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Los requisitos divinos que descansan en los siervosLa Atalaya 1950 | 1 de septiembre
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las “otras ovejas” del Señor que están perdidas, y cuando las hallen, apaciéntenlas. El pasto es lo importante. Como dice el sabio: “¡Aleja de mí la vanidad y las mentiras; no me des ni pobreza ni riqueza; aliméntame del pan señalado para mí.” (Pro. 30:8) Este pasto o alimento necesario que proporciona el Pastor bueno y justo es la Palabra revelada de Dios, que si alguien come se le promete la vida eterna. (Juan 6:68) “Manantial de vida es la boca del justo;... Los labios del justo nutren a muchos.” (Pro. 10:11, 21) Apacienten no sólo a las “ovejas” espiritualmente flacas que hallen en el campo, sino también, siervos, apacienten y cuiden la grey de la cual ustedes forman parte. “Mirad por vosotros mismos y por toda la manada de la cual el espíritu santo los ha designado por guardianes.”—Hech. 20:28, Móffatt (en inglés).
13. ¿Cómo manifiestan los siervos que son verdaderos pastores y no mercenarios?
13 Los siervos asignados del Señor no son mercenarios. Son verdaderos pastores y guardianes de las “ovejas”. A los mercenarios no les importan las “ovejas”, y si bestias lupinas entran para estropear y matar echan a correr para salvarse el pellejo. (Juan 10:12, 13) En cambio, los verdaderos pastores luchan por las ovejas, no en su contra, y, como el Pastor Bueno, están dispuestos hasta a poner su vida por las ovejas. (Juan 10:11) Como el Pastor Principal, los siervos fieles están dispuestos a poner el bienestar de sus hermanos adelante de sus propias comodidades. Dispuestos a poner su vida por sus hermanos, están más dispuestos a incomodarse para ayudar a los más débiles con sus problemas. Si los publicadores se crean cargas para ellos mismos y para los siervos, entonces los siervos, no de mala gana, sino con gusto y por amor para los miembros más débiles, ofrecen ayudar de la manera que parezca mejor bajo las circunstancias. (Gál. 6:1, 2) Diferente a los mercenarios y falsos pastores de la cristiandad, los siervos en la organización teocrática espiritualmente fortalecen a los débiles, sanan a los enfermos, vendan a los heridos, hacen tornar a los dispersos, buscan a los corderos perdidos. (Eze. 34:4) La voluntad de Dios es que ni un cordero perezca.—Mat. 18:10-14.
14. ¿Por qué se exige tanto de los siervos? Pero, ¿con qué recompensas?
14 Si todo esto parece mucho que demandar de los siervos, entonces es porque a ellos mucho se les ha dado en cuanto a bienaventurados privilegios de servicio a manos del Señor. A quien mucho se ha dado, la regla es que mucho más se demanda de vuelta. (Luc. 12:48) Téngase presente que su responsabilidad como siervos es al Gran Pastor y al Pastor Principal, y el servicio que rindan a sus hermanos se considera como si se rindiera al Señor. Las “ovejas” son del Señor. Por eso no sean siervos perezosos o esclavos inútiles, para que no sean desechados, no sólo del puesto de siervo, sino “a las tinieblas de afuera” sin más oportunidad para la vida. (Mat. 24:48, 51; 25:26) La fidelidad en el cumplimiento de los deberes es lo que trae buenos resultados, resultados en la forma de recompensas, ahora y en los siglos venideros para los siervos y también para la grey. Mientras los siervos y las “ovejas” sigan “oyendo” la voz de su Amo y siguiéndolo habrá gozo y alegría mutuas, y se hará progreso rápido hacia el glorioso nuevo mundo de paz y prosperidad eternas en el cual no habrá fieras, tierras secas ni arroyos secos. ¡Cuán bienaventurada es nuestra porción ahora! ¡Qué futuro tan glorioso está delante de nosotros! Con voces y corazones unidos en acciones de gracias y alabanza a Jehová cantamos: “Nosotros, pueblo tuyo, y ovejas de tu dehesa, te alabaremos para siempre: de generación en generación contaremos tus alabanzas.”—Sal. 79:13.
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Desde las Antillas holandesas hasta BetelLa Atalaya 1950 | 1 de septiembre
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Desde las Antillas holandesas hasta Betel
EL MIÉRCOLES por la mañana, el 18 de enero, N. H. Knorr, presidente de la Watch Tówer Bible and Tract Socíety, y su compañero de viaje, R. E. Morgan, salieron de Caracas, Venezuela, para la isla de Aruba en las Antillas holandesas. Después de un vuelo de poco más de una hora el avión DC-4 de las Royal Dutch Airlines estaba sobre la isla, toda la cual se podía ver desde el aire; y un poco después se había cumplido con las formalidades de inmigración y de la aduana, y los dos visitadores, juntos con los hermanos que habían venido a esperarlos, estaban en camino por automóvil al hogar misionero en San Nicolás. Aruba es una isleta interesante, ordenada, limpia, airosa y cálida. Sus 180 kilómetros cuadrados están bien poblados con gente de habla holandesa e inglesa. De interés especial es el árbol “divi-divi”, cuyo follaje se extiende horizontalmente del tronco en una sola dirección. Esto se debe al viento que sopla constantemente en una sola dirección. No hay abastecimiento natural de agua en la isla, de modo que para tener agua dulce destilan la del mar. La elaboración del petróleo es la base de la vida económica, lo mismo que en la cercana isla hermana de Curazao. Venezuela produce el petróleo en grande escala, mucho del cual se embarca a las Antillas holandesas, en donde se elabora. En realidad, Aruba y Curazao tienen dos refinerías que son consideradas entre las más grandes del mundo.
Los testigos de Jehová en Aruba son activos, habiendo actualmente cincuenta publicadores en la compañía de San Nicolás, comparado con los quince que había hace un año. Se han asignado dos graduados de Galaad a este territorio y están desempeñando una obra recomendable. Hay más territorio del que dos personas puedan atender. El miércoles por la noche los hermanos Knorr y Morgan dirigieron la palabra a sesenta personas en el salón del Club Suriname y de nuevo hablaron a los hermanos de la congregación local el jueves por la tarde en su Salón del Reino. Los hermanos habían anunciado con empeño el discurso “Libertad a los cautivos”, empleando cartelones, automóviles con altoparlantes y hojas sueltas. Se había alquilado el Club Suriname también para el discurso público, con el único requerimiento de que los testigos pagaran al conserje sus honorarios y la cuenta de la luz eléctrica. Se alquilaron asientos extra y el jueves por la noche se tuvo la satisfacción de ver a 332 personas en el Club Suriname, todos muy atentos, estando el local completamente lleno, dejando solamente sitio para estar de pie a la hora de empezar la conferencia. Afuera andaba un sacerdote católico yendo y viniendo, espiando por una puerta abierta con afán para ver si alguno de sus feligreses había asistido, pero esto no minoró el entusiasmo de la concurrencia por el mensaje que escuchaba. Tampoco se asustaron las personas a quien este sacerdote visitó después en sus casas, pues se han notado muchas caras nuevas entre los que ahora se presentan en el Salón del Reino de los testigos de Jehová después de haberse pronunciado el discurso. Estuvieron tan contentos los miembros del Club Suriname con la reunión pública, que subsecuentemente votaron contra la aceptación de pago por el uso del salón. Y desean que den más conferencias los testigos de Jehová. Sin duda se dió nuevo ímpetu a la obra en esta isla, y los dos viajeros se regocijaron por haber participado en el programa de expansión en Aruba.
El viernes por la tarde los dos viajeros de Nueva York, acompañados de los dos misioneros asignados a Aruba, se despidieron de los hermanos y volaron a Curazao, isla de mayor extensión, para asistir a la asamblea que se había arreglado para los últimos días de la semana. La ciudad de Willemstad, la capital, estaba en plena fiesta puesto que el príncipe de los Países Bajos acababa de llegar de visita. En la noche los edificios y las avenidas centelleaban con luces de color y el pabellón holandés se veía por dondequiera, lado a lado con insignias naranjadas en honor de la Casa Holandesa de Orange. De varias maneras Willemstad traía al hermano Knorr recuerdos de su visita a los Países Bajos. La elevación de la ciudad es sólo de unos cuantos pies sobre el nivel del mar y la construcción de los edificios es parecida a la de la madre patria. Un rasgo raro de la población es el puente de la reina Emma que cruza la bahía de Santa Ana. Este puente de dos caminos descansa sobre catorce pontones y provee el paso tanto para los vehículos como para los peatones. Por un lado el puente está provisto de una articulación y cuando precisa que las embarcaciones entren a la bahía, el puente entero gira hacia un lado por medio de esta articulación, quedando paralelo a la orilla y próximo a ella. Estando abierto el puente, balsas cruzan gratis a los peatones, pero los vehículos tienen que esperar que se cierre otra vez el puente. Bastan unos cuantos minutos para que se cierre y que el tráfico se reanude.
Cerca de este puente se atracan muchas naves pequeñas que traen frutas tropicales de Venezuela, las cuales se venden desde el bote directamente al consumidor. A unas cuantas cuadras de este sitio se encuentra el mercado municipal. El visitador se divierte por el modo raro de fumar que han adoptado muchos de los nativos. Es cierto que encienden el cigarrillo del modo común pero luego lo voltean, colocando el extremo encendido en la boca. Así observa uno la bocanada de humo de costumbre pero al principio se maravilla por la falta de fuego en el extremo visible fuera de la boca. Sin embargo, donde hay humo tiene que haber fuego y pronto se observa que el fumador quita el cigarrillo de la boca para quitarle la ceniza. Es entonces que el fenómeno se explica. Las compañías de cigarrillos de los Estados Unidos todavía no han anunciado este modo de fumar. Quizá puedan lograr que el público se convierta en comedores de fuego en lugar de chimeneas.
La compañía de cincuenta testigos de Jehová en Willemstad había esperado gustosamente esta primera visita del presidente de la Sociedad a Curazao, y ellos, unidos con los dos misioneros asignados al territorio, habían hecho buenos preparativos. El viernes por la noche se presentaron 93 personas para oír los discursos por los dos hermanos de Nueva York. Después de cada conferencia, se pronunció un resumen en el dialecto papiamento. Debido a que no podía estar el hermano Knorr en Curazao más que un solo día, el sábado, se arregló que el discurso público se pronunciara esa noche en el edificio magnífico de la biblioteca. Sale de lo común este edificio porque a pesar de aparentar desde el exterior ser enteramente cerrado por sus cuatro paredes, existe en el interior un gran patio destinado para asambleas y conferencias. Así es que, debajo del firmamento estrellado, 234 personas oyeron al hermano Knorr hablar de la gran libertad que el nuevo mundo pronto traerá a todos los partidarios de la justicia. La gente de las Antillas holandesas goza particularmente de conferencias de esta índole, cosa que se había observado también en Aruba, en donde muchos consideraban que el discurso de una hora era demasiado breve. Con ese motivo el hermano Knorr entró en más detalles, dedicando casi una hora y media al tema. Muchos expresaron su aprobación.
Al repasar la obra del Reino en las Antillas holandesas, se nota que el interés que se manifiesta en las seis islas de este grupo sigue en aumento. Los nuevos publicadores del Reino requieren mejor atención y servicio del que se les puede proporcionar desde la oficina en Bróoklyn. Por consiguiente el hermano Knorr arregló que se estableciera una sucursal nueva empezando el 1° de marzo de 1950, que se designaría la Sucursal de las Antillas holandesas. Así los hermanos y las compañías de los testigos de Jehová lograrán mejor contacto con la Sociedad y se les podrá ayudar con más eficacia en el desempeño de su servicio de campo. El hermano Thomas R. Yeatts, que es graduado de Galaad y que ha servido en ese territorio desde mediados de 1946, fué nombrado siervo de Sucursal.
El domingo, el 22 de enero, temprano por la mañana, se despidió el hermano Knorr de los hermanos y salió por aire a Paramaribo, Surinam (Guayana holandesa). Permaneció el hermano Morgan en Curazao para dirigir un servicio de bautismo para la compañía de Willemstad, esa misma mañana; y en la noche habló a los hermanos otra vez después del estudio de costumbre de La Atalaya. Tal como sucedió en el caso de casi todos los discursos por los dos visitadores en Curazao, un hermano local dió un resumen en el dialecto papiamento para los que no entendían perfectamente el inglés. Están los hermanos en Curazao entusiasmados con la esperanza de la expansión de la obra en las islas de Sotavento; y sienten satisfacción especial ahora que tienen una sucursal que les sirva. Además los misioneros tanto en Aruba como en Curazao se alegraron al saber que tendrán la ayuda de unos graduados de la décima cuarta clase de Galaad después de la asamblea de 1950.
SURINAM
Aunque el hermano Knorr había estado en Surinam el año pasado durante su visita a la América del Sur, ahora pareció conveniente que hiciera un viaje especial de Curazao
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