al país. Por fin, en el verano de 1975, Portugal le entregó el pleno control del país al principal partido revolucionario, el “Frente para la Liberación de Mozambique” (generalmente abreviado a Frelimo). La larga lucha había terminado. Una nueva era había empezado para Mozambique.

No obstante, dentro de cuatro meses después del cambio de autoridad, se armó una campaña para anonadar a una minoría pequeña del país... los testigos de Jehová. Solo hay unos 7000 de ellos entre los 8.000.000 de habitantes de Mozambique. Comparado con la nación en conjunto, este grupo minoritario es como un niño pequeño, indefenso desde el punto de vista físico y ahora despojado de toda protección legal de sus libertades fundamentales.

Los informes que se han recibido de Mozambique, empezando a fines de octubre de 1975, muestran que se han hecho arrestos en gran escala. Casi todos los 7000 testigos de Jehová de Mozambique han sido encarcelados. Se efectuó una búsqueda de casa en casa para hallar y arrestar a hombres, mujeres y niños. Hombres fueron arrestados en sus lugares de trabajo sin que se les permitiera comunicarse con sus familias. En muchos casos los arrestos fueron acompañados de palizas brutales. Parece que la meta final es eliminar por completo a los testigos de Jehová y su adoración de todo Mozambique. El que se logre esto puede significar una sola cosa: El negar la libertad de adoración, un principio encerrado sólidamente en la constitución del actualmente independiente país de Mozambique.

Pero, ¿por qué? ¿Por qué tratar de erradicar a un grupo de gente que es conocido alrededor de la Tierra por ser pacífico e inocente en asuntos de política? ¿Qué habían hecho los testigos de Jehová? ¿Qué muestra su registro en Mozambique? Cuando se sacan los hechos de debajo de la oscuridad y confusión causadas por las nubes de la propaganda, revelan una escena extraordinaria, especialmente en esta llamada “edad de esclarecimiento.”

Antiguo patrón de intolerancia se enciende de nuevo

POR un período de tres años, desde 1972 hasta 1975, Mozambique sirvió de lugar de refugio para más de 30.000 testigos de Jehová del cercano Malawi. Obligados a huir de su patria natal debido a la violenta persecución, estos hombres, mujeres y niños malawianos hallaron hasta cierto grado paz en diez campos de refugiados en Mozambique. Informes recientes revelan que, al tiempo de escribir esto, un número considerable de ellos todavía halla refugio allí. Los testigos de Jehová en toda parte de la Tierra le agradecen todo esto al pueblo de Mozambique.

Ahora, sin embargo, la intensidad del ataque que algunos elementos están desatando sobre los testigos de Jehová nativos de Mozambique amenaza con convertir un lugar de refugio en un crisol de opresión brutal.

En Mozambique, las radios y los diarios han emitido un diluvio de propaganda contra los testigos de Jehová. Los pintan como “agentes dejados atrás por el Colonialismo Portugués,” “anteriores ‘Pides’ [agentes