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  • ¿De qué maneras podemos ‘hacernos imitadores de Dios’?
    La Atalaya 1974 | 1 de agosto
    • Señalando este aspecto atractivo de la personalidad de Dios, el apóstol Pedro escribió: “Jehová . . . es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido, sino desea que todos alcancen el arrepentimiento.” (2 Ped. 3:9) ¡Cuán lento para airarse se mostró Dios al tratar con su nación de Israel durante el reinado de los reyes! La Biblia dice: “Jehová el Dios de sus antepasados siguió enviando avisos contra ellos por medio de sus mensajeros, enviando vez tras vez, porque sentía compasión por su pueblo.”—2 Cró. 36:15.

      23 Podemos imitar este aspecto del amor de Dios evitando el perturbarnos debido a las faltas de otros. A veces puede que aquellos sobre quienes se preside muestren indiferencia o negligencia, y por eso qué fácil le es entonces a un superintendente “perder la chaveta,” como dice la expresión. Pero para ser imitadores de Dios los superintendentes también necesitan ser sufridos, tener gran paciencia y ser lentos para airarse.

      24 Particularmente en el círculo de familia debemos querer ejercer esta cualidad de gran paciencia. Es común que los esposos del mundo sean impacientes con sus esposas. ¡Cuán apropiado, por lo tanto, el consejo del apóstol Pablo a los cristianos: “Esposos, sigan amando a sus esposas y no se encolericen amargamente con ellas”! (Col. 3:19) Muy apropiadas, también, son las palabras del apóstol Pedro en cuanto a cómo tratar a las esposas. “Ustedes, esposos, continúen morando con ellas de igual manera de acuerdo con conocimiento, asignándoles honra como a un vaso más débil, el femenino, puesto que ustedes también son herederos con ellas del favor inmerecido de la vida, a fin de que sus oraciones no sean estorbadas.” El prestar atención a este consejo es tan importante como el llevar a cabo la voluntad de Dios de predicar el mensaje de su Reino en toda la Tierra.—1 Ped. 3:7.

      25, 26. (a) ¿Cómo ha mostrado aguante Dios? (b) ¿Cómo podemos nosotros manifestar aguante como el de Dios?

      25 Todavía otra manera en que nos es preciso imitar a Dios si hemos de ser perfectos como él es perfecto es en la imitación de su aguante amoroso. “El amor . . . todas las cosas las . . . aguanta,” dice la Biblia. (1 Cor. 13:4, 7) ¿Manifiesta aguante Dios? Sí, porque continúa haciendo lo correcto, a pesar de sentirse herido y con dolor cuando sus criaturas se descarrían. (Sal. 78:40, 41) Como nos hace recordar el inspirado apóstol: “Dios . . . toleró con mucha y gran paciencia vasos de ira hechos a propósito para la destrucción.” ¿Por qué? Por su amor, a fin de “dar a conocer las riquezas de su gloria sobre vasos de misericordia.”—Rom. 9:22, 23.

      26 Si queremos ser imitadores de Dios en cuanto a su amor también tenemos que manifestar aguante. No podemos ‘desistir de hacer lo que es excelente.’ (Gál. 6:9) El amor nos ayudará a continuar fieles en nuestra obra de predicar el Reino a pesar de la indiferencia de la gente a quien hablemos, o hasta a pesar de su oposición. Quizás estemos sirviendo en una casa Betel donde se produce literatura bíblica para facilitar la predicación del Reino en toda la Tierra. Quizás nuestros deberes sean rutinarios, pero el amor a Jehová Dios nos ayudará a aguantar y persistir en ellos, sabiendo que esto contribuye a la vindicación del nombre de Dios y a la salvación de otros, y es prueba de nuestro aprecio por todo lo que ha hecho por nosotros.

      ¿POR QUÉ ESFORZARSE POR SER PERFECTOS COMO DIOS ES?

      27, 28. (a) ¿Es opcional el asunto de ser perfectos como Dios es perfecto? (b) ¿Por qué contribuye a nuestra felicidad el ser perfectos como Dios es perfecto?

      27 ¡Ciertamente hay mucho incluido en ser imitadores de Dios y así demostrar que somos perfectos como él es perfecto! Pero note que este asunto de ser “perfectos” no es opcional. Jesús dijo: “Ustedes en efecto tienen que ser perfectos, como su Padre celestial es perfecto.” (Mat. 5:48) Sí, el ser justos y rectos, fieles y confiables, odiando lo que Dios odia, y mostrando amor por medio de ser generosos, perdonadores, sufridos y ejerciendo aguante es absolutamente vital si hemos de ser cristianos verdaderos, “imitadores de Dios, como hijos amados.” (Efe. 5:1) Pero, realmente, el ser perfectos como Dios es perfecto no resulta en gran penalidad ni gran sacrificio de nuestra parte. Más bien, redunda en beneficio nuestro. Pues ¿no es Jehová el “Dios feliz”? (1 Tim. 1:11) El imitarlo contribuirá a la felicidad de nosotros también. ¿Cómo así?

      28 Entre otras cosas, al imitar a Jehová regocijamos su corazón, tal como nos dice: “Sé sabio, hijo mío, y regocija mi corazón, para que pueda responder al que me está desafiando con escarnio.” (Pro. 27:11) Ciertamente podemos ser felices si nuestro proceder de la vida está regocijando a nuestro Padre celestial, ¿verdad? Y al imitar a Dios no solo tendremos felicidad, tranquilidad de ánimo y contentamiento ahora, sino también la esperanza segura de vida eterna en su nuevo sistema de cosas. ¡Ciertamente hay toda razón para esforzarnos por ‘ser perfectos como nuestro Padre celestial, Jehová Dios, es perfecto’!

  • ¿Necesitamos un sacerdocio?
    La Atalaya 1974 | 1 de agosto
    • ¿Necesitamos un sacerdocio?

      NO HAY duda de que la gente necesita ayuda. La enfermedad cobra un terrible número de víctimas. Los crímenes constituyen una amenaza que aumenta constantemente. La inmoralidad produce enfermedades repugnantes así como toda clase de calamidad y violencia. Muchas personas se hallan desalentadas, sin esperanza, sin saber qué hacer.—Luc. 21:25, 26.

      Hoy los sacerdotes ascienden a miles y representan diversas organizaciones religiosas. Hay sacerdotes de las diferentes ramas de la Iglesia Católica, sacerdotes episcopales, también budistas, sintoístas y otros sacerdotes no cristianos. ¿Han aliviado el sufrimiento y han detenido la marea de crímenes, inmoralidad, enfermedad y muerte?

      Muchos de estos sacerdotes, especialmente entre las religiones de la cristiandad, dicen No, y están abandonando el sacerdocio por algo que les parece más eficaz o satisfactorio. Cada uno de nosotros puede ver la situación mundial y contestar por sí mismo en cuanto a si los sacerdotes del mundo realmente han beneficiado a la gente o no.

      ¿Qué se supone que haga un sacerdote? ¿Se puede esperar que elimine todas estas condiciones malas entre la humanidad? Ningún sacerdote terrestre puede hacer eso, pero, si es sacerdote de la clase correcta, puede ayudar a mantener a la gente a quien sirve en buena condición ante Dios. Puede ayudarlos a rehacer su vida y personalidad para que sean personas pacíficas, respetables, que viven de modo correcto. Puede ayudarlos a eliminar de su vida muchas de las causas de angustia que padece la humanidad en general. Puede darles esperanza y dirigirlos en un modo de vivir que tenga un fin determinado.

      Realmente no podemos ver, al considerar los sacerdotes de las religiones del mundo, lo que debe ser un sacerdote de Dios. Pero si consideramos el sacerdocio que Dios mismo estableció sobre Israel en tiempos antiguos, hallamos que verdaderamente

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