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Hallando felicidad en hacer discípulosLa Atalaya 1966 | 1 de septiembre
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especialmente para con los que están relacionados con nosotros en la fe.” ¿Cómo, entonces, puede evitar el ser feliz en otras ocasiones en asociación con la gente? No puede evitarlo.
18. En vista de 1 Corintios 15:33, ¿cómo puede uno ser feliz en cualquier asociación con quienes no pertenecen a la organización?
18 Pero, ¿no dice 1 Corintios 15:33: “No se extravíen. Las malas asociaciones echan a perder los hábitos útiles”? Sí, y la declaración es veraz. El cristiano no busca asociaciones de esta clase. Circunscribe su asociación tanto como sea posible a los que tienen semejante fe preciosa. Pero es obligado a asociarse con otros constantemente en el trabajo seglar y en los asuntos cotidianos. Teniendo la segura esperanza del Reino cual ancla a todo tiempo, no es tentado a copiar los ejemplos de estas personas mundanas. Más bien, en tal asociación recuerda que su vida está dedicada a Dios y a su servicio, y así está interesado en el bienestar eterno de cualesquier personas que resultaran interesarse en las buenas nuevas. No se interesa en otros por alguna razón egoísta, sino que se interesa en ellos desde un punto de vista meramente altruista. Por eso, en cualquier asociación, tiene una actitud mental y un punto de vista positivos, optimistas. Puede ser feliz en casi toda asociación con otros.
‘NUNCA RINDIÉNDOSE’
19. (a) ¿Qué consejo se da a los que se inician en la obra de hacer discípulos? (b) ¿Puede uno hallar felicidad en esta obra año tras año?
19 A los que se inician en esta obra, dice el apóstol Pablo: “Así es que no desistamos de hacer lo que es excelente, porque al debido tiempo segaremos si no nos rendimos.” (Gál. 6:9) Usted dirá que ésa es exhortación excelente además de un galardón excelente que se ofrece. Pero, ¿puede ser feliz una persona al hacer una carrera de la obra de hacer discípulos, es decir, de continuar en ella año tras año tras año? ¡Sin duda! De hecho, los que lo han probado hallan que su gozo aumenta y abunda más cada año que pasa. ¿Quiere usted prueba de que esto es así? Entonces considere las historias verdaderas de algunos a quienes aplica todo esto.
20. ¿Qué dice un Testigo, que ha hecho una carrera del ministerio, acerca de iniciarse en esta obra?
20 He aquí un Testigo que comenzó su carrera en el ministerio hace unos cuarenta años. Dice: “Nunca olvidaré la primera vez que salí al servicio del Dios Altísimo. Era un hermoso día del veranillo indio o tiempo del otoño del año 1920 en Winnipeg, Canadá. Mi hermano y yo solo distribuíamos hojas sueltas, pero el contentamiento y paz mental que recibía por este leve servicio me aseguraba que el Altísimo, desemejante a los amos terrestres, se complace hasta con servicios imperfectos y pequeños que se le rinden. Tal como el oír la verdad produce cierto gozo y paz mental, así el paso del servicio produce mayor gozo.
21. ¿Qué dice este Testigo que experimentó al ensanchar su actividad en su carrera escogida?
21 “Cuando participé posteriormente en distribuir literatura de casa en casa, tuve gozos y bendiciones mayores. Desde aquel día hasta hoy siempre que he salido a la obra de casa en casa he recibido bondades personales de parte de alguien, aprecio a la Palabra de Jehová de parte de otros, y, sobre todo, la bendición de Jehová de paz mental y contentamiento.”
22. Después de unos cuarenta años en el ministerio, ¿qué dice él?
22 Después de servir fielmente como ministro de tiempo cabal en el Canadá, los Estados Unidos y en una asignación misional extranjera, dice: “Mientras más disfruto de este gran privilegio más le doy gracias a Jehová por ser más bondadoso que cualquier otro amo pudiera ser y por haberme protegido y por haberme guiado.”
23. ¿Qué dice otro que ha hecho del ministerio su trabajo de toda la vida acerca del comienzo de su carrera?
23 Otro que ha dedicado toda su vida a la obra de hacer discípulos dice: “Los que aprenden las magníficas verdades de la Biblia en la niñez de veras son ricamente bendecidos. Siempre le he estado agradecido a mi padre por la enseñanza devota que me dio, en mi muchachez, concerniente al gran Dios, Jehová, y los propósitos de Su Reino, y concerniente al alma y la esperanza de la vida. Pasé mis primeros años de vida en Christchurch, Nueva Zelandia. Cuando fui a la escuela me apliqué a mis estudios y obtuve el primer lugar para una beca para entrar en la universidad, un premio por el cual compiten todos los colegios de enseñanza superior y escuelas secundarias de Nueva Zelandia. Estaba en camino de llegar a ser científico atómico, pero entonces el modo de pensar materialista, evolucionario, comenzaba a rodearme, y pronto descubrí que esto era tan irrazonable y tan sin valor como la enseñanza de ‘fuego del infierno’ del clero. La Biblia comenzó a ejercer su pleno poder en mi vida. Aunque proseguí para obtener mi título en ciencia, estaba dedicando casi tiempo de precursor al ministerio durante la mayor parte de mis días en la universidad. Frecuentemente estuve en el servicio de precursor de vacaciones.”
24. ¿Qué dice acerca de felicidad y contentamiento después de muchos años en una asignación extranjera?
24 Después de gozosos años en el servicio de Dios en Nueva Zelandia, Australia, los Estados Unidos y el Japón, dice: “Una vez pude visitar a mis padres ancianos en Nueva Zelandia, y estuve profundamente agradecido por esto. Han pasado ahora [veintisiete] años desde que dejé un hogar feliz, teocrático, para ir dondequiera que Jehová me enviara en su servicio de tiempo cabal. Nuestros vínculos de amor en la familia eran fuertes, pero más fuertes son los vínculos que nos unen en el servicio del Reino, aunque en países extensamente separados. Fue un gozo el hallar a mis padres tan fuertes como siempre en el servicio del Reino. Sin embargo, Nueva Zelandia ya no parecía ser mi casa, tampoco Australia. Parecía ‘extraño’ el modo de vivir ‘allá en el sur,’ en comparación con la vida a la que nos habíamos acostumbrado en el campo misional del Japón. Por medio de esta visita verdaderamente llegué a apreciar que ‘nuestra casa’ es dondequiera que Jehová nos asigna en el campo del servicio teocrático.”
25. ¿Cómo comenzó su carrera como ministro un miembro de la familia Betel de Brooklyn, y cómo describió sus muchos años en el servicio de Jehová?
25 Otro dijo: “Calitri, Italia, fue donde nací, en diciembre de 1879. Mis padres devotos me bautizaron y más tarde me confirmaron como católico romano. Nunca nos imaginamos que a la edad de [ochenta y cinco años], meditaría afectuosamente en los [cincuenta y nueve] años como testigo de Jehová.” En 1900 cuando tenía veintiún años de edad se mudó a los Estados Unidos y cuatro años después llegó a tener un conocimiento de la verdad. En 1909 ingresó al personal de la oficina central de la Sociedad Watchtower, para llegar a ser de allí en adelante un siervo fiel y celoso de Dios. Dijo además: “Repasando los [cincuenta y nueve] años empleados en el servicio de Jehová, verdaderamente puedo decir que éstos han sido los años más felices de mi vida. [Cincuenta y seis] de ellos han sido como miembro de la familia Betel de Brooklyn—un privilegio de servicio que recomiendo de todo corazón a cualquier cristiano joven. Sin duda, ha habido algunas pruebas, pero éstas aumentaron nuestra fe en Jehová. Jamás he dudado que él está usando a la Sociedad para dirigir la obra de testimonio en todo el mundo que Jesús predijo en Mateo 24:14. Como Pablo dijo, cualesquier tribulaciones ‘no son de ninguna importancia en comparación con la gloria que va a ser revelada en nosotros.’”
26. ¿Qué opinan muchos miembros de mayor edad de la familia Betel acerca de las oportunidades de asociarse con sus hermanos?
26 Hay muchos de tales siervos fieles de Dios que están avanzados de edad que continúan su servicio fiel en esta oficina central de Brooklyn. En algunos casos les es difícil oír todo lo que se dice pero jamás faltan a una reunión. Aunque en muchos casos se requiere gran esfuerzo y a veces ayuda amorosa de parte de algunos de los más jóvenes, nunca faltan a la adoración matutina antes de desayunar, a asambleas grandes y pequeñas, o a sus propias reuniones de congregación, aunque a veces éstas están lejos y hay que andar: Su gozo en la asociación con otros que se interesan en las obras de Dios continúa intacto.
27. ¿Cuáles son algunos de los pensamientos que debe uno tener presentes si quiere hallar verdadera felicidad?
27 Sí, no es el juego lo que lo hace feliz a uno; es el trabajo duro. Pero tiene que ser la clase correcta de trabajo, es decir, trabajo que se hace a favor de otros. Ningún otro trabajo puede llenar ese requisito como el trabajo de hacer discípulos de Jesucristo. No solo estará usted feliz mientras participe en el trabajo mismo, sino que usted estará feliz y contento en todo lo que haga. Sí, el dedicar su vida a este trabajo tendrá ese efecto sobre toda su vida. ¿Es usted verdaderamente feliz en su trabajo presente? Si no, entonces usted probablemente se encuentra en la carrera incorrecta. Debería estar hallando felicidad en hacer discípulos.
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¿Necesitan los cristianos “estas buenas nuevas del reino”?La Atalaya 1966 | 1 de septiembre
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¿Necesitan los cristianos “estas buenas nuevas del reino”?
1. ¿Cuál es una reacción común en la cristiandad cuando se predican las “buenas nuevas del reino”?
¿CÓMO reaccionó usted cuando un testigo de Jehová lo abordó por primera vez y le explicó que había venido a predicarle las “buenas nuevas del reino”? Si usted es miembro de una de las organizaciones religiosas de la cristiandad, quizás usted pensó, como algunos se han expresado: ‘¿Por qué no va a ver a alguien que las necesite, a los que no creen en el cristianismo? Mi predicador predica el Reino, de hecho, lo ha venido haciendo por muchos años.’
2. Muestre que Dios ha tratado con su pueblo en tiempos pasados con mensajes de buenas nuevas progresivos.
2 Es comprensible que usted opine así. Por otra parte, reflexione algo en cuanto a esta pregunta: ¿No significa el mismísimo hecho de que usted sea miembro de una religión que usted busca algo bueno que habrá de venir? Y ¿no envió Dios en el pasado nuevos mensajes de buenas nuevas progresivos a su pueblo en ocasiones diferentes? Cuando Jesús nació en Belén aproximadamente al principio de nuestra era común, ángeles anunciaron esto como buenas nuevas. (Luc. 2:10) Unos treinta años después, seis meses antes de que Jesús fuera bautizado en el río Jordán y comenzara su ministerio, Dios lo consideró buenas nuevas al grado de que envió un mensajero especial, Juan el Bautista, para proclamarlo a los judíos. (Mat. 3:1, 2) Esto fue en cumplimiento de las buenas nuevas que Dios le había dado a Abrahán. (Gál. 3:8) Cuando murió Jesús, sus discípulos estuvieron muy tristes, pero cuando fue resucitado, y les dijo que todo el poder le había sido dado en el cielo y en la Tierra, esto, para los discípulos, fue las mejores nuevas hasta esa fecha. (Mat. 28:18-20; Luc. 24:50-53) Pero antes de morir Jesús les habló a sus discípulos de buenas nuevas aun mejores que se proclamarían en una escala mundial en tiempo muy distante de su día.
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