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El desafío de la mies en América del SurLa Atalaya 1969 | 1 de febrero
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donde no hay mucha lluvia. Y la gente saca agua del canal y riega las calles. Mendoza tiene el pulso de una ciudad moderna, activa, con ciudadanos industriosos e instruidos. Cuando gente de esta clase se dedica a Jehová Dios, muestra esta misma diligencia en el ministerio cristiano.’”
“Parece una asignación ideal, Jack.”
“Sí, y hay muchas otras semejantes. Esta es la expresión de una persona que asistió a la primera clase de Galaad y ha estado en la obra misional: ‘Han pasado ya más de diecinueve años desde que llegué a la Argentina, y he conseguido residencia permanente desde a principios de 1950. Casi he vivido un tercio de mi vida en este país, y, especialmente desde la muerte de mi madre, realmente es mi hogar. Aquí mis amigos son muy queridos. De hecho, muchos aquí en Tucumán me tratan como miembro de la familia. Agradezco a Jehová el privilegio de servir en este país.’”
“Pues parece que hay muchos lugares donde hacen falta ayudantes más maduros.”
“Sí, y sé que la necesidad aún es grande en Buenos Aires, la capital federal. Sin duda alguna, en esas tierras del sur hay mucha mies que puede mantener ocupados a todos los corazones y manos que se puedan reclutar. ¿Qué te parece si los cuatro hacemos algo acerca de ello?”
“Me parece bien, pero ¿dónde comenzamos?”
“Bueno, pudiéramos escribir a la Oficina del Presidente, Sociedad Watch Tower Bible and Tract, y pedir información en cuanto a si llenamos los requisitos y las cosas que tendremos que tomar en cuenta en conexión con tal paso.”
“¿Por qué no lo haces tú por nosotros cuatro? y mientras tanto yo escribiré una carta a la sucursal de la Sociedad en uno de esos países para averiguar qué perspectivas hay de que entremos en su país y obtengamos una asignación.”
“Está bien. Y luego hay otro asunto. El idioma, ¿recuerdas? Tendremos que decidir qué país tendremos como mira, antes de que podamos hacer algo acerca de esto, porque en un país el idioma es el portugués y en el otro es el español. Pero cuando decidamos, podremos estudiar el idioma como grupo, una noche de cada semana, mientras completamos todos los otros arreglos y al mismo tiempo desempeñamos aquí nuestras responsabilidades teocráticas.”
“Entonces tenemos otro asunto inmediato que atender. Tendremos que hablar a nuestras excelentes ayudantes, nuestras esposas. Creo que sería bueno que cada matrimonio primero tuviera su consideración privada del asunto, y luego podemos hacer planes para reunirnos los cuatro y tener una consideración más amplia.”
“Excelente. Y podemos traer toda correspondencia reciente que recibamos de los misioneros, y de esta manera podremos aumentar nuestro conocimiento básico del campo sudamericano. En la siguiente reunión aquí en el Salón del Reino será interesante averiguar qué progreso hemos logrado y qué podemos hacer en cuanto a enfrentarnos al desafío de una mies abundante en los países del sur. Te veré entonces.”
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‘Causa principal de la guerra’La Atalaya 1969 | 1 de febrero
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‘Causa principal de la guerra’
◆ John Wesley Lord, obispo de la Iglesia Metodista, viajó a varias capitales del mundo en busca de apoyo para la Primera Conferencia Religiosa Mundial sobre la Paz, que quizás se celebre en el Japón en 1970. Después de reunirse con representantes de las religiones judía, musulmana, hindú, budista, sintoísta y nominalmente cristiana, señaló que los líderes religiosos han “confesado que los cuerpos religiosos han sido la causa principal de las más terribles y destructivas guerras de todos los tiempos.”
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