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La basílica de San Pedro ¿sitio de la tumba de Pedro?La Atalaya 1953 | 15 de septiembre
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en vez de dejar que la evidencia hable por sí misma? Ninguna de las inscripciones declara que Pedro fué sepultado allí. Y aunque digamos que prueban que Pedro fué venerado en ese lugar, sólo prueban que la tradición existía en la segunda mitad del tercer siglo, no que la tradición en sí misma sea verídica.
EL TESTIMONIO BÍBLICO
Ya que las tradiciones que dicen que Pedro estuvo en Roma no se remontan hasta su día, observemos lo que la Palabra de Dios dice sobre el tema, puesto que eso se escribió en el tiempo de Pedro. Por más que busquemos no hallamos ni siquiera un indicio de que Pedro jamás haya estado en Roma, mucho menos de que él haya sido obispo en ésa. Y no sólo permanecen calladas las Escrituras en cuanto a que Pedro haya estado en Roma, no dando de ello prueba directa o circunstancial, sino que dan la más fuerte clase de evidencia circunstancial de que Pedro nunca estuvo en Roma.
Pablo escribió una carta a los romanos y en ella envía saludos a veintiséis diferentes personas, pero no hace mención de Pedro. ¿Podemos imaginarnos por un momento que Pablo pasaría por alto tan completamente a Pedro si Pedro hubiese estado en Roma y Pablo le estuviera escribiendo a la congregación de Pedro?, porque eso es lo que hubieran sido los cristianos de Roma si Pedro hubiese estado allí y sido su obispo. ¡Y no sólo obispo sino también vicario de Cristo! ¿Es razonable creer que Pablo se hubiera atrevido a pasar por alto adrede al sucesor de Cristo?—Rom. 16:1-24.
Además, la carta de Pablo está llena de instrucciones para corrección. ¿Por qué habría necesidad de que Pablo instruyera a los cristianos romanos respecto a tantos asuntos si Pedro, el vicario de Cristo, estaba allí con ellos? ¿Podríamos imaginarnos a Pablo tratando de corregir a los discípulos de Jesús mientras que Jesús estuviera con ellos, como si Jesús hubiese dejado de darles la debida instrucción? ¿Es razonable concluir que si los cristianos romanos hubiesen estado bajo la tutela de algún vicario de Cristo Pablo hubiera tenido que escribirles?
También note que vez tras vez en sus cartas desde Roma Pablo menciona a otros que están allí con él, algunos de los cuales se unieron a Pablo en enviar saludos. ¿No es extraño, si Pedro también estaba en Roma como vicario de Cristo y cabeza de todas las congregaciones cristianas, que Pablo no hiciera arreglos para que Pedro también enviara sus saludos, bendiciones, etc., a las diferentes congregaciones a las cuales él escribía?
Según el Times de Nueva York, “se considera que” la identificación de la basílica de San Pedro como el lugar de la sepultura del apóstol Pedro “ha destruído las dudas que fueron expresadas durante y después del período de la Reforma respecto a los datos históricos que dan fe de la presencia física de Pedro en Roma. Puede decirse que la línea entera de sucesión papal depende de este punto”. Si eso es cierto, ¿no es extraño que se haya desenterrado tanta información definitiva respecto a personas paganas, sus nombres, tumbas, restos verdaderos, inscripciones, etc., y sin embargo que Dios deje que la evidencia de que Pedro haya sido sepultado en la basílica de San Pedro sea tan dudosa, equívoca y ambigua como para hacer que cualquier deducción relativa a ella no sea nada más que especulación?
Si “puede decirse que la línea entera de sucesión papal depende de” que los restos de Pedro estén enterrados debajo de la basílica de San Pedro o no, entonces hay que admitir que no tiene base, porque las excavaciones recientes debajo de la basílica no han producido nada que fortalezca la posición de la Iglesia católica romana en lo que concierne a esto.
Entonces, ¿qué debemos concluir? Que por una parte la arqueología a lo más sólo apoya el hecho de que había una tradición de que se podía venerar a Pedro en la colina del Vaticano, no de que la tradición de que Pedro haya estado en Roma sea cierta, ni de que él haya sido sepultado allí. Por otra parte, que las Escrituras proporcionan la clase más fuerte de evidencia circunstancial de que Pedro nunca estuvo en Roma. Por lo tanto la basílica de San Pedro no es el sitio de la tumba de Pedro.
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La vía ancha de las divisiones religiosasLa Atalaya 1953 | 15 de septiembre
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La vía ancha de las divisiones religiosas
¿POR qué hay tantas religiones? Sólo dentro de los Estados Unidos hay veintitrés clases de bautistas, veintiuna clases de metodistas, veinte divisiones entre los luteranos, trece clases de menonitas, diez clases de presbiterianos, y un buen puñado de Iglesias de Dios. Treinta y nueve religiones confiesan que la falta de unidad es tal que dicen que la doctrina depende enteramente del individuo, aparentemente asumiendo que él sabe más que los eruditos, o que su idea contradictoria tal vez sea inspirada por el espíritu. Una autoridad lo expresó así: “Si hay que hablar de denominaciones y sectas, de organizaciones aquí y allí, de movimientos de vez en cuando, ¿cómo se puede hablar de cristianismo en los Estados Unidos? ¿No es este caos religioso . . . todo manchas y saltos?”
Sí, ¿por qué tal división? La Biblia es un solo libro. Las ediciones del término medio contienen de 1,000 a 1,300 páginas, y eso no es sumamente grande. El diccionario de Wébster contiene 3,000; la Enciclopedia británica, 24,000; Los clásicos de Hárvard, 22,000. No obstante, sobre la base de las 1,000 páginas de la Biblia descansa el fundamento de más de 230 de las más de 250 religiones de América, o una denominación por cada cinco páginas de ese libro. Ahora, dado que la Biblia no se contradice sobre doctrina cada cinco páginas, ¿por qué hay tantas diferentes religiones diciendo que ella es su guía? ¿Son sus eruditos tan ignorantes que no pueden leer estas 1,000 páginas de modo que convengan, o hay otras razones?
Algunas razones para esta división han sido insignificantes, otras casi ridículas, pocas de ellas cristianas. Una causa principal ha sido la determinación del hombre de rehacer su religión de modo que le agrade a él, en vez de rehacerse él para agradar a Dios. Esos “mejoramientos” intentados fueron predichos hace mucho: “Se levantarán hombres que hablarán cosas torcidas para arrastrar a los discípulos tras sí,” y, “También habrá falsos maestros entre ustedes. Estos mismos introducirán calladamente sectas destructivas y hasta repudiarán al mismo dueño que los compró [Cristo].” (Hech. 20:29, 30; 2 Ped. 2:1, NM) En evidencia de que esto sucedió, El reino de Dios en América dice que la religión de la actualidad “representa no tanto el impacto del evangelio sobre el Nuevo Mundo como el uso y adaptación del evangelio por la nueva sociedad para sus propios propósitos”.
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