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La paz de mil años que se aproximaLa Atalaya 1970 | 1 de abril
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la Luna nunca se acabará. La paz terrestre que así se establece y se mantiene durante el sábado o día de descanso de mil años del Mesías continuará para siempre.
48. ¿Quiénes están ya preparándose para ese milenio pacífico, y a quiénes se les invita a unirse a ellos en dicha preparación?
48 Los testigos cristianos de Jehová de hoy día están preparándose gozosamente para esa paz de mil años que se aproxima. A todos los que anhelan disfrutar de esa predicha “paz en la tierra para los hombres a quienes [Dios] favorece” se les invita cordialmente a unirse a ellos en preparación para ese bendito milenio de paz.
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Realmente, ¿quién es Dios?La Atalaya 1970 | 1 de abril
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Realmente, ¿quién es Dios?
PARA muchos niños Dios es una figura muy real y bastante imponente, pero de ninguna manera aterradora. Cuando a unos niños, menores de diez años, se les pidió que le escribieran a Dios, sus cartas revelaron cierta franqueza, cierto encanto y reverencia. Por ejemplo, un niño escribió:
“Querido Dios: Cuando empezaste la Tierra y pusiste a la gente en ella y a todos los animales y la yerba y las estrellas, ¿te cansaste mucho? Tengo muchas otras preguntas también.” Para este niño, es obvio que Dios es real. El niño no sabe mucho acerca de Dios, pero está dispuesto a aprender, porque tiene “muchas otras preguntas.”
Otro niño expresó una actitud semejante, al escribir: “Querido Dios: ¿Qué se siente cuando uno muere? Nadie me lo quiere decir. Solo deseo saber, no quiero morir.”
Los niños por lo general tienen un concepto incompleto, pero afectuoso, de Dios. Pero, cuando crecen, las personas con frecuencia pierden esa confianza y creencia en Dios. La educación que reciben más tarde a menudo socava su fe.
¿UNA CREENCIA PUERIL?
¿Significa esto que es pueril creer que Dios es una persona real que se interesa en los asuntos de la Tierra? ¿Es tal Dios simplemente invención de la imaginación juvenil? ¿Es él solo un personaje de ficción, muy semejante a Santa Claus?
Bueno, considere: En todas partes del universo se advierte diseño y orden maravillosos. “Me basta,” comentó el científico Alberto Einstein, muerto hace poco, “reflexionar sobre la estructura maravillosa del universo, que podemos percibir solo oscuramente, y tratar humildemente de comprender siquiera una parte infinitesimal de la inteligencia manifiesta en la naturaleza.” ¿De qué es prueba este orden sublime y esta tremenda inteligencia?
Por nuestra propia experiencia sabemos que la inteligencia está asociada con la mente. Y sabemos que la mente está asociada con un cerebro en el cuerpo del individuo. En consecuencia, esta grandiosa mente responsable del diseño y orden del universo tiene que ser la del Ser Supremo, la gran Persona que es Dios, con un cuerpo, individualidad y facultades definidas.
CONCEPTOS INDEFINIDOS
Aunque la mayoría de la gente dice que cree en Dios, ¿quién creen que es Él? ¿Consideran que es una persona verdadera? ¿Se esfuerzan por aprender más acerca de él, y por servirle? ¿Quién cree usted que es Dios?
Algunos caudillos religiosos dicen que Dios es “la Base del Ser,” “la Fuerza de la Vida,” “la Máxima Realidad,” etc. Pero, ¿qué significa esto? En realidad, tales descripciones de Dios extravían y ocultan la verdad en cuanto a quién es Él en realidad. Solo han confundido a la gente, y sin duda han contribuido al concepto indefinido que tantas personas tienen de Dios.
Al mismo tiempo, la mayoría de las personas han hecho poco para aprender acerca de Dios. No se han dirigido a su Palabra la Biblia para ver lo que él dice acerca de sí mismo. Como resultado, no se inclinan a hablarle a Dios en oración. Esto, sin duda, se debe en parte a no saber de seguro cómo dirigirse a Dios; por ejemplo, qué nombre usar al hablarle.
También tienen el problema de no saber de qué hablarle a Dios. De alguna manera tales personas no disciernen las provisiones maravillosas que Dios ha hecho para la humanidad.
En realidad muchas personas viven su vida pensando menos en Dios y en lo que él ha hecho que en el trabajo de ellas mismas u otros asuntos de su vida. Solo cuando se encuentran en seria dificultad piensan en Él. Por ejemplo, si se enfermaran seriamente y hallaran que los doctores no podrían ayudarlas, entonces posiblemente se dirigirían a Dios con súplicas fervientes de ayuda. Aparentemente la actitud es: cuando falle todo lo demás, es hora de orar. Pero, ¿manifiesta tal actitud aprecio genuino a Dios?
La realidad es que la mayoría de las personas evidentemente consideran a Dios como un individuo frío, no interesado en ellas, en vez de verlo como un Padre amoroso que está interesado íntimamente en sus hijos. Es verdad que la mayoría sin duda dirá que cree que Dios creó el universo y es responsable de la vida compleja e inteligente que hay en la Tierra. Sin embargo, al mismo tiempo, evidentemente cree que la humanidad ahora anda por su propia cuenta, que Dios se ha divorciado de los problemas de la Tierra, y que él no actuará de ninguna manera para corregir las cosas.
¿Es cierto eso? ¿Será posible que Dios se asemeja más a un espectador desinteresado que a un Padre amoroso y que está dispuesto a ayudar? ¿Cuál es la realidad en cuanto a Dios? ¿Exactamente quién es él? Apropiadamente, ¿qué concepto debemos formarnos de él? ¿Qué responsabilidades tenemos para con él?
UN DIOS PERSONAL
Dios no es alguna fuerza o poder abstracto, sino que es una persona real. Esto no significa que tiene un cuerpo de carne y sangre como los humanos. Más bien, es un Personaje invisible. “Dios es un Espíritu,” explican las Santas Escrituras. (Juan 4:24) Y como también dice la Biblia, Dios hizo “a sus ángeles espíritus,” como él mismo.—Sal. 104:4.
Tal como los ángeles tienen nombre, pues a uno de ellos se le identifica en la Biblia con el nombre “Gabriel,” así a Dios se le identifica por un nombre que lo distingue de todas las otras personas. (Luc. 1:26) ¿Es ese nombre Jesús? A muchas personas religiosas se les ha hecho pensar así. Sin embargo, la Biblia claramente muestra que Jesús es el nombre del Hijo de Dios. (Luc. 1:31, 32) En consecuencia, Jesús no es Dios, es solo el Hijo de Dios. A todo tiempo Jesús dirigió a sus seguidores a adorar y servir a su Dios y Padre que estaba en el cielo.
De hecho, durante su ministerio terrestre Jesucristo enseñó a sus seguidores a orar así en cuanto al nombre de Dios: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.” (Mat. 6:9, Val) Y más tarde durante su ministerio terrestre Jesús dijo esto en oración respecto al
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