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Ofreciéndome voluntariamenteLa Atalaya 1967 | 1 de julio
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a hacer esto con la ayuda de Jehová.
En 1943 la Sociedad me asignó a Trenton, Nueva Jersey, con otros diez precursores especiales. Había unos veinte publicadores en Trenton en ese tiempo; ahora hay cuatro congregaciones. Tuve el gusto de participar un poco en esta expansión.
Después de servir allí como precursora especial por veinte años, con bendiciones demasiado numerosas para relatarlas, comenzó a fallarme la vista debido a que empecé a sufrir de cataratas; de modo que en 1963 la Sociedad me dio una asignación en mi territorio natal, el condado de Lancaster, Pensilvania.
Se me han presentado unos cuantos problemas a lo largo de los años pero al mantenerme junto a la organización de Jehová pronto se desvanecieron. Me removieron la única catarata y la operación fue un éxito. Todavía estoy ofreciéndome de buena gana mientras permanezca abierta para mí esta puerta de actividad. Y, mientras he puesto los intereses del Reino en primer lugar, jamás me han faltado ningunos de los artículos de primera necesidad de la vida.
Las provisiones de Jehová han sido tan maravillosas durante todos los años, y las cartas animadoras que he recibido de la Sociedad de vez en cuando han sido una gran bendición también. Mis años en el precursorado han estado llenos de gozo y bendiciones. En meses recientes he tenido que conservar las fuerzas y por eso ahora dedico la mayor parte de mi tiempo ministerial a hacer revisitas y conducir estudios bíblicos de casa. Al tiempo presente he sido bendecida con algunos buenos estudios y me regocijo grandemente al enseñar a estas personas semejantes a ovejas la verdad de Dios.
Ahora, a la edad de ochenta y tres años, he disfrutado de cincuenta y nueve años de precursorado. ¡Cuán agradecida estoy de que me ofrecí de buena gana como precursora cuando joven y siempre puse los intereses del Reino en primer lugar!
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MINISTERIO DEL CAMPO
Hace más de mil novecientos años Jesucristo dijo: “No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión que sale de la boca de Jehová.” (Mat. 4:4) Estas palabras son tan aplicables hoy como lo fueron cuando se pronunciaron por primera vez. Los testigos cristianos de Jehová saben esto y por tanto se dan cuenta de que, para tener buena nutrición espiritual, es importante no descuidar la casa del Dios verdadero. Con regularidad cada semana sus reuniones los edifican espiritualmente y los preparan para testificar a otros acerca de Dios. Durante julio, a medida que pongan en práctica el entrenamiento que reciben, compartirán con otros de los beneficios de una excelente ayuda para el estudio de la Biblia, la cual estudian en sus propias reuniones de congregación. Ofrecerán a toda persona el libro Vida eterna, en libertad de los hijos de Dios, con un folleto, por solo 50c de dólar.
“FELICES SON LOS MUERTOS QUE MUEREN EN UNIÓN CON EL SEÑOR”
Pocos son los siervos de Jehová en tiempos modernos que han tenido el precioso privilegio de dedicar tantos años al servicio de Jehová como lo hizo Ricardo H. Barber. Él era bien conocido personalmente por muchos de los lectores que han venido leyendo esta revista por muchos años. Su biografía apareció en el número de esta revista correspondiente al 1 de diciembre de 1965 bajo el título “El servir a Jehová produce contentamiento feliz.” En 1894, a la edad de veinticinco años vino a estar en contacto con la verdad de la Palabra de Dios, aceptándola inmediatamente y continuando fiel hasta su muerte el 28 de abril de 1967, habiendo frisado ya en los noventa y ocho años y unas cuantas semanas, y habiendo dedicado setenta y tres años al servicio de Jehová.
Por varios años el hermano Barber sirvió como ministro precursor (repartidor) y como representante viajero (peregrino, siervo de zona) de la Sociedad Watch Tower, y sirvió por unos veinte años en las oficinas principales de la Sociedad. Como guerrero ardoroso por la verdad de Dios predicó en casi todos los estados de los Estados Unidos, así como también por todo el Canadá y, en un grado limitado, en Inglaterra y Escocia.
El hermano Barber persistió predicando públicamente aun varios años después de haber entrado en los noventa años de edad y se le tenía que ayudar a subir a la plataforma de oradores, y aun tan reciente como en diciembre pasado todavía predicaba por correspondencia y lo hacía enviando literatura por correo, puesto que ya no podía ir de casa en casa. Tenemos la seguridad de que, siendo uno de los del “resto” que sobrevivió, a la segunda presencia del Señor, él ‘mientras descansa de sus labores, retiene las cosas que hizo que van junto con él’ como participante de la primera resurrección. Nos regocijamos por su feliz encuentro con su Señor y el resto de los miembros del cuerpo de Cristo que han recibido su galardón.—Rev. 14:13; 1 Cor. 15:51, 52.
ESTUDIOS DE “LA ATALAYA” PARA LAS SEMANAS
30 de julio: Los cristianos fructíferos manifiestan contentamiento piadoso. Página 393.
6 de agosto: Siervos de Dios de tiempo cabal. Página 399.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1967 | 1 de julio
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Preguntas de los lectores
● ¿Quién fue el sumo sacerdote durante el reinado de David, Sadoc o Abiatar?—S. B., EE. UU.
Cuando el rey Saúl hizo que el padre de Abiatar, el sumo sacerdote Ahimelec, fuera muerto atrozmente, Abiatar huyó adonde estaba David. (1 Sam. 22:9-23) David finalmente consiguió el trono y lo hizo el sumo sacerdote. Sin embargo, algunos han sugerido que después de la muerte de Ahimelec el rey Saúl hizo que Sadoc fuera instalado como sumo sacerdote, no reconociendo a Abiatar, que estaba bajo la protección de David. Sostienen que, después de ascender al trono, David hizo a Abiatar sumo sacerdote asociado junto con Sadoc. Se adopta tal punto de vista debido al hecho de que Sadoc y Abiatar se mencionan con regularidad juntos en puestos encumbrados en el sacerdocio.—2 Sam. 15:29, 35; 17:15; 19:11; 20:25; 1 Rey. 1:7, 8, 25, 26; 4:4; 1 Cró. 15:11.
Sin embargo, el registro inspirado no menciona en ninguna parte nombramiento alguno de Sadoc como sumo sacerdote bajo el rey Saúl. Es posible que la prominencia de Sadoc se deba a que fue vidente o profeta, así como el profeta sacerdotal Samuel recibió mayor mención en el registro que el sumo sacerdote de su tiempo. (2 Sam. 15:27) La evidencia indica que Abiatar fue el único sacerdote durante el reinado de David y que Sadoc ocupó luego un puesto secundario a él.—1 Rey. 2:27, 35; Mar. 2:26.
El texto de 2 Samuel 8:17 ha causado algo de duda a este respecto, puesto que dice que “Sadoc hijo de Ahitub y Ahimelec hijo de Abiatar eran sacerdotes” en ese tiempo. Se ha sugerido que los nombres de Ahimelec y Abiatar fueron transpuestos por un error de los escribas. Sin embargo, el registro de 1 Crónicas 18:16; 24:3, 6, 31 confirma el orden de los nombres. Por eso, parece que Abiatar tuvo un hijo que también se llamó Ahimelec y que este Ahimelec junto con Sadoc, sirvió de sacerdote secundario bajo el sumo sacerdote Abiatar.
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