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  • Los terribles incendios de California
    ¡Despertad! 1971 | 8 de marzo
    • Los incendios quedan fuera de control en regiones montañosas inaccesibles, entonces respiran destrucción en el borde de los sectores habitados. No obstante, la gente continúa viviendo en zonas peligrosas. La cresta de las montañas ofrece mejor aire, el lujo de una ubicación alta que domina la región circunvecina o un sentido del “viejo oeste” del que se puede disfrutar desde corta distancia de una zona metropolitana grande.

      Cuando un incendio de este tipo se descontrola, simplemente no hay bastante equipo para poder combatir el fuego y proteger todo hogar. Los bomberos tratan de contener el fuego en sus flancos, y salvar lo que pueden.

      Millares de hombres combatieron por días. Hubo dueños que salvaron sus casas con mangueras para jardín, baldes y palas. Los patios fueron inundados. Los surtidores giratorios de regar el césped fueron dejados en los techos. La gente utilizó alfombras mojadas para apagar las ascuas encendidas que caían cerca de sus edificios. Los dueños de algunas casas se enfrentaron a vientos que a veces eran tan fuertes que podían mecer un auto, o derribar a un hombre. Al perder, vieron sus casas devoradas en una torre de llamas de unos diez metros de altura.

      Agua y sustancias químicas fueron arrojadas desde el aire. Bombarderos B-17, de veinticinco años de edad, retumbaban sobre los cerros a treinta metros de altura, arrojando agua. Un avión especial del Canadá voló a baja altura sobre el cercano océano Pacífico, absorbiendo agua con mangueras, entonces arrojando 5.450 litros de ella sobre el fuego cada seis minutos.

      Los bomberos despejaron con excavadoras fajas de matorral para que el fuego no pasara de un lugar a otro y prendieron fuegos contrarrestadores controlables para destruir matorrales de los cuales pudiera haberse alimentado el incendio principal. “Refrenamiento” era la primera meta de los bomberos. Era refrenar el fuego, manteniéndolo dentro de una zona, en vez de extinguir los incendios ya en marcha.

      Cuando los vientos disminuyeron gradualmente, los bomberos ya agotados contuvieron, y después extinguieron, todos los incendios de la parte sur de California. El nuevo problema era la inundación. Tan grandes zonas de vertientes, desprovistas todas de su cubierta de suelo normal, podrían llegar a ser un horror de aludes de lodo e inundaciones. ¡Se temía que las lluvias del invierno pudieran causar tanto daño como el fuego mismo!

      Ayuda de los vecinos

      Los bomberos combatieron valientemente. Las agencias públicas fueron inundadas con ofrecimientos de ayuda. Se ofreció voluntariamente más ayuda de la que se podía usar. Todo el mundo hablaba sobre la ayuda que otros ofrecían. Un hombre, cuyo propio hogar se acababa de incendiar, estaba sobre otra casa que se hallaba en peligro, ayudando a salvarla.

      Los superintendentes de numerosas congregaciones de testigos de Jehová se encargaron de que todos tuvieran un lugar adonde ir (aproximadamente el 85 por ciento de la congregación de Pine Valley tuvo que ser evacuado). Otras congregaciones ofrecieron alojamientos, y proveyeron ayuda material en los casos en que se necesitaba. A menudo los superintendentes encontraron que los conductores de estudios bíblicos del vecindario ya se habían encargado de ayudar a evacuar los lugares y estaban ayudando a regar casas.

      Lloyd Harding, superintendente de una de las congregaciones de Saugus, dijo: “Una de las cosas que más nos impresionaron fue que adondequiera que íbamos nuestros hermanos ya habían estado allí individualmente, atendiéndose unos a los otros.” De treinta y cinco a cuarenta miembros de su congregación habían descendido de la meseta amenazada y recibieron abrigo en la casa de un Testigo.

      Glen Chart no había estado en casa. No tenía idea alguna de que su casa estuviera en peligro. Al regresar, vio que la colina detrás de ella estaba ardiendo y dio por sentado que su casa se había incendiado. En vez de eso, halló a unas veinte personas allí. “Había tantos autos de hermanos alrededor de nuestra casa,” dijo él, “que tuvimos que estacionarnos en la entrada para automóviles de otra persona.” Las cosas importantes habían sido sacadas de la casa, y sus animales domésticos habían sido llevados a lugar seguro. La gente regaba su casa y su patio, y, como dijo él, “¡todo estaba bien!”

      La casa de Jeanne Fuchs se incendió completamente en Malibú. Dijo ella: “Todo el mundo fue muy bondadoso. Se ha mostrado mucha bondad. La gente realmente se ha esmerado por ayudar.”

      Un hombre preguntó: “¿Por qué no puede ser así la gente cuando no hay una catástrofe?”

      “Dios hizo al hombre con esta clase de compasión,” dijo más tarde un testigo de Jehová. “El hombre no es un producto egoísta de la evolución. No es un animal, que solo busca la ‘supervivencia del más apto.’ Más bien, los hombres son creación de Dios, hechos a Su imagen, y todavía manifiestan rasgos de Sus atributos divinos de sabiduría, justicia, amor y poder.” ¡Sin importar lo que hayan hecho los hombres para acallar esos atributos, y sin importar cuánto haya hecho la sociedad moderna, basándose en la competencia y el materialismo, para amortiguarlos, subsiste el hecho de que esas cualidades deseables todavía están allí!

      Los ateos, los agnósticos, los incrédulos y personas de toda creencia religiosa, todavía los manifiestan cuando la necesidad es realmente grande.

      A los testigos de Jehová les alegra saber que pronto todos los hombres practicarán esa compasión dada por Dios, cuando el Creador de la humanidad reemplace el presente sistema egoísta de la Tierra con un sistema verdaderamente justo.

  • Cómo engaña la polilla a los murciélagos
    ¡Despertad! 1971 | 8 de marzo
    • Cómo engaña la polilla a los murciélagos

      ● Los murciélagos disfrutan de comer polillas y utilizan su equipo de sonar para atraparlas. Pero el sistema detector que posee la polilla es una alarma sumamente refinada que le da tiempo a la polilla para volar buscando refugio. Los murciélagos localizan a la polilla enviando chirridos ultrasónicos y los ecos les dicen si hay una polilla al alcance o no. Este aparato funciona bien hasta aproximadamente tres metros, pero más allá de eso el eco se hace demasiado tenue para que el murciélago lo utilice bien. Por otra parte, la polilla puede oír el chirrido del murciélago a unos 23 metros de distancia. De modo que cada vez que la polilla recoge la señal del murciélago se aleja volando de la fuente del sonido y del alcance del murciélago. Pero cuando está dentro de tres metros la polilla tiene que ejecutar alguna maniobra rápida. A veces se lanza a tierra. A veces simplemente dobla las alas y se deja caer. En otras ocasiones se lanza en picada o desciende espiralmente. Algunas polillas les saben mal a los murciélagos. Estas polillas de sabor malo dan un fuerte sonido chasqueador mientras vuelan. Al oír este “chasquido,” el murciélago deja inmediatamente de perseguir. Sin embargo, las polillas de buen sabor se disfrazan enviando un “chasquido” ultrasónico para confundir al murciélago. El murciélago frustrado no las persigue. Pero lo que el murciélago no sabe es que entre las más fuertes “chasqueadoras” están las polillas más sabrosas.

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