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La Oración ModeloLa Atalaya 1982 | 15 de octubre
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La Oración Modelo
“Ustedes, pues, tienen que orar de esta manera: ‘Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra. Danos hoy nuestro pan para este día; y perdónanos nuestras deudas, como nosotros también hemos perdonado a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, sino líbranos del inicuo.’”
ES POSIBLE que usted llame a estas palabras la Oración de oraciones. Muchas personas la conocen como el “Padrenuestro” y como “La Oración del Señor” porque el Señor Jesucristo la dio como modelo a sus discípulos. (Mateo 6:9-13) Esta se puede comparar apropiadamente con una gema preciada.
VALOR
En las pocas palabras que componen esta oración se incorporan pensamientos preciosos y de gran significado. Como una piedra preciosa, su valor es muy alto. Por ejemplo, la rareza de los diamantes es 120 veces mayor que la del oro. Las diversas facetas de un diamante aumentan el valor de éste.
FACETAS
Estas se obtienen labrando cuidadosamente el diamante. Los ángulos tienen que ser exactos para dar un máximo de brillantez. De igual manera, cada faceta de la Oración Modelo brilla con su propio esplendor.
DURADERA
‘Los diamantes son para siempre.’ ¿Se había dado cuenta usted de que han pasado casi 2.000 años desde que llegó a existir la Oración Modelo? Su valor no ha disminuido. Así que examinemos más de cerca esta gema preciada. ¿Qué significado tiene esta oración?
Las cosas que tienen que ver con Dios vienen primero
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
El nombre personal de Dios es Jehová. Jesús ‘puso de manifiesto el nombre de su Padre’ a sus discípulos al usar el nombre personal de Dios y familiarizarlos con las cualidades de Dios. Ellos, en cambio, santificarían este nombre al tratarlo como algo santo, al hablar con otras personas acerca de éste y al dar a conocer el propósito que Dios tiene de santificar su propio nombre ante toda la creación. Como ‘pueblo para el nombre de Dios,’ los cristianos deben esforzarse siempre por comportarse de manera digna de este Nombre.—Salmo 83:18; Juan 17:6; Hechos 15:14.
Venga tu reino.
El Reino es el gobierno celestial de Dios, la agencia mediante la cual se hará posible que la humanidad tenga verdadera seguridad y pleno disfrute de la vida. Este ya está establecido en el cielo, y su Rey, Cristo Jesús, ungido por Jehová Dios mismo, pronto gobernará sobre toda la Tierra. Puesto que es un gobierno poderoso, el Reino tomará acción contra los sistemas imperfectos y opresivos que ahora existen. “Triturará y pondrá fin a todos estos reinos [las potencias políticas actuales], y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos.”—Daniel 2:44; 7:13, 14.
Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.
La voluntad de Dios es la de eliminar toda iniquidad del universo. “Solo un poco más de tiempo, y el inicuo ya no será,” dice la Biblia. Dios tiene un propósito especial para este planeta. “Estarás conmigo en el Paraíso,” dijo Jesús a una persona empalada junto a él, y dio así a este hombre esperanza de vida en un paraíso terrestre. El propósito de Dios incluye la resurrección de los muertos, “así de justos como de injustos.” Su voluntad es que “hombres de toda clase sean salvos.”—Salmo 37:10; Lucas 23:43; Hechos 24:15; 1 Timoteo 2:3, 4.
Después vienen las cosas que tienen que ver con lo que necesitamos
Danos hoy nuestro pan para este día;
Debemos ser moderados cuando pidamos por las cosas necesarias de la vida. Solo pida el alimento “para este día.” Como dijo Jesús verazmente: “Aun cuando uno tenga en abundancia, su vida no resulta de las cosas que posee.” Si le creemos, no dedicaremos nuestra vida principalmente a adquirir posesiones materiales. “Teniendo, pues, sustento y con qué cubrirnos, estaremos contentos con estas cosas.” Cuando dijo: “Danos,” Jesús también estaba enseñándonos a tener presentes las necesidades de otras personas.—Lucas 12:15; 1 Timoteo 6:8.
y perdónanos nuestras deudas, como nosotros también hemos perdonado a nuestros deudores.
Necesitamos el perdón de Dios. “Si hacemos la declaración: ‘No tenemos pecado,’ a nosotros mismos nos estamos extraviando y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, [Dios] es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda injusticia.” “Tenemos un ayudante para con el Padre, a Jesucristo, uno que es justo”... con tal, por supuesto, que tengamos fe genuina en la provisión que hizo Dios para perdón mediante Jesucristo. Además, nosotros mismos tenemos que perdonar a otros.—1 Juan 1:8, 9; 2:1, 2.
Y no nos metas en tentación, sino líbranos del inicuo.
“El mundo entero está yaciendo en el poder del inicuo,” Satanás el Diablo. Dios no tienta a nadie para que haga lo malo, pero nuestros deseos pudieran seducirnos. Dios da principios bíblicos sanos y asociación cristiana edificante para ayudarnos a rechazar la tentación y protegernos de la iniquidad. Así que tenemos que obrar en armonía con nuestra oración. “Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo. ... De la mano de los inicuos él ... libra” a sus leales.—1 Juan 5:19; Salmo 97:10.
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¿Escucha Dios las oraciones que usted hace?La Atalaya 1982 | 15 de octubre
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¿Escucha Dios las oraciones que usted hace?
DESDE que Jesús enseñó a sus discípulos la Oración Modelo, se han hecho a Dios millones y millones de oraciones. Muchas personas repiten dicha oración palabra por palabra. Sin embargo, por todas partes hay personas que creen que un sinnúmero de oraciones no reciben respuesta. ¿Escucha todavía Dios nuestras oraciones? ¿Qué hace que una oración le sea acepta?
En primer lugar, tenemos que creer que Dios contestará nuestras oraciones. “El que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que viene a ser remunerador de los que le buscan encarecidamente.”—Hebreos 11:6.
Luego tenemos que ser realmente sinceros al dirigirnos en oración a Dios. ¿Le suena eso extraño? No obstante, Jesús advirtió: “Cuando oren ustedes, no deben ser como los hipócritas; porque a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de los caminos anchos para ser vistos de los hombres. Verdaderamente les digo a ustedes: Ellos ya disfrutan de su galardón completo.” (Mateo 6:5) Así que las oraciones largas y resonantes que se ofrecen en público para impresionar a los oyentes no impresionan a Dios. El no escucha oraciones de esa índole.
Por otra parte, no debemos exigir a Dios reconocimiento. Dios oye las oraciones de los humildes que quieren hacer lo correcto y que reconocen que son pecadores.—Lucas 18:9-14; 1 Pedro 3:12.
¿Es necesario colocarse en alguna posición particular al orar? En el registro bíblico hallamos que los siervos de Dios oraban en diferentes posiciones; sin embargo, sus oraciones eran escuchadas. Algunos se arrodillaban; otros permanecían de pie. Nehemías oró mientras estaba de pie ante el rey de Persia. Jonás clamó desde el vientre de un gran pez, y sería difícil decir en qué posición estaba en aquel momento. (Daniel 6:10; 1 Reyes 8:22; Nehemías 2:1-5; Jonás 2:1, 2) De modo que, aunque quizás querramos orar en cierta posición que nos ayude a concentrarnos, lo importante es tener el deseo sincero de dirigirnos a Dios en oración. Esto lo podemos hacer en cualquier momento, en cualquier lugar y en medio de cualesquier circunstancias.—Efesios 6:18.
El conducto correcto
Jehová Dios ha establecido un conducto mediante el cual hemos de dirigirnos a él. Jesús explicó: “Yo soy el camino ... Nadie viene al Padre sino por mí.”—Juan 14:6.
Muchas personas creen sinceramente que es provechoso orar en el nombre de algún “santo,” o hasta en el nombre de la madre terrestre de Jesús, María. Pero si realmente queremos que el “Padrenuestro” conteste nuestras oraciones, sin duda debemos orarle mediante el conducto que él ha designado. Ese es nuestro único medio de acercarnos a Dios. Como dijo Jesús: “Si le piden alguna cosa al Padre se la dará en mi nombre.”—Juan 16:23.
No llenas de repeticiones
Cuando Jesús dio la Oración Modelo, ¿tenía él la intención de que sus seguidores recitaran sus mismísimas palabras cada vez que oraran a Dios? Bueno, como introducción a la oración él dijo: “Ustedes, pues, tienen que orar de esta manera,” no ‘con estas palabras.’ (Mateo 6:9) En otra ocasión los seguidores de Jesús le dijeron: “Señor, enséñanos a orar.” En respuesta, Jesús hizo una oración que contiene ideas similares a las de la Oración Modelo, pero usó palabras diferentes. Dijo: “Padre, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Danos nuestro pan para el día según la necesidad del día. Y perdónanos nuestros pecados, porque nosotros mismos también perdonamos a todo el que nos debe; y no nos metas en tentación.” Por lo tanto, la Oración Modelo fue un ejemplo de la manera como debemos orar. Nos muestra la clase de cosas por las cuales orar y la importancia relativa de estas cosas.—Lucas 11:1-4.
En vista de esto, ¿escucharía Dios las oraciones que se leen de un libro de oraciones? Si usted tiene un hijo, ¿le gustaría que él le hablara usando solo las palabras que leyera de un libro preparado por otra persona? ¿O preferiría usted que le hablara desde el propio corazón de él? Jehová Dios indudablemente prefiere que le hablemos desde nuestro corazón, no de un libro de oraciones. El rey David dijo: “Delante de [Dios] derramen ustedes su corazón.” (Salmo 62:8) Además, Jesús advirtió: “Al orar, no digas las mismas cosas repetidas veces.”—Mateo 6:7.
En armonía con la voluntad de Dios
El apóstol Juan dijo: “Esta es la confianza que tenemos para con [Dios], que, no importa qué sea lo que pidamos conforme a su voluntad, él nos oye.” (1 Juan 5:14) He aquí otro requisito para que Dios escuche nuestras oraciones. Nuestras oraciones deben estar en armonía con la voluntad de Dios. Además, después de orar debemos asegurarnos de obrar en armonía con nuestras oraciones.
Cornelio, oficial del ejército italiano del primer siglo, “hacía ruego a Dios continuamente.” Jehová escuchó sus oraciones y le suministró ayuda para que aprendiera más acerca de la voluntad divina. ¿Quiere usted que Dios escuche sus oraciones? Entonces lea la Biblia y averigüe cuál es la voluntad de Dios a fin de que sus oraciones puedan estar en armonía con ella. Bajo la guía de Dios, los testigos de Jehová se deleitarán en darle la misma clase de ayuda que el apóstol Pedro dio a Cornelio a este respecto.—Hechos 10:2-5.
“En todo por oración ... dense a conocer sus peticiones a Dios.” (Filipenses 4:6, 7) Siga pidiendo... primero por las cosas que tienen que ver con Dios: Su nombre, Su reino y Su voluntad. Luego pida por las cosas personales que usted y su semejante necesitan. Hágalo en armonía con lo que dijo Jesús en la Oración Modelo. Ajústese a los requisitos de Dios tocante a la oración, y que Jehová escuche favorablemente las oraciones que usted hace.
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