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Considerando cómo hacer la selección correctaEscogiendo el mejor modo de vivir
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sus actividades o arrebatándole a uno de sus amados.—Isaías 25:6-8; 65:17.
17. ¿Por qué carece de verdadero significado la vida de los que no dan cabida en ella al Creador?
17 Ponga esto en contraste con lo que tienen las personas que, aunque no sean gente corrupta en sentido moral, no dan cabida en su existencia al Creador. Quizás tengan la honra y las posesiones materiales que desean; tal vez les comunique cierta medida de satisfacción el ayudar al necesitado y disfrutar de actividades culturales y placeres sanos. No obstante, tienen que admitir el hecho ineludible de que en este mundo nada tiene verdadera permanencia. Nadie es inmune a los accidentes, las enfermedades o la muerte. Las posesiones no nos protegen de estas cosas, y tampoco podemos llevárnoslas con nosotros cuando la vida termina. (Salmo 49:6-20; Eclesiastés 5:13-15; 8:8) Los esfuerzos bien intencionados por ayudar al prójimo pueden verse frustrados debido a circunstancias desfavorables. Así es que bien pudiera preguntarse: ¿Cuán significativa puede ser una vida si el único futuro definitivo que ofrece es la sepultura? ¿Cómo puede ser buena esa vida si en realidad obra contra el futuro eterno de la persona?—Compare con Eclesiastés 1:11, 15, 18; 2:10, 11; 9:11, 12.
UN TIEMPO PARA DECIDIR
18. (a) ¿Por qué no debemos dilatar en hacer la selección correcta respecto a nuestra vida? (b) ¿Qué semejanza hay entre nuestra posición y la del patriarca Noé?
18 Especialmente debido a que ha de venir un día de ajuste de cuentas, es imperioso que la gente de todas partes escoja un modo de vivir que resulte en recompensas, no en condenación. Es urgente que hagamos esa selección. No sabemos lo que el mañana pueda traer. Además, la venida de Jesucristo a extender su dominio real sobre toda la Tierra se está acercando cada vez más. La posición de la humanidad es parecida a la del patriarca Noé en los días de antes del diluvio global. Él podía escoger entre dos cosas: (1) adoptar los caminos desaforados de sus contemporáneos, o (2) someterse a la voluntad de Dios. Felizmente, Noé hizo la selección correcta. Construyó un arca y, con siete miembros de su familia, entró en ella de acuerdo con la dirección divina. Aquellos ocho miembros de la familia humana sobrevivieron el diluvio, y a eso se debe que estemos vivos hoy día.—1 Pedro 3:20.
19. ¿Qué revela 1 Pedro 3:21, 22 acerca de la salvación?
19 Semejantemente, para nosotros, uno de los requisitos que tenemos que satisfacer para obtener vida eterna es entrar en el compromiso de servir a Jehová Dios como discípulos de Jesucristo. Tal como no hubo salvación fuera del arca, no hay salvación para nosotros aparte de la provisión de Dios por medio de su Hijo, Jesucristo. Después de aludir a la liberación que experimentaron los ocho seres humanos en el arca, el apóstol cristiano Pedro escribió:
“Lo que corresponde a esto ahora también los está salvando a ustedes, a saber, el bautismo, (no el desechar la suciedad de la carne, sino la solicitud hecha a Dios para una buena conciencia,) mediante la resurrección de Jesucristo. Él está a la diestra de Dios, porque siguió su camino al cielo; y ángeles y autoridades y poderes fueron sujetados a él.”—1 Pedro 3:21, 22.
20. ¿Qué muestra que no basta con bautizarse en agua para obtener la vida eterna?
20 La salvación no se obtiene por solamente bautizarse en agua. Aunque el agua puede lavar la suciedad o la inmundicia, “el desechar la suciedad de la carne” por medio de algún solemne lavado externo no es lo que salva. Note que Pedro dijo que la salvación es “mediante la resurrección de Jesucristo.” Por lo tanto, el individuo que se bautiza tiene que reconocer que la vida eterna solo es posible debido a que el Hijo de Dios murió una muerte en sacrificio, fue resucitado al tercer día y finalmente fue ensalzado a la diestra de Dios.—Romanos 10:9, 10.
21. ¿Cómo se obtiene una “buena conciencia”?
21 Además, el apóstol Pedro dio énfasis a la “solicitud hecha a Dios para una buena conciencia.” Para que el que desea bautizarse llegue a poseer esa buena conciencia, primero tiene que arrepentirse de los males que ha cometido en el pasado, ejercer fe en la provisión de Dios para la vida eterna, volverse del mal proceder y dedicarse o comprometerse cabalmente a hacer la voluntad divina. El bautismo es el símbolo público de esta resolución interior. Después de seguir llevando a cabo lo que Dios requiere ahora, el discípulo bautizado llega a poseer una buena conciencia. Mientras mantenga esa buena conciencia permanece en condición de salvo. El juicio adverso de Dios no se expresa contra él.—Compare con Hechos 2:38-40; 3:19; 10:34-48.
22. ¿Cómo podemos beneficiarnos de las dos cartas inspiradas del apóstol Pedro?
22 Mientras más rápidamente escoja la gente este modo superior de vivir, este camino en la existencia, más pronto comenzará a segar los beneficios que provienen de él. Una vez que hayamos decidido amoldarnos a la voluntad de Dios y someternos al bautismo en agua en símbolo de nuestro compromiso o dedicación, ciertamente querremos adherirnos fielmente a esa decisión. Pero, ¿qué nos ayudará a persistir en nuestra selección de ir en pos de este modo de vivir? ¿Cómo podemos resistir las influencias que pudieran resultar en que perdiéramos las bendiciones presentes y futuras que están asociadas con el ser discípulos genuinos del Hijo de Dios? Hace mucho tiempo el apóstol Pedro proveyó por inspiración excelentes respuestas a esas preguntas. Sus dos cartas constituyen la base de lo que se presenta en esta publicación. Se espera que el examen de estas cartas nos estimule a adoptar el mejor modo de vivir como siervos de Dios y a seguir disfrutando de esta línea de conducta en la vida en medida más plena.
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Una ayuda que nos estimula a apegarnos a nuestra decisiónEscogiendo el mejor modo de vivir
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Capítulo 2
Una ayuda que nos estimula a apegarnos a nuestra decisión
1, 2. (a) ¿Cómo ilustró Jesucristo la importancia de que nos apeguemos a nuestra decisión de servir a Dios? (b) ¿Por qué no es prudente desatender el consejo de Jesús?
“NADIE que ha puesto la mano en el arado y mira a las cosas atrás es muy apto para el reino de Dios.” (Lucas 9:62) A fin de arar eficazmente, lograr que los surcos se alineen, el labrador tiene que mantener la vista en un punto fijo al otro extremo del campo. ¡Cuánto más importante es que mantengamos los ojos en nuestra meta en la vida! Entonces los preciosos días y años de nuestra vida manifestarán un patrón compatible con la meta hacia la cual nos dirigimos.
2 Las palabras del Hijo de Dios arriba citadas muestran que, una vez que nos comprometemos a servir a nuestro Creador debemos estar determinados a apegarnos a esa decisión, venga lo que venga. El mundo quizás ofrezca lo que parece ser un proceder más atrayente... la búsqueda de placeres, popularidad o posesiones materiales. Pero el mirar atrás con anhelo a cualquiera de estas cosas —peor, el dejar que se conviertan en el foco de nuestra vida— pudiera significar la pérdida del premio que buscamos. Podría resultar en una vida desperdiciada.
3. ¿Cuál es uno de los objetivos fundamentales de nuestra fe?
3 “Mejor es el fin de un asunto posteriormente que su principio,” dice Eclesiastés 7:8. Por eso, aunque es esencial empezar en el proceder que hemos escogido, el fin es lo que verdaderamente cuenta. A eso se debe que la Palabra de Dios dé tanto énfasis a desplegar fidelidad hasta el fin. (Mateo 24:13) Nuestra fe tiene por objetivo, propósito o meta fundamental, el conseguir la salvación o la vida eterna.—1 Pedro 1:9.
4. (a) Para permanecer fieles, ¿qué punto de vista es importante que tengamos acerca de la salvación? (b) ¿Qué nos dice 1 Pedro 1:10-12 acerca del interés que desplegaron los profetas en el arreglo divino para la salvación?
4 ¿Qué puede ayudarnos a perseverar como discípulos leales del Hijo de Dios? Entre otras cosas, tenemos que ver claramente, sentir profundamente, el precioso valor de la salvación que buscamos. Las palabras inspiradas del apóstol Pedro, un asociado allegado de Jesucristo, pueden sernos sumamente útiles a este respecto. Su amonestación puede ayudarnos a ver que nuestra salvación final es algo por lo cual debemos aguantar con gusto toda la presión de la oposición, prescindiendo de cuán severa sea. Es algo por lo cual debemos estar dispuestos a trabajar, a sacrificarnos, sí, a morir si fuera preciso. (Lucas 14:26-33) En 1 Pedro 1:10-12, el apóstol escribe:
“Respecto de esta misma salvación los profetas que profetizaron acerca de la bondad inmerecida propuesta para ustedes hicieron una indagación diligente y una búsqueda cuidadosa. Siguieron investigando qué época en particular o qué suerte de época indicaba respecto de Cristo el espíritu que había en ellos cuando de antemano daba testimonio acerca de los sufrimientos para Cristo y acerca de las glorias que habían de seguir a éstos. A ellos les fue revelado que, no a sí mismos, sino a ustedes, servían ellos las cosas que ahora han sido anunciadas a ustedes por medio de los que les han declarado las buenas nuevas con espíritu santo enviado desde el cielo.”
ASUNTO DE INTENSO INTERÉS PARA LOS PROFETAS
5. ¿Qué predijeron los profetas acerca de los sufrimientos del Mesías?
5 Siglos antes de los días de Jesús en la Tierra, por inspiración los profetas hebreos predijeron el sufrimiento que le sobrevendría al prometido Mesías o Cristo. La profecía de Daniel especificó el tiempo de la llegada del Cristo e indicó que sería cortado en muerte después de un ministerio de tres años y medio. (Daniel 9:24-27) De la profecía de Isaías aprendemos que el Mesías sería rechazado y llegaría a ser una piedra de tropiezo. (Isaías 8:14, 15; 28:16; 53:3) Esa profecía también mostró que él llevaría las enfermedades del pueblo y sería enjuiciado y condenado, pero que permanecería callado ante sus acusadores, que escupirían contra él, se le contaría entre los pecadores, lo atravesarían, que él moriría en sacrificio y se llevaría los pecados a fin de abrir el camino para que muchos obtuvieran una posición de justos ante Dios. (Isaías 50:6; 53:4-12) La profecía de Zacarías señaló que el Mesías sería traicionado por 30 piezas de plata. (Zacarías 11:12) Y el profeta Miqueas predijo que a Cristo, el “juez de Israel,” lo golpearían en la mejilla.—Miqueas 5:1.
6. ¿Qué detalles acerca de los sufrimientos del Mesías se exponen en los Salmos?
6 Entre las declaraciones de los Salmos que aplican a Jesucristo están las siguientes: Sería traicionado por un asociado íntimo. (Salmo 41:9) Los gobernantes, apoyados por sus súbditos, se alinearían contra él. (Salmo 2:1, 2) Los edificadores religiosos judíos lo rechazarían. (Salmo 118:22) Testigos falsos testificarían contra el Mesías. (Salmo 27:12) Al llegar al lugar de ejecución, le ofrecerían una bebida estupefaciente. (Salmo 69:21a) Los que lo clavaran al madero ‘acometerían sus manos y sus pies’ como bestias salvajes. (Salmo 22:16) Echarían suertes sobre sus prendas de vestir. (Salmo 22:18) Sus enemigos se burlarían de él con las palabras: “Se encomendó a Jehová. ¡Que Él le provea escape! ¡Líbrelo, ya que se ha deleitado en él!” (Salmo 22:8) Debido a la intensa sed, pediría algo de beber y le ofrecerían vino amargo. (Salmo 22:15; 69:21b) Precisamente antes de su muerte, clamaría: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has dejado?”—Salmo 22:1.
7. ¿Qué revelan las profecías acerca de “las glorias que habían de seguir” a los sufrimientos de Cristo?
7 Tal como Pedro señala, los profetas también hablaron por inspiración acerca de las ‘glorias que seguirían’ al sufrimiento del Mesías. Por el poder majestuoso de Dios, este Hijo fiel sería levantado de entre los muertos. (Salmo 16:8-10) Al ascender al cielo, se sentaría a la diestra de Dios, donde esperaría hasta que sus enemigos fueran colocados como banquillo para sus pies. (Salmo 110:1) Ocuparía la posición de sacerdote eterno a la manera de Melquisedec. (Salmo 110:4) Su Padre, el “Anciano de Días,” le otorgaría autoridad de rey. (Daniel 7:13, 14) Por fin vendría el tiempo en que el ungido de Dios haría añicos a todas las naciones que estuvieran opuestas a su gobernación. (Salmo 2:9) Entonces ejercería dominio sobre toda la Tierra.—Salmo 72:7, 8; Zacarías 9:9, 10.
8. ¿Cómo mostraron los profetas interés intenso en lo que escribieron? ¿y por qué lo mostraron?
8 Sí, las profecías proveyeron espléndidos vislumbres del papel del Mesías en el arreglo divino que salvaría o liberaría del pecado y la muerte. Su fidelidad bajo sufrimiento, su muerte, resurrección y ascensión al cielo como gloriosa persona de espíritu... se necesitaban todas estas cosas a fin de que los individuos recibieran la predicha “bondad inmerecida,” incluso el perdón de pecados y la reconciliación total con Jehová Dios como hijos de él. Los profetas mismos no podían entender de lleno de qué manera vendría la salvación por medio del Mesías. No obstante, como muestra el apóstol Pedro, estaban intensamente interesados en las cosas que habían registrado. Diligentemente examinaban las palabras proféticas, y estudiaban repetidas veces sus propias profecías a fin de descubrir el significado de lo que habían escrito por inspiración. Puesto que reconocían que había maravillosas verdades incorporadas en las revelaciones que habían recibido, los profetas usaron sus facultades mentales a grado cabal en un esfuerzo por obtener el mayor beneficio de las predicciones que Dios había dado. Se esforzaron así a pesar de que no sería sino hasta la llegada del Mesías que habría individuos que podrían recibir las predichas bondades inmerecidas. Sin embargo, lo que los profetas entendieron fue suficiente para sostenerlos y también los incitó a desear un conocimiento aún más extenso. Estaban especialmente interesados en saber acerca de las condiciones que existirían al tiempo en que se presentaría el Mesías, sí, en qué “suerte de época” padecería el sufrimiento predicho y entonces sería ensalzado.
9. ¿Quiénes se beneficiaron especialmente de las profecías acerca del Mesías?
9 Como lo hizo claro Pedro, los profetas hebreos llegaron a entender que las profecías mesiánicas no se habían registrado principalmente para provecho de ellos, sino para beneficio de los que realmente estuvieran viviendo cuando apareciera el Mesías. (1 Pedro 1:12) Respecto a las revelaciones que había recibido, el profeta Daniel admitió: “Oí, pero no pude entender.” (Daniel 12:8) Sin embargo, las personas que aceptaron las “buenas nuevas” que se proclamaron en el primer siglo E.C. fueron las que se beneficiaron plenamente de las palabras inspiradas acerca de la primera venida del Mesías. Era a ellas a quienes los profetas en realidad servían.—Mateo 13:16, 17.
10. ¿Cómo debería afectarnos el interés que los profetas hebreos mostraron en la salvación, y por qué?
10 ¿Cómo, pues, debería afectarnos el saber acerca del interés intenso de los profetas? Debería hacer que nos examináramos para ver si tenemos el mismo interés profundo acerca de la salvación. ¿Es el permanecer en la condición de siervos aprobados de Jehová Dios y Jesucristo el objetivo principal de nuestra vida? ¿Tiene este asunto verdadera intensidad en nuestra mente? Ciertamente tenemos buena razón para estar totalmente absortos en nuestros esfuerzos por probar que somos discípulos leales del Hijo de Dios. El Mesías vino hace siglos. Su muerte en sacrificio proveyó la base misma para la salvación e hizo seguro el cumplimiento de todas las promesas de Dios sin excepción. (2 Corintios 1:20) El transcurso del tiempo de ningún modo debilita la certeza del cumplimiento de las promesas divinas. Más bien, confirma que el deseo de Dios es que se salve el mayor número posible de personas. (1 Timoteo 2:3, 4; 2 Pedro 3:9) Así, con confianza, podemos tener el anhelo de heredar las bendiciones que el Altísimo tiene reservadas para las personas fieles.
POR QUÉ SE INTERESAN LOS ÁNGELES
11. Según 1 Pedro 1:12, ¿cuán intenso es el interés de los ángeles en el arreglo divino para la salvación?
11 El ejemplo de los ángeles también debe animarnos a hacer lo sumo posible para permanecer en el favor de Dios. Aunque no necesitan personalmente el arreglo divino para la salvación, los ángeles fieles realmente se interesan en el desarrollo del magnífico propósito de Dios para la humanidad. El apóstol Pedro escribió: “En estas mismas cosas [las cosas que ocuparon la atención de los profetas hebreos] los ángeles desean mirar con cuidado.” (1 Pedro 1:12) Sí, antes de la venida de Jesucristo a esta Tierra, los ángeles deseaban saber más acerca de los sufrimientos de Cristo, las “glorias que habían de seguir a éstos” y el impacto que las “buenas nuevas” tendrían en el género humano. El apóstol Pedro podía decir de ellos que ‘deseaban mirar con cuidado’ en estos asuntos. En el griego original, la expresión “mirar con cuidado” sugiere un inclinarse hacia adelante con la mira de escudriñar un objeto más de cerca. Pero, ¿por qué se interesaban tanto los ángeles en hacer un examen cuidadoso de la revelación que Jehová Dios había dado acerca de la salvación? Como personas de espíritu perfectas, ¿por qué deberían estar particularmente interesados en las provisiones que se hacían para seres humanos pecaminosos, terrenales?
12, 13. ¿Cómo pudiéramos explicar el gran interés de los ángeles en la salvación de la humanidad?
12 Puesto que los ángeles no son omnisapientes, sin duda aumentan su conocimiento por medio de considerar estudiosamente los tratos y revelaciones de Dios. El arreglo para la redención de la raza humana verdaderamente suministra un ejemplo maravilloso del amor, justicia, misericordia y sabiduría de Jehová. Por lo tanto, al ocuparse en obtener mayor entendimiento del arreglo que Jehová instituye para salvar a la humanidad pecaminosa, los ángeles llegarían a apreciar aún más a su Padre celestial. Aprenderían cosas acerca de Su personalidad y caminos que no se podrían discernir del estudio o examen de ninguna otra cosa que sucediera en el universo.—Compare con Efesios 3:8-10.
13 Además, los ángeles le tienen “cariño” a la raza humana. (Compare con Proverbios 8:22-31.) Desean ver a la humanidad reconciliada con Jehová, el Padre celestial. Por eso Jesús pudo decir: “Surge gozo entre los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.”—Lucas 15:10.
14. (a) ¿Qué debería ayudarnos a hacer la actitud que despliegan los ángeles con relación a nuestra salvación? (b) ¿Qué consejo del apóstol Pedro debemos tener presente a fin de seguir siendo siervos fieles de Dios?
14 Sí, millones de ángeles se regocijaron cuando nosotros mismos nos arrepentimos. Están sumamente interesados en vernos mantener fidelidad hasta el mismo fin. De hecho, nos están dando ‘ánimo.’ No vayamos a dejar que se opaque la visión que tenemos de la gran hueste celestial que se interesa profunda y afectuosamente en nosotros. De seguro queremos que su gozo respecto a nosotros continúe. Esto exige que prestemos atención a la amonestación de Pedro: “Por lo tanto fortifiquen su mente para actividad, mantengan su juicio completamente; pongan su esperanza resueltamente en la bondad inmerecida que ha de ser traída a ustedes al tiempo de la revelación de Jesucristo.”—1 Pedro 1:13.
FORTIFICANDO NUESTRA MENTE PARA ACTIVIDAD
15. ¿Qué debemos de entender que significa la amonestación de Pedro de ‘fortificar nuestra mente para actividad’?
15 ¿Qué significa el que ‘fortifiquemos la mente para actividad’? Una traducción literal de las palabras del apóstol Pedro sería: “Ciñan los lomos de su mente.” En los días del apóstol, los hombres usaban ropas largas. Al trabajar o participar en actividad vigorosa como el correr, el hombre tenía que recoger su prenda de vestir entre las piernas y sujetarla seguramente por medio de una faja o cinto. ‘Ceñirse los lomos’ significaba estar preparados para actividad. El que nosotros nos ‘ciñéramos los lomos de la mente’ significaría, por lo tanto, tener nuestras facultades mentales en estado de preparación a fin de cumplir con nuestras obligaciones cristianas y poder aguantar bajo cualquier prueba que nos sobreviniera.
16. ¿Cómo podemos mostrar que estamos ‘manteniendo nuestro juicio completamente’?
16 Con nuestros poderes mentales en estado de preparación para continuar rindiendo servicio fiel a Dios, ciertamente estaríamos ‘manteniendo nuestro juicio completamente.’ Seríamos equilibrados en nuestro modo de pensar, y podríamos evaluar apropiadamente los asuntos. Nuestra vida mostraría que tenemos nuestras facultades bajo control y que no estamos cediendo a las atracciones de un mundo que está alejado de Jehová Dios. (1 Juan 2:16) Lo principal en nuestra vida sería hacer lo que es agradable a la vista de nuestro Padre celestial y de su Hijo.
17. (a) ¿Cuál es la “bondad inmerecida” que será traída a los creyentes? (b) ¿Cómo ‘ponemos nuestra esperanza resueltamente en la bondad inmerecida que nos será traída al tiempo de la revelación de Jesucristo’?
17 A fin de ‘fortificar la mente para actividad y mantener nuestro juicio completamente,’ tenemos que ‘poner nuestra esperanza resueltamente en la bondad inmerecida que nos ha de ser traída al tiempo de la revelación de Jesucristo.’ Al tiempo en que el Señor Jesucristo viene en gloria, todos los que tienen la esperanza celestial y sean todavía sus discípulos dedicados llegarán a ser partícipes de la inmerecida bondad divina. (1 Corintios 1:4-9) Estos discípulos engendrados por espíritu no son los únicos que experimentarán alivio refrescante del sufrimiento que han aguantado a manos de hombres inicuos; también los cristianos que abrigan la esperanza de un paraíso terrenal serán preservados con vida a través de la “grande tribulación” que sigue a la venida de Cristo y se verán ante la expectativa de vivir en la Tierra para siempre. Ciertamente tenemos buena razón para mantener siempre presente en nuestro pensamiento el cumplimiento de nuestras esperanzas cristianas, y esperar con anhelo recibir el favor divino. Nuestra confianza en el cumplimiento seguro de estas esperanzas nos puede estimular a permanecer leales a nuestro Padre celestial y a su Hijo. Resolvámonos a fijar la vista firmemente en las bendiciones que la venida de Cristo en gloria traerá para sus fieles seguidores.—Mateo 25:31-46.
EL MODO DE PROBAR QUE SOMOS HIJOS OBEDIENTES DE DIOS
18. ¿Cómo mostramos que somos “hijos obedientes”?
18 En armonía con estas esperanzas, nuestra actitud debe ser la de “hijos obedientes.” El apóstol Pedro continuó: “Como hijos obedientes, dejen de amoldarse según los deseos que tuvieron en otro tiempo en su ignorancia.” (1 Pedro 1:14) Como hijos que respetan y aman a su Padre celestial, debemos desear someternos gozosamente a los requisitos de él, reconociendo con aprecio que eso es lo que debemos hacer. Ya no queremos dirigir los asuntos de nuestra vida de la manera en que acostumbrábamos hacerlo antes de llegar a ser discípulos de Jesucristo. Porque ignorábamos los mandamientos de Dios, quizás cedimos a pasiones pecaminosas, y de modo egoísta dimos a nuestra conveniencia el primer lugar, aunque esto perjudicara a otros, o hicimos girar nuestra vida en torno a la adquisición de posesiones materiales, popularidad o autoridad. A buen grado, modelábamos nuestra vida en armonía con las actitudes, palabras y acciones de las personas que nos rodeaban. Actualmente sabemos que tal modo de vivir que pasa por alto a Dios es vacío, sin sentido.
19. Según lo ilustra la ley mosaica, ¿qué se incluye en ser “santo”?
19 Para disfrutar de una vida rica en valor y significado, tenemos que imitar a Jehová Dios, quien es santo, limpio o puro. ¿Se limita nuestra imitación de nuestro Padre celestial a la adoración formal? Note que el apóstol Pedro dice: “De acuerdo con el Santo que los llamó, háganse ustedes mismos santos también en toda su conducta.” (1 Pedro 1:15) Entonces citó de Levítico 19:2, que lee: “Deben resultar santos, porque yo Jehová su Dios soy santo.” (1 Pedro 1:16) Estas palabras de Levítico aparecen en un marco que resume lo que Jehová Dios requería de los israelitas mientras llevaban a cabo tanto su adoración formal como los asuntos normales de su vida diaria. Entre esos requisitos de conducta santa se encuentran: Respeto apropiado a los padres, honradez, mostrar consideración a los sordos, ciegos y otras personas afligidas, no tener inquina, sino amar al prójimo, refrenarse de calumniar y de dar falso testimonio, y hacer justicia. (Levítico 19:3, 9-18) Realmente, pues, no hay aspecto de la vida que esté exento del requisito de ser santo o puro desde el punto de vista de Jehová.
“COMPÓRTENSE CON TEMOR”
20. ¿Qué debemos tener presente acerca del juicio, y cómo debe esto afectar nuestra conducta?
20 Otra poderosa razón para cumplir con nuestra dedicación a Dios se encuentra en las siguientes palabras del apóstol Pedro: “Además, si ustedes invocan al Padre que juzga imparcialmente según la obra de cada cual, compórtense con temor durante el tiempo de su residencia forastera.” (1 Pedro 1:17) Nunca debemos perder de vista el hecho de que nuestro Padre celestial, por medio de su Hijo, nos juzgará. En ese juicio no habrá ejercido influencia la apariencia exterior, sino que será un juicio imparcial, en armonía con lo que realmente somos como personas. (Isaías 11:2-4) Por eso, si reconocemos al Altísimo como nuestro Padre, querremos comportarnos de tal manera que él pueda mirarnos con aprobación y pronunciar un juicio favorable respecto a nosotros. Correctamente continuaríamos siguiendo en la vida una línea de conducta que reflejara un temor saludable y reverencial para con Jehová Dios.
21. ¿Cómo mostramos que consideramos nuestra jornada en este mundo como un tiempo de “residencia forastera”?
21 Además, tenemos que reconocer que el mundo y lo que éste ofrece son cosas temporeras. Debemos considerar que estamos en una “residencia forastera.” Es esencial que tengamos cuidado de no apegarnos a nada de este mundo como si esa cosa fuera a continuar para siempre. Hasta lo que en un tiempo fueron los lujosos palacios de los reyes de Asiria, Babilonia y Persia de la antigüedad ya no proveen un hogar cómodo para nadie; yacen en ruinas. Ninguna obra arquitectónica, ningún producto de la ingeniería y tecnología modernas, o pintura, o escultura, o artículo alguno que el hombre manufacture puede permanecer sin cambiar por toda la eternidad. Cierto, tenemos que vivir en este mundo que está alejado de Dios, y no podemos “emigrar” de él. (1 Corintios 5:9, 10) Pero no queremos sentirnos realmente ‘en nuestro ambiente’ en el presente arreglo de cosas. No, pues estamos esperando algo que es mucho mejor, los venideros “nuevos cielos y una nueva tierra” hechos por Dios. (2 Pedro 3:13) Nuestra jornada en el mundo es un ‘tiempo de residencia forastera,’ y nuestras actitudes, palabras y acciones deben demostrar la realidad de esto.—Compare con Hebreos 11:13-16.
SE PAGÓ UN PRECIO PRECIOSO
22, 23. ¿Por qué debemos sentirnos eternamente agradecidos a Jehová Dios y a Jesucristo?
22 Enfatizando más la importancia de que sigamos siendo siervos santos y devotos de Jehová Dios, el apóstol Pedro escribe: “Porque ustedes saben que no fue con cosas corruptibles, con plata u oro, que fueron librados de su forma de conducta infructuosa recibida por tradición de sus antepasados. Empero, fue con sangre preciosa, como la de un cordero sin tacha e inmaculado, sí, la de Cristo.” (1 Pedro 1:18, 19) Puesto que hemos sido redimidos de la condenación del pecado y la muerte, estamos obligados a Jehová Dios, quien hizo el arreglo para que se nos rescatara. Suponga que se hubiera pagado una gran cantidad de plata u oro para rescatarnos de la muerte. ¿No nos sentiríamos profundamente endeudados con el que hubiera hecho un sacrificio material tan grande a favor de nosotros?
23 ¡Cuánto más, pues, debemos sentirnos endeudados con Jehová Dios y con Jesucristo! El precio de rescate que se pagó fue mucho más valioso que cualquier tesoro material que puede desaparecer por pérdida, robo o destrucción. Vale más que toda la plata y el oro que se halla en la Tierra hoy día. La sangre preciosa del Hijo de Dios, un hombre en el cual no había pecado, es el valioso precio de rescate que se pagó. Es la sangre vital de alguien que tenía derecho a vivir para siempre y, por lo tanto, de alguien que hizo mucho más que dar su vida prematuramente, como lo han hecho otros hombres por lo que consideraban una causa noble. El pago de este precio de rescate también proveyó la base, como dice Pedro, para que fuéramos ‘librados de nuestra forma de conducta infructuosa recibida por tradición de nuestros antepasados.’ ¿Cómo se entiende eso?
24. Antes de llegar a ser discípulos de Jesucristo, ¿cómo pudiera haber sido “infructuosa” nuestra conducta?
24 Cuando aceptamos el hecho de que se nos había rescatado o comprado con la sangre preciosa de Jesucristo, abandonamos el proceder que anteriormente habíamos seguido en la vida. Puesto que carecíamos de conocimiento de Jehová Dios o de sus propósitos, nuestra vida había sido “infructuosa,” vana, vacía, pues giraba exclusivamente en torno a la consecución de cosas que no son permanentes. La manera en que nos comportábamos hasta nos pudo haber perjudicado mental, física y emocionalmente. Además, es posible que nuestros padres y abuelos no hayan estado familiarizados con las Santas Escrituras. Por lo tanto, puede que las normas y principios por los cuales dirigían los asuntos de su vida no hayan estado en armonía con la voluntad divina. Quizás hasta hayan participado en prácticas religiosas que deshonraban a Dios. Así, en cuanto a conducta, puede que ni siquiera la “tradición” que hubiéramos recibido de nuestros antepasados nos hubiera llevado a disfrutar de una vida con propósito.—Compare con Mateo 15:3-9.
25. ¿Cómo pueden las palabras de 1 Pedro 1:10-19 suministrarnos poderoso estímulo para permanecer fieles a Jehová Dios y a nuestro Señor Jesucristo?
25 De seguro las palabras del apóstol Pedro de veras nos estimulan a apegarnos a nuestro compromiso de servir a Jehová Dios como discípulos devotos de Jesucristo. Nunca debemos permitir que se nos borre de la memoria el profundo interés que los profetas hebreos y los ángeles mostraron en las revelaciones divinas que tienen que ver con la salvación. ¡Mantengamos siempre ante nosotros la certeza del juicio de Dios, el cumplimiento de nuestra esperanza al tiempo de la revelación de Jesucristo, la importancia de ser limpios en toda nuestra conducta debido a que la santidad de Jehová lo requiere, y el hecho de que el período que dura nuestra vida en este mundo no es más que un tiempo de residencia forastera! ¡Sobre todo, nunca, sí, nunca perdamos de vista el hecho de que se nos ha rescatado con la preciosa sangre de Jesucristo!
26. ¿Qué contraste existe entre las cosas que este mundo puede ofrecer y lo que ganamos al servir a Jehová?
26 Cuando comparamos las cosas llamativas de este mundo con las bendiciones que trae el servir al Altísimo, las cosas del mundo realmente son basura. (1 Corintios 7:29-31; Filipenses 3:7, 8) Ninguna cantidad de dinero puede comprar una conciencia limpia, una vida llena de significado ahora y un futuro duradero de vida feliz. Pero el servicio fiel a Dios sí trae esas bendiciones. ¡Qué poderosas razones tenemos para hacer de ese servicio nuestro principal interés en la vida!
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Una esperanza con garantía seguraEscogiendo el mejor modo de vivir
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Capítulo 3
Una esperanza con garantía segura
1-3. (a) ¿Por qué no basta con creer en la existencia de Dios para tener la aprobación divina? (b) Según Hebreos 11:6, ¿qué tenemos que crear, y por qué es importante esto?
MUCHAS personas afirman que creen en la existencia de Dios. Pero el vivir de tal modo que obtenga la aprobación divina requiere mucho más que esto. Tenemos que estar firmemente convencidos de que lo que pueda sobrevenirnos a modo de sufrimiento carece de importancia cuando se compara con las magníficas bendiciones que el Dios Todopoderoso otorgará a sus siervos.
2 Por esta razón, tampoco basta con servir a nuestro Creador simplemente por un sentido del deber a causa de que él es nuestro Dador de Vida. Un mero sentido del deber no es lo suficientemente fuerte como para mantenernos fieles en vista de todas las pruebas a las que pudiéramos enfrentarnos... abuso físico y verbal, enfermedad, desilusiones, penalidades económicas. Solo un amor intenso e inquebrantable a nuestro Padre celestial podría hacer eso.
3 A fin de amar a Dios de esta manera, tenemos que creer que él mismo es amoroso, bueno, generoso. La Biblia muestra que dicha fe es absolutamente esencial para los cristianos. Dice: “El que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que viene a ser remunerador de los que le buscan encarecidamente.” (Hebreos 11:6) Todo minimizar de la promesa que Dios ha hecho de bendecir a sus siervos tuerce en realidad el conocimiento que tenemos de él. Puede impedir que reconozcamos a Jehová como un Dios que aprecia profundamente las obras excelentes de su pueblo. (Hebreos 6:10) Por otra parte, nuestra firme convicción de que el Altísimo es un remunerador crea en nosotros una respuesta que brota del agradecimiento y agita en nosotros el deseo de agradarle.
‘RESGUARDADOS PARA SALVACIÓN’
4. ¿Cómo nos ayuda Jehová Dios a conseguir nuestra salvación, y por eso, qué deberíamos estar haciendo?
4 ‘Por supuesto, no nos ganamos la salvación por nuestro servicio a Dios, como por medio de mantener conducta excelente y ayudar a otros espiritual y materialmente. Nuestro Padre celestial mismo ha hecho todas las provisiones para que consigamos vida eterna, y él nos ayuda a hacer su voluntad y a recibir esa bendición. Por lo tanto, la esperanza que Dios nos ha dado nos anima a someternos cabalmente a la dirección divina. El confiar totalmente en Jehová como remunerador nos ayuda a continuar cooperando con él en la obra de hacernos cristianos genuinos, plenamente desarrollados. (Efesios 4:13-15) Es verdad que tal cooperación activa con nuestro Hacedor exige que nos esforcemos por controlar nuestras tendencias pecaminosas. Pero él es Aquel que, por medio de su espíritu, realmente hace posible nuestro crecimiento espiritual. Las siguientes palabras del apóstol Pedro recalcan hermosamente lo que Dios hace para ayudarnos a conseguir el cumplimiento de nuestra esperanza cristiana:
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque según su gran misericordia nos dio un nuevo nacimiento a una esperanza viva mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, a una herencia incorruptible e incontaminada e inmarcesible. Está reservada en los cielos para ustedes, que están resguardados por el poder de Dios mediante la fe para una salvación lista para ser revelada en el último período de tiempo.”—1 Pedro 1:3-5.
5. ¿Por qué tenían los cristianos del primer siglo buena razón para bendecir a Jehová?
5 Los cristianos a quienes fueron dirigidas estas palabras tenían buena razón para bendecir a Jehová Dios, y también para hablar bien de él o alabarlo. Habían sido producidos como hijos del Altísimo por medio de, como si fuera, un segundo nacimiento. (Juan 1:12, 13; 3:5-8) Este “nuevo nacimiento” vino como resultado de la operación del espíritu santo hacia ellos. No fue como resultado de algún mérito especial de parte de ellos que se les constituyó en hijos de Dios. Antes bien, fue debido a la misericordia o compasión divina que se manifestó al perdonárseles sus pecados. Al llegar a ser hijos del Todopoderoso, a aquellos discípulos de Jesucristo también se les hizo herederos.
6. Mencione algunos aspectos que hacen que la esperanza cristiana sea una esperanza “viva.”
6 Como herederos, tenían la esperanza de recibir una herencia. Esa esperanza, como muestra Pedro, es una “esperanza viva.” Está “viva” de muchas maneras. Tal como el mensaje o palabra de Dios es cosa “viva y ejerce poder,” la esperanza es viva y poderosa. (Hebreos 4:12) Esto principalmente se debe a que es una esperanza que ha sido divinamente suministrada por el Dios vivo y eterno, y gira en torno a su Hijo, quien “ya no muere.” El Hijo tiene el poder de una vida indestructible y puede salvar completamente a los que cifran su fe en él. (Jeremías 10:10; Habacuc 1:12; Hebreos 7:16-25; 1 Pedro 1:23) Jesucristo mismo es el “pan vivo” enviado por Dios y “si alguien come de este pan vivirá para siempre.” (Juan 6:50, 51, 57) El Hijo da “agua viva” que en los que la reciben se convierte en una “fuente de agua que brotará para impartir vida eterna.” (Juan 4:10, 14) Así, también, la “esperanza viva” que se suministra como resultado del “nuevo nacimiento” puede llevar adelante a sus poseedores a la realización de su recompensa y de la vida eterna.
7. ¿Cómo afecta la “esperanza viva” a los que la poseen?
7 Esa esperanza tiene vitalidad. Es una fuerza vigorizante, activadora en la vida de las personas que la acarician. Esta esperanza afecta toda la vida de ellas, y se manifiesta en el modo en que usan su vida. Al igual que la fe verdadera, dicha esperanza no puede estar muerta, desprovista de fruto y de actividad que demuestre su existencia. (Santiago 2:14-26) Es una esperanza animosa que nos vivifica y que nos estimula y fortalece por medio de su consuelo y por la inmutable certeza de su cumplimiento.
8. Puesto que es una “esperanza viva,” ¿qué se puede decir en cuanto a si se cumplirá o no?
8 A diferencia, pues, por mucho, de las esperanzas de los individuos que ponen su confianza en hombres imperfectos, moribundos, esta esperanza no es una esperanza muerta que haya de terminar en desilusión por no tener base sólida. No puede dejar de realizarse. La promesa inmutable de Jehová, unida al incomparable poder que él tiene para cumplirla, sirve de fundamento seguro para la esperanza cristiana.—Compare con Isaías 55:10, 11; Hebreos 6:13-20.
9. ¿Qué acontecimiento ha hecho que esta “esperanza viva” sea posible?
9 El apóstol Pedro enlaza esta “esperanza viva” con “la resurrección de Jesucristo de entre los muertos.” Cuando el Hijo de Dios fue colgado en el madero y sus discípulos lo vieron morir, la esperanza de ellos casi murió con él. Pero cuando recibieron prueba de la resurrección de Jesucristo, su esperanza revivió, cobró nueva vida, se ‘prendió’ como fuego y los impulsó a dar testimonio. (Lucas 24:13-34; Hechos 4:20) Debido a que fue levantado a vida de espíritu, el Hijo de Dios pudo presentar el valor de su sacrificio, el precio de redención, al Padre. Si Jesucristo no hubiera sido resucitado, nadie pudiera haber sido redimido del pecado y la muerte. (1 Corintios 15:14-19) Aparte de su resurrección, no hubiera podido haber “esperanza viva.”
10. ¿Por qué pudo Pedro describir la herencia como ‘incorruptible, incontaminada e inmarcesible’?
10 La magnífica herencia que el apóstol Pedro y sus compañeros de creencia esperaban con anhelo es ‘incorruptible, incontaminada e inmarcesible.’ Puesto que es incorruptible, no se le puede destruir ni dañar de modo alguno. No se le puede atribuir contaminación o polución, pues no se puede obtener por medio de ninguna intriga, engaño o ningún otro medio desaforado. Esa maravillosa herencia nunca caerá en manos de hombres sin principios. Además, a diferencia de una flor hermosa que en poco tiempo pierde la belleza y el brillo, jamás en toda la eternidad perderá la herencia su grandeza y atractivo.
11. ¿Por qué está en condición protegida la “herencia”?
11 Según las palabras de Pedro, la herencia prometida está “reservada en los cielos.” Se mantiene segura para los coherederos de Cristo. Allá en los cielos, está más cabalmente protegida y preservada que en la bóveda de cualquier banco, porque los cielos invisibles son el lugar de habitación permanente de Jehová, el Dios eterno. (Salmos 103:19; 115:3, 16; Mateo 5:11, 12) Además, el apóstol Pedro señaló que el Todopoderoso les ayudaría a recibir su herencia. Por medio de su espíritu, el Altísimo ejercería su “poder” hacia ellos, y les ayudaría a permanecer aceptables ante él, al mantener bajo protección sus perspectivas de alcanzar la vida. Como resultado, “en el último período de tiempo” no participarían en recibir los efectos de la sentencia condenatoria que se dicta contra los infieles, sino que se les salvaría para vida eterna.
12. ¿Cómo nos ‘resguardará’ Jehová Dios para la salvación?
12 Al igual que los cristianos del primer siglo, todos los creyentes de hoy día pueden confiar en que Jehová Dios los resguardará para la salvación. Por medio de su espíritu santo, él hizo posible que tuviéramos fe originalmente, y, por ese mismo espíritu, continuará fortaleciendo nuestra fe. Con esta fe podemos pasar con éxito cualquier clase de pruebas. (1 Juan 5:4) ¿No tenemos razones sólidas, pues, para estar agradecidos por lo que Jehová Dios continúa haciendo para ayudarnos a conseguir la vida eterna? Ciertamente, y en especial cuando consideramos que esto no se debe a mérito alguno de parte nuestra, sino a la gran misericordia de Jehová.
LA MUERTE NO PUEDE IMPEDIR LA REALIZACIÓN DE NUESTRA ESPERANZA
13. ¿Qué garantiza que nuestra esperanza cristiana descansa sobre un fundamento sólido?
13 Ni siquiera la muerte puede impedir que veamos el cumplimiento de nuestra esperanza cristiana. Lo que nuestro Padre celestial hizo con respecto a su Hijo provee una garantía segura, infalible, de que nuestra esperanza descansa sobre una base firme. El apóstol Pedro escribió:
“Es verdad, él [el Hijo de Dios] fue preconocido antes de la fundación del mundo, pero fue manifestado al fin de los tiempos por causa de ustedes que por medio de él son creyentes en Dios, el que lo levantó de entre los muertos y le dio gloria; para que la fe y esperanza de ustedes sean en Dios.”—1 Pedro 1:20, 21.
14. ¿Cómo fue Jesucristo “preconocido antes de la fundación del mundo” y “manifestado al fin de los tiempos”?
14 Antes que Adán y Eva fundaran el mundo de la humanidad por medio de tener hijos, Jehová Dios determinó que su Hijo unigénito sería quien redimiría a la raza humana de la esclavitud al pecado y la muerte. (Compare con Génesis 3:15; 4:1, 2; Lucas 11:49-51.) Con la venida del Mesías, el sistema judío de cosas, incluso su sacerdocio, sacrificios y servicios del templo, entró en sus últimos días. La llegada del Mesías ciertamente señaló el principio de una nueva época en la historia humana. Por eso el apóstol Pedro dijo que Cristo había sido “manifestado al fin de los tiempos.”
15. ¿Por qué pudo decir Pedro que Jesucristo fue manifestado “por causa de ustedes que por medio de él son creyentes en Dios”?
15 Pero, ¿por qué dijo el apóstol que el Hijo de Dios fue manifestado “por causa de ustedes que por medio de él son creyentes en Dios”? Antes que Jesús viniera a la Tierra, nadie podía aprovecharse de la obra redentora que él efectuaría. Solo en el primer siglo podrían los creyentes empezar a hacerlo. Por medio de ejercer fe en el Cristo, estos creyentes también estaban poniendo fe en el Padre, Aquel que había enviado al Hijo a la Tierra. (Juan 17:21) Además, como declaró Pedro, lo que Jehová Dios hizo por su Hijo —al resucitarlo y darle “gloria” por medio de ensalzarlo a su propia diestra— nos provee razón sólida para poner nuestra fe y esperanza en el Todopoderoso. ¿Por qué se dice esto?
16. ¿De qué es garantía la resurrección de Jesucristo?
16 Tal como el Altísimo levantó a su Hijo, también puede resucitar a otros siervos suyos. Puesto que Jesucristo fue levantado a vida celestial con inmortalidad, sus discípulos del primer siglo podían estar seguros de que ellos, también, participarían con él en gloria celestial. La resurrección del Hijo de Dios subsiste como garantía inmutable de que los seres humanos que están durmiendo en la muerte serán levantados a la vida.—1 Corintios 15:12-22.
17. ¿Hasta qué grado está corroborada la resurrección de Jesucristo?
17 Por eso la realidad de la resurrección de Jesús tenía que ser bien corroborada, y lo fue. Hubo más de 500 discípulos que vieron al Hijo de Dios después de su resurrección. (1 Corintios 15:6) Estos testigos oculares sabían que los enemigos de Dios podían quitarles la libertad y hasta matarlos si presentaban testimonio respecto a este magnífico milagro. No obstante, los fieles discípulos de Jesucristo dieron testimonio de este hecho con todo denuedo. (Compare con Hechos 4:1-3; 7:52-60.) Tal fe intrépida solo fue posible porque tenían prueba sólida de que Jesucristo había sido resucitado.
LA VENIDA DE CRISTO EN GLORIA ES SEGURA
18. ¿Qué indica el apóstol Pedro acerca del “poder y la presencia de nuestro Señor Jesucristo”?
18 Como en el caso de la resurrección de su Hijo, Jehová Dios también se encargó de que se proveyera testimonio claro respecto a la certeza de la venida de Cristo “con poder y gran gloria.” (Mateo 24:30; Revelación 1:7) El apóstol Pedro dijo:
“No, no fue siguiendo cuentos falsos artificiosamente tramados que les hicimos conocer el poder y la presencia de nuestro Señor Jesucristo, sino por haber llegado a ser testigos oculares de su magnificencia. Porque él recibió de Dios el Padre honra y gloria, cuando palabras como éstas fueron dirigidas a él por la magnífica gloria: ‘Éste es mi hijo, mi amado, a quien yo mismo he aprobado.’ Sí, estas palabras las oímos dirigidas desde el cielo mientras estábamos con él en la santa montaña.” (2 Pedro 1:16-18)
¿A qué suceso aludía Pedro aquí?
19. ¿Cuándo y cómo llegaron Pedro, Santiago y Juan a ser testigos oculares de la magnificencia de Cristo?
19 A la transfiguración del Señor Jesucristo. Algún tiempo después de la Pascua de 32 E.C., el Hijo de Dios dijo a sus discípulos: “En verdad les digo que hay algunos de los que están en pie aquí que de ningún modo gustarán la muerte hasta que primero vean al Hijo del hombre viniendo en su reino.” (Mateo 16:28) En cuestión de días, esas palabras de Jesús se cumplieron. Llevando consigo a los apóstoles Pedro, Santiago y Juan, el Hijo de Dios subió a una alta montaña, probablemente Hermón. En algún ramal corto de esta montaña sucedió lo siguiente: “[Jesús] fue transfigurado delante de ellos, y su rostro resplandeció como el sol, y sus prendas exteriores de vestir se hicieron esplendorosas como la luz.” Así, a los tres apóstoles se les confirmó que la venida de Jesús en el poder del Reino ciertamente sería gloriosa. Entonces se formó una “nube brillante” y de ella salió una voz que dijo: “Éste es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado; escúchenle.”—Mateo 17:1-5.
20. ¿Por qué tiene una base sólida la fe en el regreso de Jesús en el poder del reino?
20 La fe en la llegada de Jesús en el poder del Reino, por lo tanto, no estaba basada en cuentos falsos que se hubieran originado entre los hombres. No había nada de tramposo ni engañoso envuelto en tratar de persuadir a otros a aceptar la creencia de que el Hijo de Dios regresaría “con poder y gran gloria.” Pedro, Santiago y Juan vieron a Jesucristo glorificado ante sus propios ojos, y oyeron la propia voz de Dios que procedía de la nube brillante o de la “magnífica gloria.” Esta voz reconoció a Jesús como el Hijo amado. Este reconocimiento y el aspecto brillante que entonces le fue concedido en verdad le otorgaron honra y gloria a Jesús. Debido a esta magnífica revelación divina de parte de Jehová, Pedro correctamente se refirió a la montaña en que se efectuó la transfiguración como “la santa montaña.”
21. ¿Qué significado o importancia tiene para nosotros la visión de la transfiguración?
21 ¿Qué significación debe tener esta transfiguración para los creyentes? Pedro responde: “Por consiguiente tenemos la palabra profética hecha más segura; y ustedes hacen bien en prestarle atención como a una lámpara que resplandece en un lugar oscuro, hasta que amanezca el día y el lucero se levante, en sus corazones.” (2 Pedro 1:19) Sí, la visión de la transfiguración verifica la palabra profética acerca de la venida del Señor Jesucristo en el poder del Reino. Esta visión suministró un vistazo de antemano de su regia gloria. Por supuesto, sin poder o autoridad no puede haber gloria, magnificencia ni dignidad reales. Por lo tanto, la transfiguración también sirvió para establecer la certeza de la venida de Jesús en poder.
22, 23. (a) ¿Cómo mostramos que estamos ‘haciendo bien’ en prestar atención a la palabra profética? (b) ¿De qué manera es esa palabra como una lámpara?
22 Nosotros hoy día ‘hacemos bien’ en poner atención a la palabra profética, pues nada podría favorecernos más vitalmente en cuanto a nuestra perspectiva de alcanzar la vida, nada podría resultar en beneficios más grandes o duraderos. La gente puede leer ávidamente las noticias mundiales, examinar las predicciones de expertos en política, economía y ciencia, y, a fin de cuentas, hallar que no ha logrado nada. Pero la brillante luz que sale de la palabra profética nunca nos llevará por un camino sin salida, ni nos dejará en un confuso laberinto de postes indicadores y direcciones en conflicto. Así, esta palabra profética merece un lugar importante en nuestro estudio y meditación. Somos prudentes cuando aprovechamos todas las oportunidades para reunirnos con compañeros de creencia cuando se considera la “palabra.” Pero el que ‘prestemos atención’ envuelve más que leer con cuidado o escuchar con respeto. Significa actuar en armonía con la palabra profética, dejando que ésta influya en nuestra conducta, en el modo en que usamos nuestro tiempo, energía y haberes. (Compare con Santiago 1:22-27) Sí, correctamente reconocemos la utilidad genuina y práctica de la palabra profética en nuestra vida diaria y no la consideramos meramente como algo a lo cual damos consideración durante períodos de adoración formal.
23 En armonía con la recomendación de Pedro, debemos dejar que la palabra profética nos sirva como lámpara que brilla en un lugar oscuro e ilumina nuestros corazones. Si le ‘prestamos atención’ por medio de permitir que nos guíe en todos los asuntos de la vida, nos conducirá con seguridad hasta ese gran día en que el “lucero,” el Señor Jesucristo, se revele en toda su magnífica gloria. (Compare con Revelación 22:16.) La revelación del Hijo de Dios significará destrucción para los infieles y la concesión de magníficas bendiciones sobre sus discípulos devotos. (2 Tesalonicenses 1:6-10) De seguro la esperanza que está enlazada al cumplimiento de la palabra profética debe estimularnos a hacer lo sumo posible para ser hallados en una posición aprobada ante nuestro Señor al tiempo de su revelación.—Lucas 21:34-36.
24. ¿Por qué podemos confiar en la entera palabra profética que se halla en la Biblia?
24 De hecho, tenemos que dar seria consideración a la entera palabra profética que se halla en las Santas Escrituras y permitirle que guíe nuestra vida. La naturaleza misma de la palabra profética, el modo en que llegó a ser escrita, debe llenarnos de confianza respecto al futuro. Los profetas de Jehová no evaluaron ciertas tendencias en los asuntos humanos para entonces hacer predicciones basadas en su interpretación personal de estos desenvolvimientos. Las profecías no fueron las conclusiones a las cuales los profetas mismos llegaron después de hacer un análisis cuidadoso de las condiciones que existían en aquel entonces. No, el espíritu santo estimuló la mente de los profetas y ellos se sintieron impulsados a expresar el mensaje de Dios. El apóstol Pedro continuó diciendo: “Ustedes saben esto primero, que ninguna profecía de la Escritura proviene de interpretación privada alguna. Porque la profecía no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo.” (2 Pedro 1:20, 21) Debido a que la profecía verdadera no trae su origen de humanos propensos a errar, sino de nuestro Creador omnisciente, sabemos que todas las profecías que se exponen en la Palabra de Dios se cumplirán.
25. ¿Qué podemos decir acerca de la certeza de nuestra esperanza cristiana?
25 La esperanza cristiana ciertamente descansa sobre prueba sólida. El testimonio confiable de testigos oculares confirma que seres humanos que están durmiendo en la muerte serán levantados a la vida y que Jesucristo manifestará su gloria y poder. Magnífico será ese día en que nuestro Señor tome acción en contra de todos los que rehúsan servir al Creador, y libre a sus fieles seguidores de todo sufrimiento e introduzca un nuevo orden justo en el cual no habrá enfermedades, dolor ni muerte.—Revelación 21:4, 5.
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Alimento que es esencial para vida eternaEscogiendo el mejor modo de vivir
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Capítulo 4
Alimento que es esencial para vida eterna
1. ¿Por qué son como miel las cosas que se declaran en la Palabra de Dios?
A LA persona hambrienta, famélica, hasta un poco de miel le puede renovar las fuerzas, y puede hacer que le brillen los ojos. Se dice con toda razón de las cosas que se declaran en la Palabra de Dios que “más dulces son que la miel y la miel que fluye de los panales.” Eso se debe a los tremendos beneficios que las pautas divinas traen a la vida de los que las reciben con aprecio. (1 Samuel 14:27; Salmo 19:9-11; 119:103) Para los que obtienen la sabiduría que se expone en la Palabra inspirada, “existe un futuro, y [su] propia esperanza no será cortada.”—Proverbios 24:13, 14.
2. A fin de que el espíritu de Dios logre lo bueno dentro de nosotros, ¿qué tenemos que hacer?
2 Tenemos la promesa de Dios de que, por medio de su espíritu, él ‘resguardará a sus siervos para vida eterna.’ (1 Pedro 1:5) Esto ciertamente es animador. Pero nos equivocamos si pensamos que esto viene sin que se requiera esfuerzo de parte de los que reciben esta ayuda. El espíritu de Dios puede trabajar para el bien de cualquiera de nosotros solo en proporción con la cooperación que le prestemos, y esa cooperación incluye el alimentarnos de las Escrituras inspiradas. El Hijo de Dios mostró a qué se debe esto.
3. ¿Qué dijo Jesucristo que el espíritu haría para sus discípulos?
3 Al explicar a sus discípulos la manera en que el espíritu de Dios los ayudaría, Jesús dijo: “El ayudante, el espíritu santo, que el Padre enviará en mi nombre, ése les enseñará todas las cosas y les hará recordar todas las cosas que les dije.” (Juan 14:26) Una vez que Jesús regresara a los cielos, el espíritu, en calidad de agente recordativo, traería a la mente de los discípulos los dichos de él y, como maestro, les permitiría entender la aplicación de las cosas que les fueran recordadas.
4. ¿Cómo puede ayudarnos el espíritu de Dios, y cómo recalca esto la importancia de aumentar nuestro conocimiento bíblico?
4 Puesto que Jesucristo nunca nos ha enseñado personalmente a nosotros, nuestra situación difiere de la de los apóstoles. Sin embargo, en la Biblia tenemos preservadas todas las enseñanzas vitales del Hijo de Dios. Así, siempre que es necesario, el espíritu santo puede traer a nuestra memoria puntos de las Escrituras inspiradas y ayudarnos a discernir su aplicación correcta. Puesto que el espíritu de Dios funciona como agente recordativo y maestro, tenemos que cooperar con él por medio de considerar cuidadosamente la Biblia. Si nuestro depósito de conocimiento bíblico es muy limitado, no se nos hace posible obtener el beneficio cabal de la función del espíritu a favor nuestro como agente recordativo y maestro.
5. (a) Para beneficiarnos cabalmente de la operación del espíritu de Dios, ¿por qué es importante desechar las características malas? (b) ¿Qué consejo dio el apóstol Pedro en cuanto a la alimentación espiritual?
5 Además, el espíritu es santo y, por lo tanto, solo ayuda a los que son santos o limpios desde el punto de vista de Jehová. Por eso no basta con meramente leer la Biblia o que alguien nos la lea. También es preciso que haya un deseo sincero de desechar todas las características que estén en conflicto con la norma de Dios sobre limpieza o pureza. Note cómo esto se recalca en las siguientes palabras del apóstol Pedro:
“Desechen toda maldad y todo lo engañoso e hipocresía y envidias y toda suerte de difamación solapada, y, como criaturas recién nacidas, desarrollen el anhelo por la leche no adulterada que pertenece a la palabra, para que por medio de ella crezcan a la salvación, si es que han gustado que el Señor es bondadoso.”—1 Pedro 2:1-3.
6. ¿A quiénes se insta a desarrollar el anhelo por la “leche”?
6 Cuando nos esforzamos diligentemente por hacer la voluntad de Dios, nuestra mente y corazón están preparados para alimentarse de las Escrituras. Pero el desarrollar un excelente apetito espiritual envuelve más. El apóstol insta: “Como criaturas recién nacidas, desarrollen el anhelo por la leche no adulterada que pertenece a la palabra.” (1 Pedro 2:2) La leche satisface totalmente a los recién nacidos. Estos no desean ningún otro alimento. Al igual que esos infantes, los creyentes nuevos necesitan la ‘leche de la palabra’ y deben cultivar un deseo genuino por ella. Entonces, al lograr la madurez cristiana, ciertamente querrían tener un deseo igualmente intenso por el alimento espiritual sólido.—Hebreos 5:12-14.
7. ¿Por qué no podemos esperar tener pleno entendimiento de la Palabra de Dios en pocos años?
7 Sí, prescindiendo de la cantidad de tiempo que haya pasado desde que empezamos a andar en el camino de la verdad, queda todavía mucho más que aprender acerca de nuestro Hacedor y la voluntad de él para nosotros. (Compare con 1 Corintios 13:12.) Puesto que las Escrituras contienen los pensamientos de Jehová, el Dios omnisciente, hasta los ángeles se benefician de las revelaciones que se exponen en ellas. (1 Pedro 1:12) ¿Cómo, pues, puede algún ser humano pensar que le es posible obtener un entendimiento completo de la santa Palabra de Dios en cuestión de pocos años? Así es que sería sumamente inapropiado contentarnos con conocer una porción pequeña de Su Palabra y, de hecho, estar diciendo a nuestro Padre celestial que quisiéramos que no hubiera sido tan generoso con las provisiones espirituales que están contenidas en las Santas Escrituras.
CÓMO CULTIVAR EL APETITO POR EL ALIMENTO ESPIRITUAL
8. ¿Qué móvil debe hacer que en nosotros brote el deseo de obtener mejor entendimiento de las Escrituras?
8 Nuestro amor a Jehová Dios y Jesucristo debe crear en nosotros el deseo de entender tanto como sea posible de la Biblia. Es por medio de las páginas de las Escrituras que se nos ayuda a llegar a conocer mejor a nuestro Padre celestial y a su Hijo, y eso nos acerca más a ellos. Como declaró el apóstol Pedro, ya hemos “gustado que el Señor es bondadoso.” (1 Pedro 2:3) En expresión de su amor, Jesucristo murió por nosotros e hizo posible que tuviéramos una posición limpia ante nuestro Padre celestial. (Juan 15:13; 1 Juan 2:2) El resultado de esto es que podemos acercarnos libremente a Jehová Dios, encomendándole todas nuestras preocupaciones e inquietudes. (Hebreos 10:19-22; 1 Juan 3:19-22) Las bendiciones, guía y ayuda que hemos recibido como discípulos de Jesucristo demuestran ampliamente que nuestro Amo es bondadoso y que nos tiene gran cariño. (Mateo 11:28-30) Si lo que ya hemos gustado o experimentado es tan bueno, ¿no deberíamos desear amoldarnos aún más estrechamente al ejemplo de Jehová Dios y al de su Hijo? (Salmo 34:8) Una consideración cuidadosa y devota de la Biblia nos ayudará a hacer precisamente eso.
9. (a) ¿Qué cosas pueden afectar adversamente el buen apetito espiritual, y a qué se debe esto? (b) ¿Qué podemos hacer para mejorar nuestro apetito espiritual?
9 ¿Qué hay si usted halla que no siente gran anhelo por la “palabra”? Si así es, tome tiempo para pensar con aprecio acerca de lo que Jehová Dios y Jesucristo han hecho a favor de usted. Además, examine para ver si usted ha estropeado su apetito espiritual por haber dado atención indebida a las filosofías, especulaciones y propaganda de un mundo alejado de Dios. Otro enemigo del apetito espiritual es el que uno limite su lectura en gran manera a revistas repletas de ilustraciones o a material que no exija pensamiento y meditación cuidadosos. Es absolutamente necesario reconocer que la Biblia fue escrita para instruir, no para entretener. Aunque las palabras mismas quizás no sean difíciles, las ideas expresadas suelen transmitir una profundidad de significado en la que solo puede penetrarse cuando se toma tiempo para meditar devotamente en lo que se dice.
10. ¿Qué hechos acerca de las ilustraciones de Jesucristo prueban que no basta con dar una lectura casual a las Escrituras para obtener conocimiento exacto?
10 Por ejemplo, las ilustraciones que Jesucristo usó son simples. Pero las verdades vitales que revelan no se pueden descubrir por tan solo una lectura casual de cualquier traducción de la Biblia. Recuerde: judíos que oyeron al Hijo de Dios hablar en la lengua que ellos mismos hablaban no captaron la poderosa profundidad de significado de lo que él enseñó. Aunque personas corrientes entendían las palabras que él usaba, el significado de lo que Jesús dijo permaneció escondido aun de las personas que tenían educación seglar. ¿Por qué? La mayoría de los oyentes de Jesús no tenían humildad ni anhelaban el alimento espiritual. Por lo tanto, no continuaban indagando para obtener verdadero discernimiento.—Mateo 13:13-15.
11. ¿Por qué no deberíamos estar satisfechos con un conocimiento superficial de las Escrituras?
11 Ciertamente nosotros no queremos estar satisfechos con un conocimiento superficial de la Biblia, con tal vez estar familiarizados con las narraciones o “relatos” bíblicos, así como con las doctrinas elementales. Si afirmamos amar a Dios y a Cristo, tenemos que estar dispuestos a dedicar tiempo a la Biblia y esforzarnos por obtener el significado, el sentido y el espíritu de lo que ésta dice y entonces aplicar estas cosas. Ninguna pericia útil se adquiere sin esfuerzo. Por lo tanto, ¿no deberíamos esperar que tuviéramos que hacer un gran esfuerzo con el fin de aumentar nuestro conocimiento de Jehová, la fuente de toda la sabiduría?—Compare con Proverbios 2:1-6; 1 Timoteo 4:13-16.
12. ¿Qué relación tiene nuestra actitud para con el obtener conocimiento exacto con las bendiciones que podemos recibir?
12 Nuestra actitud para con la obtención de un mejor entendimiento de la Palabra de Dios está directamente relacionada con las bendiciones que recibiremos. Puede que el no usar a grado cabal las oportunidades que tenemos para llegar a conocer mejor a Jehová Dios no resulte necesariamente en que perdamos la vida. Pero podría resultar en que fuéramos culpables de no efectuar la voluntad divina en ciertos aspectos, y en que, debido a esto, perdiéramos ciertas bendiciones. En una de sus ilustraciones, Jesús mostró que la ignorancia no escudaría a uno a grado cabal de sufrir pérdida. Al siervo que por no entender la voluntad de su amo hace cosas que merecen azotes se le castiga, pero no tan severamente como al esclavo que, con pleno conocimiento, desobedece deliberadamente. (Lucas 12:47, 48) Por lo tanto, es un asunto serio cuando uno no deja lugar en su vida para el estudio regular de la Palabra de Dios y, como resultado de ello no adelanta como es necesario en la conducta y la actividad cristianas.
13. La Palabra de Dios puede ayudarnos a conseguir ¿qué? y ¿cómo debe esto afectar la manera en que nos alimentamos espiritualmente?
13 La entera Palabra de Dios tiene como propósito ayudarnos a ‘crecer a la salvación,’ es decir, a conseguir nuestra salvación final como discípulos aprobados del Señor Jesucristo. Por lo tanto, si de veras nos interesamos en nuestro bienestar eterno, debemos manifestarlo en nuestro deseo sincero de llegar a conocer mejor a Jehová Dios y a su Hijo por medio de las Escrituras inspiradas.
14. ¿Qué efecto puede tener en nuestro apetito espiritual el interés genuino en el bienestar espiritual de otros?
14 Por supuesto, nuestra propia vida no es lo único que está envuelto en esto. (Compare con 1 Timoteo 4:16.) Como seguidores de Jesucristo, tenemos la comisión de ayudar a otros a hacerse discípulos de él. (Mateo 28:19, 20) ¿Cómo podemos hacer esto cuando nuestro entendimiento bíblico tiene serias deficiencias? ¿Podemos decir en realidad que estamos genuinamente interesados en el bienestar espiritual de otras personas cuando solamente hacemos un esfuerzo limitado por aumentar nuestro caudal del conocimiento mismo que podría ayudarlas? A veces el estímulo que uno necesita para mejorar su apetito espiritual viene cuando comienza a enseñar a otra persona. Con no poca frecuencia sucede que los que aumentan la cantidad de tiempo que dedican a compartir la verdad bíblica con otros ven que su propio deseo de alimento espiritual se intensifica. Por ejemplo, las preguntas que plantean las personas que se interesan en la Biblia pueden proveer el incentivo que uno necesita para escudriñar más profundamente la Palabra de Dios, con el propósito de proveer respuestas satisfacientes.
15. ¿Cómo pueden las personas a las que no se les hace posible leer o las que tienen dificultad al leer beneficiarse del contenido de las Escrituras?
15 ¿Pero qué hay en cuanto a las personas que experimentan seria dificultad al leer o que no pueden leer las Escrituras ellas mismas? Pueden obtener el beneficio de lo que la Biblia contiene por medio de hacer que otras personas se la lean y expliquen. Entonces pueden meditar en la información que oyen y pueden aplicarla en su vida. (Revelación 1:3; Nehemías 8:8) Por supuesto, si el problema se debe a educación seglar limitada, sería prudente el que estas personas se aprovecharan de los arreglos disponibles para aprender a leer o para mejorar su habilidad de leer. Cuando solo algunas porciones de las Escrituras están disponibles en algún lenguaje en particular, una gran responsabilidad recae sobre los que están enseñando a otros y que conocen los lenguajes en los que está disponible la Biblia completa. Al igual que el apóstol Pablo, deben esforzarse por dar a conocer “todo el consejo de Dios.”—Hechos 20:27.
EL EFECTO DE LA PALABRA EN NUESTRA VIDA
16, 17. (a) Según el apóstol Pedro, ¿qué impacto tuvo la Palabra de Dios en los creyentes del primer siglo? (b) ¿Qué muestra que se requería esfuerzo personal para que la “palabra” realmente obrara en los creyentes?
16 El que consideremos devotamente la Palabra de Dios, con toda humildad, puede tener un efecto sano en nuestra vida actual. Esto se pone de manifiesto en lo que el apóstol Pedro escribió a sus compañeros de creencia:
“Ahora que ustedes han purificado sus almas por su obediencia a la verdad con el amor fraternal sin hipocresía como resultado, ámense unos a otros intensamente desde el corazón. Porque se les ha dado un nuevo nacimiento, no de semilla corruptible [semilla que es responsable de la existencia humana, carnal, que está sujeta a la muerte], sino de semilla reproductiva incorruptible, por medio de la palabra del Dios vivo y duradero. Porque ‘toda carne es como hierba, y toda su gloria es como una flor de la hierba; la hierba se marchita, y la flor se cae, pero el dicho de Jehová dura para siempre.’ Pues, éste es el ‘dicho,’ esto que se les ha declarado a ustedes como buenas nuevas.”—1 Pedro 1:22-25.
17 Considere cómo las palabras del apóstol Pedro aplicaron a los cristianos del primer siglo E.C. Cuando aquellos discípulos de Jesucristo absorbieron la verdad de las “buenas nuevas,” se sintieron movidos a hacer un esfuerzo por purificarse, por desechar las prácticas malas. Con la ayuda del espíritu de Dios, obedientemente se amoldaron a lo que la verdad requería de ellos. El resultado de esto fue que comenzaron a manifestar verdadero amor a los que estaban relacionados con ellos en la fe. (Juan 13:34, 35) Sin embargo, esta maravillosa transformación en la vida de ellos no se produjo sin esfuerzo personal. Solo si cedían obedientemente a la influencia de la verdad y del espíritu de Dios se les hacía posible manifestar amor fraternal sin hipocresía. Por esta razón, Pedro podía instarlos respecto a esto, diciendo: “Ámense unos a otros intensamente desde el corazón.” (1 Pedro 1:22) La palabra griega para “intensamente” literalmente significa “extendidamente.” Así, esta manifestación de amor no debe ser estrecha ni estar confinada debido a sospecha, envidia ni celos, sino que debe expresarse de un corazón puro. No es un amor formalista que carezca de afecto genuino, sino un amor que se distingue por sentimiento y afecto intensos. Debido a que el Dios de amor, Jehová, había hecho de tales discípulos cristianos sus hijos al darles un nuevo nacimiento, solo era justo que ellos se aplicaran diligentemente a dar prueba de su calidad de hijos por medio de manifestar amor intenso a sus compañeros de creencia.—1 Juan 3:10, 11.
18. (a) ¿Por qué no son superficiales ni de corta duración los cambios que pueden deberse a que ha habido un amoldarse a la Palabra de Dios? (b) ¿Cómo difiere lo que se logra por medio de la “palabra” y el espíritu de Dios de lo que experimentan los seres humanos pecaminosos?
18 En el caso de todos los discípulos de Jesucristo hoy día, los cambios que pueden deberse a que se han alimentado de “la palabra del Dios vivo y duradero” y a que se han amoldado a ésta no son superficiales ni de corta duración. Esa “palabra” es incorruptible. Por lo tanto, todos los que continúan bajo la influencia de la verdad de las “buenas nuevas” reciben continuamente un efecto beneficioso. Aunque los humanos pecaminosos, al igual que la hierba, pierden su excelente apariencia y mueren, los cambios que efectúan la “palabra” duradera y el espíritu de Dios permanecen.
19. ¿Cuál debería ser nuestro sentir respecto a nuestras necesidades espirituales?
19 Que nosotros, por lo tanto, nunca desatendemos nuestras necesidades espirituales, sino seamos diligentes en llenar de la verdad nuestra mente y corazón. Por medio de nuestro excelente apetito espiritual podemos obtener salud y fuerzas espirituales. Entonces, a medida que humildemente nos sometamos a la influencia de las “buenas nuevas” y del espíritu santo de Dios, demostremos ser fieles discípulos de Jesucristo, y ayudemos a otros a obtener conocimiento exacto de las Escrituras. De ese modo el alimentarnos de la “palabra” duradera nos ayudará a crecer a la salvación, y nos conseguirá un futuro eterno.
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El ejemplo perfecto... CristoEscogiendo el mejor modo de vivir
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Capítulo 5
El ejemplo perfecto... Cristo
1. ¿Qué necesitamos para tener el deseo de imitar a Jesucristo?
PARA sentirnos movidos a seguir a alguien de todo corazón, tenemos que creer que su ejemplo merece ser imitado. Mientras más alta sea la estimación y más grande el afecto que sintamos por esa persona, más intenso será nuestro deseo de ser como ella. Así, el grado al cual copiamos a Jesucristo como nuestro modelo depende en gran manera de lo profundo del amor y aprecio que sintamos por él. ¿Qué pudiera contribuir al crecimiento de nuestro afecto por el Hijo de Dios?
2, 3. (a) ¿Qué muestra que el que lleguemos a conocer a Jesucristo no depende de que lo veamos literalmente? (b) ¿A qué se debe que muchos judíos que realmente vieron al Hijo de Dios no llegaran a tenerle aprecio?
2 Al igual que muchos que se hicieron cristianos después de la muerte de Jesús en el primer siglo, nosotros no hemos visto personalmente al Hijo de Dios. (1 Pedro 1:8) Pero el que no lo hayamos visto con nuestros ojos literales no es una barrera que impida el que lleguemos a amarlo a un grado cada vez mayor. Muchos que en realidad vieron a Jesucristo en la carne no llegaron a conocerlo. Lo juzgaron por lo que les parecía que el Mesías debería ser, y tropezaron. Por ejemplo, personas de su propio territorio dijeron: “¿De dónde consiguió este hombre esta sabiduría y estas obras poderosas? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago y José y Simón y Judas? Y sus hermanas, ¿no están todas con nosotros? ¿Dónde, pues, consiguió este hombre todas estas cosas?”—Mateo 13:54-57.
3 Verdaderamente, los ojos y oídos de los que se expresaron de esta manera falta de fe no les transmitieron información exacta a su mente y corazón. Debido a que lo juzgaron por las apariencias externas, como miembro de la familia de un humilde carpintero, no reconocieron a Jesús como el Mesías prometido, el Hijo de Dios. Confundieron en su mente el significado de los milagros de Jesús. Vieron sus excelentes cualidades, pero las juzgaron mal.
4. ¿Cómo podemos llegar a conocer mejor al Hijo de Dios, y cuáles son algunas de las cosas que podemos aprender de esa fuente?
4 Por otra parte, nosotros podemos llegar a conocer y amar a Jesucristo a un grado mayor por medio de considerar cuidadosa y devotamente lo que las Escrituras nos dicen acerca de él. (Compare con 1 Juan 1:1-4.) La Biblia presenta un cuadro sumamente afectuoso del Hijo de Dios. Aunque era perfecto, Jesucristo nunca fue hipercrítico ni altanero en sus tratos con la dolorida humanidad. (Mateo 9:10-13) Su sabiduría superior no hizo que otros se sintieran ignorantes o incómodos en su presencia, pues era “de genio apacible y humilde de corazón.” (Mateo 11:29) Hasta los niños se sentían cómodos con él. (Mateo 19:13-15) Jesucristo tomó en consideración las limitaciones de sus discípulos y pacientemente repitió las lecciones vitales. (Juan 16:12) Al ver a los enfermos y a los que estaban espiritualmente necesitados, se enterneció y con gusto fue en su ayuda. (Mateo 9:36; Marcos 6:34) Su interés en los pobres se manifiesta en el hecho de que él y los apóstoles tenían un fondo común del cual podían extraer dinero para ayudar a los necesitados. (Juan 12:4-6; 13:29) De buena gana, el Hijo de Dios se gastó a sí mismo plenamente a favor de otros e intrépidamente desenmascaró la hipocresía y el error. (Mateo 23:2-35) Finalmente, en prueba de su gran amor a la humanidad, entregó su vida. (Juan 15:13) ¡Qué espléndido ejemplo de valor, humildad y amor nos dio el Hijo de Dios!
EL MODO EN QUE JEHOVÁ DIOS ESTIMA A SU HIJO
5. ¿Qué importante conocimiento acerca de Jesucristo no se puede obtener con los sentidos físicos de la vista, el oído y el tacto?
5 Además, solo las Escrituras nos enseñan cómo considera Jehová Dios a su Hijo. Tal conocimiento acerca de Jesucristo no podría obtenerse por medio de los sentidos físicos de la vista, el oído y el tacto. Considere, por ejemplo, las palabras del apóstol Pedro a sus compañeros de creencia en cuanto a la honorable posición del Hijo de Dios y los beneficios que se reciben como resultado de acudir a él. El apóstol escribió:
“Viniendo a él como a piedra viva, rechazada, es verdad, por los hombres, pero escogida, preciosa, para con Dios, ustedes mismos también como piedras vivas están siendo edificados en casa espiritual para el propósito de un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptos a Dios por medio de Jesucristo. Porque está contenido en la Escritura: ‘¡Miren! Estoy poniendo en Sión una piedra, escogida, una piedra angular de fundamento, preciosa; y nadie que ejerza fe en ella sufrirá desilusión de manera alguna.’” (1 Pedro 2:4-6)
¿Qué significó esto para los cristianos del primer siglo?
6. (a) ¿Cómo fueron los creyentes del primer siglo al Hijo de Dios “como a piedra viva”? (b) ¿Por qué es apropiado llamar a Jesús una “piedra viva”?
6 Por medio de reconocer a Jesucristo como su Señor y aquel por medio de quien podían conseguir salvación, fueron a él “como a piedra viva.” La expresión “piedra viva” es muy apropiada. Jesucristo no es como una piedra ordinaria, fría, inanimada, de la cual no se puede extraer ninguna sustancia sustentadora de vida. El Hijo de Dios es como la masa de roca de la cual los israelitas recibieron un suministro milagroso de agua en el desierto. Según el inspirado apóstol Pablo, “esa masa de roca significó el Cristo.” Aquella roca fue un símbolo o tipo pictórico del Hijo de Dios. (1 Corintios 10:4) Jesús mismo dijo:
“Si alguien tiene sed, venga a mí y beba.” (Juan 7:37) “A cualquiera que beba del agua que yo le daré de ningún modo le dará sed jamás, sino que el agua que yo le daré se hará en él una fuente de agua que brotará para impartir vida eterna.” (Juan 4:14)
Así, el Hijo de Dios indicó que su enseñanza, si se recibía como agua refrescante, llevaría a la salvación... a vida sin fin. Además, a Jesucristo también se le ha concedido el poder de dar vida. Por lo tanto, al igual que su Padre, puede impartir vida a otros sobre la base de su sacrificio propiciatorio, por medio de levantarlos de entre los muertos.—Juan 5:28, 29.
7. ¿Cómo fue rechazado Jesucristo en calidad de “piedra viva”?
7 Como señaló Pedro, Jesús fue ‘rechazado, es verdad, por los hombres.’ En especial los orgullosos líderes religiosos no vieron en el Hijo de Dios nada que ellos consideraran digno de imitación. No vieron con aprecio la compasión y amor ejemplares que le tenía a la humanidad. Cuando Jesús dio ayuda espiritual a personas a quienes se reconocía como pecadores, los líderes religiosos objetaron: “Este hombre recibe con gusto a pecadores y come con ellos.” (Lucas 15:2) Ellos fueron testigos de que, movido por la compasión, el Hijo usó el sábado para abrir los ojos de los ciegos, curar a enfermos y librar de su aflicción a los tullidos. Pero en vez de regocijarse y alabar a Dios, los líderes religiosos se enfurecieron y tramaron matarlo. (Mateo 12:9-14; Marcos 3:1-6; Lucas 6:7-11; 14:1-6) Le dijeron a un ciego cuya vista había sido restaurada: “Éste no es hombre de Dios, porque no observa el sábado.” (Juan 9:16) Finalmente, el tribunal supremo judío, el Sanedrín, usando para ello la falsa acusación de blasfemia, sentenció a muerte a Jesús. (Mateo 26:63-66) Con el propósito de llevar a cabo la pena, los gobernantes judíos cambiaron la acusación que presentaban contra Jesús de blasfemia a sedición. A instigación de ellos, el gobernador romano, Pilato, ordenó la ejecución de Jesús en un madero como un criminal político de la peor clase.—Lucas 23:1-24.
8. ¿Cómo estima Jehová a su Hijo?
8 La acción de los hombres al rechazar a Jesucristo como fundamento no alteró el modo en que Jehová Dios estimaba a su Hijo. Puesto que el Altísimo lo había predeterminado como aquel por medio del cual la raza humana sería redimida y como la “piedra viva” sobre la cual se edificaría la congregación cristiana, Jesús, como Pedro declara, era un ‘escogido’ y continuó siéndolo. Nunca hubo duda alguna en la mente del Padre en cuanto a que el Hijo efectuaría el propósito divino sin falla alguna. Jehová sabía que su Hijo era perfecto en devoción y afecto. En la Tierra, Jesucristo probó el amor profundo que le tiene a su Padre al cumplir perfectamente la voluntad de su Padre mientras sobrellevaba gran sufrimiento. La fidelidad del Hijo bajo prueba severa lo hizo muy precioso a los ojos del Altísimo. Como se ve, la congregación cristiana tiene una bendición por tener como fundamento a aquel a quien Jehová Dios considera su más preciado Hijo. (Efesios 2:20-22) Y los miembros devotos de esta congregación se esfuerzan arduamente por imitar el proceder fiel de Jesucristo.
9. ¿Por qué podían los creyentes del primer siglo estar seguros de que su fe no sufriría desilusión?
9 Aquellos a quienes el apóstol Pedro escribió tenían el mismo punto de vista que Dios tiene de su Hijo. Como declaró el apóstol: “Es para ustedes, por lo tanto, que él es precioso, porque son creyentes.” (1 Pedro 2:7a) Reconocían que Jesucristo era la extremadamente valiosa piedra angular de fundamento que el Padre había puesto en la Sión celestial, en cumplimiento de las palabras de Salmo 118:22 e Isaías 8:14; 28:16. Puesto que los cristianos del primer siglo estaban en armonía con la evaluación que Jehová Dios hacía de su Hijo y ponían fe en él como la piedra angular de fundamento, podían estar seguros de que no sufrirían desilusión, de que sus esperanzas no serían frustradas. Nadie puede estropear el fundamento costoso, precioso, que está firmemente establecido en los cielos, y de ese modo ocasionar pérdida a aquellos cuyas esperanzas están íntimamente enlazadas con él. Siempre que los creyentes permanecieran en unión con Cristo, el firme fundamento de la congregación, podían estar seguros de recibir el objeto de su fe, a saber, vida sin fin. Sin embargo, los incrédulos experimentarían una gran pérdida. El apóstol Pedro continuó expresándose así:
“Pero para los que no creen, ‘la piedra idéntica que los edificadores rechazaron ha venido a ser la cabeza del ángulo,’ y ‘una piedra de tropiezo y masa de roca de ofensa.’ Estos tropiezan porque son desobedientes a la palabra. Para este mismo fin también fueron señalados.”—1 Pedro 2:7b, 8.
10. ¿Cómo llegó a ser Jesucristo “una piedra de tropiezo y masa de roca de ofensa”?
10 Debido a que los principales líderes religiosos judíos rehusaron aceptar al Hijo de Dios como su ideal y edificar sus esperanzas para vida eterna sobre él, perdieron el magnífico privilegio de ser herederos del Reino. Jesucristo les había advertido: “Los recaudadores de impuestos [arrepentidos] y las rameras [arrepentidas] van delante de ustedes al reino de Dios.” (Mateo 21:31) El proceder que adoptaron aquellos líderes religiosos no impidió que Jesucristo llegara a ser “la cabeza del ángulo,” la piedra de remate de una “casa espiritual.” Además, al tratar a Jesucristo como una piedra inadecuada para su obra de edificación, estos hombres se vieron obligados al mismo tiempo a habérselas con él como una piedra que les servía de obstáculo. No pudieron pasar por alto al Hijo de Dios ni siquiera después de la muerte y resurrección de éste, porque sus discípulos fieles continuaron testificando con denuedo acerca de él. (Hechos 5:28) Así, Jesucristo llegó a ser la roca sobre la cual todos los que persisten en desplegar incredulidad tropiezan y caen calamitosamente. Tal como a los que muestran que son creyentes genuinos se les señala para salvación, así a los que demuestran que son incrédulos se les señala para experimentar pérdida. El Hijo de Dios hasta dijo con referencia a sí mismo: “Todo el que caiga sobre esa piedra será hecho pedazos. En cuanto a cualquiera sobre quien ella caiga, lo pulverizará.”—Lucas 20:18.
RESULTADOS DE ‘IR A LA PIEDRA VIVA’
11. ¿Cómo llegaron a ser como “piedras vivas” los creyentes del primer siglo?
11 Los creyentes del primer siglo, al aceptar a Jesucristo como la preciosa “piedra viva” divinamente escogida, venían a él como “piedras vivas.” ¿De qué manera? Cesaban de estar “muertos en sus ofensas y pecados,” y en vez de eso disfrutaban de “novedad de vida” como hijos de Dios. (Romanos 6:4; Colosenses 2:13) Por medio de Cristo, la “piedra viva,” les eran impartidos beneficios de vida. Sin embargo, no se suponía que yacieran tirados como piedras inanimadas de construcción sin servir para ningún propósito útil. No, habrían de formar un edificio armonioso. A fin de formar una estructura unificada, tenían que manifestarse unos a otros la misma clase de amor abnegado que su Dechado había manifestado para con ellos. (Juan 13:34) También habrían de ser trabajadores, así como lo había sido Jesucristo en la Tierra. El Hijo de Dios estuvo plenamente absorto en hacer la voluntad de su Padre; respondió a las necesidades de otros y les ayudó a iniciarse en el camino a la vida eterna.—Juan 4:34.
12. ¿En qué son edificadas las “piedras vivas,” y por eso qué responsabilidad tienen?
12 Las palabras del apóstol Pedro recalcan enérgicamente el hecho de que los cristianos a quienes Dios está edificando en casa espiritual, en santuario o templo, tienen una obra importante que hacer. (Compare con 1 Corintios 3:5-17; 6:19.) Note que Pedro dice: “Ustedes mismos también como piedras vivas están siendo edificados en casa espiritual para el propósito de un sacerdocio santo.” Sí, este templo de “piedras vivas” también es un “sacerdocio santo.” Por lo tanto, todo cristiano engendrado por espíritu es un sacerdote, que sirve lealmente bajo el gran Sumo Sacerdote Jesucristo. Tal cristiano no necesita que ningún hombre ni ningún cuerpo de hombres oficie a favor de él en calidad de sacerdote. Como sacerdote, su obra es “ofrecer sacrificios espirituales aceptos a Dios por medio de Jesucristo.” (1 Pedro 2:5) ¿Pero qué son estos sacrificios?
13-15. ¿En qué consisten los “sacrificios espirituales,” y cómo puede probarse esto por medio de las Escrituras?
13 Puesto que Pedro dice que son sacrificios “espirituales,” no son ofrendas animales ni de granos que se presentaran en algún altar material. El tiempo para hacer sacrificios materiales de esta naturaleza terminó cuando el Hijo de Dios se ofreció a sí mismo como sacrificio acepto en expiación de pecados.—Hebreos 10:11, 12.
14 Hasta en las Escrituras Hebreas hallamos indicaciones en cuanto a la naturaleza de los “sacrificios espirituales” aceptos, como en los siguientes pasajes: “Ofrece acción de gracias como tu sacrificio a Dios.” (Salmo 50:14) “Ofrezcan los sacrificios de acción de gracias y declaren sus obras con un clamor gozoso.” (Salmo 107:22) “Que mi oración esté preparada como incienso delante de ti, el levantar las palmas de mis manos como la ofrenda de grano al atardecer.” (Salmo 141:2) “Ofreceremos en cambio los toros jóvenes de nuestros labios.” (Oseas 14:2) Por lo tanto, los “sacrificios espirituales” incluirían cosas como la oración, la alabanza y la acción de gracias.
15 Las Escrituras Griegas Cristianas nos proveen aún más detalles. Se nos dice: “Por medio de él [Cristo] ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre. Además, no olviden el hacer bien y compartir cosas con otros, porque con dichos sacrificios Dios se agrada mucho.” (Hebreos 13:15, 16) En Filipenses 2:17, el apóstol Pablo habla del “sacrificio y servicio público a los cuales los ha conducido la fe,” y sobre el cual él mismo ‘estaba siendo derramado como libación.’ Estos pasajes recalcan la importancia de interesarnos activamente en el bienestar espiritual y físico de otras personas, de que estemos dispuestos a gastar tiempo, energías y bienes a favor de ellas. Manifestamos tal profundo interés al compartir el mensaje de Dios con nuestro prójimo y prestar ayuda a personas afligidas con necesidades físicas, como hizo nuestro Dechado, Jesucristo. Piense en ello: el Altísimo considera lo que sus siervos hacen para promover el bienestar del prójimo como un agradable sacrificio de alabanza.
16, 17. ¿Qué razones sólidas hay para ofrecer dichos “sacrificios espirituales” y declarar las “excelencias” de Dios?
16 Debido a las cosas magníficas que Jehová Dios había hecho por ellos por medio del Hijo, los creyentes del primer siglo tenían buena razón para sentirse impelidos a “ofrecer sacrificios espirituales.” En un tiempo habían estado en gran “oscuridad” y sin esperanza. Mientras eran parte del mundo, estaban bajo la dominación de su “gobernante,” Satanás, “la autoridad de la oscuridad.” (Juan 14:30; Colosenses 1:13) Los pueblos no judíos estaban en casi total ignorancia respecto al Dios verdadero y sus propósitos. No tenían posición alguna ante él. El apóstol Pedro llamó atención a este hecho cuando dijo: “En un tiempo ustedes no eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios; eran aquellos a quienes no se les había mostrado misericordia, pero ahora son aquellos a quienes se les ha mostrado misericordia.” (1 Pedro 2:10) Sí, por medio de aceptar a Jesucristo, tanto judíos como no judíos llegaron a ser “una raza escogida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo para posesión especial.” (1 Pedro 2:9) Habían sido ‘escogidos’ por Dios como su pueblo y se les había llamado a ser reyes-sacerdotes en asociación con Jesucristo, constituyendo así una nación separada para un propósito santo o sagrado, y se les había obtenido como propiedad misma del Altísimo por medio de la inapreciable sangre de su Hijo. (Compare con Éxodo 19:5, 6; Revelación 5:9, 10.) ¡Qué sobresaliente manifestación de misericordia para con los israelitas espirituales! Los miembros de esta “nación santa” disfrutaban del esclarecimiento divino y de la luz del favor divino. Esto estaba en agudo contraste con la situación de ellos en el tiempo en que se encontraban en “oscuridad,” alejados del Altísimo, e ignoraban Su voluntad y propósito.
17 En vista de que Jehová les había concedido Su reconocimiento y favor inmerecido, estos discípulos de Jesucristo se sintieron impulsados a declarar a toda persona lo que el Altísimo había hecho por ellos por medio de su Hijo. Se les hacía absolutamente imposible dejar de hablar a otros acerca de las “excelencias,” los hechos maravillosos, de su Padre celestial.
18. ¿Cómo debemos aplicar personalmente lo que hemos considerado en este capítulo, y por qué?
18 Hoy día todos los discípulos verdaderos de Jesucristo, incluso los de la “grande muchedumbre” que llegan a asociarse con esa “nación santa,” deben sentirse igualmente impelidos a llevar vidas rectas y a estar activos en ayudar a otros a conseguir la aprobación divina. (Revelación 7:9-15) Debe ser el deseo de nuestro corazón el gastarnos en esfuerzos por ayudar a personas que se hallen en necesidad espiritual. El que imitemos al Hijo de Dios de esa manera enriquecerá mucho nuestra vida. ¡Qué gozo podemos experimentar al contribuir a la felicidad, consuelo y fortalecimiento de nuestro prójimo! (Hechos 20:35) A la vez, obtenemos el cariño y aprecio de aquellos a favor de quienes damos altruistamente de nuestro tiempo, energías y bienes. Aunque algunos quizás no muestren gratitud, aún así tenemos la profunda satisfacción interior de haber complacido a nuestro Padre celestial. Y, porque hacemos su voluntad, podemos confiar en que recibiremos su ayuda y guía. (1 Juan 3:22) ¡Continuemos segando abundantes bendiciones como resultado de copiar el ejemplo de Aquel que es sumamente precioso a los ojos de Jehová Dios!
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La sumisión a autoridades que es recompensadoraEscogiendo el mejor modo de vivir
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Capítulo 6
La sumisión a autoridades que es recompensadora
1. ¿Por qué podemos decir que es prudente y beneficioso el que uno se someta a los arreglos existentes?
EL DESPLIEGUE de sumisión, el comportarse en subordinación a los arreglos existentes, puede encerrar sabiduría. Prescindiendo de la aparente atracción que la independencia total pueda tener, no es deseable, no es realista. No hay una sola persona en la Tierra que pueda hacerlo todo ni saberlo todo. Así como dependemos del aire, del Sol, del alimento y del agua para la vida, si queremos beneficiarnos de la vida y disfrutar de ella también necesitamos a otras personas y lo que ellas puedan hacer para nosotros.
2. ¿Cómo debe afectar nuestra vida el hecho de que Jehová sea el Soberano Supremo?
2 Los arreglos gubernamentales, las relaciones entre patrono y obrero, los vínculos familiares, la asociación con la congregación cristiana, sí, y el mismo hecho de que vivimos entre otras personas, todo esto nos impone ciertos deberes. Debemos algo a cambio de lo que recibimos de otros. Mientras cumplimos estas responsabilidades para con los seres humanos es de primordial importancia que reconozcamos la posición de Jehová Dios. Porque él es el Creador, apropiadamente es el Soberano Supremo a quien debemos todas las cosas. En una visión, el apóstol Juan oyó a 24 ancianos declarar: “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas.” (Revelación 4:11) El que nosotros, a semejanza de ellos, expresemos nuestro reconocimiento de Jehová como el Altísimo no es asunto que esté limitado al uso de palabras. En todas nuestras relaciones, podemos demostrar que nos sometemos a lo que es la voluntad de Dios para nosotros y que reconocemos a Jesucristo como el que ha sido nombrado Señor nuestro.
“POR CAUSA DEL SEÑOR”
3, 4. ¿Cuáles son las ‘creaciones humanas’ a las que debemos estar sujetos, y por qué pueden identificarse así?
3 En cuanto a la razón principal por la cual debemos estar sujetos a las autoridades humanas, el apóstol Pedro presentó de modo vigoroso este mismo elevado punto de vista. Escribió: “Por causa del Señor sujétense a toda creación humana: sea a un rey como siendo superior o a gobernadores como siendo enviados por él para infligir castigo a los malhechores pero para alabar a los que hacen el bien.”—1 Pedro 2:13, 14.
4 Las ‘creaciones humanas’ a las que debemos estar sujetos son las autoridades creadas por el hombre para gobernarse. Son ‘creaciones humanas’ porque los hombres, no Dios, han creado los puestos de reyes y los de gobernantes o gobernadores inferiores. El Altísimo simplemente ha permitido que éstos hayan llegado a existir y los tolera, puesto que cumplen un propósito útil en medio de las condiciones actuales. Porque las autoridades gubernamentales existen por permiso de Dios, los individuos que se rebelan contra ellas están sublevándose contra el “arreglo de Dios,” una provisión que él todavía no ha tenido por conveniente terminar y reemplazar con un reino celestial mediante su Hijo. (Romanos 13:1, 2) En los días del apóstol Pedro, el emperador romano, o César, nombraba gobernadores para que administraran los asuntos de las provincias imperiales, incluso la de Judea. Estos gobernadores eran directamente responsables al emperador y tenían que mantener la ley y el orden en el territorio bajo su jurisdicción. Al desempeñar sus deberes, los gobernadores ‘infligían castigo a los malhechores’... bandidos, secuestradores, ladrones y sediciosos. Pero también ‘alababan a los que hacían el bien,’ es decir, honraban a los individuos rectos por medio de otorgarles reconocimiento público como hombres de mérito y por medio de proteger la persona, propiedad y derechos de éstos.
5. ¿Por causa de quién debemos estar sujetos, y por qué, correctamente, se le llama “Señor”?
5 La razón principal por la cual se insta a los cristianos a estar sujetos no es para que escapen del castigo y se consigan ‘alabanza.’ Más bien es “por causa del Señor.” Este Señor es Jesucristo, pues anteriormente el apóstol Pedro lo ha identificado como tal. (1 Pedro 1:3) Las Escrituras se refieren al Hijo de Dios como “Señor tanto sobre los muertos como sobre los vivos.” (Romanos 14:9) Por lo tanto, él ocupa un puesto que ningún gobernante humano jamás ha tenido. Como ‘Señor sobre los muertos,’ Jesucristo puede hacer que éstos comparezcan ante él por medio de restaurarlos a la vida. El alcance del señorío de Jesús se extiende hasta más allá de la autoridad que tiene sobre seres humanos vivos y muertos. Después de su propia resurrección, el Hijo de Dios dijo: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra.” (Mateo 28:18) Ciertamente demuestra sabiduría de parte nuestra el que nos sometamos a los gobernantes humanos por causa de Aquel que tiene mucha, mucha más autoridad que ellos.
6, 7. ¿Cómo nos sujetamos a gobernantes humanos “por causa del Señor”?
6 ¿Qué quiere decir el que nos sujetemos “por causa del Señor” a hombres de elevado rango gubernamental? El hecho de que reconocemos a Jesucristo como nuestro Señor ha de ser la fuerza que nos impela a someternos debidamente a los gobernantes. El Hijo de Dios dio el ejemplo perfecto en cuanto a esto. No se rebeló contra las demandas de la autoridad gubernamental, ni enseñó a otros a rebelarse. Más bien, instó: “Si alguien bajo autoridad te obliga a una milla de servicio, ve con él dos millas.” (Mateo 5:41) “Paguen de vuelta a César las cosas de César.”—Mateo 22:21.
7 Puede que a veces, con diferentes fines, los gobiernos manden a sus ciudadanos que se anoten en registros, o quizás les pidan que apoyen ciertos proyectos de construcción y agricultura para la comunidad, tal vez con relación a la construcción de caminos, presas o escuelas. (Compare con Lucas 2:1-3.) En todos estos asuntos, por supuesto, ha de considerarse la conciencia cristiana. Sin embargo, cuando se ve que el asunto de que se trata no implica nada que ofenda la conciencia bíblicamente entrenada de uno, entonces el que el cristiano haga lo que pueda para desplegar tanto sumisión como cooperación puede contribuir al adelanto de las “buenas nuevas.” Sería sumamente incorrecto el que alguien promoviera alborotos en contra de cualesquier proyectos en particular o que se hiciera francamente rebelde contra la autoridad gubernamental en cualquier nivel de ésta. El precepto bíblico es que “estén en sujeción y sean obedientes a los gobiernos y a las autoridades como gobernantes, que estén listos para toda buena obra.” Una actitud o posición belicosa y arrogante no armoniza con la enseñanza y ejemplo del Hijo de Dios.—Tito 3:1, 2.
“COMO ESCLAVOS DE DIOS”
8. ¿Qué beneficios pueden provenir de que estemos debidamente sujetos a los gobernantes?
8 A fin de mostrar que la sumisión adecuada a las autoridades puede servir para el adelanto de la causa de la adoración verdadera, el apóstol Pedro escribe: “Porque así es la voluntad de Dios, que haciendo el bien amordacen el habla ignorante de los hombres irrazonables.” (1 Pedro 2:15) El que los cristianos hagan lo que los gobernantes consideran bueno, decente o en conformidad con la ley mientras que al mismo tiempo conservan una buena conciencia ante Dios puede redundar en encomio para ellos. Esto resulta en acallar a los ignorantes que tal vez acusen falsamente a los siervos del Altísimo de ser tercos, insubordinados, antisociales, sediciosos o subversivos. Así la conducta loable de los cristianos resulta en la mejor defensa contra la difamación de su buen nombre.
9, 10. ¿Por qué no es nuestra sujeción a la autoridad gubernamental como la sujeción de un esclavo dominado por el temor ante su amo?
9 Pero, ¿significa la sumisión del cristiano a los gobernantes que él está en esclavitud abyecta a ellos, que está totalmente subordinado o en servilismo absoluto? La respuesta inspirada es: No. El apóstol Pedro continúa: “Sean como personas libres, y sin embargo teniendo su libertad, no como disfraz para la maldad, sino como esclavos de Dios.”—1 Pedro 2:16.
10 Como cristianos, se nos ha librado de la esclavitud al pecado y la muerte. (Juan 8:31-36) El Hijo de Dios hasta nos ha emancipado del temor a una muerte violenta, un temor mediante el cual Satanás el Diablo ha podido mantener a los hombres en esclavitud, pues ha inducido a los hombres, por medio de las órdenes de dictadores humanos, a obrar en contra de su conciencia individual humana. (Hebreos 2:14, 15) Sin embargo, en vista de que somos un pueblo libre nuestra conciencia no puede rendirse servilmente a los dictados y amenazas de ningún hombre ni grupo de hombres. Nuestra sumisión a los gobernantes es voluntaria y está limitada por los mandatos superiores del Soberano Supremo, Jehová Dios. No podemos hacernos esclavos abyectos de ningún hombre y rendirle obediencia incondicional sin tomar en consideración la ley divina. Como señaló el apóstol Pedro, los cristianos son “esclavos de Dios.” Por eso, gustosamente nos sometemos a los deseos de las autoridades gubernamentales hasta donde no haya un conflicto directo con la adoración que damos al Altísimo. Si se evidencia ese conflicto, nos vemos obligados a tomar la posición que Pedro y los otros apóstoles expresaron cuando comparecieron ante el tribunal supremo judío: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.”—Hechos 5:29.
UNA LIBERTAD, CON LÍMITES
11. ¿Qué actitud para con la autoridad gubernamental constituir a un abuso de la libertad cristiana?
11 Sin embargo, sería incorrecto el que viviéramos como si los gobiernos políticos no tuvieran autoridad alguna sobre nosotros y les presentáramos resistencia en asuntos que no están fuera de armonía con la ley divina. Esa clase de conducta irrespetuosa constituye un mal uso de la libertad cristiana. La libertad de que disfrutamos está limitada por el hecho de que somos esclavos de Dios. Esa libertad no nos provee licencia para deshacernos de las restricciones debidas, de modo que nos entreguemos a la maldad o tratemos con desdén leyes que pudieran causarnos inconvenientes pero cuyo propósito fuera proteger la vida y el ambiente. Más bien, nosotros, por nuestra conducta, debemos manifestar que apreciamos el buen propósito que tienen las leyes de tráfico, los reglamentos contra la contaminación, las restricciones que se imponen con relación a la caza y la pesca, y así por el estilo.
12. ¿Qué determina la clase de obligaciones que tenemos para con otros?
12 Sí, tenemos obligaciones para con otros. La relación en particular que tenemos con Jehová Dios y con nuestros semejantes influye en la naturaleza de estos deberes. El apóstol Pedro señala estas obligaciones y exhorta: “Honren a hombres de toda clase, ténganle amor a toda la asociación de hermanos, estén en temor de Dios, den honra al rey.”—1 Pedro 2:17.
13. (a) ¿Por qué merecen honra todas las criaturas humanas? (b) ¿Qué les debemos a nuestros hermanos espirituales? (c) ¿Qué debe determinar la clase de honra que se haya de dar a los seres humanos? (d) ¿Qué le debemos solo a Dios?
13 Todas las criaturas humanas son producto de la creación de Dios y fueron compradas con la preciosa sangre de Jesucristo. Por eso es justo que las honremos, que las tratemos con respeto e imparcialidad. (Hechos 10:34, 35; 1 Timoteo 2:5, 6) Pero la entera “asociación de hermanos” merece mucho más que simplemente el respeto formal que es el derecho reconocido de los seres humanos en general. A nuestros hermanos les debemos además amor intenso, cariño. Por otra parte, aunque es cierto que a un soberano terrestre y a los funcionarios inferiores se les debe conceder el honor que su puesto exige, el Dios Altísimo es el único que merece que se le tenga temor reverencial, el temor que tiene que ver con la adoración. Por consiguiente, una sana consideración a Jehová Dios y sus mandamientos debe siempre limitar la honra que demos a cualquier hombre. Por ejemplo, no hay objeción a que uno se dirija a los gobernantes por sus títulos usuales cuando éstos no les atribuyen la clase de honor que solo pertenece a Dios. Pero seres humanos mortales no son los salvadores de los cristianos, y no es por medio de ellos que vienen todas las bendiciones. (Salmo 146:3, 4; Isaías 33:22; Hechos 4:12; Filipenses 2:9-11) Por eso, el cristiano genuino no se dirige a los hombres con el uso de términos que pongan en tela de juicio el propio temor del cristiano a Dios y ensalcen a los gobernantes mucho más de lo que su rango requiere.
¿MERECEN HONRA TODOS LOS FUNCIONARIOS?
14, 15. (a) Explique por qué la reputación moral de un gobernante o funcionario no afecta el que el cristiano lo honre o no. (b) ¿Qué podemos aprender del modo en que el apóstol Pablo trató con funcionarios?
14 En vista del precepto bíblico de que se debe honrar a los gobernantes, puede que algunas personas pregunten respecto a cierto funcionario: ‘¿Cómo puedo respetar u honrar a alguien que en sentido moral es corrupto?’ Debe tenerse en cuenta que la reputación moral del funcionario no es la base sobre la cual se le rinde dicha honra. Más bien, lo que exige cierta clase de respeto es la autoridad que él representa y ejerce. Si no se mostrara consideración a las autoridades debidamente constituidas, reinaría la anarquía, con el consecuente daño a la sociedad, incluso a los cristianos.
15 Los tratos que el apóstol Pablo tuvo con los funcionarios sirven para ilustrar que lo que esos gobernantes son como personas no afecta la clase de honra que se les debe mostrar. Tácito, un historiador de la antigüedad, describió al gobernador romano Félix como un hombre que “creía que podía cometer cualquier maldad con impunidad,” y que, “entregándose a toda clase de barbaridad y lujuria, ejercía el poder de rey a la manera de un esclavo.” No obstante, por consideración al puesto que Félix ocupaba, Pablo respetuosamente inició su defensa ante este hombre con las siguientes palabras: “Sabiendo bien que hace muchos años que esta nación te tiene de juez, de buena gana hablo en mi defensa las cosas acerca de mí mismo.” (Hechos 24:10) A pesar del hecho de que el rey Herodes Agripa II vivía en incesto, Pablo le mostró debida honra al rey al decir: “Me considero feliz de que es ante ti que he de hacer mi defensa este día, especialmente por cuanto eres experto en todas las costumbres así como también en las controversias entre los judíos.” (Hechos 26:2, 3) Aunque el gobernador Festo era adorador de ídolos, Pablo todavía se dirigió a él con el término de “excelentísimo.”—Hechos 26:25.
PAGO DE IMPUESTOS
16. ¿Qué consejo se da a los cristianos en Romanos 13:7?
16 Además de dar a los hombres la clase de honra que corresponde a su autoridad, los cristianos también están bajo el mandato divino de ser concienzudos acerca de pagar los impuestos. Las Escrituras nos dicen: “Rindan a todos lo que les es debido, al que pide impuesto, el impuesto; al que pide tributo, el tributo; al que pide temor [por motivo de su autoridad, incluso el poder de vida o muerte], dicho temor; al que pide honra, dicha honra.” (Romanos 13:7) ¿Por qué es correcto pagar los impuestos y ser honrados al informar los ingresos?
17. (a) ¿Por qué deben los cristianos considerar que el pago de impuestos es igual al pago de deudas? (b) ¿Por qué deben ser ejemplares los cristianos en el pago de todos los impuestos?
17 Las autoridades gubernativas suministran servicios vitales para asegurar a sus súbditos protección, seguridad y bienestar. Estos servicios incluyen la conservación de las carreteras, la provisión de agencias para hacer cumplir las leyes, tribunales, escuelas, servicios de salud, sistemas postales y cosas parecidas. El gobierno tiene derecho a recibir compensación por los servicios que suministra. Por eso, los cristianos ven correctamente el pago de impuestos o del tributo como el pago de una deuda. El cristiano no es responsable por la manera precisa en que las autoridades gubernativas usen después de eso los impuestos que hayan recibido. El que los funcionarios empleen mal lo que reciben como impuesto o tributo no da al cristiano el derecho de negarse a pagar su deuda. Bajo el actual arreglo de cosas, él necesita los servicios gubernamentales y, por lo tanto, con buena conciencia, paga lo que se exige de él. Cuando el asunto de que se trata es el pago de una deuda a un individuo, el que esa persona empleara mal el dinero no cancelaría la deuda de uno. Así mismo, prescindiendo de lo que hagan los gobiernos con los impuestos y el tributo, el cristiano no queda exonerado de su deber de pagarlos. Ha de ser ejemplar al cumplir con los requisitos legales de informar sus ingresos o la compra de artículos por los cuales haya que pagar impuestos. Al ser concienzudo en estos asuntos, evita acarrear ignominia sobre sí mismo y sobre la congregación cristiana. Eso, además, habla bien de la adoración verdadera, para la honra de Dios y Cristo.
RELACIONES ENTRE PATRONOS Y OBREROS
18. ¿A qué circunstancias actuales pueden aplicarse los principios bíblicos que gobiernan la relación entre amo y esclavo?
18 La relación del cristiano con la autoridad gubernamental no es la única relación que exige el despliegue de la debida sumisión. En su lugar de trabajo, por ejemplo, el cristiano tal vez tenga que dar cuenta de sus actividades a un supervisor o a un superior. Allá en el primer siglo E.C., cuando la esclavitud era común en el Imperio Romano, muchos cristianos trabajaban como esclavos o siervos. Apropiadamente, las Escrituras consideran las obligaciones que éstos tenían para con sus amos. Hoy podemos aplicar los principios que gobernaban la conducta en la relación entre amo y esclavo a la relación que existe entre patrono y obrero.
19. ¿Qué consejo dio Pedro a los sirvientes de casa cristianos?
19 Dirigiendo su consejo a los que trabajaban como sirvientes en las casas, o domésticos, el apóstol Pedro escribió:
“Que los sirvientes de casa estén en sujeción a sus dueños con todo el debido temor, no solo a los buenos y razonables, sino también a los que son difíciles de agradar. Porque si alguno, por motivo de conciencia para con Dios, soporta cosas penosas y sufre injustamente, esto es algo que agrada. Pues, ¿qué mérito hay en ello si, cuando ustedes están pecando y son abofeteados, lo aguantan? Pero si, cuando ustedes están haciendo lo bueno y sufren, lo aguantan, esto es algo que agrada a Dios.”—1 Pedro 2:18-20.
20. (a) ¿Cómo estaría un sirviente de casa en sujeción “con todo el debido temor”? (b) ¿Qué situaciones pudieran haber resultado en sufrimiento para un esclavo cristiano?
20 ¿Qué exigía este consejo del individuo que hubiera de obedecerlo? Al cumplir sus responsabilidades como esclavo, el cristiano habría de manifestar a su amo el debido temor o respeto, pues no desearía incurrir en su desagrado. Habría de manifestar este temor aunque el amo fuera inconsiderado, severo o irrazonable en sus demandas. El amo pudiera haber sido un hombre que criticara el trabajo aun cuando éste estuviera bien hecho. Pudiera ser que exigiera que el esclavo cristiano hiciera cosas que fueran contrarias a la ley de Dios. Debido a haber obedecido fielmente los dictados de su conciencia piadosa, y a haber rehusado robar o mentir por su amo, es posible que el esclavo cristiano hubiera sufrido injustamente. Pudiera ser, también, que en otras ocasiones el esclavo hubiera sido víctima de abuso físico y verbal.
21. ¿Qué buen resultado pudiera dar el que el esclavo soportara con paciencia el maltrato?
21 En armonía con el consejo de Pedro, el esclavo cristiano no se levantaría contra su duro amo. Continuaría haciendo su trabajo concienzudamente, y soportaría con paciencia el maltrato. El que procediera así sería grato a los ojos de Dios, porque no redundaría en descrédito para el cristianismo. Otros podrían ver que la adoración verdadera había tenido buena influencia en el esclavo. Esto podría moverlos a investigar el cristianismo a fin de descubrir cómo un esclavo maltratado pudiera ejercer tan loable dominio de sí mismo. En contraste, si un esclavo le causara perjuicio a su amo y recibiera disciplina severa por ello, la gente no vería mérito especial en el hecho de que aceptara con calma el castigo.
22. ¿Cómo debería querer portarse en el trabajo el empleado cristiano?
22 Hoy día el cristiano que se enfrenta a una situación especialmente molesta o difícil en su trabajo tal vez pueda conseguir otro empleo. Pero quizás no siempre sea posible hacer esto. Tal vez esté trabajando bajo contrato o se vea obligado a seguir afanándose en medio de condiciones indeseables porque sencillamente no haya ningún otro trabajo disponible. Así, puede que su situación no difiera mucho de la situación del sirviente de casa del primer siglo E.C. que no podía irse de su amo irrazonable. Por lo tanto, mientras el cristiano continuara siendo empleado de otra persona, haría todo lo posible por efectuar trabajo de calidad, y aguantaría con paciencia y sin quejarse cualquier maltrato al cual se viera expuesto y que no fuera posible detener por medios bíblicos. También continuaría tratando a su patrono con el debido respeto y consideración.
EL EJEMPLO DE JESÚS INFUNDE ÁNIMO
23, 24. (a) ¿El ejemplo de quién puede animarnos cuando se nos somete a maltrato por haber hecho lo correcto? (b) ¿Qué afrontó éste, y cómo se portó?
23 Claro está que a nadie se le hace fácil tener que soportar injusticias. Pero, afortunadamente, se nos ha dado un dechado perfecto que podemos seguir, a saber, el de nuestro Señor Jesucristo. Su ejemplo puede ser una fuente de verdadero ánimo. Al consolar a los esclavos cristianos que sufrían maltrato, el apóstol Pedro señaló al ejemplo de Jesús, y dijo:
“De hecho, ustedes fueron llamados a este derrotero, porque hasta Cristo sufrió por ustedes, dejándoles dechado para que sigan sus pasos con sumo cuidado y atención. Él no cometió pecado, ni en su boca se halló engaño. Cuando lo estaban injuriando, no se puso a injuriar en cambio. Cuando estaba sufriendo, no se puso a amenazar, sino que siguió encomendándose al que juzga con justicia.”—1 Pedro 2:21-23.
24 Así el apóstol recordó a los esclavos cristianos que una de las razones por las cuales se les llamó para ser discípulos del Hijo de Dios fue para que demostraran un espíritu como el que él mostró cuando fue expuesto a sufrimiento injusto. Especialmente en el último día de su vida como hombre en la Tierra, Jesucristo aguantó mucho. Lo abofetearon, le dieron con los puños, le escupieron, lo golpearon con un azote (que probablemente estaba provisto de pedazos de plomo o huesos o púas para desgarrar la carne) y, por fin, lo fijaron con clavos a un madero como si fuera un criminal de la peor clase. No obstante, él se sometió a todos estos insultos y nunca injurió ni amenazó a los hombres que fueron responsables de darle este tratamiento injustificado. Jesucristo sabía que todo el proceder de su vida había sido puro, pero no decidió encargarse él mismo de los asuntos a fin de vindicarse a sí mismo. Encomendó su causa al Padre con plena confianza en que su Dios y Padre pronunciaría un juicio justo a favor de él. Nosotros también podemos estar seguros de que el Todopoderoso toma nota de toda injusticia que experimentamos. Él equilibrará la balanza de la justicia, siempre que continuemos aguantando pacientemente bajo sufrimiento. Ciertamente si el Hijo de Dios, un Hijo que no tenía pecado, estuvo dispuesto a aguantar el maltrato, nosotros sus seguidores tenemos aún más razón para aguantarlo, puesto que reconocemos que somos criaturas pecaminosas.
25. ¿Cómo nos hemos beneficiado del sufrimiento de Cristo?
25 El sufrimiento que Jesucristo sobrellevó fue realmente para beneficio de nosotros, y eso debe movernos con mayor razón a imitarlo. Este aspecto recibe énfasis en las siguientes palabras del apóstol Pedro:
“Él mismo cargó con nuestros pecados en su propio cuerpo sobre el madero, para que acabásemos con los pecados y viviésemos a la justicia. Y ‘por sus heridas ustedes fueron sanados.’ Porque ustedes, como ovejas, andaban descarriados; pero ahora se han vuelto al pastor y superintendente de sus almas.”—1 Pedro 2:24, 25.
26, 27. ¿Qué efecto debe tener en nosotros el sufrimiento de Cristo a favor de nosotros?
26 Porque somos pecadores, no merecemos la dádiva de la vida. La Biblia nos dice: “El salario que el pecado paga es muerte.” (Romanos 6:23) Jesucristo, sin embargo, gustosamente asumió la pena por nuestros pecados y murió en sacrificio a favor de nosotros como un cordero intachable, sin quejarse. Debido a que sufrió la pena extrema de una muerte ignominiosa en un madero, el Hijo de Dios hizo posible que los humanos creyentes fueran librados del pecado y empezaran a vivir una vida de justicia. Al considerar lo que Jesucristo sufrió a favor de nosotros, ciertamente debemos sentirnos movidos a manifestar aprecio profundo por lo que él ha hecho por nosotros. Esto requiere que imitemos a Jesús en todas las actividades de la vida, lo cual incluye el estar dispuestos a sufrir maltrato por causa de la justicia, como él lo hizo. Siempre que nos hallemos expuestos a injusticias, sería provechoso que pensáramos en el sufrimiento que nuestro Señor experimentó.
27 El que consideremos eso con detenimiento puede grabar en nuestra mente la importancia de amoldarnos al ejemplo de Cristo para que no se nos escape del pensamiento el propósito de todo lo que él sufrió por nosotros. Debido a nuestro estado pecaminoso, estábamos en una condición deplorable que pudiera compararse a la de ovejas descarriadas sin la ayuda y dirección de un pastor amoroso. Esta situación existía porque nosotros, por ser pecadores, estábamos alejados de nuestro Gran Pastor, Jehová Dios. Sin embargo, se ha efectuado una reconciliación sobre la base del sacrificio de Jesús y nuestra fe en él. (Colosenses 1:21-23) Por lo tanto, hemos llegado a estar bajo el amoroso cuidado, protección y guía del superintendente de nuestras almas, a saber, Jehová Dios, y de su “pastor principal,” Jesucristo. (1 Pedro 5:2-4) Verdaderamente, pues, si queremos demostrar que agradecemos lo que Jesucristo ha hecho, ninguna cantidad de aflicción que sufriéramos por causa de la justicia sería demasiado grande para que la soportáramos. ¡Cuánto mayor fue lo que Cristo sufrió a favor de nosotros que cualquier maltrato que nosotros pudiésemos sufrir por amor a él!
ARREGLOS DE TRABAJO CON CREYENTES
28, 29. (a) ¿Qué consejo dio el apóstol Pablo a los esclavos cristianos que tenían dueños creyentes? (b) ¿Por qué se necesitaba este consejo?
28 Sin embargo, no todos los esclavos cristianos del primer siglo E.C. tenían amos irrazonables que les infligieran maltrato. Debido a las condiciones sociales que existían en aquel entonces, hasta algunos cristianos tenían esclavos. Cuando el esclavo y su amo eran discípulos del Hijo de Dios, ambos hombres tenían que considerar su relación espiritual según el punto de vista correcto. El apóstol Pablo, dirigiendo su amonestación a los esclavos que tenían dueños creyentes, declaró: “Los que tienen dueños creyentes no los menosprecien, porque son hermanos. Al contrario, que sean esclavos con mayor prontitud, porque los que reciben el provecho de su buen servicio son creyentes y amados.”—1 Timoteo 6:2.
29 ¿Por qué se necesitaba este consejo? El esclavo creyente era coheredero de Cristo y, por lo tanto, disfrutaba de igualdad espiritual con su amo creyente. Por consiguiente, el esclavo debería tener cuidado para no razonar que esta igualdad espiritual anulaba la relación seglar que existía entre ellos y la autoridad del amo en esa relación. El adoptar semejante actitud pudiera fácilmente haber resultado en que el esclavo abusara de su amo y no se esmerara como era debido en el desempeño de sus deberes. En su consejo el apóstol Pablo respondió debidamente a cualesquier conclusiones erróneas que los esclavos pudieran haber sacado de su relación fraternal con otros miembros de la congregación. Debido a que disfrutaban de aquella relación con sus amos, tenían una razón aún más firme para cumplir con sus deberes de manera excelente. Tenían el privilegio de hacer algo para un hermano cristiano, y esto debería haber sido una fuente de gran gozo para ellos.
30. ¿Por qué debe el cristiano hoy día esmerarse en la labor que rinde si está trabajando bajo la supervisión de un creyente?
30 De igual manera hoy día, si un cristiano trabaja bajo la dirección de un superintendente creyente o está empleado por un creyente, su deseo debería ser esmerarse en su trabajo. Es su hermano el que está sacando provecho de su labor. Si el trabajo que hiciera fuera de calidad inferior o él se ahorrara todo esfuerzo posible, desilusionaría a su hermano y sería para él una fuente de irritación. (Proverbios 10:26) ¡Qué falta de cariño le estaría mostrando al hermano a quien está bajo obligación de amar!—1 Juan 4:11.
31. ¿Qué consejo era preciso que tuvieran presente los amos cristianos?
31 Por otra parte, los amos o patronos cristianos no habían de pasar por alto el hecho de que ellos, también, tenían un amo, Cristo. El darse cuenta de que eran responsables al Hijo de Dios debería afectar la manera en que trataban a sus esclavos u obreros. Al comentar sobre esto, el apóstol Pablo escribió: “Amos, sigan haciendo lo que es justo y lo que es equitativo en el trato de sus esclavos, sabiendo que también ustedes tienen un Amo en el cielo.”—Colosenses 4:1.
32. ¿Qué responsabilidad tenemos para con creyentes que estén trabajando para nosotros o rindiéndonos servicios?
32 Además, si hay hermanos cristianos que estén trabajando para nosotros o rindiéndonos servicios en calidad de médicos, abogados, electricistas, carpinteros, plomeros, reparadores y así por el estilo, ciertamente desearíamos darles justa compensación. ¿No sería inapropiado el que nos valiéramos de nuestra relación espiritual con un hermano cristiano y aplazáramos darle el pago mientras empleáramos una gran parte de nuestro salario en entretenimiento extravagante, lujos o vacaciones costosas? En asuntos de negocios, ¿no deberíamos querer que nuestros compañeros de creencia recibieran lo que tienen derecho a recibir? Ciertamente es excelente cuando al proceder así podemos ayudar a nuestros hermanos a ganarse el sustento. Si se nos muestra consideración especial, solo es justo que recibamos con aprecio lo que hacen y reconozcamos que nuestros compañeros de creencia no están obligados a concedernos precios especiales ni a favorecernos más que a otros. Así es que en todos estos asuntos podemos mostrar que queremos hacer todas las cosas de una manera que agrade a nuestro Cabeza celestial, el Hijo de Dios.
LA SUMISIÓN PROPIA DE LA ESPOSA
33. (a) ¿Qué amonestación se da a las esposas cristianas? (b) En 1 Pedro 3:1, ¿qué hay de significativo en la palabra que quiere decir “de igual manera”?
33 El matrimonio es otra relación en la cual también se exige sumisión a un cabeza. Por eso, al considerar el tema de la sumisión propia de la esposa, Pedro empieza con la palabra griega que quiere decir “de igual manera,” y así establece un enlace con la amonestación que ya había dado acerca de la sujeción en medio de condiciones adversas. Leemos:
“De igual manera, ustedes, esposas, estén en sujeción a sus propios esposos, a fin de que, si algunos no son obedientes a la palabra, sean ganados sin una palabra por la conducta de sus esposas, por haber sido testigos oculares de su conducta casta junto con profundo respeto.”—1 Pedro 3:1, 2.
34. ¿Con relación a qué circunstancia anima el apóstol Pedro a la esposa a estar sujeta, y por qué quizás no sea fácil hacerlo?
34 La circunstancia en relación con la cual se anima a las esposas cristianas a estar sujetas es una circunstancia desfavorable. Cuando el esposo no acepta los principios de la Palabra de Dios, puede hacerle la vida muy difícil a la esposa cristiana al ser áspero e irrazonable en sus tratos con ella. Pero esto no exime a la esposa de obrar en armonía con el hecho de que el esposo es cabeza de la familia. Por eso, siempre que las solicitudes de él no pugnen con la ley divina, la esposa cristiana querrá hacer cuanto pueda para complacer a su esposo.
35. ¿Cómo pudiera una esposa ganar a su esposo “sin una palabra”?
35 Como señaló el apóstol Pedro, el excelente ejemplo de la cristiana puede ayudar a su esposo a llegar a ser creyente. Pero el que una esposa gane a su esposo “sin una palabra” no quiere decir que nunca compartiría pensamientos bíblicos con él, más bien, la esposa dejaría que sus acciones loables hablaran con aún más fuerza que sus palabras. Así el esposo podría ver que la conducta de su esposa es casta o pura en habla y acción y que ella le tiene profundo respeto.
36, 37. Según Tito 2:3-5, ¿a qué debe dar atención la cristiana a fin de ser una esposa ejemplar?
36 Lo que el apóstol Pablo escribió acerca de las mujeres provee aún más detalles en cuanto a lo que se puede esperar de la esposa cristiana. En su carta a Tito, declaró:
“Que las mujeres de edad avanzada sean reverentes en su comportamiento, no calumniadoras, ni esclavizadas a mucho vino, maestras de lo que es bueno; para que hagan volver a su sentido a las mujeres jóvenes para que amen a sus esposos, amen a sus hijos, sean de juicio sano, castas, trabajadoras en casa, buenas, sujetándose a sus propios esposos, para que no se hable injuriosamente de la palabra de Dios.”—Tito 2:3-5.
37 Según esta amonestación, la mujer debe hacer un esfuerzo concienzudo por portarse de tal manera que revele que comprende que todo su proceder en la vida llega a estar bajo observación por Jehová Dios y el Señor Jesucristo. Ella se afanará por usar la lengua de modo que resulte en edificar y animar a otros, y no recurrirá a la calumnia ni a los chismes dañinos. El que ella sea moderada en cuanto a comer y beber ciertamente sería de esperarse. Como esposa y madre, la cristiana ha de ser ejemplar en su amor y estar segura de que cumple su parte al proveer comidas nutritivas y hacer del hogar un lugar limpio y agradable. El amor que les tiene a su esposo e hijos incluye el que esté dispuesta a subordinar los intereses de ella a los de su familia. El esposo no debe hallar prueba de que su esposa esté descuidando gravemente sus deberes. Antes bien, al compararla con las mujeres no creyentes, debe serle posible ver que ella realmente es ejemplar.
MODO EQUILIBRADO DE VER LOS ADORNOS
38. ¿Qué consejo acerca del adorno hallamos en 1 Pedro 3:3, y cómo debe entenderse esto?
38 También es importante que la esposa mantenga los adornos en su debida perspectiva. El apóstol Pedro recalcó el hecho de que la esposa cristiana no debe dar el énfasis principal al empeño de hacerse atractiva por medio de adornos ostentosos. Dijo: “Que su adorno no sea el de trenzados externos del cabello y el de ponerse ornamentos de oro ni el de usar prendas exteriores de vestir.” (1 Pedro 3:3) En el primer siglo E.C., las mujeres dedicaban mucho tiempo y esfuerzo a trenzarse el cabello largo de modos esmerados que captaran la atención, pues empleaban diseños de arpas, trompetas, guirnaldas y coronas. Además, se adornaban con ropa muy decorada y una abundancia de cadenas, anillos y brazaletes de oro. El dar tan exagerada atención al adorno físico era inapropiado para la cristiana, puesto que sugeriría que el principal objeto de su vida era su propia persona más bien que agradar a Jehová Dios y al Señor Jesucristo. Adicionalmente, muchas veces sucede que las mujeres cuyo principal propósito en la vida es la ostentación o las modas son víctimas del orgullo, la envidia y de tratar de lograr posición social, cosas que quitan de la mente y el corazón el espíritu de tranquilidad y producen frustración e irritabilidad.
39. ¿Por qué no debe la esposa descuidar su apariencia?
39 Sin embargo, esto no quiere decir que la esposa cristiana daría poca atención a su apariencia. Cuando el apóstol Pablo aconsejó de modo parecido en contra del vestido ostentoso, también dijo: “Deseo que las mujeres se adornen en vestido bien arreglado, con modestia y buen juicio.” (1 Timoteo 2:9) Así que la esposa cristiana hace bien al tener cuidado de no presentarle a su esposo una apariencia de aspecto desagradable por ser descuidada en su vestido, arreglo y apariencia física. Además, la Biblia declara que “la mujer es la gloria del varón.” (1 Corintios 11:7) Claro está que una mujer perezosa, desaseada, no le aporta honra ni gloria al esposo. Ella rebaja la apariencia de él a los ojos de otros. Y si el esposo se enorgullece razonablemente respecto a su propia apariencia, el desaliño de su esposa pudiera ser una fuente de mucha irritación. Por lo tanto, es muy deseable que el vestido y el adorno de la mujer cristiana indiquen que ella tiene buen juicio al escoger lo que es modesto, o decente, y va bien con su individualidad.
“EL ESPÍRITU TRANQUILO Y APACIBLE”
40. (a) ¿Qué hace verdaderamente hermosa a la cristiana? (b) ¿Con qué no debe confundirse el “espíritu tranquilo y apacible”?
40 No obstante, la verdadera hermosura de la esposa cristiana consiste en lo que ella es en el corazón. Con sabiduría, el apóstol Pedro la instó a procurar que su adorno “sea la persona secreta del corazón en la vestidura incorruptible del espíritu tranquilo y apacible, que es de gran valor a los ojos de Dios.” (1 Pedro 3:4) Este “espíritu tranquilo y apacible” no debe confundirse con una apariencia superficial de dulzura exterior. Por ejemplo, una mujer pudiera ser de habla suave y someterse mansamente, de palabra, a los deseos del cabeza de la familia. No obstante, pudiera ser que, en el fondo, tratara de dominar a su esposo por medio de ser rebelde y de urdir y tramar proyectos.
41. ¿Cómo pudiera una mujer determinar si “el espíritu tranquilo y apacible” es parte de su adorno permanente?
41 En el caso de la mujer que genuinamente posee “el espíritu tranquilo y apacible,” este espíritu humilde es un reflejo de lo que ella verdaderamente es en su interior. ¿Cómo puede saber una mujer si este “espíritu” es parte de su adorno permanente? Pudiera preguntarse: ‘¿Qué sucede cuando, en ciertas ocasiones, mi esposo es inconsiderado, irrazonable o no cumple con su responsabilidad? ¿Acostumbro encolerizarme, ponerme furiosa y censurarlo ásperamente por sus defectos, o generalmente trato de permanecer calmada en mi interior y evitar una confrontación directa?’ La mujer que tiene un “espíritu tranquilo y apacible” no simplemente aparenta ser pacífica en la superficie mientras que por dentro está como un volcán activo, listo para hacer erupción. No, sino que en circunstancias difíciles trata de mantener un temperamento calmado y ecuánime tanto por fuera como por dentro, lo cual hace que los observadores queden profundamente impresionados por la fuerza interna que manifiesta y la amable manera en que se comporta.
42. Según 1 Pedro 3:5, 6, ¿quiénes tenían un “espíritu tranquilo y apacible”?
42 Tal “espíritu tranquilo y apacible” caracterizó a las mujeres temerosas de Dios de los tiempos precristianos. El apóstol Pedro llama atención a este hecho al escribir:
Porque así, también, se adornaban en otros tiempos las mujeres santas que esperaban en Dios, sujetándose a sus propios esposos, como Sara obedecía a Abrahán, llamándolo ‘señor.’ Y ustedes han venido a ser hijas de ella, si es que siguen haciendo el bien y no temiendo a ninguna causa de terror.”—1 Pedro 3:5, 6.
43. ¿Qué muestra que Sara era una ‘mujer santa’ que esperaba en Dios?
43 Sara, una de las “mujeres santas” de los tiempos precristianos, cifró su esperanza y confianza en Jehová. A diferencia de la esposa de Lot que miró atrás con anhelos a Sodoma, solo para perecer, Sara gustosamente dejó las comodidades de Ur y continuó morando en tiendas con su esposo, Abrahán, por el resto de su vida. Junto con Abrahán, esperaba con anhelo una morada permanente bajo la gobernación divina. (Hebreos 11:8-12) Sara ciertamente no atribuyó demasiada importancia a las posesiones materiales ni a las comodidades. La manera en que vivía revelaba que tenía una actitud espiritual. Sara apreciaba el hecho de que al tiempo de la resurrección recibiría de Dios una recompensa abundante. De modo parecido, las mujeres cristianas de la actualidad obran sabiamente cuando hacen de complacer a Jehová Dios el principal objetivo de la vida.—Compare con Proverbios 31:30.
44. ¿Qué prueba que Sara le tenía respeto profundo a su esposo?
44 La hermosa Sara le tenía profundo respeto a su esposo. Cuando le llegaron visitantes inesperadamente, Abrahán no vaciló en decirle a su fiel compañera: “¡Apresúrate! Toma tres medidas de sea [22 litros] de flor de harina, amásala y haz tortas redondas.” (Génesis 18:6) Aquel mismo día Sara se refirió a Abrahán como su “señor.” Puesto que lo hizo para sus adentros y no de modo que otros lo oyeran, esto ciertamente muestra que en el fondo ella era sumisa a su esposo.—Génesis 18:12.
45. ¿Qué muestra que Sara no tenía una personalidad débil?
45 Sin embargo, Sara no era una mujer de personalidad débil. Cuando notó que Ismael, el hijo de Agar la esclava egipcia, “se burlaba” del propio hijo de ella, Isaac, Sara le habló con firmeza a Abrahán; dijo: “¡Expulsa a esta esclava y a su hijo, porque el hijo de esta esclava no va a ser heredero con mi hijo, con Isaac!” Pero la aprobación que Jehová dio a la solicitud de Sara muestra que ella estaba dirigiendo una súplica vigorosa a Abrahán y que no estaba exigiendo ni mandando de modo indebido. El Todopoderoso notó la súplica hecha con el espíritu correcto, y dirigió a Abrahán a hacer lo que ella pedía.—Génesis 21:9-12.
46, 47. (a) ¿Cómo puede una mujer que expresa puntos de vista firmes y despliega iniciativa demostrar que es sumisa? (b) ¿Qué debemos esperar de una mujer temerosa de Dios?
46 Así mismo, no hay razón para que la cristiana sumisa sea pusilánime ni de carácter débil. Puede expresar opiniones personales definidas y tomar la iniciativa al manejar ciertos asuntos que son de importancia para la felicidad de la familia. Pero trataría de tener presentes los deseos y sentimientos de su esposo y dejar que éstos la guiaran al hacer compras, decorar la casa o atender otros negocios domésticos. Si no está segura de lo que él opina respecto a cierta actividad o compra grande, puede evitar problemas por medio de consultar con él primero. Si ella trata de desempeñar los deberes que le atañen como esposa de una manera que complazca a Dios, también complacerá a su esposo y no le dará razón válida para criticar. La esposa que procede así generalmente consigue una posición de honra y dignidad en la familia. En consecuencia su situación es como la situación de la esposa capacitada que se describe en Proverbios 31:11, 28: “En ella el corazón de su dueño ha cifrado confianza . . . Sus hijos se han levantado y han procedido a pronunciarla feliz; su dueño se levanta, y la alaba.” Al esposo que confía en que su esposa obrará prudentemente y no perjudicará el bienestar de la familia no le parece necesario establecer numerosas reglas con el propósito de controlar acciones imprudentes. Simplemente habrá entre ellos una excelente comprensión. Al atender los asuntos de la familia, ella disfrutará de usar a plenitud su aptitud e iniciativa.
47 A fin de ser una mujer temerosa de Dios en el sentido bíblico, la esposa cristiana tiene que ser industriosa y poder tomar la iniciativa en cuanto a ayudar a otros. Por lo tanto, no será una mujer que virtualmente viva ‘a la sombra’ de su esposo. (Compare con Proverbios 31:13-22, 24, 27.) Da evidencia de esto la descripción que se hace de las cristianas que llenaban los requisitos para ser puestas en una lista especial en el primer siglo E.C. Leemos: “Sea puesta en la lista la viuda que haya cumplido no menos de sesenta años, mujer de un solo esposo, de quien se dé testimonio por sus excelentes obras: si crió hijos, si hospedó a extraños, si lavó los pies de los santos, si socorrió a los atribulados, si siguió con diligencia toda buena obra.” (1 Timoteo 5:9, 10) Note que el registro de obras excelentes de ella se extendía en el pasado hasta abarcar el tiempo en que ella era “mujer de un solo esposo.” De modo que no queremos confundir un “espíritu tranquilo y apacible” con lo que realmente pudiera ser solo falta de iniciativa y de ánimo industrioso.
LOS BENEFICIOS DE MOSTRAR UN ESPÍRITU COMO EL DE CRISTO
48. ¿Cómo puede la esposa cristiana llegar a ser más semejante al Hijo de Dios?
48 Puesto que Cristo es ‘un dechado para que lo sigan todos sus discípulos,’ la esposa cristiana querrá aplicarse para llegar a ser más semejante a él cuando se enfrente a circunstancias desfavorables. (1 Pedro 2:21) Esto requiere que sea honrada consigo misma al evaluar sus palabras y acciones. Entonces, al acompañar su consideración del ejemplo de Jesucristo con oración y continuar pidiendo a Jehová Dios la ayuda de Su espíritu para llegar a ser mejor esposa, logrará tener la “mente de Cristo” a mayor grado. (1 Corintios 2:16) Su progreso se hará manifiesto a todos. Esto se debe a que, mientras más pensamos en las excelentes cualidades y los actos dignos de alabanza de alguien a quien amamos, más deseamos ser como esa persona.
49-51. (a) ¿Por qué siempre es prudente el que la esposa aplique los principios bíblicos? (b) ¿Qué excelentes beneficios pueden resultar de una adherencia fiel a las Escrituras? (c) ¿Qué “causa de terror” no debe temer la cristiana, y por qué?
49 Aun cuando el esposo sea desconsiderado, irrazonable o eluda su responsabilidad, la esposa puede confiar de pleno en que el aplicar los principios de la Biblia dará los mejores resultados posibles en medio de las circunstancias. Poco logra la esposa que convierte en una gran cuestión de disputa cada decisión errónea que su esposo ha tomado, haciendo así caso omiso del consejo bíblico de que sea sumisa. Los seres humanos tienden a defenderse cuando se equivocan. Por eso, si cada vez que el esposo no usa buen juicio la esposa da al suceso exagerada importancia, puede que ella reciba una reacción contraria a la que desea. Puede que él se resuelva más firmemente a pasar por alto lo que su esposa le dice a fin de probarle que no necesita los consejos de ella. Por otra parte, si ella, en respuesta a los errores de él, refleja que comprende el hecho de que nosotros los humanos pecaminosos no podemos evitar por completo cometer errores de juicio, es posible que él esté mucho más dispuesto a dar consideración a las ideas de ella la próxima vez. A él no le será tan difícil evitar que su orgullo llegue a estar demasiado íntimamente envuelto en el asunto.
50 Al alentar a su esposo de manera bondadosa y gentil, puede que la esposa cristiana logre que él considere seriamente la manera en que ella se comporta y que él empiece a hacer cambios en su vida. Aunque pudiera ser que el progreso fuera lento, la esposa consigue un galardón inmediato. ¿Cuál es? Evita la tremenda tensión emocional, la amargura y el desagrado que resultarían de una confrontación directa con su esposo.—Proverbios 14:29, 30.
51 Puede que el fiel apego de la esposa a las Escrituras en conducta y habla no siempre dé por resultado que su esposo no creyente se convierta en cristiano. Pero ella todavía tiene la satisfacción de saber que su proceder ‘agrada mucho a Dios.’ La manera loable en que cumple con las responsabilidades que tiene como esposa y madre constituye parte de su registro de obras excelentes que es como un tesoro depositado en el cielo. Ese tesoro rendirá dividendos ricos en la forma de bendiciones divinas. (Mateo 6:20) Puesto que ella reconoce la importancia de mantener una buena reputación ante Dios, debe ‘seguir haciendo el bien’ y no temer “ninguna causa de terror”... ningún maltrato, amenaza u oposición que pudieran venirle por el hecho de que sea discípula de Jesucristo. En vez de sucumbir al temor y perder su relación con Jehová y su Hijo, ella puede considerar que está sufriendo por causa de Cristo. Así demuestra que es hija de la sumisa Sara, una piadosa mujer de fe.
“DE ACUERDO CON CONOCIMIENTO”
52. ¿Qué hay de significativo en el hecho de que Pedro use la palabra griega que significa “así mismo” o “de igual manera” al aconsejar a los esposos cristianos?
52 Tal como la esposa tiene ciertos deberes por la relación que la enlaza a su esposo, así también el esposo tiene deberes por la relación que lo enlaza a su esposa. El apóstol Pedro recordó esto a los esposos y usó la palabra griega para “así mismo” o “de igual manera” para conectar la amonestación que dio a los esposos con el consejo que había dado a las esposas, al decir ahora:
“Ustedes, esposos, continúen morando con ellas de igual manera de acuerdo con conocimiento, asignándoles honra como a un vaso más débil, el femenino, puesto que ustedes también son herederos con ellas del favor inmerecido de la vida, a fin de que sus oraciones no sean estorbadas.”—1 Pedro 3:7.
53. ¿Qué debe gobernar la manera en que el esposo mora con su esposa?
53 Es digno de notarse que el apóstol inspirado, él mismo un hombre casado, primero llama atención al hecho de que la manera en que el esposo mora o vive con su esposa debe ser gobernada por “conocimiento.” (Marcos 1:30; 1 Corintios 9:5) Ciertamente el esposo desearía conocer bien a su esposa... los sentimientos, fuerzas, limitaciones, gustos y aversiones de ella. Pero, y esto es de mayor importancia aún, también debería llegar a conocer lo que son las responsabilidades de él como esposo cristiano. Al realmente conocer a su esposa y también conocer el papel que Dios le ha asignado a él, el esposo puede ‘continuar morando con su esposa de acuerdo con conocimiento.’
54. ¿Qué se requiere para ejercer la jefatura?
54 Las Escrituras muestran que el esposo es cabeza de su esposa. Pero no es un cabeza absoluto, pues él tiene que someterse a la jefatura de Jesucristo al manejar los asuntos de la familia. “La cabeza de todo varón es el Cristo,” nos dice la Biblia. (1 Corintios 11:3) “Esposos,” escribió el apóstol Pablo, “continúen amando a sus esposas, así como el Cristo también amó a la congregación y se entregó a sí mismo por ella.” (Efesios 5:25) Se ve, pues, que el modo en que el Hijo de Dios trata a la congregación cristiana debe servir de modelo a los esposos a medida que desempeñen sus obligaciones de familia. Ciertamente no hay nada tiránico ni cruel en cuanto a la manera en que Jesucristo ejerce la jefatura sobre la congregación. Hasta entregó su vida por ella. Por lo tanto, la jefatura del esposo no le da derecho a dominar a su esposa y ponerla en una posición baja, degradada. Más bien, le impone la responsabilidad de estar presto a sacrificarse en su amor, de estar dispuesto a dar prioridad al bienestar e intereses de su esposa más bien que a los deseos y preferencias personales de él.
55. Puesto que Jesucristo es el ejemplo, ¿qué deben hacer los esposos cristianos?
55 Puesto que Jesucristo es el ejemplo perfecto para los esposos, éstos hacen bien en familiarizarse con lo que él hizo al tratar con sus discípulos. Algo de más importancia aún: los esposos deben tratar de amoldarse al modelo del Hijo de Dios al desempeñar sus responsabilidades de familia. Considere solo unas cuantas cosas de las muchas que Jesucristo hizo al atender a sus discípulos mientras estuvo en la Tierra.
56, 57. (a) ¿Cómo mostró el Hijo de Dios interés genuino en el bienestar espiritual de sus discípulos? (b) En vista del ejemplo de Jesús, ¿qué pudiera preguntarse el esposo?
56 El Hijo de Dios se interesaba sinceramente en el bienestar espiritual de sus seguidores. Aun cuando desplegaban lentitud en cuanto a comprender asuntos importantes, no se impacientaba con ellos. Tomaba el tiempo necesario para aclararles las cosas, y se aseguraba de que realmente entendieran lo que les enseñaba. (Mateo 16:6-12; Juan 16:16-30) Cuando siguieron teniendo el problema de no ver con comprensión la relación que debería existir entre unos y otros, Jesús repitió los puntos sobre la necesidad de servir humildemente a otros. (Marcos 9:33-37; 10:42-44; Lucas 22:24-27) Durante la última noche que estuvo con los apóstoles reforzó su enseñanza sobre la humildad lavando los pies de ellos, y así les dio el ejemplo. (Juan 13:5-15) Jesús también tenía en cuenta las limitaciones de sus discípulos y no les daba más información de la que podían comprender en cada ocasión.—Juan 16:4, 12.
57 El esposo cristiano pudiera, por lo tanto, preguntarse: ‘¿Cuánto me preocupo por el bienestar espiritual de mi esposa e hijos? ¿Me cercioro de que realmente comprenden los principios bíblicos? Cuando noto actitudes y acciones incorrectas, ¿explico claramente por qué son incorrectas y por qué deben hacerse cambios? ¿Tomo en cuenta sus limitaciones y ejerzo cuidado para no exigir demasiado?’
58. ¿Cómo pudiera el esposo imitar el ejemplo de Jesús al considerar las necesidades físicas de su familia?
58 El Hijo de Dios también se mantuvo alerta para notar lo que sus discípulos necesitaban desde el punto de vista físico. Cuando los apóstoles volvieron a Jesús tras una gira de predicación y le informaron lo que habían hecho, él dijo: “Vengan, ustedes mismos, privadamente a un lugar solitario y descansen un poco.” (Marcos 6:31) De igual manera, es proceder con sabiduría el que el esposo se encargue de que su esposa e hijos tengan tiempo para disfrutar de esparcimiento y refrescarse de la acostumbrada rutina de la vida.
59, 60. (a) ¿Cómo ha mostrado Jesucristo confianza en sus discípulos? (b) ¿Cómo puede esto ayudar al esposo al ejercer su jefatura?
59 Al ejercer su jefatura, Jesucristo no restringe a los miembros de la congregación con una lista de reglamentos complicados. Les dio los mandatos y pautas que realmente eran importantes como base para que pudieran tomar decisiones correctas al enfrentarse a los problemas de la vida. Su amor abnegado, junto con su firme creencia y confianza en los discípulos, los “obliga,” en realidad, a responder con un amor semejante y a hacer todo lo posible por complacerle.—2 Corintios 5:14, 15; compare con 1 Timoteo 1:12; 1 Juan 5:2, 3.
60 De igual manera, el que el esposo muestre que confía en su esposa puede contribuir mucho a la conservación de un matrimonio feliz. La esposa a quien se concede poca libertad para usar iniciativa en el desempeño de sus responsabilidades, no tarda mucho en perder el gozo de su trabajo. Se siente reprimida en el uso de su conocimiento, talentos y habilidades, lo cual resulta en frustración. Por otra parte, cuando su esposo confía ciertos asuntos importantes al buen juicio de ella, la esposa se regocija al manejar las cosas de una manera que deleite a su esposo.
“ASIGNÁNDOLES HONRA COMO A UN VASO MÁS DÉBIL”
61-63. (a) ¿Qué dicen las Escrituras acerca del modo en que el esposo debe tratar con su esposa? (b) ¿Qué cosas evitaría el esposo si realmente le asignara a su esposa un lugar honorable? (c) Cuando se trata de los asuntos importantes de la familia, ¿qué debe estar dispuesto a hacer el esposo? (d) ¿Por qué no basta con tomar en consideración solo la palabra que se ha hablado al tomar las decisiones finales?
61 Al morar con su esposa de acuerdo con el conocimiento que él tiene de ella como persona y con el conocimiento de las responsabilidades bíblicas que él tiene para con ella, el esposo también le asignaría “honra como a un vaso más débil, el femenino.” Ella es el “vaso más débil” debido a que la estructura corporal de la mujer le impone a ésta más limitaciones físicas que las que por lo general tienen los hombres. Pero en la familia ella debe ocupar una posición de honra o dignidad. Las siguientes palabras del apóstol Pablo ilustran la manera en que el esposo puede asignar honra a su esposa: “De esta manera los esposos deben estar amando a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa a sí mismo se ama, porque nadie jamás odió a su propia carne; antes bien la alimenta y la acaricia, como también el Cristo a la congregación.”—Efesios 5:28, 29.
62 Por lo general, los esposos no menosprecian sus propios logros, no se representan como incompetentes, no someten su cuerpo a tratamiento cruel, y no pasan por alto la necesidad que tienen de descanso y refrigerio. No quieren la reputación de ser holgazanes, sino que desean una posición de dignidad ante otros. Si el esposo realmente es cristiano, no va a burlarse de las debilidades que tenga su esposa, no la va a menospreciar ni va a crear en ella el sentimiento de que está en condición baja y degradada. Le otorgará a su esposa la misma clase de dignidad y consideración que quiere para sí, de modo que hará que ella sienta que hace falta, que se le aprecia y se le necesita.
63 Para que la esposa tenga una posición honorable en el hogar, el esposo tiene que estar dispuesto a considerar con ella los asuntos de la familia con calma y de manera razonable, y dejar que ella exprese sus pensamientos e ideas. La esposa debe tener libertad para expresarse francamente y sentirse segura de que lo que ella diga al considerar asuntos serios no será desechado como cosa de poca importancia, sino que recibirá la debida consideración de su esposo. (Compare con Jueces 13:21-23; 1 Samuel 25:23-34; Proverbios 1:5, 6, 8, 9.) Además, el esposo tiene que estar alerta para notar más que solo la palabra que se ha hablado. El tono de voz, las expresiones faciales y la falta de entusiasmo o de espontaneidad pueden revelar los sentimientos más profundos. (Compare con Proverbios 15:13.) El esposo que ha llegado a conocer a su esposa no va a pasar por alto cosas como éstas y proceder ciegamente a hacer algo que pudiera ser motivo de irritación innecesaria.
64. ¿Cuándo no cedería el esposo a su esposa, y por qué es beneficioso que no lo haga?
64 Por supuesto, como cabeza de la familia el esposo no cedería a los deseos de su esposa cuando estuviera completamente seguro de que el hacerlo perjudicaría los intereses de la familia en conjunto. (Compare con Números 30:6-8.) El esposo reconoce que tiene la obligación bíblica de apoyar lo que él honradamente cree que es correcto, prescindiendo de si afronta un despliegue de agitación emocional de parte de la esposa debido a ello. El que el esposo cumpliera con los deseos de su esposa en una acción contraria al proceder que él juzga mejor significaría deshonrar a Dios, que le ha confiado al hombre el puesto de cabeza de la familia. Y si después de eso los asuntos resultaran en penalidades para la familia, esto pudiera amargarlo para con su esposa. Por otra parte, el que él permanezca firme a favor de lo que definitivamente cree que es el proceder correcto beneficia a la familia. Si ha orado al tomar su decisión y ésta está en armonía con los principios bíblicos, bien puede ser que su esposa vea la sabiduría de la decisión que él haya tomado y se regocije de que su esposo haya permanecido firme. Esto debe intensificar el respeto que ella le tiene y contribuir a la felicidad de ella y de toda la familia.
UNA RAZÓN ESPIRITUAL
65. ¿Qué razón espiritual hay para que el esposo cristiano viva con su esposa creyente “de acuerdo con conocimiento”?
65 Hay razón apremiante para que el esposo cristiano viva “de acuerdo con conocimiento” con su esposa creyente y le conceda honra. No es solo debido al beneficio que proviene de que haya más paz en la familia. El apóstol Pedro les mostró a sus compañeros de creencia una razón aún más importante. Explicó que los esposos son ‘herederos con sus esposas del favor inmerecido de la vida.’ Jesucristo, a causa de su muerte en sacrificio, hizo disponible tanto a hombres como a mujeres la oportunidad de ser librados de la condenación del pecado y la muerte, con la vida eterna en mira. Por lo tanto, la esposa puede tener ante Dios y Cristo una posición tan aprobada como la de su esposo. Así que el esposo tiene razón seria para ejercer cuidado y no tratar a su esposa como si fuera una persona inferior que a los ojos de Dios tiene menos valor que él.
66. ¿Por qué resulta en grave daño espiritual el que los asuntos maritales no se manejen bíblicamente?
66 El no manejar los asuntos maritales de acuerdo con el ejemplo de Jesucristo con su congregación tiene un efecto dañino en el estado espiritual tanto del esposo como de la esposa. Sí, ‘pudiera haber trastornos con relación a las oraciones.’ Es difícil acudir a Dios en oración si en el hogar los cónyuges están prestos a reñir, a sentirse ofendidos, a abrigar rencores y obrar con aspereza y falta de razón. Debido a que la persona se sentiría condenada en el corazón, no podría, al orar, expresarse con toda franqueza. (1 Juan 3:21) Además, Jehová Dios ha declarado lo que se requiere para que él oiga las oraciones. Rehúsa escuchar peticiones de ayuda cuando se las hacen personas faltas de misericordia, que no quieren perdonar las ofensas de otros. (Mateo 18:21-35) Los que se esfuerzan por armonizar su vida con los mandamientos de él son los únicos a quienes él oye con favor. (1 Juan 3:22) Ni los esposos ni las esposas que en su matrimonio dejan de imitar el ejemplo de Jesucristo con su congregación pueden esperar recibir ayuda divina al tratar con sus problemas. Por otra parte, el obedecer fielmente la amonestación bíblica les garantiza la aprobación y bendición divinas. De seguro ésta es una recompensa excelente que proviene de someterse a la jefatura del Hijo de Dios.
LA SUMISIÓN EN LA CONGREGACIÓN CRISTIANA
67. Según Mateo 23:8-11, ¿qué actitud debe existir dentro de la congregación cristiana?
67 También dentro de la congregación cristiana existe una verdadera necesidad de reconocer la jefatura de Cristo. El reconocerla afecta la actitud y conducta de los miembros individuales unos para con otros. Según las palabras de Jesús mismo, su congregación habría de ser una hermandad. Dijo a sus discípulos: “Ustedes, no sean llamados Rabí, porque uno solo es su maestro, mientras que todos ustedes son hermanos. Además, no llamen padre de ustedes a nadie sobre la tierra, porque uno solo es su Padre, el Celestial. Tampoco sean llamados ‘caudillos,’ porque su Caudillo es uno, el Cristo. Pero el mayor entre ustedes tiene que ser su ministro [griego: siervo].”—Mateo 23:8-11.
68, 69. (a) Dado que la congregación es una hermandad, ¿qué modo licencioso de obrar no debe adoptarse? (b) ¿Qué era preciso que Timoteo tuviera presente al tratar con los miembros de la congregación?
68 Nadie, por lo tanto, debe hacerla de príncipe en la congregación. Pero los que sirven de ancianos y maestros en la congregación deben imitar al Amo, Cristo, y trabajar humildemente como esclavos para sus hermanos. Sin embargo, puesto que la congregación es una hermandad compuesta tanto de jóvenes como de ancianos, de hombres como de mujeres, los miembros individuales de la congregación no tienen libertad para obrar de modo licencioso que viole el sentido natural del decoro. El apóstol Pablo aconsejó a Timoteo: “No critiques severamente a un hombre de más edad. Por lo contrario, ínstale como a padre, a los de menos edad como a hermanos, a las mujeres de más edad como a madres, a las de menos edad como a hermanas con toda castidad.”—1 Timoteo 5:1, 2.
69 Al tiempo que el apóstol escribió estas palabras, Timoteo probablemente había pasado de los 30 años de edad. Aunque servía de anciano nombrado, se le amonestaba que tuviera presente que todavía era comparativamente joven. Si tuviera que corregir a un hombre de más edad, Timoteo no habría de ser severo con él, sino que debería suplicarle y desplegar ante él el comportamiento respetuoso que desplegaría un hijo delante de su padre. (Compare el modo respetuoso en que los hijos de Jacob le suplicaron a éste, según se registra en Génesis 43:2-10.) También a las mujeres de más edad se les habría de mostrar la consideración y bondad que se le deben a una madre. Ni siquiera con los hombres jóvenes podía Timoteo tomarse libertades, sino que debía tratar con ellos como lo haría con hermanos carnales amados. Debido a la fuerte atracción que los hombres sienten para con las personas del sexo opuesto, era muy apropiado que se le advirtiera a Timoteo que tratara a las mujeres jóvenes como si fueran sus propias hermanas carnales “con toda castidad.” Esto quiso decir que, al asociarse con las jóvenes cristianas, habría de permanecer casto, puro o limpio en sus pensamientos, palabras y acciones.
70. (a) ¿Por qué se necesita un espíritu de sumisión a fin de mantener la debida conducta en la congregación? (b) ¿Qué puede ayudar a uno a mantener un espíritu sumiso?
70 En nuestra relación con otros miembros de la congregación, necesitamos un espíritu de humildad a fin de mantenernos en nuestro lugar y no violar el sentido natural de la decencia y el decoro. Con razón, pues, el apóstol Pedro amonestó: “Ustedes, hombres de menos edad, estén en sujeción a los hombres de más edad.” (1 Pedro 5:5) Los hombres jóvenes deben esforzarse por cooperar con los hombres de más edad, especialmente con los ancianos nombrados de la congregación. Ciertamente le sería impropio a un joven hablar con los hombres de más edad o actuar para con ellos de una manera que vería como inconcebible si estuviera tratando con su propio padre carnal. Pero, ¿qué puede hacer un joven para mantener un espíritu de sumisión? Quizás le sea provechoso pensar en las cualidades loables de los hermanos de más edad y en su registro de servicio fiel. Esto puede ayudar a intensificar el amor y aprecio que les tiene.—Compare con Hebreos 13:7, 17.
71. ¿Qué quiere decir el que ‘nos ciñamos con humildad de mente’?
71 Por supuesto, Pedro hizo más que animar sólo a los jóvenes a ser sumisos a los hombres de más edad. Continuó así: “Todos ustedes cíñanse con humildad de mente los unos para con los otros.” En la lengua original la expresión “cíñanse con humildad de mente” encierra la idea de atarse esa humildad de mente a uno mismo con nudos. Esa “humildad de mente” habría de ser como un delantal o una prenda con la que se ciñe un esclavo. Por eso, el espíritu que Pedro animaba a tener es un espíritu de querer servir y beneficiar a otros. ¡Qué excelente es el que tratemos a toda persona de la congregación con respeto y deferencia y le otorguemos la dignidad que merece! Este proceder resulta en la bendición y favor de Jehová, pues Pedro añade: “Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes.”—1 Pedro 5:5.
72. ¿Qué recompensas trae el mostrar la debida sujeción?
72 En verdad, el que mostremos la clase de sumisión que armoniza con las Santas Escrituras paga una recompensa rica. Jamás empeora una situación mala, sino que nos da una conciencia buena ante Dios y los hombres. El que el cristiano o la cristiana se sujete a las autoridades gubernamentales, a los patronos, a los supervisores o a un esposo no creyente puede suministrar un testimonio excelente respecto al valor del cristianismo verdadero y puede ayudar a otros a llegar a ser discípulos del Hijo de Dios, con la vida eterna en mira. En nuestro propio caso, podemos estar seguros de que Jehová Dios nos recompensará abundantemente por haber procedido de la manera que es grata a su vista. Sí, la sujeción apropiada a las autoridades constituye una parte vital de nuestro disfrute del mejor modo de vivir ahora.
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Forasteros y residentes temporales de conducta ejemplarEscogiendo el mejor modo de vivir
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Capítulo 7
Forasteros y residentes temporales de conducta ejemplar
1, 2. ¿De qué manera ven muchos a los forasteros, y por qué?
EL QUE una persona resalte entre la gente de la comunidad en que vive porque parece muy diferente de los demás resulta muchas veces en que la vean con desconfianza y sospecha. Puede que la gente observe su conducta más detenidamente que el comportamiento de las personas que son nativas de la zona. Triste es decirlo, pero algunos individuos pueden formar prejuicios contra toda una raza, nacionalidad o tribu debido al mal comportamiento de un solo extranjero en su vecindad. Hasta los gobiernos establecen leyes y reglamentos que aplican únicamente a los forasteros. Si la conducta de un extranjero no se considera deseable, puede ser deportado.
2 ¿Por qué merece todo esto la consideración seria del cristiano? ¿Cómo debe afectar su modo de vivir?
3. (a) ¿Por qué son “extranjeros” en este mundo los cristianos verdaderos? (b) ¿Cómo los consideran los incrédulos, y por qué?
3 En este mundo, los cristianos verdaderos son “forasteros y residentes temporales” porque esperan una morada permanente como parte de los “nuevos cielos y una nueva tierra” que Dios hace. (1 Pedro 2:11; 2 Pedro 3:13) Los discípulos verdaderos de Jesucristo tratan de pensar y obrar en armonía con las Santas Escrituras, y debido a eso puede que los incrédulos, o los que solo fingen practicar el cristianismo, los menosprecien como si fueran “extranjeros” indeseables. Pero el modo en que el mundo ve al cristiano no debe avergonzar a éste. Desde el punto de vista divino, su estado de forastero es uno de dignidad. Por eso, el cristiano querrá hacer todo lo posible para portarse de tal modo que no le dé a nadie razón válida para vituperarlo.
4, 5. (a) En el primer siglo E.C., ¿por qué pudo el apóstol Pedro referirse a los cristianos como “residentes temporales esparcidos”? (b) ¿Cómo los consideraba Jehová Dios?
4 Al escribir a compañeros de creencia, el apóstol Pedro llamó atención a la posición honorable que ellos ocupaban como “forasteros y residentes temporales.” Al principio de su primera carta, leemos:
“Pedro, apóstol de Jesucristo, a los residentes temporales esparcidos por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, a los escogidos según la presciencia de Dios el Padre, con santificación por el espíritu, con el propósito de que sean obedientes y rociados con la sangre de Jesucristo.”—1 Pedro 1:1, 2.
5 Allá en el primer siglo E.C., los creyentes se hallaban esparcidos en diferentes lugares y vivían en medio de grandes poblaciones no cristianas. A menudo sus vecinos los despreciaban sin motivo justo. Por eso, debe haberles animado el leer u oír cómo los estimaba Jehová, según se expresó esto en la carta de Pedro. Realmente eran “los escogidos” de Dios, los elegidos. El Altísimo los había hecho su posesión, su pueblo. Mucho antes de que llegara a existir la congregación cristiana compuesta de judíos y no judíos, el Todopoderoso ya sabía que con el tiempo tendría dicho grupo de siervos esparcidos en diferentes partes de la Tierra. Por medio de la operación del espíritu de Dios sobre ellos, se les santificó o apartó para uso sagrado. Al tratar con ellos, Jehová tenía por objetivo el que fueran hijos obedientes de él, ocupados en hacer Su voluntad. El saber que el Soberano Universal estaba usándolos de esta manera ciertamente debería haberlos conmovido profundamente y debería haberlos impulsado a querer vivir en conformidad con el propósito noble que Dios les había asignado.
6. (a) ¿Cómo consiguieron los cristianos su posición limpia delante de Dios? (b) ¿Qué puede estar incluido en el hecho de que ‘fueron rociados con la sangre de Jesucristo’?
6 Por supuesto, no fue debido a su propio mérito que los creyentes llegaron a ser un pueblo escogido, santificado. Como individuos, eran pecadores y tenían que ser limpiados, de modo que el apóstol Pedro dijo que habían sido “rociados con la sangre de Jesucristo.” Esto nos recuerda el procedimiento de limpieza establecido para el israelita que quedara ceremonialmente contaminado por, entre otras cosas, haber tocado un cadáver humano. Para volver a estar limpio, el individuo tenía que ser rociado con el agua que se usaba para impartir limpieza. (Números 19:1-22) De modo parecido, los beneficios expiatorios del sacrificio de Cristo se les habían aplicado a los cristianos y así los cristianos podían tener una conciencia limpia delante de Dios y franqueza de expresión al acercarse a él en oración. (Hebreos 9:13, 14; 10:19-22) Adicionalmente, cuando a los israelitas se les admitió en una relación de pacto con Jehová, Moisés roció al pueblo con la sangre de las víctimas de sacrificio. (Éxodo 24:3-8) Por lo tanto, las palabras acerca de que ‘fueron rociados con la sangre de Jesucristo’ también pueden llamar atención al hecho de que estos creyentes habían sido admitidos en el nuevo pacto para el cual Jesucristo había servido de mediador y que él había hecho válido por medio de su sangre derramada, y también al hecho de que ellos ahora eran partícipes de los beneficios de este pacto.
7. ¿Qué se requiere de nosotros debido a nuestra condición de “forasteros”?
7 Lo mismo que los creyentes del primer siglo E.C., los discípulos devotos de Jesucristo hoy día tienen una posición honorable ante Jehová Dios. En este mundo su conducta como “forasteros” y “residentes temporales” tiene que ser ejemplar. De otro modo, le acarrean vituperio a Jehová Dios y a la congregación de su pueblo. Por lo tanto, es necesario que todos tomen a pecho la amonestación del apóstol Pedro: “Amados, les exhorto como forasteros y residentes temporales a que sigan absteniéndose de los deseos carnales, los cuales son los mismísimos que llevan a cabo un conflicto en contra del alma.”—1 Pedro 2:11.
8. ¿A qué cosas no debemos permitirnos llegar a estar indebidamente apegados, y por qué?
8 Debido a que somos “forasteros y residentes temporales” en este sistema de cosas que está por pasar, no nos conviene cobrarle apego indebido a cosa alguna dentro de la estructura de cosas relacionadas con la humanidad que actualmente existe. Ninguno de los vínculos, tristezas, gozos o posesiones terrestres son permanentes. El tiempo y el suceso imprevisto le acontecen a toda persona y pueden cambiar las circunstancias de uno súbita y dramáticamente. (Eclesiastés 9:11) Por eso, el prestar atención a este consejo del apóstol Pablo encierra verdadera sabiduría: “Los que tienen esposas sean como si no tuviesen, y también los que lloran sean como los que no lloran, y los que se regocijan como los que no se regocijan, y los que compran como los que no poseen, y los que hacen uso del mundo como los que no lo usan plenamente; porque la escena de este mundo está cambiando.” (1 Corintios 7:29-31) El que estemos completamente absortos en las tristezas o gozos que son el producto de estas circunstancias y relaciones que cambian de continuo pudiera obrar en contra de que logremos un mayor acercamiento al Altísimo y a su Hijo, y esto resultaría en una grave pérdida para nosotros.
9, 10. (a) ¿Por qué tienen los mundanos ese modo de ver las posesiones? (b) ¿Por qué debe nuestro modo de ver las posesiones diferir del modo en que las ven los incrédulos?
9 La situación de la mayoría de la humanidad demuestra claramente por qué no debemos tratar de ‘hacer uso del mundo a grado cabal.’ Por lo general, la gente no está enterada de la promesa de Dios de “nuevos cielos y una nueva tierra” o no tiene verdadera fe en ese justo nuevo orden venidero. Por eso, aparte de su vida actual no tienen nada en que fijar su atención. No tienen una esperanza sólida respecto al futuro. A eso se debe el que estén tan envueltos en pensar en sus necesidades diarias y empeñados en conseguir cuanto puedan del mundo. (Mateo 6:31, 32) Sus ojos brillan ante la expectativa de conseguir ropa fina, joyas centelleantes, adornos costosos, muebles hermosos o casas lujosas. Quizás esperen impresionar a otros con sus posesiones materiales y se esfuercen por hacerlo.—1 Juan 2:15-17.
10 En contraste, el cristiano reconoce que ante él se extiende un futuro eterno. Sería absurdo el que se enfrascara a tal grado en los asuntos de la vida que quedara virtualmente sin tiempo para el Creador de quien depende su futuro. Esto no quiere decir que los siervos verdaderos de Dios no puedan disfrutar correctamente de muchas cosas excelentes que se pueden comprar con dinero. Pero si realmente nos vemos como “residentes temporales” en este sistema actual, entonces ni siquiera los placeres sanos ni las posesiones materiales beneficiosas llegarán a ser jamás el foco de nuestra vida. A la vez que no somos derrochadores ni descuidados con nuestros bienes, los consideramos correctamente de un modo muy parecido a la manera en que personas fidedignas consideran el apartamento amueblado, las herramientas, el equipo u otros artículos que meramente alquilan cuando los necesitan. Tales personas cuidan bien de estas cosas, pero nunca llegan a estar completamente apegadas a ellas como si fueran posesiones permanentes. Nuestra vida debe demostrar que reconocemos que nada del presente sistema da garantía alguna de permanencia, que solo somos “forasteros” y “residentes temporales,” resueltos a avanzar hacia el nuevo orden que Dios ha prometido hacer.
‘ABSTÉNGANSE DE LOS DESEOS CARNALES’
11. ¿Qué estaría incluido en los deseos carnales de los cuales tenemos que abstenernos?
11 Sin embargo, para tener éxito en nuestro modo de vivir como cristianos, hay mucho más que tenemos que hacer además de reconocer que, en cuanto a lo que tiene que ver con nuestra vida actual en este mundo, nuestras circunstancias están expuestas a cambio impredecible. También tenemos que dar atención seria a la exhortación bíblica de ‘abstenernos de los deseos carnales.’ Esto se refiere a los anhelos o deseos incorrectos que el individuo tiene en los miembros de su cuerpo. La carta del apóstol Pablo a los gálatas revela los pecados que estos anhelos incorrectos incitan. Después de mostrar que la persona que deja que el espíritu de Dios la conduzca no lleva a cabo “ningún deseo carnal,” el apóstol alista las obras de la carne: “fornicación, inmundicia, conducta relajada, idolatría, práctica de espiritismo, enemistades, contiendas, celos, enojos, altercaciones, divisiones, sectas, envidias, borracheras, diversiones estrepitosas y cosas semejantes a éstas.”—Gálatas 5:16, 19-21.
12, 13. (a) ¿Cómo puede decirse que los deseos carnales “llevan a cabo un conflicto en contra del alma”? (b) ¿Qué tenemos que hacer para mantener una posición limpia delante de Dios?
12 Como resultado del pecado que hemos heredado, nos hallamos expuestos a presiones fuertes que se ejercen en nosotros para que nos envolvamos en las obras de la carne, para que ‘llevemos a cabo deseos carnales.’ Los deseos dañinos, inmorales, son como un ejército invasor que trata de conseguir el dominio del alma entera, la persona entera, y hacer que ésta ceda y se entregue a la satisfacción de sus pasiones pecaminosas. El apóstol cristiano Pablo estaba muy consciente de la lucha que esto puede ocasionar dentro del individuo. Haciendo referencia a su propio caso, escribió: “Sé que en mí, es decir, en mi carne, nada bueno mora; porque la habilidad para desear está presente conmigo, mas la habilidad para obrar lo que es excelente no está presente. Porque lo bueno que deseo no lo hago, mas lo malo que no deseo es lo que practico.” (Romanos 7:18, 19) Este conflicto obligó a Pablo a ‘aporrear su cuerpo y conducirlo como a esclavo, para que, después de haber predicado a otros no llegara a ser desaprobado de algún modo.’—1 Corintios 9:27.
13 De la misma manera, nuestro deseo de mantener una posición limpia delante de Dios y recibir su bendición nos da motivo para esforzarnos por tener bajo control cualesquier anhelos incorrectos. ¿Por qué debiéramos hacer de una lucha difícil una más difícil aún al envolvernos en entretenimiento, materia de lectura, asociación y circunstancias que no pueden menos que excitar nuestras inclinaciones pecaminosas y reforzar la presión que ejercen en nosotros? De más importancia es que tenemos que dar pasos positivos para protegernos. Es bueno tener presente que no podemos salir victoriosos por nuestras propias fuerzas, sino que necesitamos el estímulo de nuestros hermanos devotos y la ayuda del espíritu de Dios. El apóstol Pablo instó a Timoteo a que siguiera “tras la justicia, la fe, el amor, la paz, junto con los que de corazón limpio invocan al Señor.” (2 Timoteo 2:22) Si esto es lo que estamos haciendo, entonces, con la ayuda del espíritu santo, podemos tener éxito en evitar que los deseos incorrectos logren dominarnos. Así, el que resistamos los deseos carnales por medio de mantener la mente fija en lo que es verdadero, justo, casto, amable, virtuoso y digno de alabanza impedirá el que recibamos la desaprobación divina. (Filipenses 4:8, 9) Después de haber tratado de ayudar a otros a tener éxito, no nos convertiremos en un fracaso nosotros mismos.
LA CONDUCTA EXCELENTE PUEDE AYUDAR A OTROS A ACEPTAR LA ADORACIÓN VERDADERA
14. ¿Cómo puede beneficiar a otros el que nos vean ‘abstenernos de deseos carnales’?
14 Hay todavía otro beneficio muy deseable que viene junto con el que nos ‘abstengamos de los deseos carnales.’ El apóstol Pedro escribió: “Mantengan excelente su conducta entre las naciones, para que, en la cosa en que hablen contra ustedes como de malhechores, ellos, como resultado de las obras excelentes de ustedes de las cuales ellos son testigos oculares, glorifiquen a Dios en el día para la inspección por él.”—1 Pedro 2:12.
15. ¿De qué manera se presentó en falsos colores a los cristianos del primer siglo E.C.?
15 En el primer siglo, los cristianos muchas veces fueron objeto de una presentación en falsos colores, pues la gente los describía como “malhechores.” Acusaciones como las siguientes fueron típicas: “Estos hombres están turbando muchísimo a nuestra ciudad, . . . y están publicando costumbres que no nos es lícito adoptar ni practicar, puesto que somos romanos.” (Hechos 16:20, 21) ‘Estos hombres han trastornado la tierra habitada.’ “Actúan en oposición a los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús.” (Hechos 17:6, 7) Al apóstol Pablo se le acusó de ser “un individuo pestilente y que promueve sediciones entre todos los judíos por toda la tierra habitada.” (Hechos 24:5) Hombres de importancia entre los judíos de Roma dijeron a Pablo: “Verdaderamente en lo que toca a esta secta nos es conocido que en todas partes se habla en contra de ella.”—Hechos 28:22.
16. (a) ¿Cuál es la mejor defensa de los cristianos verdaderos contra el que los presenten en falsos colores? (b) ¿Cómo puede esto resultar en bien para los opositores?
16 La mejor defensa contra esta clase de presentación en falsos colores es la conducta excelente. Cuando los cristianos demuestran que son obedientes a las leyes, pagan fielmente los impuestos, manifiestan que están dispuestos a hacer cualquier “obra buena,” y en sus ocupaciones personales son trabajadores industriosos, honrados en sus tratos, y demuestran interés sincero en el bienestar de su semejante... las acusaciones contra ellos quedan desenmascaradas como falsas. (Tito 2:2–3:2) Así, hasta a las personas que repitan la información calumniadora acerca de los cristianos se les puede ayudar a ver lo incorrecto de su proceder y a sentirse impulsadas a adoptar la adoración verdadera. Entonces, al tiempo en que Dios verifique su inspección y juicio, puede que éstos que antes representaban en falsos colores a los cristianos se cuenten entre los que glorifiquen o alaben al Altísimo.
17. En vista del efecto salutífero que la buena conducta tiene en los observadores, ¿a qué debemos dar consideración seria?
17 El hecho de que la vida recta que el cristiano lleva puede ser una fuerza tremenda para el bien debe hacernos considerar seriamente el modo en que tratamos a otros y hasta qué punto mostramos interés en nuestros vecinos. Ciertamente no queremos cerrar los ojos ante las necesidades de la gente de al lado. Por supuesto, el que seamos vecinos bondadosos, corteses y considerados no es simplemente “buena política.” Es fundamental si queremos ser cristianos. En su Sermón del Monte, Jesucristo amonestó: “Todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos.” (Mateo 7:12) Las Escrituras nos instan así: “Mientras tengamos tiempo favorable para ello, obremos lo que es bueno para con todos, pero especialmente para con los que están relacionados con nosotros en la fe.” (Gálatas 6:10) “Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos con todos los hombres.” (Romanos 12:18) “Sigan siempre tras lo que es bueno los unos para con los otros y para con todos los demás.”—1 Tesalonicenses 5:15.
18, 19. En armonía con 1 Pedro 3:8, ¿qué debe ser cierto de nuestras actitudes y acciones como cristianos?
18 Claro está que el ser cristiano abarca más que el cumplir requisitos vitales como los de asistir a las reuniones con compañeros de creencia y compartir la verdad bíblica con otras personas. (Mateo 28:19, 20; Hebreos 10:24, 25) También estamos bajo el mandato de imitar al Hijo de Dios en nuestras actitudes y acciones, en lo que somos como personas, como individuos. El apóstol Pedro escribió: “Finalmente, todos ustedes sean de un mismo ánimo y parecer, compartiendo sentimientos como compañeros, teniendo cariño fraternal, siendo tiernamente compasivos, humildes de mente.” (1 Pedro 3:8) Para ser de “un mismo ánimo y parecer,” tenemos que estar “aptamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar.” (1 Corintios 1:10) Nuestro pensar, especialmente, debe estar en armonía con el de Jesucristo, quien expresó su amor por medio de entregar su vida por nosotros. (Juan 13:34, 35; 15:12, 13) Aunque los verdaderos discípulos de Jesucristo son “de un mismo ánimo y parecer,” como lo evidencian su amor y unidad por todo el mundo, las preguntas que tenemos que contestar individualmente son éstas: ‘¿Genuinamente contribuyo yo a este espíritu de unidad y cariño? ¿Cómo, y a qué grado?’
19 Si verdaderamente amamos a nuestros hermanos espirituales, seremos bondadosos y demostraremos que estamos dispuestos a perdonar. Una vez que se considere un problema y se convenga en la solución, no seguiremos abrigando rencores ni evitaremos deliberadamente a ciertos miembros de la congregación cristiana que tal vez hayan contribuido a crear la dificultad. En armonía con el consejo de Pedro, tenemos que ejercer cuidado para no caer víctimas de la insensibilidad, de la severidad y el orgullo que son comunes en el mundo. A otros les debe ser fácil ver que compartimos un sentimiento de compañerismo o que nos compadecemos de los que están sufriendo, que les tenemos amor afectuoso o cariño a nuestros hermanos espirituales, que somos “tiernamente compasivos” o que nos inclinamos a mostrar piedad, y que no tenemos una opinión ensalzada de nosotros mismos, sino que somos “humildes de mente,” que estamos dispuestos a servir a otros.—Compare con Mateo 18:21-35; 1 Tesalonicenses 2:7-12; 5:14.
20. ¿Qué tenemos que hacer a fin de prestar atención al consejo de 1 Pedro 3:9?
20 Además, no debemos limitar nuestras expresiones de condolencia, compasión y bondad tan solo a nuestros compañeros de creencia. (Lucas 6:27-36) El apóstol Pedro pasó a instar a los cristianos a que no ‘devolvieran daño por daño ni injuria por injuria, sino, al contrario, que confirieran una bendición.’ (1 Pedro 3:9) Esto no quiere decir que vamos a alabar a las personas que nos causan daño e injurian, ni que vamos a expresarles cariño profuso. Pero sí lograremos el mayor bien y disfrutaremos de más tranquilidad de ánimo y felicidad si seguimos siendo bondadosos y considerados en nuestros tratos con ellos a la vez que esperamos que cambien de modo de ser y lleguen a recibir las bendiciones divinas.
RAZONES PARA NO DESQUITARNOS
21. ¿Cómo puede el ejemplo de Jehová contribuir a que adoptemos la actitud de no desquitarnos?
21 El hecho de que Jehová Dios en su misericordia nos ha perdonado nuestros pecados sobre la base del sacrificio de Jesús debe movernos a ser bondadosos, compasivos, hasta en el modo en que tratamos a nuestros enemigos. Jesucristo dijo: “Si no perdonan a los hombres sus ofensas, tampoco perdonará su Padre las ofensas de ustedes.” (Mateo 6:15) Por lo tanto, el que estemos dispuestos a bendecir a otros tiene efecto en el que nosotros heredemos bendiciones permanentes de Dios. Jehová Dios permite que experimentemos tratamiento poco amable o severo. Una de las razones para esto es que ello nos suministra la oportunidad de demostrar que estamos dispuestos a perdonar y somos compasivos para con nuestro semejante. El apóstol Pedro expresó este pensamiento cuando pasó a decir: “Ustedes fueron llamados a este derrotero [de bendecir a los que tratan de causarles daño], para que hereden una bendición.” (1 Pedro 3:9) Esto no es decir que nuestro Padre celestial quiere que otros nos hagan daño. Simplemente se ha abstenido de intervenir en los asuntos de manera que, como resultado de ello, no experimentemos los problemas que son comunes a humanos pecaminosos que viven en un mundo pecaminoso. Y esto nos permite demostrar si realmente queremos ser como él... bondadosos, compasivos y dispuestos a perdonar.
22. ¿Qué estímulo provee Salmo 34:12-16 con relación a evitar un espíritu vengativo?
22 Al continuar dando estímulo para que no nos desquitemos de palabra ni por obra, Pedro cita Salmo 34:12-16 y escribe:
“Pues, ‘el que quiere amar la vida y ver días buenos, reprima su lengua de lo que es malo y sus labios de hablar engaño, antes apártese de lo que es malo y haga lo que es bueno; busque la paz y vaya en pos de ella. Porque los ojos de Jehová están sobre los justos, y sus oídos atentos a su ruego; pero el rostro de Jehová está contra los que hacen cosas malas.’”—1 Pedro 3:10-12.
23, 24. (a) ¿Qué significa para nosotros “amar la vida” y querer “ver días buenos”? (b) ¿Cómo nos beneficia el demostrar que amamos la vida?
23 Esas palabras de Pedro enfatizan el hecho de que el tratar a todas las personas de manera bondadosa es realmente la única manera correcta de vivir, la mejor manera de vivir. La persona que ‘ama la vida,’ que la aprecia como dádiva de Dios y quiere ver “días buenos” —días que le comuniquen a la persona el sentido de que la vida tiene propósito y significado— lo demuestra por medio de promover la felicidad de su semejante. Tiene refrenada su lengua, pues no la usa para desacreditar, injuriar, engañar ni defraudar a otros. Su deseo es evitar toda maldad y hacer lo que es bueno desde el punto de vista de Dios. Como individuo que busca la paz y va en pos de ella, no será agresivo ni belicoso, sino que se afanará por promover buenas relaciones con otros y entre otros.—Romanos 14:19.
24 La persona que demuestra que ama la vida ayudando a otros a disfrutar de felicidad y paz hace de sí misma alguien con quien otros desean asociarse. Otros muestran por sus palabras y acciones que para ellos esta persona es alguien a quien necesitan, quieren y aprecian. Como resultado, la vida de esa persona nunca estará vacía ni carecerá de significado.—Proverbios 11:17, 25.
25. ¿Por qué podemos contar con el cuidado amoroso y la ayuda de Dios?
25 Aunque los actos bondadosos de esta persona no siempre se reciban con gratitud, puede contar con el cuidado amoroso de Jehová Dios. Puesto que los ojos del Altísimo vigilan a los justos y sus oídos siempre están atentos para oírlos, él está enterado de precisamente qué necesitan ellos y puede responder rápidamente para suplirles lo necesario. Él realmente hará que los justos ‘vean días buenos,’ porque la devoción piadosa que muestran “encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir.” (1 Timoteo 4:8) Por otra parte, los que practican lo que es malo —que no trabajan en el interés de la paz y felicidad de otros— no pueden esperar una expresión de aprobación divina. El “rostro” de Dios está contra ellos con un juicio adverso, pues nada se le escapa a él.
UN DERROTERO DE GANANCIA
26. Según las palabras de Pedro, ¿quiénes quizás quieran vernos volver a las prácticas corruptas del mundo?
26 El que siempre tengamos en la mente un cuadro claro de los beneficios que resultan de la conducta excelente nos ayudará a resistir las presiones que se ejercen en nosotros para que nos envolvamos en las prácticas degradadas del mundo. A fin de ayudarnos a resistir a ese respecto, el apóstol Pedro nos da estímulo vigoroso, diciendo:
“Basta el tiempo que ha pasado para que ustedes hayan obrado la voluntad de las naciones cuando procedían en hechos de conducta relajada, lujurias, excesos con vino, diversiones estrepitosas, partidas de beber e idolatrías ilegales. Porque ustedes no continúan corriendo con ellos en este derrotero al mismo bajo sumidero de disolución, están perplejos y siguen hablando injuriosamente de ustedes. Pero estas personas rendirán cuenta al que está listo para juzgar a los vivos y a los muertos. De hecho, con este propósito las buenas nuevas fueron declaradas también a los muertos, para que fueran juzgados en cuanto a la carne desde el punto de vista de los hombres pero vivieran en cuanto al espíritu desde el punto de vista de Dios.”—1 Pedro 4:3-6.
27. ¿Por qué nunca debemos tener el deseo de volver a la corrupción del mundo?
27 El tiempo que el cristiano haya dedicado a la satisfacción de sus pasiones y deseos pecaminosos mientras ignoraba la voluntad y propósito de Dios ciertamente debiera haber bastado para que él nunca quisiera volver a una vida caracterizada por excesos y la falta de refrenamiento en lo relativo a la moralidad. Jamás queremos olvidar cuán vacía y falta de significado es una vida dedicada a la satisfacción de los propios deseos de uno, y la vergüenza o ignominia que la acompaña. (Romanos 6:21) El entretenimiento bajo, obsceno, el baile lascivo y la música desenfrenada e incitadora de pasiones, que se han hecho tan prominentes en el mundo, deben repelernos, no atraernos. Aunque no nos sea grato saber que las personas con las cuales nos asociábamos antes hablan injuriosamente de nosotros porque evitamos esas cosas, ciertamente no hay nada que podamos ganar al participar con ellas en sus fiestas licenciosas y en su desenfrenado modo de vivir. Pero sí hay mucho que podemos perder al adoptar la mundanalidad. Todos los que practican lo malo tendrán que rendir cuentas por sus acciones ante Jesucristo, aquel a quien Jehová Dios ha nombrado para juzgar a los vivos y a los muertos. (2 Timoteo 4:1) Puesto que este juicio es inevitable, se declararon las “buenas nuevas” a los “muertos,” es decir, a las personas espiritualmente muertas que necesitaban arrepentirse, volverse y llegar a vivir desde el punto de vista de Dios por la aplicación de los beneficios expiatorios del sacrificio de Cristo.
28. (a) ¿Por qué es posible que los cristianos sean “juzgados en cuanto a la carne desde el punto de vista de los hombres”? (b) ¿Por qué no debe perturbarnos dicho juicio?
28 Las personas que sí se arrepienten son verdaderamente preciosas a los ojos de Jehová Dios, y él quiere que disfruten de una eternidad de vida feliz. Pero los hombres de este mundo no reconocen la excelente reputación de los cristianos verdaderos ante el criterio del Creador. Esos mundanos estiman a los discípulos de Cristo de la misma manera que estiman a otros hombres y los juzgan “en cuanto a la carne,” por la apariencia exterior. No obstante, el hecho de que sea desfavorable el juicio que hacen de nosotros no debe perturbarnos. Lo que realmente vale es si Jehová Dios considera que ‘vivimos en cuanto al espíritu,’ es decir, si la vida que vivimos es espiritual. Tal será el caso si nuestra vida continúa estando en armonía con los mandamientos del Altísimo.
29. ¿Qué buenas razones tenemos para mantener conducta excelente?
29 Ciertamente tenemos buena razón para mantener excelente conducta como “forasteros y residentes temporales” en este sistema actual. El Altísimo lo manda. Su propio ejemplo de tratar con nosotros de un modo bondadoso, misericordioso, requiere que nosotros seamos considerados y compasivos y estemos prestos a perdonar en nuestros tratos con otros. Nuestra conducta loable redunda en honra para nuestro Dios y puede ayudar a otros a llegar a ser siervos de él. Solo por medio de mantener conducta excelente continuaremos experimentando la bendición de Jehová y recibiremos por fin vida eterna en un lugar de habitación permanente. Ningún otro modo de vivir es tan provechoso ahora ni brinda tan grandiosa promesa para el futuro.
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Ayuda para poder aguantar bajo sufrimientoEscogiendo el mejor modo de vivir
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Capítulo 8
Ayuda para poder aguantar bajo sufrimiento
1, 2. ¿Por qué no pueden los discípulos de Jesucristo eludir el sufrimiento?
EN ALGUNA ocasión de nuestra vida puede que necesitemos ayuda, aun desesperadamente, para enfrentarnos a los problemas que se nos presentan. Si nos sobreviniera una serie de tragedias en rápida sucesión, no sería raro que la situación nos fuera sumiendo en desesperanza irremediable. Bien pudiera parecernos que la carga es más de lo que podemos soportar. ¡Qué bueno es tener ayuda en una ocasión como ésta!
2 El que seamos discípulos del Hijo de Jehová Dios no nos exime de necesitar ayuda. No somos inmunes a las aflicciones. Entre las cosas que son experiencia común de la humanidad siguen estando las enfermedades, los accidentes, las inundaciones, los terremotos, las tempestades, los crímenes, la injusticia y la opresión. No debemos esperar que el Soberano Supremo use su poder para manipular los factores hereditarios y el ambiente para que nosotros, como siervos de él, lleguemos a estar singularmente libres de todo el sufrimiento que estas cosas causan. El tiempo en que Dios se propone deshacer todos los efectos dañinos del pecado humano todavía es futuro. Si él hiciera que los de su pueblo llevaran actualmente vidas que estuvieran bajo protección milagrosa, sin duda veríamos a multitudes de personas apresurándose a servirle... por razones netamente egoístas, no debido a amor y fe.—Compare con Juan 6:10-15, 26, 27.
3, 4. ¿Qué sufrimiento es posible que los cristianos verdaderos experimenten que otros no sobrellevan, y qué preguntas puede suscitar esto?
3 No solo es inevitable que experimentemos angustia debido a las condiciones desagradables que se presentan en la vida, sino que por ser siervos de Dios, es posible que también nos enfrentemos a persecución... sea que venga de parientes, de vecinos o conocidos, o de las autoridades gubernamentales. Jesucristo hasta dijo: “Los entregarán a ustedes a tribulación y los matarán, y serán objetos de odio de parte de todas las naciones por causa de mi nombre.” (Mateo 24:9) Los hechos demuestran que esto ha sucedido, ahora mismo en el siglo XX.
4 ¿Por qué permite el Dios Todopoderoso que sus siervos sufran diversas pruebas? Puesto que el modo de vivir de ellos no les garantiza libertad de las aflicciones comunes, y puesto que el atenerse a ese modo de vivir hasta puede hacerlos “objetos de odio,” uno pudiera preguntar cómo ese modo de vivir realmente pudiera ser el mejor. ¿Hay beneficios que compensen por las aflicciones, sí, que las superen en cuanto al resultado final? ¿Realmente puede haber mayor felicidad en aguantar alguna prueba que en evitarla? ¿Qué nos ayudará a aguantar con éxito bajo presiones severas? La respuesta a cada una de estas preguntas puede hacer mucho para ayudarnos y fortalecernos.
¿QUIÉN CARGA CON LA VERDADERA RESPONSABILIDAD?
5. ¿Qué tenemos que reconocer acerca de la fuente del sufrimiento?
5 Es vital que nunca olvidemos que nuestro Padre celestial no es la fuente del sufrimiento. Él no introdujo el pecado en el mundo. Un hijo de Dios de la región de los espíritus escogió rebelarse contra su Hacedor y así se hizo Satanás, un resistidor del Altísimo. Debido a la influencia de este rebelde, la primera pareja humana, Adán y Eva, deliberadamente violó la ley divina y se acarreó el juicio de muerte. (Génesis 3:1-19; Juan 8:44) Porque Adán arruinó su perfección, toda su prole nació en pecado, sujeta a enfermedades, debilidad, vejez y muerte. (Romanos 5:12) Puesto que hemos nacido en condición de pecadores, ninguno de nosotros alcanza a ser la clase de persona que quisiéramos ser y debiéramos ser. Por nuestras palabras y acciones podemos lastimar a otros, sin intención, y aumentar sus aflicciones. Por eso, debemos recordar que Dios no tiene la culpa de las dificultades que son el resultado de nuestras propias imperfecciones o de las de nuestro semejante. Si se hubiera obedecido la ley de Dios, las enfermedades, la debilidad, la vejez y las muchas otras cosas que causan sufrimiento nunca hubieran llegado a existir.
6. ¿Qué piensa Jehová de la inhumanidad del hombre para con el hombre?
6 También debe tenerse presente que nuestro Padre celestial no aprueba la inhumanidad del hombre para con el hombre. La Biblia dice: “Aplastar bajo los pies a todos los prisioneros de la tierra, negar su derecho al pobre, en presencia del Altísimo, defraudar a alguien en un proceso: eso no lo aprueba el Señor.” (Lamentaciones 3:34-36, Nueva Biblia Española) Los que maltratan a su semejante, en violación de la ley de Dios, tendrán que rendirle cuentas a él. “Mía es la venganza; yo pagaré, dice Jehová.” (Romanos 12:19) Por consiguiente, tenemos que ejercer cuidado para que el sufrimiento que proviene de que los hombres voluntariosa y rebeldemente pasen por alto la ley divina no nos amargue para con nuestro Padre celestial.
7. Puesto que Jehová Dios ha permitido que se desarrollen situaciones que resultan en sufrimiento para nosotros, ¿qué tenemos que concluir acerca de las razones que tiene para permitirlas?
7 Por supuesto, Jehová Dios puede impedir que Satanás, los demonios, los hombres inicuos y la tendencia humana de pecar causen toda clase de situaciones penosas. Pero, puesto que él sí permite que las circunstancias que causan angustia acosen hasta a sus siervos, tiene que haber buenas razones para ello.
PARA EL BIEN DE LOS “VASOS DE MISERICORDIA”
8. ¿Qué razones se presentan en Romanos 9:14-24 en cuanto a por qué Jehová Dios no toma acción inmediatamente contra los que causan sufrimiento a otros?
8 Las Escrituras explican que el propósito que Dios tiene al no tomar acción inmediatamente contra los que son responsables de causar gran sufrimiento a otros resultará al fin en beneficio para los que están dispuestos a obrar rectamente. En su Carta a los Romanos, el apóstol cristiano Pablo escribió:
“¿Hay injusticia con Dios? ¡Jamás sea cierto eso! Porque a Moisés dice: ‘Tendré misericordia de quien tenga misericordia, y mostraré compasión a quien muestre compasión.’ Así, pues, no depende del que desea ni del que corre, sino de Dios, que tiene misericordia. Porque dice la Escritura a Faraón: ‘Para esto mismo te he dejado permanecer, para que con respecto de ti muestre mi poder, y para que mi nombre sea declarado por toda la tierra.’ Así pues, tiene misericordia de quien desea, mas a quién desea deja que se haga obstinado.
“Por tanto me dirás: ‘¿Por qué halla de qué objetar aún? Pues ¿quién ha resistido su voluntad expresa?’ Oh hombre, ¿quién, pues, eres tú realmente para que repliques contra Dios? ¿Acaso la cosa moldeada dirá al que la moldeó: ‘¿Por qué me hiciste de esta manera?’ ¿Qué? ¿No tiene el alfarero autoridad sobre el barro para hacer de la misma masa un vaso para uso honroso, otro para uso deshonroso? Pues, si Dios, aunque tiene la voluntad de demostrar su ira y de dar a conocer su poder, toleró con mucha y gran paciencia vasos de ira hechos a propósito para la destrucción, a fin de dar a conocer las riquezas de su gloria sobre vasos de misericordia, que él preparó de antemano para gloria, a saber, nosotros, a quienes llamó no solo de entre los judíos sino también de entre las naciones, ¿qué hay de ello?”—Romanos 9:14-24.
9. ¿Cómo reveló Faraón que él era un ‘vaso de ira’?
9 Lo que Jehová Dios cause o permita que se desarrolle en la vida de la gente puede revelar precisamente qué clase de “vasos” son. El Faraón a quien Jehová, por medio de Moisés y Aarón, notificó que soltara a los israelitas esclavizados continuó endureciéndose contra el Altísimo. A medida que una plaga tras otra vino sobre los egipcios, este Faraón se negó con obstinación cada vez mayor a dejar que los israelitas salieran de Egipto como pueblo libre. Así reveló que era un ‘vaso de ira’ que merecía destrucción por su modo rebelde y porfiado de resistir la autoridad del Soberano Supremo, Jehová Dios. Al mismo tiempo, el tratamiento cruel e injusto que se dio a los israelitas demostró ampliamente que necesitaban y merecían misericordia, piedad, o compasión.
10. Al permitir que Faraón mantuviera por un tiempo su derrotero porfiado, ¿cómo se hizo Jehová un gran nombre?
10 Note también que el apóstol Pablo llamó atención a que el nombre de Dios estaba envuelto en el hecho de que Jehová permitiera que Faraón continuara resistiendo porfiadamente. Si a este gobernante arrogante se le hubiese destruido inmediatamente, no hubiera habido oportunidad para que el poder de Jehová Dios se manifestara de manera tan extensa y diversa, que humillara a las muchas deidades de los egipcios y a los sacerdotes practicantes de magia. Las diez plagas, que culminaron en la destrucción de Faraón y sus fuerzas militares en el mar Rojo, fueron un despliegue tan impresionante de poder divino que años más tarde las naciones circundantes todavía hablaban de ello. Así el nombre de Jehová llegó a ser declarado por toda la Tierra, y esto resultó en gloria y honra para ese nombre y movió a personas de corazón honrado a reconocer el puesto supremo que Jehová ocupa.—Josué 2:10, 11; 1 Samuel 4:8.
11. ¿Cómo se beneficiaron los israelitas de su experiencia con Faraón?
11 Ciertamente los israelitas, como “vasos de misericordia,” se beneficiaron de lo que el Altísimo había hecho. El que él permitiera la opresión y luego le pusiera fin en una magnífica demostración de poder los ayudó a conocerlo mejor y les proveyó un vislumbre de Su grandeza que no pudieran haber conseguido de otra manera. Aunque la experiencia de Israel en Egipto fue dolorosa, ciertamente los ayudó a ver la importancia de tener fe en el poder salvador de Dios y de tenerle temor sano. Eso era esencial si querían seguir en un modo de vivir que los llevara a la felicidad, seguridad, paz y buena salud.—Deuteronomio 6:1-24; 28:1-68.
12. Como lo ilustra el caso de Job, el que Jehová permita el sufrimiento nos da la oportunidad de hacer ¿qué?
12 Tal como en aquel tiempo se puso de manifiesto hacia qué se inclinaba el corazón de la gente, así las pruebas y dificultades que vengan sobre nosotros por permiso de Dios pueden revelar si le rendimos servicio por motivo correcto o no. El adversario de Dios, Satanás, sostiene que los que hacen la voluntad divina son básicamente egoístas. Respecto al fiel Job, el adversario declaró: “Todo lo que el hombre tiene lo dará en el interés de su alma. Para variar, alarga tu mano, por favor, y toca hasta su hueso y su carne y ve si no te maldice en tu mismísima cara.” (Job 2:4, 5) Por medio de fiel aguante bajo sufrimiento, participamos en probar que lo que Satanás sostiene es una mentira y participamos en vindicar el buen nombre de nuestro Padre celestial, quien confía en sus siervos leales. ¿Qué hay si Jehová permitiera que Satanás, por medio de sus agentes, sometiera a los cristianos verdaderos a tratamiento muy cruel que terminara en la muerte de algunos o los dejara severamente lisiados? ¿Qué hay si hasta se atacara sexualmente a algunos de ellos o se abusara de ellos de alguna otra manera vil? Estas cosas son horrorosas. Sin embargo, no hay nada que el poder de nuestro Padre celestial no pueda rectificar cabalmente a su tiempo. Por eso, puede ser que en algunos casos juzgue conveniente dejar que la prueba se lleve hasta un punto tan extremo. Por mantener fidelidad, aun hasta el punto de la muerte, se da a los siervos de Dios la oportunidad de demostrar innegablemente que su devoción es genuina.
13. ¿Qué revelan las palabras de 1 Pedro 1:5-7 acerca del sufrimiento que pueden experimentar los cristianos?
13 Por más sorprendente que les parezca a algunos, las pruebas que se permita que experimentemos, sea que se deban a causas naturales o a persecución, pueden resultar en mejoramiento para nosotros de manera personal. El apóstol Pedro llamó atención a esto. Después de explicar que los cristianos son “resguardados por el poder de Dios” para que puedan conseguir su salvación final, el apóstol declara:
“En este hecho ustedes están regocijándose en gran manera, aunque ahora por un poco de tiempo, si es menester, han sido contristados por diversas pruebas, a fin de que la cualidad probada de su fe, de muchos más valor que el oro que perece a pesar de ser probado por fuego, sea hallada causa de alabanza y gloria y honra al tiempo de la revelación de Jesucristo.”—1 Pedro 1:5-7.
14. ¿Por qué pueden regocijarse los cristianos cuando se hallan “contristados” por pruebas?
14 Tal como Pedro reconoce, el sufrimiento que quizás experimentemos no es agradable de ningún modo. Las pruebas realmente pueden hacer que nos sintamos “contristados” o doloridos. No obstante, al mismo tiempo, podemos regocijarnos. ¿Por qué? En parte, el gozo proviene de reconocer que se puede conseguir un beneficio espiritual de aguantar con buen éxito bajo aflicción. ¿Cuál es ese beneficio espiritual?
CÓMO EL SUFRIMIENTO PUEDE REFINAR LA FE
15. ¿Qué efecto pueden tener las pruebas en la fe?
15 El apóstol Pedro comparó los efectos que las pruebas pueden tener en la fe del cristiano con la refinación del oro por fuego. El proceso de refinar quita la escoria, de modo que solo queda el oro puro. Ciertamente el gran aumento de valor que adquiere el oro hace que el proceso de refinar valga la pena. No obstante, como dice Pedro, aun el oro probado por fuego es perecedero. Puede gastarse o puede ser destruido por otros medios. Pero no sucede así con la fe probada. La fe genuina no puede ser destruida.
16. ¿Por qué es sumamente beneficioso que tengamos fe genuina?
16 Para conseguir la aprobación divina, es absolutamente esencial que tengamos esa clase de fe. La Biblia nos dice: “Sin fe es imposible agradarle bien [a Dios].” (Hebreos 11:6) En verdad, la fe que bajo las pruebas que le sobrevienen demuestra que es genuina excede por mucho en valor al oro refinado. Nuestro futuro eterno depende de una fe de esa índole.
17. ¿Qué pregunta pudiera plantearse acerca del efecto de las pruebas en la fe?
17 Pero, ¿cómo pueden las pruebas refinar la fe para que “sea hallada causa de alabanza y gloria y honra al tiempo de la revelación de Jesucristo”? Esto puede suceder de varias maneras.
18. ¿Cómo pudiera revelarse la fe bajo prueba, y cómo puede fortalecernos esto?
18 Si nuestra fe es firme, nos consolará y sostendrá durante un tiempo de penalidad. Entonces, una vez que hayamos pasado una prueba con buen éxito, habremos sido fortalecidos para hacer frente a cualquier prueba futura. La experiencia habrá demostrado lo que nuestra fe puede hacer por nosotros.
19. ¿Qué pudiera revelar cierta prueba en particular acerca de debilidades en la fe, y cómo puede ayudarnos esto?
19 Por otra parte, puede que cierta prueba en particular revele defectos en nuestra personalidad, tal vez orgullo, terquedad, impaciencia, mundanalidad o amor a la vida suave y a los placeres. Estas características realmente nacen de debilidades en la fe. ¿Cómo? Bueno, revelan que el individuo no está sometiéndose plenamente a la dirección y voluntad de Dios respecto a él. No está convencido de que su Padre realmente sea el mejor árbitro de lo que lleva a la felicidad, ni de que el seguir la dirección divina siempre haya de resultar en bendición. (Hebreos 3:12, 13) Cuando las pruebas exponen debilidades, esto puede alertar al cristiano a la necesidad de fortalecer su fe a fin de seguir siendo siervo aprobado del Altísimo.
20. Cuando las pruebas exponen debilidades en nuestra fe, ¿qué debemos hacer?
20 Por lo tanto, si cierta situación en particular revela un defecto en nuestra fe, podemos examinarnos y decidir qué medidas correctivas tomar. Uno hace bien en preguntarse: ‘¿Por qué está débil mi fe? ¿Me descuido de estudiar y de meditar sobre la Palabra de Dios? ¿Aprovecho cabalmente las oportunidades de reunirme con compañeros de creencia a fin de ser fortalecido por sus expresiones de fe? ¿Tiendo a confiar en mí mismo más de lo que debiera, en vez de encomendar todas mis ansiedades e inquietudes a Jehová Dios? ¿Son las oraciones, oraciones sinceras, del corazón, realmente una parte diaria de mi vida?’ Una vez que determinemos en qué esferas nos hace falta mejoramiento, tenemos que esforzarnos diligentemente por hacer cambios en la rutina de nuestra vida, con la mira de fortalecer nuestra fe.
21. ¿Qué quiere decir el que nuestra fe “sea hallada causa de alabanza y gloria y honra al tiempo de la revelación de Jesucristo”?
21 Al acudir a Dios en busca de dirección y al confiar pacientemente en que él nos muestre cómo conseguir alivio de nuestras pruebas, podemos dejar que estas experiencias penosas nos ayuden a llegar a ser mejores siervos de él. Entonces la fe que desplegamos será realmente “hallada causa de alabanza y gloria y honra al tiempo de la revelación de Jesucristo.” El Hijo de Dios ‘alabará,’ elogiará o loará nuestra fe. Por motivo de nuestra fe, nos recompensará abundantemente y así nos otorgará “gloria.” Delante de Jehová Dios y los ángeles, nos ‘honrará’ como discípulos de él. (Compare con Mateo 10:32; Lucas 12:8; 18:8.) Esto significará que veremos extenderse ante nosotros un futuro interminable de vida feliz. Pero, ¿qué podemos hacer mientras nos vemos sometidos a sufrimiento severo para que nuestra fe no se vaya a debilitar?
CÓMO RESPONDER A LA PRESIÓN INTENSA
22. Algo que puede ayudarnos a aguantar es reconocer ¿qué hecho acerca de la duración de las pruebas?
22 Una cosa que puede ayudarnos a aguantar con buen éxito pruebas difíciles es reconocer la naturaleza temporal de éstas. La refinación del oro tiene principio y fin. Así, también, ninguna aflicción que tengamos que sufrir ha de continuar indefinidamente. Si acogemos en el corazón la promesa divina de vida eterna sin enfermedades, clamor ni dolor, entonces podremos ver hasta el peor sufrimiento que quizás padezcamos en este sistema de cosas como solo ‘momentáneo y liviano.’ (2 Corintios 4:17) Esté en anhelante expectación del tiempo en que de seguro “las cosas anteriores no serán recordadas, ni subirán al corazón.” (Isaías 65:17) ¡Qué maravilloso es saber que en aquel tiempo esas experiencias difíciles ni siquiera serán un recuerdo doloroso!
23. ¿Por qué, por lo general, no nos sobrevendría sufrimiento por conducta excelente?
23 Además, rara vez es una experiencia diaria el sufrir gran aflicción a manos de los hombres. Nuestra conducta excelente realmente da poca razón para que persona alguna nos haga daño. Puesto que las autoridades gubernamentales tienen la tarea de mantener el orden público, bien puede ser que alaben a los siervos de Jehová por ser observantes de la ley. En tiempos modernos hasta opositores se han visto obligados a hacer una confesión parecida a la que hicieron los enemigos del fiel profeta Daniel, a saber: “No hallaremos en este Daniel ningún pretexto en absoluto, excepto si lo tenemos que hallar contra él en la ley de su Dios.” Sí, Daniel era “digno de confianza y no se hallaba en él ninguna negligencia ni cosa corrupta.” (Daniel 6:4, 5) El hecho de que la conducta excelente en sí misma no sería generalmente la razón para que el cristiano llegara a ser objeto de hostilidad quizás explique por qué el apóstol Pedro planteó la siguiente pregunta: “En verdad, ¿quién es el hombre que les hará daño a ustedes si se hacen celosos para lo que es bueno?”—1 Pedro 3:13.
24. ¿Por qué no pueden los humanos causarnos daño permanente?
24 Sin embargo, puede que al decir eso el apóstol más bien haya estado preguntando: ‘¿Quién puede hacer verdadero daño al cristiano recto?’ No hay hombre que nos pueda causar daño duradero. Jesucristo dijo a sus discípulos: “No se hagan temerosos de los que matan el cuerpo mas no pueden matar el alma; sino, más bien, teman al que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el Gehena.” (Mateo 10:28) Sí, los hombres pueden llegar hasta el punto de matarnos, pero no nos pueden quitar el derecho de ser almas vivientes. El Dios Altísimo, por medio de su Hijo, puede restaurar a la vida a sus siervos fieles, y lo hará. Jehová es el único que puede destruir para toda la eternidad nuestro derecho a la vida como seres vivientes al entregarnos a una muerte interminable con relación a la cual no hay esperanza de una resurrección.
25, 26. (a) ¿Por qué podemos sentirnos felices al sufrir por causa de la justicia? (b) ¿Por qué no debemos temer lo que para los perseguidores es objeto de temor?
25 Debido a estas verdades, el apóstol Pedro pudo decir a sus hermanos cristianos: “Aun si sufrieran por causa de la justicia, son felices. Sin embargo, no teman lo que para ellos es objeto de temor, ni vayan a agitarse.”—1 Pedro 3:14.
26 Si sufrimos “por causa de la justicia,” podemos sentirnos felices porque tenemos una conciencia limpia delante de Dios y los hombres. Sufrimos por la razón correcta. El hacer lo que sabemos que agrada al Altísimo resulta en un sentimiento profundo de satisfacción y paz. Sin embargo, como hizo notar el apóstol, el hacer esto con buen éxito depende de no ceder al temor. Quizás aquí el apóstol aluda al temor que los perseguidores pueden infundir al causar aflicción al pueblo de Dios. O pudiera referirse al temor que los perseguidores mismos tienen. Por ejemplo, puesto que no tienen fe en el hecho de que Jehová Dios, mediante Cristo, va a resucitar a los muertos, los opositores de los cristianos verdaderos temen la amenaza de una muerte prematura. (Hebreos 2:14, 15) Pero no hay razón para que nosotros, los siervos de Dios, temamos lo que los incrédulos temen, puesto que hemos sido librados de temer esa clase de muerte y sabemos que nuestro Padre celestial jamás nos abandonará. Por lo tanto, no debemos ‘agitarnos,’ como, por ejemplo, levantándonos airados contra nuestros perseguidores.
27, 28. ¿Cómo puede ayudarnos el consejo de 1 Pedro 3:15 cuando se nos lleva delante de funcionarios gubernamentales y se nos interroga de manera severa y menospreciativa?
27 ¿Qué hay si se nos llevara delante de autoridades gubernamentales y se nos interrogara de manera severa, menospreciativa? Jamás querríamos desquitarnos ni pagar con la misma moneda. La confianza que tenemos en que Dios nos apoya puede darnos denuedo, pero no nos da ninguna excusa para ser belicosos ni arrogantes. (Compare con Hechos 4:5-20.) El consejo del apóstol es: “Santifiquen al Cristo como Señor en su corazón, siempre listos para hacer una defensa ante todo el que les exija razón de la esperanza que hay en ustedes, pero haciéndolo junto con un genio apacible y profundo respeto.” (1 Pedro 3:15) Si dejáramos de obedecer este consejo y nos permitiéramos expresar desdén y desacato, ya no estaríamos sufriendo por causa de la justicia. La autoridad gubernamental se sentiría justificada al tomar acción contra nosotros debido a nuestra insubordinación irrespetuosa. Los mundanos prorrumpen en irritación, cólera y amargo resentimiento cuando les parece que se ha abusado de sus derechos. El cristiano tiene que ser diferente.
28 Tal como aconseja el apóstol, en dichas circunstancias es preciso que tengamos presente a nuestro Señor o Amo, que recordemos su ejemplo. Debemos ejercer cuidado para otorgar a Jesucristo el mayor respeto y asignarle un lugar sagrado en nuestro corazón. Somos discípulos de él, y al hablar con cualquier autoridad que nos interrogue queremos hacerlo como si estuviéramos en la misma presencia de nuestro Señor. Las razones para nuestra posición cristiana deben presentarse respetuosamente, de manera calmada, serena.
BUEN EFECTO EN LOS OPOSITORES
29. ¿Qué efecto puede tener en los opositores el fiel aguante de una persona bajo sufrimiento?
29 El aguante fiel bajo sufrimiento también puede servir para callar a los opositores. El apóstol Pedro presenta esto como razón que debe animarnos a conservar una conciencia limpia, al decir: “Tengan una buena conciencia, para que en aquello mismo en que hablen contra ustedes queden avergonzados los que hablan con desprecio de su buena conducta en lo relacionado con Cristo.” (1 Pedro 3:16) Al observar los opositores que los siervos de Dios despliegan paciencia y no se quejan, quizás les avergüence el haberlos calumniado. Esto puede suceder especialmente cuando tratamos con bondad a los opositores.—Romanos 12:19-21.
30. (a) ¿Por qué no hay beneficio en sufrir por hacer el mal? (b) En cuanto al sufrimiento por causa de la justicia, ¿por qué dijo Pedro: “Si la voluntad de Dios lo desea”?
30 El hecho de que el despliegue de aguante fiel por la justicia en medio de la aflicción puede resultar en beneficios como el que acabamos de mencionar añade fuerza a las siguientes palabras de Pedro: “Porque mejor es sufrir porque están haciendo el bien, si la voluntad de Dios lo desea, que porque están haciendo el mal.” (1 Pedro 3:17) ¿Qué mérito pudiera haber en que un individuo sufriera por ser ladrón, practicante de extorsión, evasor de impuestos o porque desafiara la autoridad por un sentido falso de piedad o una idea errada de lo que es el celo? El castigo que recibiera por esto solo significaría vituperio para él y sus compañeros de creencia. Pero el que el cristiano aguante pacientemente el maltrato injusto puede impresionar a otros con el poder sustentador que apoya a los adoradores verdaderos, y puede poner una mordaza a los informes falsos acerca de la verdad de Dios y de los que la defienden y difunden. Ya que el sufrimiento que el cristiano recibe le sobreviene por permiso divino, Pedro no estuvo falseando los asuntos, sino que fue correctamente que dijo: “Si la voluntad de Dios lo desea.”
UN DERROTERO RECOMPENSADOR COMO LO MUESTRA EL CASO DE JESÚS
31. ¿Cómo tuvo resultado beneficioso el fiel aguante de Jesucristo bajo sufrimiento?
31 El hecho de que el aguante fiel bajo sufrimiento puede resultar en grandiosas bendiciones para el cristiano queda bien ilustrado en el caso de Jesucristo. Exento de pecado, no hizo nada que mereciera que se le tratara mal. No obstante, su aguante bajo aflicción, hasta por fin morir una muerte ignominiosa en un madero, resultó en maravillosos beneficios para nosotros y en una grandiosa recompensa para él. El apóstol Pedro escribió:
“Pues, hasta Cristo murió una vez para siempre respecto a pecados, un justo por los injustos, para conducir a ustedes a Dios, habiendo sido muerto en la carne, pero hecho vivo en el espíritu. En esta condición también siguió su camino y predicó a los espíritus en prisión, que en un tiempo habían sido desobedientes cuando la paciencia de Dios estaba esperando en los días de Noé, mientras se construía el arca, en la cual unas pocas personas, es decir, ocho almas, fueron llevadas a salvo a través del agua.”—1 Pedro 3:18-20.
32. ¿Cómo nos ha beneficiado el que Cristo aguantara bajo sufrimiento hasta el punto de morir?
32 Fue debido a que Jesucristo mantuvo integridad intachable bajo sufrimiento que él pudo entregar su vida como sacrificio humano perfecto. Así su muerte preparó el camino para que fuera posible que miembros de la humanidad fueran ‘conducidos a Dios,’ de modo que reconciliados así con el Altísimo, vieran puesta ante ellos la perspectiva de vida eterna. En vista del tremendo beneficio que hemos recibido de la muerte de Cristo a favor nuestro, ¿no debemos nosotros estar dispuestos a seguir su ejemplo y sufrir por causas de la justicia?
33. Cuando se nos amenaza con la muerte por ser discípulos de Jesucristo, ¿de qué debe asegurarnos su resurrección?
33 Adicionalmente, tal como sucedió en el caso de Jesús, podemos confiar en que se nos bendiga por nuestro aguante fiel. El que Jesucristo fuera “hecho vivo en el espíritu” o fuera resucitado a la vida de espíritu permanece como garantía inmutable de que sus discípulos serán restaurados a la vida.—1 Corintios 15:12-22.
34. Debido a su registro de fidelidad, ¿qué pudo hacer Jesucristo con relación a los espíritus inicuos?
34 La victoria que por su fiel aguante alcanzó el Hijo de Dios le hizo posible, como persona espíritu, proclamar un mensaje de juicio contra los “espíritus en prisión.” Puesto que la desobediencia de estos espíritus se enlaza con el tiempo de Noé, estos espíritus deben ser los hijos angélicos de Dios que abandonaron su morada original en los cielos y se pusieron a vivir como esposos con mujeres. (Génesis 6:1-4) Se les llama “espíritus en prisión” porque parte de su castigo fue cierta forma de restricción, de modo que están excluidos para siempre de su lugar original entre los ángeles fieles. Las palabras de Judas confirman el hecho de que el único mensaje que pudiera dirigirse a estos ángeles caídos sería un juicio condenatorio: “A los ángeles que no guardaron su posición original, sino que abandonaron su propio y debido lugar de habitación, [Dios] los ha reservado con cadenas sempiternas bajo densa oscuridad para el juicio del gran día.” (Judas 6) Fue el fiel aguante de Jesús hasta la muerte misma lo que le dio derecho a ser restaurado a la vida y así lo puso en condición de poder predicar o proclamar tal juicio condenatorio a los ángeles caídos.
35. ¿Por qué puede animarnos a aguantar con fidelidad el que Jesús haya predicado a los “espíritus en prisión”?
35 El que de este modo se predicara destrucción a los espíritus inicuos debe animarnos a aguantar fielmente cuando tengamos que sufrir aflicción. ¿Por qué? Porque esas huestes de espíritus inicuos son responsables en gran manera de incitar a la humanidad alejada de Dios contra los discípulos de Jesucristo. La Biblia nos dice: “El dios de este sistema de cosas ha cegado las mentes de los incrédulos, para que la iluminación de las gloriosas buenas nuevas acerca del Cristo, que es la imagen de Dios, no resplandezca a través a ellos.” (2 Corintios 4:4) Nosotros, los cristianos, “tenemos una lucha, no contra sangre y carne, sino contra los gobiernos, contra las autoridades, contra los gobernantes mundiales de esta oscuridad, contra las fuerzas espirituales inicuas en los lugares celestiales.” (Efesios 6:12; vea también Revelación 16:13, 14.) Por lo tanto, el que el resucitado Jesucristo pudiera predicar un mensaje de juicio contra los espíritus inicuos nos da la seguridad de que, con el tiempo, la odiosa influencia de éstos será totalmente abolida. (Compare con Marcos 1:23, 24.) ¡Qué maravilloso alivio significará esto!
36. (a) ¿Qué recompensa recibió Jesucristo por su fidelidad? (b) En vista del puesto de Jesús, ¿cómo debemos sentirnos acerca de sufrir por causa de su nombre?
36 Además de ser levantado de entre los muertos como siervo aprobado de Dios y por eso poder dirigir un mensaje de juicio contra los ángeles desobedientes, Jesucristo fue altamente ensalzado. El apóstol Pedro nos dice: “Él está a la diestra de Dios, porque siguió su camino al cielo; y ángeles y autoridades y poderes fueron sujetados a él.” (1 Pedro 3:22) Esta declaración concuerda con las palabras de Jesús mismo después de su resurrección de entre los muertos: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra.” (Mateo 28:18) Ha habido muchas personas que han estado dispuestas a sufrir y entregar la vida misma en servicio a gobernantes humanos de autoridad muy inferior a la de Jesús. Esas personas consideraron un gran honor el servir de esta manera a algún rey o reina. ¡Con cuánta más razón debemos nosotros sentirnos honrados al poder sufrir por ser leales a nuestro Rey celestial, Jesucristo!
IMITE A JESUCRISTO
37. ¿El ejemplo de quién debemos tratar de imitar al sufrir aflicción?
37 Por eso, cuando esté bajo aflicción, siempre mire al Hijo de Dios como su dechado. El apóstol escribe: “Puesto que Cristo sufrió en la carne, ustedes también ármense con la misma disposición mental; porque la persona que ha sufrido en la carne ha desistido de los pecados, con el fin de vivir el resto de su tiempo en la carne, ya no para los deseos de los hombres, sino para la voluntad de Dios.”—1 Pedro 4:1, 2.
38. ¿Cuál fue la disposición mental de Jesucristo?
38 ¿Cuál fue la disposición mental de Jesús? Humildemente se sometió al abuso físico y verbal con que lo colmaron para al fin morir una muerte dolorosa en un madero. Puesto que nunca se desquitó ni pagó a sus opositores con la misma moneda, el Hijo de Dios cumplió estas palabras proféticas: “Como oveja fue llevado al degüello, y como cordero que es mudo ante el que lo trasquila, así él no abre su boca.”—Hechos 8:32; Isaías 53:7.
39. ¿Qué prueba que hemos desistido de los pecados?
39 Debe ser nuestro deseo como siervos del Altísimo el aguantar de modo parecido bajo sufrimiento y no ceder a un espíritu de rebeldía o desquite. El que amenazáramos a nuestros perseguidores, el que buscáramos oportunidades para hacerles daño, revelaría que todavía estamos sujetos a las pasiones de la carne pecaminosa. Cualquier sufrimiento que recibamos a mano de los hombres solo debe sobrevenirnos porque no seguimos el derrotero y caminos egoístas de este mundo. (Juan 15:19, 25) Así podemos demostrar que en actitud, palabra y acción, vivimos, “no para los deseos de los hombres, sino para la voluntad de Dios.”
UNA RAZÓN PARA SENTIR FELICIDAD
40. ¿Por qué pudo haberles parecido extraño a muchos creyentes del primer siglo el tener que sobrellevar sufrimiento por causa de Cristo?
40 Allá en el primer siglo E.C., el populacho dado a la adoración de ídolos no experimentaba sufrimiento por razones religiosas. Sin embargo, todos los que se hacían cristianos sí se atraían odio. El que se les sometiera a persecución debe haber sido para ellos una experiencia extraña, que les causara perplejidad. ¡Era tan diferente de las bendiciones que les ofrecía el abrazar las “buenas nuevas”! Era muy necesario que aquellos cristianos vieran la aflicción en su debida perspectiva. Las siguientes palabras del apóstol Pedro ciertamente les fueron refrescantes:
“Amados, no estén perplejos a causa del incendio entre ustedes, que les está sucediendo para prueba, como si algo extraño les sobreviniese. Al contrario, sigan regocijándose por cuanto son partícipes de los sufrimientos del Cristo, para que también durante la revelación de su gloria se regocijen y se llenen de gran gozo. Si a ustedes los están vituperando por el nombre de Cristo, son felices, porque el espíritu de gloria, sí, el espíritu de Dios, descansa sobre ustedes.”—1 Pedro 4:12-14.
41, 42. (a) En armonía con 1 Pedro 4:12-14, ¿cómo pudiéramos considerar el sufrir por causa de la justicia? (b) ¿De qué es ese sufrimiento una confirmación?
41 En vez de considerar con asombro o sorpresa la aflicción que nos sobrevenga, podemos verla como un paso preparatorio para nuestra participación en las bendiciones que se han de recibir al tiempo de la revelación de nuestro Amo. Pedro aludió a los sufrimientos como “incendio,” puesto que los metales son refinados por fuego. De modo parecido, Dios permite que sus siervos sean refinados o purificados por medio de las tribulaciones que experimentan. Por supuesto, Jehová Dios no nos hizo pecaminosos. Pero, puesto que lo somos, puede permitir que experimentemos cierto sufrimiento como un medio de purificarnos. La aflicción que experimentemos puede ayudarnos a ser más bondadosos, más humildes, compasivos y comprensivos al tratar con nuestros semejantes. Además, cuando nosotros mismos hemos aguantado pruebas severas, nuestras palabras de consuelo y ánimo a otros llevan mucho más peso. Las personas a quienes confortamos saben que comprendemos su situación y lo que están experimentando.
42 Puesto que el Hijo de Dios sufrió, las aflicciones que nosotros experimentamos son una confirmación de que realmente somos sus discípulos, de que disfrutamos de unidad con él. Jesús dijo a sus apóstoles: “Tengan presente la palabra que les dije: El esclavo no es mayor que su amo. Si ellos me han perseguido a mí, a ustedes también los perseguirán.” (Juan 15:20) Al ser perseguidos por las mismas razones que nuestro Amo fue perseguido y, como él, sufrir aflicción por causa de la justicia, estamos ‘participando en el sufrimiento del Cristo.’ Y así como la fidelidad de él resultó en que su Padre celestial lo recompensara, nuestra continua fidelidad al aguantar bajo aflicción nos asegura que se nos hallará en la condición de aprobados al tiempo de la revelación del Hijo de Dios. Ciertamente estaremos rebosantes de gozo al ser favorecidos entonces con vida sin fin en un nuevo orden en el cual ya no existirá ninguna de las causas de los dolores actuales.
43. El fiel aguante bajo sufrimiento prueba que tenemos, ¿qué espíritu sobre nosotros, y por qué?
43 Tal como Pedro también declaró, el soportar vituperio por el nombre de Cristo, es decir, por ser sus discípulos, debe ser causa de felicidad. El que los discípulos sean vituperados o difamados por tal motivo ciertamente prueba que tienen el espíritu de Dios o el honorable “espíritu de gloria” que emana de Dios. Puesto que ese espíritu es santo, solo puede estar en personas que son limpias o puras desde el punto de vista de Dios.
44. ¿Qué clase de sufrimiento debemos evitar?
44 Por eso es vital que nos aseguremos de que ningún sufrimiento que nos sobrevenga pueda atribuirse a alguna acción incorrecta que hayamos cometido. El apóstol Pedro insta: “Sin embargo, que ninguno de ustedes sufra como asesino, o ladrón, o malhechor, o como entremetido en asuntos ajenos.”—1 Pedro 4:15.
45. ¿Qué resulta cuando uno que afirma que es cristiano sufre por cometer un delito?
45 El individuo que se identifica como cristiano y que se hace culpable de algún delito contra su semejante no puede esperar exención de algún castigo. (Compare con Hechos 25:11.) Ese castigo le acarrea vituperio a él, a la congregación con la cual está asociado y al nombre de Cristo. Él no recibe gozo, sino vergüenza.
46. (a) ¿Qué es un entremetido? (b) ¿Cómo pudiera un cristiano sufrir como entremetido?
46 El que uno se entremeta en asuntos ajenos puede convertirlo en objeto de odio. La palabra que Pedro usó en la lengua original para “entremetido” sugiere la manera en que alguien se hace un entremetido. El sentido literal es un “superintendente de lo que pertenece a otro.” Tal vez debido a que ha conseguido conocimiento bíblico algún cristiano se considere capacitado desde entonces para decirle a la gente del mundo cómo dirigir sus asuntos personales. Puede que promueva sus propias opiniones y normas sobre el vestido, la disciplina de los hijos, el manejo de los problemas matrimoniales y sexuales, el entretenimiento, la dieta y así por el estilo. Cuando se mete en los problemas personales de otros, sin que se le haya invitado, y les dice qué hacer o no hacer, está tratando de ser un “superintendente” de los asuntos de ellos. Por lo general esto provoca resentimiento. Puede que se le diga al entremetido, en términos que no dejen lugar a duda, que no se meta en asuntos ajenos. Hasta pudiera sufrir tratamiento físico áspero a manos de personas que reaccionaran airadamente al entremetimiento de él en sus vidas privadas. El entremetido que anda metiéndose en asuntos que no le atañen se acarrea dificultades y representa mal el cristianismo y su mensaje ante los que no se asocian con la congregación. Por supuesto, ni siquiera dentro de la congregación, hay lugar para entremetidos.—Compare con 1 Timoteo 5:13.
47. ¿Cómo puede el aguante del cristiano bajo sufrimiento redundar en gloria para Dios?
47 En contraste con la vergüenza que le viene al individuo a quien se expone públicamente como violador de la ley o como entremetido, el sufrir como cristiano produce honra. Pedro escribe: “Si sufre como cristiano, no se avergüence, sino siga glorificando a Dios en este nombre.” (1 Pedro 4:16) Cuando nos sobreviene la aflicción debido a nuestro modo de vivir cristiano, el que la soportemos con paciencia y sin quejarnos redunda en gloria para el Altísimo. Prueba que lo que tenemos como cristianos —una relación preciosa con Dios y Cristo, una conciencia limpia, bienestar espiritual y una esperanza sólida para el futuro— es un tesoro de gran valor. Mostramos que estamos dispuestos a sufrir y, de ser necesario, a morir por ello, y esto glorifica al Dios a quien servimos sinceramente. En cambio, el ceder a la presión y renunciar a nuestra fe resultaría en difamar su nombre. A los ojos de los observadores, tal proceder pondría en tela de juicio el valor inestimable de ser discípulo de Jesucristo.—Compare con Efesios 3:13; 2 Corintios 6:3-10.
UNA FORMA DE DISCIPLINA O ENTRENAMIENTO
48. ¿Cómo muestra 1 Pedro 4:17-19 que no estamos sin ayuda cuando sobrellevamos sufrimiento por causa de la justicia?
48 Hemos visto que, debido a su omnipotencia, Jehová Dios pudiera evitar que les sobreviniera sufrimiento injusto a los cristianos, pero que sí permite que les sobrevenga por buenas razones. Entretanto, el Altísimo nunca deja a sus siervos sin ayuda. Al desarrollar este punto, el apóstol Pedro escribe:
“Porque es el tiempo señalado para que comience el juicio por la casa de Dios. Ahora bien, si comienza primero por nosotros, ¿cuál será el fin de los que no son obedientes a las buenas nuevas de Dios? ‘Y si el justo con dificultad se está salvando, ¿dónde aparecerán el impío y el pecador?’ Así, pues, también los que están sufriendo en armonía con la voluntad de Dios sigan encomendando sus almas a un fiel Creador mientras están haciendo el bien.”—1 Pedro 4:17-19.
49. (a) ¿Desde cuándo ha estado bajo juicio la “casa de Dios”? (b) ¿Qué determina el veredicto final que se dicte?
49 Como “casa de Dios,” la congregación cristiana empezó en 33 E.C. A partir de ese tiempo sus miembros han estado bajo juicio divino. La manera en que responden a la voluntad de Jehová Dios, y la actitud, palabras y acciones de ellos para con lo que él permite que les sobrevenga, tienen mucho que ver con el veredicto final que él dicte. A veces lo que Jehová Dios tenga a bien permitir que ellos sufran puede parecer muy severo. Pero la persecución trae una forma de disciplina que Dios puede hacer que resulte para el bien de su pueblo.—Hebreos 12:4-11; vea también Hebreos 4:15, 16, donde se muestra que el sufrimiento que Jesucristo sobrellevó lo equipó para ser un sumo sacerdote compasivo y comprensivo.
50, 51. ¿Cómo ilustran las experiencias de José y Pablo que Jehová puede tornar en bendición la mismísima cosa que los hombres usen en un esfuerzo por perjudicarnos?
50 Puede que los hombres bajo el control de Satanás traten de destruir nuestra fe mediante el maltrato. Pero Jehová puede frustrar su objetivo inicuo. Sí, aunque él mismo odia el mal, nuestro Padre celestial puede hacer que lo que se use con la intención de perjudicarnos resulte en algún bien. Considere el caso de José, el joven hijo de Jacob. Sus medio hermanos lo odiaban y lo vendieron a la esclavitud. Por años José sufrió mucho, incluso encarcelamiento injusto. No obstante, más tarde Jehová Dios usó esta circunstancia para conservar viva a la familia de Jacob. Respecto a esto, José dijo a sus medio hermanos:
“Ahora no se sientan heridos y no se encolericen contra ustedes mismos por haberme vendido acá; porque para la conservación de vida me ha enviado Dios delante de ustedes. Pues éste es el segundo año del hambre en medio de la tierra, y todavía hay cinco años en que no habrá tiempo en que se are ni habrá siega. Por consiguiente, me envió Dios delante de ustedes a fin de colocarles un resto en la tierra y para mantenerlos vivos a ustedes por medio de una gran escapada. Así pues, no fueron ustedes los que me enviaron acá, sino el Dios verdadero, para nombrarme padre de Faraón y señor de toda su casa y como uno que domina sobre toda la tierra de Egipto.”—Génesis 45:5-8.
51 De modo parecido, cuando el apóstol Pablo se halló preso en Roma, esta circunstancia desfavorable sirvió para adelantar la causa de la adoración verdadera. En su carta a los Filipenses escribió:
“Ahora bien, quiero asegurarles, hermanos, que lo que me ha acontecido realmente ha resultado en adelantar la predicación de las buenas nuevas. Así, en toda la Guardia Imperial y en otras partes es de conocimiento general que es por Cristo que estoy en prisión, de modo que mi ejemplo ha animado en gran manera a la mayoría de los hermanos cristianos a declarar el mensaje de Dios sin temor alguno de las consecuencias.”—Filipenses 1:12-14, An American Translation, edición de 1944.
52. ¿Por qué no pueden el “impío y el pecador” esperar que han de aparecer delante de Dios y quedar bien?
52 Puesto que Jehová Dios permite que sus siervos leales sufran tratamiento severo para que demuestren su devoción y para refinarlos, ¿cómo pudiéramos imaginarnos que el “impío y el pecador” dentro de la congregación cristiana o “casa de Dios” pudieran siquiera ‘aparecer’ delante de Él y quedar bien junto con “el justo” dentro de la misma congregación? El salmista declara: “Los inicuos no se pondrán de pie en el juicio, ni los pecadores en la asamblea de los justos.” (Salmo 1:5) No, los inicuos no se pondrán de pie como aprobados, sino que serán condenados. Puede que se hallen en la asamblea de los justos, pero jamás ‘aparecerán’ con favor delante de Dios. Debido a lo que todos los creyentes tienen que afrontar en este mundo, el que por fin sean salvos para vida eterna requiere verdadero esfuerzo, amor y fe en el camino de la justicia. Por eso, alcanzan su salvación “con dificultad.” Por consiguiente, es menester que todos los miembros de la congregación cristiana (la “casa de Dios”) eviten ser ‘impíos’ y ‘pecadores’ en este “tiempo señalado” de juicio.—1 Pedro 4:17, 18; Proverbios 11:31.
53. (a) Al sufrir aflicción, ¿qué consuelo podemos derivar del hecho de que Jehová sea un “fiel Creador”? (b) ¿Cuál debe ser nuestra respuesta con relación a nuestros perseguidores?
53 Nos pueden sobrevenir pruebas que simplemente no podríamos aguantar con nuestra propia fuerza. Sin embargo, por más lamentable que se ponga nuestra situación, Jehová Dios puede sostenernos y deshacer por completo todo el daño que experimentemos. Cuando nos encomendamos de lleno a él, él puede fortalecernos por medio de su espíritu para que aguantemos bajo sufrimiento. Puesto que es, como declara Pedro, un “fiel Creador,” un Dios en quien podemos confiar, no resultará infiel a la promesa que ha hecho de acudir en socorro de sus siervos. (1 Pedro 4:19) Este conocimiento puede ayudarnos a evitar el error de responder para con nuestros perseguidores de un modo que deshonre a Dios. En vez de luchar contra ellos y pagar con la misma moneda, queremos seguir haciendo el bien.—Lucas 6:27, 28.
54. ¿Cómo nos humillamos bajo la mano de Dios, y de qué manera nos beneficia esto?
54 Si nos sometemos humildemente a lo que nos sobrevenga y mantenemos una disposición como la de Cristo, podemos confiar en que Jehová nos ensalce. Ninguna prueba continuará indefinidamente. Tendrá su fin. Siempre que nos comportemos en armonía con la voluntad divina mientras estemos sufriendo maltrato, permaneceremos bajo la mano de Jehová. Y esa mano puede levantarnos y ensalzarnos como siervos de él, probados y aprobados. Esto es lo que recomienda el apóstol Pedro: “Humíllense, por lo tanto, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los ensalce al tiempo debido; a la vez que echan sobre él toda su inquietud, porque él se interesa por ustedes.”—1 Pedro 5:6, 7.
55. Aunque no podemos huir de las pruebas, ¿de qué podemos deshacernos, y cómo?
55 ¡Cuán animador es saber que Jehová se interesa genuinamente por nosotros! Su amor reconforta nuestro corazón; su espíritu nos fortalece y sostiene. Entonces, cuando una prueba en particular ha pasado y nosotros miramos atrás y vemos el cuidado amoroso que hemos recibido de Jehová, nos sentimos atraídos a una más estrecha asociación con él. La situación pudiera compararse a la de un niño agradecido que durante un tiempo de enfermedad grave ha experimentado el amor y cuidado de padres solícitos. La experiencia fortalece mucho su confianza y amor. Es verdad que cuando las circunstancias son muy penosas no podemos simplemente huir de ellas. Pero sí podemos echar sobre Jehová Dios nuestra inquietud o preocupación. No hay razón para que nos acongojemos y nos preguntemos por cuánto tiempo pudiéramos soportar la paliza cruel de una chusma enfurecida, los asaltos sexuales de atacantes u otras atrocidades. Con la ayuda de nuestro amoroso Padre celestial, podemos aguantar y ganar una victoria moral sobre nuestros perseguidores por medio de permanecer fieles a nuestro Dios. La certeza de esto nos libra de la inquietud que de otro modo nos quitaría la paz mental y de corazón que tanto necesitamos para permanecer firmes ante las pruebas.
56. ¿Por qué no significa el que echemos nuestras inquietudes sobre Jehová que podemos adoptar una actitud de despreocupación acerca de la manera en que respondemos a las pruebas?
56 Sin embargo, el que echemos sobre Jehová nuestras inquietudes no quiere decir que entonces podemos adoptar una actitud de serena satisfacción o indiferencia. Tenemos un enemigo. “Mantengan su juicio, sean vigilantes,” escribió Pedro. “Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien.”—1 Pedro 5:8.
57. ¿Qué desea hacer Satanás?
57 En armonía con el consejo del apóstol, no nos conviene descuidar nuestra vigilancia mientras experimentamos aflicciones. El adversario está al acecho esperando una oportunidad para hacernos caer. Si Satanás puede hacer que dudemos de la fidelidad de nuestros hermanos o de alguna otra manera puede debilitarnos espiritualmente, lo hará. Si dejáramos de asociarnos con la congregación cristiana o dejáramos de expresar nuestra fe a otros, nos tragaría Satanás, el “león rugiente” que siempre se mantiene alerta para caer sobre la presa desprevenida.
58. ¿Qué conocimiento acerca de nuestros hermanos puede ayudarnos a permanecer fieles?
58 El que siempre recordemos que no estamos solos al aguantar bajo sufrimiento nos ayudará a mantenernos alerta. Por toda la Tierra, nuestros hermanos cristianos están soportando diferentes clases de aflicciones. Y, con la ayuda del espíritu de Dios, están teniendo buen éxito respecto a aguantar fielmente las pruebas. El reconocer esto nos ayudará a no ser víctimas de los lazos de Satanás, porque nos hará confiar en que nosotros también podemos aguantar en la fuerza que Jehová suministra. Por lo tanto, “pónganse en contra de él, sólidos en la fe, sabiendo que las mismas cosas en cuanto a sufrimientos van realizándose en toda la asociación de sus hermanos en el mundo.”—1 Pedro 5:9.
59, 60. ¿Cómo podemos sacar el mayor provecho de nuestras pruebas?
59 Puesto que Jehová Dios quiere que triunfemos y consigamos salvación, con confianza podemos acudir a él por ayuda. Al mismo tiempo, podemos aceptar lo que nos sobrevenga por permiso de Dios como disciplina valiosa que tiene como fin hacernos cristianos completos, plenamente desarrollados, fuertes en la fe. El apóstol Pedro expresa esto hermosamente, al decir:
“Después que ustedes hayan sufrido por un poco de tiempo, el Dios de toda bondad inmerecida, que los llamó a su gloria eterna en unión con Cristo, terminará él mismo el entrenamiento de ustedes, él los hará firmes, él los hará fuertes. A él sea la potencia para siempre. Amén.”—1 Pedro 5:10, 11.
60 Tal como Jesucristo sufrió por un poco de tiempo en la Tierra y entonces fue altamente ensalzado, así los discípulos del Hijo de Dios esperan con anhelo una recompensa gloriosa. Si el sufrimiento que nos sobrevenga por permiso divino nos hace más fuertes en nuestra adherencia a las normas bíblicas, y discípulos del Hijo de Dios más humildes, comprensivos y compasivos, se habrá cumplido el propósito para el cual se ha permitido esta forma de entrenamiento o amoldamiento. Para que así suceda, tenemos que confiar plenamente en nuestro Padre celestial, por estar convencidos de que cualquier cosa que él permita que venga nos ayudará finalmente a conseguir nuestro bienestar eterno y felicidad si nos sometemos a ello humildemente. (Romanos 8:28) Con el mismo espíritu que desplegó el apóstol Pedro, podemos levantar la voz y decir: ‘¡Gracias a Dios porque deja que se nos entrene mediante pruebas y porque nos ayuda a ser firmes y fuertes como siervos aprobados de él con vida eterna en mira!’
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Hombres que pueden ayudarle a tener éxitoEscogiendo el mejor modo de vivir
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Capítulo 9
Hombres que pueden ayudarle a tener éxito
1, 2. (a) Cuando nos encaramos a la angustia, ¿qué necesitamos de otras personas? (b) En la congregación cristiana, ¿quiénes, especialmente, pueden suministrarnos esto?
UNA palabra animadora en tiempo de angustia, una mano que se extiende en ayuda cuando la dificultad amenaza... ¡qué bendición pueden ser estas cosas! Debido a que ciertamente se nos presentan obstáculos con el fin de cerrarnos el paso mientras adelantamos hacia nuestra meta de la vida eterna, tal ayuda es realmente vital. En realidad es una bendición el que en la congregación cristiana haya hermanos fieles que poseen mayor experiencia que otros y que pueden suministrar la edificación y el consuelo que tanto se necesitan.
2 La Biblia dice que estos “pastores” son “dones en la forma de hombres” provistos por Jesucristo para edificar a la congregación en amor. (Efesios 4:7-16) Por lo tanto, si en cualquier tiempo a usted le parece que se está debilitando en la fe, y se siente confuso, perplejo o hasta desilusionado a causa de problemas o pruebas, debe pedir que los ancianos devotos le ayuden a apegarse a su decisión de seguir siendo un discípulo aprobado del Hijo de Dios.
3. ¿Qué amonestación se da a los ancianos en 1 Pedro 5:1-3?
3 Un examen de lo que el apóstol Pedro escribió a los ancianos le ilustra bien cómo y por qué ellos pueden suministrarle ayuda fortalecedora. Leemos:
“A los ancianos entre ustedes doy esta exhortación, porque yo también soy anciano con ellos y testigo de los sufrimientos del Cristo, hasta partícipe de la gloria que ha de ser revelada: Pastoreen el rebaño de Dios bajo su custodia, no como obligados, sino de buena voluntad; tampoco por amor a ganancia falta de honradez, sino con verdaderas ganas; tampoco como enseñoreándose de los que son la herencia de Dios, sino haciéndose ejemplos del rebaño.”—1 Pedro 5:1-3.
4. ¿Cómo muestra el lenguaje de Pedro que él no se ensalzaba por encima de los ancianos a quienes escribía?
4 Podemos regocijarnos de que haya hombres cristianos que deseen amoldarse al consejo del apóstol Pedro. Cuando suministran ayuda espiritual a los miembros de la congregación, suministran ayuda con el mismo espíritu que desplegó el apóstol. Los mueve el amor a Dios y a sus hermanos. Note que Pedro no se ensalzó sobre los ancianos a quienes exhortaba o animaba. Se llamó “anciano con ellos,” es decir, un ‘coanciano’ o ‘anciano compañero.’ Así, el apóstol se representó en calidad de hermano que, por similitud de experiencias y sentimientos, comprendía la posición que ellos ocupaban como ancianos en la congregación. El que un anciano despliegue una actitud comprensiva de esa índole al tratar con sus compañeros de creencia lo hace una verdadera bendición para sus hermanos.
5. ¿Cómo fue Pedro “testigo de los sufrimientos del Cristo”?
5 Las palabras de Pedro también muestran que él reconocía la pesada responsabilidad que le había sido confiada. Se identificó como “testigo de los sufrimientos del Cristo, hasta partícipe de la gloria que ha de ser revelada.” Pedro conocía de primera mano lo referente a la manera en que el Hijo de Dios sufrió injuria y abuso físico y finalmente fue clavado a un madero. Fue espectador directo y vio a Jesucristo resucitado y observó su ascensión al cielo. Y en su segunda carta dice:
“No fue siguiendo cuentos falsos artificiosamente tramados que les hicimos conocer el poder y la presencia de nuestro Señor Jesucristo, sino por haber llegado a ser testigos oculares de su magnificencia. Porque él recibió de Dios el Padre honra y gloria, cuando palabras como éstas fueron dirigidas a él por la magnífica gloria: ‘Éste es mi hijo, mi amado, a quien yo mismo he aprobado.’ Sí, estas palabras las oímos dirigidas desde el cielo mientras estábamos con él en la santa montaña.”—2 Pedro 1:16-18; compare con Mateo 16:28–17:9.
6. ¿Por qué tenían buena razón para prestar atención a las palabras de Pedro los ancianos a quienes Pedro se dirigió?
6 De seguro los ancianos a quienes Pedro dirigía su estímulo tenían buena razón para prestar atención a las palabras de un compañero en la labor de anciano que podía señalar que era ‘testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que había de ser revelada.’ El apóstol no solo les hacía un llamamiento con humildad; también su propio ejemplo era digno de imitación, porque, como lo muestra el registro bíblico, él dio a conocer a otros, de manera activa y a veces bajo considerable peligro, las cosas de las cuales fue testigo ocular.—Hechos 2:22-38; 4:8-12, 19, 20; 5:29-32.
7, 8. (a) ¿Qué debe reconocer el anciano en cuanto a de quién es el rebaño? (b) ¿Cómo debe influir esto en el trato que él dé a la congregación?
7 Para que un anciano de hoy día sea como Pedro, es necesario que reconozca que los miembros de la congregación no pertenecen a él, sino a Jehová Dios. El apóstol Pablo también llamó atención a este hecho importante. A los ancianos de la congregación de Éfeso, dijo: “Presten atención a ustedes mismos y a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha nombrado superintendentes, para pastorear la congregación de Dios, que él compró con la sangre del Hijo suyo.”—Hechos 20:28.
8 A gran costo para sí, Jehová Dios adquirió a los miembros de la congregación cristiana como propiedad suya. No se pudo haber pagado mayor precio que el de la sangre de su Hijo exento de pecado. El que los ancianos tengan el punto de vista de Jehová acerca del valor de la congregación bajo su custodia les ayuda a ser diligentes en ayudar a cada individuo a seguir siendo la honorable propiedad del Altísimo. Tendrían que responder a Dios por cualquier maltrato que se diera al rebaño. Por eso los ancianos deben esforzarse por comprender debidamente lo que vale cada persona de la congregación. Esto puede servir de vigorosa restricción contra el adoptar una posición de superioridad para con el rebaño y tratar con él de manera dura, dominante. (Contraste esto con Hechos 20:29.) Individualmente, los miembros de la congregación reciben mucha edificación de los hermanos que les otorgan la dignidad y el respeto que se les deben. Da un sentido de seguridad a todos el que los ancianos demuestren que son verdaderos “pastores,” personas que atienden el bienestar espiritual y físico de todo el rebaño.
“NO COMO OBLIGADOS, SINO DE BUENA VOLUNTAD”
9, 10. (a) ¿Cómo pudiera ser que un anciano pastoreara ‘como obligado’? (b) ¿Qué mostraría que está pastoreando a la congregación “de buena voluntad”?
9 En toda situación dada en la cual alguien necesita ayuda, a esa persona se le hace mucho más fácil acudir a alguien que, no solo pueda suministrar ayuda, sino que también tenga el deseo de hacer tal cosa. Apropiadamente, Pedro instó a los ancianos a efectuar su pastoreo, “no como obligados, sino de buena voluntad.” (1 Pedro 5:2) El hombre que quiere ser buen “pastor” en la congregación tiene que cuidarse de no efectuar su trabajo simplemente por un sentido del deber. Si la atención que se da a la congregación se convirtiera en una labor monótona y sin gozo, el anciano sencillamente estaría cumpliendo con una asignación ‘como obligado.’ El rebaño notaría esto y se retiraría, por no querer añadir sus problemas a las cargas del anciano. Sin embargo, cuando el anciano se regocija al encargarse de sus responsabilidades debido a que realmente desea hacer la obra, los miembros de la congregación se sienten atraídos a él. Esa tan buena voluntad para servir proviene de un amor profundo a Dios y a la congregación de su pueblo. Es una evidencia de que el anciano está cumpliendo con su ministerio para con el rebaño con la actitud correcta.
10 Por supuesto, es necesario que el anciano despliegue buen juicio para no cargarse con más tareas de las que razonablemente pueda efectuar. Puesto que, junto con el adelanto en edad, su salud va declinando, quizás no pueda lograr tanto como lograba en años anteriores, y esto requeriría que pidiera la ayuda de otros hombres capacitados. No obstante, todavía puede ser un verdadero gozo para él el servir de “pastor” que efectúa de buena voluntad su obra dentro del marco de las limitaciones a que está sujeto.
‘NO POR GANANCIA FALTA DE HONRADEZ, SINO CON VERDADES GANAS’
11. ¿Por qué existe el peligro de pastorear a la congregación “por amor a ganancia falta de honradez”?
11 Además de mostrar un espíritu de buena voluntad para hacer las cosas, es necesario que el anciano tenga móviles puros, altruistas, para que sea una verdadera ayuda a sus hermanos. El apóstol Pedro advierte contra el servir de pastor “por amor a ganancia falta de honradez.” El que uno usara su asignación de pastor para obtener posesiones materiales, alabanza o poder, sería usar de manera falta de honradez esa asignación. Es verdad que la Biblia aconseja que se dé “doble honra” a los hombres que trabajan duro en enseñar. (1 Timoteo 5:17, 18) Pero esa “doble honra” siempre debe brotar espontáneamente de los miembros de la congregación, y el anciano nunca la procura ni la ve como algo que tenga derecho a esperar o exigir de ellos. Puede que un anciano alcance prominencia, quizás debido a que sus circunstancias le permiten libertad para participar a mayor grado que otros en la actividad del Reino, o debido a ciertas aptitudes sobresalientes. Fácilmente pudiera presentársele la tentación de sacar ventaja de esta prominencia, y esto pudiera llevar a que deseara ciertas cosas materiales que otros probablemente pudieran darle, y hasta a que hiciera sugerencias indirectas de que se le dieran. Esto pudiera llevar, probablemente, a que se asociara principalmente con las personas más prósperas de la congregación, y descuidara a otras. El anciano pudiera llegar a estar deseoso de recibir alabanza, pero hacerse frío, o hasta rencoroso, con relación a la crítica o el consejo válidos.
12, 13. ¿Cómo mostró el apóstol Pablo que servía a sus hermanos “con verdaderas ganas”?
12 Aunque hoy día esto quizás suceda en el caso de un número relativamente pequeño de hombres dentro de la congregación cristiana, los ancianos no deben minimizar el peligro. Hasta en manifestaciones muy menores se debe resistir la tendencia a buscar beneficios materiales por medio de las relaciones espirituales. Pablo, el apóstol cristiano, dio excelente ejemplo a este respecto. A los ancianos de la congregación de Éfeso, pudo decir:
“Recuerden que por tres años, noche y día, no cesé de amonestar a cada uno con lágrimas. . . . No he codiciado la plata, ni el oro, ni la vestidura de nadie. Ustedes mismos saben que estas manos han atendido a las necesidades mías y a las de los que andan conmigo. En todas las cosas les he exhibido que por medio de laborar así tienen que prestar ayuda a los que son débiles, y tienen que tener presentes las palabras del Señor Jesús, cuando él mismo dijo: ‘Hay más felicidad en dar que la que hay en recibir.’”—Hechos 20:31-35.
13 Una congregación recibe beneficios inconmensurables de los hombres que laboran “con verdaderas ganas” como lo hizo Pablo. Él se alegraba de servir a sus hermanos, y nunca miraba con deseos a nada que ellos poseyeran y de lo cual pudiera beneficiarse. Su gozo procedía de dar de sí mismo generosa y gratuitamente para la edificación de sus hermanos.
14. ¿Qué aprendemos de 1 Tesalonicenses 2:5-8 acerca de lo que incluye el pastorear a la congregación “con verdaderas ganas”?
14 La manera en que él y sus compañeros sirvieron sin hipocresía se manifiesta claramente en las palabras de él a los tesalonicenses:
“En ninguna ocasión nos hemos presentado ya sea con habla lisonjera, (así como ustedes lo saben) ni con una apariencia fingida para la codicia, ¡Dios es testigo! Tampoco hemos estado buscando la gloria de los hombres, no, ni de ustedes ni de otros, aunque pudiéramos ser una carga costosa como apóstoles de Cristo. Al contrario, nos hicimos amables en medio de ustedes, como cuando una madre que cría acaricia a sus propios hijos. Así, teniéndoles tierno cariño, tuvimos mucho gusto en impartirles, no solo las buenas nuevas de Dios, sino también nuestras propias almas, porque ustedes llegaron a sernos amados.” (1 Tesalonicenses 2:5-8)
Sí, en vez de procurar ganancia personal sacada de los miembros de la congregación, Pablo obró como lo hace una madre que amamanta, quien ama profundamente a sus hijos y subordina el bienestar de ella misma al de ellos.—Compare con Juan 10:11-13.
15. ¿De qué manera deben esforzarse los ancianos por pastorear el rebaño?
15 Además de que, correctamente, el móvil del anciano debe ser su interés en el rebaño, es necesario que el anciano recuerde la importancia de atender a la congregación de la manera debida. El apóstol Pedro aconsejó que los ancianos no ‘se enseñorearan de los que son la herencia de Dios, sino que se hicieran ejemplos del rebaño.’ (1 Pedro 5:3) En armonía con esta amonestación, los ancianos no se ensalzarían por encima de sus hermanos. Esto sería contrario a las instrucciones que Jesús dio a sus seguidores:
“No sean llamados Rabí, porque uno solo es su maestro, mientras que todos ustedes son hermanos. Además, no llamen padre de ustedes a nadie sobre la tierra, porque uno solo es su Padre, el Celestial. Tampoco sean llamados ‘caudillos,’ porque su Caudillo es uno, el Cristo. Pero el mayor entre ustedes tiene que ser su ministro.” (Mateo 23:8-11)
Por eso, en vez de emitir mandatos como un amo, o tratar de encargarse de la vida de los miembros de la congregación, el anciano es un hombre que humildemente sirve de esclavo a favor de sus hermanos. Por su ejemplo, estimula al rebaño a ser como Cristo.—Compare con 1 Tesalonicenses 2:9-12.
16. ¿Por qué puede hablarse con confianza a los ancianos fieles?
16 Cuando los ancianos dan un excelente ejemplo personal en la vida y la actividad cristianas, pueden lograr mucho en cuanto a ayudar a sus compañeros de creencia a hallarse finalmente en condición aprobada ante Jehová Dios. Además, Jesucristo, el “pastor principal” bajo el cual ellos sirven, recompensará a todos los subpastores fieles al tiempo de su gloriosa manifestación como “Rey de reyes y Señor de señores.” (Revelación 19:16; 1 Timoteo 6:15) Como escribió el apóstol Pedro: “Cuando el pastor principal haya sido manifestado, ustedes recibirán la inmarcesible corona de la gloria.” (1 Pedro 5:4) Verdaderamente, los hombres que sirven a sus hermanos por la razón correcta, con el móvil apropiado y de la manera debida, son una verdadera ayuda a la congregación y contribuyen a que la congregación se regocije mucho en su modo de vivir cristiano. (2 Corintios 1:24) Cuando usted necesite ayuda, no vacile en acudir a los ancianos que despliegan fidelidad.
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