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La fiebre de las discotecas arrebata al mundo¡Despertad! 1979 | 22 de junio
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en los anaqueles de pan de la ciudad de Nueva York.
¿Qué son las discotecas?
Recientemente la palabra discoteca ha adquirido un nuevo significado. El World Book Dictionary define “discothèque” como “un cabaret donde se tocan discos fonográficos para bailar.”
Pero hay más envuelto en este asunto de las discotecas. Discoworld, una de las revistas que comenzaron a publicarse en 1976 en el ardor de la fiebre de las discotecas, explica: “En cierto modo, las discotecas fueron la versión de los años setenta del retorno de las tragaperras. Solo que esta vez, las tragaperras eran más ruidosas y grandes y más grandiosas que nunca antes.”
Así es que el término “discoteca” no identifica solo a un lugar para bailar, como un cabaret, sino también se refiere a un tipo de música característico que está diseñado para bailar.
¿Pero qué hace que una discoteca moderna difiera de los lugares anteriores para bailar? ¿Y cómo difiere la música de discoteca de otros tipos de música?
Música y locales característicos
Lo que le da a la música de discoteca su sonido característico es el fortísimo ritmo grave que vibra repetidamente a un tiempo de 4/4 y a aproximadamente 120 pulsaciones por minuto. La letra de las canciones también sirve de “anzuelo” —a menudo es algo tan sencillo como “te amo”— repetido vez tras vez. Por lo general los amplificadores de bajos están cerca del piso a fin de que los que bailan sientan el enérgico e insistente ritmo a través de todo su cuerpo. Por eso, personas que son totalmente sordas pueden bailar al compás de la música, porque, aunque no pueden oírla, sienten el ritmo.
Por lo general en las discotecas modernas se toca música especial para discoteca. Pero este nuevo tipo de música no es la única cosa que distingue a las discotecas de las antiguas salas de baile. También se caracterizan por sus luces de distintos colores, frenéticas, intermitentes, sus imágenes eléctricas que se reflejan en paredes cubiertas de espejos y techos relucientes. Todo está diseñado para crear una experiencia sicodélica.
No obstante, el corazón de la discoteca de hoy día es su refinado sistema de sonido de gran potencia, que puede costar decenas de miles de dólares. Los discos fonográficos, también, son producto de la tecnología moderna. Estos discos son una mezcla electrónica de diferentes grupos instrumentales que han grabado sus partes por separado y en ocasiones diferentes. A este procedimiento se le llama doblaje de banda múltiple. Es debido a los extravagantes doblajes y los brillantes arreglos que tantas personas se sienten atraídas a las grabaciones de música de discoteca. Como hizo notar Discoworld: “Las representaciones de discomúsica en vivo sencillamente no igualan las versiones tecnológicamente embellecidas en los estudios.”
Además, el papel del pinchadiscos es importante en el éxito de una discoteca. Es un arte el pasar de una canción a otra sin interrumpir el ritmo, y saber precisamente qué pieza tocar y cuándo tocarla. La revista Spinner hace notar respecto a uno de los más famosos pinchadiscos: “Por medio de usar la grabación sicológica y el alumbrado correctos, puede crear una aceleración que lleva a la gente a un pináculo de frenesí y disminuirla hasta el arrullo de una canción de cuna sin que pierdan el interés.”
Principios de la fiebre
El sonido de las discotecas nació en tiempos recientes en Nueva York, y se derivó de una combinación de música negra y latina. Comenzó a hacerse popular en el verano de 1974. Por ese entonces, también se estaba desarrollando una nueva danza disciplinada que se efectuaba con un compañero... el “Hustle.” Ese fue el baile que le dio vida a las discotecas. Es algo semejante a cierto baile de movimientos convulsivos, llamado “Lindy” o “jitterbug,” que era popular en los años cuarenta. Entonces, en 1975, el compositor de canciones Van McCoy escribió el triunfo musical pegadizo “The Hustle,” y la fiebre de las discotecas comenzó a subir.
Sin embargo, lo que en realidad aumentó de súbito la fiebre de las discotecas fue la película cinematográfica “Fiebre del Sábado Noche,” que se estrenó para fines de 1977. Para el año pasado los ingresos de esta película ascendían a 130 millones de dólares, lo cual la hace uno de los más grandes triunfos de taquilla en la historia cinematográfica. Se han vendido 15 millones de ejemplares del álbum de la banda sonora de la película, cosa sin precedente que sobrepasó a The Sound of Music como el álbum que había obtenido los mayores ingresos en la historia fonográfica. Y la fiebre de las discotecas parece continuar subiendo.
¿Por qué va la gente?
Hasta donde se recuerda, hay más personas bailando que en cualquier otro tiempo. ¿Por qué? ¿Qué las atrae a las discotecas?
En un artículo para la revista Harper’s, Salley Helgesen tal vez lo resumió bien. “Escúchenme,” dijo ella, “las discotecas van a ser la próxima IBM. Tiene que suceder, la gente necesita compensar por la satisfacción que no reciben en su vida, y no hay nada más allá fuera.”
Es cierto que muchas personas obtienen poca satisfacción de su trabajo, de la escuela, o de cualquier otra faceta de su vida. Desean hallar escape, despojarse de las inhibiciones, y las discotecas suministran la oportunidad de hacerlo. Como dijo un operador de discotecas: “Por unas pocas horas a la semana pueden sacar a relucir todo su interior y sencillamente moverse y dejar que la música les llene la cabeza mientras rechazan todo lo demás. Por un poco de tiempo, pueden escapar de su propia vida.”
Es comprensible que todos necesitamos algún esparcimiento, un cambio de paso de nuestras actividades regulares. Pero, ¿son las discotecas un lugar sano para disfrutar de entretenimiento sosegador? Los estudiantes de los 20 países que se mencionaron al principio expresaron su preocupación. Aquellos hombres eran representantes de las sucursales de los testigos de Jehová y estaban asistiendo a un curso de repaso de cinco semanas de duración que se efectuó en Brooklyn. ¿Tenían razón para preocuparse en cuanto a que los cristianos fueran a las discotecas?
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¿Cuáles son sus raíces?¡Despertad! 1979 | 22 de junio
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¿Cuáles son sus raíces?
LAS raíces o fuentes de cualquier cosa por lo general tienen mucho que ver con lo que se produce. ¿Qué hay, pues, en cuanto a las discotecas? ¿Cuáles son sus raíces?
Quizás esto le sorprenda. Considere la cubierta del número de enero de 1978 de Discoworld. A fin de dar publicidad a uno de los artículos en su interior, anunciaba: LOS FIESTEROS... LAS RAÍCES HOMOSEXUALES DE LAS DISCOTECAS.
¿Le sorprende eso? No obstante, es cierto que los homosexuales han tenido mucho que ver con el desarrollo de las discotecas. Y continúan siendo una fuerza importante detrás de ellas. El nuevo libro Disco Fever publicó una lista de discotecas y declaró:
“Algunos lectores reconocerán que muchas de las discotecas que se alistan aquí son discotecas ‘gay’ o clubes de homosexuales. La revista ‘Billboard’ [una prominente revista para actores de variedades] ha calculado que por lo menos 50 por ciento de las discotecas del país son de homosexuales, lo cual no sorprende en vista de que la comunidad homosexual le dio al movimiento de las discotecas su ímpetu principal. Invariablemente, a medida que se esparcen las noticias acerca de un nuevo club homosexual en el que el sonido y los decorados son magníficos, la gente normal que desea bailar comienza a tocar a la puerta.”
No se hacen esfuerzos por ocultar las conexiones homosexuales de las discotecas. Por el contrario, el Free Press de Detroit hace notar: “Las discotecas probablemente serán recordadas como el primer suceso cultural en el que se dio publicidad libre a la participación de homosexuales.”
Pero más que eso, a veces parece haber cierto orgullo en cuanto a esas conexiones con homosexuales. Richard Peterson, profesor de sociología de la Universidad Vanderbilt y especialista en las implicaciones sociales de la música contemporánea, hizo notar que ser homosexual en el mundo de las discotecas “no solo es aceptable, sino también un poco a la moda.”
En años recientes ciertamente ha habido grandes cambios en las normas de la moralidad sexual. Y las discotecas reflejan este cambio a mayor grado que tal vez cualquier otro aspecto de la vida moderna. Enfatizando este hecho, la revista Horizon de mayo de 1977 dijo:
“En el baile de hombres con hombres y mujeres con mujeres, las discotecas representan un verdadero cambio drástico en las convenciones sociales y las actitudes sexuales.
“No es ni un secreto ni una excusa para chismear el hecho de que algunas de las mejores discotecas de Norteamérica y Europa comenzaron como establecimientos de homosexuales que comenzaron a abrir sus puertas a cualquiera que deseara bailar. . . . De vez en cuando las columnas de la vida nocturna de los periódicos principales hacen notar el hecho de que algunas discotecas son de homosexuales o ‘mixtas,’ lo cual da por sentado libertades que hasta muy recientemente eran base de escándalo.”
¿Asunto de preocupación?
En vez de preocuparse, muchas personas aplauden los cambios en las normas sexuales. Se alegran de ver desechadas las inhibiciones y reciben con gusto las nuevas libertades sexuales que se ponen tan de manifiesto entre los que frecuentan las discotecas. Pero las personas que efectivamente respetan las enseñanzas de la Biblia se preocupan. ¿Por qué?
Porque, en vez de aprobar la homosexualidad o siquiera tolerarla, la Biblia la condena. En su ley a la nación de Israel, Dios declaró: “No debes acostarte con un varón igual a como te acuestas con una mujer. Es cosa detestable.” (Lev. 18:22) ¿Cuán serio era este asunto?
La Palabra de Dios responde: “En el caso donde un hombre se acuesta con un varón igual a como uno se acuesta con una mujer, ambos han hecho una cosa detestable. Deben ser muertos sin falta. Su propia sangre está sobre ellos.” (Lev. 20:13) Sí, así es como Dios consideraba la homosexualidad.
¿Ha cambiado de opinión Dios? Considere esta advertencia apostólica a los cristianos: “De seguro ustedes saben que los injustos nunca llegarán a poseer el reino de Dios. No se equivoquen: nadie que sea fornicador ni idólatra, nadie que sea culpable de adulterio o de perversión homosexual . . . poseerá el reino de Dios.”—1 Cor. 6:9, 10, The New English Bible.
Sí, la Palabra de Dios claramente revela que la homosexualidad es mala, y que los que se envuelven en ese modo de vivir no disfrutarán de la bendición de Dios. En vista de esto, ¿podemos entender por qué los superintendentes cristianos expresarían su preocupación al ver la propagación de la popularidad de las discotecas?
Pero las discotecas tienen otras raíces. ¿Cuáles son?
Raíces de la música y el baile
En el artículo inicial se observó que la música de discoteca es de popularidad reciente. Pero las autoridades dicen que sus orígenes se pueden trazar a tiempos antiguos. En “Evolución de la música de discoteca,” un artículo de fondo que fue publicado en septiembre de 1977, Discoworld dice:
“Lo que la mantiene unida, de hecho, lo que la hace música de discoteca, es el ritmo.
“Y, para el que no está informado, el ritmo de las discotecas no comenzó en una hermosa mañana de 1965 . . . ni siquiera cuando Van McCoy por primera vez hizo un impacto en las gráficas una década más tarde con su versión de ‘The Hustle.’ En ese ritmo —la base de la música de discoteca— nos habla África.
“Hablando de raíces. Cuando uno va a una discoteca hoy día, está participando básicamente en una versión de 1977 de ceremonias que se efectuaban hace eones en la Costa Occidental de África. Ciertamente, la música de discoteca ha sido engalanada con las últimas fruslerías tecnológicas, como grabaciones de veinticuatro pistas sonoras, ‘sintetizadores,’ amplificación ensordecedora, sobreimposición de cuerdas y voces arrulladoras. Pero si uno elimina todos estos accesorios está disfrutando del mismo ritmo que sin duda movía a los antepasados de Kunta Kinte.”
¿Es objetable la música de discoteca simplemente porque tiene un antiguo origen africano? Es obvio que no, no más objetable que si el origen de esta música fuera asiático, europeo o americano antiguos. Sin embargo, lo que sí tiene relación con el asunto es el propósito de la música antigua. ¿Qué clase de danzas se efectuaban con ella?
La literatura relacionada con las discotecas ha comentado sobre estas antiguas danzas y su propósito. De hecho, ante los bailarines de discoteca modernos se pone como ejemplo el desenfreno salvaje de aquellos antiguos bailadores; se les insta a deshacerse de cualesquier inhibiciones que tengan. Discoworld de mayo de 1977 dice:
“Los nativos bailaban para exorcisar a diablos-demonios y espíritus malos de sus cuerpos frenéticos y para conseguir que la Madre Tierra produjera nuevas cosechas. En la primavera bailaban durante los ‘ritos de fertilidad’ a fin de que las mujeres produjeran niños saludables para perpetuar la especie. Bailaban para celebrar la vida nueva y hasta para prepararse para la muerte. Pero prescindiendo del propósito exacto de su danza, toda la danza en realidad era una manifestación de la adoración a sus dioses, adoración que o rendía homenaje a los dioses; procuraba la buena voluntad de los dioses; o trataba de apaciguar la ira de los dioses . . . A menudo la energía se hacía tan intensa que se sacrificaba a una virgen joven o a un cordero con la esperanza de que la sangre derramada aplacara a los dioses.”
Entonces, a modo de consejo para el moderno bailarín de discoteca, este artículo de revista pasa a decir: “Sencillamente es asunto de soltar las riendas. Primero hay que liberar la mente; entonces el cuerpo sigue. Cuando bailo casi proyecto el espíritu y abandono el cuerpo.”
Otro número de Discoworld también llama atención a las raíces de las discotecas “entre los adoradores de vudú, hombres de tribus primitivas, los macumbas brasileños y bosquimanos de Kalaharí,” y entonces aconseja: “El cuerpo es un complejo de fuerzas de energía entrelazadas y conectadas con fuerzas de energía cósmica aún mayores. Así lo consideraban los antiguos y así estamos comenzando a volver a aprenderlo. Al bailar, trate de estar consciente de cada sensación hasta que por fin pierda gradualmente la conciencia, y se mezcle con sus alrededores.”
¿Prestan los bailadores de discoteca atención a este tipo de consejo? ¿Sueltan las riendas comúnmente en desenfreno salvaje? Note lo que dice el nuevo libro Disco Fever: “Con las discotecas vino el baile de discoteca... una forma de baile totalmente divorciada de la disciplina del Hustle, no obstante completamente en armonía con éste en la pista de baile. . . . El baile de discoteca —sea que se le llame de estilo libre o de forma libre— es baile de hacer lo suyo.” Sí, es un estilo de baile en el que no hay inhibiciones y en que todo está permitido.
¿Pero es esto objetable? ¿Es malo adoptar un estilo de baile que los antiguos usaban en la adoración de sus dioses? Sí, para los cristianos verdaderos lo es. ¿Por qué? Porque el Creador, el Dios de la Biblia, condenó a aquellos dioses de las naciones.
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