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¿En qué cifrará usted su confianza?La Atalaya 1975 | 1 de diciembre
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¿Por qué desaparecieron como pueblos?La Atalaya 1975 | 1 de diciembre
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¿Por qué desaparecieron como pueblos?
ES POSIBLE que usted haya conocido a persas, griegos o egipcios... todos de pueblos que tienen una herencia muy antigua. Pero, ¿ha conocido alguna vez a un moabita, un amonita o un filisteo? “No,” dice usted. Eso no es sorprendente, porque desaparecieron por completo como pueblos distintos hace muchos siglos.
Sin embargo, en un tiempo los moabitas, amonitas y filisteos eran vecinos de los antiguos israelitas. A lo largo de la orilla oriental del mar Muerto, el territorio de Moab se extendía desde el Arnón en el norte hasta el valle de torrente de Zered en el sur. Los amonitas ocupaban la región que se extendía hacia el este desde las porciones superiores del sinuoso río Jaboc hacia el desierto. La tierra de la costa mediterránea entre Gaza y un punto cerca de Jope era el hogar de los filisteos. Durante varios períodos de la historia los filisteos, los moabitas y los amonitas causaron mucha dificultad a los israelitas.
Durante la primera parte del reinado del rey Saúl, los filisteos tenían guarniciones en territorio de los israelitas. Eran lo suficientemente fuertes como para impedir que los israelitas tuvieran sus propios herreros, y así mantenían totalmente desarmada a esta nación. (1 Sam. 10:5; 13:1-3, 19-22) Tan grande era la opresión extranjera que muchos israelitas egoístamente se pusieron de parte de los filisteos contra sus propios conciudadanos. (1 Sam. 14:21) Sin embargo, especialmente después que David llegó a ser rey, el poder de los filisteos fue quebrantado, aunque continuaron existiendo como pueblo distinto por muchos siglos después.
En cuanto a los amonitas y los moabitas, a fines del séptimo siglo a. de la E.C. éstos cooperaron con los babilonios en causar la ruina de la tierra de Judá. (2 Rey. 24:2) No mucho después de eso los amonitas y los moabitas mismos fueron privados de su tierra. Según el historiador judío Josefo, el rey Nabucodonosor efectuó una campaña militar contra Amón y Moab en el quinto año después de haber desolado a Jerusalén. La evidencia arqueológica confirma que la zona ocupada por Amón y Moab fue despoblada en gran parte antes de llegada la mitad del siglo sexto a. de la E.C. Para el tercer siglo E.C., los amonitas evidentemente habían desaparecido por completo. Los moabitas, también, desaparecieron de la escena. Ciudades moabitas como Nebo, Hesbón y Aroer son solo ruinas hoy. Muchas otras ciudades ni siquiera se pueden identificar.
La única explicación de la desaparición de los moabitas, amonitas y filisteos se encuentra en un registro histórico antiguo que ha continuado existiendo hasta este día. Ese registro es la Biblia. Como se reconoce en The Encyclopædia Britannica, ninguna explicación además de la que suministran los profetas de la Biblia tiene verdadera validez. Por ejemplo, leemos en cuanto a Moab:
“Israel siguió siendo una gran potencia en la historia religiosa mientras Moab desapareció. Es cierto que Moab era acosada continuamente por hordas del desierto; la
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