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  • ¿En qué irá a parar este mundo?
    ¡Despertad! 1981 | 22 de agosto
    • ¿En qué irá a parar este mundo?

      EL ORADOR era un oficial de alto rango de la policía de Los Ángeles. “Antes, cuando una persona mataba a otra, usualmente tenía un motivo para hacerlo,” dijo, y añadió: “Hoy día es mayor el porcentaje de homicidios sin razón, homicidios para experimentar alguna emoción.”

      Por todos los Estados Unidos, el comisario de la policía de la ciudad de Nueva York señaló lo mismo. Dijo: “Hoy día el jovencito que tiene un revólver magnum calibre .357 y que le quita 42 centavos a otro jovencito o a una anciana, porque no le gusta la apariencia del jovencito o le molestan las lágrimas de la anciana, mata a esa persona y entonces se sonríe cuando se le arresta . . . Nadie puede entender eso. Es pavoroso.”

      Los asesinatos sin sentido, las guerras, la toma de rehenes, la violencia, todas estas cosas se están convirtiendo en lo común en el mundo de hoy día, de modo que ciudadanos y víctimas aterrorizadas se preguntan: ‘¿En qué irá a parar este mundo?’

      El oficial policíaco de Los Ángeles tenía una teoría. Dijo al auditorio: “La historia muestra que la sociedad tiene que mantener cierto grado de moralidad para existir, y creo que hemos llegado al punto de quedar debajo de ese nivel.”

      Insensibilizándose

      Algunas personas dirían que el oficial policíaco exageró el asunto. En realidad, dicen ellas, después de todo las cosas no están peores de lo que siempre han estado. ¿Tienen razón estas personas, o será que sencillamente se han insensibilizado debido a la constante andanada de terribles titulares?

      Considere lo que está sucediendo a maestros de escuela de la ciudad de Nueva York. Recientemente el Times de Nueva York declaró: “Los delitos en contra de los maestros de escuela pública de la ciudad de Nueva York se han hecho tan comunes que muchos de los maestros no se sorprenden por la incidencia de éstos. Una maestra que había sido objeto de empujones, amenazas, maldiciones y robos en ocasiones diferentes dijo, según se le citó: “Una tiene que insensibilizarse, desarrollar la actitud de no ver lo que pasa alrededor.”

      A medida que empeoran las condiciones mundiales, ¿se están insensibilizando las personas en general, perdiendo la clara perspectiva de lo que está sucediendo?

      Después de todo, la mayor parte de nosotros hemos crecido leyendo en los periódicos acerca de guerras, atrocidades y condiciones sociales en deterioro. Nunca hemos conocido nada diferente. Pero algunas personas de edad avanzada todavía recuerdan otra era.

      “Todo aquello terminó”

      En una conferencia que se efectuó recientemente, el ex primer ministro británico Harold Macmillan recordó el mundo de su juventud. Durante la era de la reina Victoria la gente esperaba “progreso automático,” dijo. “Todo iba a mejorar y seguir mejorando.” En vez de eso, “de repente, sin que nadie lo esperara, una mañana de 1914 todo aquello terminó.”

      Ciudadanos comunes han hecho observaciones similares. George Hannan, un estadounidense que nació en 1899, señala: “Nadie esperaba la I Guerra Mundial. Fue una tremenda sacudida. La gente había estado diciendo que el mundo era demasiado civilizado para envolverse en una guerra. Pero la guerra mundial vino sin que se supiera de dónde, como un bólido del cielo.”

      Es interesante el hecho de que un libro popular en 1914 fue The Great Illusion (La gran ilusión), de Norman Angell, un libro que trataba de probar que la guerra era inconcebible debido al daño que causaría a las finanzas internacionales.

      Ewart Chitty tenía 16 años de edad y se hallaba en su país natal, Inglaterra, cuando la guerra estalló. Él recuerda lo siguiente: “Antes de 1914 el mundo era diferente. Había una sensación general de seguridad que no existe hoy día. La seguridad se daba por sentada.” ¿Cuántas personas dan la seguridad por sentada hoy día?

      Maxwell Friend, quien ahora tiene 90 años de edad, dijo: “Cuando comenzó la guerra yo estaba en Viena, Austria. La guerra hizo que la gente cambiara de manera de ser. La gente se hizo muy patriótica y nacionalista. Muchos se endurecieron. Recuerdo el desfile de refugiados que venían a Viena desde el este, huyendo del ejército ruso. Lo habían perdido todo, hasta las lágrimas. Habían llorado hasta que ya no les quedaban más lágrimas.”

      Guerra y religión

      Imagínese las cicatrices que quedaron en los que sobrevivieron a la I Guerra Mundial, una guerra sin paralelo en la historia humana. The World Book Encyclopedia describe esta situación así: “Durante la I Guerra Mundial, por primera vez en la historia, la humanidad conoció la guerra total. Poblaciones enteras de naciones trabajaron en este esfuerzo bélico. Millones de hombres, mujeres y niños murieron.”

      Ewart Chitty, quien se encontraba en Londres para aquel tiempo, dijo: “Inglaterra fue totalmente desangrada.” Maxwell Friend dijo de Austria: “Todo el país se llenó de sangre y lágrimas.” ¿Cómo afectó la guerra a los sobrevivientes?

      Ewart Chitty recuerda lo siguiente. “Creo que durante la I Guerra Mundial muchos de los soldados vieron la hipocresía del clero. Esto les hizo cambiar. Muchos de ellos perdieron el respeto por la religión. Algunos se volvieron del todo contra Dios.” Sigue diciendo: “Cuando yo era muchacho, las personas en general estaban interesadas en la Palabra de Dios, la Biblia. La gente respetaba la Biblia. Se podía hablar a cualquier persona acerca de ella. Esa actitud comenzó a cambiar después de la guerra. Hoy día parece que las personas se han olvidado por completo de la Biblia.”

      John Booth, de 78 años de edad, recuerda que algo similar ocurría en los Estados Unidos. Dice: “Las iglesias estuvieron muy envueltas en el esfuerzo bélico. Todos los predicadores hablaban acerca de las atrocidades de los alemanes y predicaban que la guerra era necesaria para ‘hacer al mundo seguro para la democracia.’

      “Todo aquel fervor patriótico molestaba a mi padre, que era el sacristán de nuestra pequeña iglesia de campo. Recuerdo que papá se entristeció cuando un predicador de una iglesia cercana fue removido de su puesto porque rehusó predicar a favor de la guerra.”

      Personas honradas de todo el mundo observaron lo mismo. ¿Cuál fue el resultado de aquella guerra mundial? “La guerra de 1914-1918 truncó la menguante confianza que Europa tenía en los méritos de su propia civilización. Puesto que se peleó entre naciones cristianas, debilitó el cristianismo sobre toda la Tierra.”—Encyclopœdia Britannica.

      ¿Cristianismo, o cristiandad?

      De hecho, el estallido de la I Guerra Mundial no tomó por sorpresa a todo el mundo. Por años, un grupito de cristianos celosos habían estado prediciendo que para 1914 ocurrirían sucesos dramáticos de alcance mundial. Al grupo se le conocía como Estudiantes Internacionales de la Biblia, y se les conoce actualmente como los testigos de Jehová.

      George Hannan recuerda lo siguiente: “Los Estudiantes de la Biblia eran muy conocidos por el panorama que presentaban para 1914, y toleraron mucha mofa durante la primera mitad del año, cuando todo parecía tan pacífico. La gente decía que los Estudiantes de la Biblia tendrían que ‘cambiar la fecha’ a otra.”

      El súbito comienzo de la guerra hizo que muchos recordaran las predicciones de los Estudiantes Internacionales de la Biblia. En su suplemento, el World de Nueva York con fecha de 30 de agosto de 1914 dedicó un artículo a los Estudiantes de la Biblia. El artículo declaró que “el tremendo estallido de la guerra en Europa ha cumplido una profecía extraordinaria.”

      ¿Por qué esperaba contratiempos este grupito de cristianos cuando las principales confesiones de la cristiandad quedaron totalmente sorprendidas por los acontecimientos? Porque estos testigos de Jehová eran profundos estudiantes de las profecías bíblicas. La profecía bíblica dice mucho acerca de las condiciones de este siglo veinte.

  • Entendiendo lo que ha ocurrido desde 1914
    ¡Despertad! 1981 | 22 de agosto
    • Entendiendo lo que ha ocurrido desde 1914

      “EL COMIENZO de la I Guerra Mundial fue una verdadera sorpresa para mí,” declaró George Gangas, quien en aquel entonces tenía 18 años de edad y vivía en Turquía. “Tenía miedo. No sabía qué iría a suceder después. Me fui a Grecia, pensando que allí estaría fuera de peligro. Pero las fuerzas aliadas bloquearon el país y causaron una terrible escasez de alimento. No teníamos casi nada para comer, salvo algarrobas, o un pan ordinario hecho de éstas. Todavía recuerdo que en una ocasión vi un pedazo de pan en la calle y corrí para recogerlo antes que otra persona se lo llevara.

      “Más tarde me llevaron a París para construir fortificaciones para los franceses. Yo estaba en París cuando atacó la gripe o influenza española y la gente murió como moscas. Nadie sabía qué clase de enfermedad era. No había ningún remedio. Todo el mundo estaba aterrorizado.

      “En aquel entonces, yo no entendía lo que significaban la guerra, el hambre y la enfermedad que estaba viendo. Después, alguien me mostró con la Biblia el significado de todo aquello.”

      Si usted abre su Biblia al capítulo 24 de Mateo verá lo que a George Gangas y a muchas otras personas se les ha mostrado. El capítulo 24 de Mateo contiene una profecía extensa que Jesucristo mismo pronunció, una profecía que nos permite percibir lo que significan los acontecimientos que han sacudido al mundo desde 1914.

      Según el Mt 24 versículo tres, Jesús está hablando de acontecimientos que señalarían el tiempo de su presencia (o “venida,” Versión Valera) y el fin de este sistema de cosas (“mundo,” Versión Valera). ¿Increíble? ¿Por qué debería ser tal cosa, cuando los periódicos y las revistas constantemente dicen que el hombre ha de destruir toda la vida que hay en la Tierra en una III Guerra Mundial?

      Considere la primera señal clara de que este sistema de cosas está acercándose a su fin. “Van a oír de guerras e informes de guerras; vean que no se aterroricen. Porque estas cosas tienen que suceder, mas todavía no es el fin. Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá escaseces de alimento y terremotos en un lugar tras otro. Todas estas cosas son principio de dolores de aflicción.”—Mat. 24:6-8.

      Guerra de alcance mundial

      Alguien tal vez arguya: ‘Pero ha habido muchas guerras desde el tiempo de Jesús.’ Es cierto, y debe notarse que las que ocurrieron durante las décadas de después de la profecía de Jesús no fueron guerras sin significación; llevaron al fin a la devastación de Jerusalén en 70 E.C. Pero Jesús estaba señalando también a otra “tribulación,” una que no tendría igual. (Mat. 24:22) Como parte de los “dolores de aflicción” que llevan a ese acontecimiento se han peleado guerras que afectan a toda la tierra.—Compare con Revelación 6:1-4.

      Los historiadores en general concuerdan en que la I Guerra Mundial fue la primera guerra que se peleó en escala mundial. Al comparar la I Guerra Mundial con las principales guerras anteriores, Jacques Barzun, historiador cultural, comentó que en las guerras anteriores, “la ausencia de las grandes industrias había impedido el envolvimiento, tanto físico como mental, de todo ciudadano adulto simultáneamente por toda Europa.” Durante la I Guerra Mundial el caso fue diferente. “En 1914 Beethoven, Hegel y Goethe hubieran estado en las trincheras.”

      ¡Sí, el mundo realmente cambió en 1914! Lo que empezó entonces encerraba gran significación.

      Escaseces de alimento, terremotos

      Cuando la I Guerra Mundial terminó en 1918, mucho del terreno cultivable de Europa quedó devastado, lo cual causó graves escaseces de alimento. Mientras tanto, China había sufrido hambre en 1916. Aproximadamente tres millones de personas murieron de hambre en Rusia en 1921. Las escaseces de alimento continúan siendo una realidad trágica de la vida en el siglo veinte, pues millones de personas han muerto recientemente en lugares como Biafra, Camboya y Bangladesh. El Consejo Alimentario Mundial calcula que 50 millones de personas murieron de inanición tan solo en 1979.

      Desde 1914 por lo menos 46 terremotos de gran magnitud han sacudido a la humanidad, y la mayoría de éstos han resultado en miles de muertes. Notablemente, 21 de estos terremotos han ocurrido desde 1970, y dos de los peores el año pasado en Argelia e Italia.

      ¿Podría ser mera coincidencia el que Jesús predijera que escaseces de alimento y terremotos seguirían a una guerra mundial? Hasta si Jesús pudiera haber adivinado que el hambre seguiría a una guerra mundial, ¿cómo podría él haber adivinado que los terremotos se harían más frecuentes? ¿Cómo podría haber visto de antemano las guerras totales que la tecnología haría posible únicamente en nuestro siglo?

      Aumento del desafuero

      “Cuando llegué a Nueva York en 1928, uno no tenía que temer entrar en un ascensor con algún desconocido,” declara George Gangas. “Ahora es diferente. La gente está aterrorizada por el crimen. En las puertas de los apartamentos veo letreros que dicen: ‘No se moleste en entrar a la fuerza... ya se han llevado todo.’”

      El aumento en el delito de toda clase no es un problema que solamente afecte a la ciudad de Nueva York. La República Popular de China, que en un tiempo alegaba haber erradicado en gran parte el delito, recientemente admitió que el delito había alcanzado graves proporciones por todo el país. Un periódico de Londres informa que “en Inglaterra y en Gales los años setenta se distinguieron por un continuo aumento en el número de delitos violentos.”

      Esto también se predijo para el tiempo posterior a la I Guerra Mundial. Jesús dijo que ‘por el aumento del desafuero se enfriaría el amor de la mayor parte.’—Mat. 24:12.

      “La gente ha perdido mucho de su amor al prójimo,” comentó Ewart Chitty, “pero aun peor que eso, en los últimos días parece que la gente ha perdido totalmente el amor a Dios.”

      Razón para esperanza

      Por supuesto, el simplemente saber que nuestros ayes del siglo veinte fueron predichos no los hace más fáciles de aguantar. Pero Jesús no estaba deseando entristecer a sus oyentes con malas noticias. Él tenía un mensaje positivo. ¿Cuál era?

      Jesús dijo, al referirse a las guerras mundiales, las escaseces de alimento, los terremotos y el desafuero: “Cuando vean todas estas cosas, conozcan que él está cerca, a las puertas.” (Mat. 24:33) ¿Quién está cerca? Jesús estaba hablando de sí mismo, el “Hijo del hombre.” (Vs. Mt 24:30) ¿Cuán cerca? “En verdad les digo que de ningún modo pasará esta generación hasta que sucedan todas estas cosas.”—Mt 24 Versículo 34.

      La generación que vio el estallido de la I Guerra Mundial está envejeciendo a la vez que las condiciones mundiales empeoran rápidamente. Pero como Jesús predijo, aquella generación ‘de ningún modo ha pasado.’ Tan solo en los Estados Unidos todavía hay más de 10 millones de personas que tienen suficiente edad como para haber estado asistiendo a la escuela cuando comenzó la I Guerra Mundial. Algunas de estas personas todavía estarán aquí cuando el fin de este sistema llegue.—Mat. 24:3.

      ¿A qué se debe el que la inminente “conclusión del sistema de cosas” sea razón para tener esperanza? Porque nuestro siglo veinte arruinado por guerras, afligido por hambres, acosado por el crimen, ha probado de una vez para siempre que este sistema de cosas no funciona. A pesar de ventaja tecnológica con la cual ni siquiera se soñaba en 1914, el hombre ha probado que es totalmente incompetente en cuanto a regir la Tierra. De hecho, más y más gente concuerda en que si el presente sistema nacionalista del mundo no termina de algún modo, el hombre incinerará la Tierra en guerra nuclear.

      ¿Con qué será reemplazado este sistema de cosas? Note lo que Jesús prometió que él dirá a sus fieles seguidores “cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria.” Les dirá: “Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo.”—Mat. 25:31-34.

      Sí, Dios ha preparado un reino, el cual está en manos de su Hijo, para gobernar esta Tierra debidamente por primera vez desde que Adán y Eva se volvieron contra Dios en el jardín de Edén. Apropiadamente, ese reino restaurará la Tierra al estado paradisíaco que se perdió debido a rebelión.—Gén. 2:15-17; 3:1-24.

      Proféticamente el salmista nos dice:

      “En sus días el justo brotará, y la abundancia de paz hasta que la luna ya no sea. Porque él librará al pobre que clama por auxilio, también al afligido y a cualquiera que no tiene ayudador. Llegará a haber abundancia de grano en la tierra; en la cima de las montañas habrá sobreabundancia.”—Sal. 72:7, 12, 16.

      Así, pues, hay una respuesta animadora a la pregunta angustiosa: ‘¿En qué irá a parar este mundo?’ ¡Este mundo está llegando al borde de un nuevo orden que estará bajo la gobernación del reino de Dios! Rápidamente se está acercando el tiempo en que las guerras, las hambres, los terremotos, el crimen y la falta de amor serán un recuerdo vago.

      Si usted desea saber más acerca de las maravillosas promesas de Dios, ¿por qué no pregunta a un testigo de Jehová? ¡Hay muchas más buenas nuevas que ellos con gusto compartirán con usted!

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