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Preparando un bosquejoGuía para la Escuela del Ministerio Teocrático
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descriptivo realza mucho el discurso. Otros discursos pudieran bosquejarse interesantemente teniendo como base para ello argumentación a favor y en contra en cuanto a alguna cuestión de interés activo de la actualidad.
16 Tomando en cuenta el elemento del tiempo, no atiborre su bosquejo con demasiado material. El buen material pierde valor si no se le ha dado suficiente tiempo a su elaboración o desarrollo. Además, uno no tiene que decir todo lo que sabe sobre cierto asunto en una sola ocasión. Quizás se puedan tratar en otra ocasión otros rasgos del mismo asunto. Asigne porciones de tiempo apropiadas a cada punto principal de su discurso y entonces ajuste razonablemente la cantidad del material para que encaje con ese tiempo. Lo que cuenta no es la cantidad del material, sino más bien su calidad.
17-20. ¿Por qué son importantes las conclusiones, y de qué maneras pudieran elaborarse?
17 La conclusión. La porción de cierre de cualquier discurso merece considerable atención en lo que se refiere a preparación. Tiene el propósito de juntar todos los puntos del argumento que se presentan en el cuerpo del discurso y enfocarlos de tal manera que convenzan a los que oyen y les dé motivo para acción en armonía con esa convicción. Al mismo tiempo debe ser corta y muy al grano.
18 Hay varias formas entre las cuales usted puede escoger según el tema a que haya dado desarrollo. Puede hacer un resumen de los puntos principales del discurso en orden lógico, llevando sin lugar a equivocación a la conclusión que necesariamente se desprendería de los hechos. O podría usar una conclusión de aplicación, mostrando al que le escucha cómo le aplica la información, y lo que él puede hacer como resultado de la información que se ha presentado. En el caso de algunos discursos, y particularmente sermones que se presentan en el ministerio de casa en casa, lo mejor es tener una conclusión que imparta motivo para acción. Debe estimular al amo de casa, por ejemplo, a aceptar literatura o a convenir en hacer arreglos para tener un estudio bíblico en su hogar.
19 La conclusión también puede ser de clímax, una que vaya ascendiendo gradualmente hasta el punto clave que hay que dejar en la mente del que escucha. Para terminar el discurso eficazmente, también es apropiado enlazar la conclusión con algo que se haya mencionado en la introducción. Se pudiera hacer referencia a alguna ilustración o cita hecha al principio. La urgencia de adoptar una decisión y seguirla es algo que frecuentemente se considera en la conclusión. Un ejemplo excelente son las palabras de Josué que finalizan su discurso de despedida poco antes de su muerte.—Jos. 24:14, 15.
20 Se puede ver, pues, que un discurso con un buen bosquejo debe suministrar una introducción que despierte la atención. Debe incluir el desarrollo lógico de puntos claves cuidadosamente seleccionados que apoyen el tema. Y debe tener una conclusión que dé a los que escuchan motivo para actuar en armonía con el consejo bíblico ofrecido. Para todos estos elementos hay que hacer preparación cuando se está preparando el bosquejo. El bosquejar con habilidad su discurso puede ahorrarle tiempo, y contribuye mucho a un discurso que sea significativo y que grabe duraderamente instrucción valiosa en la mente de los oyentes.
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Desarrollando el arte de enseñarGuía para la Escuela del Ministerio Teocrático
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Estudio 10
Desarrollando el arte de enseñar
1-3. ¿Qué está envuelto en enseñar, y qué oportunidades de enseñar tenemos?
1 Como verdaderos cristianos acudimos a Jehová Dios y Jesucristo como nuestros Grandes Maestros. Junto con el salmista oramos a Jehová con estas palabras: “Enséñame a hacer tu voluntad.” (Sal. 143:10) También pensamos como aquellos discípulos de Jesús del primer siglo que lo llamaban “Maestro.” ¡Y qué maestro es Jesús! Después que pronunció su Sermón del Monte, “las muchedumbres quedaron atónitas por su modo de enseñar; porque les enseñaba como persona que tiene autoridad.” (Mat. 7:28, 29) Estos son los Mayores Maestros, y queremos imitarlos.
2 El enseñar es una habilidad que tiene que desarrollarse. Envuelve explicar los qués, cómos, por qués, dóndes y cuándos de un asunto. Para todo cristiano es una necesidad mejorar su habilidad en cuanto a enseñar, especialmente en vista de estas instrucciones de Jesús a sus seguidores: “Hagan discípulos de gente de todas las naciones, . . . enseñándoles.” (Mat. 28:19, 20) El hecho de que éste es un trabajo que exige pericia se
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