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  • Buscando madurez en la sociedad del nuevo mundo
    La Atalaya 1963 | 15 de noviembre
    • 1,900 años después que se escribió este consejo inicialmente? ¿Somos negligentes y mostramos desatención a este requisito cristiano de congregarnos para obtener sustento espiritual?

      28 Amplios arreglos se nos han provisto por medio de la sociedad del nuevo mundo. Por eso surgen las preguntas: ¿Asistimos a todas las reuniones, es decir, al estudio semanal de La Atalaya, la mayor ayuda que la Sociedad tiene para ayudar a los que creen en la Palabra de Dios? ¿a la reunión de servicio semanal, donde los ministros reciben entrenamiento práctico para su ministerio? ¿a la escuela de ministerio teocrático semanal, donde se recalcan la instrucción para hablar y el preparar sermones para enseñar? ¿al estudio de libro semanal, donde se utiliza uno de los libros principales de la Sociedad sobre un tema bíblico? ¿y a las reuniones públicas dominicales de cada semana, donde se consideran tópicos oportunos?

      29. (a) ¿Es la dedicación todo lo que se necesita? (b) ¿De qué valor son la congregación y sus reuniones para los cristianos?

      29 Por desgracia, algunos han adoptado la actitud, después de la dedicación y después de haber sido bautizados, de que no se requiere nada más. Recuerde, la dedicación solo marca el principio. ¿Tiene usted la impresión de que no se necesita asistir a las reuniones con regularidad? Eso indicaría que usted opina que la congregación no necesariamente es la cuerda salvavidas del cristiano. En vez de tal actitud indiferente e inmatura, ¿por qué no hacer la pregunta: ¿Cómo puedo asistir a todas las reuniones? Verdaderamente la congregación es el arreglo que Jehová ha establecido a fin de que cada uno progrese a la madurez. Póngase a considerar cuán fundamentalmente apropiado es el estar presente en estas cinco reuniones de una hora semanalmente. Mantienen a los ministros cristianos vivos a su relación con el Dios Todopoderoso; al día en cuanto al cumplimiento de las profecías, y alertos al ministerio en que participamos con regularidad. Sí, el asistir a cada reunión contribuye a nuestra madurez y puede ayudar a agregar a la estatura de la edad adulta espiritual de nuestros hermanos.

      ORACIÓN

      30. (a) ¿Qué privilegio íntimo es provechoso para la madurez? (b) ¿Cómo es éste provechoso así para adquirir madurez?

      30 Oportunidades se presentan para que hablemos a Dios diariamente. Sí, podemos conversar con él regularmente en oración. Al llegar a Jehová en oración, al que es el Gran Rey de la eternidad, debemos estar seguros de que nuestras palabras indican respeto apropiado. Pablo declara que debemos ‘persistir en la oración.’ En esta comunión con Dios no solo pensamos en nosotros mismos sino también en otros. Indicando esto, Pablo también nos informa: “Continúo mencionándolos en mis oraciones,” y sus pensamientos en este respecto fueron “que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento exacto de él; habiendo sido iluminados los ojos de su corazón, para que sepan cuál es la esperanza a la cual él los llamó.” Aquí vemos otra vez el enlace del espíritu de sabiduría con la adquisición de conocimiento acertado. De esto discernimos cuán urgente es que pongamos estricta atención y escuchemos cuando Dios nos habla por medio de Su Palabra. Cuán agradecidos debemos estar a Jehová de que haya consentido en que le oremos y nos haya invitado a hacerlo. Sin duda, la oración es un conducto por medio del cual pasar a la madurez también.—Rom. 12:12; Efe. 1:16-18.

      LA SUPERINTENDENCIA, UN PREMIO CONCEDIDO SOBRE LA MADUREZ

      31. ¿Qué privilegios adicionales de servicio pueden ser los galardones para el ministro maduro?

      31 A medida que un individuo adquiere conocimiento, dedica su vida, tiene asociación estrecha con la organización de Jehová y continúa alcanzando madurez, privilegios adicionales le aguardan. Por supuesto, todo lo que uno hace debe hacerlo de toda alma como a Jehová y no para ser visto por los hombres. (Col. 3:23) Los puestos de superintendencia en una congregación no se dan como aliciente para que un individuo pase adelante a la madurez, sino, más bien, son galardones para el maduro que desea servir voluntariamente y con humildad de ánimo, humillándose bajo la poderosa mano de Dios. (1 Ped. 5:2, 5, 6) A medida que el ministro cristiano continúa pasando adelante para llegar a ser un “varón hecho,” puede llegar a ser un ministro que haya sido nombrado para enseñar a unos cuantos cristianos que se reúnen en hogares privados. En esto yace una magnífica oportunidad de ayudar y entrenar a ministros nuevos en el servicio de puerta en puerta, conduciendo estudios bíblicos de casa, así como volviendo a visitar a otros con las buenas nuevas del Reino. Luego uno puede ser favorecido con una asignación como siervo ministerial en una congregación. Finalmente quizás un individuo llegue a ser el superintendente o ministro presidente de una congregación, asumiendo todas las responsabilidades concomitantes y siempre confiando en Jehová y reconociendo que es la congregación de Jehová de individuos a semejanza de ovejas.

      32, 33. (a) ¿Qué oportunidades especiales pueden estar disponibles para el ministro que está alcanzando la madurez? (b) ¿Qué le ayudará a uno a llenar los requisitos para estos servicios selectivos?

      32 Más allá de esto, el individuo puede tener la oportunidad de participar en el ministerio de tiempo cabal; yendo donde “hay gran necesidad” de rendir servicio, a menudo en medio de circunstancias difíciles, ayudando a las otras ovejas de Dios. Quizás el individuo pudiera servir de superintendente de circuito, visitando varias congregaciones, y luego aun servir como superintendente de distrito. Además de todos estos privilegios de servicio ministerial, otros están disponibles al individuo, tales como la obra misional, yendo a territorios extranjeros, y hasta, quizás, llegar a ser miembro de una de las oficinas principales de superintendencia conocidas como Betel en cualquier país que el individuo resida.

      33 Esto pudiera llamarse un adelantamiento de cultivar y conseguir madurez. Tal derrotero no es fácil y uno no puede proseguir sin trabajar, ni es un logro milagroso. Es el resultado de aplicación constante de la mente, estudiar, pensar, hacer, predicar, manifestar los frutos del espíritu, y amor hacia los demás. Significa el dar constante y altruistamente. A medida que uno llega a ser maduro tiene la oportunidad de llevar las cargas de otros, lo cual es una responsabilidad cristiana y una manifestación de amor.—Gál. 6:2.

      34. ¿Cómo demostró Pablo su madurez?

      34 Ciertamente bendiciones maravillosas acompañan a la madurez cristiana. Pablo mostró esto cuando progresó hasta tal grado que pudo invitar a otros a seguirlo como él seguía a Cristo. Verdaderamente, él fue un genuino varón hecho en la fe, y esto fue declarado bien por él con confianza cuando estaba por terminar su derrotero: “Porque yo ya estoy siendo derramado como libación, y el debido tiempo de mi liberación es inminente. He peleado la excelente pelea, he corrido la carrera hasta terminarla, he observado la fe. De este tiempo en adelante me está reservada la corona de la justicia, que el Señor, el justo juez, me dará como galardón en aquel día, sin embargo no solo a mí, sino también a todos los que han amado su manifestación.”—2 Tim. 4:6-8; 1 Cor. 11:1.

      35. ¿Cómo debemos considerar la búsqueda de madurez en la sociedad del nuevo mundo?

      35 La madurez debe ser la meta cristiana para todos, y ésta produce espléndida satisfacción y gozo en el ministerio. Esfuércese por la madurez cristiana, porque el mayor regocijo emana de reconocer la relación estrecha de uno con los demás y con Jehová. Con la madurez siempre estaremos conscientes de las bendiciones de Jehová. Por lo tanto, no permita que nada ponga en peligro el esfuerzo por llegar a ser un “varón hecho” en la sociedad del nuevo mundo de Jehová. Que el que obtengamos madurez sea con objeto de alabar a Jehová y el nombre grande y soberano tanto por hecho como por ejemplo, para que otros puedan observar también el derrotero excelente a seguir que se ilustra en las palabras selectas de Pablo a los filipenses: “Nosotros, pues, cuantos somos maduros, seamos de esta actitud mental; y si mentalmente se inclinan ustedes de otro modo en sentido alguno, Dios les revelará la actitud mencionada. De todos modos, hasta donde hemos progresado, sigamos andando ordenadamente en esta misma rutina.”—Fili. 3:15,16.

  • Se esparce la verdad a pesar de la oposición
    La Atalaya 1963 | 15 de noviembre
    • Se esparce la verdad a pesar de la oposición

      ◆ Una señora que está dedicando todo su tiempo a predicar el reino de Dios en Quebec, Canadá, informa esta experiencia: “Después de una asamblea de circuito en Quebec, una pareja joven dejó su dirección conmigo para que los visitara. El hombre es un francocanadiense que había pasado cuatro años estudiando para el sacerdocio. Las cosas que vio y experimentó lo hicieron volverse contra toda religión, y se puso muy amargado. Su esposa es española, católica devota. Siendo muy sincera en su religión, ella seguía tratando de hacer que su esposo fuera a la iglesia con ella. Él rehusaba ir debido a sus experiencias anteriores. Decidió que la manera más rápida de desanimar a su esposa en cuanto a sus puntos de vista era familiarizarla con los testigos de Jehová. Por eso estuvieron en la asamblea.

      “Algún tiempo después visité el hogar de estas personas y, por primera vez en su vida, ella oyó acerca de la maravillosa esperanza que suministra la Biblia. ¡Cómo brilló expresivamente su rostro cuando le conté acerca de la restauración del paraíso a la Tierra! Después de dos estudios ella trató con mayor celo y determinación que nunca de hacer que su esposo la trajera al Salón del Reino. Le testificaba a todo el mundo, hasta escribiendo a su familia en España, enviándoles un libro Paraíso. Ellos quemaron el libro, diciéndole que no les escribiera más acerca de la Biblia. No obstante, ella continuó haciendo eso y les citaba textos.

      “Pronto todo el mundo en su distrito sabía que ella estudiaba con los testigos de Jehová, de modo que la gente empezó a ejercer presión en su esposo. Él, en cambio, me devolvió los libros de ella y me dijo que no volviera más a su casa. Estaba furioso. Resuelto a detenerla, tomó su pistola, le enseñó la bala, entonces cargó la pistola y la apuntó a la cabeza de ella y le dijo que escogiera. Con tacto ella le contestó sin transigir, y finalmente él apartó la pistola. Esa misma semana ella empezó a salir conmigo en el ministerio del campo.

      “Cuando asistió a una asamblea de circuito en Montreal, simbolizó su dedicación a Jehová. Esto hizo que su esposo se encolerizara más que nunca. Desesperado, decidió enviarla de vuelta a su familia en España. Ya cuando todo estaba arreglado, ella recibió de su madre una carta en que le decía que toda la familia estaba estudiando con los testigos de Jehová. Esto fue un verdadero golpe para su esposo, de manera que él decidió que el único modo de detenerla era hacerla una prisionera en su misma casa. Cuando ella trataba de ir a las reuniones, él se sentaba cerca de la puerta y no la dejaba salir. Durante el día telefonea cada hora o dos para asegurarse de que está en la casa. Por eso, ella empezó una ruta de revistas con el hombre que le traía el pan, empezó un estudio bíblico con su vecina, le colocó una suscripción doble al zapatero.

      “Después una señora cuyo esposo les había prohibido a los testigos de Jehová que visitaran su hogar la encontró en la calle, y le pidió que estudiara la Biblia con ella. Desde entonces ella la ha traído a algunas reuniones.

      “Cierta mañana, mientras trabajábamos juntas en el servicio del campo, el esposo de la joven vino y la hizo entrar en su automóvil. La llevó adonde una amiga de él, una persona que se oponía a la verdad. Su esposa tendría que quedarse durante ese día con esta persona. Después de algún tiempo la señora de la casa empezó a mostrar curiosidad y a hacer preguntas. La joven aprovechó la oportunidad para testificarle, colocando una Biblia, dos libros y dos revistas. La señora se interesó tanto que le pidió que volviera y la ayudara a entender la Biblia.

      “Esta hermana ha resultado ser la clase correcta de ministro aun en medio de las circunstancias más difíciles. Recientemente ha informado treinta horas al mes y coloca más de cincuenta revistas al mes. Su gran esperanza es que algún día tenga suficiente libertad para asistir a todas las reuniones del Salón del Reino.”

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