-
Lo que hace el prejuicio¡Despertad! 1984 | 8 de noviembre
-
-
“danierenses”, “pirineanos” y “valoneses” eran igualmente desagradables.
El prejuicio... ¿cómo se manifiesta?
La persona con prejuicios no es necesariamente hostil. Tampoco es necesariamente como el hombre que hipócritamente declara que ‘algunos de sus mejores amigos’ son de este grupo o de aquel grupo, pero le repugna la idea de tener a dichas personas como vecinos... o parientes políticos. Hay diversos grados de prejuicio. La persona con prejuicios pudiera tener realmente amistades de otra raza, pero revelar de modos muy sutiles sentimientos persistentes de superioridad. Puede que ponga a prueba la paciencia de ellas al hacer comentarios de mal gusto relacionados con algún aspecto racial. O en vez de tratarlas de igual a igual, tal vez se dé aires de protector y obre como si les estuviera confiriendo un favor al tenerlas como amistades.
Otra manera como una persona revela prejuicio es al exigir que ciertas personas se conformen a una norma más elevada en el desempeño de sus funciones, aunque les dé menos reconocimiento. Y si tales personas fracasan, quizás tienda a atribuir el fracaso a factores raciales. O puede que censure cierta conducta en el caso de una raza y la tolere en el caso de la suya. No obstante, tal persona tomaría furiosamente a mal cualquier insinuación de que ella tiene prejuicios; a tal grado ha llegado a engañarse a sí misma. Como dijo en cierta ocasión el salmista: “Porque ha sido demasiado meloso para consigo mismo a sus propios ojos para descubrir su error para odiarlo”. (Salmo 36:2.)
“Para cuando tienen cuatro años de edad”
Sin embargo, ¿por qué llega a tener prejuicios la gente? ¿Cuán temprano en la vida se adquiere el prejuicio? El sicólogo social Gordon W. Allport, en su obra clásica titulada The Nature of Prejudice, señaló que la mente humana tiende a “pensar con la ayuda de categorías”. Esto es evidente hasta en los pequeñuelos. En poco tiempo ellos aprenden a discernir entre hombres y mujeres, perros y gatos, árboles y flores... y aun entre “negro” y “blanco”. Contrario a la idea de que los pequeñuelos no distinguen los colores, los investigadores concuerdan en que los niños que están expuestos a una variedad de razas empiezan pronto a notar “diferencias en atributos físicos como color de piel, facciones del rostro, tipos de cabello, y así por el estilo. Los niños [...] generalmente se dan cuenta a plenitud de [la existencia de] grupos raciales para cuando tienen cuatro años de edad”.—Revista Parents, julio de 1981.
Pero ¿crea prejuicios en los niños el simplemente notar esas diferencias? No necesariamente. No obstante, un estudio reciente, del cual se informó en Child Development, afirmó que “niños de 5 años de edad comienzan en la escuela de párvulos con preferencias claras a obrar recíprocamente con compañeros del mismo color”. Fue aun más perturbador observar que “la tendencia a escoger compañeros de juego del mismo color aumenta durante el año en que asisten a la escuela de párvulos”. (Las cursivas son nuestras.) Otros investigadores han concluido igualmente que los pequeñuelos a menudo se dan cuenta no solo de las diferencias raciales, sino también de las repercusiones de éstas. En cierta ocasión una niñita de cuatro años de edad, llamada Joan, hizo la siguiente declaración escalofriante: “Las personas blancas pueden subir. Las personas de color marrón tienen que bajar”.
Para los investigadores es un enigma cómo desarrollan los niños ese prejuicio. Sin embargo, se sospecha firmemente que se debe a la influencia de los padres. Es cierto que tal vez pocos padres ordenen directamente a sus hijos que no jueguen con niños de otra raza. No obstante, si el niño observa que sus padres tienen prejuicio en contra de alguien de otra raza o se sienten simplemente molestos con dicha persona, puede que él mismo también adopte actitudes negativas. Las diferencias culturales, la influencia de los compañeros y de los medios de información, y otros factores pueden combinarse luego para reforzar dicho prejuicio.
Malas experiencias
En el caso de algunas personas, no obstante, parece que el prejuicio es una manera extremada de reaccionar a una mala experiencia. Cierta joven alemana acompañó a su esposo al África, quien iba a efectuar un proyecto relacionado con su trabajo. Allá ella se topó con problemas. Le parecía que algunas de las personas tenían prejuicios contra ella como mujer y como europea. Las actitudes de algunas fueron una sacudida para la susceptibilidad de ella debido a su crianza europea. ¡El cavilar sobre los problemas que causaron solo unas cuantas personas resultó en que ella llegara a tener aversión a toda persona de la raza negra!
Algo parecido pasó en el caso de un estudiante antillano que vivía en los Estados Unidos hace unos 20 años. Aunque estaba vestido nítidamente y había sido cortés, se le negó el servicio en cierto restaurante y se le dijo: “No servimos a personas como usted aquí”. Puesto que nunca antes había estado expuesto a la discriminación racial y no estaba al tanto de las tensiones raciales que existían en aquel entonces, trató de exigir que se le sirviera... ¡lo cual resultó en que fuera arrestado inmediatamente! Aunque el alcalde de la ciudad mandó que se le pusiera en libertad, y censuró a la policía, este incidente dejó amargado al estudiante antillano. Años después, aún guarda animosidad contra las personas blancas.
En otros casos, como se señala en The Nature of Prejudice, el humillar a otros parece satisfacer el hambre insaciable que el hombre tiene de tener una posición social. Es ‘pensar más de sí mismo de lo que es necesario’ (Romanos 12:3). También puede que se desarrollen mitos de superioridad racial para “justificar” la opresión de cierto grupo. Por ejemplo, durante los años de la infame trata de esclavos en los Estados Unidos, era popular que se declarara que los negros eran mentalmente inferiores, o infrahumanos. Estas creencias eran tan comunes que hasta el presidente estadounidense Thomas Jefferson, crítico francoa de la esclavitud, expresó en cierta ocasión la “sospecha” de que “los negros [...] son inferiores a los blancos en sus dones mentales y físicos”. Aunque la ciencia ha probado que tales ideas son insostenibles, el racismo subsiste.
¿A qué se debe esto? La razón fundamental se muestra claramente en la Biblia, au que los investigadores la pasan por alto: “Por eso es que, así como por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo y la muerte por medio del pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían pecado” (Romanos 5:12). El pecado heredado ha deformado el modo de pensar del hombre y su manera de considerar los asuntos. El hombre, en vez de quedar intrigado por las diferencias o deleitarse en ellas, responde con temor e inseguridad. Y hasta del corazón imperfecto de un pequeñuelo puede salir una espantosa serie de “razonamientos inicuos” que se convierten en prejuicios destructivos (Mateo 15:19). ¿Es posible, entonces, vencer el prejuicio?
-
-
¡El prejuicio puede ser vencido!¡Despertad! 1984 | 8 de noviembre
-
-
¡El prejuicio puede ser vencido!
LOS prejuicios, según el sociólogo Frederick Samuels, “llegan a ser una parte fundamental de la estructura de la personalidad de un individuo [...] comprenden su amor propio, el concepto que tiene de sí mismo [...] Sería tan difícil abandonar ciertas actitudes y los conceptos de un grupo como lo sería entregar un brazo o una pierna”.
Sin embargo, muchas personas se imaginan que si a las razas sencillamente se les pudiera poner a trabajar juntas y conocerse
-