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  • El petróleo... una clave al poder global
    ¡Despertad! 1974 | 8 de junio
    • el uso del petróleo de este modo por Arabia Saudita perjudicaría más.

      El Guardian de Inglaterra declaró el 15 de septiembre, precisamente antes del estallido de la guerra en Oriente Medio:

      “Solo se requiere un régimen árabe, el del rey Faisal, para hacer que funcione el arma del petróleo. Él, por sí solo, controla los medios económicos. Pero hasta recientemente, como el mejor amigo de Estados Unidos en el mundo árabe, carecía de la voluntad política. . . .

      “El cambiar la actitud de Faisal ha sido uno de los pocos logros indiscutidos del presidente [egipcio] Sadat. . . .

      “En abril de este año, el ministro saudita de petróleo le dijo a los norteamericanos que, a menos que cambiaran su posición en pro de Israel en el Oriente Medio, Arabia Saudita no elevaría ‘significativamente’ su producción.

      “Desde entonces Faisal, que no es hombre dado a criticar públicamente a sus amigos, ha dado más advertencias.”

      Lo que fue significativo es que las naciones árabes, y especialmente Arabia Saudita, no tuvieron que reducir su producción de petróleo para hacer que funcione su arma de petróleo. ¿Por qué? Porque las necesidades de petróleo de las naciones en que éste escasea continúan creciendo rápidamente. Así es que con meramente mantener la producción del petróleo árabe al mismo nivel pronto resultaría en tiempos difíciles para las naciones necesitadas.

      La situación en la que se hallaron los consumidores de petróleo después del estallido de la guerra para fines de 1973 fue muy diferente de la que se hallaron en 1967. En la guerra árabe-israelí de 1967 varios países árabes suspendieron los embarques de petróleo a los Estados Unidos y a la Gran Bretaña debido a su respaldo a Israel. Pero el embargo no duró mucho debido a los excedentes de petróleo que entonces había en las provisiones mundiales.

      Para 1973 las cosas habían cambiado drásticamente. El excedente de petróleo en las naciones industriales había desaparecido debido a que el uso continuaba aumentando y los suministros locales eran limitados. Así es que, en 1973 los árabes se hallaron en el “asiento del conductor.”

      Cuando vino la guerra más reciente había pocas dudas de que había en perspectiva alguna forma de desquite árabe con el petróleo. El embajador de Kuwait en los Estados Unidos declaró: “Usaremos el petróleo como un medio de poner presión sobre los países que apoyan a Israel. Si tenemos cualquier evidencia de que algún país lo apoya habrá un embargo. Nos aseguraremos de que nuestro petróleo no llegue a ese país, sea como producto refinado o crudo.”

      El golpe cayó con rapidez sorprendente. En octubre las naciones árabes productoras de petróleo acordaron en reducir inmediatamente la producción en un mínimo de 5 por ciento. También concordaron en continuar reduciendo la producción en un 5 por ciento cada mes subsiguiente. ¿Hasta cuándo? The Wall Street Journal dijo: “Los ministros árabes de petróleo dijeron que las reducciones de producción serían hechas y continuarían en vigencia hasta que se restablecieran las fronteras árabes-israelíes anteriores a 1967 y se aseguraran los derechos de los palestinos.”

      Aun más trastornador para las naciones occidentales, y el Japón, fue el paso que tomó la anteriormente prooccidente Arabia Saudita, el más grande de todos los productores de petróleo árabes. ¡Ella anunció que su reducción de la producción no sería solo 5 por ciento, sino 10 por ciento! Otros productores hicieron lo mismo.

      Si las reducciones graduales continuaban mes tras mes, éstas, por supuesto, podían causar graves problemas económicos a Europa occidental y al Japón en pocos meses. La mayoría de sus provisiones de petróleo venían del Oriente Medio y de África del Norte.

      Más sobresaltos vinieron en sucesión rápida. El movimiento siguiente fue que los países árabes productores de petróleo anunciaron una interrupción total, un embargo, de las provisiones de petróleo a los Estados Unidos. Una tercera parte de las importaciones de petróleo de los Estados Unidos durante 1973 provinieron del Oriente Medio, con la necesidad de aumento cada año.

      La reducción total del petróleo a los Estados Unidos era en adición a las disminuciones del 5 y 10 por ciento de la producción general. Así es que originalmente se proclamó una baja significativa en las provisiones de petróleo del mundo árabe en octubre. Al fin de ese mes el embargo se extendió a los Países Bajos. Las naciones árabes declararon que los holandeses habían apoyado a Israel y que no obtendrían más petróleo. Esto redujo aún más las provisiones disponibles a Occidente y al Japón, pues los Países Bajos habían sido un punto de transbordo para el petróleo.

      Sin embargo, para principios de noviembre, los países árabes decidieron que sus reducciones de petróleo se fijarían a un 25 por ciento inmediato, ¡con ulteriores reducciones de 5 por ciento mensual! Portugal, Rodesia y la República Sudafricana fueron añadidas a la lista de embargo. En los meses que siguieron, el flujo del petróleo fluctuó según las circunstancias.

      Además de esos golpes serios, todavía había otro por venir. Cualquier cantidad de petróleo que se vendiera tendría un precio mucho más alto.

      Aunque el petróleo había sido relativamente barato en los años pasados, en octubre de 1973 los países árabes productores de petróleo subieron sus precios otra vez. La revista Time informó que lo hicieron a un “aturdidor 70%.” En meses posteriores, vinieron otros enormes aumentos. El costo para las naciones consumidoras llegó a dar vértigos, afectando malamente su balanza de pagos.

      Eso significó varias cosas. Para empezar mantendría en alto los ingresos árabes por cualquier petróleo que sí producían y vendían. También obligaría a cualquiera que usa petróleo a cobrar precios más altos por sus productos. Los ciudadanos norteamericanos, europeos y japoneses tendrían que pagar más por su gasolina, petróleo para la calefacción y otros productos.

      Por lo tanto, debido al enorme aumento del precio del petróleo, los países árabes no experimentarían pérdidas de ingresos aun con la reducción de la producción. Así es que no tenían ninguna necesidad apremiante de preocuparse. El Times de Nueva York describió el asunto así:

      “Algunos de los grandes estados productores, notablemente los que tienen territorios desérticos escasamente poblados como Arabia Saudita, Kuwait y Libia, se han hecho más conservadores.

      “Estos países ya están ganando tanto como pueden gastar razonablemente de sus actuales niveles de producción petrolera. En consecuencia, prefieren mantener cualquier petróleo adicional en el suelo donde seguramente cobrará más valor en vez de acumular grandes excedentes de dólares sin usar sujetos a los embates de la devaluación y la inflación.

      “Es en esto, en la renuencia de los productores a producir tanto como quiere el mercado, excepto a un alto precio político y económico, donde yace la clave de la crisis de energía mundial en perspectiva.”

      Debido a la importancia del petróleo para las naciones industriales, los países que dependen del petróleo sienten que la situación en el Oriente Medio los deja, como si fuera, con la vena yugular expuesta, y la continuación de la vida tal como la conocen ahora está amenazada por otros. Aun si pueden obtener el petróleo, temen que los gigantescos gastos que tendrán que hacer por éste, las cargarán con algo oneroso de lo cual ya tienen demasiado... inflación, es decir, precios en aumento. Algunas autoridades temen que demasiada inflación podría causar un “derrumbe” económico. ¿Cuál será el resultado?

      ¿Cómo vendrá alivio completo?

      UNA de las soluciones propuestas para proteger las provisiones de petróleo provocaron comentarios acalorados. Un senador de los Estados Unidos, J. W. Fulbright, estuvo entre los que advirtieron que, debido a la crisis de petróleo, “nuestros actuales hacedores de normas e influenciadores de política quizás lleguen a la conclusión de que se requiere acción militar para asegurar los recursos petroleros del Oriente Medio, a fin de proteger nuestra yugular expuesta.”

      Sin embargo, la mayoría de las autoridades se desasociaron rápidamente de semejantes opiniones.

      En un tiempo el “tomar” así a los países petroleros quizás hubiera parecido, o aun de hecho hubiera resultado, relativamente sencillo. Pocos países pequeños en el pasado tuvieron los recursos o los amigos para evitar tales tomas. Es por eso que durante los siglos pasados los países europeos pudieron aprovecharse de la mayor parte de África, Asia y la América del Sur.

      Pero las cosas han cambiado. Ya no es cuestión de que un país pueda apoderarse del país que quiera. Por ejemplo, las naciones productoras de petróleo están ubicadas en una zona muy grande de África del Norte y el Oriente Medio. Requeriría fuerzas armadas y recursos enormes para conquistar y ocupar a todos esos países. Comenta The Guardian:

      “El ocupar a Kuwait [o cualquier otro país productor de petróleo] generaría tal ultraje que finalmente significaría ocupar cada yacimiento petrolífero en el mundo árabe, y la protección de cada oleoducto, tanque de almacenamiento, y depósito terminal desde el golfo Pérsico hasta Argelia.

      “Significaría, según dijo Elmer F. Bennett, director auxiliar de la Oficina de Preparación de Emergencia de los Estados Unidos, ‘hacer que lo de Vietnam parezca un paseo campestre.’”

      Otro factor, uno de importancia, es el gigante que se sienta al norte inmediato... la Unión Soviética. De ella, The Wall Street Journal declaró: “Puesto que Rusia tiene tanto que ganar en esta situación donde las apuestas son tan inmensas, tiene fuerte razón para apoyar a sus aliados árabes. Esta puede ser la clave para controlar el petróleo del Oriente Medio, petróleo que los Estados Unidos quizás necesiten desesperadamente en los años por venir.”

      ¿Seguiría la Unión Soviética cruzada de brazos si los yacimientos de petróleo cerca de ella fueran invadidos? Muchas autoridades piensan que la Unión Soviética consideraría que sus intereses vitales estarían en juego, y sus grandes ejércitos están a solo pocas horas de la zona. Así es que por primera vez, los países árabes relativamente débiles tienen el respaldo de un país que puede desafiar a la más fuerte de las naciones.

      Debido al respaldo soviético de los árabes, su influencia y prestigio ha crecido en la zona, mientras que la influencia y prestigio de los Estados Unidos ha menguado. Esto es muy significativo. Significa que el control de los críticos recursos petroleros del Oriente Medio y África del Norte están en las manos de los que han mirado con desagrado creciente la política de los Estados Unidos con Israel.

      Así es que, cuando ocurrió la crisis durante el reciente conflicto en el Oriente Medio, la Unión Soviética y los árabes actuaron en cooperación. Los soviéticos respaldaron a sus aliados con armas y diplomacia, hasta con una amenaza implícita de enviar tropas. Con ese respaldo, los estados árabes pensaron que podían comenzar a usar su arma principal, el petróleo. Dice U.S. News & World Report:

      “Europa ya se hizo una pregunta vital para ese continente: ¿Fue este conflicto del Oriente Medio en realidad la guerra rusa del petróleo, que Europa Occidental ha temido por tanto tiempo?

      “Las naciones que probablemente sufrirán más, si los árabes animados por Rusia continúan reduciendo el flujo de su petróleo al exterior, son los Estados Unidos, el Japón, Europa Occidental... todas las que no son comunistas.

      “La mayoría de los europeos reconocieron que el agarro árabe de las reservas de petróleo fácilmente disponibles y el agarro soviético de los árabes que dependen de Rusia para obtener armamentos son muchos reales que no se pueden alterar sin la aplicación de fuerza superior.”

      Pero, como se señaló anteriormente, la aplicación de esa “fuerza superior” exterior ha llegado a ser algo sumamente arriesgado. Pocas naciones querrían habérselas con la combinación del creciente poderío militar de la Unión Soviética y el poderío económico del petróleo árabe.

      Parte de un modelo más grande

      Los acontecimientos que han tenido lugar en el Oriente Medio están creando repercusiones en toda la Tierra, lo cual da muestras de la importancia vital del petróleo para este mundo mecanizado. Pero esta situación es solo una parte de un modelo de acontecimientos y maniobras mucho más grande, un modelo que fue previsto hace mucho tiempo en la profecía bíblica.

      La profecía bíblica de Daniel da un resumen notable de la marcha de las potencias mundiales, rastreándolas desde el Imperio Babilonio y pasando por el de Medo-Persia, Grecia, Roma y hasta las potencias contendientes que aparecerían en el escenario mundial en el “tiempo del fin” en nuestro día. Esta profecía inspirada predice un continuo duelo por la dominación mundial entre dos superpotencias, a las cuales sencillamente se hace referencia como “el rey del norte” y “el rey del sur.”

      Tal como muestra el libro “Hágase tu voluntad en la Tierra,” publicado por los testigos de Jehová en 1958, la descripción bíblica del “rey del norte” halla una clara correspondencia en la combinación de naciones totalitarias que en tiempos recientes ha sido encabezada por las naciones comunistas, mientras que la descripción del “rey del sur” provee pistas que señalan al bloque de naciones democráticas encabezado por los Estados Unidos y la Gran Bretaña (algunas veces llamada la potencia mundial binaria Angloamericana).

      Al hablar de la lucha agitada entre estas potencias mundiales en competencia, la profecía dice: “Y en el tiempo del fin el rey del sur se envolverá con él en un empuje, y contra él el rey del norte se lanzará como tempestad con carros y con hombres de a caballo y con muchas naves; y ciertamente entrará en los países e inundará y pasará adelante. . . . Y él verdaderamente gobernará sobre los tesoros escondidos.” (Dan. 11:40-43) No puede haber duda de que el “rey del norte” comunista ha hecho grandes incursiones en el mundo de la humanidad, pues actualmente controla aproximadamente una tercera parte de la población mundial. Además, el surgimiento de esta potencia la ha visto hincar el diente profundamente en el control de los recursos mundiales, provocando condiciones críticas en muchas partes de la Tierra, lo cual ha hecho que algunas naciones democráticas sientan los efectos especialmente. La crisis del petróleo es uno de los muchos ejemplos de los resultados de esta enconada lucha por la dominación mundial.

      Pero la profecía bíblica de Daniel no señala a una dominación completa por el simbólico “rey del norte” en una dictadura mundial comunista. Otras profecías bíblicas se combinan para mostrar que tanto las potencias comunistas como las democráticas permanecerán en pie hasta que otra potencia ponga fin a ambas. (Dan. 2:44; 11:44, 45; 8:19, 25) Esa potencia conquistadora es el propio gobierno de Dios por su Hijo. Como se predijo, Cristo Jesús pronto ‘pastoreará a todas las naciones con una vara de hierro,’ aplastando su dominación egoísta de la Tierra. (Rev. 19:11-16) De este modo él liberará a los que genuinamente aman la justicia de todas las penalidades y sufrimientos acarreados por la codiciosa competencia política, militar y económica de las potencias mundiales. Entonces los recursos de toda la Tierra estarán a disposición de la humanidad obediente para usarlos para el bien de todos y en alabanza apreciativa del Dador de toda cosa buena, Jehová Dios.

  • Apartándose de un negocio lucrativo
    ¡Despertad! 1974 | 8 de junio
    • Apartándose de un negocio lucrativo

      ¿LE PARECE tentador el ganar de 500 a 700 dólares al día, siete días a la semana? ¿Qué haría que un hombre dejara un negocio tan lucrativo y tomara un empleo de conserje?

      En una asamblea de distrito de los testigos de Jehová en Shreveport, Luisiana, EE. UU., un hombre relató cómo y por qué efectuó tal cambio. Explicó:

      ‘Fui criado en un ambiente de crimen. Aun de niño en la escuela era jefe de una banda de jóvenes y amenazábamos a los condiscípulos con una paliza para obligarlos a darnos el dinero de su almuerzo.

      ‘Al crecer, dos de mis hermanos mayores comenzaron a trabajar de conserjes. Uno de ellos se puso en comunicación con los testigos de Jehová y después de estudiar la Biblia se hizo Testigo él mismo. Y ayudó a mi otro hermano que estaba en el mismo trabajo a llegar a ser Testigo. Mi tercer hermano, sin embargo, era un pandillero y criminal profesional. Fueron sus pasos los que seguí.

      ‘Los dos nos implicamos en el tráfico de narcóticos. Vendiendo heroína ganaba de 500 a 700 dólares al día, durante siete días a la semana. Me bastaba el dinero para hacer lo que quería. Algunas veces me acercaba a uno de mis hermanos que era Testigo y le ofrecía dinero, sacando a relucir billetes de cien dólares. Firmemente rehusaba aceptar algo de ello, pues él sabía de donde había venido. Igualmente, rehusaba alimento y ropa que podía ofrecerle para su numerosa familia.

      ‘En 1954 mi hermano mayor y yo fuimos arrestados y sentenciados a la cárcel por vender narcóticos. Aunque todavía no estaba interesado en lo que mis dos hermanos llamaban “la verdad,” me interesé en la Biblia mientras estaba en la cárcel. Eso fue porque lo único que a los reclusos les gustaba hablar era acerca de la política y la religión. Con el fin de ganar argumentos acerca de religión, le escribí a uno de mis hermanos pidiéndole literatura. Me visitó personalmente y trajo consigo un libro con versículos bíblicos agrupados según ciertos temas principales. Empecé a ganar argumentos con facilidad. Mis dos hermanos que eran Testigos empezaron a visitarme todas las semanas y a enseñarme más acerca de las Escrituras.

      ‘Al salir de la prisión federal en 1956 me di cuenta de la hipocresía y falta de amor que hay en el mundo. Por eso empecé a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová y a asistir a las reuniones en el Salón del Reino. Mis anteriores conocidos, aficionados a las drogas, estaban perplejos por mi conducta. A veces participaba en el ministerio del campo con los testigos de Jehová, hasta parándome en las esquinas de las calles anunciando La Atalaya y ¡Despertad! Algunos aficionados a las drogas que me conocían pasaban y luego daban la vuelta a la manzana dos y tres veces para asegurarse de quién era. Mostrando que todavía no creían que hubiera cambiado, se aproximaban a mí para comprar drogas, pensando que esta era solo otra “fachada” para vender más heroína. Es inútil decir que se alejaban aun más perplejos.

      ‘Con el tiempo yo también llegué a ser un testigo de Jehová. Seguí la vocación de mis dos hermanos, trabajando de conserje. Este negocio no es ni aproximadamente tan lucrativo como el que solía tener, pero ha traído verdadera satisfacción, porque puedo mantener a mi familia y he tenido el privilegio de servir como ministro presidente de la congregación local.’

      Así se apartó del financieramente lucrativo negocio de drogas para ‘atesorar para sí mismo con seguridad un fundamento excelente para el futuro, para lograr asirse firmemente de la vida que lo es realmente.’—1 Tim. 6:19.

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