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  • Viniendo al Oidor de la oración
    La Atalaya 1975 | 15 de noviembre
    • de los que le buscan encarecidamente.’ (Heb. 11:6) Aquel que lo conoce todo mejor y que más interés tiene en otros siempre está informado de nuestras necesidades, aunque varíen extensamente para gente que vive en diferentes partes del mundo. En sentido figurado ‘Jehová está cerca de todos los que lo invocan con fe,’ y responde con celeridad a la necesidad de ayuda de ellos.—Sal. 145:18.

      11. (a) ¿Conoce Dios nuestras necesidades? (b) Entonces ¿por qué deberíamos orar acerca de ellas?

      11 Al invocar a Aquel cuyos oídos están abiertos a las oraciones de los justos, se nos recuerda que él está completamente informado de lo que necesitamos aun antes que pidamos. Con relación a alimento, bebida y ropa, su propio Hijo declaró: “Su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas.” (Mat. 6:32) Pero aunque Dios tiene todo el conocimiento de estas cosas y está al tanto de ellas, desea que le pidamos con relación a nuestras necesidades y carencias. En vista de su invitación permanente para que vayamos a él, sería mostrar falta de aprecio el adoptar el punto de vista de que no deberíamos molestarlo pidiéndole las cosas que necesitamos cotidianamente. Como guardián del hombre, el “Dios que ve” tiene sus ojos sobre los buenos así como sobre los malos en la Tierra, y no ha abandonado a los que lo aman, de modo que se vean obligados a resolver todos sus problemas por sí solos. De hecho, Jehová Dios con seguridad disfruta de escuchar a los que confían en él, al decirle ellos en sus propias palabras que lo reconocen como su Padre y refugio, y la fuente de su fuerza.—Gén. 16:13; Sal. 46:1; Pro. 15:3.

      12. (a) ¿Cómo consideran algunos incorrectamente la oración? (b) ¿Por qué, sin embargo, es provechoso orar?

      12 Los que tienen poca fe quizás consideren a Dios como uno que se ha ausentado y ha dejado a la humanidad por su propia cuenta. O quizás piensen que la oración es solo una manera de engañarse uno mismo. Otros quizás piensen que es una ayuda o muleta psicológica para mantenerlo a uno en un estado de ánimo apacible, en el cual los pensamientos de uno corren por conductos espirituales. Sin embargo, hay mucho más envuelto en ello que solo una experiencia emocional. Uno no se está hablando a uno mismo, sino que se está dirigiendo al Padre celestial viviente, que puede “hacer más que sobreabundantemente en exceso de todas las cosas que pedimos o concebimos.” (Efe. 3:20) Cuando hay que tomar decisiones, grandes o pequeñas, es el espíritu y la dirección de Jehová lo que puede revelar por qué camino ir. Aunque Dios es autosuficiente, pues no carece de nada, ve con gran empatía o sintonía afectiva las necesidades de su pueblo, y les extiende la invitación ‘de echar todas sus inquietudes de la vida cotidiana sobre él, porque él se interesa por ellos.’—1 Ped. 5:7.

      LA ORACIÓN DA RESULTADOS

      13. ¿Cómo le dio resultados la oración a Elías?

      13 Fue por medio de un profeta de Israel que se ilustró la fuerza y efectividad de la oración. Después de anunciar el fin próximo de una larga sequía que le había venido a Israel, Elías oró en la cumbre del monte Carmelo que lloviera nuevamente. Desde aquel sitio su servidor vio contestada la oración... primero una nubecita, precursora de la lluvia, y entonces el aguacero que vino después. El escritor bíblico Santiago, al llamar atención a ese acontecimiento de la historia, comenta sobre el hecho de que Jehová puede contestar las oraciones de sus siervos que oran en armonía con su propósito. Leemos: “El ruego del hombre justo, cuando está en acción, tiene mucho vigor.”—Sant. 5:16-18; 1 Reyes, capítulos 17, 18.

      14. ¿Por qué debe uno ser persistente en orar por lo que necesita?

      14 El Padre de la familia humana ha arreglado que todos se mantengan en comunicación con él, día y noche, como uno que verdaderamente se interesa en el bienestar y felicidad de todos. Los padres aprecian el que sus hijos acudan a ellos a todo tiempo por lo que necesitan; tanto más sabe Jehová cómo proveer lo necesario a los que son persistentes en sus peticiones a él. Comunicando el mismo punto, Jesús dio a sus discípulos una ilustración “respecto a lo necesario que les era orar siempre y no desistir.” (Luc. 18:1-8) El solicitar repetidamente lo que uno necesita muestra el interés de uno, y cuando sus oraciones son contestadas su persistencia se ve remunerada.

      15. ¿De qué valor es la oración durante oposición?

      15 Tarde o temprano, los estorbos que se presentan a la diseminación de las buenas nuevas invariablemente afectan a los portadores de éstas. El resultado puede ser sufrimiento y persecución, tal como en el caso de Cristo Jesús, que experimentó esas cosas. Está escrito: “Todos los que desean vivir con devoción piadosa en asociación con Cristo Jesús también serán perseguidos.” (2 Tim. 3:12) Sin embargo, la oración y el ruego a Dios, junto con amor a él y confianza en él, son una ayuda a los testigos cristianos de Jehová en su derrotero de fidelidad, venga lo que venga. (Sal. 34:15) El consejo de Romanos 12:12 es: “Perseveren bajo tribulación” y, al mismo tiempo, “persistan en la oración.”

      16, 17. (a) ¿Cómo podemos mostrar interés en nuestros hermanos bajo persecución? (b) ¿Qué, a su vez, muestra esto por parte del peticionario?

      16 De vez en cuando se imponen proscripciones para estorbar la predicación de las buenas nuevas, y esto resulta en casos jurídicos, persecuciones y a veces en condenas en prisión para los predicadores. Cuando nos enteramos de esas cosas nos compadecemos mucho de nuestros hermanos que permanecen firmes, que no transigen ni siquiera para tener alivio temporal. La espléndida posición de ellos a favor de la justicia mientras están bajo presión puede fortalecernos, y, a la vez, nuestras oraciones pueden estimularlos y ayudarlos a ellos. Sí, es apropiado orar por los que están en posiciones gubernamentales a fin de que los cristianos sigan llevando su vida y actividad cristianas sin estorbo.—1 Tim. 2:1, 2.

      17 Cuando nuestros hermanos están en dificultades, como en un notorio caso jurídico, entonces nuestro interés se puede reflejar en la persistencia con la cual oramos por ellos. Es patente que Dios permite que los peticionarios desplieguen la profundidad de su amor, lo genuino de sus motivos, cuando solicitan socorro. Ni la distancia ni muros de prisión hacen ineficaz su ruego. No hay duda en cuanto a ello: las Escrituras muestran que el persistir en la oración puede resultar en socorro para los que están en circunstancias deplorables.—2 Cor. 1:8-11.

      PACIENCIA Y PERSEVERANCIA EN LA ORACIÓN

      18. ¿Por qué es vital la paciencia con relación al orar?

      18 Pero siempre tenemos que reconocer que es necesario esperar en Jehová, que él conteste las oraciones con relación a proscripciones y persecución. La aparente demora a veces por parte de Dios no debe considerarse desde el punto de vista de que él no pueda obrar a favor de los que ama. Posiblemente no sea su tiempo para traer una victoria en los tribunales judiciales o socorro de otras maneras, porque se pudiera dar un testimonio aun mayor para el reino de Dios si el socorro viene después. Nunca llame “lento” a Dios, sino reconozca que él tiene su ‘debido tiempo’ para todo. En el ínterin, puede suministrar protección angelical. También se puede sacar consuelo de esto que el apóstol Pedro dijo: “Jehová sabe librar de la prueba a personas de devoción piadosa . . . No es lento Jehová respecto a su promesa, según lo que algunos consideran lentitud.” (2 Ped. 2:9; 3:9) Sí, ciertamente el Oidor de la oración puede fortalecer a los que son pacientes y que son persistentes en hacer su voluntad.

      19. (a) ¿Debemos orar que Dios impida la persecución? (b) ¿Qué puede hacer siempre Jehová si opta por hacerlo?

      19 El poder de la oración intercesora a favor de otros no debe ser pasado por alto, sea que la ofrezca un individuo o la ofrezcan muchos. El puro peso del número de personas que oren no obliga a Jehová a entrar en acción. El ruego de los que piden es que se efectúe la voluntad de Jehová, y el interés unido y amoroso de ellos está en que reciban ayuda y protección sus compañeros que predican las buenas nuevas. Tal vez la voluntad de Dios sea traer socorro de una manera que no prevén los que están envueltos en la situación. Con confianza aténgase a este hecho: ¡Jehová respaldará a los que mantengan la integridad en medio de dificultades!

      20. ¿Debemos pensar alguna vez que nuestros ruegos por otros son en vano?

      20 Por eso, nunca debe uno pensar que sus ruegos son en vano o que quizás no haya orado exactamente de la manera correcta para ayudar a los que estuvieran siendo perseguidos. Lo que Dios haga en respuesta será lo que, de haberlo sabido nosotros, deberíamos haber pedido. (Rom. 8:26, 27) Todos debemos abrigar la confianza de que a través de los siglos el poder de Jehová no ha disminuido y él no ha ensordecido, de modo que no pueda oír las oraciones de sus adoradores.

      FRANQUEZA EN LA ORACIÓN

      21. (a) ¿Por qué no debería uno retraerse de la oración? (b) ¿Qué excelentes cualidades atraen a uno a Jehová?

      21 La persona en quien el amor a Dios alcanza su plena expresión se acerca a él con la libertad del que puede ir a él con plena confianza. ¿Por qué se retraería alguien de hacer una oración de gracias, alabanza o petición a un Dios de tantas cualidades maravillosas, entre ellas la misericordia, la gran paciencia y la bondad amorosa? (Sal. 36:7) Al obtener discernimiento de estas cualidades de Su personalidad, la gente imperfecta debería revestirse de valor para venir a Jehová, el “Dios de la gloria,” en cuanto a cualquier tema y pedir ayuda en cuanto a efectuar su voluntad divina. (Hech. 7:2) Viviendo como lo estamos en medio de un mundo frío, egoísta, ¡cómo nos refresca el acercarnos y orar a un padre que es compasivo y tiene misericordia de nosotros cuando estamos en dificultades o en alguna desventaja! Como él mismo le declaró a Moisés: “Jehová, un Dios misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y verdad.”—Éxo. 34:6.

      22. ¿Cuál es una razón adicional para venir franca y libremente a Jehová?

      22 Hay más razón también para que nos acerquemos a un Dios así con franqueza de expresión al orar desde que nos enteramos del papel que desempeña Cristo Jesús en este arreglo. El apóstol Pablo enfoca nuestra atención en él con estas palabras de Hebreos 4:15, 16: “Porque no tenemos como sumo sacerdote a uno que no pueda condolerse de nuestras debilidades, sino a uno que ha sido probado en todo sentido igual que nosotros, pero sin pecado. Acerquémonos, por lo tanto, con franqueza de expresión al trono de bondad inmerecida, para que obtengamos misericordia y hallemos bondad inmerecida para ayuda al tiempo oportuno.” Sabiendo que pasó por las mismísimas cosas que nosotros tenemos que afrontar y aguantar, apreciamos lo comprensivo que puede ser y la ayuda que puede ser para nosotros a medida que nosotros, criaturas pecaminosas, nos esforzamos por reconciliarnos con Dios por medio de él como nuestro redentor y mediador.—Heb. 7:25.

      23. (a) ¿Por qué se consideró Jesús en posición de hablar con toda libertad con su Padre? (b) ¿Especialmente en qué ocasiones oró?

      23 Jesús se consideró en posición de comunicarse con toda libertad con su Padre que estaba en el cielo cuando él estuvo en la Tierra. En aquel tiempo en que estaba muy alejado de la presencia de Jehová, podemos imaginarnos lo mucho que disfrutaba Jesús de hablar con Dios por medio de la oración. Tenía asuntos importantes acerca de los cuales hablar con Dios, y por lo tanto iba a lugares solitarios que se prestaban a la meditación. Todos los relatos del Evangelio revelan a Jesús como un hombre de oración... en su bautismo estuvo orando, también cuando alimentó a multitudes; nuevamente antes de escoger a sus apóstoles; también en la cena del Memorial, y en el madero de tormento. En estas ocasiones y otras Jesús estuvo comunicándose con su Padre celestial. En todas las cosas quería agradar a su Padre y efectuar la voluntad de su Padre, no la suya. (Juan 5:30) Prosiguió con su trabajo asignado, sabiendo que sus ruegos y peticiones recibían audiencia favorable. (Heb. 5:7-10) Jamás transigió para evitar persecución, sino que llevó un derrotero de vida de integridad, en el cual sostuvo la soberanía de Jehová. Como resultado de esto, hasta las criaturas celestiales lo proclamaron digno de la honra y gloria que había alcanzado.—Rev. 5:11, 12.

      24. Para hacer próspero nuestro camino, ¿qué podemos hacer?

      24 ¡Qué excelente ejemplo para ser seguido por todos los cristianos, este Caudillo y Amo que hizo próspero su camino mediante la oración! Todos los que quieren ser prósperos como él lo fue deben copiar el ejemplo de este que estuvo tan deseoso de hacer diariamente lo que su Padre quería que hiciera. El hablar a Dios desde el corazón, pidiendo la fuerza y respaldo necesarios para hacer la voluntad divina, ayuda al peticionario a andar y hablar de manera agradable al Creador. El acercarnos a Dios, implorarle con espíritu de dependencia, y buscar su dirección puede ser un alivio refrescante para nosotros. Se nos anima a echar todas nuestras inquietudes sobre Dios. (1 Ped. 5:7) El consejo de Jesús, como usted recuerda, fue orar y no desistir de pedirle a Dios todo lo que necesitemos.—Luc. 18:1-7.

      CONTINÚE ORANDO

      25. ¿Cómo puede uno mostrar una actitud de espera?

      25 El dar la evaluación apropiada al comunicarse con Jehová ayudará al suplicante a adherirse a un derrotero de justicia, mientras que al mismo tiempo no esperará una respuesta espectacular a toda petición. De hecho, quizás sea necesario que uno ejerza mucha paciencia cuando experimenta una prueba o castigo, mientras espera una respuesta. Uno jamás debe desestimar el poder de la oración, sino, más bien, debe mostrar una “actitud de espera” con expectativa confiada, como la que expresa el profeta Miqueas, de que “mi Dios me oirá.”—Miq. 7:7.

      26, 27. (a) ¿Cómo puede uno mostrar fe en el poder de la oración? (b) El amor de uno a Dios debe moverlo a hacer ¿qué?

      26 Si uno ha cometido alguna maldad, no es hora entonces de dejar de implorar el favor de Dios, como si uno pensara que no califica para orar. Uno no debe ‘encubrir’ sus transgresiones. (Pro. 28:13) Si quiere misericordia, dígale a Jehová su Dios cuánto siente lo que hizo, quizás sin pensar en lo que hacía en aquel instante. Después de haber corregido el asunto al grado sumo de su habilidad, muestre que tiene fe en el poder de la oración y en que Dios está dispuesto a perdonar, y pídale disculpas. Así puede demostrar confianza en que Jehová oye sus clamores por ayuda y entiende lo que usted en realidad necesita.—Sal. 5:1, 2.

      27 ¿Entiende usted completamente la importancia de la invitación que se extiende a gente de toda carne para que venga al Oidor de la oración? Si uno siente a cierto grado temor o miedo de acercarse a Dios, ¿no es eso demostrar cierta falta de amor a él, hasta falta de aprecio por la provisión del rescate? Ciertamente las imperfecciones de uno no deben ser un elemento que disuada a uno de acercarse con presteza al Creador amoroso. De hecho, el amor de uno a Dios debe mover a uno a expresarse con franqueza y libertad a su Creador misericordioso.—1 Juan 4:16-18.

      28. (a) ¿Cómo pueden ser una bendición para usted los hombres de mayor edad? (b) ¿Qué ejemplo hay de un individuo de pecados crasos que le pidió a Dios que tuviera misericordia de él?

      28 Sin embargo, puede suceder que se produzca una pérdida de confianza al invocar la ayuda de Jehová. Posiblemente una mala conciencia o algo que haya salido mal en su vida le haya dado un sentimiento negativo de desmerecimiento. En una situación de esa índole hay grave peligro si se desatiende el pedirle ayuda a Dios. ¿Por qué complicar el asunto cesando de orar? Para los que se retraen de venir a Dios por su propia cuenta y de hablarle franca y libremente, las oraciones intercesoras de los hombres de mayor edad de la congregación pueden ser una bendición. Estos hombres capacitados de la congregación están para ayudarlo a usted si pensara que una “masa de nubes” obstruye su acercamiento a Dios y estorba el paso de sus oraciones. (Lam. 3:44) Fue tocante a orar unos por otros que Santiago escribió: “El ruego del hombre justo, cuando está en acción, tiene mucho vigor.” (Sant. 5:16) Esta forma de pedir ayuda es un arreglo amoroso de consejo y oración para los que titubean en cuanto a abrir su corazón por su propia cuenta ante el Dios que es absolutamente justo, bueno y santo. Por otra parte, el pecador que personalmente se acerca a Dios puede ser verdaderamente bendecido al implorar de Dios misericordia. Esto funcionó para el rey Manasés de Judá. Él siguió orando, y finalmente su petición fue oída.—2 Cró. 33:12, 13.

      29. ¿Por qué debe toda persona ser honrada en sus oraciones?

      29 A todos nos es provechoso ser francos y honrados con Jehová Dios si queremos que él nos conceda nuestras peticiones. ¿Por qué trataría alguien de ocultar algo de él? Él hasta ‘conoce el corazón de todos.’ Por eso nunca trate de engañarlo. (Hech. 1:24; Jer. 17:10) En sus oraciones sea específico, franco, y reconozca los pecados y errores que haya cometido contra su Padre celestial. Tenga el profundo aprecio que tuvo el leal David y pídale a Dios que lo escudriñe completamente y conozca su corazón. Ruéguele que preste oídos a su oración y preste atención a sus súplicas. (Sal. 139:23; 86:6) Recuerde: la oración del justo le es un placer. De modo que piense en las muchas razones por las cuales usted debe seguir orando franca y libremente, esperando confiadamente que Dios lo oiga y le ayude.—Pro. 15:8.

      30. ¿A quién debe usted venir sin reserva?

      30 Hay Uno al que usted puede venir sin reservas. Es el “Oidor de la oración.” Por eso, ¿por qué no hacerlo feliz a medida que usted por ‘oración y ruego junto con acción de gracias da a conocer sus peticiones a Dios’? (Fili. 4:6) Al proceder así usted puede adelantar, experimentando el amor que Dios les tiene a los que vienen a él.

  • Sea constante en la oración
    La Atalaya 1975 | 15 de noviembre
    • Sea constante en la oración

      “Todo leal orará a ti.”—Sal. 32:6.

      1, 2. (a) ¿Por qué debe uno comunicarse con Dios? (b) ¿Cómo despliega uno preferencia por la voluntad de Dios?

      EN ESTA era moderna la mayoría de las personas parecen tener poco tiempo, o ninguno, para Dios. Se presentan muchas excusas en cuanto a por qué no lo consideran en su vida cotidiana. Sin embargo, si uno alega servir al Dios vivo y verdadero, entonces debe comunicarse lealmente con él, acudir a él como aquel a quien se ha de servir y obedecer en todo.

      2 Especialmente después que uno se ha comprometido a servir a Jehová Dios uno debe tomar en serio la oración. En vez de considerarla como un deber, uno debe disfrutar de ella como de un privilegio. Con la preferencia de efectuar la voluntad de Dios y una sumisión teocrática a ella, uno orará: “Hazme conocer tus propios caminos, oh Jehová; enséñame tus propias sendas. Hazme andar en tu verdad y enséñame, porque tú eres mi Dios de salvación.”—Sal. 25:4, 5.

      SINCERIDAD EN ORACIÓN

      3. ¿Cómo podemos ser sinceros en nuestras peticiones a Dios?

      3 Hay sinceridad envuelta en hablar con el Altísimo si uno espera que él preste atención a las peticiones de uno. Con toda seriedad y en plena posesión de nuestros sentidos, tenemos que ser honrados en la justipreciación de nosotros mismos. Para ser leales a los caminos justos de Dios, no encubriremos nuestros hábitos incorrectos ni actitudes dudosas. No es posible engañar a Aquel a quien tenemos que rendir cuentas. (Heb. 4:12) Sería insensatez el que oráramos de una manera y obráramos fuera de armonía con la petición.

      4. ¿Qué debemos hacer para agradar al Oidor de la oración?

      4 Los que observan lealmente Sus mandamientos tienen esta seguridad: “Los ojos de Jehová están sobre los justos, y sus oídos atentos a su ruego; pero el rostro de Jehová está contra los que hacen cosas malas.” (1 Ped. 3:12) Si pedimos perdón, entonces tenemos que practicar el perdonar, desde el corazón. (Mat. 18:35) Si oramos por el reino de Dios, debemos buscarlo primero en nuestra vida. (Mat. 6:10, 33) Si estamos buscando más conocimiento bíblico de Dios, entonces además de orar por él debemos apartar horas con regularidad para estudiar su Palabra, la Biblia. El estar llenos de conocimiento exacto nos ayudará a enfocar la atención en las cosas más importantes, y las tendremos presentes al orar.—Fili. 1:9, 10.

      SOSTENIENDO LOS CAMINOS DE DIOS

      5. Describa las oraciones que no son aceptables.

      5 Podemos estar seguros de que Dios siempre sostendrá su buen nombre y sus justos caminos. Jamás rebajará sus normas al nivel de los que, por sus palabras u obras, muestran que son desleales o inicuos. ¿Por qué debería prestar atención Dios a las oraciones que se hacen con fingimiento desde corazones que no están en armonía con él? La oración de los que practican iniquidad puede ‘llegar a ser un pecado.’ (Sal. 109:3-7) Los que hipócritamente le vuelven la espalda a Dios y sin embargo oran no pueden esperar una audiencia favorable, como se muestra en Proverbios 28:9: “El que está apartando su oído de oír la ley... hasta su oración es cosa detestable.” Las oraciones largas por hombres jactanciosos y orgullosos tampoco son aceptables, como lo explicó aquella autoridad en la oración, Cristo Jesús. (Mat. 6:5, 7; Luc. 18:10-14) Si no aprendemos a hacer lo bueno y si no aprendemos a responder a la Palabra de Dios, entonces eso, de hecho, equivale a rechazar la propia Palabra de Dios. Esto, a su vez, no sería conducente a que nuestras oraciones recibieran audiencia favorable.

      6. (a) ¿Cómo pueden las palabras o acciones de uno afectar las oraciones de uno a Dios? (b) ¿Qué debe mantenerse honorable?

      6 Para adherirnos a una relación excelente con nuestro Dios y Padre, tenemos que sostener sus elevadas normas morales. Por las palabras y/o el proceder de uno, uno puede mostrar que aprueba o desaprueba hechos de inmoralidad o, posiblemente, inclinaciones en esa dirección. “Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo. Él está guardando las almas de sus leales,” es el consejo de Salmo 97:10. Los que llegan a estar más allá de todo sentido moral se alejan de Dios por su derrotero de conducta relajada. (Efe. 4:17-19) El que uno practicara la inmoralidad o siquiera pasara por alto la práctica de ésta voluntariamente haría ineficaces las oraciones de uno. Como persona honorable, aprecie el arreglo divino del sexo y el matrimonio y sosténgalo lealmente de modo que sus oraciones no resulten obstruidas o estorbadas.—Heb. 13:4.

      LA ORACIÓN PUEDE RESULTAR ESTORBADA

      7. Describa algunas cosas que pueden resultar en estorbo para las oraciones.

      7 Para mantener abiertas las líneas de comunicación con Dios, es vital que usted ande cuidadosamente en este inicuo sistema de cosas. De esta manera puede tener esta confianza de la cual escribió el apóstol Juan: “Cualquier cosa que le pedimos la recibimos de él, porque estamos observando sus mandamientos y estamos haciendo las cosas que son gratas a sus ojos.” (1 Juan 3:22) Las expresiones verbales tienen poco peso para con Dios si nuestras acciones no están en armonía con nuestras súplicas. Si uno se descuida puede socavar la eficacia de sus peticiones a Dios. Por consiguiente, a los esposos se les da esta amonestación: “Ustedes, esposos, continúen morando con ellas [sus esposas] de igual manera de acuerdo con conocimiento, asignándoles honra como a un vaso más débil, el femenino, puesto que ustedes también son herederos con ellas del favor inmerecido de la vida, a fin de que sus oraciones no sean estorbadas.” (1 Ped. 3:7) Esto muestra que hasta en su hogar uno puede hacer cosas que afecten la transmisión favorable de las oraciones de uno a Dios. Este hecho debe alertarnos a todos nosotros de modo que seamos más sensitivos en cuanto a andar en el camino correcto en todo aspecto de la vida, y jamás abusemos de la misericordia y compasión de Dios.

      8. (a) ¿Por qué tenemos que llevarnos bien con nuestros hermanos? (b) ¿Qué es bueno recordar?

      8 El mantenernos en relación pacífica con nuestros hermanos cristianos de la congregación también es vital, a medida que nos esforzamos por mantener vínculos fuertes con el Dios a quien servimos. Si seguimos con presteza el consejo de Jesús en Mateo 5:23, 24, entonces no dejaremos que ningún problema, grande o pequeño, que tengamos con nuestro hermano quede sin resolución. Si no enderezamos los asuntos de manera bíblica, tenemos que comprender que eso puede hacer que nuestras oraciones y sacrificios sean inaceptables a Dios. Es bueno pensar detenidamente en que muy a menudo Jehová probablemente ha sido misericordioso y paciente con nosotros mismos, y nos ha dado una oportunidad extendida de corregir un derrotero incorrecto o una actitud no teocrática. Copiando a nuestro Dios en este sentido, podemos ser sumamente útiles a otros, especialmente a los que han entrado en relación estrecha con él como hermanos espirituales nuestros. A medida que nos hagamos hacedores de los caminos de Dios, disfrutaremos de mayor felicidad y nuestras oraciones no tendrán que verse impedidas por ninguna acción inconsiderada por nuestra parte.—1 Tes. 4:1.

      9. ¿Qué pudiera estorbar la oración de congregación?

      9 En la congregación, la oración debe abordarse de manera pura. No debe haber ningún sentimiento de animosidad o cólera para con otros. Los que son prudentes y comprensivos cultivarán una mansedumbre que pertenece a la sabiduría y seguirán el deseo del apóstol Pablo: “Que en todo lugar los hombres se ocupen en orar, alzando manos leales, libres de ira y debates.”—1 Tim. 2:8; Sant. 3:13, 17.

      10. ¿Cómo ayudan el amor y la humildad a mantener la paz en la congregación?

      10 Un hermano humilde no pelea con sus hermanos cristianos para defender o establecer sus supuestos derechos personales. Aunque uno tenga libertad para hacer algo, debe ejercer cuidado para hacer solo lo que es edificante. Se requiere amor para mantener la paz, y el perdón puede ser ilimitado por parte de cada uno. (Mat. 18:21, 22) Requiere humildad el reconocer un error y pedir perdón. El resultado de ese derrotero trae paz al individuo y a la congregación. Excede en importancia a todo sentimiento de humillación. Desarrolla y fortalece a la persona en la excelente cualidad de humildad, que Dios aprecia. (1 Ped. 5:5) Con la confianza de los que tienen libertad para hacerlo, pidan la abundante bendición de Jehová a medida que ustedes, cristianos, ‘efectúan todos sus asuntos con amor.’—1 Cor. 16:14.

      11. ¿Qué se recomienda para agradar a Dios?

      11 Tal como requiere esfuerzo el que mantengamos una relación excelente con los de la congregación, así queremos hacer cuanto podamos para no permitir ninguna ruptura en nuestra preciosa relación estrecha con nuestro Padre que está en el cielo. Si queremos agradarle, tenemos que ser santos en toda nuestra conducta. (1 Ped. 1:14-16) La lealtad impulsa al cristiano a evitar toda tendencia a desviarse de camino de la verdad y a mancharse con el mundo. Cuando uno comprende lo todopoderoso de Dios y que con él no se puede tratar sin seriedad y que uno no se puede mofar de él, esto hace que pida en oración la dirección de Jehová para que lo proteja de tropezar y caer en maldad del tipo que sea. El no andar en el camino correcto en algún sentido puede levantar obstáculo que impidan orar franca y libremente.—Gál. 6:7.

      CUANDO NO SE LLEGA

      12. ¿Qué puede ser causa de que no se esté llegando a Dios?

      12 Si a uno le parece que no está llegando a Dios, si ya no puede orar, entonces debe examinar su derrotero de vida. Pudiera haber una falta o una serie de faltas debido a un punto de vista incorrecto acerca de la vida, malas normas de conducta o, posiblemente, algo más profundo, como las cualidades del corazón. Quizás no se esté haciendo lo que uno sabe que es correcto, pues la Palabra de Dios dice: “Si uno sabe hacer lo que es correcto y sin embargo no lo hace, es para él un pecado.” (Sant. 4:17) Para mantener con Dios relaciones que nos permitan hablarle, tenemos que evitar el usar la vida en actividades que nos pongan en oposición a él. Se requiere sabiduría y discernimiento por parte de nosotros para no envolvernos en algo que pueda poner en peligro nuestra posición ante el Dios a quien amamos y adoramos.

      13. ¿Qué hace que el individuo se retraiga de la oración?

      13 Una desviación a cualquier grado de un derrotero de justicia y verdad puede darle una mala conciencia a uno y entonces hacer que uno se retraiga de orar con regularidad. Los que rehúsan someterse a la voluntad de Dios o que se toman libertades en oposición a ella no son guiados por sabiduría divina y por consiguiente de seguro cometen errores. Cuando nos percatamos de alguna pérdida de amistad con Jehová, es bueno que nos examinemos y rectifiquemos las causas de la falta de comunicación. Uno no puede hacerse sus propias leyes y también agradar a Dios. Más bien, los que son leales a Dios son quienes pueden esperar su ayuda. Si tenemos su sonrisa de aprobación en todos nuestros caminos podemos estar seguros de que él escuchará nuestras peticiones y nos remunerará a su propio tiempo y manera.

      ORACIÓN FERVOROSA

      14. (a) ¿Cómo puede uno comunicar sus pensamientos en oración? (b) ¿Cómo puede usted hacer que una oración sea realmente suya?

      14 Realmente la oración es más que simplemente hablar con Dios. Esto se enfatiza en las muchas oraciones que están registradas en su Palabra inspirada para nuestra guía. Estas oraciones fueron, por supuesto, apropiadas a su tiempo y ocasión. Hoy el peticionario no tiene que estar sujeto a cierta fraseología al comunicar sus pensamientos a Dios. La oración nunca debe convertirse en una rutina sin sentido ni debe adherirse rígidamente a una colección favorita de palabras memorizadas. Los ejemplos bíblicos muestran que hombres de oración hablaban en el mismo lenguaje cotidiano que usaban cuando hablaban a otros. No hay necesidad de usar un vocabulario especial cuando hablamos con Dios. Que la oración de usted sea en palabras que expresen sus pensamientos sinceros. Lejos esté del que adora a Dios con espíritu y con verdad el pagarle a otra persona para que ore por él o usar las oraciones de otra persona que estén escritas en un libro.—Juan 4:24.

      15. ¿Cuándo podemos orar, y cómo debemos hacer nuestras peticiones?

      15 La Oración Modelo que Jesús suministró a sus discípulos nos ayuda a apreciar las cosas de primaria importancia para que las incorporemos en nuestras oraciones al Altísimo. (Mat. 6:9-13) Esta oración de muestra está caracterizada por la sencillez y lo mismo debe caracterizar nuestras oraciones cuando acudimos a Aquel que puede resolver cualquier problema que tengamos. Acuda a él por ayuda en todo momento en que sienta algún debilitamiento de su fe o alguna tendencia a irse apartando de la adoración pura. Durante el día o la noche, en toda situación o empresa, en peligro, tentación, negocio, viaje, placer o enfermedad, esté deseoso de venir al Dios que escucha, el Oidor de la oración. Aprovéchese de lleno de esta fuente de fortaleza a medida que lleva a cabo “toda forma de oración y ruego.” (Efe. 6:18) Clame a él en petición de favor, de ayuda; eleve su voz en gratitud. Recuerde que al autor del lenguaje no le impresionan palabras rebuscadas o campanudas; simplemente derrame las ansiedades de su corazón ante él.—Sal. 62:8.

      16, 17. (a) ¿Es bueno meditar antes de orar? ¿Por qué? (b) ¿Cómo puede uno presentar una oración coherente?

      16 Es provechoso meditar antes de acercarse a Dios, para decir lo que se quiere decir. El tener presentes pensamientos excelentes impedirá que uno divague, o solo diga las mismas cosas vez tras vez de manera monótona. No se está hablando con un vecino ni nadie más, sino con el más grande personaje del universo, Jehová Dios mismo. La oración aceptable no solo se dirige a él, sino que también se hace acerca de los asuntos correctos. Por consiguiente, es del todo apropiado pensar antes de orar, reflexionar acerca de las cosas más importantes. De esta manera uno puede impedir que sus peticiones degeneren en formalismo o que la repetición las embote.—Mat. 6:7.

      17 Quizás le sea bueno a uno buscar un lugar tranquilo en el cual orar. Jesús trataba de alejarse de la gente y de las distracciones para pasar tiempo en oración. (Mar. 1:35; Luc. 9:18) En la tranquilidad uno puede repasar mentalmente las cosas que se necesitan, los asuntos provechosos para uno mismo y para las personas a quienes uno ama. El pensar antes de transmitir uno sus pensamientos a Dios le ayuda a presentar una oración coherente.

      LA ORACIÓN PERSONAL

      18. (a) ¿Qué cualidad debe caracterizar nuestras oraciones personales? (b) ¿Cómo podemos expresar aprecio?

      18 En sus propias oraciones personales, venga a Dios de manera humilde, sin tratar de impresionarlo ni, de hecho, tratar de decirle qué hacer. Usted debe recordar su pequeñez y humillarse a los ojos de Jehová. (Sant. 4:10) Sea que su oración se exprese audiblemente o se diga en silencio en su corazón, sus sentimientos pueden ser como los de David: “Que los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón lleguen a ser placenteros delante de ti, oh Jehová.” (Sal. 19:14) No solo debemos presentar oraciones aceptables, sino que debemos obtener gozo y refrigerio de la presentación de nuestros pensamientos más recónditos a nuestro Padre celestial. Comprendiendo que le pertenecemos, hacemos bien en reconocer sus provisiones para nosotros así como para todos los demás miembros de la familia humana. Adondequiera que uno se dirige, ve evidencia de un Creador sumamente generoso y considerado. Como recipientes del amor y bondad de Dios, cada uno de nosotros debería decirle: ‘Gracias’ lealmente y con regularidad. Se nos anima a que lo hagamos, con estas palabras: “Siempre estén regocijándose. Oren incesantemente. Con relación a todo den gracias.”—1 Tes. 5:16-18.

      19. ¿Qué debe gobernar el contenido de las oraciones? Dé ejemplos.

      19 Su oración privada pudiera abarcar cualquier faceta de la vida. A veces pudiera ser que la propia Palabra inspirada de Dios comunicara de la mejor manera sus pensamientos mientras usted meditara en ciertos textos bíblicos. Es el conocimiento exacto de la voluntad de Dios lo que debe gobernar el contenido de la oración, porque Jehová no puede obrar contra sus propios propósitos, a pesar de las peticiones de usted. Si usted es leal a la soberanía de Jehová, entonces el nombre de él debe tener un lugar tanto en las peticiones suyas como en su vida. Otros asuntos fundamentales de importancia relacionados se incorporan en la oración que Jesús dio amorosamente a sus discípulos: “Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.” Los otros detalles que se mencionan en la oración se relacionan con el deseo del peticionario de vivir en el favor de Dios.—Mat. 6:9-13.

      20. ¿Por qué es bueno pedir el espíritu de Dios?

      20 Entre las cosas que uno puede pedir apropiadamente está el espíritu de Dios. Esta fuerza activa lo impele a uno a ir en el camino correcto, el camino de Dios. (Luc. 11:13) Si es su mira el ser sumamente útil a su Dios y su Hijo Jesucristo, entonces usted continuará pidiendo dirección divina para efectuar el mayor bien con el gasto de sus recursos. Verdaderamente el vivir una vida de dedicación significa comprar el tiempo oportuno que queda para nosotros mismos. (Efe. 5:15, 16) Una cristiana dedicada se expresó de esta manera: “Le pido a Jehová que siempre me deje darme cuenta de cuándo yo esté en lo incorrecto o fuera de línea como cristiana.” El que sabe los secretos del corazón discernirá si reconocemos vivamente la necesidad de depender completamente de él de modo que nosotros, como Cristo Jesús, podamos hacer próspero nuestro camino.—Sal. 44:21; compare con Josué 1:8.

      21. Mencione algunos de los intereses de Dios y los intereses de usted mismo por los cuales orar.

      21 El que usted piense en todas las razones por las cuales tiene que seguir orando y también considere todas las cosas acerca de las cuales es necesario orar lo moverá a hacerlo. “Hállense persistiendo en la oración, permaneciendo despiertos en ella con acción de gracias.” (Col. 4:2) Continúe orando acerca de sus errores, problemas, cosas cotidianas necesarias, una crisis que pueda surgir en su vida, sus sentimientos, sus gozos y desilusiones y frustraciones. Ore que tenga fuerza adicional para seguir como adorador leal y devoto del Dios verdadero a pesar de las presiones de la vida cotidiana. Habiendo énfasis en que efectuemos la predicación de las buenas nuevas del Reino, mantenga esto ante usted como asunto sobre el cual pedir y pida que usted también pueda fortificar su mente para actividad celosa. (Mat. 24:14; 1 Ped. 1:13) El que usted enfoque sus pensamientos en los intereses de Dios, además de los de usted, lo mantendrá alerta en cuanto a alabar y engrandecer Su nombre y recomendar fielmente la adoración de él a otros. No olvide lo que usted puede hacer por otros, y pida que Jehová los bendiga a medida que ellos también se esfuerzan por adorarlo y servirle.—Heb. 13:15, 16.

      ORANDO JUNTOS

      22. Describa los beneficios de la oración de familia.

      22 Es hermoso ver a una familia orar junta a la hora de las comidas y en otras ocasiones, como cuando están disfrutando de alimento espiritual. La oración de familia puede ser una bendición maravillosa para un hogar, y promover la obediencia, el orden y la decencia en la vida de familia. La familia es arreglo de Dios, y se debe buscar Su guía en éste. Todos los miembros de la familia pueden aprender a orar. Sin duda a Jesús, cuando era muy joven, le enseñaron a arrodillarse y orar en su hogar. Cuando creció, apreciaba a grado cabal la oración; de hecho, contribuyó a enseñar a otros a orar apropiadamente. (Mat. 21:13; Luc. 11:1) A los niños en su simplicidad pueril se les puede enseñar a hablar reverentemente a su Padre que está en el cielo, expresando gratitud por la vida de que disfrutan y por tener ante sí la esperanza de una Tierra paradisíaca bajo el reino de Dios. Jóvenes y viejos por igual pueden formar el hábito de la oración, el cual pueden llevar consigo a todas partes, prescindiendo de las circunstancias en que se encuentren.

      23, 24. (a) ¿Cómo se usa la oración en la ocasión de las reuniones? (b) ¿Cuáles son algunas cosas por las cuales se pudiera orar en estas ocasiones?

      23 Las reuniones cristianas por lo general se abren y cierran con oración, pues todos los que están reunidos acuden a su Magnífico Instructor como la fuente de su enseñanza. Aquí, de nuevo, es apropiado que el que represente a la congregación delante de Dios piense cuidadosamente antes de orar a favor de los presentes. Puede haber una petición de bendición divina al principiar la reunión y, al cerrar, una nota de acción de gracias por lo que se ha aprendido y aquello de que se ha disfrutado. El que ora debe expresar palabras apropiadas, teniendo presente el propósito de la oración y la ocasión del momento.

      24 Se puede decir mucho en pocas palabras, como se demostró en la Oración Modelo de Mateo 6:9-13. Cuando ore, ¡piense! ¿Qué necesita esta congregación? Se puede hacer petición en cuanto a la obra de testimonio en aquella zona, en sustancia que los hermanos presenten el mensaje eficazmente y se hagan aptos en enseñar la verdad bíblica. Como en la oración personal, se puede utilizar variedad en cuanto al contenido de la petición pública unida, con amplio alcance de pensamientos aplicables. Para que la congregación prospere y para que abunde el amor, la oración es una provisión divina, así como lo es la asociación regular con los de igual fe preciosa. Todos los que se han congregado deben oír claramente la oración para que puedan decir “Amén” al concluir.—1 Cor. 14:16.

      25. ¿En qué se deleita Jehová?

      25 Es maravilloso observar a gente de todas las razas aceptar la invitación de venir al Oidor de la oración. Como Padre generoso, él se deleita en remunerar a los que le sirven lealmente. “Jehová mismo no retendrá nada que sea bueno de los que andan exentos de tacha.” (Sal. 84:11) Todos los que expresan fe con esperanza de vida eterna pueden llamarlo Padre al dirigirse a él y esperar su sonrisa de aprobación mientras piden en armonía con Su voluntad.

      26. ¿Con qué debemos estar especialmente encariñados todos nosotros si esperamos que nuestras oraciones sean oídas?

      26 Teniendo nosotros plena expectativa de que Dios preste oído compasivo a nuestros pensamientos expresados en oración, de manera semejante tenemos que estar especialmente encariñados con lo que él nos ha comunicado por escrito, su Santa Biblia. Al absorber cada vez más de los pensamientos y caminos de Jehová, tendremos un discernimiento más profundo de Aquel a quien servimos y obedecemos, y apreciaremos de lleno la excelente relación que es posible tener con él y su Hijo, nuestro conducto de comunicación. Sin importar cuánto progreso haya logrado usted en amoldar su vida en consonancia con la voluntad de Dios, siga pidiendo la ayuda y guía que provienen de lo alto. Sea que usted se arrodille al lado de su cama u ore mientras va de camino, sea que pida ayuda temprano por la mañana o tarde en la noche, puede estar seguro de que el Hacedor del oído puede oír su oración.—Sal. 119:62, 147.

      27. ¿Qué gozo puede haber, y para quién?

      27 ¿Qué mayor gozo podría haber que el de tener una respuesta a una oración? Sea que usted obtenga una respuesta instantánea o espere hasta el debido tiempo de Dios, nunca pierda fe en el poder de la oración. Todo leal será constante en la oración, y disfrutará diariamente de abundantes bendiciones en gratitud y estando a la expectativa de amistad eterna con el Oidor de la oración.

      [Ilustración de la página 697]

      ¿Ora junta su familia con regularidad?

      [Ilustración de la página 699]

      Cuando bajo presión, ¿le pide ayuda a Dios para mantenerse calmado?

      [Ilustraciones de la página 698]

      No olvide pedir la bendición de Dios cuando estudie su Palabra

      Es bueno dar gracias a Dios cada día por sus muchas bondades

  • ¿Está completa mi Biblia?
    La Atalaya 1975 | 15 de noviembre
    • ¿Está completa mi Biblia?

      PARA estar completa, una Biblia debe corresponder tan estrechamente como sea posible con los manuscritos originales y así contener todo lo que es ‘inspirado de Dios y provechoso para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia.’ (2 Tim. 3:16) Pero quizás usted se pregunte: ¿Cómo puedo estar seguro de que mi Biblia reúne estos requisitos?

      Como quizás haya notado, varias versiones de la Biblia contienen libros “deuterocanónicos” o “apócrifos” como Tobías, Judit, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc y 1 y 2 de Macabeos. ¿Significa esto que esas versiones de la Biblia son completas, mientras que las traducciones de las cuales los libros deuterocanónicos han sido omitidos son incompletas? Si esos libros en realidad fuesen parte de las Escrituras inspiradas, su omisión haría incompleta una Biblia. Pero, ¿lo son?

      Hay evidencia clara de que estos libros apócrifos no eran reconocidos como parte de las Escrituras inspiradas cuando se estableció la congregación cristiana. En aquel tiempo el canon de las Escrituras Hebreas ya había sido fijado y no incluía ningunos libros apócrifos. Josefo, historiador judío del primer siglo, escribió: “No tenemos miríadas de libros entre nosotros, discordantes y discrepantes, sino solo veintidós [el equivalente de los treinta y nueve libros de las Escrituras Hebreas según la división moderna], que abarcan la historia de todos los tiempos, los cuales están justamente autorizados.” En expresión de que está al tanto de la existencia de libros apócrifos, pasa a decir: “Desde el tiempo de Artajerjes hasta nuestro propio tiempo todo ha sido registrado, pero los registros no han sido considerados como dignos de crédito igual al de los que se escribieron antes de ellos, porque cesó la sucesión exacta de profetas.”—Against Apion, Libro I, §8 (según la traducción en The Interpreter’s Dictionary of the Bible, tomo 1, pág. 163).

      Digna de atención, también, es la observación del erudito Jerónimo, traductor de la Vulgata latina. En su Prologus Galeatus de la Vulgata, alista los libros inspirados de las Escrituras Hebreas en armonía con el canon hebreo (en el cual los treinta y nueve libros se agrupan como veintidós) y entonces dice: “Así que hay veintidós libros . . . Este prólogo de las Escrituras puede servir de acercamiento fortificado a todos los libros que traducimos del hebreo al latín; para que sepamos que cualquiera que esté fuera de éstos tiene que ser puesto en los libros apócrifos.” Escribiendo a una dama llamada Loeta sobre cómo educar a su hija, Jerónimo aconsejó: “Hay que evitar todos los libros apócrifos; pero si ella desea leerlos alguna vez, no para establecer la verdad de las doctrinas, sino con un sentimiento reverencial por las verdades que representan, se le debe decir que no son las obras de los autores por cuyos nombres se distinguen, que contienen mucho que es defectuoso, y que es una tarea que requiere gran prudencia hallar oro en medio de barro.”

      Manifiestamente los libros apócrifos no formaban parte de las Escrituras inspiradas y está claro que no fueron reconocidos como tales en los primeros siglos de nuestra era común. Por lo tanto el que se les omita de una traducción de la Biblia no hace que esa versión sea incompleta.

      Otro factor que pudiera hacer surgir preguntas en cuanto a lo completa que estuviera la Biblia de uno es que ciertas palabras, frases y hasta versículos enteros que se hallan en algunas traducciones de alguna antigüedad no aparecen en muchas traducciones modernas. Por ejemplo, note las siguientes citas de la

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