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  • ¿Tienen los psiquíatras la solución?
    ¡Despertad! 1975 | 22 de julio
    • ¿Pueden ellos ayudar a las personas a responder las preguntas básicas que ellas se hacen? Preguntas como: “¿Por qué estoy aquí?” “¿Cuál es el significado de la vida?” “¿Qué me depara el destino?”

      La verdad es que ningún hombre, sino solamente el Creador de la humanidad, el Dios Todopoderoso, puede suministrar respuestas sólidas y satisfactorias a estas preguntas. Y Él lo ha hecho así en su Palabra la Biblia para nuestra esperanza y consuelo. Pero, ¿qué piensan en general los psiquíatras acerca de Dios?

      Un estudio realizado en 1970 lo indica. De los psiquíatras entrevistados, el 55 por ciento dijo que ellos consideraban que la creencia en Dios era “infantil,” e “incongruente con la realidad.”

      ¡Qué conclusión tan irrazonable e ilógica! Porque piense: ¿De qué otro modo podemos explicar el origen de la vida si dejamos fuera del cuadro la existencia de un Dios supremo? O, ¿qué hay del amor?... ¿de dónde proviene esta maravillosa cualidad que es tan vital para la salud mental? Solamente la explicación bíblica es tanto razonable como lógica. Y ésta explica que un Creador supremo y amoroso es responsable. (Sal. 36:9; 1 Juan 4:8-11) Prominentes hombres de ciencia, que no eran en absoluto “infantiles,” han expresado creencia en ese Dios.

      Science Digest dice de uno de éstos: “La mayoría de los historiadores de la ciencia declararían enseguida que Isaac Newton fue la mente científica más grande que el mundo jamás ha visto.” Y en su obra maestra Principia, dijo Newton: “De su dominio verdadero se concluye que el Dios verdadero es un Ser vivo, inteligente y poderoso; y, de sus otras perfecciones, que es supremo, o perfectísimo. Es eterno e infinito, omnipotente y omnisciente.”

      El fracaso básico de los psiquíatras mundanos es que por lo general no se dirigen a este Dios verdadero en busca de guía y sabiduría para el tratamiento de los perturbados emocional y mentalmente. ¡Y sin duda una de las consecuencias de su actitud es que ellos mismos tienen la más alta proporción de suicidios entre todas las especialidades médicas! Con respecto a esto, uno de ellos dice: ‘Hasta que los psiquiatras tengan la más baja proporción, todas sus enseñanzas están bajo sospecha.’—Journal of the American Medical Association.

      Otros efectos del fracaso básico

      Al no reconocer la sana instrucción de la Palabra de Dios, los psiquíatras raras veces aplican el amor de un modo equilibrado. Por ejemplo, en un caso un padre que no podía apartar de las drogas a su hijo adolescente lo envió a un psiquíatra. ¿Con qué resultados? El padre acabó 2.000 dólares más pobre y el hijo no había cambiado en lo más mínimo.

      El padre quería ayudar a su hijo. Sin embargo, ni él ni el psiquíatra apreciaban la enseñanza de la Palabra de Dios, a saber, que la disciplina firme, aunque bondadosa, es una parte vital del ejercicio del amor. (Heb. 12:6-9; Pro. 23:13, 14) Al fin, el padre, prestando atención al consejo sano, le ordenó al hijo que se marchara del hogar hasta que estuviera dispuesto a ir a un centro de rehabilitación para aficionados a las drogas. Después el hijo le dijo a su padre: “Sabes, cuando tú y mamá me echaron, fue cuando supe que ustedes realmente querían ayudarme.” El hijo está curado ahora.

      El que los psiquíatras no aprecien a Dios ni a sus enseñanzas sobre moralidad ha resultado en que se haga gran daño. Como ejemplo, el Press de Long Island llevaba el título en primera plana: “Círculo de sodomía desbaratado. Grupo acusado de abusos sexuales con jovencitos.” El artículo decía: “Cuatro hombres... incluso un psiquíatra de niños internacionalmente conocido . . . fueron acusados de sodomía, abusos sexuales y cargos de conspiración que implicaban a adolescentes.”

      Si bien este puede ser un caso aislado, los incidentes de psiquíatras hombres que tienen relaciones sexuales con pacientes mujeres no lo son. De este modo una mujer cristiana fue a un psiquíatra en busca de ayuda a causa de su frustración en las relaciones maritales con su esposo. El psiquíatra le dijo que tenía tres caminos: Que tratara de que su marido viera a un psiquíatra; que se divorciara; o que tuviera un amorío extraconyugal con un “amigo,” y él se ofreció para servir de “amigo.”

      También estaba el psiquíatra al que se le entabló juicio porque, como se informó en el Daily News de Nueva York, “Prescribía relaciones sexuales con él mismo como terapia y luego cobraba por los ‘tratamientos.’” Otro psiquíatra fue demandado por un total de 1.250.000 dólares por daños, ante el Tribunal Supremo del Estado de Nueva York debido a que obligó a su paciente a tener relaciones sexuales con él bajo el disfraz de tratamiento psiquiátrico. De hecho, un psiquíatra escribió un libro en el que recomendaba que los psiquíatras fueran “sexualmente disponibles al paciente, pero que no ‘insistieran.’” Llamó al libro The Love Treatment (El tratamiento del amor).

      Dos expertos en medicina clínica que administran la principal clínica sexual norteamericana dijeron que una gran proporción de ochocientas pacientes que ellos trataron admitieron haber tenido relaciones sexuales con sus psiquíatras o consejeros. Si bien algunos de estos informes pueden ser meras fantasías, expresión de deseos o jactancias, uno de los médicos declaró: “Si tan solo el 25% de estos informes específicos son correctos, los profesionales en este campo todavía se enfrentan a una cuestión abrumadora.”

      Claramente, hay razones para ejercer cuidado con respecto a los psiquíatras mundanos. Porque, si bien uno quizás reciba ayuda, hay también una verdadera posibilidad de que se le estimule a seguir un derrotero de conducta contrario a los principios justos de Dios. Pero aun si esto no sucediera, el que los psiquíatras por lo general no sepan cómo aplicar apropiadamente la mejor medicina para las enfermedades mentales —la divina cualidad del amor— probablemente hace ineficaz su tratamiento.

      ¿Significa esto que no hay ninguna parte en que la gente pueda recibir psicoterapia confiable en el sentido de recibir ayuda para examinar sus problemas y resolverlos? Felizmente esa ayuda está disponible, y por medio de ella muchas personas han obtenido salud mental en este mundo turbulento.

  • La mejor manera de restaurar la salud mental
    ¡Despertad! 1975 | 22 de julio
    • La mejor manera de restaurar la salud mental

      CUANDO ataca la enfermedad mental es causa de gran tristeza para los afectados. Sin embargo la familia no tiene por qué avergonzarse cuando esto sucede. En muchos casos la enfermedad mental puede venir igual que algunas enfermedades físicas, como un resfriado o una afección cardíaca. Y aun cuando las causas físicas no son un factor principal, todavía hay razones para tener esperanzas y adoptar una actitud positiva. El asunto es: ¿Qué es lo mejor que se puede hacer?

      A menudo lo mejor es una combinación de tratamientos. Lo más importante, sin embargo, es que el afectado debe recibir ayuda de parte de miembros comprensivos de la familia o amigos que puedan impartir verdaderas esperanzas y estímulo. Estos pueden sentirse reconfortados por el hecho de que, lo mismo que en otras enfermedades,

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