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Para ser feliz, vigile con quién se asociaLa Atalaya 1979 | 1 de marzo
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Salmos
Para ser feliz, vigile con quién se asocia
LOS compañeros de uno, por su influencia, pueden hacer que a uno le vaya bien o le vaya mal. Suele oírse admitir a ciertas personas que se debió a sus amigos el que ellas comenzaran a usar drogas y tabaco o se vieran envueltas en un modo de vivir inmoral. Otras personas, al haber hecho un esfuerzo resuelto por romper con las asociaciones insalubres y, en lugar de ellas, haber buscado la compañía de personas de principios, han logrado vencer hábitos dañinos.
Por eso, si usted desea verdadera felicidad y seguridad, ciertamente tiene que evitar el asociarse con personas que no aman lo que es correcto. La Biblia señala esto vigorosamente. En el libro de Salmos, por ejemplo, leemos: “Feliz es el hombre que no ha andado en el consejo de los inicuos, y en el camino de los pecadores no se ha parado, y en el asiento de los burladores no se ha sentado.”—Sal. 1:1.
Es absolutamente seguro que los que pasan por alto los caminos de Dios no pueden obtener la felicidad. Como Padre amoroso, el Altísimo ha dado solamente las leyes que promueven el bienestar de sus criaturas inteligentes. Por eso, la persona feliz es la que rehúsa adoptar el “consejo” de los impíos como guía para la vida. Puesto que esta persona rechaza firmemente la manera de pensar de éstos, ciertamente no va a estar ‘parada en el camino de los pecadores.’ Eso significa que no se le va a hallar donde ellos están; no desea la compañía de ellos. Por lo tanto, no baja al nivel de estar en el círculo de ellos, sentándose con ellos y burlándose de lo piadoso.
Por supuesto, el justo no va a hallar la felicidad en una vida de solamente no hacer ciertas cosas. No, él se deleita verdaderamente en las cosas edificantes, y llena su mente y corazón de lo que es saludable. El primer salmo continúa: “Su deleite está en la ley de Jehová, y en su ley lee en tono bajo día y noche.” (Sal. 1:2) El verdadero placer del justo se deriva de que realiza un deseo genuino de conocer la ley de Jehová y de que la aplica. (Compare con Santiago 1:25.) No pasa un día sin que él considere asuntos espirituales.
Como todos los demás seres humanos, los justos experimentan pruebas, pero pueden aguantarlas con buen éxito tal como un árbol saludable resiste vientos comparativamente fuertes. Apropiadamente, el salmista comparó al hombre piadoso con un árbol fuerte que se hallara en un lugar bien regado por agua, cuando dijo: “Ciertamente llegará a ser como un árbol plantado al lado de corrientes de agua, que da su propio fruto en su estación y cuyo follaje no se marchita, y todo lo que hace tendrá buen éxito.” (Sal. 1:3) El árbol plantado al lado de una fuente de agua que no falla no se seca durante un tiempo de sequía ni bajo el calor del verano, sino que lleva fruto. De manera semejante, la fortaleza de las personas justas viene de una fuente que no falla, a saber, de Jehová Dios. Con la ayuda del espíritu de Dios, ellas pueden soportar la presión de las pruebas y dificultades. Al fin, triunfan en todo, porque su objeto principal es permanecer en condición de siervos aprobados del Todopoderoso. El calor de la oposición no las aparta de su resolución. Salen victoriosas como personas que tienen la aprobación de Jehová Dios.
¡Qué diferente es lo que les sucede a los inicuos! Estos por algún tiempo pudieran presentar la apariencia de prosperar, pero no tienen seguridad permanente. El salmista continúa: “Los inicuos no son así, sino que son como el tamo que el viento ahuyenta. Es por eso que los inicuos no se pondrán de pie en el juicio, ni los pecadores en la asamblea de los justos. Porque Jehová va conociendo el camino de los justos, pero el mismísimo camino de los inicuos perecerá.”—Sal. 1:4-6.
Por consiguiente, los inicuos no tienen más seguridad de la que tiene el tamo durante el proceso de aventamiento. El viento se lleva el tamo mientras los granos más pesados caen al suelo. De manera similar, los justos permanecen, pero a los inicuos se les hace volar como tamo que no sirve para nada. Cuando se les someta a juicio, los inicuos de ninguna manera recibirán aprobación, sino que serán condenados. No tendrán lugar entre los justos. Los pecadores notorios no tendrán éxito en ninguna pretensión de estar en la asamblea de los justos.
La razón por la cual los inicuos no estarán de pie en estado de aprobación delante de Jehová Dios y no se les contará entre las personas rectas es que el Todopoderoso conoce el “camino de los justos.” Sí, él reconoce el curso de vida de éstos como un derrotero aprobado y los recompensa en armonía con ello. Por lo tanto, el camino de los justos permanece para siempre, pero el de los inicuos perece. Puesto que los inicuos perecen, su camino o curso de vida termina con ellos.
En verdad el primer salmo nos estimula y alienta a deleitarnos en la ley de Dios mientras evitamos la intimidad con los que en realidad no aman al Altísimo. Este curso o derrotero resultará en que seamos felices, no solo por unos cuantos años, sino para siempre como siervos leales de Jehová Dios.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1979 | 1 de marzo
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Preguntas de los lectores
● ¿Es verdad que por razones religiosas los testigos de Jehová no deben hacerse miembros de la YMCA (Asociación de Jóvenes Cristianos)?
Sí, así es. Por mucho tiempo hemos reconocido que la YMCA, aunque no es una iglesia propiamente dicha, definitivamente se alinea con las organizaciones religiosas de la cristiandad en esfuerzos encaminados a promover la unión de fes.
En septiembre de 1885 la revista Watch Tower (hoy en español La Atalaya) tomó esta posición:
“¡Ay de la educación bíblica que se practica en las Asociaciones Y.M.C.! Están bajo el control completo de los sectarios, quienes las mantienen. Aunque afirman que no son sectarias, y afirman que no están controladas por ningún credo, sino por la Biblia, están más atadas a los credos que otras, porque están atadas a todos los credos populares.”—Pág. 6.
Posteriormente se mencionaron el propósito religioso implícito y los esfuerzos hacia la unión de fes de la YMCA en el número de octubre de 1964 de la edición estadounidense del Ministerio del Reino, usado por los testigos de Jehová en una de sus reuniones.
Para muchas personas la “Y” es simplemente una organización social que ofrece varios servicios, como los de una piscina, mecanismos para entrenamiento atlético y un lugar donde pueden reunirse clubes. Aunque algunas de estas provisiones sean loables, es importante tener presente que la YMCA fue fundada sobre una base distintamente religiosa. Esto se expresó en una Alianza Mundial en París en 1855. La parte principal de esa declaración oficial (llamada la Base de París) dice:
“Las Asociaciones de Jóvenes Cristianos procuran unir a estos jóvenes, quienes, considerando a Jesucristo su Dios y Salvador, según las Santas Escrituras, desean ser Sus discípulos en su fe y en su vida, y asociar sus esfuerzos para la extensión de Su Reino entre los jóvenes.” (Cursivas añadidas)
Aunque puede ser que en algunos países las iglesias no sean la principal fuente de ingresos para la YMCA, y aunque personas de toda raza, nacionalidad y religión puedan ser miembros, no se pueden pasar por alto los fines religiosos fundamentales de la “Y.”
‘Pero,’ quizás se pregunten algunos sinceramente, ‘¿es la religión o unión de fes realmente un aspecto de la YMCA?’ La respuesta tiene que ser: “Sí.” Aunque en algunos ramales de la YMCA se reste énfasis a los rasgos religiosos, todavía se espera que todas las Asociaciones YMC locales cumplan con la Base de París. Además, note los comentarios de Christian and Open, una publicación de la YMCA con fecha de 1975:
Anza A. Lema, asociado con el comité ejecutivo de la Alianza Mundial de las Asociaciones YMC, escribió:
“Desde su misma fundación, siempre ha acudido a la Biblia por inspiración y guía. Su papel en el mundo ha tendido a complementar de muchas maneras el de la iglesia sin que alegue que sea una congregación ella misma. . . .
“Pero es más que solo un instrumento por medio del cual los cristianos ponen en práctica sus
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