BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • Sus oraciones revelan lo que usted es
    La Atalaya 1959 | 1 de mayo
    • cuando decimos que queremos ser honrados?, lo cual significa ser honrados en todo y para con todos. La honradez en los negocios tal vez disminuya las ventas. La expresión honrada quizás signifique la pérdida de favor, de promoción, o hasta de un empleo. Aun así ¿quiere usted ser honrado? Si quiere ser honrado sea cual fuere el costo, entonces ore por ello. Trabaje por ello. No ore por cosas que honradamente no desea. Sea sincero en sus oraciones. Sea honrado y sus oraciones lo recomendarán a usted.

      La honradez limpia al hombre interior. Edifica la integridad y rectitud. Fortalece la mente para actividad cristiana. La honradez inspira confianza y armonía. Hace aumentar el amor cristiano y la fe. Donde hay un intercambio de opiniones honradas habrá libertad de pensamientos y de expresión. Todo el mundo saca provecho del ambiente de la honradez. Jehová dice: “La oración de los rectos le es un placer.”—Pro. 15:8.

      Muchas oraciones se quedan sin contestar porque no se hacen de la debida manera. Algunas se pronuncian en duda y sin convicción alguna. No son en realidad oraciones honradas. Santiago dice: “Que no piense ese hombre [el que duda] que recibirá algo de Jehová; él es un hombre indeciso, inconstante en todos sus caminos.” Tenemos que creer que Jehová provee. Él nos da lo que necesitamos, no necesariamente lo que deseamos. David oró por un corazón puro y por un espíritu nuevo y firme. Y su oración fué contestada. Nosotros podemos orar por la misma cosa, pero puede que eso no sea lo que necesitamos o deseamos. Algunos oran: “Dios mío, hazme puro—mas no todavía.” Otros dicen: “Dios mío, hazme rico y bondadoso y bueno,” pero durante toda la semana sus acciones muestran que su oración es una mera recitación de palabras.—Sant. 1:7, 8.

      Puesto que el cristianismo no es el camino a la fama y fortuna mundanas, la oración verdadera no incluye tales cosas. Al contrario, el cristiano verdadero ora que no lo venza el materialismo. Su deseo no es el de satisfacer la carne o complacer los ojos, sino de dar de sí mismo y de lo que posee. Sin duda serían contestadas más oraciones si la gente, además de pedir todo el tiempo, hiciera sacrificios también. Los sacrificios voluntarios que haga le sirven de recomendación a usted.

      LA ORACIÓN NO ES SUBSTITUTO POR EL ESFUERZO

      El orar no es lo único que está implicado en la adoración de Dios. Las gentes pasan horas incontables orando que Dios les dé cosas y les lleve al cielo, pero tal vez nunca ordenen su vida. Estas personas tienen que aprender que el modo en que vivimos es tan importante como la repetición de oraciones cotidianas. Una sola acción de justicia hacia el hermano de uno vale más que mil oraciones que aclamen a Dios como la Fuente de la justicia. Si queremos orar correctamente nos es preciso también vivir correctamente.

      Tenemos que educarnos en cuanto al hecho de que la oración verdadera no es un substituto por el esfuerzo inteligente. Algunas personas acuden a la oración principalmente como medio de conseguir cosas de Dios cuando han fracasado los otros medios. Otros oran solamente cuando hay una crisis. Tales oraciones son sumamente egoístas y son cosa detestable a vista de Jehová, quien contesta la oración correcta. ¿Esperamos de Dios que efectúe un milagro en provecho nuestro cada vez que oramos? Desafortunadamente algunas personas lo esperan. La guía de Jehová es un suplemento a nuestro propio pensar y trabajar, no un substituto por ellos. Tal como un padre terrenal espera de su hijo que despliegue un poco de iniciativa, usando su mente para indagar y hacer decisiones sabias para sí mismo y que acuda a él con sólo los problemas más difíciles en busca de guía, así, también, nuestro Padre celestial desea lo mismo de nosotros. Jehová nos ha dado su Palabra, la Biblia. Él espera de nosotros que la usemos sabiamente para su alabanza y que nos acerquemos a él en busca de guía para entenderla y usarla o cuando deseamos expresarle nuestras gracias. Si así lo hacemos, nuestras oraciones le ocasionarán placer.

      Si somos sinceros en nuestras oraciones, aguantaremos mucho para ver que se cumplan. Primero oraremos, entonces trabajaremos con ahinco hacia el logro de nuestra oración en fe. Cuando Jehová ve que no dejamos que nos desvíen el trabajo arduo, el sudor, ni sangre y lágrimas, nuestra oración será contestada si está de acuerdo con su voluntad.

      Ahora bien, cuando usted ora tenga presente que está pintando un cuadro vívido de usted mismo delante de Dios. Muestre respeto en su conducta, ore con sinceridad y convicción. Sea honrado. Tenga seguridad de que la oración verdadera nunca se deja sin contestar. Sobre todo, sea humilde y apreciativo del privilegio de orar. Sus oraciones no mentirán. Lo revelarán a usted tal como usted es.

  • Parte 9—“Hágase tu voluntad en la tierra”
    La Atalaya 1959 | 1 de mayo
    • Parte 9—“Hágase tu voluntad en la tierra”

      Como ya se dijo en una parte anterior de este capítulo 3 del libro “Hágase tu voluntad en la tierra,” el Creador del hombre le dió a la familia humana su principio en un santuario terrestre, el santo Jardín de Edén o Paraíso de Edén, lugar donde él tenía comunión con sus criaturas inocentes, Adán y Eva. Porque perdieron su inocencia al quebrantar el mandamiento de su Padre celestial, Adán y Eva perdieron el santuario terrestre de Edén para su prole, la familia humana. Durante el diluvio global del día de Noé ese santuario en forma de jardín fué destruído. Siglos después Jehová Dios dió instrucciones al profeta Moisés para que los israelitas en el desierto del monte Sinaí construyeran un santuario portátil para llevar a cabo la adoración de Él. Este por fin lo llevaron los israelitas a la Tierra Prometida de Palestina. Cuando Salomón vino a ser rey de Israel, reemplazó este santuario en forma de tienda de campaña con un glorioso templo estacionario edificado sobre el monte Moría en Jerusalén. Con el transcurso del tiempo los Judíos profanaron este templo a tal grado que Jehová Dios decretó y permitió su destrucción por los babilonios paganos en 607 a. de J.C.

      SANTUARIO TERRENAL RESTAURADO

      38, 39. (a) ¿Cuánto tiempo señaló Jehová que el sitio del templo habría de estar desolado? (b) Según la profecía de Isaías, ¿a quién levantó Jehová, y qué decreto expidió éste?

      38 Tal como Jeremías había profetizado, el sitio del templo de Salomón permaneció desolado por setenta años. Durante ese tiempo los miles de judíos que habían sobrevivido al derrumbe de Jerusalén y su templo estaban casi todos en cautiverio en Babilonia, prisioneros a quienes la cruel Babilonia no daba otra esperanza que el morir lejos de su patria. Pero Jehová estaba en su santuario celestial. Él estaba vigilando lo que sucedía, teniendo en cuenta su nombre y su adoración. “Porque él ha mirado desde su santa altura, desde los mismos cielos Jehová mismo ha mirado aun a la tierra, para oír el gemido del preso, para soltar a los señalados para muerte.” (Sal. 102:19, 20) Él estaba regulando y efectuando a tiempo todos sus movimientos hacia su propio pueblo y los opresores de éste. Él levantó al mismo conquistador a que él había predicho por medio de Isaías, al rey Ciro de Persia: “Yo, Jehová, estoy haciendo todo,. . . El que dice de Ciro: ‘Es mi pastor, y todo aquello en que me deleito él lo llevará a cabo por completo’; aun en mi decir de Jerusalén: ‘Será reedificada,’ y del templo: ‘Se te colocarán tus cimientos.’ ”

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir