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¿Qué esperanza hay de paz mundial permanente?La Atalaya 1954 | 15 de diciembre
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¿Hubiera sido ésta una tentación para Jesús si el Diablo realmente no dominara las naciones del mundo? ¡Naturalmente que no! De modo que el poder del Diablo sobre las naciones es real. Por eso es que el apóstol Pablo llamó al Diablo y sus demonios “los gobernantes mundiales de esta oscuridad.”—Mat. 4:1-11; Efe. 6:12, NM.
Jesús rechazó la oferta que le hizo el gobernante de este mundo. Sabía que al debido tiempo de su Padre él recibiría poder del Reino y el mandato de pastorear a las naciones con “vara de hierro.” (Apo. 19:15) El empuñar Cristo la “vara de hierro,” lo cual hará muy pronto ahora, significa que todos los reinos de este mundo serán desmenuzados y exterminados. Esta acción de destruir naciones se predijo en Daniel 2:44: “Empero en los días de aquellos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que nunca jamás será destruído, y el reino no será dejado a otro pueblo, sino que desmenuzará y acabará con todos aquellos reinos, en tanto que él mismo permanecerá para todos los siglos.”
IDENTIFICANDO LA ESPERANZA SEGURA
Ahora llega a ser claro que la esperanza segura de paz mundial tiene que ser un reino, un reino que gobernará sobre este planeta globalmente y para siempre. Esto significa un nuevo mundo para el género humano, un mundo que el apóstol Pedro llamó “nuevos cielos y una nueva tierra” en el cual la justicia ha de morar. ¡El Rey del nuevo mundo ya reina! En 1914 Jehová entronizó a Cristo como Rey. Prediciendo esta entronización, el Salmo 110:2 dice: “Enviará Jehová desde Sión la vara de tu poder; ¡domina tú en medio de tus enemigos!” Así que Cristo gobierna aunque el mundo del Diablo, los enemigos de Cristo, todavía es una empresa que funciona. ¡Pero esto no será así por mucho tiempo! Porque después de su entronización, el Rey facultado por Jehová inició guerra ofensiva contra las fuerzas invisibles del Diablo: “Estalló guerra en el cielo. . . . Fué arrojado hacia abajo el gran dragón, la serpiente original, aquel que es llamado Diablo y Satanás, el cual está desviando a toda la tierra habitada; fué arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados junto con él. . . . Ayes para la tierra y para el mar, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran ira, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.”—2 Ped. 3:13; Apo. 12:7, 9, 12, NM.
“Un corto período de tiempo” ¿antes de qué? Antes de la guerra del Armagedón, llamada en la Biblia “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso.” Esta guerra no será peleada por el hombre, sino por fuerzas sobrehumanas bajo la dirección de Cristo Jesús. Es sobre esta generación que el Armagedón vendrá, porque la señal de los “últimos días” ahora es visible. Unos cuantos detalles de esa señal, mencionados por Jesús en Mateo 24 y Lucas 21, son: guerras mundiales, hambres generales, un extraordinario número de terremotos, aumento de todo lo que es contrario a ley, tribulación por toda la tierra, perplejidad de naciones y hombres llenos de temor. “Cuando vean todas estas cosas,” Jesús dijo, “verdaderamente les digo a ustedes que esta generación de ningún modo pasará hasta que sucedan todas estas cosas,” incluyendo el Armagedón.—Apo. 16:14; Mat. 24:33-35, NM.
El Armagedón será la guerra final, porque terminará con todas las guerras. No habrá necesidad de que esta guerra se luche de nuevo: “Él [Jehová] destruye enteramente. No tiene que levantarse por segunda vez contra el enemigo.” ¡Jamás disputará alguien si el Armagedón fué una guerra que valió la pena o no, como la gente disputa por guerras peleadas por hombres! Será una guerra justa. Por eso del “Rey de los reyes,” Cristo Jesús, está escrito: “Juzga y lleva a cabo guerra en justicia. . . . De su boca sale una espada larga y filosa, para que hiera con ella a las naciones.”—Nah. 1:9, NC; Apo. 17:14; 19:11, 15, NM.
Este herir a las naciones es necesario porque ellas no quieren que el Cristo verdadero y vivo gobierne sobre ellas. Ni quieren renunciar al gobierno de ellas. No obstante aun el herir a las naciones no será suficiente para introducir paz permanente a menos que “los gobernantes mundiales de esta oscuridad,” el Diablo y sus demonios, también sean destruídos. Puesto que Cristo es el “Príncipe de Paz,” él se encargará de ver que ese diabólico obstructor de la paz, junto con los demonios, sea exterminado en el Armagedón: “Prendió al dragón, la serpiente original, que es el Diablo y Satanás, y le ató por mil años. Y le arrojó al abismo el cual cerró y selló sobre él.”—Isa. 9:6; Apo. 20:1-4; Mat. 8:29, NM.
BENDICIONES DE LA ESPERANZA DEL NUEVO MUNDO
La guerra del Armagedón limpiará a la tierra de toda iniquidad, toda injusticia, toda corrupción. Nunca más dividirán las barreras nacionalistas a los habitantes de la tierra. Nunca más habrá diferentes gobiernos sobre la tierra al mismo tiempo, cada uno pretendiendo ser de la clase correcta para la gente. Nunca más habrá ejércitos, armadas, aviones de combate, cañones, tanques, ametralladoras y bombas atómicas. Y nunca más habrá refugios contra bombas, hoyos producidos por bombas, “polvo mortífero” radioactivo, campos de peligro entre ejércitos enemigos, trincheras individuales, monumentos dedicados a soldados conocidos y desconocidos, estatuas de soldados empuñando bayonetas o aun academias militares. Porque nada, absolutamente nada, estropeará la paz o echará a perder la belleza del nuevo mundo de Dios. Jehová garantiza esto: “Venid y ved las obras de Yavé, los prodigios que ha dejado Él sobre la tierra. Él es quien hace cesar la guerra hasta los confines de la tierra. Él rompe el arco, troncha la lanza, y hace arder los escudos en el fuego.” “Voy a crear nuevos cielos y una tierra nueva, y las cosas anteriores no serán recordadas, ni vendrán al pensamiento.”—Sal. 46:9, 10, NC; Isa. 65:17.
Claramente, entonces, el nuevo mundo de Jehová es la única esperanza del hombre para paz mundial permanente. ¡Verdaderamente es una esperanza para mucho más! Porque aun si el hombre pudiera introducir una medida de paz, todavía necesitaría doctores, empresarios de pompas fúnebres, sepultureros y hacedores de lápidas sepulcrales. Sí, el hombre todavía tendría su vida llena de lágrimas, duelo profundo, dolor y clamores por causa de sufrimiento agudo y angustias. Así que el hombre necesita más que paz. Necesita vida. Necesita salud. Pero ningún reino de este mundo malo puede acabar con las necesidades medicinales y los cementerios. ¡El nuevo mundo de Jehová sí podrá acabar con ellos! “Y yo vi un nuevo cielo y una nueva tierra, porque el cielo anterior y la tierra anterior habían pasado, . . . Y él [Dios] limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni tampoco habrá más duelo ni lloro ni dolor.”—Apo. 21:1, 4, NM.
QUÉ HACER
Para disfrutar de las bendiciones de paz mundial permanente, salud perfecta y vida eterna en una tierra paradisíaca después del Armagedón, ¿qué tiene que hacer usted? La Biblia contesta: “Pónganse la armadura completa que proviene de Dios.” ¿Por qué? “Para que puedan mantenerse firmes contra las maquinaciones del Diablo.” Para luchar tal guerra espiritual usted también necesita la “espada del espíritu, es decir, la palabra de Dios.” Todo esto significa que usted tiene que obtener un conocimiento y entendimiento de la Palabra escrita de Jehová. Realmente esto en sí mismo es una lucha, porque la gente tiende a pensar que está demasiado ocupada para estudios bíblicos. Esta actitud de estar demasiado ocupados fué predicha para nuestro día por Jesús: “Así como aconteció en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre: comían, bebían, los hombres se casaban.” No hay nada malo en comer, beber y casarse. Entonces ¿qué era lo que estaba mal? Esto: la gente se envolvió tan intensamente en las actividades de la vida, pensando a la misma vez que todo iba a continuar como siempre, que no quiso escuchar y prestar atención a la amonestación de Noé acerca del fin de ese mundo. El resultado: “El diluvio llegó y los destruyó a todos.”—Efe. 6:11, 17; Luc. 17:26, 27, NM.
Por eso utilice tiempo para investigar el mensaje del pacífico nuevo mundo que los testigos de Jehová le están trayendo a usted. Ya se está formando una sociedad del Nuevo Mundo de hombres y mujeres cristianos, que están viviendo para el nuevo mundo. Únase usted a ellos. Ellos son los vencedores seguros, los sobrevivientes de la guerra del Armagedón. Abandone los planes de paz de este mundo dominado por el Diablo, planes hechos por el hombre y destinados al fracaso. Declárese de modo positivo a favor del nuevo mundo, su gobierno y su Rey. Recuerde, no habrá neutralidad en el Armagedón. Todos los que no se decidan a favor del reino de Dios son resistidores pasivos de él. El Rey del nuevo mundo, Cristo mismo, dictó esta regla estricta, inflexible: “El que no está de parte mía está en mi contra.” (Mat. 12:30, NM) De modo que el tiempo para la indecisión ha pasado. Decida ahora. Actúe ahora. Porque pronto, en el Armagedón, un mundo demasiado ocupado, sí, demasiado ocupado para hacer caso a la amonestación de que se le acerca su propio fin, será aplastado y exterminado. Pero no hay necesidad de que usted muera.
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Kedorlaomer verdaderamente estuvo allíLa Atalaya 1954 | 15 de diciembre
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Kedorlaomer verdaderamente estuvo allí
A muchos hombres les gusta mofarse de la Biblia, especialmente del libro del Génesis. Por ejemplo, en el capítulo 14 del Génesis se nos dice que el rey Kedorlaomer (o Codorlaomor) de Elam peleó con los reyes de Sodoma y Gomorra y algunos soberanos de las cercanías, y cómo Lot fué llevado cautivo y Abrahán vino y lo salvó. La moderna y supercrítica Interpreter’s Bible llama a esto un “cuento” de “carácter no histórico,” una “narración” procedente de una época en la cual “el sentido histórico del judaísmo se había hundido a casi cero.”
El 25 de julio de este año se informó que el arqueólogo Nelson Glueck, presidente del colegio Hebrew Union, ahora está convencido de que ha hallado las huellas de destrucción que dejó Kedorlaomer a través del Negueb, o sea la sección de desierto al sur de Palestina. Ha descubierto una docena de ruinas de comunidades de la “Edad de bronce” a través del desierto desde Sodoma hasta la frontera actual de Israel cerca de Cadesbarnea. Él informa que la clase de alfarería que se usaba en esas comunidades las identifica como del tiempo de Abrahán, y cree que todas ellas fueron destruidas más o menos al tiempo del ataque hecho por Kedorlaomer. “Esta es una indicación de la asombrosa memoria histórica registrada en la Biblia,” dijo él. “No es propósito mío probar que la Biblia sea correcta, igualmente como no es mi deseo probar que esté equivocada. Pero el relato de esta invasión debe haber sido escrito mil años después de haber acontecido ésta. La evidencia que estoy encontrando en el Negueb es corroboración bastante buena de él.” La probabilidad de que esta información fuera conservada en forma escrita durante la mayor parte de ese tiempo, más bien que haberse confiado a la memoria, como pensó el Dr. Glueck, presta aun más corroboración a la exactitud del relato bíblico. ¡Uno tras otro siguen siendo derribados los argumentos de los críticos!
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