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La esclerosis múltiple... una enfermedad desconcertante¡Despertad! 1972 | 8 de junio
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padecen de esclerosis múltiple deben estar activos y ocupados en tanto que su condición neurológica se lo permita.”
Factores de alimentación
Existe mucha controversia en cuanto a si la ingestión de ciertas vitaminas ayuda al que padece de EM. Ha habido informes de mejoras después de haber tomado ciertas vitaminas, pero la profesión médica en general cree que no hay verdadera evidencia o apoyo para muchas de las conclusiones a que se ha llegado. The Merck Manual of Diagnosis and Therapy afirma que los preparados de vitaminas pueden ser tomados por “sus efectos psicoterapéuticos y tónicos.” Respecto a esto se recomienda el ácido nicotínico (niacina), y las vitaminas B1 y B12. Médicos franceses que usaron la vitamina B12 para tratar la EM informaron considerables mejoras en sus pacientes.
Los dietistas en general creen, por sus investigaciones, que las vitaminas pueden ayudar a los que padecen de EM. La dietista Adelle Davis, por ejemplo, informa lo siguiente en su libro Let’s Get Well: “Cuando a pacientes que sufrían de esclerosis múltiple se les ha suministrado vitaminas E, B6 y otras vitaminas B, la enfermedad ha sido detenida; aun casos avanzados han mejorado en su andar y en tener mejor control de la vejiga y menos espasmos de brazos y piernas. La calcificación de los tejidos blandos ha sido prevenida con vitamina E. Es mi parecer que a todos estos alimentos se les debe dar énfasis en la dieta de un individuo que sufra de esta enfermedad.”
También la dietista Catharyn Elwood informa que el Doctor J. E. Crane “ha tenido maravilloso éxito suministrando tratamiento con la vitamina E para la esclerosis múltiple. De 24 casos graves, 18 ‘mejoraron notablemente.’”
Igualmente se ha informado que la vitamina C tiene algún valor. En el libro The Complete Book of Vitamins se hace esta afirmación: “En la esclerosis múltiple, se ha notado mejora objetiva y subjetiva en la mayoría de los casos cuando se han suministrado grandes dosis de ácido ascórbico.”
Un libro reciente, New Hope for Incurable Diseases (Nueva York; 1971), tiene un capítulo sobre la EM. Los autores, E. Cheraskin, M.D., y W. M. Ringsdorf, Jr., D.M.D., dicen que pacientes de EM se han beneficiado de una dieta baja en carbohidratos. Una dieta alta en carbohidratos hizo empeorar sus síntomas. Dicen los autores: “¡Hay esperanza para el que tiene esclerosis múltiple! La dieta, como instrumento terapéutico, ciertamente debería ser incluida en vista de esta evidencia.” A la luz de la evidencia dietética que han descubierto, estos médicos dicen: “Azúcares simples y grasas saturadas deben considerarse como factores de susceptibilidad en la esclerosis múltiple.”
En cuanto al asunto de la prevención, estos médicos declaran: “Es probable que la dieta que más esperanza ofrece para los incurables también prevenga el desarrollo de estos desórdenes.” Los factores dietéticos que recomiendan estas autoridades son: Proteínas adecuadas y “1. Restricción de carbohidratos dietéticos, especialmente azúcar, jarabe y almidones muy altamente refinados. 2. Restricción de grasas saturadas y reemplazarlas con grasas sin saturar. 3. Utilizar suplementos de vitaminas y minerales múltiples. 4. Grandes dosis de Vitamina C y Vitamina B.”
Mi propia experiencia con la EM
La desconcertante EM se manifiesta de varias maneras entre diferentes personas. Mi propia experiencia con los extraños síntomas comenzó en 1956 cuando estaba en Minneápolis, Minnesota. Estaba esperando para concurrir al curso de otoño de la escuela de misioneros Galaad, de la Sociedad Watchtower. Me vino un dolor en la espalda, y una cadera pareció más alta que la otra. El médico me hizo guardar cama por aproximadamente una semana y lo llamó ciática. El dolor en la región lumbar derecha me abandonó y me pude enderezar.
Después de ir a mi asignación misional en Guyana, hasta el año 1959 no tuve ningún problema. Entonces nuevamente me sobrevino un dolor en la espalda. Después de pasar algún tiempo en cama volví a trabajar, pero tenía cierta rigidez. Cuando visité a Minneápolis en 1961 un quiropráctico me dijo que creía que yo tenía esclerosis múltiple. Me acomodó la columna vertebral, y comencé a tomar vitaminas, tales como la vitamina B.
Más tarde mi mano derecha quedó inutilizada por un mes, y comí con la izquierda. Entonces mi mano derecha se animó de nuevo, y otra vez estuve bien. Todo era muy desconcertante.
En febrero de 1962 pude trabajar satisfactoriamente. Pero en marzo no pude caminar por un tiempo. Cada año tenía uno de estos ataques. Después el ataque vino cada nueve meses, y después cada seis meses.
Comencé a tener problemas con las piernas; me caía a menudo. Luego tuve problemas con la vejiga. En 1964 un doctor me dio cortisona y llamó mi enfermedad neuritis periférica. La cortisona parecía atenuar el dolor. Me examinó otro médico y me recomendó un tratamiento de onda corta para la espalda y ciertos ejercicios. En 1965 fui a la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota. Aquí me hicieron muchos exámenes y análisis. Finalmente, después de más de una semana, se me dijo que mi enfermedad era esclerosis múltiple. En mi caso se consideró mejor que dejara de tomar cortisona, dado que aparentemente endurecía todavía más mis músculos.
Más avanzado el año 1965, regresé a Guyana para continuar con mi trabajo misional. Mis piernas empeoraron progresivamente, y en 1968 comencé a usar un sillón de ruedas.
Ahora en 1972 mis manos se están debilitando, y se me hace imposible estar de pie. Con dificultad escribo mi nombre, y mi dactilografía la realizo con dos dedos. Aunque ahora voy empeorando, el conducir estudios de la Biblia con los estudiantes ayuda a mantener alerta mi mente.
La persona que padece de EM depende de otros, y yo me siento muy feliz de estar viviendo en Guyana, donde la gente es amigable y comprensiva. Los médicos y las enfermeras del Hospital Público de Georgetown verdaderamente son amables, y cuando necesito ayuda me brindan su asistencia. Hasta el clima de Guyana es favorable, dado que parece que me es propicio un clima cálido. Durante todo el año la temperatura está entre 27 y 29 grados centígrados.
Hace dieciocho años que mi esposo y yo somos ministros de tiempo cabal, y hemos estado aquí por unos catorce años. Se me hace posible enseñar a la gente la Biblia en mi hogar, por teléfono y cuando converso con vecinos y amigos. Es bueno que la persona se mantenga activa a pesar de la desconcertante EM.—Contribuido.
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Laboriosos ‘insectos del terreno’ limpian el aire¡Despertad! 1972 | 8 de junio
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Laboriosos ‘insectos del terreno’ limpian el aire
◆ Los científicos del Instituto de Investigación Stanford llegaron a la conclusión de que los microorganismos del terreno efectúan un inestimable servicio al eliminar el mortífero monóxido de carbono de la atmósfera. De los 200 diferentes organismos del terreno que hasta ahora se han aislado, por lo menos dieciséis activamente extraen este gas. Anualmente unas 200 millones de toneladas de monóxido de carbono de “hechura humana” son producidas en la zona continental de los Estados Unidos. Sin embargo la directiva de la planta de laboratorio biológico del instituto calcula que el terreno en el país puede eliminar más de 500 millones de toneladas. Y la gente obtiene los mayores beneficios de sus servicios en aquellas zonas en las que los árboles no han sido talados en su mayoría ni el terreno cubierto con concreto. Por esto se deduce que estos microorganismos del terreno son en su mayoría los responsables del hecho de que la cantidad de este gas en la atmósfera haya permanecido casi invariable por la pasada década.
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