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La música... ¿pudiera ser una amenaza?La Atalaya 1983 | 1 de junio
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se mencionó anteriormente, la música se ha usado en la adoración sagrada de Jehová. Y Jesús, en su ilustración sobre el regreso del hijo pródigo, dijo que el padre llevó a cabo una celebración con “un concierto de música y danzas”. (Lucas 15:25.)
¿Puede la música comunicar una filosofía?
En nuestro día moderno la música desempeña un papel mucho más insistente en la vida diaria. Durante las últimas décadas, ha florecido un enorme mundo industrial que produce anualmente centenares de millones de discos y casetes. Mientras que hace cien años la única manera de exponerse a la música era por medio de escuchar presentaciones en vivo o participar activamente en ellas, lo cual se hacía con poca frecuencia, hoy el escuchar música es una experiencia de la vida diaria. Por eso es apropiado preguntar... ¿puede la música comunicar una filosofía? ¿Puede la música ejercer influencia en el modo de pensar de la persona o en su manera de vivir?
Inmediatamente se puede hallar una clave al respecto en los anuncios de radio y televisión. Muchos anuncios comerciales van acompañados de música. Así, con la ayuda de la música, el nombre del producto se graba en la mente... hasta en la de los jóvenes y niñitos.
En el antiguo Israel se usaba la música de manera similar, pero con un propósito mucho más noble. Los salmos se cantaban con acompañamiento músical, lo cual sin duda ayudaba a la gente a memorizar el texto. Por ejemplo, el registro bíblico nos indica que, para la inauguración del templo de Salomón, los cantantes levitas se reunieron, junto con otras personas, “con címbalos y con instrumentos de cuerda y arpas, [...] y junto con ellos sacerdotes hasta el número de ciento veinte tocando las trompetas; y [...] los trompeteros y los cantores estuvieron como uno solo en hacer que se oyera un solo sonido en alabar y dar gracias a Jehová”. En aquel caso la música era inspiradora y edificante. Se usaba para alabar a Jehová. (2 Crónicas 5:12, 13.)
Probablemente en aquella ocasión cantaron y tocaron el Salmo 136, y sin duda la música les ayudaba a recordar las palabras. Esto ilustra el punto en cuestión... que la música puede comunicar un mensaje. También puede ser un medio de promover algún producto o filosofía, o recomendar cierto modo de vivir, sea que la música esté acompañada de palabras o no. Hoy día esto es cierto sea que se trate de música clásica o moderna.
Por ejemplo, la Encyclopaedia Britannica, en la biografía de Ludwig van Beethoven, “considerado extensamente como el mejor compositor que haya vivido”, declara: “Reveló más vívidamente que cualquier otro de sus antecesores el poder que tiene la música para comunicar una filosofía de vida sin la ayuda de un texto hablado”. Su Sinfonía Pastoral, conocida universalmente, es un ejemplo de esto. Transmite claramente el amor que Beethoven sentía por la naturaleza. Sí, la música puede movernos e influir en nuestras emociones.
Como otro ejemplo, considere las obras del compositor austríaco Gustav Mahler, quien actualmente está de moda entre los amantes de la música clásica. Un musicólogo dice que este compositor tiene una “obsesión con la muerte”, y describe “su incansable búsqueda de algún significado en la vida, búsqueda que impregnaría la vida y la música de Mahler”. Al hablar sobre la Sinfonía Núm. 1 de Mahler, el escritor describe su contenido así: “La obsesión con la muerte ensombrece el disfrute de la vida”. Pasa a decir: “La Sinfonía Núm. 2 comienza con la obsesión con la muerte [...] y culmina en una confesión de la creencia cristiana de la inmortalidad. [...] El elemento religioso de estas obras es muy significativo”. Por eso surge la pregunta: ¿Pudiera ejercer alguna influencia en el oyente la confusión religiosa, las obsesiones y la neurosis de Mahler?
Otro caso es El rito de primavera de Stravinski. Esta música de balet representa un rito pagano en el que una joven virgen baila hasta morir, en sacrificio al dios de la primavera. Este rito, como escribió un comentarista, “se expresa aquí en forma musical, cuya característica más sobresaliente e inmediata es el poder de su ritmo... la fuerza hipnótica y coercitiva de los patrones rítmicos”. Produce un efecto sobrecogedor, y tal vez inquietante. De hecho, “tenía por objetivo derrocar las ideas fijas que había en Europa en cuanto a la tradición musical”.
De modo que hasta la música clásica debería ser motivo de que usted medite y se pregunte: Si me expongo demasiado a cierto tipo de música, ¿tenderá ésta a deprimirme o excitarme excesivamente? ¿Se infiltra la filosofía del compositor en la música y podría esto ejercer una influencia negativa en mi modo de pensar? Por supuesto, si la música de cierto compositor no socava la fe en el Creador y Sus magníficas obras, la influencia del compositor pudiera resultar ser neutral o hasta muy positiva. Además, es posible escuchar música sin saber las ideas que el compositor tenía presentes. En tal caso el significado, si hay alguno, dependerá totalmente de la imaginación de la persona que escuche la música.
Pero ¿pueden estos criterios aplicarse a la música moderna? ¿Es la música moderna edificante, o degradante? ¿Pudiera presentar alguna amenaza a la moralidad y la espiritualidad del cristiano? Nuestro próximo artículo analizará éstos y otros asuntos.
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Tendencias en la música moderna... ¿pueden influir en usted?La Atalaya 1983 | 1 de junio
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Tendencias en la música moderna... ¿pueden influir en usted?
PERO ¿qué hay de la música moderna... el “rock”, “punk”, “funk”, “rhythm and blues”, la música folklórica y del oeste norteamericano, y todas las demás tendencias que están esparciéndose hoy día? ¿Pueden éstas, influir en su manera de pensar o socavar su espiritualidad, sea que la música vaya acompañada de letra o no?
Bill Mullane, de New Jersey, E.U.A., quien tocaba música “rock”, lo explicó así: “Cuando yo tocaba el bajo en un grupo de música ‘rock’, el efecto era totalmente físico. El ritmo alborotoso e insistente y el estilo agresivo sencillamente penetraban en uno. Como músico, llegué a ser parte de aquello. Entonces
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