-
El “pastor excelente” y sus “otras ovejas”La Atalaya 1980 | 15 de julio
-
-
nosotros, hermanos, somos hijos pertenecientes a la promesa lo mismo que lo fue Isaac. . . . Por lo tanto, hermanos, no somos hijos de una sierva, sino de la mujer libre. Para tal libertad Cristo nos libertó. Por lo tanto estén firmes, y no se dejen restringir otra vez en un yugo de esclavitud.”—Gál. 4:21 a 5:1 inclusive.
14 Isaac, el hijo de Abrahán, no era judío o israelita. Él, en su condición de hijo de Sara, la mujer libre de Abrahán, fue el padre de Jacob, a quien se dio el nombre de Israel y quien llegó a ser el padre de Judá. Los cristianos que pertenecen al “rebaño pequeño” en “este redil” del Pastor Excelente Jesucristo son como Isaac en ser herederos de la promesa abrahámica. La Jerusalén celestial es la madre espiritual de ellos, prefigurada por Sara la madre de Isaac el hebreo, no un judío.
15, 16. En Juan 10:16–18, ¿dice Jesús que él tiene que introducir las “otras ovejas” en un solo “redil” de modo que tengan “un solo pastor”?
15 Después de considerar el “aprisco” que contiene a los miembros de la compuesta “descendencia de Abrahán,” Jesús toma otra dirección cuando pasa a decir: “Y tengo otras ovejas, que no son de este redil; a ésas también tengo que traer, y escucharán mi voz, y llegarán a ser un solo rebaño, un solo pastor. Es por eso que el Padre me ama, porque entrego mi alma, a fin de que la reciba de nuevo. Nadie me la ha quitado, sino que la entrego de mi propia iniciativa. Tengo autoridad para entregarla, y tengo autoridad para recibirla de nuevo. El mandamiento acerca de esto lo recibí de mi Padre.”—Juan 10:16-18.
16 Notamos que Jesús no dice que él ‘tiene que traer’ a aquellas “otras ovejas” a “este redil.” Más bien, dice que “llegarán a ser un solo rebaño,” porque habrá tan solo el “un solo pastor.”
17. ¿Qué se pudiera argüir debido al hecho de que Jesús pasa sencilla e ininterrumpidamente desde una consideración de “este redil” a hablar de “otras ovejas”? Pero, ¿es esto necesariamente así?
17 Pues bien, porque Jesús pasa con tanta sencillez desde una consideración de “este redil” hasta la presentación de las “otras ovejas,” el lector pudiera tender a pensar que las dos acciones se siguen una a la otra rápidamente, sin que haya algún gran lapso de tiempo entre una y otra, ciertamente no siglos de tiempo. Además, que por tal razón Jesús tiene que estarse refiriendo a traer a “este redil” a los pueblos no judíos, los gentiles, según la historia de la expansión de la congregación cristiana en los días de los apóstoles. De modo que pudiera concluirse que Jesús no estaba haciendo aquí una profecía de largo alcance de algo que estuviera muy distante en el tiempo. Pero tal conclusión no es necesariamente la correcta. Tal conclusión no ve una diferencia entre “este redil” y “un solo rebaño.”—Compare con Revelación 7:8, 9.
18. ¿Podía Jesús hacer una profecía de largo alcance? ¿Por qué cosa anterior tenía que esperar la bendición de todas las familias de la Tierra?
18 Jesús tenía el don de la visión profética y por eso podía dar su parábola de las ovejas y las cabras aunque ésta hubiera de realizarse 1.900 años después. Él era el miembro básico o fundamental de la prometida “descendencia de Abrahán” y por tanto estaba profundamente interesado en la salvación de todas las familias y naciones de la humanidad por bendecirse éstas para la eternidad mediante aquella descendencia. Tal bendición tenía que esperar hasta que se completara aquella compuesta “descendencia de Abrahán” de 144.000 miembros bajo él. Esto envolvería 19 siglos de tiempo, como muestran los hechos de la historia. Es verdad que los que se bendijeran serían personas semejantes a ovejas de todas las familias y naciones, pero serían “otras ovejas,” porque no pertenecerían a “este redil” de herederos de la promesa abrahámica. De manera que no podían ser israelitas espirituales, sino que, en sentido relativo, eran gentiles.
19. A la luz de lo que precede en el capítulo 7 de Revelación, ¿quiénes componen la “grande muchedumbre” que se describe en Revelación 7:9–17?
19 En plena armonía con esto está el hecho de que, después que el apóstol Juan vio que se sellaba a las 12 tribus del Israel espiritual, como se describe en Revelación 7:1-8, vio la visión de la “grande muchedumbre” sin número de los que no son israelitas espirituales y que, por lo tanto, son “otras ovejas.” A éstos se les vio de pie delante del trono divino, y decían: “La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero.” De éstos se dice que sobreviven a la “grande tribulación,” y emprenden el rendir servicio sagrado a Jehová Dios en su templo día y noche. El “pastor excelente” da a estas “otras ovejas” su atención amorosa, porque leemos: “El Cordero, que está en medio del trono, los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida.”—Rev. 7:9-17.
20. ¿Cuándo y dónde empezó a cumplirse la visión de la “grande muchedumbre,” y con qué demostración?
20 En concordancia con ese orden de las cosas que se da en el capítulo 7 de Revelación, fue en la primavera del año 1935, ya 20 años dentro de la “conclusión del sistema de cosas” que empezó en 1914, que se dio la explicación de la visión de la “grande muchedumbre” que se encuentra en la Revelación. Esto sucedió el 31 de mayo de 1935, en la asamblea que se celebró en la ciudad capital de los Estados Unidos de América. En aquella ocasión J. F. Rutherford, el presidente de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract, presentó su conferencia sobre el tema: “La grande muchedumbre,” y explicó que se trataba, no de una clase celestial secundaria, sino de una clase terrestre, las “otras ovejas” del “pastor excelente.” Esta información se publicó más tarde en las columnas de la revista La Atalaya. Entonces ciertamente el “pastor excelente” empezó a traer sus “otras ovejas” y éstas empezaron a escuchar su voz y a seguirle, porque el día siguiente después de aquella explicación de Revelación 7:9-15 hubo 840 personas que simbolizaron su dedicación a Dios por medio de Cristo por bautismo en agua. La mayoría de éstas afirmaban que eran de la “grande multitud” de las “otras ovejas” de Cristo.—Rev. 7:9, Versión Autorizada.
21. (a) Por eso, además del “rebaño pequeño,” ¿por quiénes más entregó su alma el “pastor excelente”? (b) ¿Cómo recibió de nuevo su alma este pastor, y en expresión del amor de quién?
21 El “pastor excelente” entregó su “alma” también por estas “otras ovejas” que no pertenecen al “redil” de los herederos de la promesa abrahámica. El apóstol Juan, quien era uno de la clase de la “descendencia” abrahámica, escribió: “Él [Jesucristo] es un sacrificio propiciatorio por nuestros pecados, empero no solo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.” (1 Juan 2:1, 2) Jehová Dios, el Padre celestial, amó a su Hijo por hacer esto. Por su aprecio de corazón a esto, Jesús, el “pastor excelente,” dijo delante de los que le odiaban entre los judíos: “Es por eso que el Padre me ama, porque entrego mi alma, a fin de que la reciba de nuevo.” (Juan 10:17) El Padre desplegó su amor al “pastor excelente” abnegado al levantarlo de entre los muertos al tercer día. De este modo el Hijo de Dios recibió de nuevo su “alma,” o ser, pero en un nivel de vida celestial.
22. A pesar de atentados contra su vida, ¿por qué no le había quitado ningún hombre el alma humana a Jesús, hasta que él dijo las palabras registradas en Juan 10:18?
22 Hasta el tiempo en que Jesús habló acerca de las “otras ovejas” se había atentado varias veces contra la vida de este “pastor excelente.” Pero nunca hizo él nada que mereciera muerte a manos de los hombres. Esto explica por qué dijo: “Nadie me la ha quitado, sino que la entrego de mi propia iniciativa. Tengo autoridad para entregarla, y tengo autoridad para recibirla de nuevo. El mandamiento acerca de esto lo recibí de mi Padre.”—Juan 10:18.
23. ¿Cuándo entregó Jesús su alma humana por iniciativa propia, y por qué?
23 Pocos meses después se suministró la prueba de esta declaración. En la noche en que Jesús fue traicionado en el jardín de Getsemaní, cuando su discípulo Pedro trató de protegerlo con una espada, Jesús dijo: “¿Crees que no puedo apelar a mi Padre para que me suministre en este momento más de doce legiones de ángeles? En tal caso, ¿cómo se cumplirían las Escrituras de que tiene que suceder de esta manera?” (Mat. 26:53, 54) Así, después de dejar que sus apóstoles huyeran de su lado, Jesús se entregó por propia iniciativa a las muchedumbres que vinieron a arrestarlo y a hacer un atentado final contra su vida. Al hacer esto, Jesús no estaba malgastando su vida.
24. ¿Qué autoridad plena en cuanto a su alma había recibido Jesús de su Padre, y cómo fracasó el intento final por impedir que ejerciera esa autoridad?
24 Jesús tenía de su Padre celestial la autoridad de tomar este proceder, pero quedó a su propio libre albedrío el hacer aquello. Su autoridad de recibir su alma de nuevo por una resurrección dependía de que se entregara abnegadamente de buena gana. Porque sí entregó su alma hasta la muerte, su Padre celestial lo vistió con la autoridad de recibirla de nuevo del Único que podía levantarlo de entre los muertos. Ningún poder en el cielo ni en la Tierra podía bloquear esta autoridad que le permitía a Jesús recibir su “alma,” o vida, de nuevo. Por eso, ni el sello del gobernador que fue colocado sobre la gran piedra que cerró la entrada a la tumba en la cual él fue enterrado después de haber muerto sobre el árbol, ni la guardia de soldados que fue colocada en la tumba para evitar que sus discípulos se robaran el cadáver, pudieron bloquear a Jesús en cuanto a ejercer al tercer día su autoridad dada por Dios.—Mat. 27:62 a 28:15 inclusive.
25. Puesto que Jesús no perdió su vida humana por desobediencia a Dios, ¿cómo se le hizo disponible para usarla en pro de la humanidad?
25 Realmente, Jesús tenía de su Padre celestial el mandato de hacer todo esto. Por eso, al tercer día de su muerte, Jehová Dios emitió el mandato de que su Hijo obediente se levantara de entre los muertos y recibiera vida de nuevo, en la región espiritual con su Padre celestial. Puesto que Jesús no había perdido su vida humana por desobediencia a Dios, también recibió el derecho y título a la vida humana perfecta para que pudiera presentárselos a Jehová Dios en su templo celestial y hacer expiación por el pecado del mundo entero.
26. (a) Así se abrió el camino para que todas las familias de la Tierra hicieran ¿qué? (b) ¿Cuándo fue que, notablemente, la “grande muchedumbre” de las “otras ovejas” de Jesús empezó a bendecirse?
26 Así, se abrió el camino para que todas las familias y naciones del mundo ‘se bendijeran’ por medio del Principal de la “descendencia de Abrahán.” (Gén. 12:1-3; 22:15-18) La “grande muchedumbre” de las “otras ovejas” del Pastor Excelente empezaron a ‘bendecirse’ por medio de él cuando se dedicaron a Jehová Dios por medio de él y simbolizaron esta dedicación por bautismo en agua. Entonces escucharon la voz del Pastor Excelente y le siguieron, junto con el resto ungido de la descendencia abrahámica. Esto comenzó a acontecer notablemente en la asamblea de Washington (D.C.) de 1935. Desde entonces el resto ungido ha dado la bienvenida a todas las “otras ovejas” y, tal como predijo Jesús, ha llegado a haber “un solo rebaño” bajo el “un solo pastor.”
27. ¿Quiénes además de la “grande muchedumbre” que sobrevive a la “grande tribulación” llegarán a ser parte de las “otras ovejas” del Pastor Excelente, y cuándo?
27 Durante el reino milenario del “un solo pastor,” el entronizado Jesucristo, todos los muertos redimidos de la humanidad serán levantados de su sueño de la muerte y tendrán la oportunidad de ‘bendecirse’ por medio de llegar a ser parte de las “otras ovejas” del Pastor Excelente. Entre éstos estará el que había sido “portero” del “aprisco” que representaba el arreglo del pacto abrahámico, a saber, Juan el Bautizante. (Juan 10:1-3) Jesús conducirá a los obedientes a “fuentes de aguas de vida.” La “grande muchedumbre” de los que sobrevivan a la venidera “grande tribulación” serán una bendición a los resucitados miles de millones de personas para que estas personas puedan beneficiarse de las “fuentes de aguas de vida.” (Rev. 7:9-17) Todas las personas semejantes a ovejas podrán unirse con la “grande muchedumbre” en decir: “La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero.”—Rev. 7:10; 20:11-14.
-
-
Jehová revela sus juiciosLa Atalaya 1980 | 15 de julio
-
-
Jehová revela sus juicios
Jehová Dios no deja a la gente en ignorancia de sus juicios. El libro bíblico de Amós nos informa: “El Señor Soberano Jehová no hará ni una cosa a no ser que haya revelado su asunto confidencial a sus siervos los profetas. ¡Hay un león que ha rugido! ¿Quién no tendrá miedo? ¡El Señor Soberano Jehová mismo ha hablado! ¿Quién no profetizará?”—Amós 3:7, 8.
Un examen del registro bíblico muestra claramente que los siervos de Dios eran los primeros en saber lo que él pensaba hacer. Noé fue el primero que supo que los impíos serían destruidos en un diluvio global, a Abrahán se le dijo cómo Jehová consideraba a Sodoma y las ciudades circundantes, y a los profetas de Israel se les informó repetidamente lo que sucedería en el futuro. Esto puso a los profetas en una posición que les permitió dar advertencias y hacer llamamientos a los israelitas para que abandonaran sus sendas de desafuero.
El rugido de un león es un sonido de advertencia, que despierta temor en los que lo oyen. De igual manera, cuando Jehová hablaba y revelaba sus juicios a sus profetas, esto causaba efecto en ellos. Se sentían impulsados a profetizar, a declarar lo que se les había hecho saber.
-