerzos son muy dignos de encomio, preguntamos: ¿Es eso lo que Jesús recomendó para una persona que desea usar su vida en servir a Dios? ¿Es eso lo que enseñó a sus discípulos? Es verdad que los apóstoles tenían autoridad para curar a los enfermos, pero este don del espíritu era secundario a su servicio como embajadores del Reino y proclamadores de la verdad. Aparentemente este don especial del espíritu se les dio para establecer el hecho de que el cristianismo es de Dios.—Mat. 10:7, 8.

      12. ¿Cómo recalcan el ministerio las Escrituras, y por qué?

      12 Jesús no solo organizó y envió a los discípulos a predicar, sino que tomó la delantera él mismo en esta actividad. Esta obra asignada para los cristianos no ha cambiado desde el tiempo de Jesús. Sus instrucciones finales a la congregación cristiana primitiva, que continúan aplicando hasta este día, fueron: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.” ¿Por qué recalcó Jesús en particular el ministerio? Porque las curaciones físicas no podrían dar vida eterna. Podrían extenderla para un paciente cinco o diez años, pero, ¿cómo podría compararse esto con la expectativa de vida eterna que la verdad podría dar? Por eso, ciertamente la predicación de la palabra de Dios tiene la prioridad. Es una expectativa maravillosa el que uno pueda usar su vida para servir a Jehová. Esta invitación a servir no está restringida debido a edad, raza, sexo o educación, sino que la invitación es: “Cualquiera que oye diga: ‘¡Ven!”—Mat. 28:19, 20; Rev. 22:17; Juan 17:3.

      13. ¿Cómo puede uno hacer la voluntad del Padre?

      13 Jesús dio varias ilustraciones que muestran la importancia de tal servicio. Habló de un hombre que tenía dos hijos. “Al primero, dijo: ‘Hijo, ve, trabaja hoy en la viña.’ En respuesta éste dijo: ‘Iré, señor,’ pero no fue. Acercándose al segundo, dijo lo mismo. En respuesta éste dijo: ‘No quiero.’ Después le pesó, y fue.” Jesús preguntó: “¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre?” Entonces, hablando mordazmente a los principales sacerdotes y a los hombres de mayor edad de influencia que se suponía servían a Dios, declaró: “En verdad les digo que los recaudadores de impuestos y las rameras van delante de ustedes al reino de Dios.” Estos eran los que estaban dispuestos a cambiar su vida y emprender el privilegio de servicio que Jesús ofrecía.—Mat. 21:28-31.

      14. ¿Para qué servicio se necesitan obreros?

      14 Jesús claramente mostró que el solo hecho de que una persona se ocupe en servicio religioso de alguna clase no significa necesariamente que su derrotero de vida agrade a Dios. Por ejemplo, el apóstol Juan habla de ser “colaboradores en la verdad.” (3 Juan 7, 8) Pero, ¿es eso por campañas de comunidad o reuniones sociales de las iglesias o juegos de bingo o hasta obra de beneficencia? Podemos hallar nuestra respuesta por medio de preguntar: ¿Es ésa la obra a la que Jesús se dedicó? Otra vez Jesús recalcó la necesidad de que más personas usen su vida en el ministerio, diciendo: “Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, un amo de casa, que salió muy de mañana para contratar obreros para su viña.” Jesús dijo que el campo es el mundo, y se necesitan muchos obreros para completar la siega. Como dijo él: “La mies es mucha, mas los obreros son pocos. Por lo tanto, rueguen al Amo de la mies que envíe obreros a su siega.” Pero, ¿deberíamos rogar por ayuda adicional en la obra de la siega y luego no ir nosotros mismos?—Mat. 20:1; 9:37, 38.

      DECLARACIÓN PUBLICA PARA SALVACIÓN

      15. ¿Qué incluye el ejercer fe?

      15 Hoy en día la obra de la siega la llevan a cabo en 194 países 1,040,836 personas que hacen la obra cristiana. Recuerdan que Pablo dijo a los miembros de la congregación de Éfeso: “No me retraje de decirles ninguna de las cosas que fueran de provecho, ni de enseñarles públicamente y de casa en casa.” Siguiendo este ejemplo de los cristianos primitivos, los testigos de Jehová comparten las verdades que han aprendido de la Palabra de Dios públicamente y de casa en casa. ¿Son su fe y amor a Jehová bastante fuertes para que usted haga esto? Como Pablo indicó, no solo necesitamos tener fe, sino ejercerla, si esperamos conseguir justicia. No solo se trata de conocer la verdad, o de simplemente tener fe; el compartirla es lo que vale a los ojos de Dios. Por eso, Pablo declaró: “‘La palabra está cerca de ti, en tu propia boca y en tu propio corazón’; es decir, la ‘palabra’ de fe, que predicamos. Porque si declaras públicamente aquella ‘palabra en tu propia boca,’ que Jesús es Señor, y ejerces fe en tu corazón en que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvado. Porque con el corazón se ejerce fe para justicia, pero con la boca se hace declaración pública para salvación.”—Hech. 20:20; Rom. 10:4, 8-10.

      16. ¿Por qué se requiere que los cristianos declaren las buenas nuevas?

      16 Muchas personas sinceramente desean conocer la verdad y se regocijan cuando ésta se les llama a la atención; por eso, también Pablo recalcó la necesidad de más trabajadores. “Porque ‘todo el que invoque el nombre de Jehová será salvo.’ Sin embargo, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han puesto fe? ¿Cómo, a su vez, pondrán fe en aquel de quien no han oído? ¿Cómo, a su vez, oirán sin alguien que predique?” Los cristianos primitivos reconocieron y aceptaron la responsabilidad de predicar como la obra que Jehová les había dado. De hecho, Pablo opinaba tan fuertemente acerca de ello que escribió: “Ahora, si estoy declarando las buenas nuevas, eso no es motivo para que me jacte, porque necesidad me está impuesta. Realmente, ¡ay de mí si no declarare las buenas nuevas!” Como cristiano con conocimiento de los propósitos de Jehová, Pablo sabía que ésta era una obligación, una mayordomía que le había sido encomendada.—Rom. 10:13, 14; 1 Cor. 9:16.

      ENTRENADOS PARA SERVICIO

      17. ¿Qué argumento presentan algunos contra el participar en el ministerio? ¿Es válido ese argumento?

      17 Quizás usted diga: ‘Bueno, eso estaba bien para Jesús y los apóstoles, pero yo no estoy entrenado ni capacitado para el ministerio.’ En conexión con esto es interesante observar que The Encyclopædia Britannica, edición de 1907, bajo “Corrupciones del cristianismo” declaró: “A menudo la gente estaba dispuesta a suponer que los sacerdotes podían servir a Dios en su lugar, y que había misterios en la religión que los sacerdotes entendían, pero que los legos no tenían que saber nada de ellos y no debían inquirir en cuanto a ellos. Por consiguiente, estuvieron dispuestos a seguir ciegamente la guía de los sacerdotes en asuntos religiosos, así como un hombre confía sus intereses legales a su abogado, haciendo lo que él dice y no considerando necesario el que él mismo estudie ley.” Aunque ésta es una opinión muy generalizada hoy en día, recuerde que ésta fue una de las corrupciones del cristianismo.

      18. ¿Cómo se enseña y entrena a los del pueblo de Jehová?

      18 Dios no está ocultando sus propósitos ni su verdad de las personas que sinceramente desean conocerlos mientras los revela a determinado grupo escogido que puede sacar utilidad por predicarlos. De hecho, Jesús declaró en Mateo 11:25: “Te alabo públicamente, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de los sabios e intelectuales y las has revelado a los pequeñuelos.” Sí, hasta los jovencitos pueden conseguir un entendimiento exacto de las verdades bíblicas por medio de estudio de familia y de congregación y con la guía del espíritu de Dios. Luego, el siguiente paso para el que desea agradar a Jehová es poner en uso este conocimiento. Así como Jesús envió a los cristianos primitivos de dos en dos para su entrenamiento y estímulo después de darles instrucciones, así los testigos de Jehová hoy en día siguen un modelo semejante de entrenamiento basado en el ejemplo apostólico. En Efesios 4:12 Pablo menciona el “entrenamiento de los santos” por hombres capacitados. Este entrenamiento todavía prosigue hoy en día.

      19. ¿Cómo puede uno llegar a estar capacitado para el ministerio?

      19 Además, los requisitos para este servicio no provienen de los hombres, sino, más bien, de Dios y por medio de su Palabra, como dijo el apóstol Pablo: “No que de nosotros mismos estemos adecuadamente capacitados para estimar algo como proveniente de nosotros mismos, sino que el estar nosotros adecuadamente capacitados proviene de Dios, quien verdaderamente nos ha capacitado adecuadamente para ser ministros de un nuevo pacto.” (2 Cor. 3:5, 6) Usted, también, puede ser entrenado para tal servicio y para usar su vida en servir a Jehová. Las reuniones regulares de los testigos de Jehová a través del mundo se proveen con el propósito de entrenar a hombres y mujeres que están deseosos de servir a su Creador y que quieren participar en llevar a cabo las instrucciones de Jesús de predicar las buenas nuevas del Reino. Hay trabajo para todos. Esta actividad de enseñar a la gente las verdades de la Palabra de Dios prosigue día y noche mundialmente.—Rev. 7:15.

      20, 21. ¿Tiene uno que esperar mucho tiempo antes de compartir la verdad con otros? ¿Por qué es urgente ahora?

      20 La mayor felicidad en la vida proviene de enseñar la verdad a otros. Después de estudiar para aprender la verdad acerca de los propósitos de Jehová conforme se manifiestan en las Escrituras, entonces estamos en posición de enseñar a otros. (Rom. 2:21) La mujer samaritana a quien Jesús habló al lado del pozo no se contuvo hasta que creyó saberlo todo antes de apresurarse a decir a los vecinos de la ciudad: “Vengan acá, vean a un hombre que me dijo todas las cosas que hice. ¿Acaso no es éste el Cristo?” Sabía bastante para dirigir a la gente a la fuente de información. Luego, después que los samaritanos vinieron y escucharon a Jesús, le dijeron a ella: “Ya no creemos a causa de tu habla; porque hemos oído por nosotros mismos y sabemos que este hombre es verdaderamente el salvador del mundo.”—Juan 4:29, 42.

      21 Por eso, no hay por qué esperar. Los discípulos pescadores de los días de Jesús no esperaron, sino que lo siguieron en el ministerio. Pablo no esperó cuando obtuvo la invitación al ministerio y recibió instrucciones de Ananías, sino que las Escrituras indican que, después de estar unos cuantos días con los discípulos en Damasco, “inmediatamente en las sinagogas se puso a predicar a Jesús.” (Hech. 9:19, 20) Ahora el ministerio es aun más urgente debido a los tiempos en que vivimos, y la razón para servir a Dios es aun más fuerte: “El mundo va pasando y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” Por eso, ahora es el tiempo para usar la vida en servir a Jehová.—1 Juan 2:17.

      22. ¿Por qué es el derrotero sabio el usar nuestra vida para servir a Jehová?

      22 No diga como los israelitas cuando traían sacrificios lisiados y defectuosos: “No es de ningún valor servir a Dios.” Ellos adoptaron la actitud de que “en la actualidad estamos pronunciando feliz a la gente presuntuosa. También, los obradores de iniquidad han recibido edificación. También, han probado a Dios y siguen escapándose.” Más bien, recuerde que éste es el tiempo cuando ‘los que temen a Jehová hablan unos con otros, cada uno con su compañero, y Jehová continúa poniendo atención y escuchando.’ Y, ¿cuál es el resultado de usar nuestra vida en el servicio de Jehová? Él nos asegura: “Comenzó a escribirse un libro de memoria para los que temen a Jehová y para los que piensan en su nombre.” De modo que si usted quiere ser uno de los individuos felices que Jehová recordará para vida en su justo nuevo sistema de cosas, entonces use su vida para servirle ahora por medio de proclamar las buenas nuevas del reino establecido de Jehová.—Mal. 3:15, 16.

  • Motivo correcto al servir a Dios
    La Atalaya 1964 | 15 de octubre
    • Motivo correcto al servir a Dios

      1. ¿Cómo contrasta el motivo del cristiano al servir con las razones mundanas?

      AL QUE escoge el ministerio como el trabajo de su vida seguramente sus amigos le preguntarán: ¿Por qué ser ministro? ¿Se debe a que verdaderamente cree que eso es lo que Dios quiere, o cuál es su razón para escoger eso? El que entra en los campos jurídicos o médicos quizás crea que tiene un talento especial para tal trabajo o que éste le dará buenos ingresos o posición en la comunidad. Otro quizás llegue a ser maestro debido a la oportunidad que esto le proporciona de modelar la vida de sus estudiantes. Pero el individuo que entra en una carrera de toda la vida con motivos verdaderamente altruistas es raro. No obstante, éste fue el caso de los discípulos primitivos de Jesús, así como lo es en lo que toca a los cristianos de hoy en día.

      2. ¿Qué actitud tuvieron los discípulos para con el ministerio?

      2 ¿Por qué renunció Jesús a la carpintería en vez de dedicar sus talentos a ello y conseguir fama como artífice? ¿Por qué descontinuó el médico Lucas su profesión lucrativa para dedicar su vida al ministerio? ¿Por qué renunciaron los apóstoles a sus actividades comerciales de la pesca? Ciertamente estos hombres no buscaban intereses propios o una posición encumbrada en la comunidad cuando se asociaron con el que fue descrito como ‘despreciado y evitado por los hombres.’ (Isa. 53:3) Ellos trabajaron con Jesús en el ministerio porque sabían que él tenía la verdad. Cuando varios discípulos tropezaron debido a una enseñanza difícil, Jesús dijo a los doce: “Ustedes no quieren irse también, ¿verdad?” Entonces Pedro contestó: “Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna.” Ellos sabían que el aprender la verdad y luego servir a Dios les traería vida eterna; por eso, voluntariamente cambiaron su entera manera de vivir para participar en el ministerio.—Juan 6:67, 68.

      3. ¿Por qué renunció a su puesto un clérigo?

      3 Así como había gran contraste entre el clero ostentoso y egoísta del día de Jesús y los apóstoles que se asociaron con él por amor de la verdad, así hoy en día hay una gran diferencia entre el clero pagado de la cristiandad y los que voluntariamente enseñan y predican como testigos de Jehová. (Mat. 23:5-8; Miq. 3:11) Ilustra esto el comentario de un ex ministro como se informa en el Saturday Evening Post del 17 de noviembre de 1962: “No estuvimos perturbados solo por este incidente, o solo por nuestra iglesia, sino por lo que el ministerio en general había llegado a significar. Pensábamos en mis coministros de nuestra sección. Todos se consideraban cristianos. No obstante, parecíamos ser competidores—por el más grande aumento de miembros, el más impresionante edificio, los más prominentes miembros en perspectiva . . . Algunos desvergonzadamente hacían política para conseguir la amistad de otros que podrían ayudarles a ser promovidos a iglesias más prominentes. Ciertamente nunca consideramos preguntas teológicas o cómo satisfacer mejor las necesidades espirituales de nuestras comunidades. En las reuniones ministeriales el habla en su mayor parte era acerca de edificios, salarios o procedimientos engañosos para conseguir miembros . . . Este no era el ministerio al cual había sentido una llamada.” Aunque todavía creía en Jesucristo, él renunció al ministerio porque él creyó que su vida se desperdiciaría como director de diversiones o en lo que le parecía ser solo una sociedad de admiración mutua de los domingos por la mañana.

      4. ¿En qué estaba interesado Jesús? ¿Qué dijo Pablo acerca del motivo correcto para servir?

      4 Ciertamente el solo tener un gran aumento de miembros o el tener una congregación financieramente opulenta o la iglesia más grande no era lo que le interesaba a Cristo ni a los que sirvieron con él. Jesús se interesó en hallar a los que querían adorar a Dios en espíritu y en verdad, en vez de que grandes muchedumbres vinieran a oírle predicar sermones sedantes. De hecho, indicó que el camino que conduciría a la destrucción sería el ancho, pero el camino a la vida sería angosto, recto y difícil de seguir. Aun así, el apóstol Pablo reconoció que había algunos que servían a Dios con motivo incorrecto. Como dijo: “Algunos están predicando al Cristo por envidia y rivalidad.” Ese parece ser el caso ahora cuando ministros del día moderno compiten por edificios grandes o grandes concurrencias a las iglesias. Sin embargo, Pablo prosiguió para decir: “Pero otros también por buena voluntad. Estos están dando publicidad al Cristo debido a amor . . . pero aquéllos lo hacen debido a un espíritu de contradicción, no con motivo puro.”—Fili. 1:15-17.

      5. ¿Cómo debe mostrarse verdadero interés en la adoración verdadera?

      5 Jehová no solo ve el servicio que una persona rinde ni su posición, sino que mira al corazón para determinar el motivo de los que le sirven. De modo que le toca a cada cristiano considerar su motivo personal al servir a Dios, si es por razones personales o por rivalidad o un espíritu de competencia, o debido a amor y con buena voluntad y un motivo puro. No permita usted que su “servicio” sea el de un adorador formal que está contento mientras nada se requiera de él. Tales individuos hasta de mala gana emplean tiempo en discutir su fe. Como el ex clérigo mencionado previamente lamentó: “La gente preferiría oír acerca de su idea del cristianismo más bien que la de Cristo . . . No solo no querían oír acerca de ella; no querían hablar acerca de ella.” Descubrió que los que instruían en clases de escuela dominical se oponían a instrucción adicional, y cuando trató de desarrollar en toda la iglesia un programa de grupitos para pláticas en los hogares de los miembros para desarrollarlos espiritualmente, nunca asistieron más de diez personas, y en el transcurso de dos meses el programa había muerto. Esto ciertamente es muy diferente del cristianismo que Jesús enseñó cuando dijo: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.” Jesús puso el ejemplo por medio de mostrar que la adoración verdadera se demuestra por servicio.—Mat. 22:37.

      SERVICIO ANUENTE A JEHOVÁ

      6. ¿Qué actitud muestran millares de cristianos hoy en día?

      6 Así como predijo hace mucho tiempo el salmista, hoy en día hay hombres sobre la Tierra que desean servir a Jehová de toda alma. David profetizó: “Tu pueblo se ofrecerá de buena gana en el día de tu fuerza militar.” (Sal. 110:3) Muestran un interés vehemente en aprender y estudiar la Palabra de Dios. Están felices de hablar acerca de las Escrituras y son impulsados por un deseo sincero de servir a Jehová. Como resultado dedican su vida a Jehová y la simbolizan por medio de bautismo público. Esta era la forma sencilla de los cristianos primitivos de hacerse discípulos, y es el mismo método que hoy en día practican los testigos de Jehová. Es maravilloso ver a millares que dan este paso cada año. De hecho, durante 1963, 62,798 individuos en todo el mundo se bautizaron en símbolo de su dedicación de su vida a Jehová para participar en el ministerio. No están sirviendo por provecho financiero así como no lo hicieron los apóstoles primitivos. Ni se desaniman por la falta de interés que muestra la gente por lo general, sino que sirven por el gozo de representar a Jehová y adelantar los intereses del Reino. Sirven por amor a Dios y amor al prójimo. Reconocen la veracidad de las palabras de Jesús: “No pueden ustedes servir como esclavos a Dios y a las Riquezas,” y por eso ponen primero en su vida los intereses del Reino y el ministerio.—Mat. 6:24; 1 Cor. 9:18.

      7. ¿Por qué fue falsa la acusación de Satanás?

      7 Desde el tiempo de Job, Satanás ha afirmado que los hombres le sirven a Dios por razones egoístas: “¿Es por nada que Job ha temido a Dios? ¿No has puesto tú mismo una cerca alrededor de él y alrededor de su casa y alrededor de todo lo que tiene por todos lados? Tú has bendecido la obra de sus manos . . . Pero, para variar, extiende la mano, por favor, y toca todo lo que tiene y ve si no te maldice en tu mismísima cara.” (Job 1:9-11) Pero Job no servía a Dios por lo que pudiera recibir a modo de comodidades materiales o un modo de vivir próspero. Aun cuando perdió todas sus posesiones, incluyendo a sus hijos e hijas, en una serie de calamidades, todavía Job dijo sencillamente: “Jehová mismo ha dado y Jehová mismo ha quitado. Que el nombre de Jehová continúe siendo bendito.” (Job 1:21) De modo que Job no sirvió a Jehová por beneficios materiales, y tampoco lo hacen los del pueblo de Jehová en este tiempo. Opinan como el apóstol Pablo concerniente a su servicio a Dios, cuando dijo: “No somos vendedores ambulantes de la palabra de Dios como muchos hombres, sino que, como movidos por sinceridad, sí, como enviados de parte de Dios, a la vista de Dios, en compañía con Cristo, estamos hablando.”—2 Cor. 2:17.

      8. ¿Cómo siguen los testigos de Jehová el ejemplo de Pablo?

      8 Quizás sea bastante pasmoso para muchos el comprender que en las 22,761 congregaciones de testigos de Jehová en todo el mundo, ni el ministro presidente ni sus auxiliares ministeriales sirven porque reciben un salario o una casa parroquial o beneficios de jubilación ni algo semejante. Más bien, se sostienen ellos solos como lo hacían los cristianos primitivos y aceptan el ministerio como un depósito que proviene de Dios. En esto siguen el ejemplo del apóstol Pablo. Para no ser carga a los cristianos a quienes servía, trabajaba en su oficio como constructor de tiendas. Por lo tanto, pudo declarar: “No he codiciado la plata, ni el oro, ni la vestidura de nadie. Ustedes mismos saben que estas manos han atendido a las necesidades mías y a las de los que andan conmigo.” Pablo también recalcó el motivo correcto para participar en el ministerio cuando declaró: “Por medio de laborar así tienen que prestar ayuda a los que son débiles, y tienen que tener presentes las palabras del Señor Jesús, cuando él mismo dijo: ‘Hay más felicidad en dar que la que hay en recibir.’” De modo que Pablo no estaba en el ministerio por algún provecho personal, sino, más bien, por el gozo que obtenía al ayudar a otros y al compartir con ellos la verdad.—Hech. 18:3; 20:33-35.

      GALARDONES Y PRUEBAS DEL SERVICIO

      9. ¿Qué debe incluir nuestra fe? Dé ejemplos de hombres de fe y lo que esperaban.

      9 No obstante, las Escrituras muestran que Jehová ofrece muchas bendiciones espirituales y también el galardón de la vida eterna a los que le sirven. Este no es un aliciente egoísta para servir, sino, más bien, un estímulo a la fe y perseverancia y una evidencia del amor de Jehová. Las Escrituras muestran que los hombres de fe de tiempos antiguos confiaron en las promesas que Jehová dio y se sintieron animados a pesar de oposición feroz. Así, Hebreos 11:6 declara: “Además, sin fe es imposible agradarle bien, porque el que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que viene a ser remunerador de los que le buscan encarecidamente.” Se nos dice que Abrahán esperaba el arreglo del reino de Dios, “la ciudad que tiene fundamentos verdaderos, cuyo edificador y creador es Dios.” De Moisés se declara: “Estimó el vituperio del Cristo como riqueza más grande que los tesoros de Egipto; porque miraba atentamente hacia el pago del galardón.”—Heb. 11:10, 26.

      10. ¿Cómo sabemos que no es incorrecto esperar la promesa de un galardón?

      10 Pablo mencionó también la esperanza del cristiano en el futuro como una razón para servir cuando escribió a los colosenses: “Oímos de su fe relacionada con Cristo Jesús y del amor que les tienen a todos los santos a causa de la esperanza que les está reservada a ustedes en los cielos. De esta esperanza ustedes oyeron antes, por la declaración de la verdad de esas buenas nuevas.” Aun de Jesús se dijo: “Por el gozo que fue puesto delante de él aguantó un madero de tormento, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.” De modo que no es egoísta ni incorrecto el creer que Dios viene a ser remunerador de los que le buscan encarecidamente, ni puede decirse que nuestro motivo al servir es incorrecto porque tengamos tal esperanza.—Col. 1:4, 5; Heb. 12:2; Rom. 12:12.

      11. ¿Cómo le ayuda a uno la expectativa de bendiciones futuras?

      11 Es esta expectativa de vida en el nuevo sistema de cosas con todas sus bendiciones maravillosas lo que a menudo impulsa a nuevos estudiantes de las Escrituras a compartir la verdad con otros, y a medida que progresan a la madurez es la convicción de lo que han aprendido lo que los mantiene fieles aun después de años de servicio. Les proporciona una firme determinación de satisfacer los requisitos divinos para la vida, y confían en que Dios recompensará a los que fielmente le sirvan, aunque se enfrenten a la muerte debido a su adoración fiel, así como Jesús. Jesús previó que en el tiempo del fin, en el que ahora vivimos, habría muchos hombres y mujeres sirviendo encarecidamente a Dios, y por eso profetizó: “Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”—Mat. 24:14.

      12. ¿Por qué debemos continuar en el ministerio de casa en casa a pesar de la oposición que se encuentre?

      12 El ser predicador de las buenas nuevas de casa en casa quizás sea el más difícil de todos los trabajos. No le va a traer uno una vida de popularidad ni títulos lisonjeros ni ingresos cómodos ni conexiones poderosas en el gobierno así como no lo hizo para Jesús. El hecho de que los ministros de la cristiandad por lo general sí tienen estimación pública y una respetada posición social, persuasiones de salario, etcétera, tiende a clasificarlos como amigos del mundo, como los escribas y fariseos del día de Jesús que no eran los proclamadores verdaderos de las buenas nuevas sino realmente opositores de ellas. Los que trabajan para conseguir la aprobación del presente sistema mundial tienen su galardón ahora, pero los que sirven para adelantar los intereses del Reino esperan el galardón de la vida en el nuevo orden de justicia. Hallan que con conocimiento de la Palabra de Dios viene la obligación de usarlo, y se sienten felices de tener tal privilegio. Realmente cada cristiano está obligado a servir como ministro de Dios; de otra manera no puede decir verdaderamente que es cristiano o seguidor de Cristo. A pesar de las penalidades, el ministerio es el mayor privilegio de que un hombre puede disfrutar, una oportunidad que no se puede comprar con dinero, pues la concede Dios.—Mat. 23:8-10; Sant. 4:4; Juan 17:14.

      13. ¿Cómo y por qué han demostrado los cristianos su devoción a Jehová prescindiendo de la persecución?

      13 Los testigos de Jehová esperan que el participar en el ministerio acarree oposición, aun de los que también afirman ser cristianos. A menudo se les ha acusado falsamente de ser espías, sionistas, sediciosos, así como a Pablo se le acusó en su día de ser ‘un individuo pestilente, que promovía sediciones entre los judíos, y vanguardia de la secta de los nazarenos.’ Durante los años de la guerra a Testigos se les dio la selección de renunciar a su fe o morir. En algunos países aguantaron largos años en prisión por rehusar abandonar su posición de neutrales como ministros de Jehová, y algunos todavía sufren encarcelación. ¿Por qué consideran el servicio de Dios tan importante que hasta dan su vida por él? Porque creen en la verdad de la Palabra de Dios y tienen la esperanza de conseguir el galardón de la vida eterna. Como Pablo explicó: “¿Es, de hecho, a hombres que ahora estoy tratando de persuadir, o a Dios? ¿O estoy procurando agradar a hombres? Si todavía estuviese agradando a hombres, no sería esclavo de Cristo.” Pablo estaba tan convencido de la fidelidad de Dios que declaró: “Ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni gobiernos, ni cosas aquí ahora, ni cosas por venir . . . [podrán] separarnos del amor de Dios.” Pablo mostró su aprecio al amor de Dios por su servicio.—Hech. 24:5; Gál. 1:10; Rom. 8:38, 39.

      14. ¿Qué tiene que ver el amor con el servicio?

      14 Así mismo Jesús, aun sabiendo lo que le esperaba, persistió en su servicio fiel a Jehová. Había venido para hacer la voluntad de su Padre y decidió llevarla a cabo aunque esto significara su muerte. Su derrotero firme y su deseo de ser fiel bajo toda circunstancia también se fundaron en amor, como él dijo: “Para que el mundo conozca que yo amo al Padre.” Hoy en día tal amor nos ayuda a testificar a todos los que encontramos con perfecta libertad de palabra, no retrayéndonos de explicar la verdad a otros. Como dijo el apóstol Juan: “No hay temor en el amor.” Y, ¿por qué tienen los cristianos este amor resuelto? ‘Porque Dios nos amó primero.’—Juan 14:31; 1 Juan 4:17-19.

      SIRVIENDO POR AMOR A DIOS

      15. ¿Por qué sirvieron a Dios Jesús y los apóstoles?

      15 Si alguien le preguntara a usted por qué el cristiano debe servir a Dios, ¿cómo contestaría usted? A una publicadora joven de las buenas nuevas que ofrecía alguna literatura bíblica a un amo de casa se le preguntó qué obtendría por su trabajo. Ella contestó: “¡Vida eterna!” Tenía fe en la promesa de Jehová. ¿Qué razón daría usted por servir a Dios que pudiera ayudar a estimular a otra persona a servir? Pudiéramos preguntar: ¿Por qué sirvió Jesús a Jehová? Porque su amor al Padre le impulsó a hacer la voluntad de su Padre y dar testimonio a la verdad. (Juan 18:37) ¿Por qué sirvió Pablo a Dios? Porque sabía que esto significaba vida para él y para los que escuchaban el mensaje. Por eso sirvió como embajador de las buenas nuevas, prosiguiendo con la obra que Cristo comenzó.—2 Cor. 5:20.

      16. ¿Cuáles son algunas de las razones fuertes para servir?

      16 Por eso, podemos decir que nuestro servicio se basa en amor a Dios y al prójimo, que es conforme a las propias instrucciones de Jesús, y que significa salvación el llevarlo a cabo. (Mat. 22:37-39; 28:19; 1 Tim. 4:16) El servir a Dios proporciona una verdadera razón para vivir, no solo para la supervivencia personal, sino para contribuir algo edificante a otros, dándoles esperanza de vida conforme al propósito de Dios.—Rom. 8:28.

      17. ¿En qué debe fundarse nuestro servicio, y por qué?

      17 Es posible que algunos comiencen en el ministerio de casa en casa, particularmente niños, debido a que influyan en ellos la familia o amigos. Se asocian con la congregación local y participan en el servicio sin poner su corazón en ello. Otros quizás crean que ésta es la mejor religión que han hallado y no obstante nunca han estudiado bastante profundamente como para tener un deseo impelente de compartir lo que han aprendido. Quizás unos cuantos gocen de la buena asociación con personas rectas y crean que vale la pena el esfuerzo de cultivarla, mientras otros quizás hasta se asocien por razones egoístas para corromper o destruir la fe de los que encuentren. Pero sea cual sea la razón, Jehová conoce el corazón, y los que sirven con motivo incorrecto jamás recibirán su bendición ni el galardón de la vida. Por eso, nuestro servicio no debe fundarse en temor a las consecuencias que correspondan al no servir, ni por razones personales egoístas, sino, más bien, en un amor verdadero y sincero a nuestro Creador.—2 Cor. 6:1, 2; Jer. 20:9.

      18. ¿Qué actitud debemos tener para con aquellos a quienes servimos?

      18 Hay necesidad de que cada uno edifique y fortalezca su fe, su amor y aprecio a la verdad, y luego practique diligentemente la justicia de Dios que hace acepto nuestro servicio a él. El que participe en el ministerio debe estar profundamente interesado en aquellos a quienes ministra y hacer todo esfuerzo por mejorar su presentación y eficacia para que pueda ayudarles. Esta es la actitud que Jehová mismo expresó en Ezequiel 33:11: “Me deleito, no en la muerte del inicuo, sino en que alguien inicuo se vuelva de su camino y realmente siga viviendo. Vuélvanse, vuélvanse de sus caminos malos, ¿por qué deberías morir?” Ahora nuestro servicio bien puede significar vida para nosotros así como para otros.

      19. ¿Qué les sucederá a los que sirven por motivos egoístas?

      19 Si algunos sirven para complacer a parientes o a personas amadas, ¿qué sucederá cuando este viejo sistema se acerque a su fin y Gog de Magog ataque al pueblo de Jehová? Si nuestra razón para servir a Dios realmente es para agradar a hombres,

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