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¿Está su hijo preparado para una licencia de conductor?¡Despertad! 1974 | 8 de julio
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‘¿Pero qué he de hacer?’ quizás pregunte uno. ‘¿Le he de negar a mi hijo la licencia de conductor?’
Responsabilidad paterna
Esa es una decisión que uno tiene que tomar. Muchos piensan que es la mejor solución, y recomiendan que se promulguen leyes que prohíban conducir a los jóvenes. Pero otros creen que hay soluciones mejores, más justas para los jóvenes. Argumentan que el aumentar la edad para conducir no disminuirá la cantidad de principiantes en las carreteras que carecen de experiencia en conducir. Y es esta falta de experiencia la que se considera una causa principal de los accidentes automovilísticos, prescindiendo de la edad a la cual uno comienza a aprender a conducir.
Así es que quizás su decisión sea permitir que su hijo aprenda a conducir mientras aún es muy joven. No llegue a la conclusión, sin embargo, de que uno ha cumplido con su responsabilidad por medio de sencillamente hacer que él tome el curso académico para conducir en la escuela. Estos por lo general son inadecuados. ¡De hecho, los estudios hechos en Misisipí y en California muestran una proporción de accidentes más elevada entre los adolescentes entrenados en la escuela que entre otros conductores adolescentes! ¿Por qué fracasan los programas escolares?
Se cree que, básicamente, se debe a que no le suministran al conductor joven experiencia práctica. De hecho solo se dedica un tiempo corto a conducir, y esto a poca velocidad en calles de poco tránsito. Se enfrentan a pocas, o a ningunas, situaciones de emergencia. “Debido a esto,” un portavoz de un importante asegurador de automóviles explicó, “los conductores jóvenes no están preparados para enfrentarse a muchas situaciones de emergencia tales como reventones y patinadas. Con demasiada frecuencia la primera experiencia del conductor joven con una situación de emergencia es con la realidad, y con demasiada frecuencia jamás tendrá una segunda oportunidad.”
Por esta razón el Dr. Amos E. Neyhart, el hombre que estableció el primer curso para conducir en la escuela secundaria en 1933, dijo: “Cada estudiante debería pasar por lo menos 12 horas detrás del volante. Al conductor estudiantil se le debe dar experiencia simulada en patinadas, falla de frenos, reventón de neumáticos, irse a la cuneta y así por el estilo. Hemos estado enseñando conocimiento práctico de operación pero no suficiente conocimiento práctico para prevención de accidentes.”
Así es que, como padre, debería asegurarse de que su hijo reciba experiencia adecuada para conducir. Déjele practicar mientras usted está con él. Déle experiencia práctica a velocidades de autopista. También, es prudente enseñarle a desenvolverse con patinadas, que según se calcula son un importante factor contribuyente a uno de cada cuatro accidentes automovilísticos fatales. Quizás pueda hallar un gran parque de estacionamiento, desocupado, cubierto de hielo y obtener permiso para practicar patinadas y maniobras con el volante. El leer acerca del control de las patinadas nunca enseña tan bien como lo hace la experiencia verdadera.
Su responsabilidad tampoco termina con sencillamente asegurarse de que su hijo pueda maniobrar un automóvil expertamente, aun en situaciones de emergencia. El inculcar una actitud mental apropiada es igualmente importante, si es que no lo es aun más.
Infunda una actitud sobria, madura
Su hijo quizás sea un adolescente, pero cuando está detrás del volante es esencial que él sea una persona estable que avalúa la vida y la propiedad. Es su responsabilidad encargarse de ver que él lo sea. Dedíquese a desarrollar en él cortesía, respeto por la ley, cuidado y consideración por los derechos de los demás.
Un modo vital de hacerlo es poniendo un buen ejemplo en el modo en que usted conduce. Enfatizando la importancia de esto, el Dr. Bruno Bettelheim, un conocido psicoanalista, dijo: “Aun si un padre quebranta una ley de tránsito solo de vez en cuando, puede ser suficiente para destruir la creencia del hijo de que él debe obedecer todas las reglas en todo tiempo. El que un padre viole de vez en cuando el límite de velocidad, o un engaño impaciente de la luz de tránsito, hace que el joven se imagine que el ser ‘un adulto’ significa que uno puede violar la ley y quedar impune.”
Es vital, también, enseñar a su hijo a pensar mientras conduce, estar siempre analizando la situación del tráfico. Un padre hace una especie de juego de esto, explicando:
“Mi hijo . . . se sienta a mi lado en el asiento delantero del automóvil, mira adelante, y señala peligros posibles. Por ejemplo, adelante hay una hilera de autos estacionados con un conductor sentado al volante de uno de los autos. ¿Qué debería hacer el conductor de nuestro automóvil si aquél arranca súbitamente o abre la puerta de su auto del lado incorrecto? Allí hay un camino de entrada oculto del cual un automóvil puede salir inesperadamente ¿Cómo nos preparamos para enfrentarnos a estas emergencias? Más adelante hay una curva cerrada. ¿Cómo procedemos?”
Algunos quizás piensen que los jóvenes tienen reflejos tan rápidos que pueden, al último momento, tomar una acción que prevenga el accidente. Pero el hecho es, que el ser capaz de poner el pie en el freno una fracción de segundo más rápidamente que otra persona es mucho menos importante en evitar accidentes que el manejar lo bastante cuidadosamente como para hacer que esa actividad sea innecesaria.
Otro modo más de grabar en su hijo la importancia de conducir con seguridad es permitir que vea y oiga personalmente lo que les pasa a los violadores de tráfico. Si usted se pone en comunicación con el tribunal local, puede que el juez se alegre de que vayan a escuchar. Él quizás haga arreglos para que escuchen una serie de casos especialmente instructivos e impresionantes para los adolescentes.
También es eficaz el que los jóvenes visiten la sala de primeros auxilios de un hospital y que observen los casos de accidentes de tránsito a medida que se reciben. ¡Esto ciertamente puede hacer una impresión duradera que enfatice la importancia de conducir con seguridad! Por medio de preguntar y explicar la razón para ello, uno pudiera recibir permiso para visita la sala de primeros auxilios.
No es una exageración decir que el futuro de su hijo depende, hasta un grado sorprendente, de que usted supervise apropiadamente el uso que él le da al automóvil. Uno no puede sencillamente cerrar los ojos al peligro cuando él está detrás del volante. ¡Es real! Así es que haga todo lo que pueda para hacer de su hijo un conductor seguro. La vida de él, y la de otros, quizás dependa de ello.
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Progreso en la reducción¡Despertad! 1974 | 8 de julio
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Progreso en la reducción
◆ Cuando se construyó la primera computadora totalmente electrónica allá en 1946, requirió unos 140 metros cuadrados de superficie. Tenía 18.000 lámparas de vacío y consumía tanta electricidad como seis casas. No obstante, con el transcurso de los años se ha hecho mucho progreso en reducción. En la actualidad el mismo circuito electrónico se puede reducir a un aparato no mucho más grande que un reloj de bolsillo que usa aproximadamente el mismo voltaje que una bombilla de linterna.
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