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  • ¿Quisiera usted tener una vida libre de problemas?
    ¡Despertad! 1977 | 22 de abril
    • ¿Quisiera usted tener una vida libre de problemas?

      ¿LE PARECE a veces que casi lo aplastan los problemas de la vida diaria? ¿Quisiera verse libre de estos problemas para realmente disfrutar de la vida?

      Imagínese la situación si su vida fuera así: Usted despierta por la mañana sabiendo que todo el día que le espera le será completamente agradable. No tiene problemas por asuntos de dinero, ni impuestos, hipotecas ni alquiler. En vez de eso, usted realmente disfruta de completa seguridad económica.

      Y cuando al ir a lavarse va a su espejo, ve que su rostro luce una tez limpia, sin manchas, sin las arrugas de la edad avanzada, sin bultos debajo de los ojos. Su rostro brilla con salud perfecta, y lleva por corona una hermosa mata de pelo.

      Imagínese lo que sería también saber que ya no necesitaría ningún seguro de salud, porque jamás volverían a enfermar ni usted ni su familia. Y que no habría más informes noticieros acerca del cáncer, las enfermedades cardiacas, ni ninguna otra enfermedad, porque todas ellas habrían sido vencidas... para siempre. ¡Qué magnífico sería eso!

      Además, piense en lo que significaría el que usted pudiera salir por la puerta de su casa y saber que pudiera quitarle la cerradura, porque se hubiera eliminado todo delito o crimen. ¡Sí, saber que en ninguna parte del mundo hubiera cárceles, ni fuerzas policíacas, ni ejércitos, ni armas de destrucción, por no necesitarlos!

      Suponga que también pudiera esperar con gusto el día porque estuviera profundamente satisfecho con la clase de trabajo que estuviera haciendo, que de veras le deleitara. Y que disfrutara muchísimo de todos sus vecinos, porque ellos fueran muy agradables y bondadosos, estuvieran dispuestos a ayudar y mostraran estar completamente libres de prejuicio. Y sobre todo, que usted verdaderamente disfrutara de su vida de familia debido a que fuera muy armoniosa, y todos los miembros de la familia se mostraran amor profundo y respeto unos a otros.

      ¿Le gustaría un día como ése? “Bueno,” quizás diga usted, “¡por supuesto! ¿A quién no le gustaría? Pero todo eso es solo quimeras, un sueño. Nadie podría tener una vida sin dificultades como ésa.”

      Pues, entonces, ¿de qué estamos hablando? ¿Hemos descrito alguna clase de vida en el cielo? No, ni estamos refiriéndonos a vida en otro planeta en algún otro lugar del universo. Tampoco estamos efectuando alguna clase de ejercicio mental, soñando despiertos. Estamos hablando del tiempo que viene en el cual cada día de la vida, aquí mismo en la Tierra, será un deleite genuino; en el cual los problemas que causan angustia desaparecerán en vez de privarnos de gozo; en el cual los desafíos que nos presentará la vida serán estimuladores, interesantes, y producirán el profundo contentamiento que acompaña al hacer cosas que verdaderamente merecen el esfuerzo que se requiere.

      ¿Puede suceder una cosa como ésta? ¡Sí, puede! De hecho, toda persona respetable desea que suceda, porque se nos ha hecho de manera que deseemos esa excelente vida. Pero, ¿sucederá? ¡Sí, sucederá! De seguro se hará realidad esa deleitable condición en la cual se vivirá libre de las cruelmente dolorosas dificultades de hoy. Nada en el cielo ni en la Tierra puede impedirlo.

  • ¿Se están resolviendo los problemas?
    ¡Despertad! 1977 | 22 de abril
    • ¿Se están resolviendo los problemas?

      ¿UNA vida en que estemos libres de todos los cruelmente dolorosos problemas de hoy? ¿Cómo puede ser? Cuando lanzamos la mirada afuera al mundo, vemos que los problemas van aumentando.

      Por ejemplo, en casi todo país de la Tierra hay muy graves y persistentes problemas económicos. A millones de personas se les hace difícil hallar trabajo conveniente. Hay más deudas que nunca. Los padres se preocupan en cuanto al sostén de sus familias. Las madres ven un alza continua en los precios y quedan frustradas cuando tratan de pasar con lo que tienen. La mitad de las personas de edad avanzada de muchas naciones supuestamente prósperas viven en pobreza. Aumentan el hambre y el analfabetismo en los países más pobres.

      Sin embargo, ni siquiera los más sabios economistas del mundo pueden inventar un sistema económico que asegure prosperidad duradera para todos. Solo pueden tratar de ponerle remiendos por algún tiempo a este sistema tambaleante, pero entonces vuelve a desplomarse.

      Desplome de la vida de familia

      Además, por todo el mundo la vida de familia va desplomándose, no va mejorando. En país tras país se alcanzan nuevas cifras máximas de divorcios.

      En una situación marital que se ha hecho muy común, cierta señora escribió: “Me siento muy desdichada. Mi esposo se agita por lo más insignificante. Tenemos un hijo casado, pero él viene a casa sólo en visitas cortas, y casi no me tolera. Tenemos pocos amigos. Ahora, con el transcurso de los años, me veo cada vez más aislada. Me siento completamente sola en el mundo. ¿Qué puedo hacer para que valga la pena vivir?” Son muchísimas las personas que comparten esos mismos sentimientos.

      Los padres hoy tienen preocupaciones adicionales. Sus hijos se enfrentan a problemas que ninguna otra generación de jóvenes ha tenido. Estos jóvenes ven en qué clase de ‘selva’ se ha convertido el mundo, y esto disgusta y asusta a muchos. Como dijo un líder estudiantil en su discurso de graduación: “Hoy al partir de la escuela nos agobia un sentimiento de frustración y desesperación.”

      ¿Dónde pueden buscar los padres ayuda confiable? Note este artículo de fondo del Times de Nueva York. Dijo: ‘Por un siglo o más los padres han sido bombardeados con consejo acerca de la vida familiar. Médicos, enfermeras, maestros y teólogos han suministrado su consejo, y en las últimas décadas a éstos se han unido psicólogos y psicoanalistas. Pero si recogiéramos todo este buen consejo y lo inspeccionáramos, ¿qué hallaríamos? Me temo que no sería mucho más que una enredada y ruidosa masa de contradicciones. Por eso, ¡pobre padre, o madre! Mientras más concienzuda sea esa persona en buscar consejo, más confusa probablemente quedará.’

      Problemas con la ciencia

      Hubo un tiempo en que se pensó que la ciencia ayudaría a abrir el camino hacia ese mundo mejor y resolvería muchos de los angustiosos problemas de la humanidad. Pero ahora los científicos mismos confiesan que a menudo la ciencia causa tantos problemas como los que resuelve, si no más.

      Podemos notar un ejemplo de desilusión en la ciencia al leer el número de julio de 1899 de Scientific American. Allá en aquel tiempo, esta publicación científica predijo que el automóvil ‘tendría excelente influencia en la vida urbana.’ Habló de ‘vehículos livianos de ruedas de caucho que se moverían con rapidez y sin ruido sobre calles limpias, sin polvo y sin olores, lo que eliminaría mucha de la nerviosidad, distracción y tensión de la vida urbana moderna.’

      A la luz de la experiencia real, esa predicción causa risa hoy, ¿verdad? Ha sucedido exactamente lo opuesto. Además, cada año por todo el mundo los automóviles matan a decenas de millares de personas y lesionan a millones.

      Hasta los inventores de máquinas han expresado desaliento al ver estrellados sus sueños de un mundo mejor. En 1942, durante la II Guerra Mundial, Orville Wright, quien junto con su hermano Wilbur produjo el aeroplano, escribió esto a Henry Ford, padre, el fomentador del automóvil hecho por fabricación en serie: ‘Wilbur y yo pensábamos que el aeroplano apresuraría la paz mundial. Parece que ha hecho lo contrario. Sospecho que cuando usted introdujo la fabricación en serie —una de las grandes invenciones de los tiempos— poco pensaba en que se utilizaría para construir tanques para la destrucción mundial. Parece que no se puede introducir nada provechoso sin que alguien encuentre un uso depravado para ello.’

      Esta misma frustración se está sintiendo en el campo médico. Hubo un tiempo en que había grandes esperanzas de que la medicina moderna venciera las enfermedades y ayudara a dirigir hacia un mundo mejor. Pero las enfermedades no han sido vencidas. De hecho, en algunas de las peores aflicciones, como el cáncer y las enfermedades cardiacas, se ven los mayores aumentos. Hasta algunos de los esfuerzos por efectuar curaciones están resultando en lo contrario. Se dice que cada año en los Estados Unidos unas 30.000 personas mueren como resultado directo de drogas recetadas por sus médicos, y que diez veces esa cantidad sufre de malas reacciones.

      No hay paz

      ¿Qué hay de un mundo de paz total, sin cerraduras, cárceles, fuerzas policíacas, ejércitos ni armas de destrucción? Pues, nunca ha estado el mundo más lejos de eso que ahora. El crimen aumenta vertiginosamente; las naciones ahora gastan unos 300 mil millones de dólares al año en armas; hay una guerra tras otra. Los líderes humanos ciertamente no están trayendo paz mundial permanente.

      A fines del siglo pasado y principios de éste, la mayoría de los líderes predecían una magnífica nueva era de paz y prosperidad. Una enciclopedia ofrece este comentario: “Antes de 1914, hasta los teólogos creían, como lo hacía toda persona culta y educada, que el mundo iba encaminado a un porvenir mejor. Para los mejores de la vieja generación, 1914 significó una sacudida de la cual nunca se recobraron.” En 1914 el mundo se envolvió en la más horrible guerra hasta aquel tiempo, contrario a todas las predicciones ‘de color de rosa.’ Y la II Guerra Mundial fue peor todavía, ¡pues, según cálculos, segó 55 millones de vidas!

      Además, especialmente en los últimos años, la gente ha visto corrupción tanto en el gobierno como en el comercio. Como resultado de esto, las encuestas muestran que nunca ha habido menos confianza en las instituciones humanas.

      Lo que causa frustración es que tantos de estos problemas que afectan a la gente estén fuera de su control. Debido a esto, la inestabilidad emocional aumenta. Sí, tan solo en los Estados Unidos durante 1975 se despacharon aproximadamente 57 millones de recetas —implicando miles de millones de píldoras— de una sola clase de droga... un calmante.

      Por eso, después de todo este tiempo, podemos estar seguros de una cosa: por sí mismas, las criaturas humanas nunca podrán producir la clase de vida que de seamos, la clase de vida que describimos al principio. Por lo tanto, no debería extrañarnos el leer esto en la Biblia, en Salmo 146, versículo 3: “No cifren su confianza en nobles, ni en el hijo del hombre terrestre, a quien no pertenece salvación alguna.”

  • ¿Podemos confiar en que Dios nos ayude?
    ¡Despertad! 1977 | 22 de abril
    • ¿Podemos confiar en que Dios nos ayude?

      PERO, si no podemos confiar en que los hombres, aunque sean los líderes del mundo, produzcan la clase de vida que deseamos, entonces, ¿en quién podemos confiar? ¿En Dios? ¿Cree usted que él puede ayudarnos a resolver nuestros problemas ahora, y llevar a la familia humana a la clase de vida que deseamos?

      En realidad, la cuestión es ésta: ¿quién sabe mejor cómo ayudar al hombre a salir de sus problemas? La selección es entre el hombre imperfecto y su Hacedor todopoderoso y omnisapiente. Por eso, ¿cuál de éstos conoce mejor cómo funcionan la mente, las emociones y el cuerpo del hombre? De seguro el Creador, que nos hizo, sabe mucho mejor que nosotros lo que nos puede ayudar a salir de todos estos aturdidores problemas.

      Las promesas de Dios

      Por eso la Biblia, en Salmo 37, versículos 3 y 4, dice: “Confía en Jehová . . . y él te dará las peticiones de tu corazón.” Dios no solo promete ayudarnos a resolver nuestros problemas ahora, sino que promete algo aún más maravilloso. Promete una solución en el futuro a todos los constantes y molestos problemas de la humanidad. Promete que se acerca el tiempo en que la gente vivirá para siempre... en felicidad completa.

      El mismo nombre que el Creador se ha dado nos ayuda a tener mayor confianza en sus promesas. Ese nombre es Jehová. Significa: ‘Él causa que llegue a ser.’ Es decir, él es cumplidor de promesas. Él causa la realización de Sus propósitos, precisamente a tiempo, sin falta.

      Note la seguridad que nos da la Palabra de Jehová en cuanto a su propósito para nuestra Tierra. Por ejemplo, en Salmo 37, versículos 9 al 11, dice: “Porque los malhechores mismos serán cortados, pero los que esperan en Jehová son los que poseerán la tierra. Y solo un poco más de tiempo, y el inicuo ya no será . . . Pero los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.”

      ¿Por cuánto tiempo? El Sal. 37 versículo 29 contesta: “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella.” Jesucristo mostró que este salmo tendrá un cumplimiento futuro, cuando citó de él, y dijo: “Felices son los de genio apacible, puesto que ellos heredarán la tierra.”—Mat. 5:5.

      ¿Cuándo, últimamente, ha hallado usted “deleite exquisito” en algo por algún tiempo? Es rara la ocasión, ¿verdad? Pero a los que le sirven, Jehová les promete la clase de vida en la cual cada día será un deleite, para siempre, sin los problemas abatidores de hoy.

      ¿Por qué tanto sufrimiento?

      Sin embargo, puesto que esto es lo que Dios se propone, ¿por qué no lo ha hecho ya? ¿Por qué ha estado llena de tanto sufrimiento la historia de la familia humana?

      Porque, en primer lugar, cuando Dios creó a los padres de la familia humana, Adán y Eva, les dijo que la continuación de la vida y felicidad de ellos dependía de que le sirvieran a Él. Pero ellos pensaron que les iría mejor si se servían a sí mismos. Decidieron juzgar por sí mismos lo que era correcto y lo que era incorrecto. Y puesto que Dios los creó con la capacidad de ejercer libre albedrío, dejó que tuvieran lo que deseaban... pero solo por cierto espacio de tiempo.

      Lo que ha sucedido desde entonces ha probado de una vez y para siempre que Dios tenía razón, que el hombre no puede hallarse en independencia de su Hacedor y ser verdaderamente feliz. Lo que dice Salmo 127:1 ha resultado ser verdad: “A menos que Jehová mismo edifique la casa, de nada vale que sus edificadores hayan trabajado duro en ella.”

      Pero ahora se acerca a su fin el tiempo que Dios ha permitido para la insensatez del hombre. Toda la evidencia en cumplimiento de las profecías bíblicas muestra que pronto Dios detendrá este experimento en gobierno por el hombre. Sí, estamos muy adentrados en los predichos “últimos días” que se mencionan en el capítulo 3 de Segunda a Timoteo, y en el capítulo 24 de Mateo, donde Jesús mismo predijo el ‘tiempo del fin’ en el cual estamos ahora mismo.

      De modo que, sin duda alguna, el registro pasado del hombre prueba concluyentemente que él no fue creado con la aptitud, o derecho, de diseñar por sí mismo un mundo mejor, uno en el cual no existan problemas dañinos. Solo Dios puede hacer eso. Y su Palabra muestra claramente que él hará esto, no por medio de reformar el sistema de cosas actual, sino por medio de quitarlo. Él lo aniquilará. ¿Por qué? Porque no puede ser reformado. En vez de tratar de reformarlo, Jehová se ha propuesto crear una sociedad enteramente nueva que esté compuesta de criaturas humanas justas.

      Demostrando la realidad

      Además, para darnos más confianza en estas promesas, Dios ya está demostrando la realidad de ese mejor modo de vivir venidero. ¿Dónde? En la vida de millones de personas por todo el mundo.

      ¿Quiénes son estas personas? La Biblia las identifica en Isaías 43:10-12 como los siervos dedicados de Dios, los testigos de Jehová. Ellos están recibiendo el mejor consejo que puede haber en cuanto a la manera de tratar con los problemas de hoy, porque ese consejo viene de la mejor fuente que puede haber... de la mente del Creador del hombre, Jehová Dios. Y toca todo aspecto de la vida diaria. Trata de la mejor manera de enfrentarse a los problemas maritales, la mejor manera de criar a los hijos, la mejor manera de llevarse uno bien con los amigos, vecinos, parientes, patronos, empleados, y, aún de mayor importancia, la mejor manera de llegar a estar en armonía con Jehová mismo.

      ¿Dónde se puede hallar este superior consejo de Dios? En la Biblia, porque Segunda a Timoteo 3:16 y 17 dice: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que el hombre de Dios sea enteramente competente.”

      Sí, la poderosa fuerza de Dios, su espíritu santo, inspiró la Biblia. Después de todo, puesto que Dios creó el asombroso universo, ¿no podía él ser autor de un libro? Lo es. Por medio de su fuerza activa o espíritu dirigió a sus siervos a escribir la Biblia como guía para nosotros. Y ese mismo espíritu ayuda a sus siervos verdaderos a entenderla correctamente. De esta manera aprendemos la mejor manera de enfrentarnos a nuestros problemas hoy, y cómo podemos pasar con vida a través de estos “últimos días” llenos de problemas y entrar en el nuevo orden de Dios.

      De modo que ahora mismo Jehová está instruyendo a sus siervos, preparándolos para la vida en Su nuevo orden. El capítulo 2 de Isaías, Isa. 2 versículos 2 a 4, predijo esto, diciendo: “Y tiene que suceder en la parte final de los días” —(es decir, ahora mismo, en estos “últimos días,”)— “Y tiene que suceder en la parte final de los días que la montaña de la casa de Jehová llegará a estar firmemente establecida por encima de la cumbre de las montañas.”

      Aquí Dios está diciendo que en nuestro tiempo su adoración pura sería alzada como señal de modo que las personas sinceras pudieran volverse a ella. La profecía continúa así: “Y muchos pueblos ciertamente irán y dirán: ‘Vengan, y subamos a la montaña de Jehová. . . . Y él nos instruirá acerca de sus caminos.’”

      Pero, ¿realmente dan buen resultado los caminos de Dios, y resuelven problemas grandes así como pequeños, especialmente en esta era moderna? ¿Pueden resolver los problemas a los que usted se enfrenta?

  • ¿Dan buen resultado los caminos de Dios?
    ¡Despertad! 1977 | 22 de abril
    • ¿Dan buen resultado los caminos de Dios?

      ¿REALMENTE dan buenos resultados los caminos de Dios? ¿Pueden suministrarnos soluciones prácticas a los problemas diarios de la actualidad, así como del futuro? Bueno, sometámoslos a prueba para ver. Examinemos algunos aspectos de la vida y veamos si realmente dan buenos resultados donde otros métodos fracasan.

      Por ejemplo, tomemos uno de los grandes problemas de la vida, un problema global, y veamos si el camino de Jehová da el mejor resultado. Está anotado en el capítulo 2 de Isaías 2, versículo 4, en palabras proféticas acerca de nuestro tiempo: “Y él ciertamente dictará el fallo entre las naciones y enderezará los asuntos respecto a muchos pueblos. Y tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra.”

      Cumplimiento ahora

      ¿Está esto en realidad cumpliéndose en este mismo momento? La evidencia muestra que ciertamente está cumpliéndose. No, no entre los miembros de las Naciones Unidas; eso es obvio. Estos han estado guerreando entre sí desde el mismo principio de esa organización.

      Esa profecía no se está cumpliendo en las religiones de este mundo tampoco. Ellas también han estado en guerra entre sí, por siglos. En cuanto a esto, note lo que dijo un escritor de artículos de fondo del Times de Nueva York el año pasado en un artículo que intituló “Muerte en el nombre de Dios.” Declaró lo siguiente: ‘Es una triste verdad que probablemente la mitad o más de las guerras que ahora se están peleando por todo el mundo o son conflictos francamente religiosos o tienen que ver con disputas religiosas. Y, puesto que casi todas las religiones creen en un solo Dios, esto significa que en este mismo instante los hombres se están matando unos a otros en el nombre de Dios.’

      Entonces, ¿en quiénes se está cumpliendo la profecía de Isaías? En los siervos de Dios... sus Testigos. El propósito de Dios de unir a la gente en una sociedad humana pacífica y amorosa por todo el mundo sigue adelante irresistiblemente en este mismo momento. Él ya está recogiendo a personas sinceras de toda nación, juntándolas en una sola familia global, enseñándoles los caminos de la paz total y permanente.

      Sí, ahora mismo, en medio de una era que ha sido violentamente rasgada por las más horribles guerras de la historia, los siervos de Jehová en más de 200 países son prueba viva de que puede haber —y hay ahora— una sociedad de personas caracterizada por la paz. A este respecto, los siervos de Jehová están logrando lo que los más poderosos políticos, las más fuertes naciones y ligas de naciones, y las religiones mundanas, nunca han logrado: y eso es acabar con la guerra permanentemente entre personas de toda raza y nacionalidad. Como resultado de esto, estos siervos de Jehová no participan en ninguna de las guerras de las naciones.

      ¿Cómo es posible?

      ¿Cómo les ha sido posible este proceder a los siervos de Dios? ¿Es porque sean tan inteligentes?

      No, ellos solo son personas corrientes, imperfectas, limitadas, como cualquier otra. Pero les ha sido posible porque los testigos de Jehová han concordado en servir a Dios, hacer lo que él dice. Por eso, cuando Dios dice, en Hechos 17:26, que todos los hombres son hermanos, ellos lo creen. Cuando dice en Hechos 10:34 que él no es parcial, entonces tampoco pueden serlo ellos.

      Además, cuando les dice por medio de su Hijo, en Juan 13:35, que “en esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre ustedes mismos,” entonces ellos se esfuerzan por cultivar ese amor. Cuando les dice que abandonen sus armas de guerra, hacen eso también.

      Cuando los siervos de Dios hacen las cosas según él indica, él los favorece con éxito en sus esfuerzos por estar en paz unos con otros, como lo dice Salmo 29:11: “Jehová mismo bendecirá a su pueblo con paz.” Y, como predijo Isaías 2:4: “Ni aprenderán más la guerra.” Por eso los siervos de Dios hoy no guerrean entre sí, ni con otras personas. ¡Nunca han hecho eso, y nunca lo harán! Así, ya han sido preparados por Dios para entrar en Su nuevo orden y comenzar aquella nueva sociedad humana con un orden de cosas totalmente pacífico... ¡desde el mismo primer día!

      Otras personas notan esta paz, armonía y amor. Un observador que asistió a una asamblea de testigos de Jehová por primera vez el verano de 1975 declaró: “Nunca antes en mi vida he visto nada como esto. Jamás he visto tanto amor entre personas de todas las naciones y razas que estuvieran en un mismo lugar a la misma vez.”

      Sin embargo, es verdad que todavía hay horribles guerras entre los que no son siervos verdaderos de Dios. Y esto ciertamente sí afecta nuestra felicidad. Pero Dios mismo resolverá esa parte del problema por medio de aplastar a las naciones guerreantes pronto y aniquilarlas junto con sus diabólicas armas de destrucción. El Salmo 46, versículos 8 y 9, dice: “Vengan, contemplen las actividades de Jehová, cómo ha establecido acontecimientos pasmosos en la tierra. Está haciendo cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra. Quiebra el arco y verdaderamente corta en pedazos la lanza; quema los carruajes [de guerra] en el fuego.”

      Poniendo fin a los crímenes

      Otra evidencia de que el servir a Dios puede resolver grandes problemas está relacionada con el aturdidor aumento de los crímenes en casi todo lugar. Este es un problema que las autoridades no pueden resolver.

      Pero Dios puede. ¡Y lo está haciendo! ¿Dónde? De nuevo, entre los que le sirven y aprenden sus caminos. Se ha observado que entre los testigos de Jehová casi no existe el delito. ¿Por qué? Porque el servir a Dios significa obedecer Sus leyes y principios. Estas leyes prohíben cosas como el robar, la falta de honradez, el asesinato y la violencia, los crímenes sexuales y otros.

      En las raras ocasiones en que un siervo de Dios sí comete una ofensa grave, el arreglo judicial que existe entre las 40.000 congregaciones que hay por todo el mundo se encarga del asunto por medio de aplicar las apropiadas sanciones bíblicas. Por eso, con verdad se ha dicho que en todo lugar por todo el mundo los testigos de Jehová disfrutan de la sociedad de personas más libre de delito. Y de nuevo, ellos no aceptan crédito por esto, porque viene de hacer las cosas a la manera de Jehová.

      En una asamblea que los testigos de Jehová celebraron recientemente en Montana, EE. UU., el administrador de un lugar de hospedaje dijo: “¡Si toda la gente fuese como los testigos de Jehová, no necesitaríamos policías!” Un agente de la policía que estaba en el estadio Municipal de Cleveland declaró: “Quisiéramos que todas las asambleas que se celebran en este lugar fuesen como la de ustedes. No hemos tenido ningún problema por conducta desordenada.”

      Aun así, el rápido aumento en el crimen en otras partes sí afecta hasta a los que sirven a Dios. Pero con relación a esto, también, tal como sucede con relación a la guerra, solo Dios mismo puede resolver y resolverá este problema completamente. Esto lo hará cuando ponga fin al inicuo sistema de cosas actual. Proverbios, capítulo 2, versículos 21 y 22, dice: “Porque los rectos son los que residirán en la tierra, y los exentos de culpa son los que quedarán en ella. En cuanto a los inicuos, ellos serán cortados de la mismísima tierra; y en cuanto a los traicioneros, ellos serán arrancados de ella.”

      Al mismo tiempo, sin embargo, los principios bíblicos ayudan a darnos mejor protección del crimen, aun ahora. Por ejemplo, la evidencia revela que la mayoría de los asesinatos se cometen entre personas que se conocen... miembros de la misma familia, amigos, vecinos. Con frecuencia es la falta de dominio de sí mismo por parte de la víctima lo que resulta en provocar al que mata. Pero los cristianos entrenados en armonía con los principios bíblicos saben que no deben devolver mal por mal; saben que una respuesta apacible con frecuencia aleja la cólera de la otra persona; y saben que para ser siervos de Dios tienen que esforzarse por desarrollar un genio apacible. Por eso la persona que vive en armonía con esos principios bíblicos tiene mucha menos probabilidad de provocar a alguien a causarle daño corporal.

      Extirpando las enfermedades venéreas

      Otro problema, uno grande, que el servir a Dios ayuda a su pueblo a evitar tiene que ver con la epidemia de enfermedades venéreas que se esparce muy rápidamente en casi todo país de la Tierra. Las autoridades médicas confiesan que no pueden detenerla.

      ¿Por qué? Porque el mundo pasa por alto las leyes de Dios que prohíben el adulterio, la fornicación y la homosexualidad; y así es cómo se esparcen las enfermedades venéreas. Pero estas leyes se hacen cumplir entre los siervos de Dios, y de este modo se mantiene limpio a su pueblo. Ellos aprenden a limitar sus relaciones sexuales a donde pertenecen, y Dios nos dice que esto es solamente en el arreglo del matrimonio.

      ¡Piense en los problemas —las horribles enfermedades, preñeces no deseadas, las riñas, los hogares desbaratados, los dolores de corazón— que los siervos de Dios evitan por completo al hacer las cosas a la manera de Dios en este asunto!

      Otra enorme esfera de problemas se relaciona con la vida familiar. ¿Puede el servir a Dios realmente ayudar en esta esfera?

  • Mejorando la vida de familia
    ¡Despertad! 1977 | 22 de abril
    • Mejorando la vida de familia

      LA PROFECÍA bíblica muestra que estos “últimos días” se caracterizarían por un desplome en la unidad familiar.—Rom. 1:29-31; 2 Tim. 3:1-4.

      Pero Dios creó a la familia como la unidad fundamental de la sociedad humana, y eso no ha cambiado. Por eso él muestra a sus siervos cómo fortalecer las familias aunque en el mundo se experimenta el desplome familiar. Nos muestra cómo llegar a ser mejores esposos y padres, mejores esposas y madres, mejores hijos e hijas, mejores hermanos y hermanas. No perfectos... pero mejores.

      Consejo práctico para los esposos

      Entre los muchos excelentes principios bíblicos que nos ayudan a resolver los problemas de la vida de casados, quizás pudiéramos comentar acerca de un número limitado. Uno se encuentra en Efesios 5:28. Allí Dios aconseja lo siguiente al cabeza de familia: “Los esposos deben estar amando a sus esposas como a sus propios cuerpos.”

      Ahora, combine eso con otro principio que se encuentra en Primera de Pedro, capítulo 3, versículo 7, que muestra que el esposo que sirve a Dios debe considerar la composición física y emocional de su esposa, y, como dice, debe ‘asignarle honra’... sí, “honra,” “como a un vaso más débil, el femenino.”

      Si usted realmente ama a su esposa como a su propio cuerpo, y la honra, es decir, realmente le muestra respeto, ¿cómo trata con ella? De seguro que trata de complacerla en todo caso posible. Usted es altruista, y hasta le da primera opción en la mayor parte de las ocasiones. Ciertamente no le grita si la honra altamente, ni la tiene en menos.

      Bueno, la Biblia muestra que ésta es la clase de amor y consideración que tiene que cultivar el esposo que es siervo de Dios. ¿Cultivar? Sí, requiere trabajo, práctica, porque éstas no son cualidades que les vengan naturalmente a personas imperfectas, sino que tienen que ser desarrolladas.

      Cuando a cierta señora se le preguntó qué cualidad apreciaba más en su esposo, respondió: “Su ternura para conmigo.” Contrario a lo que muchos hombres de este mundo quizás piensen, las mujeres respetables no aprecian a los hombres que son mandones, que las dominan, o que las tratan con falta de bondad.

      Además, cuando un esposo cultiva y ejerce cualidades piadosas al tratar con su esposa, descubre que Dios ha construido de tal manera a la esposa en los aspectos mentales y emocionales que ella, en cambio, por lo general responde a ese trato considerado. Probablemente se haga mejor esposa.

      No, el esposo no debe abdicar de su posición de cabeza de la familia. Todavía tiene la responsabilidad que Dios le ha dado de llevar la delantera, de tomar las decisiones finales. Pero en la relación del matrimonio hay cosas en las cuales él debe tomar en consideración los puntos de vista, actitudes, deseos y composición de su esposa, porque eso es lo que Dios les dice a sus siervos que hagan.

      Este modo de tratar a una esposa sí produce un matrimonio feliz. Muchísimos esposos que son siervos de Dios pueden testificar de esto. Hay el ejemplo de un hombre cuyo primer matrimonio fracasó y terminó en divorcio. Entonces él empezó a estudiar los principios bíblicos, y aceptó los caminos de Dios en cuanto al matrimonio. Más tarde escribió esto: “En el pasado, yo no respetaba a las mujeres. Por la manera en que vivía, fui causa de mucha desdicha para mí mismo y para otros, especialmente para mi primera esposa. Después de empezar a vivir en armonía con la Biblia, pude ver que la mejor manera de vivir era aplicando sus principios. Al tratar a mi segunda esposa de manera cristiana, amándola como me amo a mí mismo, he hallado verdadera felicidad en el matrimonio. Comparativamente, nuestro matrimonio de diez años ha estado sin problemas. Cuando otros me consultan en cuanto a problemas en el matrimonio, los dirijo a lo que la Biblia dice. Sé por experiencia personal que la aplicación de su consejo verdaderamente produce buenos resultados. Por otra parte, los que lo pasan por alto, a sabiendas o sin saberlo, experimentan mucha infelicidad y dolor de corazón.”

      Consejo práctico para las esposas

      La Biblia también tiene consejo excelente y práctico para las esposas. Tito 2:4, 5 les da el consejo de que “amen a sus esposos, amen a sus hijos, sean de juicio sano, castas, trabajadoras en casa, buenas, sujetándose a sus propios esposos.”

      Es verdad que hoy a muchas mujeres les ofende la idea de sujetarse a sus esposos. Por supuesto, en los casos en que el esposo no practica los principios bíblicos y trata de mala manera a su esposa, entonces la sujeción es muy desagradable.

      Pero la sujeción a un esposo que es siervo de Dios y que sí aplica los principios bíblicos no es una carga para la esposa. En vez de eso, encamina las cosas hacia armonía en la familia y buena organización. Y en los casos en que la esposa cumple su parte y muestra a su esposo amor así como lo que dice Efesios 5:33, “profundo respeto,” entonces descubre que por lo común atrae de él lo mejor. Él la trata de manera todavía mejor, porque Dios lo hizo para responder al amor y respeto de una esposa.

      Sin embargo, hasta cuando el esposo no es siervo de Dios, la sumisión de esposa puede resultar en cosas buenas, como aconsejó el apóstol Pedro cuando escribió: “Ustedes, esposas, estén en sujeción a sus propios esposos, a fin de que, si algunos no son obedientes a la palabra, sean ganados sin una palabra por la conducta de sus esposas, por haber sido testigos oculares de su conducta casta junto con profundo respeto.”—1 Ped. 3:1, 2.

      Pues bien, ¿estamos diciendo que la aplicación de los caminos de Dios producirá matrimonios perfectos en este tiempo? No, no ahora, puesto que todavía somos imperfectos. Pero producirá matrimonios que serán muchísimo mejores. Así, si uno fuera a tomar 100 matrimonios y aplicarles los caminos de Dios, muchos más de ellos serían de éxito que 100 matrimonios en los cuales ninguno de los dos cónyuges respetara los principios bíblicos.

      Entrenando a los hijos

      Una gran parte de los problemas familiares se relaciona con los hijos. Entre los jóvenes se ejercen grandes presiones para llevarlos a la inmoralidad, el beber con exceso, el uso de drogas y actitudes de rebelión para con los padres. Muchas escuelas se han convertido en ‘selvas.’ ¿Cuál es la mejor manera de contrarrestar estas malas influencias?

      La mejor manera es aprender lo que Jehová dice, y entonces hacer grandes esfuerzos por hacerlo. En Segunda a Timoteo 3:15 el apóstol Pablo le dijo a Timoteo: “Desde la infancia has conocido los santos escritos, que pueden hacerte sabio para la salvación.”

      Por supuesto, cualquier tiempo es buen tiempo para comenzar a enseñar a los jóvenes lo que Dios dice en su Palabra. Pero esto es especialmente eficaz cuando se comienza en la infancia. Como declara Proverbios 22:6: “Entrena al muchacho conforme al camino para él; aun cuando se haga viejo no se desviará de él.”

      Los padres que son siervos de Dios conocen el valor de la educación bíblica. Por eso desde la infancia de sus hijos los llevan a las reuniones cristianas, como las asambleas de circuito y distrito y las de los Salones del Reino. Así año tras año se expone a estos jovencitos a un saludable ambiente espiritual. Gradualmente aprenden acerca de Dios, y oyen las expresiones edificantes de cristianos maduros. También aprenden la disciplina de comunidad.

      Sin embargo, estos padres comprenden que el hogar es el lugar clave para la instrucción de los hijos. Por eso, desde muy temprano empiezan a leer junto con los hijos la Biblia y publicaciones que dan prominencia a los principios piadosos. Los niños no solo aprenden los caminos de Dios desde edad muy tierna, sino que también aprenden a leer, aun antes de empezar a ir a la escuela. Y con frecuencia la aptitud en la lectura es la clave al aprendizaje de muchas otras cosas.

      Un grupo de educadores dijo: ‘La mejor manera de preparar al niño de muy tierna edad para la lectura es leerle en voz alta relatos que le agraden... vez tras vez. La página impresa, la seguridad, la voz tranquilizadora, la fascinación del relato... todo se combina en la mente del niño para identificar con los libros algo que contiene gran placer.’

      Otro informe declara lo siguiente: ‘Los padres que dan instrucción individual como de maestros privados a sus hijos desempeñan un papel en la producción de niños de inteligencia superior a la normal. La mayoría de estos niños que efectúan mejor trabajo que los demás son criados por padres que efectúan esta situación de enseñanza privada de una persona a otra durante los años que preceden a la entrada del niño en la escuela.’

      Esta clase de educación en las leyes y principios de Dios realmente produce resultados deseables. Usted puede ver la prueba en las reuniones que se celebran en los Salones del Reino y en otras asambleas de los testigos de Jehová, por el gran número de niños, adolescentes y jóvenes adultos que están aprendiendo a ser siervos de Dios.

      Otras personas reconocen que esto da buenos resultados también. Un psicólogo que trataba con jóvenes quedó muy perturbado ante la ineptitud de su agencia al tratar con los problemas de la juventud. Todos sus métodos fracasaban. Pero entonces se encargó de un caso que realmente lo puso a pensar. El caso era el de una familia de tres hijos, todos los cuales estaban en dificultades con la ley. Él opinaba que aquel caso no tenía remedio. Pero por muchos meses él no trató el caso, y después de esto volvió a investigar a la familia. Sin embargo, ahora notó un cambio sorprendente. El hogar que había estado sucio y en desorden estaba nítido y limpio. Los niños se vestían presentablemente, y se sentían mucho más tranquilos y seguros. ¿Qué había producido el sorprendente cambio? El psicólogo relata que se debió a que la madre había estado estudiando la Biblia, había comenzado a instruir a sus hijos en ella, y había estado llevándolos a las reuniones del Salón del Reino. Entonces ella aplicó a su vida familiar cotidiana los principios bíblicos que estaba aprendiendo. El psicólogo quedó tan impresionado que él mismo empezó a estudiar con los testigos de Jehová.

      Sin embargo, ¿garantiza ese entrenamiento de los niños que todo niño resultará ser un siervo de Dios de altos principios cuando crezca? No, porque, de nuevo, tenemos que recordar que todos somos imperfectos, y que se ejercen tremendas presiones contra los niños hoy. Pero, como sucede con los matrimonios, si uno fuera a tomar 100 niños y entrenarlos y educarlos de esta manera, un número mucho mayor de ellos resultarían ser adultos respetables y temerosos de Dios que en el caso de 100 niños que no fueran educados de esta manera.

      Sí, los caminos de Dios realmente dan por resultado un mejoramiento en la vida de familia. Ayudan de modo práctico en el matrimonio y en la educación y entrenamiento de los hijos. Pero hay otros problemas que también deseamos ver resueltos.

  • Ayudando a resolver otros problemas
    ¡Despertad! 1977 | 22 de abril
    • Ayudando a resolver otros problemas

      TODOS podemos utilizar la guía práctica que proviene de Dios para tratar con problemas serios que ocurren en varias otras esferas de la vida. Por ejemplo, uno de estos problemas tiene que ver con el abatimiento mental.

      El abatimiento mental es un problema serio hoy y uno que va agravándose. Son muchísimas las personas que se sienten profundamente abatidas debido a sus propios problemas, y también debido a lo que ven que sucede en su vecindario y en el mundo en general. Miran al futuro con temor.

      Edificando una esperanza con optimismo

      Pero los siervos de Dios saben que todas estas cosas malas son parte de los “últimos días,” y que pronto desaparecerán cuando Dios ponga fin a este inicuo sistema de cosas e introduzca su justo nuevo orden.

      Ese conocimiento ciertamente edifica esperanza. Nos hace mirar al porvenir con optimismo y confianza. Contribuye a calmar nuestro espíritu y mejorar nuestra actitud, porque no estamos constantemente perturbados por todas las terribles cosas que suceden en el mundo. Como dice Proverbios 14:30: “Un corazón calmado es la vida del organismo de carne.” Y Proverbios 17:22 añade: “Un corazón que está gozoso hace bien como sanador, pero un espíritu que está herido seca los huesos.”

      Un ejemplo de la manera en que el conocimiento exacto del propósito de Dios vence ese abatimiento es el caso de un individuo de edad avanzada cuya esposa murió precisamente antes del aniversario de bodas número 50 de ellos. Él escribió: “Esto me puso muy triste, y mi iglesia no me suministró ninguna satisfacción. Me sentía tan acongojado que finalmente decidí suicidarme para unirme a mi esposa. Pensé en recoger unas hierbas venenosas que crecían en los alrededores, preparar un brebaje con ellas y bebérmelo. Cuando en efecto estaba empezando a hacer esto, dos jóvenes subieron por la senda para visitarme. Hablamos por una hora o más acerca de la Biblia y el propósito de Dios para la humanidad. No terminé de preparar mi brebaje aquella noche, puesto que los jóvenes prometieron visitarme la semana siguiente. Después de eso continuaron viniendo todas las semanas sin faltar.”

      Este hombre de edad avanzada aprendió acerca del nuevo orden de Dios. Aprendió acerca de la magnífica esperanza de la resurrección para su esposa. También aprendió quién y qué era responsable de la enfermedad, el dolor y la muerte, y que ninguna de estas cosas existirán en el nuevo orden de Dios. Desde entonces, este hombre ha llegado a ser un siervo dedicado de Dios, y habla a otros acerca de las buenas nuevas del nuevo orden.

      Ayuda a resolver problemas económicos

      ¿Puede ayudarnos a resolver nuestros problemas económicos el servir a Dios? Sí, de varias maneras. El que sirve sinceramente a Dios tiene la seguridad de que Él lo apoya. Jesús dijo: “Sigan, pues, buscando primero el reino y Su justicia, y todas estas otras cosas [es decir, las necesidades materiales] les serán añadidas.”—Mat. 6:32, 33.

      También, la Biblia nos ayuda a ver cuáles son en realidad las cosas importantes de la vida, para que evitemos el lazo del materialismo. Esto nos ahorra una tremenda cantidad de dinero cuando no lo malgastamos en cosas no esenciales que no podemos darnos el lujo de tener. Evitamos quedar atrapados como tantas personas que ‘gastan dinero que no tienen, en comprar cosas que no necesitan, para impresionar a personas a quienes ni siquiera conocen, o que no les agradan.’

      Además, por evitar diferentes malos hábitos, como el de beber en exceso, y también por no fumar, la persona protege su salud y ahorra dinero que puede gastar en necesidades. Puesto que el fumar es responsable de aproximadamente el 90 por ciento de las muertes por cáncer pulmonar, y otras enfermedades, piense en los muchos problemas que se pueden evitar por medio de vencer solo ese hábito inmundo, como un siervo de Dios sabe que tiene que hacer.

      Además, la Biblia nos enseña a ser honrados, a ser industriosos, a dar un buen día de trabajo a nuestro patrono. A menudo esto resulta en que a los siervos de Dios se les tenga en gran estima como empleados. El dueño de un garaje le pidió a un Testigo que era su empleado que engañara a sus clientes para sacarles dinero. Pero el Testigo le dijo: “Si yo pudiera engañar a sus clientes, podría engañarlo a usted también. Pero a usted no le gustaría eso, ¿verdad?” Su patrono entendió el punto y consideró aún más valiosos los servicios de él después de eso.

      Pero, por supuesto, los problemas económicos persistirán mientras dure el sistema actual. Solo el nuevo orden bajo el reino celestial de Dios eliminará todas las injusticias económicas como los extremos de riqueza y pobreza, desempleo para millones, trabajo poco deseable, y hambre para centenares de millones de personas.

      En ese nuevo orden, como dice Salmo 72:16: “Llegará a haber abundancia de grano en la tierra; en la cima de las montañas habrá sobreabundancia.” El Dios que creó la Tierra y sus campos fructíferos sabe cómo establecer el sistema económico de la humanidad sobre una base apropiada para que toda persona sea verdaderamente próspera y halle contentamiento en Su nuevo orden.

  • Las mejores soluciones a nuestros problemas
    ¡Despertad! 1977 | 22 de abril
    • Las mejores soluciones a nuestros problemas

      TAMBIÉN hay muchas otras esferas de la vida en las cuales el ser siervo de Dios nos ayuda a tratar con los problemas. Nos ayuda a aprender a llevarnos de la mejor manera con toda clase de personas, a tratar con las diferencias de personalidad, a mejorar nuestra relación con la familia, los amigos, los vecinos, y a enfrentarnos debidamente a los errores... los nuestros y los de otras personas también. Pero los pocos ejemplos que ya hemos considerado ilustran que el servir a Dios es la manera más práctica de mantener manejables nuestros problemas. Y los problemas que no podemos controlar, Dios mismo los resolverá para nosotros al debido tiempo.

      Esta ayuda doble que los siervos de Dios obtienen (es decir, el mejor consejo para tratar con nuestros problemas hoy, y la magnífica esperanza de que todos los problemas sean completamente resueltos en Su nuevo orden) da a sus siervos una paz mental y un gozo que no se encuentran en la vida de los que no sirven a Dios. Este contraste se describe de modo interesante para nosotros en el capítulo 65 de Isaías 65, versículos 13 y 14. Dice:

      “Por lo tanto esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: ‘¡Miren! Mis propios siervos comerán, pero ustedes mismos padecerán hambre. ¡Miren! Mis propios siervos beberán, pero ustedes mismos padecerán sed. ¡Miren! Mis propios siervos se regocijarán, pero ustedes mismos sufrirán vergüenza. ¡Miren! Mis propios siervos clamarán gozosamente a causa de la buena condición de corazón, pero ustedes mismos clamarán a causa del dolor de corazón y aullarán a causa de puro quebranto de espíritu.’”

      Sí, ciertamente es sensato el servir a Dios, porque como dice Primera a Timoteo 4:8, encierra ‘promesa, no solo de una vida mejor ahora, sino de una vida mucho mejor que ha de venir’ en el nuevo orden de Dios.

      ¡Y qué maravillosa vida será la que habrá en el nuevo orden! ¡Piense en vivir en una Tierra hermosa, libre de contaminación, delito, guerra, pobreza, enfermedad y hasta de la muerte!

      Imagínese la emoción, en cada día de la vida, de disfrutar de las muchas cosas que Dios ha creado para su pueblo... las majestuosas montañas, los refrescantes bosques, los jardines abundantes en flores, la fascinadora vida animal, los ríos y lagos de agua cristalina y chispeante, los deliciosos alimentos, así como el gozo de tener familias y amigos amorosos. Esas cosas compondrán el modo de vivir permanente para el cual Dios ahora está preparando a sus siervos.

      En realidad, considerándolo todo, no puede haber duda de que el servir a Dios puede ayudarle a resolver sus problemas. La cuestión que permanece es la de si usted desea servirle o no. Debería querer hacerlo, puesto que Jehová es un Dios bondadoso, generoso y amoroso que da a su pueblo muchísimos beneficios. Además, él no coloca sobre uno cargas tan pesadas que uno no las pueda llevar. Por eso el servirle es un placer.

      Ciertamente el invertir tiempo y energía en aprender a servir a Dios es como invertir una cantidad mínima de dinero y obtener centenares de millones de veces esa cantidad a cambio. ¿Por qué? Porque Jehová lo apoyará a usted y ciertamente bendecirá sus esfuerzos por servirle. Le ayudará a resolver sus problemas ahora, y le permitirá vivir para siempre en su nuevo orden libre de problemas, donde, según promete Salmo 145:16, Jehová ‘abrirá su mano y satisfará el deseo de toda cosa viviente.’

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