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  • Regocijándose en asociaciones del nuevo mundo
    La Atalaya 1961 | 1 de octubre
    • 17. Cuándo le parece a uno que hace falta cordialidad en la asociación con los hermanos, ¿qué sería bueno hacer?

      17 De vez en cuando quizás se oiga la queja: “Algo no camina bien en nuestra congregación. No hay cordialidad entre los hermanos, y parece que ni me conocen cuando voy a las reuniones.” Ciertamente si hay una falta del espíritu de Jehová y por eso una falta de gozo entre la congregación, éste es un asunto de importancia para todos los de la congregación, y especialmente para el superintendente. Pero ¿no sería cosa buena que el que siente la falta de cordialidad mejor se pregunte a sí mismo: “¿Qué estoy haciendo yo para promover gozo entre los hermanos? ¿Estoy yendo a las reuniones solamente para adquirir algo para mí mismo, o voy con el deseo de contribuir algo en son de comentarios y asociación con los hermanos? ¿Me encargo de saludar cordialmente a otros y de presentarme a los nuevos? ¿Estoy verdaderamente interesado en mis hermanos, o estoy concentrado en mí mismo, vigilando solamente mis propios intereses? Posiblemente es el mismo quejoso quien es frío, falto de cordialidad, inaccesible. Para que el amor produzca verdadero gozo tiene que hacerse una contribución de ambos lados. Al mismo tiempo, porque una persona rehúsa corresponder no dejaremos de hacer lo que es correcto en cuanto a seguir hablando amistosamente a dicha persona según se ofrezca la oportunidad.

      18. ¿En qué asuntos concernientes a nuestros hermanos deberíamos mostrar interés, pero qué debe evitarse?

      18 Tener “interés personal” en nuestro compañero cristiano no quiere decir meternos en sus asuntos privados y familiares, llegando a ser de esta manera un “entremetido en los asuntos de otras personas.” Ciertamente debemos gozar del compañerismo social de nuestros hermanos según tengamos oportunidad, y esos tiempos pueden ser muy gozosos y contribuir mucho a nuestra felicidad. (Vea La Atalaya del 15 de julio de 1960, páginas 436, 437.) Pero el meterse en los asuntos privados de otra persona, o sencillamente pasar demasiado tiempo en visitas sociales, prestamente puede detraer, o arruinar completamente, el gozo de compañerismo espiritual. (1 Ped. 4:15; Pro. 25:17) Es en cuanto a las actividades teocráticas y el bienestar espiritual de nuestros hermanos que debemos interesarnos, derivando nuestro gozo de su asociación teocrática, regocijándonos en sus experiencias del servicio, sintiéndonos felices porque participamos con ellos en alabar el nombre de nuestro Dios, Jehová. Sí, hallamos gran gozo en nuestros hermanos. Así como el apóstol Pablo escribió a los filipenses: “Hermanos míos amados y anhelados, [mi] gozo.”—Fili. 4:1; 1 Tes. 2:19, 20.

      19, 20. (a) ¿Qué cosas nos ayudarán a edificar nuestras asociaciones del nuevo mundo sobre fundamentos correctos? (b) ¿De qué manera es parecida la asociación en la sociedad del nuevo mundo a la de una familia?

      19 Para gozar cabalmente del privilegio de la asociación del nuevo mundo tenemos que asegurarnos de que nuestra relación con nuestros hermanos se ha edificado sobre el fundamento correcto. Si somos jóvenes debemos resguardarnos contra el manifestar falta de respeto hacia los de mayor edad en la congregación, tratándolos con familiaridad excesiva. Más bien, tratémoslos como a “padres.” Manifestemos respeto por la diferencia en los sexos, manteniendo nuestra asociación limpia y pura, sin nunca abusar del privilegio que disfrutamos de tener compañerismo cristiano. El regocijarse en la asociación de nuestros hermanos no quiere decir que debemos mostrar demasiada efusión o ser extremosos. Tenemos que resguardarnos contra el hacer solamente una demostración hipócrita de amistad que carezca de interés genuino de unos para con otros.—1 Tim. 5:1, 2; Rom. 12:9.

      20 Cuando uno llega a asociarse con los de la sociedad del nuevo mundo es parecido a entrar a una familia. Entre una familia los miembros llegan a conocerse bien los unos a los otros, tanto en cuanto a sus faltas como en cuanto a sus buenas cualidades. Pero son indulgentes los unos con los otros. No tratan de aparentar justicia propia, porque saben bien que los otros miembros de la familia pronto se darían cuenta. Y, por cierto, se muestran agradecidos por eso, porque pueden portarse naturalmente, como realmente son, y confían en que los otros miembros de la familia les tendrán consideración y no los rechazarán debido a que quizás tienen manerismos y hacen cosas de una manera diferente a la de ellos. Asimismo en la sociedad del nuevo mundo, nuestros hermanos confían en nosotros y por eso se portan como realmente son, naturalmente, sin aparentar una justicia propia. Esto resulta en una relación feliz. Al mismo tiempo todos estamos interesados en ayudarnos los unos a los otros a rehacer nuestras mentes para conformarnos al modo de vivir del nuevo mundo. Tratemos siempre como individuos de contribuir al espíritu de gozo dentro de la sociedad del nuevo mundo por medio de ser generosos, bondadosos, considerados, interesados más en las otras personas que en nosotros mismos, edificándonos los unos a los otros en el servicio gozoso del Reino para alabanza de Jehová.—Rom. 12:2; Pro. 19:22.

  • Superintendentes para el gozo del rebaño
    La Atalaya 1961 | 1 de octubre
    • Superintendentes para el gozo del rebaño

      1. ¿Qué es esencial para continuar diligentemente en empresa alguna?

      ES DIFÍCIL continuar diligentemente con cualquier tarea cuando no hay gozo al hacerla. Después de un tiempo la tarea se hace gravosa y crece el deseo de abandonarla. Es por eso que Jehová les dice a sus siervos que ‘se regocijen en toda empresa suya,’ para que no ‘se rindan al hacer lo que es correcto.’ Uno que está triste y desalentado no podría ayudar a curar los lamentos de los que presencian las condiciones terribles alrededor de ellos en este viejo mundo. Como lo declara Proverbios 17:22: “El corazón que está gozoso hace bien como sanador, pero el espíritu que está herido hace secar los huesos.”—Deu. 12:18; Gál. 6:9.

      2. ¿Qué es lo que primero necesita un superintendente para poder servir para el gozo del rebaño?

      2 Los superintendentes en las congregaciones del pueblo de Dios están ansiosos de ayudar a sus hermanos a perdurar fielmente en el servicio del Reino. Por esa razón llega a ser el interés de ellos ver que el espíritu de

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