-
Edificando un fundamento firme en CristoLa Atalaya 1964 | 15 de septiembre
-
-
Ante todo, tengan amor intenso los unos para los otros, porque el amor cubre una multitud de pecados. Si alguno habla, que hable como si fueran las sagradas declaraciones formales de Dios; si alguno sirve, que sirva como dependiendo de la fuerza que Dios suministra; para que en todas las cosas Dios sea glorificado por medio de Jesucristo. De él son la gloria y la potencia para siempre jamás. Amén.”—1 Ped. 4:7, 8, 11.
19 Nuestro futuro se halla en las manos de Dios. Sigan con sumo cuidado su dirección. Prepárense ahora para lo que yace en el futuro. Coloquen un fundamento firme en Cristo Jesús para el grandioso final y los muchos gloriosos tesoros de servicio todavía futuros, y Dios “también los hará firmes hasta el fin, para que no estén expuestos a ninguna acusación en el día de nuestro Señor Jesucristo.” (1 Cor. 1:8) Ahora es el tiempo para estudiar la Palabra de Dios en asociación con los testigos de Jehová, edificando un fundamento firme en Cristo Jesús, y luego, “teniendo este conocimiento de antemano, guárdense para que no vayan a ser llevados.”—2 Ped. 3:17.
-
-
Uso de los recursos de uno de manera piadosaLa Atalaya 1964 | 15 de septiembre
-
-
Uso de los recursos de uno de manera piadosa
“HONRA a Jehová con tus cosas de valor,” dice la Palabra inspirada de Jehová, la Santa Biblia. Estas cosas de valor o recursos se mencionan en un cántico que cantan los testigos cristianos de Jehová. Llamado “Dedicación,” el cántico, que aparece en el folleto Cánticos de alabanza a Jehová, dice, en parte: “Ten mis días, oh Señor, dedicados a tu loor; ten mis bienes todos, Dios, no ansíolos, Señor.”—Pro. 3:9.
Esas palabras expresan bien la actitud del cristiano para con sus recursos desde el tiempo que hace una dedicación a Jehová Dios; verdaderamente, desde ese tiempo en adelante tiene que rendir cuentas a Jehová por el uso de sus cosas de valor de manera piadosa.
USANDO EL TIEMPO DE MANERA PIADOSA
El tiempo es una de nuestras cosas de valor por las que Dios pide cuentas al cristiano dedicado. Su tiempo, sí, su mismísima vida, pertenece a Jehová Dios, porque a los cristianos se les dice que han sido “comprados por precio. Sin falta, glorifiquen a Dios en el cuerpo de ustedes en conjunto.” Habiendo sido comprado con la preciosa sangre de Jesucristo, el cristiano no se halla libre para usar el tiempo de maneras impías. “Basta el tiempo que ha pasado,” escribió un apóstol de Jesucristo, “para que ustedes hayan obrado la voluntad de las naciones.”—1 Cor. 6:20; 1 Ped. 4:3.
El tiempo que anteriormente se empleaba en placeres egoístas ahora se usa gozosamente para honrar a Dios, especialmente por medio de ayudar a otros a aprender del reino de Dios y cómo éste pondrá fin a este inicuo sistema de cosas. “Porque los días son inicuos,” advierten las Escrituras inspiradas, “vigilen estrechamente que su manera de andar no sea como imprudentes, sino como sabios, comprándose todo el tiempo oportuno que queda.” (Efe. 5:15, 16) El cristiano dedicado ‘compra tiempo que queda’ por medio de aprovecharse de todos sus privilegios cristianos—estudiando personalmente la Palabra de Dios, asistiendo a las reuniones de la congregación cristiana, compartiendo las buenas nuevas, etcétera—a costa de cosas menos importantes. El usa su tiempo de manera piadosa.
USO DE LAS FUERZAS Y ENERGÍAS DE UNO
Otro recurso de valor que poseen los cristianos dedicados es sus fuerzas. Es verdad que algunos están entrados en años y están limitados en energías, pero las que tienen las usan para gloria de Dios. Cuando usted gasta energías en el servicio de Dios y se cansa, esto no es una sensación frustratoria sino que es genuinamente satisfaciente, porque “su labor no es en vano en lo relacionado con el Señor.” (1 Cor. 15:58) Por lo tanto, queremos imitar al Hijo de Dios, Jesucristo, que dio de manera tan pródiga de sus energías en el servicio de Dios. En una ocasión Jesús vino a la ciudad samaritana de Sicar, y el relato bíblico dice: “Ahora Jesús, cansado del viaje, estaba sentado junto a la fuente tal como estaba.” Estaba cansado de viajar en el ministerio de Dios y por eso estaba descansando allí, sus discípulos habiendo sido enviados por delante a comprar víveres. No obstante, cuando se presentó una oportunidad de honrar a Dios por medio de usar sus recursos mentales y físicos, Jesús, aunque estaba fatigado, se aprovechó de ella para predicar a la mujer samaritana que vino al pozo de Jacob. Muchos llegaron a ser creyentes como resultado de ello—porque Jesús usó sus energías, aunque estaba cansado, para honrar a Dios y hacer Su voluntad.—Juan 4:6-42.
En otra ocasión Jesús se durmió durante el día debido a haber dado tan de todo corazón de sus fuerzas y energías de manera piadosa. Jesús y sus discípulos habían subido a una barca para pasar al otro lado del lago. “De modo que se hicieron a la vela. Pero mientras navegaban él se durmió.” Debido a que necesitaba renovar sus energías después de gastar tantas en el servicio de Dios, Jesús se durmió y se durmió tan profundamente que sus discípulos tuvieron que despertarlo cuando estalló una tempestad, ya que ni el viento fuerte ni las olas grandes lo despertaron.—Luc. 8:22-24; Mat. 8:24, 25.
¡Qué ejemplo tiene el cristiano en Jesucristo, el “Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe”! Deberíamos mirarle atentamente, para imitarle en el gasto sabio de energías, jamás malgastándolas en lo que es inútil. En vez de disipar energías en hábitos perjudiciales a la salud, participando en exceso en aficiones y deportes, desvelándose o participando excesivamente en actividades sociales, él comprende que tiene que rendir cuentas a Dios por la manera en que usa sus energías, por eso las gasta de manera piadosa.—Heb. 12:2.
USO DE RECURSOS FINANCIEROS
Los ricos tendrían ventaja si una persona pudiera enriquecer a Dios con sus recursos financieros. Pero como David dijo en oración: “Tuya, oh Jehová, es la grandeza y la potencia y la belleza y la excelencia y la dignidad; porque todo lo que hay en los cielos y en la tierra es tuyo.” (1 Cró. 29:11) Puesto que todo es de Jehová, no podemos enriquecerlo; pero podemos usar nuestros recursos financieros para honrarle y glorificarle. Esto no significa que todo el dinero de uno tiene que emplearse en la predicación directa del reino de Dios ni que todo centavo tiene que ponerse en una caja de contribuciones en el Salón del Reino. No, algunos recursos financieros tienen que usarse para atender apropiadamente las necesidades personales de uno y las de la familia de uno. Esto es usar los recursos de manera piadosa, puesto que “si alguno no provee para los que son suyos, y especialmente para los que son miembros de su casa, ha repudiado la fe y es peor que una persona sin fe.”—1 Tim. 5:8.
Tampoco se requiere un modo de vivir austero para usar los recursos financieros de uno de manera piadosa; no se requiere que el cristiano se prive de todo aquello
-