BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • El problema de las prisiones... ¿qué solución hay?
    ¡Despertad! 1977 | 22 de septiembre
    • han sido criticados. Este súbito cambio de opinión me ha interesado.

      ¿Qué hay en cuanto a la rehabilitación?

      Titulares de The National Observer del 4 de enero de 1975, dijeron: “Después de 150 años de tratar de rehabilitar a criminales, hasta los reformadores reconocen que es cierto que . . . LA REFORMA ES UN FRACASO.”

      Science hizo notar: “Tan profunda ha sido la desilusión con la ‘rehabilitación,’ al menos en sus formas actuales, que ha hecho que muchos prominentes científicos sociales y penalistas hayan abandonado en unos cuantos años las filosofías que ellos mismos promovieron.”—23 de mayo de 1975.

      Newsweek llegó a la conclusión: “El consenso creciente entre los profesionales de las prisiones parece ser que . . . la función esencial del sistema penal debe ser el castigo por medio del encierro del criminal y la protección de la sociedad de las fechorías de éste.”—10 de febrero de 1975.

      Como residente de la ciudad de Nueva York, estoy plenamente a favor de renovar el énfasis en proteger a la sociedad de los criminales. Thomas Maloney, alcalde de Wilmington, Delaware, desafortunadamente, no se equivocó al decir: “En la actualidad los ciudadanos son los prisioneros en sus hogares, con cadenas, cerrojos, barras y rejas mientras que los criminales están afuera, vagando libremente.”

      Muchos aplaudirían un cambio a un interés principal en los derechos de las víctimas del crimen que observan la ley. Parece claro que el no hacer que los malhechores respondan por sus acciones solamente ha servido para hacerlos criminales inveterados. Por supuesto, esto presenta una importante pregunta: ¿Es posible castigar al número creciente de malhechores por medio de sentenciarlos a la prisión?

      El problema de dónde ponerlos

      Lo cierto es que los esfuerzos por castigar el crimen ya han llenado a raudales las prisiones de los Estados Unidos. ¡De enero de 1973 a enero de 1977 la población de solamente las prisiones federales y estatales de los Estados Unidos aumentó vertiginosamente en 45 por ciento, de 195.000 a 283.000! The Wall Street Journal informa: “La mayoría de los estados ya han atiborrado a los presos por todos los rincones y esquinas de las prisiones actuales. Hay convictos durmiendo sobre salientes colocados sobre excusados, en cuartos de ducha y en gimnasios.”—20 de julio de 1976.

      Además de las grandes prisiones federales y estatales, hay miles de prisiones de condados y ciudades. En junio del año pasado el Times de Nueva York dijo que todos los años 60.000 hombres y mujeres pasan algún tiempo en las ocho prisiones de la ciudad de Nueva York. ¡Y un criminalista dice que anualmente más de dos millones de personas pasan por las cárceles de los Estados Unidos!

      El problema se hace abrumador cuando uno considera que cada año se informan a la policía más de 10 millones de crímenes serios... ¡mucho más de 30 millones durante los últimos tres años! Sencillamente no hay suficientes edificios para encerrar a todos los malhechores, ni siquiera a los que las autoridades pueden prender. Y aun ahora el costo para los pagadores de impuestos es asombroso.

      Quedé atónito al leer el informe del Times de Nueva York del pasado septiembre de que cuesta “aproximadamente 12.000 dólares por preso al año solo para mantener la custodia en las cárceles de Nueva York.” ¡A esa proporción, el solamente mantener a los 250.000 reclusos en las cárceles federales y estatales cuesta 3 mil millones de dólares al año! ¡Y, según se informa, el construir nuevas prisiones costará hasta 40.000 dólares por recluso!

      Ciertamente el problema de las prisiones es grande, especialmente en vista de la predicción de un experto de presidios de que para mediados de los años 1980 podría haber 400.000 presos en las cárceles federales y estatales. ¿Qué solución hay?

      La rehabilitación es deseable

      Enfrentémonos a ello. A todos nosotros nos gustaría ver a los criminales reformarse y llegar a ser ciudadanos útiles, observantes de la ley. Y el que los individuos hagan tales cambios no es imposible, a pesar del fracaso de la mayoría de los programas de rehabilitación dentro de las prisiones. Es tal como recientemente dijo Norman Carlson, director de la Oficina de Prisiones de los EE. UU.: “Como concepto la rehabilitación ha sido alabada en exceso. . . . ahora estamos conscientes del hecho de que no podemos rehabilitar a nadie... solamente podemos suministrarles oportunidades.”

      Estoy personalmente convencido de que el suministrar las oportunidades correctas servirá para motivar a ciertos criminales a cambiar. Digo esto porque, como preso de la penitenciaría federal de Ashland, Kentucky, había visto cómo era posible llegar al corazón de un recluso y transformar su vida entera.

      Así es que, esperaba con anhelo el viaje de noviembre, para ver por mí mismo lo que se estaba logrando allá en la prisión de Angola de Luisiana. Esta es la segunda entre las más grandes cárceles de los Estados Unidos, un complejo de más de 7.000 hectáreas. Un informe en las noticias de 1975 declara que fue diseñada para 2.600 reclusos, pero ahora aloja a 4.409 presidiarios.

      Pronto llegó el jueves 4 de noviembre, y emprendí mi viaje.

  • Un programa de rehabilitación de buen éxito
    ¡Despertad! 1977 | 22 de septiembre
    • Un programa de rehabilitación de buen éxito

      EL AVIÓN aterrizó en Baton Rouge, Luisiana, el jueves por la noche. Mi amigo me estaba esperando y nos dirigimos en automóvil a su hogar en el pueblo cercano de New Roads. Esa noche hablamos a la larga acerca de lo que estaba sucediendo en la prisión de Angola.

      Mi amigo es parte de un grupo de seis cristianos que conducen con regularidad un programa de instrucción dentro de la prisión. Ellos se turnan cada semana para ir a conducir reuniones con los reclusos. Como promedio, unos cuarenta reclusos asisten.

      “En realidad el programa se inició desde adentro,” explicó mi amigo. A principios de 1973 dos presos que estaban leyendo literatura de los testigos de Jehová escribieron una carta solicitando que alguien viniera a visitarlos. Mientras tanto, estos presos hablaron con otros reclusos y los interesaron en las cosas que estaban aprendiendo.

      Fue en octubre de 1973 que se celebró la primera reunión en la prisión, y dieciocho reclusos asistieron. Con el tiempo, se condujeron reuniones todos los miércoles y domingos. El número de reclusos que asistían continuó aumentando hasta que, a veces, unos sesenta o más venían. ¿Qué ocasionó tan amplio interés?

      El programa de instrucción

      Mi amigo me explicó que las reuniones se conducían, y todavía se conducen, básicamente del mismo modo en que se conducen en cualquier Salón del Reino de los Testigos de Jehová. Los domingos hay un discurso bíblico por una hora, y por lo general lo pronuncia un orador invitado de una congregación cercana. A esto le sigue un estudio bíblico basado en un artículo de la revista La Atalaya.

      Los miércoles por la noche hay una Escuela Teocrática, un curso de instrucción bíblica diseñado para aumentar el conocimiento del estudiante de la Biblia, así como para mejorar sus cualidades de oratoria. Además, una Reunión de Servicio presenta consideraciones en cuanto a cómo presentar el mensaje bíblico a compañeros reclusos de Angola.

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir