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¿Qué hay detrás de los problemas del dólar?¡Despertad! 1971 | 8 de diciembre
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Desde el punto de vista de largo alcance, por lo tanto, el gasto bélico de todas las naciones no aumenta su riqueza, sino que la disminuye. Y en el caso de los Estados Unidos el enorme gasto militar de ultramar es la razón principal por la cual ese país se está arruinando en sus cuentas internacionales.
Desenvolvimiento amenazador
Recientemente ha habido otro desenvolvimiento amenazador desde el punto de vista de los Estados Unidos. Los grandes excedentes que tenía en otro tiempo en sus transacciones comerciales con otras naciones están desapareciendo.
En tiempos recientes las importaciones han estado aumentando a una proporción más rápida que las exportaciones. Ahora otros países pueden producir muchas de las mercancías que solo los Estados Unidos producían eficazmente unas cuantas décadas atrás. Y muchos de estos otros países los producen a un costo mucho más bajo.
Debido a la inflación, el precio de los productos norteamericanos ha estado subiendo rápidamente. Esto los hace más costosos en el comercio mundial. Los extranjeros prefieren comprar de otras naciones que producen artículos de igual calidad, pero más baratos.
Los consumidores estadounidenses también están aumentando el problema. Debido a las mercancías caras de fabricación norteamericana, están comprando cada vez más productos de fabricación extranjera. Este año dos de cada cinco zapatos que se venden en los Estados Unidos son importados. Seis de cada diez televisores son importados ahora, así como nueve de cada diez radios. Autos de fabricación extranjera, como el Volkswagen de Alemania y el Toyota y Datsun del Japón, están fluyendo rápidamente a los Estados Unidos, reduciendo la producción local.
De modo que las mercancías de fabricación extranjera están engulléndose los mercados en todas partes. Están perjudicando las ventas estadounidenses a otros países así como sus ventas internamente. Si esta tendencia continúa, pronto los Estados Unidos contraerán un déficit aunque se elimine todo gasto militar en ultramar.
El desequilibrio resulta en crisis
Los déficits en la balanza de pagos estadounidense iban aumentando a medida que los años pasaban. Sin embargo, por presión política o de otras maneras, los funcionarios norteamericanos pudieron convencer a otras naciones para que no convirtieran sus dólares en oro. Advirtieron que cualquier demanda continua de su oro produciría una crisis para todas las naciones del Fondo, puesto que están estrechamente enlazadas.
Sin embargo, llega un tiempo en que hasta un banquero bondadoso no tiene más remedio que tomar ciertas medidas. Tiene que decirle al que pide prestado: ‘¡No doy más!’ Eso sucedió en la primavera de 1971. Esta acción drástica fue causada por una situación que surgió durante 1970 y a principios de 1971.
En 1970 los Estados Unidos padecieron un retroceso en la economía. Entre las diversas cosas que se hicieron para tratar de salir de esta situación estuvo el rebajar la tasa de los intereses. Esto por lo general estimula el comercio, ya que hace más barato el pedir dinero prestado. Hay más probabilidad de que los que quieren comprar autos, construir casas o ensanchar sus negocios pidan prestado y usen el dinero cuando la tasa del interés es más baja.
Sin embargo, con tasas más bajas, los que tienen dinero para invertirlo obtienen menor ganancia. Por eso, muchos sacaron su dinero de las inversiones estadounidenses y lo pusieron en inversiones europeas donde la tasa era más alta.
En la primavera de 1971 hubo un fluir de dólares a Europa. No solo buscaban los inversionistas tasas más altas, sino que, debido a la debilidad del dólar, los especuladores querían librarse de los dólares y comprar el dinero europeo, que era más fuerte, especialmente el marco alemán. Les parecía que estas monedas aumentarían de valor y ellos se beneficiarían.
Sin embargo, cuando fluye dinero así a un país, esa nación tiene más dinero para gastar y prestar, lo cual estimula la inflación. De modo que aunque los déficits norteamericanos a través de los años ya eran bastante malos, esta inundación de dólares en Europa, en particular en Alemania, fue demasiado. Los bancos centrales de varios países europeos dijeron súbitamente: ‘¡No queremos más!’ Temporalmente rehusaron aceptar más dólares. Entonces dejaron que su dinero ‘flotara’ hacia arriba en los mercados financieros.
Esto quiso decir que no se adherirían al acuerdo del Fondo Monetario de dejar que sus monedas fluctuaran solo 1 por ciento. Dejaron que su moneda buscara su propio nivel de acuerdo con la oferta y la demanda. Puesto que la demanda de dólares era débil y la demanda de monedas europeas era fuerte, el valor de esas monedas subió varios puntos por ciento.
Eso realmente equivalía a una devaluación del dólar. Puesto que los Estados Unidos mismos no querían hacerlo, las otras naciones lo hicieron para éstos revalorizando su propio dinero hacia arriba. El resultado fue el mismo. Ahora cuesta más dólares comprar los mismos productos y servicios extranjeros.
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¿Puede corregirse el problema?¡Despertad! 1971 | 8 de diciembre
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¿Puede corregirse el problema?
¿PUEDEN corregirse los déficits de la balanza de pagos estadounidense? ¿Qué encierra el futuro para los sistemas monetarios del mundo?
Para corregir el déficit, los Estados Unidos tendrían que efectuar cambios fundamentales en su modo de vivir. Eso tendría que incluir marcadas reducciones en el gasto militar. Esto significaría reducir las concentraciones de tropas por todo el mundo, o por lo menos hacer que otros países pagaran por ellas. Pero ambas cosas son difíciles de hacer.
Una sugerencia, dada en mayo de 1971, de que para ahorrar dinero se disminuyera la cantidad de más de 300.000 soldados de los Estados Unidos y sus 200.000 dependientes en Europa produjo estallidos de ira de parte de la administración. Las consideraciones que tenían que ver con la política salieron vencedoras. A pesar del gran desangramiento de dólares, los soldados y sus dependientes permanecerían allá por ahora.
Un campo donde se está reduciendo el número de soldados es en Asia y el Pacífico. De muchas zonas allá se están retirando tropas, incluso de Vietnam.
Un dilema
Además de hacer mayores reducciones en lo militar, los Estados Unidos tendrían que hacer que menguara la inflación para que los precios no siguieran subiendo. Precios más bajos harían que sus productos presentaran más competencia en el comercio mundial.
Pero a menudo el hacer eso resulta en que se afloje el paso en los negocios, y haya más desempleo. Eso fue lo que sucedió en 1970 cuando se trató de reducir la inflación, que ascendía vertiginosamente. Se aumentó la tasa de los intereses para hacer más difícil conseguir dinero. Se redujo algo del gasto gubernamental y de los negocios. Todo esto ayudó a efectuar un retroceso en la economía y más desempleo. Ningún partido político en el poder desea eso.
Por consiguiente, los Estados Unidos se encuentran ante un dilema. Para reducir la salida de dólares y el déficit, tienen que corregir la inflación dentro del país. Pero eso hace que la economía afloje el paso y encoleriza a millones de norteamericanos. Es por eso que al retroceso se le considera mayor mal, políticamente, que el que otros países se encolericen. Esos países no votan en las elecciones estadounidenses.
Por otra parte, el estimular los negocios norteamericanos para evitar o corregir un retroceso por lo general agita la inflación. Se disminuye la tasa de los intereses para que se pida prestado y se use más dinero. El gasto de parte del gobierno y de los negocios aumenta. Siendo más fácil obtener dinero, la gente gasta más. De modo que se produce mayor demanda de mercancías, lo que requiere más producción, lo cual a su vez significa más trabajos. Pero después los precios tienden a subir, lo cual hace más costosos los productos estadounidenses, y éstos presentan menos competencia en el comercio mundial.
Cuando hay mayor prosperidad, la gente por lo general gasta más dinero en todo, incluso en productos extranjeros. Y es más probable que pasen sus vacaciones en el extranjero. Todo esto empeora la balanza de pagos. Debido a este dilema el presidente de la Reserva Federal, Arthur Burns, hizo notar que la situación financiera estadounidense es tan frágil que dudaba que pudiera sobrevivir otro auge comercial ahora mismo.
Las perspectivas
¿Qué perspectivas hay de que se haga algo para detener los déficits? Algunos funcionarios gubernamentales tienden a ser optimistas.
Sin embargo, muchos economistas privados no tienen ese punto de vista. El Dr. Roy Reierson, economista principal del Bankers Trust, declara: “Los Estados Unidos tienen que reducir el déficit de su balanza de pagos para que el abastecimiento de dólares casi iguale la demanda de dólares por tenedores privados y oficiales del extranjero. Los Estados Unidos no han estado haciendo esto y poco se puede esperar que lo hagan.”
Un economista hizo notar que en el pasado sucesivos secretarios de Hacienda han prometido acabar con los déficits en unos cuantos años, pero jamás han cumplido sus promesas. En cambio, los déficits han aumentado velozmente. De modo que el problema básico de lograr una balanza o equilibrio que funcione entre las naciones occidentales y los Estados Unidos sigue sin ser resuelto en la actualidad.
Debido a esto, Myers’ Finance Review del Canadá advierte: “El mundo se está acercando a una crisis monetaria que abarcará a toda moneda existente.” Y un banquero europeo dice: “Podríamos salir con el peor desorden monetario desde los años 30.”
Sí, hasta el respetado economista francés Jacques Rueff, aunque simpatiza con los problemas del dólar estadounidense, declaró: “Temo que el problema ya no se puede controlar, y que la balanza de pagos se restaurará solo por una consolidación forzada —es decir, bancarrota— como en 1931.”
Aunque se logre mejoramiento temporal, ¿qué hay de las perspectivas a largo plazo? ¿Podría nuevamente ser sacudido el mundo por un desorden monetario como la Gran Depresión de los años treinta?
¡En realidad, con certeza habrá un desorden mucho mayor! Todo sistema fundado en intereses egoístas siembra las semillas de su propia destrucción. Si se le diera suficiente tiempo, el presente sistema económico mundial, basado en intereses nacionales e individuales egoístas, se derrumbaría, como la historia muestra que muchos otros se han derrumbado.
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