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  • Manténganse vigilantes como hijos de la luz
    La Atalaya 1961 | 1 de julio
    • y sepamos qué es lo que hay que hacer. “Pero ustedes, hermanos, ustedes no están en tinieblas ... porque todos ustedes son hijos de la luz e hijos del día.” (1 Tes. 5:4, 5) Así Pablo mostró que aunque generalmente los hombres se hallen en la oscuridad que viene hacia el fin del día para este viejo sistema, los siervos de Dios estarían reflejando la luz del nuevo día del gobierno del reino de Cristo. No estarían en tinieblas tocante a los propósitos de Dios ni tocante a un entendimiento de su Palabra. Estarían despiertos y mantendrían su juicio con equilibrio apropiado por medio de dar al ministerio el lugar de primera importancia en su vida. Tales personas reconocen que su conocimiento de la verdad los hace responsables de ayudar a otros; los hace responsables ante Dios, bajo obligación de rendirle cuentas por el conocimiento que han recibido. Cada individuo tiene que responder a Dios por la manera en que use su vida, ya sea para alabanza de Dios, con bendiciones y felicidad para él mismo y para aquellos a quienes ministra, o insensatamente sin dirección, meta o propósito.

  • Despiertos a nuestra responsabilidad
    La Atalaya 1961 | 1 de julio
    • Despiertos a nuestra responsabilidad

      “El hijo que actúa con perspicacia está recogiendo durante el verano; el hijo que actúa vergonzosamente duerme profundamente durante la cosecha.”—Pro. 10:5.

      1. ¿Qué propósito en la vida tiene todo cristiano?

      ¿HA PENSADO usted alguna vez seriamente acerca de su propósito en la vida con relación a Dios y acerca de su responsabilidad para con su Creador? Muchas personas se entregan a la rutina de ganarse la vida, criar su familia y planear para la vejez, jamás considerando lo que pudieran hacer en el servicio de Dios. Sin embargo, Jesús estuvo despierto para hacer la voluntad de Dios. No se contentó con solo establecerse y llevar una vida buena como carpintero y criar una familia, porque sabía que Dios requería más de él. Para sus seguidores él dijo que deberían amar a Dios con todo su corazón, mente, alma y fuerzas y a su prójimo como a sí mismos. Él no consideró pesado este requisito de servir a Dios de todo corazón, sino que lo llamó una carga liviana porque se haría impulsado por intenso amor que proviene de un conocimiento del Creador.

      2. ¿Cómo ha fracasado la cristiandad en ayudar a muchos a alcanzar esta meta?

      2 Muchas personas sinceras tienen el deseo de servir a Dios, pero se preguntan qué pueden hacer y cómo hacerlo. Recientemente un joven expresó el deseo de entrar en el ministerio. Cuando sus padres consideraron el asunto con su clérigo hallaron que el costo de la educación era mayor de lo que podían costear, de modo que el joven renunció a la idea de usar su vida para servir a Dios. En otra ocasión una mujer bien entrada en años habló con un testigo de Jehová diciendo que esperaba jubilarse en unos cuantos años para poder emplear algún tiempo en el servicio de Dios. Pero, ¿qué hay de todos los años cuando ella pudiera haber mostrado el amor que le tiene a Dios y a su prójimo, años que se han perdido porque la cristiandad enseña a la gente a ser oidora en vez de hacedora de la palabra? Jesús no asistió a una escuela de entrenamiento religioso durante muchos años antes de emprender el servicio de su Padre celestial, ni se requiere que lo hagan los que lo siguen hoy en día. No hay duda de que él fue un perspicaz estudiante de la Biblia, porque a la edad de doce años asombró a los hombres religiosos de mayor edad de Jerusalén, pero él no halló necesario seguir el curso de estudio tradicional de los escribas o fariseos a fin de servir a Jehová.

      3. ¿En qué trabajo que Jesús comenzó podemos participar ahora?

      3 ¿Qué hizo Cristo que podemos hacer hoy en el servicio de Dios? Según sus propias palabras en Lucas 4:18,19, él declaró buenas nuevas a los pobres, predicó una liberación a los cautivos y recobro de la vista a los ciegos. Mediante su obra activa de predicar mostró su amor a Dios y a su prójimo. ¿Deberíamos hacer menos? Si una persona ora la oración que Jesús enseñó a sus discípulos, ‘Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la Tierra como se hace en el cielo,’ indica que espera ver que se haga la voluntad de Dios sobre la Tierra bajo el gobierno milenario de Cristo. Y puesto que usted ora por esto usted debería alegrarse de obrar según las palabras de Jesús a sus seguidores: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la Tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones.” Estas son buenas nuevas que podemos declarar a personas de todo país que padezcan de hambre espiritual. Por medio de nuestro ministerio del Reino podemos liberar a cautivos religiosos del yugo de la esclavitud bajo el cual han estado, y abrirles los ojos del entendimiento a la verdad. (Gál. 5:1; Efe. 1:18) Sí, usted también puede participar en la obra de predicar con los testigos de Jehová sea usted joven o anciano, hombre o mujer, rico o pobre y sin hacer caso de distinción racial. Jehová da el mismo trabajo a hombres de toda clase.

      RESPONSABILIDAD DEL MINISTERIO

      4. ¿Cómo consideró Pablo el ministerio?

      4 En realidad, tenemos la responsabilidad de participar en el ministerio. Así lo consideró el apóstol Pablo cuando dijo: “Ahora, si yo estoy declarando las buenas nuevas, eso no es motivo para que me jacte, porque necesidad me está impuesta. Realmente, ¡ay de mí si no declarara las buenas nuevas! Si hago esto voluntariamente, tengo galardón; pero si lo hago contrario a mi voluntad, de todos modos tengo confiada a mí una administración.” (1 Cor. 9:16,17) Quizás Pablo haya estado pensando en cómo Jesús aplicó las palabras de Isaías 61:1, 2 a él mismo y a su ministerio. Isaías dijo proféticamente: “El espíritu del Señor Jehová está sobre mí, por motivo de que Jehová me ha ungido para decir buenas nuevas a los mansos.” Ahora Pablo también había recibido el espíritu de Dios con el mismo propósito. Sabía que si iba a ser un cristiano verdadero tenía que seguir las pisadas de Jesús y hacer el mismo trabajo que Cristo hizo. O puede ser que haya estado pensando en las últimas instrucciones que Jesús dio a sus discípulos y en que dijo: “Vayan pues y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles que observen todas las cosas que yo les he mandado.” (Mat. 28:19, 20) No hay duda de que Pablo reconoció que tenía un trabajo que hacer, y esto debe ser especialmente cierto de los cristianos ahora en el tiempo del fin.

      5. ¿Qué muestra que todos deben participar en el ministerio?

      5 Pero algunos objetarán: ‘Después de todo, él fue uno de los apóstoles. Hoy nuestro sacerdote hace ese trabajo, ¡nosotros no!’ Olvidan que Pablo también construía tiendas de campaña. Fue un obrero como cualquier otro. Algunos de los discípulos fueron pescadores, uno fue recaudador de impuestos, uno doctor, pero eso no les impidió que participaran en el ministerio y predicaran por lo menos parte del tiempo. En realidad, todos los cristianos primitivos participaron activamente en el ministerio, según se ve del relato en Hechos 8:1-4. Era el tiempo cuando Esteban fue muerto a pedradas. “Gran persecución se levantó contra la congregación que estaba en Jerusalén; todos salvo los apóstoles fueron esparcidos por las regiones de Judea y Samaria.” Entonces, ¿qué hicieron estos cristianos y cristianas primitivos? “Sin embargo, los que habían sido esparcidos fueron por toda la tierra declarando las buenas nuevas de la palabra.” No dijeron que puesto que los apóstoles todavía estaban en Jerusalén no había nada que pudieran hacer sino aguardar hasta que alguien pudiera salir y les predicara. Más bien, cada miembro de la congregación estuvo despierto a la oportunidad maravillosa que se hallaba delante de el en él servicio de Dios y por eso hablaba acerca de lo que creía a toda persona con quien se encontraba. Así se esparció el cristianismo, porque cada creyente usaba el tiempo para hacer discípulos de personas de todas las naciones, enseñándoles y luego bautizándolas. Hoy día usted tal vez esté empleado como dependiente o carpintero o chofer de auto de alquiler, pero la pregunta es: ¿Es usted cristiano? Si lo es, usted tiene un trabajo que hacer para mostrar que es cristiano de hecho y no solo de nombre.

      MOSTRANDO AMOR CRISTIANO

      6. ¿Cuáles son algunos requisitos para el ministro despierto?

      6 No hay duda de que una persona que quiere hallarse en buena posición delante de Dios tiene que traer honra a Dios por medio de su conducta personal. Pablo dio énfasis a eso en Romanos 13:8-14. Él recalcó el amor a nuestro prójimo, mostrando que éste era el cumplimiento de la Ley, porque una persona no cometería adulterio, asesinato, robo, no codiciaría ni obraría el mal a su prójimo si le tuviese amor apropiado a su prójimo. El que hace tales cosas está dormido tocante a lo que Dios requiere de él. Pablo escribió: “Ya es la hora para que despierten del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando llegamos a ser creyentes. La noche está bien avanzada; el día se ha acercado. Por lo tanto, despojémonos de las obras que pertenecen a las tinieblas y pongámonos las armas de la luz. Como de día andemos en buen comportamiento, no en diversiones tumultuosas y borracheras, no en ayuntamiento ilícito y conducta relajada, no en contienda y envidia. Antes bien pónganse al Señor Jesucristo, y no estén haciendo planes con anticipación para los deseos de la carne.” Si siempre nos portamos con amor y como si fuese en pleno día a la vista de todos los hombres, entonces jamás tendremos causa para pesar. La oscuridad espiritual que cubre al viejo mundo y sus tratos de dudosa moralidad y conducta relajada han estimulado una ola ascendente de delincuencia. El cristiano tiene que evitar tales cosas equipándose con las armas de la luz. Pablo se refirió a algunas de éstas: “Pero en cuanto a nosotros que pertenecemos al día, mantengamos nuestro juicio y llevemos puesta la coraza de fe y amor y como yelmo la esperanza de salvación; porque Dios nos asignó, no a la ira, sino a la adquisición de salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo.”—1 Tes. 5:8, 9.

      7. ¿Cómo se puede fortalecer a una persona débil en fe?

      7 Esta coraza de fe y la esperanza de salvación que tenemos se adquieren a través de un período de tiempo. Al principio nuestra fe y esperanza pueden ser débiles. Pero mediante estudio de la Biblia

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