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  • Vengando la sangre de los inocentes
    La Atalaya 1973 | 1 de octubre
    • el hombre fue un alma; no tuvo un alma. (Gén. 2:7) Pero después del Diluvio, Jehová efectuó un cambio en su trato con la humanidad tocante a derramar sangre. Jehová le dio al hombre la responsabilidad sagrada de obrar inmediatamente como ejecutor de Jehová contra los asesinos voluntariosos. Se declaró este mandamiento en conexión con una autorización para comer la carne de los animales, pero Jehová le advirtió a Noé específicamente tocante a la santidad de la sangre y la vida llevada en la sangre. “Todo animal moviente que está vivo puede servirles a ustedes de alimento. Como en el caso de la vegetación verde, de veras se lo doy todo a ustedes. Solo carne con su alma —su sangre— no deben comer. Y, además de eso, la sangre de sus almas, la de ustedes, la reclamaré. De la mano de toda criatura viviente la reclamaré; y de la mano del hombre, de la mano de cada uno que es su hermano, reclamaré el alma del hombre. Cualquiera que derrame la sangre del hombre, por el hombre será derramada su propia sangre, porque a la imagen de Dios hizo él al hombre.” (Gén. 9:3-6) Ahora se le impuso la pena capital a la humanidad como requisito divino, y a medida que transcurría el tiempo llegó a ser enfáticamente evidente que el no cumplir con este requisito volvería a acarrear seria culpabilidad de derramamiento homicida de sangre.

      NO HABÍA RESCATE PARA EL CULPABLE DE DERRAMAMIENTO HOMICIDA DE SANGRE

      6. Según la ley de Moisés, ¿de qué única manera podía mantenerse la tierra incontaminada de derramamiento de sangre, y cuán trascendental fue esta provisión?

      6 Siglos más tarde, Jehová Dios enfatizó de nuevo la alta estimación en que él tiene la vida de un “alma” al prescribir castigo por la violación de la ley de Israel mediada por Moisés. Jehová dijo: “Y tu ojo no debe sentirse apenado: alma será por alma, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.” (Deu. 19:21) Jehová advirtió nuevamente a su pueblo mientras se preparaban para entrar en la Tierra Prometida: “Y no deben corromper la tierra en que están; porque es la sangre lo que corrompe la tierra, y por la tierra no puede haber expiación respecto de la sangre que se ha vertido en ella salvo por la sangre del que la haya vertido.” (Núm. 35:33) Tan trascendental fue la provisión de Jehová para mantener la tierra libre de contaminación debido a la culpabilidad de derramamiento homicida de sangre de sus habitantes que hasta dio disposiciones para casos en los que no se conocía al asesino. No debía permitirse que la pérdida de una vida inocente hiciera que el suelo continuara contaminado.—Deu. 21:1-9.

      7. (a) ¿Quién estaba autorizado en Israel para vengar al que fuera muerto violentamente, y cómo cumplía con su responsabilidad? (b) ¿Cómo difería la ley de Israel de prácticas posteriores, especialmente en tiempos medioevales?

      7 A la persona autorizada bajo la ley de Israel para vengar la sangre de una persona que había sido muerta se le llamaba el “vengador de la sangre” o goel y era el pariente varón más cercano de la persona muerta violentamente. (Núm. 35:19) Puesto que el pariente más cercano estaría envuelto personalmente con el que fue muerto violentamente, se comprende que tendría un vivo interés en cumplir con esta responsabilidad, hasta levantándose en el calor de la ira para vengar la vida de su pariente. Si se conocía al asesino, entonces la expiación por la sangre del muerto tenía que ser veloz y segura. “En caso de que haya un hombre que odie a su semejante, y lo haya asechado y se haya levantado contra él y haya herido su alma mortalmente y él haya muerto, y el hombre haya huido a una de [las ciudades de refugio], los hombres de más edad de su ciudad entonces tienen que enviar y tomarlo de allá, y tienen que entregarlo en manos del vengador de la sangre, y tiene que morir. Tu ojo no debe sentirse apenado por él, y tienes que eliminar de Israel la culpa de sangre inocente, para que te venga el bien.” (Deu. 19:11-13) No habría de hacerse ningún santuario para el asesino voluntarioso; tampoco podía pagarse un rescate por su alma. (Núm. 35:31) En muchos países en tiempos antiguos y medioevales, se suministraba refugio a toda persona, aunque fuera culpable de asesinato. Así las iglesias de la cristiandad llegaron a ser santuarios para los que deliberadamente habían violado la ley de Dios. Esto no se toleraba bajo la ley en el Israel de la antigüedad. Un ejemplo de que ni siquiera el altar sagrado de las ofrendas quemadas pudo suministrar santuario es el caso de Joab. Cuando rehusó soltarse de los cuernos del altar y salir, Salomón ordenó que fuera ejecutado allí en el patio de la tienda de Jehová por su participación en la rebelión de Adonías y por haber matado a Abner y Amasa.—1 Rey. 2:28-34.

      MISERICORDIA PARA EL HOMICIDA INVOLUNTARIO

      8. (a) ¿Por qué no habría culpabilidad de derramamiento homicida de sangre sobre el vengador de la sangre por quitarle la vida a un homicida? (b) ¿Habría culpabilidad de derramamiento homicida de sangre sobre el vengador de la sangre si le quitaba la vida a un homicida involuntario? ¿Cómo podría haberse contaminado la tierra en tal circunstancia?

      8 Si el vengador de la sangre alcanzara a tal homicida, entonces no resultaría culpabilidad de derramamiento homicida de sangre por ejecutar al asesino porque, de hecho, estaría haciendo expiación por la sangre inocente que de otra manera haría que la tierra fuera contaminada. (Núm. 35:33) Pero, ¿qué hay si la muerte había sido accidental y no había habido malicia ni intención? En tal caso el quitar la vida habría sido involuntario, sin haberse buscado el daño del individuo que había muerto violentamente. Si el vengador de la sangre alcanzara a este homicida involuntario y lo matara en el calor de la ira, entonces, puesto que el homicida era inocente de asesinato premeditado, su propio pariente más cercano posiblemente se levantara con indignación contra el ejecutor de su pariente y se quitaría otra vida inocente, porque el primer vengador de la sangre tenía el derecho legal de caer sobre el homicida involuntario. Esto fácilmente podría hacer surgir una venganza de sangre en la cual se perdería una vida inocente tras otra, y la tierra habría quedado bañada en sangre.

      9. ¿Qué medio de asilo se hizo para el homicida involuntario?

      9 Para impedir esta contaminación de la tierra, y como acto de misericordia, Jehová requirió que se colocaran ciudades como asilo en Israel donde el homicida involuntario pudiera hallar refugio del vengador de la sangre. “Y las ciudades tienen que servirles a ustedes como refugio del vengador de la sangre, para que no muera el homicida que esté en pie delante de la asamblea para juicio. Y las ciudades que darán, las seis ciudades de refugio, estarán a disposición de ustedes. Tres ciudades darán de este lado del Jordán y tres ciudades darán en la tierra de Canaán. Como ciudades de refugio servirán. Para los hijos de Israel y para el residente forastero y para el poblador en medio de ellos estas seis ciudades servirán de refugio, para que huya allá cualquiera que hiera a un alma mortalmente sin intención.” (Núm. 35:10-15; Deu. 19:1-3, 8-10) Estas ciudades tenían que estar cerca y ser fácilmente accesibles, como se declara en Deuteronomio 19:6: “De otro modo, puede que el vengador de la sangre, por tener enardecido el corazón, corra tras el homicida y en verdad lo alcance, dado que, es grande el camino; y puede que realmente hiera su alma mortalmente, cuando el caso es que no hay sentencia de muerte para él, porque no le tenía odio con anterioridad.” Además, aunque no se declara específicamente en la Biblia, la tradición judía nos informa que se hacían muy anchos y llanos los caminos a las ciudades de refugio, para que no hubiese impedimentos en el camino, y se mantenían constantemente bien reparados.

      SEGURIDAD SOLO EN LA CIUDAD DE REFUGIO

      10. ¿Cómo se determinaba si un hombre tenía derecho a asilo en la ciudad de refugio?

      10 Aunque cualquiera que mataba podía huir a la ciudad, solo se suministraba asilo hasta que el homicida pudiera comparecer para juicio ante los ancianos de su ciudad en la jurisdicción donde aconteció el asesinato. (Jos. 20:4-6) Y “la asamblea entonces tiene que juzgar entre el golpeador y el vengador de la sangre de acuerdo con estos juicios.” (Núm. 35:24) Si se le hallaba culpable de asesinato, el homicida tenía que ser entregado sin demora al vengador de la sangre para ser ejecutado. (Núm. 35:30) Si, por otra parte, se le hallaba inocente de malicia al homicida, puesto que no había odiado con anterioridad al hombre muerto violentamente, entonces “la asamblea tiene que librar al homicida de mano del vengador de la sangre, y la asamblea tiene que devolverlo a su ciudad de refugio a la cual había huido, y él tiene que morar en ella hasta la muerte del sumo sacerdote que fue ungido con el aceite santo.”—Núm. 35:25.

      11. ¿De qué única manera continuaría siendo la ciudad un lugar de refugio para el homicida, y qué grabaría esto en la mente de él?

      11 A fin de estar asegurado de refugio continuo, el homicida tenía que permanecer dentro de los límites de la ciudad, sus suburbios y sus dehesas, que se extendían por mil codos fuera de la ciudad. “Pero si el homicida sin falta sale del límite de su ciudad de refugio a la cual puede huir, y el vengador de la sangre de veras lo halla fuera del límite de su ciudad de refugio, y el vengador de la sangre realmente da muerte violenta al homicida, no lleva culpa de derramamiento homicida de sangre. Porque él debería morar en su ciudad de refugio hasta la muerte del sumo sacerdote, y después de la muerte del sumo sacerdote el homicida puede volver a la tierra de su posesión.” (Núm. 35:26-28) Esto significaría que, una vez que el homicida había entrado en la ciudad como habitante aceptado de la ciudad, habiendo demostrado su inocencia de muerte intencional sometiéndose a un juicio apropiado, entonces no podía salir de la ciudad ni siquiera temporalmente por ninguna razón sin arriesgar su vida. Esto grabaría en la mente del homicida la seriedad de lo que había hecho, aunque inocentemente, y continuamente grababa en él la misericordia de Jehová al permitirle este asilo. Se declaró además: “Y no deben tomar rescate por uno que haya huido a su ciudad de refugio, para volver a morar en la tierra antes de la muerte del sumo sacerdote.” (Núm. 35:32) De otra manera, convertiría en mofa la provisión que Jehová había hecho y sugeriría que la vida se podía comprar de parte de Jehová.

      12. ¿Era mantenido como preso el homicida en la ciudad? ¿Qué lo mantenía allí, y qué tenía que hacer durante el período de su residencia?

      12 El que era admitido a la ciudad de refugio no había de convertirse en una carga sobre los habitantes de la ciudad. Es razonable que mientras estuviera allí tuviera que contribuir al bienestar de la ciudad y trabajar por sus provisiones. Podía hacer esto trabajando en su propio oficio, si era adecuado a la vida de la ciudad. Si no, entonces hasta se podía requerir que aprendiera un nuevo oficio. Nada en la ley de Jehová permitía el mendigar o vivir de la caridad de otros sin contribuir algo en cambio, si físicamente podía hacerlo. Aun de la viuda y el huérfano que estuvieran sin tierra o medios de subsistencia, aunque se les proveía lo necesario liberalmente, todavía se esperaba que trabajaran por lo que recibían. (Deu. 24:17-22) Es interesante notar que, aunque a los homicidas no se les mantenía presos en la ciudad y estaban libres para irse si lo creían conveniente, no obstante la persuasión de Jehová para cumplir con su provisión de seguridad era de tal índole que solo los más temerarios tratarían de violarla.

      13. ¿Qué rasgos adicionales de la ley de Israel aclararon que el quitar la vida aun involuntariamente no habría de considerarse a la ligera?

      13 Además, la misericordia de Jehová al suministrar refugio para el homicida involuntario no era algo de lo cual abusar, ni daba lugar la ley a pedir misericordia en casos de negligencia inexcusable. Por ejemplo, cuando un hombre edificaba una casa nueva se requería que levantara un pretil para su techo; de otra manera, cualquiera que se cayera del techo le acarrearía culpabilidad de derramamiento homicida de sangre a la casa. (Deu. 22:8) Si un hombre poseía un toro que tenía el hábito de acornear, y el dueño había recibido advertencia, entonces si no mantenía su toro bajo guardia y éste mataba a alguien, el dueño del toro era culpable de derramamiento homicida de sangre y podía ser ejecutado. (Éxo. 21:28-32) Si un ladrón era atrapado forzando su entrada en la noche y era muerto en el forcejeo por aprehenderlo, no había culpabilidad de derramamiento homicida de sangre. Pero si esto sucedía durante el día cuando se le podía ver claramente, el que lo hería fatalmente era culpable de derramamiento homicida de sangre. (Éxo. 22:2, 3) Verdaderamente, la ley de Jehová estaba en equilibrio perfecto, exigiendo justa retribución de los inicuos pero extendiendo misericordia a los que caían en el pecado o en una violación involuntaria de la ley.

      RETRIBUCIÓN SEGURA Y PRONTA

      14. ¿Cómo aceptó Israel como nación los requisitos de la Ley en cuanto a la santidad de la vida, y qué acusaciones fueron autorizados a entregar los profetas de Dios?

      14 ¡Qué acusación para el Israel de la antigüedad resultó ser esta equitativa provisión de Jehová! Aunque la entera ley de Israel enfatizaba lo sagrado de la vida y la santidad de la sangre, desde el principio de Sus tratos con Israel solo un resto pequeño respondió a las súplicas repetidas que a Jehová le pareció necesario dirigir a su pueblo, ‘madrugando y enviando a sus profetas’ para advertirles de la certeza de la justa retribución. No solo rehusaron escuchar el consejo de advertencia de Jehová, sino que violentamente se volvieron contra sus profetas y cruelmente los mataron, añadiendo así la sangre de estos inocentes a su culpabilidad ante Jehová. (Jer. 26:2-8) Por lo tanto Jehová les envió esta acusación por medio de Jeremías: “También, en tus faldas se han hallado las marcas de sangre de las almas de los inocentes pobres. No en el acto de forzar la entrada las he hallado, sino que están sobre todas éstas.” (Jer. 2:34) Y por medio de Isaías: “La mismísima tierra ha sido contaminada bajo sus habitantes, porque han pasado por alto las leyes, han cambiado la disposición reglamentaria, han quebrantado el pacto indefinidamente duradero. Es por eso que la maldición misma se ha comido la tierra, y a los que la habitan se les considera culpables. Es por eso que los habitantes de la tierra han decrecido en número, y muy pocos hombres mortales han quedado.”—Isa. 24:5, 6.

      15. En el día de Jeremías, ¿qué retribución trajo Jehová contra su pueblo Israel, y qué responsabilidad adicional tuvieron en este sentido sus descendientes en el día de Jesús?

      15 Jerusalén fue destruida en 607 a. de la E.C. debido a sus muchos crímenes contra Jehová, incluso su culpabilidad de derramamiento homicida de sangre, y solo un resto permaneció sin ser condenado. Pero, a pesar de este aterrador acto retributivo de Jehová, los líderes religiosos falsos del día de Jesús no pudieron negar su propia culpabilidad de derramamiento homicida de sangre tal como no pudieron hacerlo los líderes religiosos del tiempo de Jeremías, pues, en ambos casos, sus faldas estaban rojas como el carmesí con la sangre de los fieles de Jehová, incluso hasta la de su propio Hijo amado.—Mat. 23:33-36; 27:24, 25; Luc. 11:49-51.

      16. ¿Qué posición han adoptado hoy las naciones sobre la cuestión de la santidad de la vida, y de qué modo debemos verla nosotros?

      16 Hoy, la culpabilidad de derramamiento homicida de sangre de todas las naciones de la Tierra ha alcanzado su plenitud. Tan grande es la culpabilidad de derramamiento homicida de sangre de la “ramera” Babilonia la Grande, el imperio mundial de religión falsa, que se dice que está borracha con la sangre del pueblo de Jehová. (Rev. 17:5, 6; 18:24) El Vengador de la sangre de Jehová está por atacar, y ¡ay de cualquiera que sea atrapado en asociación con ella! (Rev. 18:4) Los que así se hacen culpables de derramamiento homicida de sangre “no llegarán a vivir la mitad de sus días,” como dijo David. (Sal. 55:23) Encarecidamente nuestra oración debe unirse a la del salmista que dijo: “Líbrame de la culpa de derramamiento de sangre, oh Dios el Dios de mi salvación,” y “de hombres culpables de derramamiento homicida de sangre sálvame.” (Sal. 51:14; 59:2) Entonces, en el futuro muy cercano, cuando el poderoso coro de alabanza en el cielo ascienda a Jehová debido a que los últimos elementos de Babilonia la Grande habrán sido destruidos y la sangre de todos los inocentes habrá sido vengada, nuestras voces se unirán en la Tierra a la de todos los que habrán escapado de la espada retributiva del Vengador de Jehová.—Rev. 19:1, 2, 15, 21.

  • Dejar la ciudad de refugio significa perder la vida
    La Atalaya 1973 | 1 de octubre
    • Dejar la ciudad de refugio significa perder la vida

      1. ¿En qué situación como la de los judíos del día de Jesús está la cristiandad?

      HOY descansa fuertemente culpabilidad de derramamiento homicida de sangre sobre la cristiandad y sobre todo el mundo. Muchas personas sinceras, porque no han matado personalmente a un hombre o no han participado directamente en la guerra, no tienen conciencia de su propia participación personal en la culpa. Sin embargo, tienen que compartir esta responsabilidad con los que son representados en la profecía como habiendo derramado sangre inocente. Hoy la cristiandad está en la misma situación en que estuvieron los judíos del día de Jesús, a quienes Jesús dijo: “Aquí estoy enviándoles profetas y sabios e instructores públicos. A algunos de ellos ustedes los matarán y fijarán en maderos, y a algunos los azotarán en sus sinagogas y los perseguirán de ciudad en ciudad; para que venga sobre ustedes toda la sangre justa derramada sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, a quien ustedes asesinaron entre el santuario y el altar. En verdad les digo: Todas estas cosas vendrán sobre esta generación. Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella.”—Mat. 23:34-37.

      2. ¿De qué provino el registro manchado de sangre de Jerusalén, y qué retribución recibió?

      2 El registro manchado de sangre de Jerusalén provino, no de participar en guerra teocrática bajo el mandato de Jehová Dios, sino porque derramó sangre inocente y deliberadamente mató a muchos de los profetas de Dios, aun a Jesús, el Hijo de Dios, puesto que fue condenado a muerte allí. Esto no se hizo inocentemente, porque siete siglos antes, en el día de Jeremías, Jehová puso de manifiesto la culpabilidad de derramamiento homicida de sangre de Jerusalén cuando dijo por medio de su profeta: “También, en tus faldas se han hallado las marcas de sangre de las almas de los inocentes pobres. No en el acto de forzar la entrada las he hallado, sino que están sobre todas éstas. Pero dices: ‘He permanecido inocente. Seguramente su cólera se ha vuelto atrás de mí.’ Aquí estoy entrando en controversia contigo por motivo de decir tú: ‘No he pecado.’” (Jer. 2:34, 35) Obrando directamente en armonía con estas palabras, en 607 a. de la E.C. Jehová ciertamente expresó su ira contra Jerusalén por su derramamiento de sangre desenfrenado, y los babilonios que le sirvieron de ejecutores derramaron la sangre de ella sobre el suelo en una destrucción aterradora. Así, también, Jerusalén recibió otro baño de sangre, en cumplimiento de las palabras de Jesús, y antes de terminar éste en el verano de 70 E.C. 1.100.000 judíos habían muerto dentro de la ciudad sitiada.

      CULPABILIDAD DE DERRAMAMIENTO HOMICIDA DE SANGRE POR COMPARTIR RESPONSABILIDAD

      3. ¿Por qué perecieron muchos que no habían quitado vida directamente?

      3 Que los de la cristiandad en particular presten atención a este ejemplo amonestador. No todos los judíos muertos por los babilonios o por los romanos fueron culpables directamente de matar a los profetas de Dios o de otra manera quitar vida humana, sin embargo perecieron con los que voluntariosamente habían derramado sangre inocente. ¿Por qué? Porque apoyaron el registro y las tradiciones del judaísmo y así participaron en esta responsabilidad de sociedad, haciéndose culpables por el derramamiento homicida de sangre.

      4. ¿Por qué no puede pasar por alto Jehová el registro de la cristiandad?

      4 Verdaderamente la cristiandad es una correspondencia moderna de Jerusalén y su región de Judá. El registro de la cristiandad ante Dios ha sido manchado de sangre derramada injustamente desde su principio en el cuarto siglo, en el día de Constantino. Este registro no puede pasar inadvertido, pues Jehová, que no cambia, declaró a Noé: “La sangre de sus almas, la de ustedes, la reclamaré. De la mano de toda criatura viviente la reclamaré; y de la mano del hombre, de la mano de cada uno que es su hermano, reclamaré el alma del hombre. Cualquiera que derrame la sangre del hombre, por el hombre será derramada su propia sangre, porque a la imagen de Dios hizo él al hombre.”—Gén. 9:5, 6.

      5. (a) ¿Qué actos de la cristiandad han establecido su registro, y por qué no pueden ser justificados? (b) ¿Quiénes comparten con la cristiandad su responsabilidad por la culpabilidad de derramamiento homicida de sangre?

      5 Los centenares de guerras de la cristiandad además de las inquisiciones y cruzadas religiosas antes de 1914 han segado las vidas de un sinnúmero de centenares de miles de personas confiadas, y las dos guerras mundiales desde 1914, por las cuales la cristiandad tiene que asumir la responsabilidad principal en cuanto a las decenas de millones de vidas, han acumulado una aterradora deuda de sangre que ella tendrá que pagar según el mandamiento de Dios concerniente a la sangre. No se puede alegar que estas guerras son teocráticas, peleadas en el nombre de Dios, aunque los sacerdotes y clérigos de ambos lados de estas controversias que se pelearon en la cristiandad les han impartido bendiciones a sus participantes. Esto no ha autorizado a nadie a matar a su semejante y hallarse sin culpabilidad de derramamiento homicida de sangre ante Jehová Dios. El llegar a estar bajó tal bendición de sacerdote o clérigo no fue entrar en la “ciudad de refugio” del Sumo Sacerdote de Jehová, Jesucristo. Aunque muchos pelearon sinceramente con un fervor religioso o patriótico, el haber invocado el nombre de Dios en estos conflictos no ha exonerado a los participantes de culpabilidad de derramamiento homicida de sangre. Además, los que aprueban, ayudan o respaldan a las personas que directamente cometen derramamiento de sangre, o participan en propaganda y movimientos que llevan a derramamiento de sangre inocente, así mismo llegan a estar bajo una responsabilidad de sociedad como partícipes del crimen y tienen que comparecer ante el Dios de justicia, que no puede y no pasará por alto esta culpabilidad de derramamiento homicida de sangre.

      6. ¿De qué otro acto es culpable la cristiandad, y evitará castigo por éste?

      6 Sin embargo, de índole mucho más seria es la culpabilidad de derramamiento homicida de sangre de la cristiandad por quitar las vidas de muchos de los siervos verdaderos de Dios. Babilonia la Grande, el imperio mundial de religión falsa del cual la cristiandad es la parte dominante, se describe en el libro de Revelación como estando “borracha con la sangre de los santos y con la sangre de los testigos de Jesús.” (Rev. 17:6) Tan ciertamente como que la cristiandad no ha prestado atención a la advertencia de Jehová, así de seguro es que el juicio de Jehová pronto se verificará en ella como sucedió con su prototipo, Jerusalén y Judá, en 607 a. de la E.C. y 70 E.C. Todas las personas que sean halladas en asociación con ella en ese tiempo compartirán su culpabilidad y también tendrán que compartir su destrucción.—Rev. 18:4.

      CÓMO HUIR A LA CIUDAD DE REFUGIO DE HOY DÍA

      7. ¿Cuándo atacará el Vengador de la sangre nombrado por Jehová, y dónde únicamente habrá de hallarse refugio?

      7 Jehová misericordiosamente ha detenido a su Vengador de la sangre, el Señor Jesucristo, de modo que no ha atacado con sus huestes angelicales a la cristiandad y a todos los que comparten su culpabilidad de derramamiento homicida de sangre, pero pronto se terminará el límite de tiempo. (Rev. 7:1-3) En la venidera “tribulación grande” atacará el Vengador de la sangre humana. “Porque, ¡mira! Jehová está saliendo de su lugar para pedir cuenta del error del habitante de la tierra contra él, y la tierra ciertamente expondrá su derramamiento de sangre y ya no encubrirá a los de ella a quienes han matado.” (Isa. 26:21; Mat. 24:21, 22) Cuando llegue ese tiempo de decisión, a toda la humanidad se le hará confrontar su responsabilidad conjunta, y esto será en una escala más grande que aquella que jamás confrontaron Jerusalén y la judería. A todos los que no han hallado el lugar de seguridad se les hará pagar la pena. Para toda la eternidad la Tierra tendrá que estar limpia de la sangre de los que han sido muertos violentamente en injusticia. Tendrá que hacerse expiación a fin de que el mandamiento acerca de la santidad de la sangre dado a Noé quede cumplido. La única manera de huir a la seguridad es hallar el camino que lleva a la antitípica “ciudad de refugio” de Jehová y morar allí hasta que pase el día de la cólera de Jehová y continuar morando en ella bajo el beneficio del gran Sumo Sacerdote de Jehová, Jesucristo. ¿Qué, pues, es la antitípica ciudad de refugio?

      8. ¿Qué es la antitípica ciudad de refugio, y cómo se entra en ella?

      8 En el Israel de la antigüedad el homicida tenía que huir a una de las seis ciudades designadas especialmente, y, después de establecer su inocencia tocante al desenfrenado matar, tenía que morar en la ciudad de refugio hasta que muriera el que entonces era sumo sacerdote. (Núm. 35:9-34) Por lo tanto la antitípica ciudad de refugio tiene que ser la provisión de Jehová para protegerlo a uno de la ejecución por violar el mandamiento de Dios acerca de la santidad de la sangre. Se logra entrar en esa ciudad por medio de venir y permanecer bajo los beneficios del servicio activo de su Sumo Sacerdote, Jesucristo. La vida humana perfecta de Jesús, que él sacrificó en la Tierra, fue equivalente a la vida de la cual disfrutó el primer hombre Adán en el paraíso de Edén. Jesús entregó esta vida inmaculada en la muerte y después de su resurrección y ascensión a la diestra de Dios en el cielo pudo presentar el valor del sacrificio de rescate a favor de los descendientes moribundos de Adán. Así Jesús llegó a ser el Redentor de la humanidad, nuestro pariente más cercano. Por lo tanto la administración de los beneficios de este rescate nos limpia de culpabilidad y le suministra a la humanidad una reconciliación con Dios.—Heb. 2:14; 10:12; Rom. 5:11; compare con Hechos 2:37-40.

      9. (a) Al buscar el perdón de Dios, ¿qué tiene que hacer todo violador del mandamiento divino acerca de la santidad de la sangre? (b) ¿Cómo sirve Pablo de ejemplo?

      9 Todo violador del mandamiento divino acerca de la santidad de la sangre, sea voluntarioso o involuntario, tiene que buscar el perdón de Dios y la cancelación de su pecado por medio de fe en esta sangre vital del Sumo Sacerdote, Jesús. Tiene que mostrar arrepentimiento sincero por haber cometido una violación permaneciendo obedientemente bajo la provisión divina por medio de Cristo, confiando en la justicia y los buenos servicios del Sumo Sacerdote. Pablo, el apóstol, que como Saulo de Tarso persiguió a la congregación cristiana, hasta aprobando el asesinato de ellos, sirve como ejemplo de los que violan el mandamiento acerca de la sangre. “No obstante,” dice él, “se me mostró misericordia, porque era ignorante y obré con falta de fe.” (1 Tim. 1:13) Debido a que Jehová por medio de Cristo vio esta actitud de arrepentimiento en Saulo, establecida más tarde por muchas obras de fidelidad, el Vengador de la sangre, el resucitado Jesucristo, no lo ejecutó más tarde en el ‘día de la venganza de nuestro Dios.’ (Isa. 61:2) Cuando Jesús se reveló a Saulo y puso de manifiesto que al perseguir Saulo a la iglesia verdadera lo estaba persiguiendo a Él, Saulo se arrepintió, cambió su proceder, y se aprovechó desde entonces en adelante de los beneficios del sacrificio de rescate, como en una ciudad de refugio.—Hech. 9:1-19.

      SOLICITUD A DIOS PARA UNA BUENA CONCIENCIA

      10. ¿Cómo trata uno hoy de tener una conciencia limpia ante Dios?

      10 El que el homicida involuntario entrara en la antigua ciudad de refugio no era suficiente para su protección. Antes que pudiera permanecer en la ciudad y recibir los beneficios que la ciudad ofrecía era preciso que demostrara que tenía una conciencia limpia para con Dios tocante a verter intencionalmente la sangre. Hoy esta conciencia limpia para con Dios solo se puede obtener por medio de una solicitud honrada y sincera a Dios que se expresa en dedicación de uno mismo a Dios por medio de Cristo y luego el bautismo. Esto significa que la persona que viene a Dios tiene que reconocer los pecados que ha cometido en violación de la ley de Dios y tiene que cambiar su proceder tocante a hacer la voluntad de Dios. Por lo tanto, tiene que hacer una dedicación plena y sin reservas de su vida a Jehová y luego tiene que presentarse para inmersión total en agua en símbolo de su dedicación. Especialmente ahora a medida que se acerca el fin del mundo.

      11. ¿Qué es la conciencia limpia que solicitamos, y cómo se mantiene ésta?

      11 El apóstol Pedro habló del poder salvador del bautismo y su relación con la conciencia del cristiano cuando escribió en 1 Pedro 3:20, 21: “Lo que corresponde a esto [es decir, el que Noé y su familia pasaran a través del diluvio en el arca en aquel fin del mundo] ahora también los está salvando a ustedes, a saber, el bautismo, (no el desechar la suciedad de la carne, sino la solicitud hecha a Dios para una buena conciencia,) mediante la resurrección de Jesucristo.” La conciencia que solicitamos de Dios al cumplir con su arreglo del bautismo es una conciencia que está libre de cualquier culpabilidad para con Dios. Es el tener conciencia de la provisión del sacrificio de expiación de Jesús que nos limpia de todo pecado, no como los sacrificios de animales que tenían que repetirse cada año. No, esta buena conciencia que Dios nos da nos permite entrar en una relación limpia con Jehová y permanecer en ella por medio de aprovecharnos de los servicios de su gran Sumo Sacerdote. Los que entran en esta condición tienen que mantener esa buena conciencia continuando con el desempeño de la obra asignada a ellos en esta antitípica ciudad de refugio. Por lo tanto la conciencia desempeña un papel importante para que permanezcamos en la ciudad de refugio.

      12. ¿Cómo podríamos colocarnos en la situación peligrosa de dejar la ciudad de refugio moderna?

      12 Habiendo entrado en la antitípica ciudad por medio de la dedicación y el bautismo bajo la provisión del sacrificio de expiación de Cristo Jesús, dejamos atrás todo sentido de culpabilidad y debemos continuar en la ciudad con esa misma libertad. Sin embargo, si comenzáramos a endurecer nuestra conciencia contra Dios y justificarnos aun por infracciones de menor cuantía a la ley de Jehová para los refugiados en la ciudad, nos estaríamos poniendo en la situación peligrosa de con el tiempo dejar completamente la ciudad. La ley de Dios se define claramente para nosotros en su Palabra y por medio de las publicaciones bíblicas que él ha provisto para entender su voluntad y propósito para la humanidad en el tiempo del fin. El pasar por alto esta clara dirección del espíritu de Dios es pasar por alto la dirección de nuestra conciencia cristiana. El hacer caso omiso de la conciencia con el tiempo resulta en no sentir ningún dolor ni perturbación cuando debería aguijonearnos. Finalmente, como dijo Pablo, la conciencia puede endurecerse como carne cauterizada con un hierro de marcar. En esta condición la conciencia, como la carnosidad, no siente ningún dolor, ningún sentimiento de culpabilidad. Con el tiempo podríamos llegar a complacernos en cometer lo malo, y cuando se llame a nuestra atención lo malo hasta llegar a despedirlo como de poca importancia igual que si dijéramos: “Y ¿qué? ¿A quién le importa?” Esta actitud indiferente solo puede llevar a un desprecio completo de la provisión bajo la cual se nos permitió entrar en la ciudad, y si se nos alcanzara en esta condición, en este estado de ánimo, no tendríamos ninguna protección del Vengador de la sangre porque ya no estaríamos en esta ciudad bajo los beneficios protectores del Sumo Sacerdote durante el venidero “día de la venganza.”

      PERMANECIENDO FIRMES HASTA EL FIN

      13. ¿Cómo deja uno la ciudad de refugio antitípica, cómo se puede evitar esto, y a qué peligro se enfrentan los que sí la dejan?

      13 Puesto que el confiar en nosotros mismos y perder fe en el sacrificio del Sumo Sacerdote y ya no confiar más en que éste cubre los pecados es dejar la ciudad de refugio, exponiéndonos así a la destrucción en el Armagedón, hacemos bien en prestar atención a la advertencia del apóstol Pablo cuando dijo: “Por eso es necesario que prestemos más que la acostumbrada atención a las cosas oídas por nosotros, para que nunca nos deslicemos.” (Heb. 2:1) El tiempo para que el Vengador de Jehová entre en acción se acerca cada vez más. Este no es el tiempo para ser cogidos desprevenidos, fuera de la ciudad de refugio o en una situación peligrosa cerca de la orilla de las dehesas, que marcaban los límites de este santuario provisto por Jehová. Jamás debemos caer en el lazo de pensar que podemos desviarnos siquiera un poco de los justos requisitos de Jehová. ¿Quién de nosotros puede decir en qué punto llega a ser uno voluntarioso al pasar por alto la provisión de Jehová y cesa de ser uno que ‘simplemente no usa de buen juicio’? Acuérdese de lo que Pablo dijo en 1 Corintios 4:4: “Porque no estoy consciente de nada contra mí mismo. Sin embargo no por esto quedo probado justo, sino que el que me examina es Jehová.” ¿Podemos decir que estamos poniendo nuestra confianza en Jehová si deliberadamente pasamos por alto o violamos sus mandamientos para nosotros? El pensar en dejar la antitípica ciudad de refugio aun temporalmente es tentar a Dios para que nos salve de su Vengador de la sangre. Además, si una persona en esta condición tuviera que enfrentarse a la muerte ahora mismo por causas naturales antes de la “tribulación grande,” ¿qué participación tendría en la resurrección? Nunca debemos descuidar el poner una base suficientemente sólida en la fe, confiando suficientemente en los servicios del gran Sumo Sacerdote, para que el Vengador de la sangre nos recuerde favorablemente cuando llegue el tiempo de la resurrección. (Mat. 24:21, 22) El no hacerlo en este “tiempo del fin” puede significar extinción eterna. Uno no tendría el privilegio de sobrevivir a la venidera “tribulación grande.” Uno es ejecutado.

      CUÁNDO SE LES LIBERTA DE LA CIUDAD DE REFUGIO

      14. ¿Hasta cuándo tienen que permanecer dentro de la ciudad antitípica los que ahora están en la Tierra con esperanzas celestiales, y por qué hasta entonces?

      14 ¿Hasta cuándo tienen que permanecer los anteriores culpables de derramamiento homicida de sangre dentro de la ciudad de refugio? Hasta que ya no necesiten los servicios del Sumo Sacerdote. Pablo escribió a los hebreos: “Por consiguiente él también puede salvar completamente a los que están acercándose a Dios por medio de él, porque siempre está vivo para abogar por ellos. Porque tal sumo sacerdote nos era apropiado: leal, sin engaño, incontaminado, separado de los pecadores, y llegado a ser más alto que los cielos.” (Heb. 7:25, 26) Estos servicios, entonces, son para los sobrevivientes de la “tribulación grande” que están en imperfección humana. Mientras continúe cualquier culpabilidad de derramamiento homicida de sangre, se necesitan los servicios del Sumo Sacerdote a fin de mantener una posición correcta con Dios. Los que han sido ungidos por espíritu santo de Dios para ser hijos espirituales, coherederos con Cristo, tienen que quedarse dentro de la antitípica ciudad de refugio hasta que fielmente terminen su derrotero terrestre en la muerte, sacrificando así para siempre su naturaleza humana. Puesto que el sacrificio de Cristo solo aplica a los que tienen naturaleza humana, el Sumo Sacerdote “muere” para ellos en el sentido de que ya no necesita obrar a favor de ellos con el mérito de su sacrificio humano, pues en el caso del “rebaño pequeño” de “coherederos con Cristo” son cambiados en la resurrección de humanos a espíritus y de allí en adelante residen en el cielo puesto que poseen una “naturaleza divina.”—Luc. 12:32; Rom. 8:17; 2 Ped. 1:4.

      15. ¿Cuándo están libres para dejar la ciudad antitípica los que tienen esperanzas terrestres, y cómo se logra esto para ellos?

      15 Sin embargo, los sobrevivientes de la “tribulación grande” con esperanzas de vida terrestre no son libertados de la ciudad de refugio cuando los enemigos de Dios hayan sido destruidos en el Armagedón y se haya repartido retribución por la sangre de los que han sido muertos inocentemente a través de las generaciones de la humanidad. Es cierto, antes que el Vengador de la sangre obre como ejecutor de Jehová, los de esta “grande muchedumbre” tienen que haber lavado sus ropas largas y haberlas emblanquecido en la sangre del Cordero. Sin embargo, la “tribulación grande” no remueve su culpabilidad de derramamiento homicida de sangre ni los libra inmediatamente de los pecados heredados de Adán. Aunque tienen una conciencia limpia para con Dios, tienen que seguir teniendo esta conciencia limpia por medio de permanecer dentro de los límites de la antitípica ciudad de refugio hasta que sean restaurados a la perfección humana, de tal modo no necesitando ya los servicios del Sumo Sacerdote. ¿Cuándo sucederá esto? Solo cuando hayan alcanzado la perfección humana al fin del reinado de mil años de Cristo y él los entregue en su perfección a Jehová para una prueba final de su integridad sobre su propio mérito. Cuando salen de la protección que tienen bajo el gran Sumo Sacerdote, Jesucristo, él, de hecho, muere para ellos como Sumo Sacerdote, porque ya no será necesario que él obre a favor de ellos con la sangre limpiadora de su sacrificio.

      16. ¿Qué situación ocupan para con la antitípica ciudad de refugio los que salen en la resurrección a la vida en la Tierra?

      16 ¿Qué hay, pues, de los que serán resucitados durante el reinado de mil años de Jesús? ¿Tienen que entrar éstos también en la ciudad de refugio y permanecer allí hasta la “muerte del sumo sacerdote”? No. Porque éstos han pagado la pena de su pecaminosidad por su propia muerte. (Rom. 6:7) Han sido exonerados de pecado al descender al sepulcro común de toda la humanidad. Al salir de la muerte, no están en un camino que lleva a la antitípica ciudad de refugio, sino a la vida eterna. Continuando en este camino de la vida también a éstos el Sumo Sacerdote los ayudará a alcanzar la perfección humana. El que pasen la prueba final después del fin del reinado de Cristo de mil años les traerá también a ellos la declaración de Jehová de que son justos y una garantía de vida sin fin en la Tierra. No obstante, el no llenar los requisitos de Dios que aplicarán a la humanidad en aquel día les acarreará un juicio final de condenación y serán exterminados para siempre, lo mismo que aquellos que fueron ejecutados mil años antes en la “tribulación grande.”

      17. ¿Qué preguntas surgen en cuanto a la “muerte” del Sumo Sacerdote?

      17 Pero, quizás alguien pregunte, ¿qué hay de las palabras de Pablo a los hebreos: “Esta esperanza la tenemos como ancla del alma, tanto segura como firme, y entra hasta dentro de la cortina, donde un precursor ha entrado a favor nuestro, Jesús, que ha llegado a ser sumo sacerdote a la manera de Melquisedec para siempre”? (Heb. 6:19, 20) ¿Por qué se dice que Jesús será Sumo Sacerdote para siempre si sus servicios como Sumo Sacerdote habrán de terminar para con el mundo de la humanidad al fin de los mil años? ¿De qué manera continúa como Sumo Sacerdote para siempre?

      18. ¿Qué servicio del gran Sumo Sacerdote terminará, pero por qué no acabará esto con toda su relación con la humanidad?

      18 En el tipo judío el sumo sacerdote moría literalmente, terminando así no solo sus servicios de sumo sacerdote sino su vida también. Esto no sucede con el Sumo Sacerdote mayor, Jesucristo. Es cierto, sus servicios terminan en esta capacidad cuando a la humanidad se le trae a una posición completa en justicia ante Jehová, pero Jesús que está a la diestra de Jehová continúa para siempre. El que cese su puesto de Sumo Sacerdote mediador para con la humanidad no pone fin a su vida. Los buenos efectos de su servicio como Rey y Sumo Sacerdote sobre la humanidad permanecerán para siempre con la humanidad, y la humanidad eternamente estará endeudada con él por haber servido como Rey y Sumo Sacerdote a favor de ellos. Por toda la eternidad doblarán la rodilla al nombre de Jesús, y confesarán que él es Señor para gloria de Dios el Padre. (Fili. 2:5-11) Entonces ya no serán necesarios sus servicios para con la humanidad en la aplicación de su sacrificio de expiación para con ellos. Pero como gran Administrador y Vocero de Jehová, indiscutiblemente continuará a través de toda la eternidad como el Preeminente en engrandecer la alabanza de Jehová y llevar la delantera en la adoración que unificará a todo el universo para gloria y honra, de Jehová.

      19. ¿Qué puede sostenernos ahora, y cuál debe ser nuestro esfuerzo sincero?

      19 ¡Qué bendito privilegio será estar entre esas criaturas felices que habrán sobrevivido hasta ese tiempo! ¡Cuán agradecidos estaremos por la misericordia de Jehová que ha hecho posible esta maravillosa provisión! Es esta esperanza la que ahora puede sostenernos. Apreciémosla como atesoramos la vida misma, pues el permanecer en la ciudad de refugio de Jehová ahora en este “tiempo del fin” del mundo culpable de derramamiento homicida de sangre ciertamente significa nuestra vida.

  • Edificando para realizar la obra de Dios
    La Atalaya 1973 | 1 de octubre
    • Edificando para realizar la obra de Dios

      ALREDEDOR del mundo hay más de 1.600.000 testigos de Jehová. Son bien conocidos. ¿Por qué? Porque visitan con regularidad a otras personas para hablarles acerca de los propósitos de Dios para la humanidad. Instan a la gente en todas partes a aprender los requisitos de Dios para sobrevivir a través de la venidera “tribulación grande” y entrar en Su justo nuevo orden. (Mat. 24:14, 21) Con miras a alcanzar el mayor número de personas posible en el tiempo disponible, distribuyen enormes cantidades de literatura bíblica. Esto requiere plantas impresoras, junto con todas las instalaciones y equipo relacionados que se necesitan para apoyar esas operaciones.

      El 3 de abril de 1973 se dedicó otro edificio que se usará en conexión con esta obra cristiana en la Hacienda Watchtower, cerca de Pine Bush, Nueva York. Lo que sucedió en esa ocasión nos da alguna idea de la organización misma.

      GIRA POR LA HACIENDA WATCHTOWER

      Miembros por largo tiempo del personal de la central de la Sociedad Watchtower fueron invitados a asistir al programa de dedicación. Más de ochenta de ellos, todos con registros de más de veinticinco años de tal servicio, salieron de Brooklyn temprano el 3 de abril para viajar ciento sesenta kilómetros hasta la Hacienda Watchtower.

      Al llegar a la hacienda vieron una ciudad en miniatura desplegada ante ellos. Apenas hacía once años que la Sociedad Watchtower había adquirido esta propiedad. Y desde entonces había sido aumentada su capacidad de producción, y se habían

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