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El banquete venidero para todos los pueblosLa Atalaya 1965 | 15 de abril
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“Principal problema de la Tierra recibe alguna atención,” escribió: “Las fórmulas para un futuro resplandeciente . . . omiten hasta la mención de una tendencia que, si no se controla, atestará el planeta para 2000 d. de J.C. con más millones de personas de lo que sus recursos puedan sostener. Este problema ha sido llamado apropiadamente ‘la bomba de población’, porque tiene el potencial explosivo de duplicar el número de habitantes de los países que no pueden alojar, alimentar, emplear, etc., decentemente a los que tienen . . . ‘El no hablar acerca de ello a causa de que esto es polemístico y desagradable es un lujo . . . que no podemos darnos.’”—El Times de Nueva York del 2 de octubre y del 13 de noviembre de 1959.
10. ¿Es irrazonable, por lo tanto, el que hablemos acerca de un “banquete venidero para todos los pueblos,” y qué hecho afecta el que contestemos correctamente?
10 Ciertamente ante tales tendencias mundiales el que hablemos aquí acerca de un “banquete venidero para todos los pueblos” parece irrazonable. Pero, ¿lo es? Por supuesto, si el obsequiar a todos los pueblos de la Tierra con un banquete dependiera de los productores de alimento, los políticos, los caudillos religiosos, los sociólogos y los científicos combinados, la predicción de tal banquete parecería forzada. Sin embargo, éste no depende de hombres que, desde el año 1914, han sido atrapados en una “angustia de naciones, no conociendo la salida,” como predijo Jesucristo hace diecinueve siglos. (Luc. 21:25) Este depende del Dios Todopoderoso, el Creador de nosotros y del planeta en que vivimos. En su bondad amorosa para con su creación humana el Dios Todopoderoso ha prometido este banquete de cosas buenas para comer y beber. Ha hecho que esta promesa sea puesta por escrito, para que podamos leerla con nuestros propios ojos. Puso su nombre en esta promesa y por el honor de su nombre tiene que cumplirla.
11. ¿Qué pregunta, por lo tanto, es apropiado que nos hagamos nosotros mismos, y por qué?
11 Dios jamás falló siquiera en una de las promesas de él que habrían de cumplirse antes de ahora. Por su confiabilidad, no fallará en su promesa de suministrar un banquete para todos los pueblos. De modo que la pregunta que cada uno de nosotros debe hacerse con toda seriedad es: ¿Aceptaré la invitación de Dios a ese banquete? Una manera mediante la cual mostrar si usted aceptará su invitación es estando anuente, estando lo bastante interesado, a escuchar ahora las buenas nuevas acerca de ello. ¿Lo está usted?
TIEMPO DE SU CUMPLIMIENTO
12, 13. ¿Qué promesa hace Jehová en Isaías 25:6, y qué pregunta surge en cuanto a la ubicación?
12 Entonces tomemos la Santa Biblia y dirijámonos a la profecía de Isaías, capítulo veinticinco, versículo seis, y leamos esta promesa inspirada en el propio nombre de Dios: “Y Jehová de los ejércitos ciertamente hará para todos los pueblos, en esta montaña, un banquete de platos con mucho aceite, un banquete de vino mantenido sobre las heces, de platos con mucho aceite llenos de medula, de vino mantenido sobre las heces, filtrado.”
13 Notemos, por favor, que Jehová de los ejércitos ha prometido preparar este rico banquete en un lugar que él llama “esta montaña.” Hay muchas montañas en la Tierra, pero, ¿cuál es ésta? Es aquella en la que Jehová de los ejércitos está sumamente interesado.
14. ¿Cuál montaña identifica Isaías 24:23 como la indicada, y por qué la Luna y el Sol se avergonzarán de ellos mismos, por decirlo así?
14 El hebreo era el idioma en el cual Jehová Dios dio por primera vez su anuncio de un banquete para todos los pueblos, y en menos de diez líneas arriba de este versículo (Isa. 25:6) en el texto hebreo él nombra la mismísima montaña donde se hará el banquete. Allí leemos estas palabras acerca del reino de Dios: “Y la luna llena se ha turbado, y el sol resplandeciente se ha avergonzado, porque Jehová de los ejércitos ha llegado a ser rey en el monte Sion y en Jerusalén y en frente de sus hombres de ancianidad con gloria.” (Isa. 24:23) Tan glorioso será el reino de Dios que la fulgurante Luna llena no podrá compararse con él en gloria, ni siquiera el Sol resplandeciente en pleno mediodía. Se avergonzarán de sí mismos, por decirlo así.
15, 16. ¿Tiene razón la gente al no esperar del sionismo o de la Jerusalén terrestre del día presente el prometido banquete, y por qué es ésa la respuesta correcta?
15 A la mera mención del monte de Sion, muchas personas pudieran pensar que esto tiene algo que ver con el “sionismo,” pero están equivocadas. Esto no tiene nada que ver con el movimiento moderno llamado sionismo, que comenzaron como movimiento político los judíos a través de la Tierra en 1897 pero en el cual ni siquiera todos los judíos creen ni apoyan.
16 Tampoco tiene nada que ver esto con la Jerusalén de hoy día, ya que ahora la antigua ciudad murada es una posesión musulmana y la ciudad moderna que está al occidente, fuera de la ciudad murada, es una ciudad judía, la capital de la República de Israel. También, respecto al original monte de Sion, en el que se hallaba la ciudad de David, éste no está dentro de los muros de la ciudad musulmana del día presente de Jerusalén aunque todavía pertenece al reino musulmán de Jordania. De modo que la gente en general tiene razón en no esperar del movimiento político de los sionistas o la Jerusalén del día presente para disfrutar del prometido banquete de Dios para todos los pueblos.
17. ¿Por qué hay duda acerca del valor de esta promesa de un banquete hoy en día, y quién nos ayuda a localizar el tiempo de su aplicación?
17 ¿Pudiera haber, entonces, otro monte de Sion y otra Jerusalén a los cuales acudir para la efectuación de la promesa de Dios de hacer un banquete para todos los pueblos? Ha pasado mucho tiempo desde que Dios hizo la promesa. Dios hizo la promesa por medio de su profeta Isaías alrededor del año 732 antes de que comenzara nuestra era común; lo cual significa hace aproximadamente 2,696 años, puesto que el libro de profecías de Isaías fue terminado alrededor de ese tiempo. ¿Cómo sabemos si esta profecía antigua tiene algún valor hoy en día? ¿Cómo podemos estar seguros de que esta profecía de un banquete aplica a nuestro tiempo o al futuro cercano? Felizmente la voz de la inspiración o la pluma de inspiración nos ayuda a obtener la respuesta satisfactoria a la pregunta. ¿Cómo? Bueno, uno de los inspirados escritores bíblicos fue el apóstol cristiano llamado Pablo. Él, en particular, nos da la clave inspirada para la respuesta correcta.
18. ¿Cómo y con qué se enlaza ese hombre, ayudándonos a localizar el tiempo del cumplimiento de la profecía?
18 Este hombre Pablo, que vino a ser cristiano después que Jesús fue muerto y resucitado en el año 33 de nuestra era común, escribió una carta inspirada a la congregación cristiana en Corinto, Grecia, alrededor del año 55 E.C. En esta carta él citó del capítulo veinticinco de Isaías, comenzando inmediatamente después de la profecía acerca del banquete. Ahora bien, ¿qué sigue diciendo Jehová Dios inmediatamente después de anunciar el banquete venidero para todos los pueblos? Él hace otra referencia a “esta montaña” y dice estas palabras notables: “Y en esta montaña ciertamente se tragará el rostro del envolvimiento que está envolviendo sobre todos los pueblos, y la obra de tejido que está entretejida sobre todas las naciones. Él realmente se tragará a la muerte para siempre, y el Señor Jehová ciertamente limpiará las lágrimas de todo rostro. Y el oprobio de su pueblo lo quitará de toda la tierra, porque Jehová mismo lo ha hablado.” (Isa. 25:7, 8) Con toda certeza, todas las naciones habrán de sacar provecho del cumplimiento de esta profecía.
19. ¿Qué cita atinada hace Pablo, y en qué contexto?
19 Ahora bien, en su carta a la congregación corintia el apóstol Pablo habla extensamente acerca de la resurrección de entre los muertos, y, cuando lleva su capítulo de la resurrección de los cristianos espirituales a una culminación conmovedora, Pablo cita de Isaías 25:8 y lo aplica. Él dice: “Porque sonará la trompeta, y los muertos serán levantados incorruptibles, y nosotros seremos cambiados. Porque esto que es corruptible tiene que vestirse de incorrupción, y esto que es mortal tiene que vestirse de inmortalidad. Pero cuando esto que es corruptible se vista de incorrupción y esto que es mortal se vista de inmortalidad, entonces se efectuará el dicho que está escrito: ‘La muerte es tragada para siempre.’ ‘Muerte, ¿dónde está tu victoria? Muerte, ¿dónde está tu aguijón?’ El aguijón que produce muerte es el pecado, mas el poder para el pecado es la Ley. ¡Pero gracias a Dios, porque él nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!”
20. ¿A qué tiempo aplica Pablo el cumplimiento de las palabras citadas por él de Isaías 25:8, y cómo calculamos eso?
20 Esas palabras, escritas en 1 Corintios 15:52-57, fueron escritas en el primer siglo de nuestra era común, pero las palabras que cita el escritor Pablo: “La muerte es tragada para siempre,” se escribieron en el octavo siglo antes de nuestra era común. Sin embargo, ¿aplica el apóstol Pablo esas palabras citadas a su propio tiempo, en el primer siglo? ¡No! Él aplica las palabras al tiempo de la “última trompeta,” que suena después que se establece el reino de Dios, mencionado en el versículo cincuenta. Pablo aplica las palabras como comenzando a cumplirse en la resurrección de aquellos que serán coherederos con Jesucristo en el reino celestial, resurrección que tiene lugar después que Jesucristo ha entrado en su reino y dirige su atención hacia esta Tierra, donde todavía queda vivo un resto de sus seguidores y coherederos fieles. (1 Tes. 4:14-17; Rev. 12:1-17) De esta manera el apóstol Pablo sitúa el cumplimiento de esas palabras muy en el futuro de su propio día allá en el primer siglo E.C.
21. ¿Al tiempo de quién aplica Pablo el cumplimiento de la cita, y cómo sabemos esto?
21 De hecho, el apóstol Pablo aplica el tiempo para el cumplimiento de la promesa de Dios de “se tragará a la muerte para siempre” a nuestro propio tiempo. ¿Por qué? Porque en nuestro tiempo desde el año 1914 E.C. tenemos las condiciones y acontecimientos mundiales que prueban que el reino mesiánico de Dios nació en los cielos y que Jesucristo su Hijo entró en el reino en 1914, cuando estalló la I Guerra Mundial y cuando comenzó una era de violencia que solo se ha empeorado desde ese año.
22. El año 1914 señala el fin ¿de qué período de tiempo predicho bíblicamente, y de qué manera es este tiempo en que estamos viviendo un tiempo favorecido?
22 De hecho, el propio horario de la Biblia se conecta con las fechas de la historia mundial y marca al año 1914 como la fecha para el nacimiento del reino prometido de Dios en los cielos. Con las medidas del horario de la Biblia los “tiempos de los gentiles,” o “los tiempos señalados de las naciones,” terminaron en el otoño de ese año, y las cosas que Jesucristo predijo hace diecinueve siglos comenzaron a cumplirse en su orden predicho. (Luc. 21:5-24, Mod, NM; Dan. 4:1-32; 12:1-4) De modo que nosotros somos los que estamos viviendo en el tiempo favorecido cuando la muerte tiene que comenzar a ser tragada, este milagro comenzando primero con los fieles seguidores muertos de Jesucristo a quienes se les prometió participar con él en su reino celestial. Revelación 20:4-6 llama a la resurrección de ellos la “primera resurrección.” Como es una resurrección a la vida con Jesucristo en el reino celestial, es una resurrección invisible a nuestros ojos.—1 Cor. 15:50.
LUGAR PARA EL BANQUETE
23. Puesto que Pablo da a conocer el tiempo del cumplimiento de la promesa de Dios concerniente a la muerte, ¿qué más es verdad debido a eso?
23 Algo más se entiende como resultado de la aplicación del apóstol Pablo de la profecía de Isaías concerniente a la muerte. ¿Qué? Este hecho que alegra el corazón: Si el tiempo para cumplir esta profecía respecto a tragarse a la muerte tiene su principio en nuestro tiempo, entonces la promesa de Dios de un banquete para todos los pueblos también tiene su comienzo en nuestros días. La promesa de este banquete es parte de la misma profecía concerniente a lo que Jehová Dios hará en “esta montaña.” Por consiguiente, podemos comenzar a pensar acerca de aceptar la invitación a él.
24. Puesto que el reino de Dios está en los cielos, ¿por qué habla Isaías 24:23 de que Él reina en el monte de Sion y en Jerusalén?
24 El reino de Dios por medio de su Hijo Jesucristo está en los cielos. ¿Por qué es, entonces, que la profecía de Isaías 24:23 predice que “Jehová de los ejércitos ha llegado a ser rey en el monte Sion y en Jerusalén y en frente de sus hombres de ancianidad con gloria”? Es porque el monte de Sion y la Jerusalén en que esta profecía y la siguiente profecía sucediente se cumplen no son la Jerusalén ni el monte de Sion del día presente en el Oriente Medio, sino que son el monte de Sion celestial y la Jerusalén celestial.
25. ¿De qué fue un cuadro profético la antigua Jerusalén, cuando era fiel, y cómo muestra Pablo una diferencia entre la Jerusalén de aquel entonces y la Jerusalén de su tiempo?
25 La Jerusalén antigua en el monte de Sion, cuando fue una ciudad fiel a Jehová Dios y a su adoración, fue un cuadro profético de la Jerusalén espiritual en el monte de Sion celestial. En la Jerusalén de hace mil novecientos años Jesucristo fue condenado a muerte y entregado a los soldados romanos para que se le diera muerte en un madero, al cual fue clavado. Por lo tanto, el apóstol Pablo muestra la diferencia entre la Jerusalén terrestre y la Jerusalén celestial cuando escribe a sus compañeros cristianos: “La Jerusalén de hoy . . . está en esclavitud con sus hijos. Pero la Jerusalén de arriba es libre, y ella es nuestra madre.” (Gál. 4:25, 26) La Jerusalén que obedeció servilmente a sus caudillos religiosos y presenció el asesinato de Jesucristo fue destruida más tarde en el año 70 E.C.
26. Según Hebreos 12:22-24, ¿cuál es hoy en día la ciudad del Dios vivo y verdadero?
26 En este año de 1965 la ciudad del Dios vivo y verdadero no es ninguna Jerusalén terrestre, cuyos muros hoy en día ni siquiera circundan el monte de Sion terrestre, sino que es la que se menciona en Hebreos 12:22-24, donde se les dice a los cristianos hebreos: “Ustedes se han acercado a un monte de Sion y a una ciudad del Dios vivo, a Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, . . . y a la congregación de los primogénitos que han sido matriculados en los cielos, y a Dios el Juez de todos, . . . y a Jesús el mediador de un nuevo pacto.”
27. ¿En qué montaña está situado el reino de Dios en Revelación 14:1-3?
27 En el último libro de la Biblia, que registra la visión que vio el apóstol Juan, él vio a este monte de Sion celestial y vio de pie sobre él al Hijo de Dios, Jesucristo, quien fue sacrificado, junto con los seguidores fieles que llegan a ser coherederos con él en el reino: “Y vi, y, ¡miren! el Cordero de pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escrito en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre. . . . los ciento cuarenta y cuatro mil, que han sido comprados de la tierra.” (Rev. 14:1-3) Así en el monte de Sion celestial y en la Jerusalén celestial Jehová Dios reina gloriosamente mediante su Hijo.
28, 29. (a) ¿En qué montaña, por lo tanto, hace Dios el banquete prometido, y dónde disfrutará la gente de él? (b) ¿Cómo será posible que la humanidad disfrute de él allí?
28 Por eso, entonces, “esta montaña” en que Jehová de los ejércitos hace para todos los pueblos el banquete de platos con mucho aceite y de vino añejo refinado es una montaña celestial, hablando simbólicamente. ¿Significa esto que los pueblos tendrán que ir a los cielos invisibles, espirituales, a fin de disfrutar de este banquete? ¿Tendrán que salir de esta Tierra? ¡No! ¿Dónde, entonces, podrán disfrutar del banquete al que se les invita? Será aquí mismo en la Tierra, donde hoy en día tanta hambre, distribución deficiente de abastecimientos alimenticios, desnutrición e inanición lenta aumentan entre una población mundial que crece rápidamente. ¿Cómo será posible eso?
29 Será posible porque esta Tierra, la creación de Dios, es el dominio sobre el cual gobierna su reino celestial. Este territorio terrestre del reino de Dios jamás será destruido, y la raza de la humanidad jamás tendrá que salir de él. El profético Salmo noventa y siete, en el versículo uno, dice a los habitantes de la Tierra: “¡Jehová mismo ha llegado a ser rey! Alégrese la tierra. Regocíjense las muchas islas.” A pesar de las condiciones mundiales podemos regocijarnos hoy en día.
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Aceptando la invitación al banqueteLa Atalaya 1965 | 15 de abril
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Aceptando la invitación al banquete
1, 2. (a) ¿En qué ciudad gobernó David como rey sobre todo Israel, y en el trono de quién se sentó él? (b) ¿Dónde se sienta para gobernar el que fue prefigurado por el rey David, y por eso qué se requerirá de la gente que está en la Tierra para que disfrute del banquete?
EN CUMPLIMIENTO de la profecía de Isaías 25:6 Jehová de los ejércitos prepara el banquete para todos los pueblos sobre la Tierra en “esta montaña,” el lugar excelso de su reino celestial. En el monte de Sion terrestre de hace tres mil años, y en la ciudad de Jerusalén de aquel tiempo, el rey David gobernó en el nombre de Jehová. Representaba a Jehová de los ejércitos como el verdadero Rey sobre la nación y por consiguiente se decía que el rey David en el monte de Sion se sentaba en “el trono de Jehová.” El sabio hijo de David, Salomón, le sucedió en aquel trono. (1 Cró. 11:4-9; 29:23) En el monte de Sion celestial el Hijo de Dios, Jesucristo, que fue prefigurado por el rey David, se sienta entronizado desde el año 1914 E.C., sentándose verdaderamente en el trono de Jehová, es decir, a la diestra de Dios. (Sal. 110:1, 2; Hech. 2:29-36; Rev. 3:21) Por medio de él Dios prepara el banquete.
2 Por esta razón, si los pueblos sobre este territorio terrestre del reino de Dios quieren disfrutar del banquete, tienen que dar su lealtad, devoción y obediencia a este reino celestial del Hijo amado de Dios. Para hacer esto no tienen que salir de la Tierra e ir al cielo.
3. ¿Para quiénes ha hecho posible Dios este banquete, y por qué lo necesitan?
3 Jehová de los ejércitos ha hecho posible este banquete para todos los pueblos por medio de su Hijo Jesucristo. ¿Cómo? De esta manera: Por casi seis mil años ahora toda la humanidad ha estado muriendo, y al morir tiene que dejar de comer y de beber. Para comer y beber tenemos que vivir y mantenernos con buena salud. A su vez, para seguir viviendo tenemos que comer y beber. Toda la humanidad ha heredado la pecaminosidad y la muerte del primer hombre que hubo en la Tierra, quien pecó contra Dios el Creador y se acarreó a sí mismo la sentencia de muerte procedente de Dios antes de llegar a ser padre de hijos. (Rom. 5:12-14) A causa de su pecado rebelde contra su Creador, el primer hombre y su esposa fueron echados de su perfecto hogar paradisíaco en el jardín de Edén, para morir fuera de él. Así la ruina de la Tierra, y el hambre, la sequía y la inanición han acontecido como resultado de la pecaminosidad del hombre. Dice el apóstol cristiano Pablo: “El salario que el pecado paga es muerte, mas el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor.”—Rom. 6:23.
4. ¿Cómo hizo posible Dios el banquete mediante su Hijo, y cómo se comparó el Hijo mismo con el alimento?
4 A fin de levantar de la humanidad la condenación del pecado y quitar su castigo de muerte Jehová Dios hizo que su Hijo muriera de manera sacrificatoria en la Tierra como el hombre perfecto Jesucristo. Este murió sin hijos, sacrificando así hasta su derecho de llegar a ser padre de una raza humana perfecta en la Tierra. Mucho tiempo antes alimento milagroso sostuvo la vida de su nación terrestre por cuarenta años cuando ésta viajó a través de un desierto. Por consiguiente, Jesús comparó su sacrificio perfecto a tal alimento. Dijo él: “Yo
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