BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • “Sean vigilantes en cuanto a oraciones”
    La Atalaya 1959 | 15 de febrero
    • oró por Pedro para que su ‘fe no se acabara.’ Luego, exactamente antes de que la chusma viniese para llevárselo, Jesús oró tres veces concerniente a la voluntad de su Padre para él: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa. Sin embargo, no como quiera yo, sino como quieras tú.” Sin duda el apóstol Pablo tenía presente esta ocasión en particular cuando escribió que “en los días de su carne Cristo ofreció súplicas y también peticiones al que podía salvarlo de la muerte,” su Padre celestial. (Luc. 22:31, 32; Mat. 26:39; Heb. 5:7) No por esto hemos de pensar que Jesús se retrajo de la muerte, ni de la clase de muerte que le aguardaba. ¿No había dicho a sus discípulos que sería ejecutado e indicado la manera en que sería ejecutado? (Mat. 16:21; Juan 12:33) Más bien, tenemos que concluir que su gran preocupación era a causa del vituperio que la muerte del Hijo de Dios en un madero de tormento le ocasionaría a su Padre celestial, Jehová Dios.

      20 Jesús continuó en oración mientras sufría las angustias del empalamiento. La vergüenza y dolor del empalamiento no lo alejaron de su Dios, sino que lo acercaron más a él. En sus oraciones citó de dos salmos proféticos que Dios había registrado con ese mismísimo propósito largos siglos antes: “Mi Dios, mi Dios, ¿con qué fin me has abandonado?” Y “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.” Y luego tenemos su informe final a su Padre: “¡Se ha logrado!” Todo lo cual, nótese de paso, prueba que mientras estuvo en la tierra Jesús no fué humano y divino, no fué una encarnación, no fué miembro de una trinidad, sino que por completo fué un habitante de la tierra, una criatura humana; perfecto, sin embargo, porque su Padre era Jehová Dios.—Mat. 27:46; Luc. 23:46; Juan 19:30; Sal. 22:1; 31:5.

      21. ¿Qué lección podemos sacar del ejemplo de Jesús ?

      21 No hay duda de que Jesús siempre estuvo consciente de su necesidad espiritual. Y si él, el Hijo de Dios perfecto, inmaculado, hacedor de milagros, continuamente sintió la necesidad de orar, cuánto más debemos sentirla nosotros, hijos e hijas de Adán imperfectos, pecaminosos y débiles. El hecho de que los apóstoles de él tuvieron la misma actitud mental se destaca de sus cartas, que abundan con mandatos de orar y la mención de que ellos oraban por sus hermanos.—Rom. 15:30; 1 Tes. 1:2; 1 Ped. 4:7.

      ALABANZA, ACCIÓN DE GRACIAS Y PETICIÓN

      22. ¿Cuáles son algunos mandamientos bíblicos que encierran la idea de hacer oración?

      22 También se nos insta a orar en los muchos mandamientos y expresiones bíblicos que encierran la idea de hacer oración. Sólo mediante oración podemos continuar ‘invocando al Padre.’ Sólo mediante oración podemos ‘arrojar nuestra carga sobre Jehová, dejando que él nos sustente.’ Y para que ‘confiemos en Jehová con todo nuestro corazón’ y para que ‘lo tomemos en cuenta en todos nuestros caminos’ tenemos que acercarnos a él en oración así como también escudriñar su Palabra. Tampoco podemos ‘andar humildemente con nuestro Dios’ sin oración; pues, ¿quién no entra en conversación con la persona con quien está andando; y qué es oración si no hablar con Dios? Y cuando nosotros en primer lugar venimos a Dios en dedicación, ¿no es en oración que le decimos: ‘Yo he venido para hacer tu voluntad, oh Dios’?—1 Ped. 1:17; Sal. 55:22; Pro. 3:5, 6; Miq. 6:8, Mod; Heb. 10:9.

      23, 24. (a) ¿Cuáles son las tres formas o aspectos de la oración, y qué las ocasiona? (b) ¿Qué ejemplo excelente dió de éstas David?

      23 Sin embargo, no pasemos por alto el hecho de que la oración no se limita a pedirle algo a Dios. No, también incluye alabanza y acciones de gracias. Por lo tanto Jesús no sólo pidió repetidamente a Dios, sino que también vez tras vez lo alabó y le dió gracias en oración. (Mat. 11:25; Mar. 8:6; Luc. 22:17, 19; Juan 6:11, 23; 11:41) De modo que en toda ocasión recordemos que es apropiado siempre el que en nuestras oraciones alabemos a Jehová por quién es y por lo que es, y que siempre incluyamos expresiones de acción de gracias por todo lo que continuamente sigue haciendo por nosotros. Por medio de cultivar la actitud mental de alabanza y acción de gracias seremos recompensados con suficiencia en nosotros mismos o contentamiento, lo cual, junto con devoción piadosa, es un medio de gran ganancia.—1 Tim. 6:6.

      24 Un ejemplo excelente de una oración que incluyó alabanza, acción de gracias y petición es la que David ofreció al tiempo que él y su nación hicieron contribuciones para la edificación del templo de Jehová. Con elocuencia apropiada alaba a Jehová por sus cualidades y luego le da gracias porque él y su pueblo pudieron contribuir tan generosamente, pues todo provino de Dios en primer lugar. Y luego David pide a Jehová que siempre mantenga a su pueblo inclinado a ser tan generoso y teniendo su corazón siempre dirigido hacia Él. También David oró por el reino típico, diciendo: “Y a Salomón mi hijo dale un corazón completo para que guarde tus mandamientos.” Imitemos a David haciendo que nuestras oraciones den evidencia no sólo de que estamos conscientes de nuestra necesidad espiritual, sino también de que apreciamos la clase de Dios que Jehová es y lo que continuamente hace por nosotros.—1 Cró. 29:10-20.

  • La oración, una preciosa provisión amorosa
    La Atalaya 1959 | 15 de febrero
    • La oración, una preciosa provisión amorosa

      “No estén ansiosos por cosa alguna, sino que en todas las cosas por medio de oración y súplica junto con acción de gracias den a conocer sus peticiones a Dios.”—Fili. 4:6.

      1. ¿Qué hechos ponen de relieve la naturaleza milagrosa de la oración?

      AL SOLO reflexionar en cuanto a esta provisión de la oración no podemos menos de maravillarnos del milagro de todo ello. El hombre se sintió sumamente gozoso cuando el 10 de enero de 1946, después de extensos preparativos, estableció contacto por primera vez con la luna mediante señales de radar, regresando hasta él el eco sumamente débil de tales señales “después de un intervalo de entre 2.38 y 2.72 segundos, correspondiendo con la distancia a la luna de 355,666 a 407,166 kilómetros.” Puede que los rayos de radar del hombre lleguen a la luna con la velocidad de la luz, pero ¡qué es eso comparado con nuestras oraciones que llegan hasta el trono de Jehová, el cual, estando muy por encima del universo material, ha de estar a un sinnúmero de años luz, y llegan en sólo un

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir