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  • Estén llenos de discernimiento espiritual
    La Atalaya 1960 | 1 de enero
    • dificultades o problemas locales debido a las imperfecciones humanas y éstos pueden resultar en inconveniencia y en una prueba a la paciencia de uno, y hasta en poner en tensión los afectos de uno; pero si nos detenemos y meditamos un poco en estos problemas pronto parecerán pequeños en comparación con otras cosas más importantes.

      15, 16. (a) ¿Cuáles son algunas de las cosas más importantes en las que debemos fijar nuestra atención? (b) En su carta a los filipenses, ¿cómo estimula Pablo a que se tenga esta actitud mental?

      15 Considere por un instante algunas de estas cosas más importantes. El hecho de que vivimos en los últimos días de este sistema de cosas; que se ha acercado el Armagedón, la batalla del gran día del Dios Todopoderoso, cuando él magnificará y vindicará su soberanía universal; que Cristo Jesús ahora gobierna con poder del Reino y está dirigiendo la gran obra de hacer que “estas buenas nuevas del reino” se prediquen en toda la tierra; que como resultado de esta obra de predicar, personas de buena voluntad de todos los países, lenguas, razas y pueblos están siendo congregadas en una sola sociedad unida y armoniosa del nuevo mundo. Al considerar uno estas cosas y el privilegio maravilloso y la bondad inmerecida de conocerlas y participar en ellas, el corazón de uno se llena hasta rebosar de gratitud a Jehová. ¡Cuán insignificantes y pequeños parecen ahora los problemas de uno cuando se comparan con estas cosas tanto más importantes! Por eso, cuando se presentan problemas pequeños, o aun grandes desde un punto de vista local, el que tiene discernimiento espiritual no permitirá que tales problemas lleguen a ser tan grandes en su mente que desfiguren su visión. Mantendrá su equilibrio y siempre considerará las cosas en su relación con las cosas más importantes.

      16 Felizmente, no surgen problemas y dificultades todo el tiempo en la sociedad del nuevo mundo; verdaderamente, son pocos e infrecuentes en comparación con los gozos que siempre están presentes: experiencias en el campo, el hallar y alimentar las ovejas, la asociación feliz con los hermanos en el Salón del Reino. Estas son las cosas en las que ha de espaciarse nuestra mente. “Cuantas cosas sean . . . justas, . . . cuantas sean amables, cuantas sean de buena reputación, cualquier virtud que haya y cualquier cosa que haya digna de alabanza, sigan considerando estas cosas.” Inunden tales cosas su mente y usted siempre mantendrá su sentido de proporción. Usted podrá discernir espiritualmente.—Fili. 4:8.

      17. ¿Cómo han tropezado y se han salido de la verdad algunos por cosas pequeñas?

      17 La persona que es ultracrítica, que siempre ve a las otras personas desde el punto de vista de las imperfecciones de la carne, pierde de vista las cosas más importantes. Tal persona probablemente descubra que se está haciendo un quejoso infeliz. Algunas personas, en verdad, han dejado que cosas insignificantes las hicieran tropezar y salir de la verdad. ¿Cómo? Dejaron que una cosa pequeña se hiciera una cosa grande en su vida, tan grande que echó fuera todo lo demás. Perdieron su discernimiento espiritual. En vez de detenerse y considerar las cosas desde el punto de vista de la Palabra de Dios, dejaron que alguna pasión carnal, como el orgullo, el temor o los celos, las impulsaran. Fueron guiadas por su propio entendimiento a emprender un derrotero que termina en desastre espiritual.

      18. ¿Cómo podemos guardarnos de un proceder como ése que lleva a tropiezo?

      18 Ciertamente todos nosotros queremos guardarnos de tal proceder, ¿no es verdad? Nos guardaremos si hemos aumentado y continuamos aumentando en conocimiento acertado de lo que es la voluntad de Dios para nosotros, si mantenemos las cosas más importantes en nuestra mente y corazón y si, cuando surgen puntos en cuestión, notamos la manera en que Jehová ve las cosas según nos la ha manifestado en su Palabra y no nos hacemos sabios a nuestra propia vista. En conexión con esto note el consejo oportuno que Jehová nos da en Proverbios 3:1-7: “Hijo mío, no olvides mi ley, y mis mandamientos observe tu corazón, porque largura de días y años de vida y paz te serán añadidos. No se aparten de ti la bondad amorosa y la fidelidad mismas. Atalas a tu cuello. Escríbelas en la tabla de tu corazón, y así halla favor y buen discernimiento a vista de Dios y del hombre terrestre. Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento. En todos tus caminos tómalo en cuenta, y él mismo enderezará tus sendas. No te hagas sabio a tu propia vista. Teme a Jehová y apártate del mal.”

      19. ¿Cómo manifestamos que confiamos en Jehová con todo nuestro corazón?

      19 Aun cuando uno piense que está en lo correcto acerca de algo tiene que estar alerta contra el ser excesivamente justo, sabio a su propia vista y debido a ello ser desviado por su propio sentimiento de rectitud. El cristiano tiene que mantener su equilibrio, dominando su espíritu, no dándole a Satanás ninguna oportunidad de que lo venza y lo conduzca por un camino malo. Hay que tomar tiempo para considerar un asunto, usando discernimiento espiritual, dirigiéndose a la Palabra de Dios para saber cómo ve Él el asunto de que se trata. Difícilmente hay problema que surja en la vida del cristiano acerca del cual la Palabra de Jehová no dé consejo y guía sabios. Uno demuestra que confía en Jehová con todo su corazón al buscar Su consejo y luego al seguirlo a todo tiempo, dejando que el convenir con el conocimiento acertado de la voluntad de Dios sea ‘la fuerza que impulse su mente,’ y mediante ello revistiéndose de “la nueva personalidad que fué creada de acuerdo con la voluntad de Dios en verdadera justicia y bondad amorosa.”—Efe. 4:23, 24.

      20. (a) ¿Cómo nos guarda el discernimiento de airarnos o turbarnos? (b) ¿Qué manera de proceder correcta aconsejó Jesús al tratar con una persona que ofende?

      20 El discernimiento espiritual conduce a uno a la relación correcta con sus hermanos y hermanas en la sociedad del nuevo mundo. Por ejemplo, si un hermano siente que ha sido agraviado no obrará con ira precipitada, turbándose debido a lo que su hermano le haya hecho o haya dicho acerca de él. ¿Qué es lo que haría turbarse o airarse a una persona en tales circunstancias? ¿No es que sólo piensa en sí misma, que está turbada probablemente porque su buen nombre ha sido presentado en falsos colores? Pero, ¿no está implicado algo más importante? Si alguien de la congregación ha obrado incorrectamente, el cristiano con discernimiento espiritual ve que el proceder incorrecto de su hermano es una evidencia de alguna debilidad espiritual de su parte y que por lo tanto su vida espiritual se halla en peligro, y eso seguramente es algo por lo cual preocuparse mas que cualquier agravio real o imaginario que su hermano le haya hecho. En vez de ‘llevar cuenta del daño,’ el cristiano maduro se siente impulsado a dirigirse a su hermano que cometió el mal, no con ira, no para recibir alguna satisfacción personal por el mal que él quizás haya hecho, sino por amor a él, para ayudarlo a levantarse del tropezón si es posible, antes de que sea demasiado tarde. ¿No es exactamente esto lo que Jesús aconsejó: “Además, si su hermano comete un pecado, vaya y descubra su falta entre usted y él a solas. Si él le escucha, usted ha ganado a su hermano”?—1 Cor. 13:4, 5; Mat. 18:15.

      21. ¿Cómo se considera a sí mismo el siervo maduro de Jehová?

      21 Porque tienen discernimiento espiritual, los siervos fieles de Dios se ven a sí mismos por lo que son, simplemente vasos de barro, de poco valor en sí mismos, pero, gracias a la bondad inmerecida de Jehová, conteniendo valiosos tesoros de conocimiento que han de usarse en Su servicio. Esto los mantiene humildes, apreciando siempre que lo que tienen que es de valor lo han recibido de Jehová y no es causa para jactarse en ellos mismos. En 1 Corintios 4:6, 7 el apóstol escribió: “Aprendan la regla: ‘No vayas más allá de las cosas que están escritas,’ a fin de que no se hinchen individualmente en favor del uno contra el otro. Porque ¿quién hace que difieras de otro? En verdad, ¿qué tienes tú que no hayas recibido? Ahora, pues, si verdaderamente lo recibiste, ¿por qué te jactas como si no lo hubieras recibido?” El tener este punto de vista bíblico guardará a uno de hacerse orgulloso y concentrado en sí mismo, o quisquilloso y resentido, haciendo difícil que otros se lleven bien con uno. Uno estará lleno de aprecio por la bondad de Jehová y por el privilegio de conocerlo a Él y a su Hijo, Cristo Jesús, y se olvidará de sí mismo y estará interesado únicamente en compartir con otros las cosas buenas que tiene.

      22. Mientras permanecemos humildes, ¿qué extremos tienen que evitarse? ¿Cómo?

      22 Sin embargo, mientras permanecemos humildes, existe la necesidad de guardarnos del extremo opuesto de tener un complejo de inferioridad, de andar pidiendo disculpas, de sentirnos descontentos con nosotros mismos hasta el grado de desalentarnos. Reconociendo el poder del espíritu de Jehová, uno discierne con mente sana que, con la ayuda de Jehová, puede hacer lo que es la voluntad de Dios para uno y por eso emprende cualquier asignación de servicio con fe. Como leemos en Romanos 12:3: “Porque por la bondad inmerecida que se me ha dado digo a todo el que está allí entre ustedes que no piense más de sí mismo de lo que es necesario pensar; sino que piense de tal modo que tenga una mente sana, cada uno según le ha distribuido Dios una medida de fe.”

      23. ¿Cómo contribuye el discernimiento espiritual a la unidad entre los hermanos?

      23 El que el cristiano tenga este punto de vista de sí mismo humilde y de acuerdo con la realidad hace posible que él tenga una actitud honrada, franca y de acuerdo con la realidad para con sus hermanos, lo cual contribuye a compañerismo refrescante y armonía piadosa. El discernimiento espiritual nos capacita a trabajar juntos en unidad, apreciando las necesidades los unos de los otros capacitándonos, a expresar prácticamente la cualidad del amor. Por eso, estén llenos de discernimiento espiritual, hagan decisiones correctas, “para poder andar dignos de Jehová a fin de agradarle plenamente mientras siguen llevando fruto en toda buena obra y aumentando en el conocimiento acertado de Dios.”

  • El ateísmo y el pensar humano
    La Atalaya 1960 | 1 de enero
    • El ateísmo y el pensar humano

      ● “Razones para creer en Dios las hay de muchas diferentes clases,” escribe C. S. Lewis en The Case for Christianity, y aquí haré mención de solamente una. Es ésta. Supóngase que no hubiese ninguna inteligencia detrás del universo, ninguna mente creativa. En tal caso nadie diseñó mi cerebro con el propósito de que se usara para pensar. Sucede simplemente que cuando los átomos en el interior de mi cráneo por razones físicas o químicas se arreglan de cierta manera, esto me da a mí, como producto secundario, la sensación que yo llamo pensamiento. Pero si así sucede, ¿cómo puedo confiar en que mi propio pensar sea cierto? Es semejante a derramar un jarro de leche y esperar que la manera en que se arregle lo derramado le proporcione el mapa de Londres. Pero si no puedo confiar en los argumentos que conducen al ateísmo, no tengo razón para ser ateo. . . . A menos que crea en Dios, no puedo creer en el pensar; así que nunca puedo usar el pensar para descreer en Dios.”

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