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Un cántico nuevo para todos los hombres de buena voluntadLa Atalaya 1958 | 15 de abril
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Un cántico nuevo para todos los hombres de buena voluntad
1. ¿Qué canción es apropiada hoy a pesar de Proverbios 25:20, y en qué resulta para los que la cantan?
UN PROVERBIO de hace aproximadamente tres mil años dice: “El que está quitando una prenda de vestir en día de frío es como vinagre sobre álcali y como el cantante con canciones a un corazón triste.” (Pro. 25:20) Hoy todo el mundo tiene un corazón triste, pues se enfrenta a un presente perturbador y a un futuro aterrador. Tal vez la gente, preocupada, no se sienta dispuesta a oír una canción. Pero hay un cántico que verdaderamente puede alegrar a toda la gente, sin importar a qué nación pertenezca. Es un cántico nuevo que las generaciones previas no tuvieron el privilegio de cantar. Si los hombres son de buena voluntad hacia el creador extraordinario de este cántico ellos disfrutarán de él, serán alentados y refrescados por él y se les quitará su actitud triste y avinagrada. Cuando se familiaricen con esta creación en forma de cántico, ellos también querrán romper en canto entonándolo. Esto significará salud, sí, salvación para ellos.
2, 3. (a) ¿Por qué posiblemente sea nuevo para muchos el nombre del escritor del cántico? (b) ¿Por qué podría darnos él un cántico verdaderamente nuevo, y qué nos dice que hagamos con éste?
2 No sólo ha sido nuevo el cántico para los que han principiado a cantarlo, sino que su Autor sin duda será nuevo para muchos que oigan cantar su composición. El Autor y Compositor es alguien cuyo nombre muchos hombres de importancia de alrededor del mundo han tratado de esconder y han tratado de impedir que la gente conozca. No obstante, el primer hombre que vivió conoció el nombre, hace aproximadamente seis mil años. El nombre es Jehová, el del Creador no sólo del cántico nuevo, sino también de los cielos y de la tierra. Cualquier cántico producido por nuestro Creador debería ser importante, y debería significar una vida feliz y sin fin para nosotros. Por medio de un escritor Suyo a quien él inspiró él dice: “Yo soy Jehová; éste es mi nombre, mi gloria no la daré a otro, ni mi alabanza a las esculturas. He aquí, las predicciones anteriores suceden ya, y cosas nuevas anuncio yo: antes que salgan a luz, os las hago saber.” Así es como le es posible darnos un cántico verdaderamente nuevo que ningún otro escritor de cánticos podría suministrarnos, y por eso él entonces dice a los hombres de buena voluntad:
3 “¡Cantad a Jehová un cántico nuevo, alabanza suya desde los fines de la tierra, los que bajáis a la mar, y cuanto hay en ella, las costas marítimas y los habitantes de ellas! ¡Alcen la voz el desierto y sus poblaciones!”—Isa. 42:8-11, Mod.
4, 5. En vista de Eclesiastés 1:9, 10 ¿por qué podemos preguntar cómo podría ser nuevo este cántico?, y no obstante ¿dónde no hay límite de cosas nuevas?
4 Pero ¿cómo puede ser nuevo este cántico? Podemos hacer esta pregunta cuando recordamos que un gobernante sabio de hace miles de años dijo: “Lo que ha llegado a ser, eso es lo que llegará a ser; y lo que se ha hecho, eso es lo que se hará; y por eso no hay nada nuevo bajo el sol. ¿Existe cosa alguna de la cual uno pueda decir: ‘Vea esto; es nuevo’? Ya ha tenido existencia por tiempo indefinido; lo que ha venido a la existencia es desde tiempo que nos antecedió.” (Ecl. 1:9, 10) Ni siquiera la terrible bomba de hidrógeno, que hizo explosión por primera vez en 1954, es algo nuevo. Durante miles de millones de años antes de que existiera el género humano, el gran Creador, Jehová, estuvo haciendo estallar hidrógeno dentro del sol, y son estas explosiones de átomos de hidrógeno las que nos proporcionan luz a los que estamos en esta tierra. No obstante, aunque tal vez no haya “nada nuevo bajo el sol,” esto no significa que no podría haber nada nuevo más arriba del sol, nada nuevo fuera de esta región natural o en la región espiritual. Cuando dijo que no había nada nuevo bajo el sol el sabio rey Salomón hablaba de las cosas de este mundo natural y de los asuntos comunes del género humano sobre el cual brilla el sol. Precisamente antes de esto él dijo:
5 “Una generación está yéndose y una generación está viniendo, pero la tierra está permaneciendo aun hasta tiempo indefinido. Y el sol también ha salido en repentino resplandor y el sol se ha puesto, y llega jadeante a su lugar donde va a salir en repentino resplandor. . . . Todos los torrentes invernales salen hacia el mar, y no obstante el mar mismo no está lleno. Al lugar hacia donde salen los torrentes invernales, allí regresan para salir. Todas las cosas causan fatiga; nadie puede hablar de ello. El ojo no queda satisfecho al ver, ni el oído se llena de oír.”—Ecl. 1:4-8.
6. ¿Por qué está Jehová situado de modo que puede darnos un cántico nuevo?, y por eso ¿qué ha hecho él?
6 No hay necesidad de ninguna cosa nueva en cuanto a sucesos de la naturaleza bajo el sol. Pero Jehová está por encima del sol, porque él es el Altísimo Dios. Él puede crear cosas nuevas más arriba del sol o en la región invisible de espíritus y también en los asuntos espirituales que tienen que ver con el género humano en la tierra. Así puede darnos los hechos para el tema de un cántico enteramente nuevo que nos hará sentir hormigueo con emociones irreprimibles de gozo y éxtasis por el glorioso significado de todo ello. Dios, siendo todopoderoso y uno a quien nunca se le agota el abastecimiento de cosas maravillosamente nuevas que tiene para nosotros, nos ha dado un cántico de esa clase.
7. ¿Cuándo necesitó el mismísimo universo una promesa de buena esperanza, y por qué? Y ¿qué mujer mencionó Jehová entonces?
7 Casi al principio de la existencia del hombre Jehová Dios nos dió el tema básico del cántico nuevo de hoy día. Fué en un tiempo en que el mismísimo universo necesitaba una promesa de buena esperanza. Nuestro primer padre humano acababa de pecar, aunque estaba en el jardín de Edén, el paraíso de la delicia, con todo lo que necesitaba para continuar viviendo para siempre en perfección humana y en libertad como hijo de Dios. Por medio de una serpiente se había inducido a su esposa a comer del único fruto que se había prohibido. Luego ella indujo a su esposo a comer de éste junto con ella y quebrantar el mandato de su Padre celestial. Antes de pronunciar la condena de muerte eterna sobre ellos por esta desobediencia voluntariosa, Jehová Dios habló a la primera causa de todo ello, el gran tentador, Satanás el Diablo. Dios le habló a Satanás como si éste fuera la serpiente, diciendo: “Pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu simiente y la simiente de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón.” (Gén. 3:15) La “mujer” de quien Dios habló allí no era Eva, la mujer pecadora en la tierra, la esposa de Adán, sino la mujer santa en el cielo, la organización universal de Dios compuesta de ángeles santos, la organización que es como una esposa para Dios, que podría producir algo santo que sirviera para el propósito de Dios.
8. ¿Por qué fué algo nuevo la declaración que Dios hizo a la serpiente, y qué se pusieron a observar los miembros leales de la mujer de Dios?
8 En sí misma la declaración que Dios hizo a la serpiente fué algo nuevo para esta tierra. Fue la primera profecía de Dios hablada a oídos del género humano. Predecía que de acuerdo con la voluntad de Dios habría guerra entre Satanás el Diablo y la Organización celestial semejante a mujer de Dios, entre la simiente o prole de Satanás el Diablo y la simiente de la mujer o esposa fiel de Dios. ¿Cuál ganaría la guerra? ¿Sería el magullamiento en el talón o el magullamiento en la cabeza el golpe victorioso? El magullamiento en la cabeza efectuaría la victoria. En consecuencia, la simiente de la organización universal semejante a esposa de Dios, aunque primero fuera magullado en el talón, saldría vencedor en vindicación de la primera profecía de Dios dada al género humano. Esto sin duda debe haber sido un gran consuelo para los miembros angelicales de la mujer simbólica de Dios, su fiel organización angelical que está casada con él y está sujeta a él. Preguntas como quién sería la simiente de la mujer, de qué manera sería producida esta simiente prometida y cómo sería magullada en el talón y no obstante magullaría a su diabólico magullador en la cabeza eran preguntas que suscitaban el interés de todos los miembros leales de la mujer celestial de Dios. Estos inmediatamente se pusieron a observar cómo se desarrollaba el cumplimiento de esta profecía edénica, que sirvió de cimiento a toda otra profecía relacionada con el género humano.
9. ¿Qué no podían hacer las criaturas entonces en cuanto a esa profecía, pero cómo se esparció entre los hombres el interés en ella?
9 Dado que es regla divina el que “ninguna profecía de la Escritura proviene de divulgación privada,” Adán y Eva no pudieron entender ni interpretar la profecía de Jehová. Tampoco pudo hacerlo Satanás el Diablo, aunque es una poderosa criatura espiritual superior al hombre en existencia, poder e inteligencia. (2 Ped. 1:20, 21) Después que Adán y Eva fueron castigados por medio de ser arrojados del paraíso de Edén para morir, comenzaron a producir hijos. Por tener interés egoísta en la promesa de Dios concerniente a la simiente de alguna mujer, Adán y Eva contaron la profecía a sus hijos. De modo que se esparció entre los hombres el interés en la profecía.
10. ¿Cómo puede haber tenido algo que ver esa profecía con el asesinato de Abel por Caín?
10 Hombres egoístas se presentaron como la simiente prometida, con la esperanza de obtener poder y un puesto sobre otros por afirmar que eran la simiente genuina. Caín fué el primogénito del género humano. Cuando el segundo hijo de Adán y Eva, Abel, obtuvo la aprobación de Dios por ofrecer a Dios un sacrificio de su rebaño de ovejas y no una ofrenda inanimada de los productos del huerto, Caín mató a Abel para impedir la probabilidad de que su hermano lo suplantara como el que posiblemente fuera la simiente. “Por fe Abel ofreció a Dios un sacrificio de mayor valor que Caín, por cual fe se le dió testimonio de que era justo, Dios dando testimonio respecto a sus dádivas, y mediante ésta, aunque murió, todavía habla.” De esta manera Abel todavía nos habla como el primer testigo humano fiel de Jehová, porque eso llama a Abel la propia Palabra escrita de Dios.—Heb.11:4 y 12:l.
11, 12. (a) ¿Qué relación llegó a existir entre Enoc y la Simiente prometida? (b) ¿Por qué no fué Enoc al cielo cuando Dios lo transfirió?
11 La primera profecía de Dios por medio de un hombre vino por medio de Enoc, el séptimo hombre en línea desde Adán. Enoc fué un hombre que tenía fe en Jehová Dios y por eso llegó a ser testigo de Jehová. Enoc también llegó a ser un antepasado de la Simiente prometida, en quien él estaba interesado. Antes de morir Enoc recibió inspiración de Jehová para dar testimonio concerniente a Su propósito de castigar o ejecutar juicio contra todas las personas impías, o la simiente de la gran Serpiente, Satanás el Diablo, al tiempo en que la Serpiente ha de ser magullada en la cabeza. (Jud. 14, 15) No se permitió que los enemigos de Enoc le diesen muerte como Caín dió muerte a Abel, porque Dios mismo se llevó a Enoc de la escena terrestre de modo que “en ningún lugar fué hallado.” ¿Por qué? Porque “antes de su transferencia él tuvo el testimonio de que había agradado bien a Dios.” (Heb. 11:5) Dios no se lo llevó al cielo, porque todavía no se había hecho accesible el camino por el cual hombres nacidos en pecado desde Adán pudieran ir al cielo.
12 El “camino nuevo y vivo” para entrar en los cielos santísimos no fué hecho accesible sino hasta 3,072 años después de Enoc. De modo que hasta ese entonces fué cierto esto: “Ningún hombre ha subido al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre.” (Juan 3:13; Heb. 9:6-8; 10:19-22) El misterio o secreto sagrado de cómo se efectúa esto se le fué aclarando al entendimiento humano a medida que el desarrollo del propósito de Dios siguió adelantando grandiosamente después de la desaparición del profeta de Jehová, Enoc.
LÍNEA DE DESCENDENCIA DE LA SIMIENTE PROMETIDA
13. ¿Qué relación llegó a existir entre Noé y la Simiente prometida, y qué vino en vez de la Simiente en el día de Noé?
13 El hombre décimo en línea desde Adán y en la ascendencia de la Simiente prometida fué Noé, nieto de Matusalén, quien vivió por más tiempo que cualquier otro hombre en la tierra, 969 años, a pesar de haber nacido en pecado y bajo la condena de muerte. (Gén. 5:25-32) Con fe Noé esperó la venida de la Simiente prometida de la mujer de Dios. La simiente no vino en el día de Noé, pero una gran ejecución de juicio de Dios le sobrevino a la simiente del enemigo de la mujer de Dios, la simiente de la gran Serpiente, Satanás el Diablo. El acto de ejecución fué el diluvio global, que resultó cuando estallaron las aguas que entonces se arremolinaban muy arriba de la tierra a semejanza de un dosel. Continuaron cayendo sin cesar durante cuarenta días y cuarenta noches. Entonces fué destruído el antiguo mundo prediluviano, pero Noé y su familia justa, temerosa de Dios, vivieron a través del fin de aquel mundo inicuo.
14. ¿Por qué debemos nosotros hoy día mostrar fe en la escapatoria de Noé y su familia de la destrucción durante aquel diluvio?
14 El Todopoderoso Dios los preservó, junto con especímenes de muchos géneros de familia de animales y aves, en un arca o flotador grande semejante a cofre que Noé edificó con fe y en obediencia al mandato de Jehová. Se dice que esta arca todavía descansa en el monte Ararat en Turquía, donde paró cuando las aguas del diluvio se asentaron. (Gén. 6:1 a 8:4; Heb. 11:7; 1 Ped. 3:20) Mostremos nosotros hoy día fe en la realidad de este diluvio así como Noé la mostró, porque su escapatoria, junto con su familia, de la destrucción durante el fin de ese mundo impío se registra como una representación de que los hombres de buena voluntad que viven hoy serán preservados vivos por el poder protector de Dios a través del fin que pronto le vendrá a este inicuo viejo mundo y entrarán en el justo nuevo mundo de Dios.—Mat. 24:36-42.
15. ¿Cuál de los hijos de Noé fué escogido para ser antepasado de la Simiente?, y Sem vivió hasta ver ¿a qué descendiente especial suyo?
15 ¿A cuál de los tres hijos de Noé que sobrevivieron al fin del mundo con él escogió Jehová Dios para suministrar la ascendencia de la simiente prometida de Su mujer celestial? Fué a Sem; y en prueba de esto él recibió la bendición especial de Dios por medio de su padre Noé: “Bendito sea Jehová, el Dios de Sem, y que Canaán [hijo de Cam] llegue a ser su esclavo.” (Gén. 9:18-26) Sem vivió centenares de años después del Diluvio, y hasta vió al individuo especial de entre sus descendientes por medio de quien aparecería la Simiente prometida entre los hombres y por medio de quien vendría una bendición a los hombres de buena voluntad de todas las familias y naciones de la tierra. Tal vez Sem hasta haya pronunciado la bendición de Dios sobre este hombre de fe, Abrahán.
16. ¿De qué promesa de Jehová llegó a ser heredero Abrahán, y qué debería hacernos querer seguir investigando la historia de sus descendientes?
16 Dios escogió a este Abrahán semita a causa de su fe en el único Dios vivo y verdadero. Él puso a prueba la fe de Abrahán y le dijo que saliera de su tierra natal y fuera a un país del sudoeste al cual Dios lo guiaría. Cuando Abrahán hizo lo que se le había dicho bajo la guía de Dios y entró en la antigua Palestina, llegó a ser el heredero digno de la promesa de Jehová: “Haré de ti una gran nación y te bendeciré y haré grande tu nombre; y da pruebas de ser una bendición. Y bendeciré a los que te bendijeren, y al que pida maldición sobre ti lo maldeciré, y todas las familias del suelo ciertamente se bendecirán por medio de ti.” (Gén. 12:1-3) Nuestro deseo de tener una participación eterna en esta bendición debería hacer que nos sintiéramos deseosos de saber lo que se fué desarrollando en la historia de los descendientes de Abrahán, prescindiendo del hecho de que Abrahán haya sido semita y hebreo. Lo que vale es que Abrahán resultó ser fiel a Dios el Padre de la Simiente prometida y por eso la vida terrestre de la Simiente prometida había de ser suministrada por medio de una bisnieta lejana de Abrahán.
17. ¿Cómo se prefiguró en el día de Abrahán que la Simiente prometida moriría?, y por eso ¿qué podemos hacer por medio de la simiente de Abrahán?
17 De todos los hijos de Abrahán, el único hijo que tuvo por su esposa verdadera Sara fué el que Dios escogió para la línea de descendencia. Para prefigurar que la simiente de la mujer de Dios sería magullada en el talón por la gran Serpiente y su simiente, Jehová mandó que Abrahán sacrificara a este hijo llamado Isaac que se le había dado milagrosamente. Antes que Abrahán pudiera llevar a cabo este sacrificio, Jehová detuvo el cuchillo sacrificatorio de Abrahán y dijo: “Por mí mismo ciertamente juro, es la declaración de Jehová, que debido a que tú has hecho esta cosa y no has retenido a tu hijo, tu único, yo seguramente te bendeciré y seguramente multiplicaré tu simiente como las estrellas de los cielos y como los granos de arena que están en la orilla del mar, y tu simiente tomará posesión de la puerta de sus enemigos. Y por medio de tu simiente todas las naciones de la tierra ciertamente se bendecirán.” (Gén. 22:15-18) ¿Queremos bendecirnos para siempre en la Simiente prometida de Jehová? Entonces, cuando se nos resuelve el misterio o secreto sagrado en cuanto a quién es la Simiente, tenemos que aceptarlo gozosa y agradecidamente, aunque sí fué menester que descendiera por medio de Abrahán el hebreo de la línea de Sem.
18. ¿A cuál de los hijos de Isaac dió Jehová la bendición, y cómo se concedió una bendición del Reino a cierto nieto?
18 De los hijos gemelos de Isaac, Jacob mostró la fe verdadera y ardiente en Jehová Dios y en su preciosa promesa. Por lo tanto Jehová se le apareció en visiones a Jacob y le prometió que la bendición de todas las naciones vendría por medio de su línea de descendencia. Jehová no quedó perplejo por el hecho de que Jacob tuviera doce hijos, sino que por medio de ellos Él produjo las doce tribus de Israel; este nombre, Israel, era el nuevo nombre que Dios le había dado a Jacob. Pero, ¿por medio de cuál de las doce tribus vendría la Simiente? Jehová hizo que Jacob, cuando se hallaba en su lecho de muerte, pronunciara esta bendición sobre su cuarto hijo, Judá: “Un cachorro de león es Judá. . . . El cetro no se apartará de Judá, ni el báculo de comandante de entre sus pies, hasta que venga Shiloh, y a él le pertenecerá la obediencia de la gente.” (Gén. 49:9, 10) Esta era una bendición concerniente a un reino. Aseguraba que la tribu de Judá había de suministrar el gobernante real que empuñaría el cetro y manejaría el báculo de caudillo, y sería el León de la tribu de Judá. (Apo. 5:5) A él le pertenecería el derecho de hacer que todas las familias y naciones de la tierra le obedecieran. De modo que éste debería ser la Simiente.
19. ¿Cómo llegó a ser David el rey por medio de quien vendría la Simiente prometida?
19 Fué 239 años después que el agonizante Jacob, o Israel, pronunció esta bendición sobre Judá que Jehová Dios introdujo a las doce tribus de Israel en la tierra que había prometido al antepasado de ellas, Abrahán. Centenares de años después, a petición de los israelitas, Dios estableció un reino sobre ellos. El primer rey fué de la tribu de Benjamín. Después de la muerte de ese rey Dios cumplió la bendición y colocó a un miembro de la tribu de Judá en el trono del reino de Israel, al ungido llamado David. Aunque David como rey ungido fué un mesías o un Cristo, él no fué la Simiente prometida a Abrahán, o la simiente de Ja mujer de Dios. David no había procedido de la esposa celestial de Dios, su organización espiritual universal. Pero a causa de que David fué un promotor celoso de la adoración pura y por lo tanto fué un testigo fiel de Jehová, Dios juró a David que la Simiente esperada por mucho tiempo vendría por medio de su línea real, con estas palabras: “Ciertamente levantaré tu simiente después de ti, la cual saldrá de tus entrañas, y realmente estableceré firmemente su reino. Él es el que edificará una casa para mi nombre, y ciertamente estableceré el trono de su reino firmemente para siempre. . . . Y tu casa y tu reino ciertamente serán firmes para siempre delante de ti; tu mismísimo trono llegará a ser un trono establecido firmemente para siempre.”—2 Sam. 7:12-16.
20. Cuando Jerusalén cayó en 607 a. de la E.C., ¿qué comenzó a hacerse evidente concerniente al reino de la Simiente prometida, cosa que sorprendió a los judíos?
20 Aunque parezca extraño, en 607 antes de la era cristiana el reino de la tribu de Judá y de la familia de David fué derrocado y la ciudad real de Jerusalén cayó. Hasta nuestro mismo día ningún reino con un hombre de la familia de David en el trono ha sido establecido de nuevo en Jerusalén. ¡,Ha fracasado el pacto que le juramentó Dios al rey David para un reino eterno? No; el Todopoderoso Dios estaba preparando algo asombrosamente nuevo, absolutamente diferente de lo que los hombres esperaban. A causa de esto se preparó el terreno para que todos los hombres de buena voluntad que viven hoy canten el cántico nuevo de gozo inefable. De la manera en que Dios estaba dirigiendo las cosas se hizo patente al debido tiempo que el reino eterno de la simiente prometida de su mujer sería celestial, muchísimo más alto que el reino de David en la Jerusalén terrestre. Sin embargo, durante seiscientos años después que el reino terrestre de la familia de David fué destruído los israelitas fieles esperaron que el reino davídico fuera restablecido en Jerusalén. De modo que algo sorprendentemente nuevo estaba reservado para ellos.
MILAGROSAS COSAS NUEVAS
21. ¿Por medio de qué línea terrestre tenía que venir la Simiente prometida?, y no obstante ¿por qué tenía que ser la Simiente verdaderamente un hijo de Dios?
21 Para que la Simiente real prometida naciera en la familia de Abrahán y en la línea del rey David tenía que nacer como hebreo y de una mujer de la línea real de David. Al mismo tiempo, para que fuera la Simiente de la mujer de Dios, tenía que salir de entre los miembros celestiales de la organización espiritual universal de Dios. Esto quería decir algo nuevo en la historia universal. Quería decir que la Simiente tenía que descender del cielo, desde la región invisible de las personas espirituales. En un sentido muy verdadero, sí, de una manera directa, tenía que ser un hijo de Dios, porque ningún hombre en la tierra podría casarse con la mujer celestial, o esposa, de Dios y llegar a ser el padre de la Simiente prometida. Sólo Dios podría engendrar la Simiente.
22. ¿Por qué la materialización de un hijo de Dios procedente del cielo no resolvería el problema de que él descendiera de la línea de Abrahán y de David?
22 ¿Cómo, entonces, descendió la Simiente desde el cielo hasta la tierra para llegar a ser hombre? ¿Lo hizo por medio de materializarse un hijo espiritual de Dios o llegando a estar encarnado como hombre? No; eso no sería nada nuevo, nada diferente, nada que suministrase lo que se necesitaba en este caso. Desde el tiempo en que Adán y Eva fueron arrojados del paraíso de Edén para morir por su pecado, hijos celestiales de Dios se habían materializado de vez en cuando. Los querubines a quienes Dios situó al oriente del jardín de Edén para cuidar el camino al árbol de la vida que estaba adentro se materializaron mediante encarnación. Es decir, milagrosamente revistieron su persona invisible de carne visible, tangible. Pero el que esos querubines asumieran carne humana así de acuerdo con el propósito de Dios el Juez no los hizo hijos de Adán y Eva. Esos querubines materializados no obtuvieron su carne y sangre de Adán y Eva. Con el transcurso del tiempo ángeles también se materializaron y se aparecieron a Abrahán y al rey David, pero ellos no obtuvieron sus cuerpos carnales de Abrahán o David con el fin de llegar a ser la simiente carnal de Abrahán y de David. No, una materialización o encarnación de un hijo de Dios procedente del cielo no resolvería el problema. Entonces, ¿qué?
23. ¿Cómo llevó Gabriel a María el mensaje en cuanto a que ella habría de ser madre?
23 Cuando casi terminaba el año 3 antes de la era cristiana el ángel de Dios, Gabriel, se materializó o llegó a estar encarnado. De esta manera se apareció a una muchacha judía soltera llamada María, de la línea real de David. Él le explicó a María una cosa nueva que iba a acontecer sin que ella consumara su matrimonio humano, diciendo: “¡Mira! concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y habrás de llamarlo Jesús. Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y Jehová Dios le dará el trono de David su padre, y él será rey sobre la casa de Jacob para siempre, y no habrá fin de su reino.” “¿Cómo podrá ser esto, dado que no estoy teniendo relaciones con un hombre?,” preguntó María. Gabriel explicó: “Espíritu santo vendrá sobre ti, y poder del Altísimo te sombreará. Por esa razón también lo que nace será llamado santo, el Hijo de Dios.” María estuvo de acuerdo con que Dios la usara a ella de esta manera milagrosa, diciendo “¡Mire! ¡la esclava de Jehová! Suceda conmigo de acuerdo con lo que usted ha declarado.” (Luc. 1:26-38) Pero ¿cómo?
24. ¿Qué cosa nueva sucedió en el cielo para que María pudiera concebir al Hijo de Dios en su vientre virginal?
24 Algo extraordinariamente nuevo se efectuó entonces en los cielos invisibles, mucho más arriba del sol, muy por encima de nuestra región material. El Hijo primogénito o unigénito de Jehová desapareció de entre las filas de los hijos celestiales de Dios. ¿Qué había sucedido? Dios hizo que este Hijo principal dejara el seno de Su mujer, u organización celestial universal, y Dios lo envió desde el cielo para nacer como un bebé humano de María la virgen. (Juan 3:16, 17) El amado Hijo de Dios se despojó de toda su gloria y poder celestiales, aun cediendo su glorioso cuerpo celestial, su forma semejante a Dios. (Fili. 2:5-8) Entonces Dios trasladó la fuerza de vida de su Hijo desde el cielo hasta el vientre virginal de María. De esta manera María concibió en su vientre bajo el funcionamiento del espíritu santo, o fuerza activa, de Dios y no mediante coito sexual con algún hombre.
25. ¿Cómo qué cosa nació el Hijo de Dios del vientre de María?
25 Fué algún tiempo después que la preñez de María comenzó a aparecer que José, un carpintero, pero de la línea real de David, obedeció el mandato de Dios y tomó a María como esposa suya para protección de ella. De modo que, en la plenitud del tiempo de Dios para ello, nació un hijo santo, “el Hijo de Dios,” que procedía de su mujer, o esposa, celestial. Él nació como criatura humana verdadera de María y en la línea real de David, como heredero de David. A causa de que él había sido el vocero, el Verbo o Palabra, del Todopoderoso Dios allá en el cielo, lo que sucedió milagrosamente se describe de esta manera: “El Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del Unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”—Juan 1:14, Mod.
26. ¿Por qué, entonces, no fué una encarnación el Hijo de Dios en la tierra?
26 Esta descripción no dice que el Hijo de Dios todavía tenía su cuerpo celestial y estaba simplemente materializado o encarnado o revestido de carne, ¿no es verdad? Dice que el Hijo celestial de Dios “fué hecho carne.” Llegó a ser sólo un hombre, pero un hombre santo con un Padre celestial inmaculado, y por eso continuó siendo Hijo inmaculado de Dios. Por eso leemos: “Cuando vino la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, hecho de mujer.” (Gál. 4:4, Mod) “Acerca de su Hijo Jesucristo, que fué hecho del linaje de David, según la carne, que fué declarado ser [el, VA] Hijo de Dios, con poder, según el espíritu de santidad.”—Rom. 1:3, 4, Mod.
27. (a) ¿Cómo hizo Dios que hubiera testigos del nacimiento de su Hijo? (b) ¿Cómo se mostró que eran buenas nuevas también para el cielo, y para la realización de qué cosa puso lo que sucedió los cimientos?
27 Esto fué algo gloriosamente nuevo, también fué una expresión incomparable del amor que Dios les tiene a los hombres de buena voluntad. Para no dejar que pasara inadvertida esta importante y milagrosa cosa nueva—el nacimiento de un bebé perfecto y sin pecado de una virgen—y con el fin de tener testigos de este acontecimiento de buenas nuevas, Dios envió su ángel a los pastores que estaban cerca de Belén, en el mismo lugar donde David mismo solía ser pastor, para decirles: “Les estoy declarando a ustedes las buenas nuevas de un gran gozo que toda la gente tendrá, porque les nació a ustedes hoy un Salvador, que es Cristo el Señor, en la ciudad de David.” Fueron buenas nuevas para el cielo también, y por eso una multitud de la hueste celestial se apareció a los pastores y alabó a Dios, diciendo: “Gloria en las alturas a Dios, y en la tierra paz entre los hombres de buena voluntad [o, entre los hombres a quienes él aprueba].” (Luc. 2:10-14, margen) Este acontecimiento jamás se repetirá entre los hombres. El heredero legítimo del reino y trono de David había nacido de manera inmaculada, y esto colocó los cimientos para la verificación de otras gloriosas cosas nuevas.
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El tiempo para cantar el cántico nuevoLa Atalaya 1958 | 15 de abril
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El tiempo para cantar el cántico nuevo
1, 2. (a) ¿Con qué cosa como su meta se puso de camino a Jesús a la edad de treinta años? (b) ¿Cómo llegó a ser entonces Jesús más que una criatura humana?
JESÚS cumplió treinta años de edad como hombre en su perfección piadosa. Luego hubo un gran cambio en su vida. Dejó la carpintería en Nazaret y fué bautizado por Juan en el río Jordán. Su concepción en el vientre de María había sido un milagro de una clase nueva, pero ahora sucedió una cosa nueva más grande que lo puso de camino en una vida espiritual que tenía como meta el cielo, su hogar original.
2 Cuando Jesús salió de las aguas bautismales, “¡mire! los cielos fueron abiertos, y él vió descendiendo como paloma el espíritu de Dios que venía sobre él. ¡Mire! también, hubo una voz de los cielos que dijo: ‘Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado.’” (Mat. 3:13-17) Oyéndolo Jesús y Juan, Dios habló desde el cielo y dijo que Jesús, bautizado ahora, era su Hijo. Esto mostró que Dios ahora había engendrado a Jesús mediante su fuerza activa, o espíritu, para que éste volviera a ser un Hijo espiritual de Dios, siendo así más que sólo un hijo humano tal como Adán había sido en el paraíso de Edén. Entonces Dios ungió a Jesús con su espíritu como el heredero legítimo del rey David, pero de un trono superior y más grandioso que el de David, a saber, al asiento a la diestra de Dios en su trono celestial. (Sal. 110:1, 2; Mat. 22:41-45; Heb. 10:12, 13) Aunque Jesús continuó en la carne durante otros tres años y medio en la tierra, ahora era una “criatura nueva,” un Hijo espiritual ungido de Dios.—2 Cor. 5:17, margen.
3. ¿Cómo fué que Jesús predicó un mensaje nuevo, y a qué cumplimiento doloroso de profecía condujo esto?
3 Después de eso, Jesús fué a predicar un mensaje nuevo a la gente de su madre humana, los judíos o israelitas. Fué el mensaje de un gobierno nuevo que dominaría sobre el género humano: “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.” Juan el Bautista había predicado un mensaje semejante a éste durante seis meses antes que Jesús, pero Jesús pudo predicarlo con un significado que Juan no podía darle entonces. Jesús predicó que el reino de los cielos se había acercado porque él mismo estaba presente como Aquel a quien Jehová Dios había ungido para el trono celestial. Jesús también envió a muchos discípulos a predicar este mismo mensaje a los judíos. (Mat. 3:1, 2; 4:17; 10:1-7; Luc. 10:1-9) La predicación del mensaje real resultó en que Jesús fuese magullado en el talón por la Serpiente Satanás el Diablo y su simiente.
4. ¿Por qué estuvieron turbados los discípulos al morir Jesús, pero entonces qué poderosa cosa nueva ejecutó Dios?
4 Creyendo que Jesús era “el Cristo, el Hijo del Dios vivo,” y el “Rey de Israel,” los discípulos se turbaron sobremanera cuando Jesús fué ejecutado en un madero de tormento por sus enemigos en 33 d. de J.C. en vez de ser coronado como rey, sentado en el trono en Jerusalén. (Mat. 16:16; .Juan 1:49) En ese entonces no entendían las profecías de Dios en cuanto a la simiente de la mujer de Dios, y en cuanto a que la Simiente primero tenía que ser magullada en el talón antes de que gobernase como rey y quebrantase a la Serpiente en la cabeza. Al tercer día después de la muerte de Jesús su Padre celestial ejecutó una cosa nueva, que hace estremecer nuestra imaginación a causa de la “potencia de su fuerza, con la cual ha operado en el caso del Cristo cuando lo levantó de entre los muertos y lo sentó a su diestra en los lugares celestiales, muy por encima de todo gobierno y autoridad y potestad y señorío y todo nombre que se nombra, no solamente en este sistema de cosas, sino también en el que ha de venir.” (Efe. 1:19-21) Es verdad que había habido resurrecciones de entre los muertos ejecutadas por profetas de Jehová y aun por Jesús mismo, pero nunca había habido resurrección semejante a la que se ejecutó en el Jesús muerto. (Heb. 11:35; Juan 11:1-44) ¿Por qué no?
5. ¿Por qué nunca había habido una resurrección semejante a la de Jesús?
5 Esas resurrecciones previas habían traído de vuelta a la vida humana a personas que más tarde volvieron a morir a causa de la imperfección y la condena de muerte. El Todopoderoso Dios levantó a su Hijo fiel instantáneamente a la perfección de la vida celestial. Dios resucitó a Jesús, no humano, sino espíritu, pues Jesús había sido “muerto en la carne, pero vivificado en espíritu.” (1 Ped. 3:18, Val) Dios lo levantó inmortal, no estando ya más sujeto a la muerte, sino revestido de inmortalidad. (Rom. 6:9, 10; 1 Cor. 15:42-54) La resurrección de Jesús fué el principio de la “primera resurrección.” (Apo. 20:6) ¡Efectivamente fué una cosa nueva!
6. ¿Por qué, entonces, apareció una nueva persona inmortal en el cielo, y por medio de lo que presentó allí qué beneficio les viene a los creyentes?
6 Mediante esta magnífica demostración de la omnipotencia de Dios, una nueva persona inmortal apareció en el cielo. Jehová Dios es inmortal, pues él es ‘Dios desde tiempo indefinido hasta tiempo indefinido.’ (Sal. 90:2) Ahora había concedido el galardón incomparable de la inmortalidad e incorrupción a su Hijo unigénito que siempre le es fiel, Jesucristo. Durante cuarenta días después de su resurrección de entre los muertos Jesús se materializó y apareció a sus discípulos. Luego ascendió hacia el cielo y apareció en la presencia de su Padre celestial y le presentó el valor de su sacrificio humano. Por el mérito de este sacrificio todos los que tienen fe en la provisión de Jehová, su Hijo, pueden recibir el perdón de sus pecados, por decirlo así, un lavado de ellos con la sangre del inmaculado Cordero de Dios.
7. ¿Para qué cosa se puso el cimiento allí, y por qué era el tiempo de producirla?
7 Aquí se puso el cimiento para una nación nueva. Salvo por un resto de judíos creyentes, la nación del Israel natural rechazó el sacrificio y rehusó aceptar como Mesías a la Simiente de la mujer de Dios. Por lo tanto Israel se mostró digno de ser desechado por Dios. Justamente antes de morir como testigo de Jehová Dios, Jesús declaró que a la casa de Israel, el templo de Israel en Jerusalén, Dios la había abandonado, y ya no tenían valor alguno ante Dios los sacrificios de animales que se hacían en ella. Había llegado el tiempo para que Dios produjera su nación nueva, un Israel espiritual compuesto de los que eran judíos en el interior y circuncisos en el corazón mediante el espíritu de Dios, prescindiendo de lo que fueran en lo exterior por nacimiento natural.
8. ¿Cómo fué producida la nación nueva, en qué pacto real fué introducida, y por qué tiene que ser fiel hasta la muerte?
8 Llegó el día en que se había de producir esta nación nueva. En el día del Pentecostés Dios hizo a los primeros miembros de la nación nueva lo que hizo a Jesús después de su bautismo en el Jordán. Por medio de Jesús a su diestra en el cielo Jehová ahora derramó su espíritu sobre los 120 discípulos fieles que aguardaban en un cuarto superior en Jerusalén. Así fué como él los engendró para que llegaran a ser sus hijos espirituales, una nación santa de ‘criaturas nuevas’ bajo Jesucristo su Cabeza. Con este espíritu también los ungió él para que predicaran el reino de Dios y para que fueran coherederos con Jesús de ese reino celestial. Así fueron introducidos en el ‘pacto para el reino.’ (Luc. 22:29) Para probar que son dignos de una corona y un trono en ese gobierno celestial ellos tienen que andar fielmente en las pisadas de Cristo hasta su muerte en la carne, para que puedan, al debido tiempo de Dios, participar de la “primera resurrección“ a la vida inmortal con su Cabeza, Jesucristo.—Rom. 8:16,17; Apo. 2:10.
9. Por medio de Cristo como Mediador, ¿qué hizo Dios con ellos y con qué grandioso beneficio, y para qué tienen que sacrificar la vida humana?
9 Dado que la antigua nación del Israel natural fué desechada porque no aceptó a la Simiente de la mujer de Dios, el pacto o acuerdo nacional en que Jehová Dios había entrado con ella por medio del profeta Moisés como mediador quedó cancelado. El sacrificio humano del Hijo de Dios suministró la sangre que se requería para validar o para poner en vigor un nuevo pacto basado en promesas nuevas y mejores de parte de Dios y para proporcionar verdadero perdón de pecados de los cuales se arrepintieran las personas. (Heb. 8:7-13; 10:9-18) De modo que ahora con la nación nueva del Israel espiritual que él había engendrado mediante su espíritu Jehová Dios hizo un pacto nuevo por medio del Cristo sacrificado como Mediador. Dios introdujo también a la nación nueva en su pacto para el reino eterno, por el cual los miembros de ella tienen que sacrificar su vida humana para siempre.—Luc. 12:32; 2 Tim. 2:11, 12.
10. ¿Cómo indicó Pedro la realeza de ellos, y por lo tanto cómo produjeron el fruto apropiado?
10 Por medio del apóstol Pedro Dios dijo a esta nación nueva del Israel espiritual: “Ustedes son ‘una raza escogida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo para posesión especial, para que declaren en público las excelencias’ de aquel que los llamó de la oscuridad a su luz maravillosa.” (1 Ped. 2:9) Llegó a ser deber de esta nación santa el producir el fruto del reino prometido. Para hacer esto todos los que fueron ungidos como miembros de la nación salieron a predicar el Reino. Hicieron esto de una manera aparentemente nueva, mediante el predicar de casa en casa y no sólo públicamente.
POR QUÉ ES TIEMPO PARA EL CÁNTICO NUEVO
11. ¿Qué queda en la tierra de la nación santa de Dios, y por qué no se ha hecho ningún esfuerzo por ingresar en las Naciones Unidas de hoy?
11 ¿Hay algunos de esa santa nación nueva en la tierra hoy en día en el siglo veinte de la era cristiana? Sí. Sólo hay un resto o cierto número que todavía queda en la tierra de personas que han sido ungidas con el espíritu y que tienen la seguridad de parte de Dios de que se les ha reservado un lugar en el reino celestial. Pero aunque son el resto de una nación, la nación nueva del Israel espiritual, no los hallamos aunados a la organización de las Naciones Unidas como nación miembro de ésta, de la manera que la recién formada nación del Israel moderno se ha aunado a las Naciones Unidas. Los ochenta y dos miembros de la organización de las Naciones Unidas muestran que no desean como miembro de ella a la santa nación nueva; sin embargo, el resto de la nación de Jehová que está bajo Cristo jamás ha solicitado ser miembro de ella. La organización de las Naciones Unidas pertenece a este viejo mundo, el cual se enfrentará a un fin desastroso muy pronto. El resto del Israel espiritual pertenece al nuevo mundo fundado en el Rey celestial Jesucristo. El viejo mundo no puede menos que desaparecer en nuestro día. El nuevo mundo no puede menos que permanecer para siempre.
12. ¿Por qué no es éste el tiempo de lamentarse con este viejo mundo afligido?
12 Ya el año 1914 ha quedado cuarenta y cuatro años atrás. Desde ese tiempo los pesares y dificultades de este viejo mundo se han multiplicado. Ante todo esto, ¿es éste el tiempo de lamentarse con este viejo mundo? No, sino que es tiempo para algo que es exactamente lo contrario. ¿Para qué? ¡Para un cántico nuevo! Mirando hacia el futuro a este aterrador día para el género humano, el Creador divino de música gritó como a un gran coro que se extendiera por todo el globo: “Canta a Jehová un cántico nuevo, canta a Jehová, toda [la gente de] la tierra. Canten a Jehová, bendigan su nombre. Digan de día en día las buenas nuevas de salvación por él.”—Sal. 96:1, 2.
13. ¿Por qué hacemos una pregunta acerca del tema para un cántico nuevo, y con qué falta de conocimiento se hizo la predicación durante siglos?
13 ¿Cómo, sin embargo, pueden cantar a Jehová un cántico nuevo los hombres de buena voluntad acerca de quienes la hueste celestial cantó hace mil novecientos años cuando nació Jesús? ¿Qué es nuevo? ¿Dónde está el nuevo tema? Durante los días de Jesucristo, cuando él estuvo en la tierra, hace mil novecientos años, el mensaje asombroso: “El reino de los cielos se ha acercado,” fué proclamado de un lado a otro de la tierra de los israelitas. Cuando la Simiente de la mujer de Dios, ungido para ser el Rey de los reyes, fué resucitado en el espíritu y volvió a entrar en los cielos, sus seguidores ungidos en la tierra obedecieron su mandato y predicaron en cuanto al reino de Dios por todas partes, tratando de llegar a todas las naciones. (Mat. 28:19, 20; Hech. 20:25) Los proclamado res del Reino no sabían entonces cuándo sería dado a luz este reino en los cielos y tomaría posesión del gobierno de toda la tierra y de todos sus pueblos.—Apo. 12:1-10.
14, 15. (a) ¿Por qué no existe esa falta de conocimiento hoy en día? (b) ¿Cuándo comenzaron a aparecer estas evidencias predichas, y cómo fué calculada la fecha con años de anticipación?
14 ¡Pero ahora lo sabemos! ¡Sí, nosotros lo sabemos! No mediante el conocimiento humano o mediante la ciencia del siglo veinte, que no toma en cuenta al prometido reino de Dios. Empero Jehová Dios nos ha mostrado las pruebas. ¿De qué otra manera pudiéramos saber del nacimiento celestial de un gobierno divino? Menos de dos meses antes de que Jesucristo ascendiera al cielo y el ángel dijera a los discípulos que observaron este acontecimiento que él vendría de nuevo, él mismo dió una profecía acerca del fin de este viejo mundo. En ella él dijo a sus seguidores las evidencias que deberían aparecer en nuestro día por medio de las cuales los hombres de buena voluntad sabrían que él había recibido su reino celestial y había comenzado a gobernar en medio de sus enemigos. ¡Al ver aparecer estas evidencias tanto en las revelaciones bíblicas como en los acontecimientos de este viejo mundo ellos sabrían que el reino había nacido en los cielos y que él había sido entronizado, coronado!
15 Cualquier persona que dude sólo tiene que leer los capítulos 24 y 25 de Mateo, el capítulo 13 de Marcos, el capítulo 21 de Lucas y el capítulo 6 de Apocalipsis, para informarse de que esas evidencias aparecieron en el año 1914, y pusieron a este viejo mundo en su camino a la destrucción cataclísmica en la predicha ‘batalla del Armagedón.’ (Apo. 16:14, 16) Basándose en el horario dado en la Santa Biblia y en las fechas absolutas de la historia mundana, desde tanto tiempo atrás como en 1877 se hicieron cálculos de tiempo y éstos fueron publicados por el estudiante de la Biblia que llegó a ser el primer director de la revista que en español se conoce hoy como La Atalaya. El año trascendental al que se llegó por estos cálculos hechos con oración fué el año de la I Guerra Mundial, sí, 1914. ¡La fecha anunciada es cosa impresa, indisputable!
16. Cómo llegó a ser necesario un cambio en el mensaje en 1914?, y por eso ¿qué se suministró para que se cantara?
16 Antes de ese año inolvidable los cristianos ungidos proclamaban las buenas nuevas del reino de Dios que vendría. Desde ese año Dios ha suministrado el tema para un cántico nuevo. Porque en 1914 el Padre celestial y Fuente celestial del gobierno teocrático dió a luz ese glorioso reino al entronizar y coronar a la Simiente de su mujer, al Heredero del pacto que se hizo con David para el reino eterno. Verdaderamente eso fué algo nuevo. El nacimiento de ese gobierno mesiánico puso en funcionamiento una nueva organización gobernante para todo el universo, para ángeles y para hombres. Dió existencia a la parte capital de la organización universal de Jehová y todos los ángeles santos y todos los hombres de buena voluntad tienen que someterse a ella de acuerdo con el mandato de Dios. Nunca antes había habido cosa semejante en el universo. Esto era buenas nuevas para todo el universo. De modo que en 1914 el buen mensaje acerca del reino de Dios que había de venir se había hecho viejo, anticuado. El mensaje que los cristianos ungidos con el espíritu de Dios habían de predicar de allí en adelante tenía que ser en cuanto al reino de Dios ya venido. Tenía que ser en cuanto al reino ya nacido de Dios, el reino establecido en los cielos y funcionando en medio de todos sus enemigos en el cielo y en la tierra. Aquí estaba el tema fascinador de un cántico nuevo a Jehová, porque Jehová había predicho y efectuado todas las cosas deleitables acerca de las cuales cantar.
17, 18. ¿Cómo predijo Jesús que sus seguidores ungidos cantarían este cántico nuevo, y por quiénes tienen que reconocer muchos millones de personas que se está cantando?
17 En su propia profecía Jesús predijo que sus seguidores ungidos tendrían que cantar y cantarían este cántico nuevo. Después de mencionar la primera guerra mundial junto con hambres, pestilencia, terremotos y persecución religiosa, todo lo cual marcaría el principio del fin de este viejo sistema de cosas, Jesús dijo: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin cabal.” (Mat. 24:14) Ahora que nos encontramos en el tiempo del fin desde 1914, ¿se están predicando en toda la tierra habitada, aun en la Rusia comunista y en sus satélites, las buenas nuevas del reino recién nacido?
18 Los centenares de millones de personas de alrededor de toda la tierra a las cuales se está alcanzando con las nuevas del Reino, tanto públicamente como por la predicación de casa en casa, todos por obligación tienen que responder ¡Sí! ¿Por quiénes, pues, prescindiendo de quiénes los hechos muestran que son? Por los testigos de Jehová de hoy día. Entre ellos se halla un resto de cristianos ungidos, plenamente dedicados, herederos del reino celestial, pero unidos a este resto ahora hay centenares de miles de personas de buena voluntad.
19. ¿Quiénes, según se profetizó, serían los primeros en cantar el cántico, pero quiénes se están uniendo en grandes números a éstos para cantarlo?
19 Todos ellos están obedeciendo el mandato divino: “Canta a Jehová un cántico nuevo.” Como se predijo en Apocalipsis 14:1-5, este resto de los 144,000 herederos del reino celestial había de ser el primero que aprendiera y cantara el “cántico nuevo.” Pero ya el “cántico nuevo” quebrantador de la tradición se ha hecho popular entre centenares de miles de oyentes contentísimos, y estas personas de buena voluntad están participando en cantar en todas las naciones: “Jehová mismo ha llegado a ser rey.” (Sal. 96:10) Desde 1914 Jehová gobierna aun hacia nuestra tierra, haciéndolo por medio de su Rey entronizado y autorizado, Jesucristo.
20. Después del nacimiento del Reino, ¿qué otra cosa nueva agitó al cielo, y por eso acerca de qué habla también el cántico nuevo?
20 Por lo tanto, rápidamente se aproxima el tiempo en que la Simiente reinante de la mujer de Dios magullará en la cabeza a la gran Serpiente Satanás el Diablo, y a toda su simiente diabólica del cielo y de la tierra junto con él. Antes que se llegara a este gran punto culminante del aplastamiento de la iniquidad en el cielo y en la tierra, pero inmediatamente después del nacimiento del Reino en los cielos mientras la I Guerra Mundial proseguía enfurecida en la tierra, una cosa nueva causó agitación entre la tranquilidad del cielo. La descripción profética de este acontecimiento extraordinario nos dice: “Estalló guerra en el cielo.” Esta guerra fué entre el Rey recién instalado y apoyado por sus santos ángeles y el gran Dragón, la Serpiente original, Satanás el Diablo, apoyado por sus ángeles impíos, su simiente demoníaca. Finalmente los ángeles victoriosos bajo el mando del Rey de los reyes anunciaron cantando: “¡Ahora han acontecido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos ha sido arrojado! . . . ¡Alégrense por causa de esto, ustedes cielos y los que residen en ellos! Ayes para la tierra y para el mar, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran ira, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.” (Apo.12:7-12) La gran Serpiente y su simiente demoníaca están furiosamente airadas porque saben que ahora queda muy poco tiempo antes de que la Simiente victoriosa de la mujer de Dios tenga que magullar en la cabeza a la Serpiente en la guerra universal del Armagedón. El cántico nuevo habla de esta “guerra en el cielo” y de la victoria en que resultó para Cristo.
21. ¿Qué esperan todos los cantantes, que también forma parte del tema del cántico nuevo?
21 Los viejos cielos de Satanás y sus espíritus demoníacos van de salida. Ya pronto el género humano no sentirá su poder opresivo y desmoralizador. Los nuevos cielos de Jesucristo, junto con aquellos de sus fieles seguidores que ya se han unido a él en la “primera resurrección,” están gobernando, retrayéndose de destruir a sus enemigos hasta que todos los hombres de buena voluntad hayan sido congregados en el grandioso coro del cántico nuevo, además del resto ungido de cantantes. Todos éstos están mirando con ansia hacia el futuro cercano, esperando el establecimiento pleno de un nuevo mundo sobre las ruinas de este viejo mundo. Tienen presentes las palabras del apóstol Pedro: “¡Aguardando y teniendo muy presente la presencia del día de Jehová, mediante el cual los cielos estando encendidos serán disueltos y los elementos estando intensamente calientes se derretirán! Pero hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos de acuerdo con su promesa, y en éstos la justicia habrá de morar.” (2 Ped. 3:12, 13) El mundo venidero de los justos nuevos cielos y la nueva tierra también forma parte del tema del “cántico nuevo” a Jehová.
22. En el cántico nuevo, ¿qué pasaje que no fué posible que se cantara durante más de cuatro mil años se ha cantado desde principios de 1918?
22 Pero, ¡escuche! ¿Oyeron sus oídos ese pasaje notable de este cántico distintamente diferente? ¿Qué fue? Pues algo que no pudo cantarse en generaciones previas del género humano por lo menos durante cuatro mil doscientos años. Es algo que primero comenzó a predicarse y oírse desde el nacimiento del Reino en 1914. Es algo que el resto ungido de Jehová ha estado cantando a los hombres de buena voluntad desde principios de 1918. Ha hecho que incontables millones de personas se rían en incredulidad, pero ha alentado a hombres de buena voluntad desanimados y les ha dado una esperanza conmovedora que tendrán el gozo de ver realizada. Es este hecho bíblico revelado, a saber, que una grande muchedumbre, cuyo número de miembros no se conoce, de personas de buena voluntad que ahora viven jamás morirá. Puede ser que esta grande muchedumbre sin número crezca todavía hasta incluir a millones de personas que ahora viven. Cuando aquellos que finalmente estén de parte del reino de Dios en el campo de batalla del Armagedón se manifiesten plenamente, lo sabremos más definitivamente.
23, 24. ¿En vista de qué palabras de Jesús es importante que la gente de esta generación recuerde la supervivencia de Noé en el diluvio?
23 Pero ¿por qué despierta en el corazón de los hombres de buena voluntad el cántico nuevo la esperanza de continuar viviendo en esta tierra sin morir? Bueno, ¿recordamos el hecho histórico de cómo Noé y su familia dentro del arca vivieron a través del fin del antiguo mundo impío y le dieron a la familia humana su nuevo comienzo en este presente mundo? Es importante que la gente de esta generación que vive desde 1914 recuerde este antiguo milagro de Dios. ¿Por qué, precisamente? Porque, en Mateo 24:33-42, Jesús incluyó las siguientes palabras en su profecía en cuanto al fin de este mundo y en cuanto a su propio entrar en el Reino:
24 “Cuando vean todas estas cosas, sepan que él está cerca a las puertas. Verdaderamente les digo a ustedes que esta generación de ningún modo pasará hasta que sucedan todas estas cosas. Cielos y tierra pasarán, pero mis palabras de ningún modo pasarán. Concerniente a ese día y hora nadie sabe, ni los ángeles de los cielos ni el Hijo, sino únicamente el Padre. Porque así como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre. Porque así como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio, hasta el día que Noé entró al arca; y no notaron nada hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre. . . . Manténganse vigilantes, pues, porque no conocen en qué día viene su Señor.”
25. ¿Por qué es nuestra generación la generación de la cual sobrevivirán miembros al fin del viejo mundo, y cuál es la esperanza del resto ungido?
25 Durante nuestra vigilancia hemos visto todas las evidencias que Jesús predijo que señalarían el tiempo del fin de este mundo desde 1914. Sabemos que nuestra generación es la generación que comenzó a ver cumplidas muchas de estas cosas predichas. Nuestra generación por lo tanto es la generación que tiene que verlas acontecer todas en cumplimiento de la palabra de Jesús. Por consiguiente ésta es la generación que verá el fin de este viejo mundo, así como sucedió en los días de Noé. Como Noé y su arca llena de los miembros de su familia y de animales sobrevivieron al fin de ese mundo prediluviano, así en cumplimiento de ese drama profético algunos testigos de Jehová, como sucedió en el caso de Noé y su familia, tienen que sobrevivir a la destrucción del viejo mundo de hoy día. Esos sobrevivientes de esta generación entrarán en el mundo de Dios, mundo de nuevos cielos y una nueva tierra. El resto ungido espera llegar a ser parte de los nuevos cielos, muriendo fiel y participando de la “primera resurrección,” como lo hicieron los demás de los 144,000 herederos.
26. ¿Cómo será posible que los otros sobrevivientes vivan sin nunca morir?
26 Los otros sobrevivientes de buena voluntad esperan formar la sociedad terrestre del Nuevo Mundo. Mediante el siempre después rendir adoración a Jehová Dios y obediencia a su reino del Cristo ellos serán dignos del don de Dios de vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor. En consecuencia esos fieles sobrevivientes terrestres de la guerra universal del Armagedón jamás desaparecerán de la tierra, sino que habitarán eternamente en el nuevo paraíso en la tierra bajo el reino de Dios. ¡Qué gozo será el suyo al dar una buena acogida a las personas resucitadas de entre las tumbas memorialescas a medida que el Rey reinante las llame y haga salir!—Juan 5:28, 29.
27. ¿Por qué tenemos todo aliciente para ejercer fe en el cántico nuevo, y cómo agradaremos sumamente a Jehová en lo que toca al cántico?
27 ¿Tenemos razón para mostrarnos incrédulos en cuanto a todas las cosas grandiosas abarcadas por este cántico nuevo a Jehová? No, sino que sobre el fundamento de su Palabra y el cumplimiento de sus profecías tenemos todo aliciente para ejercer fe en el cántico nuevo. Concerniente a Jehová Dios se nos dice: “El que estaba sentado sobre el trono dijo: ‘¡Mira! estoy haciendo nuevas todas las cosas.’ También él dice: ‘Escribe, porque estas palabras son fidedignas y verídicas.’” (Apo. 21:5) A él le agradará que creamos en el cántico nuevo que ha compuesto y contaremos con su aprobación por hacerlo. Le agradará todavía más el que probemos nuestra fe o creencia aprendiendo todas las cosas grandiosas del cántico nuevo y el que luego lo cantemos nosotros mismos para que todos lo oigan, sí, para que Él, también, lo oiga.
28. ¿En qué resultará nuestra obediencia al mandato divino de cantar?
28 “Canta a Jehová un cántico nuevo” es el mandato divino para nosotros hoy en día. Felices somos si obedecemos y lo cantamos amorosa e impávidamente. Significará nuestra propia salvación y la salvación de los hombres de buena voluntad que nos oigan y junto con nosotros canten para la honra de Jehová Dios y de su Simiente prometida, el Rey del nuevo mundo.
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Dando el testimonio a sacerdotes budistas en SiamLa Atalaya 1958 | 15 de abril
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Dando el testimonio a sacerdotes budistas en Siam
“MÁS o menos una semana después de llegar a Lampun, Siam, empecé un estudio con un sacerdote budista. Este sacerdote habla inglés y anteriormente había sido creyente en el cristianismo, pero habla visto tantas cosas incorrectas en ello que se había hecho budista. Después de varias semanas de estudiar Base para creer en un nuevo mundo sugirió que me reuniera con un grupo de sacerdotes budistas y estudiara el mismo folleto con ellos.
“Se hicieron los arreglos para esto y se dió principio a un estudio con unos cincuenta sacerdotes budistas. Puesto que no todos ellos hablaban inglés llevé a una hermana conmigo y ella tradujo cada párrafo al thai. Durante el estudio el sacerdote con quien hasta entonces había estudiado aclaró el punto de que hay una diferencia definida entre las enseñanzas de los testigos de Jehová y las de los protestantes y católicos.
“El representante especial de la Sociedad, el siervo de circuito, nos visitó brevemente en nuestro hogar esta semana y yo fuí allá e hice los arreglos para que él les hablara a estos sacerdotes. Ciento diez sacerdotes escucharon por una hora el discurso ‘¿Quién es su Dios?’ Terminado el discurso se hicieron muchas preguntas y observé especialmente que dos sacerdotes, además del sacerdote con quien yo había estado estudiando, manifestaron interés genuino. Estaba lloviendo, de modo que ofrecí llevar a éstos a sus templos y en camino uno de ellos dijo: ‘Espero que venga el tiempo en que todo el mundo adore a Jehová el Creador.’ Estoy empezando dos estudios con estos sacerdotes y les contaré más acerca de ellos en cartas futuras.”
(Tres meses después.) “¿Recuerdan el estudio que tenía con los sacerdotes budistas de mantos amarillos? Pues, después de algunas semanas de estudiar con ellos se hizo patente que sólo dos o tres estaban verdaderamente interesados en el mensaje acerca del reino de Jehová y los demás sólo se interesaban en aprender inglés. Dos de los que mostraron el mayor interés han abandonado su profesión sacerdotal. Vienen a nuestro hogar misional todos los lunes por la noche para seguir con sus estudios. Los dos hablan algo de inglés; el que lo habla con verdadera facilidad traduce para el otro y están progresando bien. Con confianza esperamos que se declaren completamente de parte de la sociedad del nuevo mundo.”
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