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Por qué recurren a las drogas¡Despertad! 1974 | 8 de marzo
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Comentando acerca del amplio uso de la marihuana dijo: “La humanidad siempre ha anhelado un estímulo de los sentidos. En contra de esto, la ley no tiene poder; la única arma eficaz es la religión, y no es necesario comentar acerca de la lamentable situación en que ésta se encuentra en nuestra sociedad.”
¿Por qué ha sido la religión mundial un triste fracaso en hacer frente al problema de las drogas? Una razón principal es que ha respaldado el estilo de vida, la filosofía y las metas de este sistema, las mismísimas cosas que los jóvenes han rechazado como vacías y sin sentido. ¡Pero existe una solución para el problema de las drogas! La base de ésta es una educación que impulsa a uno a adoptar una filosofía de la vida completamente diferente y a buscar metas totalmente diferentes de las que son populares en la actualidad.
Muchos jóvenes aficionados han hallado la solución, y ahora están logrando verdadera satisfacción en vivir. Se han convertido en miembros que brindan excelente provecho a sus comunidades, y están ayudando a otros a hallar una vida con significado. Dejemos que uno de ellos nos relate cómo cayó en las profundidades de la afición, y entonces halló un modo de hacer frente con buen éxito al problema de las drogas.
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Cómo me libré del vicio de las drogas¡Despertad! 1974 | 8 de marzo
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Cómo me libré del vicio de las drogas
UN TITULAR que iba de una parte a otra en la primera plana del Vindicator, de Youngstown, Ohio, del 6 de diciembre de 1968 decía: “LA POLICÍA DE LIBERTY PRENDE A UN JOVEN DE 18 AÑOS POR VENDER LSD.”
Yo soy ese joven. El tribunal me sentenció a diez meses en la cárcel del condado de Trumbull. Sin embargo, salí después de treinta días, y pronto estuve de vuelta en el negocio de “promover” drogas. Necesitaba el dinero para mantener mi propia afición a las drogas, la cual incluía drogas de toda clase, particularmente LSD.
Sin embargo, todavía no había descendido a las profundidades a las cuales la afición a la heroína frecuentemente lo hunde a uno. En total, estuve preso más de dos docenas de veces; tres veces me internaron en un hospital para enfermos mentales. Más de una vez me desnudaron, encerraron en una celda acolchada, y me abandonaron para sufrir las agonías a las que da lugar la supresión de la droga... ‘la cura abrupta,’ como la llaman. La última vez me llevaron de la celda y me internaron en un hospital en una condición crítica; hasta se me administró la extremaunción. Pero me recobré y me condenaron por cargos de robo,
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