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Superintendentes... sean ejemplos excelentes para “el rebaño”La Atalaya 1981 | 15 de enero
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van realizándose en toda la asociación de sus hermanos en el mundo.” (1 Ped. 5:8, 9) Los superintendentes siempre tienen que mantenerse alerta a las tácticas del Diablo y a los ardides que él emplea para desviar, entrampar o devorar a los siervos de Dios. Nunca deben los cristianos dejarse adormecer y entrar en un estado de serena satisfacción respecto a la situación que afrontan, y especialmente deben ser vigilantes los subpastores nombrados del “rebaño.” En muchos países, la experiencia muestra que cuando les sobrevienen dificultades y pruebas a los testigos de Jehová, los superintendentes están en la primera fila de la batalla. Al cifrar su confianza en Dios, estos ancianos siguen ayudando a sus compañeros de creencia de diferentes maneras, resistiendo al Adversario, orando sinceramente, y usando el gran escudo de la fe y otras piezas de la armadura espiritual.—Efe. 6:10-18.
21. Al ser los superintendentes mismos ejemplos en cuanto a fe, ¿qué ayudan al “rebaño” a hacer respecto a fe y esperanza?
21 Los superintendentes deben ayudar al “rebaño” a andar por fe y a regocijarse con la esperanza que tienen en cuanto al futuro. Porque Jehová Dios y su Hijo en la región celestial son invisibles, no podemos verlos. Sin embargo, sus tratos con nosotros son verdaderos. (Heb. 11:27) Lo que está aconteciendo como resultado de la dirección de ellos es cumplimiento de lo que predijo la Biblia. Los superintendentes deben ayudar solícitamente a sus hermanos y hermanas espirituales a reconocer este hecho y a ver que a los miembros de la “grande muchedumbre” se les está recogiendo en cantidades considerables. Jehová está bendiciendo la obra que se está haciendo. (Isa. 60:22; Rev. 7:9) Estamos experimentando la seguridad espiritual que él ha prometido. (Sal. 91:1, 2) Los frutos del espíritu santo de Jehová, entre ellos la fe, verdaderamente abundan entre el pueblo de Dios hoy día. (Gál. 5:22, 23; compare con Romanos 1:8.) Nuestros ojos de la fe perciben la venidera ejecución de los juicios de Jehová. (Rev. 11:16-18; 16:14, 16) Más allá de la “grande tribulación” un nuevo orden ha de empezar, y la Tierra será llevada a un estado paradisíaco. (Mat. 24:21; Luc. 23:43; 2 Ped. 3:11-13) Va a haber una resurrección. (Juan 5:28, 29; Hech. 24:15) La familia humana será restaurada a relaciones pacíficas con Dios, y la vida eterna será lo que obtendrán los que resulten obedientes durante la prueba final. (Rev. 20:7-10) Pero a medida que miramos hacia el futuro, apreciamos a los superintendentes que, en la cantidad de decenas de miles, actualmente sirven de ejemplos en fe, a los subpastores leales que tanto están haciendo para ayudar al “rebaño” a regocijarse en la esperanza de lo futuro.—Rom. 12:12.
“En castidad”... ejemplos dignos
22. (a) ¿Cómo puede el reflexionar en Filipenses 4:8 y Santiago 3:17 ayudar a los superintendentes a ser ejemplos en castidad? (b) Al recomendar a los hermanos para responsabilidades dentro de la congregación, ¿cómo tienen que esforzarse los superintendentes por permanecer castos?
22 Finalmente, se exhorta a los superintendentes a ‘hacerse ejemplos para los fieles . . . en castidad.’ Esto quiere decir más que ser de mente limpia y conducta moral. Es patente que los superintendentes tienen que tener cuidado para que aquello en que fijen la mente sea casto. (Fili. 4:8; Sant. 3:17) Pero, para que los superintendentes permanezcan castos, también tienen que ejercer buen juicio cuando consideran a hermanos para que lleven responsabilidades dentro de la congregación. La idoneidad de estos hermanos tiene que considerarse cuidadosamente a la luz de los requisitos bíblicos. Nunca debe mostrarse favoritismo a amigos personales ni a parientes. Si hay dudas acerca de la conducta moral de cierta persona, dejen que el tiempo y los hechos remuevan estas dudas. Esto estaría en armonía con el consejo sano que se halla en 1 Timoteo 5:22: “Nunca impongas las manos apresuradamente a ningún hombre; ni seas partícipe de los pecados ajenos; consérvate casto.”
23. ¿Qué ayudará a los superintendentes a mantenerse castos al manejar asuntos judiciales?
23 Los superintendentes también evitan ser partícipes de los pecados de otros por medio de manejar correctamente los asuntos judiciales. Al tratar con casos de malas acciones, los ancianos deben ser misericordiosos cuando las circunstancias exijan misericordia, pero no deben permitir que continúe el pecar ni verlo como cosa de poca importancia. (Pro. 28:13; Sant. 2:13; compare con Judas 3-15, 22, 23.) Los ancianos nombrados tienen que ejercer cuidado para no dejar que influyan en sus decisiones la parcialidad, el sentimiento o la emoción al escuchar las declaraciones de los que hayan cometido algún mal, o el testimonio de otros. Al dejar que los principios bíblicos gobiernen en cualesquier decisiones que tomen en estos casos, los subpastores fieles se conservarán castos.
24. ¿Qué hará posible que los superintendentes se expresen como lo hizo Pablo en 1 Corintios 11:1?
24 Al llegar a ser ejemplos de todas las maneras consideradas en lo anterior, todos los fieles superintendentes cristianos pueden decir, con buena conciencia, como lo hizo Pablo: “Háganse imitadores de mí, así como yo lo soy de Cristo.” (1 Cor. 11:1) Aunque el apóstol estaba consciente de sus debilidades personales, pudo decir con confianza que estaba siguiendo a Cristo. Lo mismo es cierto hoy día de los superintendentes que se esfuerzan por satisfacer los requisitos de Dios.
Se anima a la congregación a hablar la Palabra con denuedo
25. Si se imita el buen ejemplo que dan los superintendentes cristianos, ¿qué resultados pueden producirse en la congregación debido a las bendiciones de Dios?
25 ¿Qué resultados podemos esperar de seguir el ejemplo provisto por los fieles subpastores del “rebaño de Dios”? ¡Bueno, a todos los de la congregación se les animará o estimulará a continuar hablando la palabra de Dios con denuedo a la vez que mantienen conducta excelente! (Hech. 4:29-31; 1 Ped. 2:12) El fruto del amor identificará a la congregación de modo inequívoco como una congregación compuesta de los verdaderos discípulos de Jesucristo, y esto atraerá a otros a asociarse con el pueblo de Dios. (Zac. 8:23; Juan 13:34, 35) Se desplegará fe activa a medida que se efectúen obras excelentes como el predicar las “buenas nuevas,” hacer discípulos y seguir el comportamiento piadoso. (Mat. 24:14; 28:19, 20) La entera congregación se mantendrá limpia, al dominar la castidad la vida de todos los que buscan la aprobación de Dios. Por lo tanto, sirvamos a Jehová juntos en fidelidad y apreciemos las bendiciones de que disfrutamos como pueblo de Dios. Y que nuestro amoroso Padre celestial continúe bendiciendo nuestros esfuerzos unidos a medida que trabajamos con superintendentes cristianos que son ejemplos excelentes para “el rebaño.”
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El león rugienteLa Atalaya 1981 | 15 de enero
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El león rugiente
EL RUGIDO del león es un sonido que causa tremenda impresión. Se puede oír por ocho kilómetros. Este poderoso sonido tiene dos razones. Es un medio de comunicarse con miembros distantes del grupo y también sirve de proclamación de derechos territoriales. Contrario a la creencia popular, el león no suele rugir cuando está a la caza de animales salvajes. Sin embargo, con frecuencia ruge cuando trata de hacer presa de animales domésticos en algún cercado. El aterrorizador sonido tiene como fin causar una estampida que derribe la cerca protectora y exponga a la presa.
Esto nos recuerda las palabras del apóstol Pedro. A compañeros cristianos él escribió: “Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien.” (1 Ped. 5:8) Como “ovejas” cristianas, seguras en la protección que suministra el “pastor excelente,” Cristo Jesús, hacemos bien en prestar atención a las palabras de Pedro. (Juan 10:14, 15) “Mantengan su juicio, sean vigilantes,” dice el apóstol, para que los rugidos amenazadores del Diablo no vayan a hacer que algunos, en pánico, huyan a una zona de peligro espiritual.
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