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  • El terror creciente del ultraje sexual
    ¡Despertad! 1980 | 22 de noviembre
    • El terror creciente del ultraje sexual

      ¡ULTRAJE sexual! Quizás la misma mención de ello le atemorice tanto, o le parezca tan repugnante, que ni siquiera desee leer acerca de ello. Si así es, y si usted es mujer, bien puede ser el tipo de persona que especialmente deba pensar sobre este asunto. Decimos esto debido a la forma en que los violadores se las arreglan para escoger a sus víctimas.

      “El que tiene ideado cometer el ultraje sexual busca a una mujer que sea vulnerable al ataque,” explica James Selkin, director del Centro para el Estudio de la Violencia en el Hospital General de Denver. Gene G. Abel, profesor de siquiatría, describe así a la persona que es vulnerable en este sentido: “La mayoría de los violadores están buscando a una mujer asustada, atontada y pasiva que se someta sexualmente con el mínimo de resistencia.”

      Al ser amenazada por un violador, ¿sería usted ese tipo de mujer? ¿Cómo reaccionaría usted?

      Cómo reacciona la mayoría de las víctimas

      Se comprende el que ante la amenaza de ser violada la víctima se siente horrorizada. De hecho, dos profesores del Colegio de Boston, después de entrevistar a 80 víctimas de violación, notaron: “La reacción principal a la violación en el caso de casi todas las mujeres fue la de temor.” Y el problema es que tal temor puede ser paralizante.

      Una víctima de violación dio el siguiente ejemplo: “¿Ha visto usted alguna vez a un conejo inmovilizado por la luz de los faros del automóvil que usted conduce por una carretera oscura? Petrificado —como si supiera que el escape sería imposible— eso fue lo que sucedió.”

      La confusión y la inseguridad a menudo acompañan al temor. Por ejemplo, una joven de 19 años de edad dio la siguiente explicación: “No luché físicamente para hacer que se alejara de mí, debido en parte a que estaba asustada, y quizás más debido a que en mi ingenuidad pensaba que una muchacha tenía que hacer todo lo que se le dijera. . . . Estaba completamente confundida e indefensa debido a lo repentino del suceso.”

      Ella reaccionó como lo han hecho muchas otras mujeres en circunstancias similares. Se sometió. Pocas mujeres están preparadas para resistir... para resistir con todas sus fuerzas. Al escribir para la revista Seventeen, Elizabeth R. Dobell hizo la siguiente revelación sorprendente: “De los 4.057 casos de violación que se informaron en la ciudad de Nueva York en 1974, solo hubo un acto de prestar resistencia. . . . El terror profundo ante la amenaza física simplemente hace indefensas a las mujeres.”

      ¿Pudiera un violador intimidarla a usted y hacer que se someta a él? ¿Cómo resistiría al ataque? ¿Sabe usted?

      Hay que aprender a oponer resistencia

      Puede que algunos consejeros le digan que no oponga resistencia, especialmente si el violador tiene un arma. Es mejor, dicen ellos, dejar que el hombre haga lo que quiera y así evitar más daño. Pero, ¿es prudente ese consejo?

      “Creo que [ese consejo] está completamente equivocado,” dice Frank Lena, que enseña cursos de defensa propia en contra de la violación a estudiantes de escuelas de segunda enseñanza en los Estados Unidos. “Enseño a estas muchachas que si por temor alguna deja que un hombre la viole, él muy bien pudiera matarla después para que no lo pueda identificar más tarde.” Otros expertos dicen lo mismo, e instan a las mujeres a resistir.

      Sin embargo, el problema de cómo oponer resistencia es uno muy real. “Tenemos miedo,” dijo una mujer, “porque no tenemos confianza en nosotras mismas. . . . Esperamos que no suceda. Y cuando sucede, no sabemos que hacer.”

      Pero las condiciones en muchos lugares hacen importante el que usted, como mujer, aprenda. Tiene que aprender a reaccionar ante una posible violación de una manera que pudiera diferir totalmente de la manera en que actuaría en otras circunstancias.

      ¿Es en verdad una amenaza hoy?

      Usted quizás pregunte: “Pero, en realidad, ¿no son relativamente raros los casos de violación?

      Al considerar ciertas estadísticas sobre la violación, alguien pudiera llegar a esa conclusión. En 1933 solo se informaron 4.930 casos de violación en los Estados Unidos. Para 1962, aunque la cantidad había aumentado a 16.310 casos, no parecía que tantas mujeres hubieran sido afectadas por este tipo de violencia.

      Sin embargo, en los siguientes 16 años los informes de violación subieron vertiginosamente a más de cuatro veces esa cantidad, a 67.131 en 1978. Y durante los primeros nueve meses del año pasado aumentaron en otro 9 por ciento. En los Estados Unidos la violación es el delito que con mayor rapidez aumenta. Sin embargo, las violaciones que han sido informadas a las autoridades dan poca idea del alcance de esta amenaza a la cual se enfrentan las mujeres hoy.

      Esto se debe a que la mayoría de las violaciones, por mucho, no se informan a las autoridades. Muchas víctimas se avergüenzan de denunciar estos casos. Quizás teman que se reciba con escepticismo o sospecha su afirmación de que se les ha ultrajado, o quizás simplemente deseen no hacerse objeto de interés público. Algunas temen lo que los miembros de su familia pudieran hacer o decir. Otras opinan que sencillamente no vale la pena dar informe del ultraje, puesto que a solo el 2 por ciento de los violadores se les condena.

      Las investigaciones indican una cantidad asombrosa de violaciones. Generalmente se calcula que la cifra es de tres a cinco veces mayor que la cantidad que se informa. La revista Time dijo: “Algunos analistas afirman que cada año hasta 500.000 personas son atacadas por violadores.” Según el libro How to Protect Yourself from Crime: “Hay cálculos que indican que hasta el 90 por ciento de todas las violaciones no se informan.”

      Por lo tanto, ¡cada día más de 1.000 mujeres pudieran ser víctimas de la violación tan solo en los Estados Unidos! Y esta cantidad no incluye a la mayor parte de los 60.000 niños a quienes se somete a abuso sexual cada año.

      Sin embargo, la violación no es de ningún modo un problema limitado a los Estados Unidos. La violencia sexual está aumentando también en América del Sur, África y Europa.

      ¿Por qué se ha convertido el ultraje sexual en un problema de tal magnitud en la actualidad? ¿Qué impulsa a los hombres a cometer este tipo de violencia?

  • ¿Por qué ocurre?
    ¡Despertad! 1980 | 22 de noviembre
    • ¿Por qué ocurre?

      VA EN aumento la violación de mujeres por los hombres. “Ocurren tantos casos de ultraje sexual en los terrenos universitarios,” comenta el libro Against Rape (Contra el ultraje sexual), “que algunas escuelas grandes han puesto en vigor medidas para combatir la violación. En una universidad de un estado central de los Estados Unidos se estableció un servicio de escolta. Las jóvenes después informaron que las violaban los hombres quienes se habían ofrecido voluntariamente para escoltarlas.”

      La violación no es nada nuevo. La Biblia habla acerca de la violación de la hija de Jacob y de la hija de David, actos perpetrados hace miles de años. Pero, ¿por qué se ha hecho tan común esta conducta en la actualidad?—Gén. 34:1, 2; 2 Sam. 13:1-14.

      La mentalidad del violador

      Un factor importante es la manera en que muchos hombres ven a las mujeres en la actualidad. Parece que creen que la función principal de la mujer es proveer placer sexual al hombre. La tremenda propagación de la pornografía es un factor que contribuye a tal manera de pensar. Hasta se usa la frase “pedazo de carne,” para describir a un miembro del sexo femenino. La mentalidad que promueve tal forma de hablar es la misma mentalidad que tiene el individuo capaz de cometer una violación.

      A menudo a los jóvenes se les cría en un ambiente en el cual aprenden estas actitudes. Al muchacho se le enseña a tierna edad que la agresión y la violencia son muestra de virilidad y masculinidad. La jovencita aprende a hacerse la difícil, de hecho, a ser provocativa y embromar a los hombres. Comentando acerca de esto, un consejero, que trabaja en un centro de Chicago donde se auxilia a las víctimas de violación, afirmó: “La violación es el resultado lógico de la manera en que se ha enseñado a hombres y mujeres a tratarse unos a otros.”

      El que el muchacho esté confuso respecto a asuntos sexuales en los años de formación también es un factor que contribuye a que algunos hombres se conviertan en violadores. Algunas parientes, al tratar a los muchachos como objetos de diversión sexual, son responsables de que en ellos se hayan desarrollado sentimientos de agresión contra las mujeres. Un estudio de 200 ofensores sexuales convictos en los Estados Unidos reveló que el 44 por ciento de ellos habían dormido con sus madres en la misma cama, y que ellas habían desplegado comportamiento sexual para con ellos.

      Cambios en la forma de vivir moderna

      El hecho de que las mujeres de la familia hayan salido del hogar y entrado en competencia con los hombres, de modo que se acercan cada vez más a ser sus “iguales,” es otra razón que se señala para el aumento en los casos de violación en los Estados Unidos. Camille E. LeGrand, una abogada de California, dice que la violación es una manera, consciente o inconsciente, en que los hombres ‘mantienen a las mujeres en su lugar,’ pues así muestran que el hombre sigue teniendo más fuerza y poder que la mujer.

      En sí mismo, la mayor libertad de movimiento de que disfruta la mujer moderna la expone más a la violación. La sicóloga Carolyn J. Hursch explica: “Hay más violaciones debido a que hay más mujeres afuera haciendo algo. Hace cincuenta años, rara vez se veía a una mujer afuera sola de noche, sin un hombre. Hoy, esto es obviamente bastante común.”

      También, más mujeres hoy día se ponen en circunstancias que crean la posibilidad de que alguien las viole. Un anuncio popular de la televisión muestra a una mujer sola en su casa invitando a un hombre a su apartamento para que se tome una bebida alcohólica. Ella explica a los televidentes que el hacer eso ahora es “perfectamente correcto.” Y puesto que las normas morales de la Biblia han sido descartadas por tantas personas, el escenario está listo para que a las mujeres, en tal situación, se les obligue contra su voluntad a tener relaciones sexuales.

      “Cita para violación”

      Esta expresión pudiera parecer extraña a muchas personas; sin embargo, es apropiada. Una autoridad calcula que el “35 por ciento de las violaciones” ocurren en situaciones relacionadas con citas; otra autoridad dice que eso es cierto de “la mayoría, por mucho,” de las violaciones. De ahí la descripción “cita para violación.”

      En una investigación de 1.070 violaciones, la socióloga Pauline Bart, de la Universidad de Illinois, informa que en el 59 por ciento de los casos la víctima conocía al hombre. Señalando al problema, el Star de Toronto hizo el siguiente comentario: “En muchos casos en que se ha atacado sexualmente a una mujer, el ataque lo ha hecho alguien conocido de ella, y para con quien ella ha tenido simpatía y confianza antes del asalto. En aproximadamente la mitad de los casos ella encontró aceptables los primeros requerimientos amorosos de él.”

      ¿Por qué, entonces, tiene lugar la violación?

      Sencillamente se debe a que la mujer sale a una cita con un hombre que no respeta las normas morales de la Biblia. Para muchas personas el concertar citas se ha convertido en una especie de “juego,” en vez de ser un medio de buscar una compañera o compañero apropiado para el matrimonio. En tales situaciones de hacer citas, algunos “interpretan mal” a las mujeres. “Creen que si una mujer comparte una bebida con ellos es correcto que tenga relaciones con él,” explica el siquiatra Gene G. Abel. El que ella invite al hombre a su apartamento, o acepte una invitación de él para ir al apartamento de éste, puede comunicarle al hombre la idea de que ella está dispuesta a tener relaciones sexuales, aunque cuando él proponga tal cosa ella diga: “¡No!” y trate de huir.

      Violencia y sexo

      Está en discusión la cuestión de exactamente que mueve al hombre a ultrajar a una mujer. Se supone por lo común que es para satisfacer su pasión sexual. Pero algunos dicen que hay más que eso envuelto en el asunto. Un equipo de investigadores del Colegio de Boston, E.U.A., informó: “La violación es un acto seudosexual, un patrón de conducta sexual que está relacionada mucho más estrechamente con posición, agresión, control y dominio que con placer sexual o satisfacción sexual.”

      Los que consideran esta cuestión a menudo se dividen en lados extremos. Cierto periodista expresó la opinión de muchos al decir: “La violación no es un delito de lujuria... es un delito de violencia.” No hay duda de que algunas violaciones son principalmente delitos de violencia, que tienen como motivo causar daño a las mujeres, dominarlas, ‘mantenerlas en su lugar.’ Sin embargo, el excitar los deseos sexuales del hombre —sea que la mujer haya tenido esa intención o no— es también una razón principal por la cual muchos hombres obligan a las mujeres a tener relaciones sexuales con ellos.

      Debido al interés que tenía en este asunto, Donna Vali, una sicóloga y criminalista de Los Ángeles, envió cuestionarios a 645 siquiatras. Hizo preguntas como las siguientes: “Si una mujer desea evitar la desgracia de ser víctima de un delito sexual, ¿sería prudente el que ella tomara en consideración lo que su ropa y acciones pudieran estar diciendo según la manera en que interpretarían tales cosas los hombres?” Además: “¿Están los bikinis, los suéteres apretados, las faldas cortas, los escotes y la moda de no llevar sostenes entre las modas que pudieran atraer la atención de un posible criminal sexual?”

      Un total de 88 por ciento de los siquiatras contestaron: “Sí,” a la primera pregunta, y 62 por ciento: “Sí,” a la segunda. La sicóloga Vali comentó: “El resentimiento contra las mujeres es el motivo que se da a menudo [para la violación]. Este resentimiento es a menudo el resultado de haber sido provocado el hombre por ropa reveladora, y luego haber sido rechazado cuando ha tratado de proseguir hacia su objetivo por lo que a él le pareció una llamada o invitación.”

      En vista de que ancianas de más de 80 años de edad y también niñitas son víctimas de violación, es patente que la ropa es solo un factor entre muchos que contribuyen a este delito. Pero sin importar los factores pertinentes, no puede haber excusa para que un hombre obligue a una mujer a someterse a relaciones sexuales.

      No se castiga a los ofensores

      Una razón más para el rápido aumento en las violaciones es el hecho de que las cortes no castigan a los ofensores. Según Prensa Asociada: “La policía de Seattle recibió 308 informes de violación el año pasado, pero solo se condenó a seis personas.” Solo un 2 por ciento de los violadores son declarados culpables y encarcelados. Los demás quedan libres. Como dice la Biblia: “Por cuanto la sentencia contra una obra mala no se ha ejecutado velozmente, es por eso que el corazón de los hijos de los hombres ha quedado plenamente resuelto en ellos a hacer lo malo.”—Ecl. 8:11.

      Hasta a los violadores convictos pronto se les pone en libertad para que vuelvan a violar. Un funcionario de la policía dijo: “Se le llama justicia de puerta giratoria... y eso es, exactamente.”

      Una señal de los tiempos

      Se ve pues que la violación y otros delitos están aumentando a un ritmo cada vez más rápido y están creando un mundo tan violento y enloquecido por el sexo que casi es un mundo demasiado peligroso para vivir en él. Es significativo el hecho de que la Biblia dice que “los últimos días” de este sistema de cosas serían “tiempos críticos, difíciles de manejar,” porque los hombres serían “feroces, sin amor de la bondad.” Por lo tanto, el aumento sin precedente de los ultrajes sexuales es solo otra prueba de que estamos viviendo en un tiempo muy significativo que se predijo en la profecía bíblica.—2 Tim. 3:1-5.

      Los autores de un libro que trata sobre la prevención del ultraje sexual hicieron los siguientes comentarios: “Algunas personas, al leer nuestro consejo, dirán que raya en la paranoia. . . . Pero la paranoia es necesaria para la supervivencia. Cuando se considera la sociedad en la cual vivimos, se debe esperar que exista la paranoia. Uno no debe sentirse avergonzado, ni tratar de negar que existe, sino, más bien, tratar con ella.”

      ¿Qué puede hacer usted? ¿Cómo puede protegerse de la violación?

  • Cómo protegerse
    ¡Despertad! 1980 | 22 de noviembre
    • Cómo protegerse

      DESAGRADABLE como sea pensar en la violación, la experiencia misma puede ser absolutamente aterradora. Y puesto que estamos viviendo en los “últimos días” de este sistema de cosas, como hicimos notar en el artículo anterior, bien podemos esperar que la cantidad de tales experiencias siga aumentando.

      Esto significa que es preciso que usted, como mujer, sepa protegerse. Para comenzar, es importante saber qué circunstancias llevan a menudo a la violación.

      Cómo resistir en situaciones relacionadas con citas

      A muchas jóvenes se les ha violado durante una cita. Lo típico es que la pareja participe en besarse, y quizás también en acariciarse. Entonces el hombre, excitado ya sexualmente, desea más. Pero la muchacha no quiere ir más allá. El hombre se hace insistente en este asunto, y la muchacha, intimidada y confusa, se rinde. Como lo explicó una joven de 17 años de edad:

      “Yo era sosegada, recatada, humilde, sumisa... y virgen. . . . En nuestra última cita él me empujó hacia la parte trasera de su automóvil y me tomó en sus brazos. Simplemente me rendí.”

      ¿Por qué son a menudo víctimas tan fáciles de violación las muchachas? El primer error que ellas cometen es el de concertar citas con hombres que no se atienen a las normas morales de la Biblia. Y su segundo error consiste en dejarse maniobrar hasta que se hallan en una situación comprometedora. Quizás no quieran dar la impresión de estar preocupadas ni parecer tontas o ridículas al resistir firmemente los primeros requerimientos amorosos del hombre. Pero en un manual para la prevención del ultraje sexual, los autores advierten: “Usted tiene que ser ruda, oponerse firmemente y quizás hasta parecer ridícula. Indudablemente perderá un pretendiente, lo cual, en este caso, no sería pérdida.”

      Estos autores pasan entonces a decir: “Una vez que usted comience a aceptar la situación, está atrapada. El punto estriba en no comenzar, en mantenerse libre de todo el asunto.” Sí, es preciso que las muchachas entiendan plenamente el efecto de comenzar el juego sexual preliminar, tal como el besarse. Frederic Straska, que ha pasado años investigando las violaciones, dijo lo siguiente acerca de una víctima que había participado en un intercambio de besos:

      “El próximo error que [Gayle] cometió fue el de pensar que ‘el darse unos besos no es tan importante, ¿verdad?’ El darse besos es en sí mismo una actividad sexual muy potente. El labio superior es una de las zonas más sensitivas del cuerpo. El hombre o la mujer pudieran exponerse a la seducción sexual tanto por medio de besarse apasionadamente como por medio de acariciarse directamente las zonas sexuales del cuerpo. . . .

      “Desde el punto de vista de Mike, Gayle estaba animándolo, provocándolo. Quizás aquello no fuera su intención. Probablemente no lo era. Pero eso fue lo que él percibió. Eso sería lo que la mayoría de los hombres percibirían en una situación similar. Al permitir ella cuanto permitió, al no dar a Mike ninguna señal convincente de que debía detenerse, Gayle incitó a Mike a tal grado que él no pudo volver atrás.”

      Los padres pueden hacer mucho para proteger a sus hijas. Deben llegar a conocer bien a los jóvenes con quienes sus hijas se asocian o salen. ¿Respetan estos jóvenes los requisitos morales de Dios? ¿Los aplican en su vida? Si así es, no debería haber ningún problema. Pero si algún joven ha podido esconder sus verdaderas intenciones, la muchacha tiene que adoptar una actitud firme y decirle que no, que de ninguna manera va a hacer lo que él quiere.

      Hay muchas cosas que una muchacha puede hacer para presentar resistencia. Cuando las intenciones impropias de su pretendiente se hicieron patentes, una muchacha hizo lo que otras han hecho con buenos resultados. Volvió la cabeza, se metió el dedo en la garganta, se volvió de nuevo hacia él y le vomitó encima. La pasión de él se apagó al instante; se mostró compasivo, preocupado por la salud de ella, y la llevó a casa.

      Resistiendo a otros que usted conoce

      Existe la posibilidad de que otras personas de entre sus conocidos sean potencialmente violadores, entre las cuales están sus propios parientes, vecinos, parientes de sus amigas, y así sucesivamente. Para protegerse, es vital que usted esté despierta respecto a tal posibilidad. No es que debamos sospechar de todo pariente y amigo que nos abrace o nos muestre de otra manera afecto y atención. Pero recuerde: todo violador es pariente o amigo de alguien.

      Mientras visitaba a sus parientes, una joven de 15 años de edad fue violada por su primo cuando no había nadie más alrededor. Una joven de 17 años de edad fue violada cuando aceptó la invitación del hermano de su cuñada para ir a su apartamento. Esto sucede continuamente... y lo hacen personas a quienes las muchachas conocen y, muchas veces, en quienes confían. Lo lamentable es que muchas muchachas, puesto que se les sorprende, asusta y confunde, son víctimas fáciles, y a menudo hacen que hasta en la mente de sus propios padres surja la pregunta en cuanto a si acaso no han sido participantes voluntarias.

      Como es propio, una muchacha que se halle en tal situación debe resistir valientemente. Algunas han logrado evitar la violación por medio de hacer toda suerte de cosas vulgares y repugnantes para hacerse poco atractivas y femeninas. Además, lo que la amenazada diga puede disuadir al que trate de violarla.

      El padre de una niñita estaba llevando a casa a la joven de 14 años que había estado cuidándole la hija. En el camino, el hombre se desvió por otra carretera a un lugar apartado. Se puso a tocar y acariciar a la jovencita, y luego empezó a quitarle la ropa. En ese momento ella dejó de luchar y dijo: “¿Se da cuenta usted de algo, Sr. Jones? En nueve o diez años esto le pudiera estar sucediendo a su hijita.” Eso lo paró en seco. Pidió disculpas y hasta lloró.

      Tome precauciones

      “La prevención es la clave,” dijo un funcionario de la policía. “Mantengo mi posición de que el 95 por ciento de todas las violaciones pudieran haberse evitado.” Es preciso que uno piense en las posibles consecuencias de sus actos.

      Por ejemplo, la práctica de pedir que se les lleve en vehículos que pasan coloca a las mujeres en posición vulnerable. Según los resultados de un cuestionario provisto por dos investigadores de ultrajes sexuales, en la mayoría de los casos en que las víctimas fueron violadas por hombres a quienes no conocían, las mujeres habían pedido que se les llevara en autos que iban de paso. Tampoco es prudente recoger a alguien que está en la carretera pidiendo que lo lleven hasta cierto lugar.

      De manera similar, el admitir dentro del hogar a un hombre a quien usted no conoce bien, pudiera resultar en ultraje sexual. Quizás se trate del hombre a quien se haya contratado para que arregle el patio, y a quien usted quiera dar algo de beber. O pudiera ser el hombre que tocara a la puerta porque deseara hacer una llamada telefónica de “emergencia.” Obrando con prudencia, llévele la bebida al hombre afuera, y haga la llamada por el hombre que necesita ayuda. Especialmente si usted vive en una zona de gran criminalidad, ¡no permita la entrada a su hogar a desconocidos si está sola!

      Además, cuide de la seguridad de su hogar con cerraduras apropiadas para puertas y ventanas. Puesto que el vivir sola la expone a mayor peligro, si usted vive sola pudiera pensar en conseguir una compañera de cuarto.

      Si usted tiene hijas, es preciso que tome en consideración a sus hijas que al salir de la escuela estarán en casa antes que usted. Vigile que su hija no esté allí sola con un muchacho que no sea su hermano, ni en una situación en la cual ella sea la única muchacha en un grupo. Considere con sus hijas medidas preventivas contra la violación, y también, cómo resistir un ataque.

      En despliegue de prudencia, cierre las cortinas cuando se vista o desvista. No ande por la casa con poca ropa, de modo que los que están afuera puedan verla. Una mujer hizo eso. Un vecino vio esto como una invitación. Una noche él vino al apartamento de ella. Ella le permitió entrar, y él la violó.

      Si hay manera alguna de evitarlo, no viaje sola de noche. Aunque los violadores generalmente escogen a jóvenes que tienen de 16 a 24 años de edad, no crea que no la van a hacer objeto de ataque porque sea mucho mayor, ni por ser mucho más joven. Recuerde: a veces atacan hasta a niñitas y a mujeres de más de ochenta años de edad. Y puesto que la ropa provocativa es un factor en algunas violaciones, es prudente vestir con modestia.

      Una mujer policía de la ciudad de Nueva York, Mary Keefe, describió el modo en que comúnmente operan los violadores, y al mismo tiempo reveló las precauciones que se deben tomar, cuando dijo del violador: “Usualmente escoge una hora tardía (8 de la noche a 4 de la mañana son las horas en que más casos ocurren), o un lugar solitario, desierto... un atajo, un solar vacío, una lavandería.”

      Sin embargo, a pesar de las precauciones que usted haya tomado, suponga que un día se enfrenta a un violador. ¿Qué debe hacer usted?

      Resista a los desconocidos

      En una sola palabra: ¡resista! No se deje intimidar. Como dijo la mujer policía Mary Keefe: “Una vez que la mujer que no sospecha nada ha sido abordada, el que planea violarla la somete a prueba para asegurarse de que puede ser amedrentada de modo que el no tenga mucha dificultad en hacer que ella acceda a sus demandas.”

      Por lo tanto, haga resaltar el hecho de que usted de ningún modo se someterá. Desde el mismo principio, hágale saber que no va a ser fácil para él intentar algo con usted. Esto es lo que dicen los expertos. El sicólogo James Selkin recomienda:

      “Es importante que la mujer resista desde el mismo principio del ataque, cuando el atacante da a conocer sus intenciones. En ese momento él no ha cometido un delito grave, y se le hace más fácil buscar a una víctima que sea más cooperadora y no luchar para dominar a una que ya ha destrozado sus esperanzas de tener un viaje fácil de fantasía sexual.”

      El profesor Gene G. Abel dice:

      “Para evitar la violación, la mujer debe demostrar de manera firme e inequívoca, con lenguaje enérgico y firmemente positivo, que no va a permitir ningún coito, y que a menos que el violador se vaya inmediatamente, va a verse en dificultades. Es preciso que el violador la vea como una oponente agresiva y difícil, no como una persona pasiva que se encoge de miedo y no sabe cómo hacer frente a esta amenaza de violación.”

      Una firme resistencia desde el principio realmente surte efecto. Una señora tuvo la siguiente experiencia en la ciudad de Nueva York:

      “Había salido de compras y regresaba al hogar alrededor de las 9 de la noche y estaba entrando en el edificio donde vivía. Como de costumbre, revisé el ascensor antes de entrar. Estaba vacío. Pero cuando llegué al cuarto piso, alguien abrió por fuerza la puerta del ascensor. Un hombre había corrido por las escaleras para alcanzarme en el cuarto piso, y yo no lo había visto. Entró y comenzó a acercarse a mí, y me dijo que no me haría daño si yo tenía relaciones con él.

      “Antes de que pudiera acercarse más, le dije calmadamente: ‘Usted debe estar loco al pedir que yo haga tal cosa. ¿No sabe que soy cristiana y que sería incorrecto el que yo hiciera eso? Yo no hago cosas como ésas. Y además, estoy en camino a mi hogar, donde me espera mi familia.’

      “Entonces él contestó: ‘Está bien, está bien; no se enfurezca, y, por favor, no grite. Ya me voy.’ Salió del ascensor en el quinto piso y corrió por las escaleras para alejarse de mí.”

      Pero quizás alguien pregunte: “¿Qué hay si el hombre tiene un cuchillo o un revólver? ¿No es peligroso resistir?” Le toca a la mujer decidir lo que va a hacer. Pero Susan Brownmiller, quien tiene autoridad para hablar sobre el tema de la violación, dijo lo siguiente en su libro Against Our Will (En contra de nuestra voluntad):

      “A pesar del mito popular de la violencia masculina y de la supuesta seguridad que acompaña a la sumisión, nunca se ha podido probar que la resistencia por parte de una víctima de violación en un esfuerzo por escapar ‘haya provocado’ al asaltante a cometer un acto de asesinato.”

      Por otro lado, la resistencia ha resultado vez tras vez en salvar a las mujeres de ser violadas, y hasta asesinadas. El violador y asesino Albert DeSalvo, conocido como el “estrangulador de Boston,” escogía a mujeres a quienes podía amedrentar. Una camarera que le opuso resistencia, mordiéndole el dedo hasta el hueso y soltando un agudo grito sostenido, no fue violada ni asesinada. El asaltador huyó de ella furioso y confundido.

      Armas de las cuales valerse

      ¿Hasta qué punto puede defenderse la mujer? ¿Sería apropiado que le infligiera daño a su asaltante? Ciertamente que sí, tal como lo hizo la camarera antes mencionada. Y si el ataque continúa, puede valerse de todos los medios a su alcance para resistir que la fuercen. La mujer pudiera hablar con su esposo o padre o un amigo en quien confíe y pedirle consejo en cuanto a medidas defensivas. Algunas mujeres han podido incapacitar a su atacante con un golpe bien colocado. Aunque la mujer no tenga las fuerzas para pelear, tiene un arma poderosa que puede utilizar.

      Tal arma es su voz. Se ha demostrado que el gritar es un método eficaz de alejar a los violadores. Es interesante el hecho de que en la antigüedad era obligatorio que la israelita que fuera atacada gritara.—Deu. 22:23-27.

      El poder de un grito quedó demostrado cuando, según un guión para la radio, a cierta joven se le pidió que gritara. Ella nunca había hecho esto que se le pedía. Cuando finalmente gritó con todas sus fuerzas, el grupo, asustado, respondió: “¡Por favor, nunca vuelvas a hacer eso!” Realmente los había amedrentado. A modo de experimento, trate alguna vez de gritar con toda su energía. Recuerde que tiene disponible esta poderosa arma, y válgase de ella si se hace necesario.

      El alivio está cerca

      Ciertamente es triste que la mayoría de las mujeres hoy, y hasta algunos hombres, se enfrenten a la amenaza de un asalto sexual. La violencia en el mundo es como una plaga que va extendiéndose. El imaginarse que tal violencia no existe sólo aumenta las posibilidades de que usted se convierta en víctima de ella. Por lo tanto, prudentemente, enfréntese al problema. Tome precauciones. Y, si se ve atacada, presente toda resistencia posible.

      Felizmente, se acerca el tiempo en que problemas de esa clase dejarán de existir en la Tierra. Pues pronto se cumplirá esta promesa de Dios: “Solo un poco más de tiempo, y el inicuo ya no será; y ciertamente darás atención a su lugar, y él no será. Pero los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.”—Sal. 37:10, 11.

  • Gemas deslumbrantes para su deleite
    ¡Despertad! 1980 | 22 de noviembre
    • Gemas deslumbrantes para su deleite

      Por el corresponsal de “¡Despertad!” en el Brasil

      “¿EN QUÉ puedo servirle, señora? ¿Desea escoger una gema? ¡Por supuesto! ¿Se interesa en pendientes, en un broche, brazalete, collar o anillo? ¿Cuál es su color favorito? Permítame mostrarle algunas gemas. ¿Se le hace difícil escoger? Concuerdo con usted; todas son preciosas.

      “¿El precio? Bueno, los diamantes son de tamaño pequeño pero el precio de ellos es grande. Los cuarzos son grandes y vistosos, pero son de precio más bajo. ¿Qué le parece este resplandeciente citrino de color amarillo? ¿o esta amatista? ¿Le

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