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Enfrentándose a la hipoglucemia¡Despertad! 1979 | 8 de enero
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sano y atención médica, desempeñan su papel en evitar la hipoglucemia o en habérnoslas con ella.
Sin embargo, es preciso tener presente que no hay nada en este sistema de cosas que pueda eliminar permanentemente la enfermedad o su causa. Por eso, la sabiduría práctica dicta que uno no debe hacerse fanático en asuntos de la salud, ni pensar que se puede hallar un “curalotodo” para las enfermedades.
Ciertamente debemos hacer cuanto podamos para evitar la enfermedad, y, si nos sobreviene, debemos enfrentarnos a ella de la mejor manera posible. Pero solo las provisiones de Dios en su nuevo orden eliminarán por completo la imperfección humana con la enfermedad y muerte que la acompañan. Los que sinceramente deseamos salud perfecta y larga vida debemos esforzarnos principalmente por aprender más acerca de ese nuevo orden y lo que Dios requiere de nosotros para vivir en él.—Rev. 21:5.
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Unidad internacional mediante la fe... Montreal 1978¡Despertad! 1979 | 8 de enero
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Unidad internacional mediante la fe... Montreal 1978
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en el Canadá
CORRÍA el año de 1960. ¿Y la fecha? El 1 de septiembre. Estaba por acontecer un suceso que haría época en Montreal, Canadá. En su suburbio de Verdun estaba a punto de comenzar una asamblea de distrito de los testigos de Jehová completa en francés, la primera para la provincia de Quebec.
¿Qué había de extraordinario acerca de que los Testigos tuvieran una asamblea de distrito completa en francés en Quebec? Bueno, durante los años que precedieron a 1960 —especialmente desde 1945 hasta los años cincuenta— hubo mucha oposición oficial a sus actividades cristianas. El primer ministro Maurice Duplessis, un opositor manifiesto había declarado “guerra sin misericordia en contra de los testigos de Jehová.” ¡Y ciertamente fue una guerra! Las batallas se lucharon principalmente en las cortes del país.
Una mirada a la historia
Por más de 30 años, los testigos de Jehová de Quebec habían luchado por tener la libertad para predicar las buenas nuevas del reino de Dios. Al principio, eran pocos. Por ejemplo, en 1945, cuando la persecución estaba a su punto máximo, solo había unos 300 Testigos en toda la provincia de Quebec. La mayoría de ellos estaban concentrados en Montreal que en ese entonces era la ciudad más grande del Canadá. Estos Testigos solo constituían el cuatro por ciento de los testigos de Jehová que había en todo el Canadá, y la mayoría era de habla inglesa, aunque en Quebec predomina la gente de habla francesa. La oposición era tremenda para solo 300 personas. A muchos de estos Testigos los arrestaron más de una
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