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Ayudando al bebé a aprender a hablar¡Despertad! 1977 | 8 de noviembre
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pero ésa es todavía más razón por la cual debe darse verdadera atención tanto al niño como a las relaciones que existen en el hogar. Frecuentemente, los terapeutas en el habla pueden ayudar a un niño pequeño a resolver rápidamente un problema del habla o lenguaje, pero si se permite que el niño siga así, la dificultad puede arraigarse hasta tal grado que es casi imposible corregirla.
El otro extremo es aquel en que los padres expresan congoja frenética de tal modo que el niño se da cuenta de que es el objeto de mucha perturbación. Se le hace sentir que TIENE QUE hablar de otro modo. Especialmente en el caso de los tartamudos, esta presión adicional por lo general los empuja más adentro del patrón de no afluencia.a
En vez de ir a esos extremos, es muy importante que los padres ejerzan paciencia y tierno cariño como ya se mencionó que deben hacerlo en el caso de los infantes pequeños. Se debe evitar el estar corrigiendo y regañando de continuo; más bien se debe tratar de alejar la mente del chiquillo del problema que tiene con el habla. Frecuentemente, cuando el niño tiene la mente apartada de su impedimento, puede hablar normalmente.
Además, es importante que se les ayude a los hermanos y hermanas mayores a ver la necesidad de tratar al tartamudo con cariño tierno... no siempre interrumpiéndolo cuando trata de hablar, lo cual induce la frustración e inquietud.
En realidad, los principios cristianos que se bosquejan en la Biblia respecto a cómo tratar a los niños son inestimables al ayudar a un infante que tiene un impedimento en el habla y que, por lo tanto, a menudo también se designa como “aprendedor lento.”
“Tierno cariño,” “gran paciencia,” “apacibilidad,” “gobierno de uno mismo,”... estas cualidades desplegadas por los padres pueden contribuir mucho para aliviar el problema.—1 Tes. 2:7, 8; Gál. 5:22, 23.
Por lo tanto, háblenle a su niño, desde la infancia. Léanle a su niño, desde la infancia. Tengan contacto físico suave y amoroso con su niño, desde la infancia. El hacer estas cosas ayudará al pequeñuelo en el desarrollo de su habla y tendrá efectos positivos en su personalidad y habilidad para aprender.
Tal vez más que todo otro instrumento, la capacidad del niño para hablar claramente y comunicar sus pensamientos, sus necesidades y sus deseos afectará su logro personal, el sentido de su propio valor y su felicidad. Por lo tanto, junto con su niño, usen correctamente el milagro del habla dado por Dios. Más tarde, de esa manera especialmente humana, con palabras, es probable que su prole les diga: “Gracias. Me alegro de que no hayan dejado de ayudarme.”
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“La senda de los justos”¡Despertad! 1977 | 8 de noviembre
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“La senda de los justos”
■ Contrastando la “senda de los justos” con el “camino de los inicuos,” Proverbios 4:18, 19 dice: “La senda de los justos es como la luz brillante que va haciéndose más y más clara hasta que el día queda firmemente establecido. El camino de los inicuos es como las tinieblas; no han sabido en qué siguen tropezando.”
La luz del sol va haciéndose más y más brillante desde el alba hasta que el “día queda firmemente establecido.” Eso es lo que experimentan las personas justas. El proceder que siguen es luz misma, puesto que se lo ilumina la sabiduría piadosa. Como resultado de su esfuerzo por ajustarse cada vez más estrechamente a esa sabiduría, su senda se hace cada vez más clara. ¡Qué diferente de lo que les pasa a los inicuos! Puesto que desprecian la sabiduría piadosa, no tienen luz. Es como si anduvieran tropezando en la oscuridad y siguen acarreándose una dificultad tras otra.
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