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Esté asido de la esperanza ante ustedLa Atalaya 1983 | 1 de julio
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Los israelitas, después de oír el informe de Josué y Caleb acerca de la Tierra Prometida, desplegaron falta de fe (Números 13:17–14:38). Aunque allí podían disfrutar de paz y bendiciones durante el día de descanso de Dios que estaba en progreso, los israelitas, quienes tenían el corazón endurecido y desplegaron falta de fe, rehusaron mudarse a la tierra y vivir allí. Por eso Dios hizo que vagaran en el desierto por 40 años. (Hebreos 3:17-19.)
19. ¿Cuándo y cómo podemos entrar en el descanso de Jehová?
19 El gran Día Sabático, o día de descanso de Dios continúa (Génesis 1:31–2:3). Pablo dijo que “queda una promesa de entrar en su descanso” (Hebreos 4:1, 9). Por lo tanto, nosotros los cristianos podemos entrar o permanecer ahora en ese “descanso”. ¿Cómo? Por medio de ejercer fe, no en el Josué de tiempos antiguos, sino en el Josué Mayor, nuestro líder Jesús. También tenemos que dejar las obras de incredulidad, como las que manifiestan las personas que en realidad no creen en que algún día habrá un Nuevo Orden. Su vida gira en torno a la recreación o los placeres. Quizá quieran “ser alguien” mediante adquirir una posición o un título. O tal vez basen su vida en la filosofía de ser una persona “simpática”.
20, 21. a) ¿Qué obras necesitamos evitar? b) ¿En qué obra buena debemos participar, según el ejemplo que dieron las hermanas encarceladas?
20 Si de veras tenemos fe en Jesús y en lo que le espera al pueblo de Dios, deberíamos mostrarlo por nuestras actividades. Pablo escribió: “El hombre que ha entrado en el descanso de Dios ha descansado él mismo también de sus propias obras” (Hebreos 4:10). Por eso, en vez de tener obras de incredulidad u obras mediante las cuales tratar de justificarnos, es preciso que tengamos obras que reflejen nuestra fe.
21 Una obra cristiana que se cuenta entre las de primera importancia es la de hablar acerca de Jehová Dios y su Hijo. Respecto a Jesús, Pablo exhortó: “Tengamos asida nuestra confesión de él” (Hebreos 4:14). Por supuesto, podemos y debemos hacer esto en las reuniones cristianas por medio de hacer allí declaración pública de nuestra esperanza (Hebreos 10:23-25). Pero dicha “declaración pública” debería incluir el confesar nuestras creencias y esperanzas a los de afuera. En realidad, deberíamos sentirnos impelidos a hacer “sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública [del] nombre [de Dios]” (Hebreos 13:15; 1 Corintios 9:16). La autora del artículo que se mencionó antes habla sobre una conversación que tuvo con una hermana:
Le dije: Las autoridades están metiendo a todas ustedes en prisiones, no debido a lo que creen, sino porque predican a otras personas. Si se sentaran a solas en su hogar y oraran silenciosamente, nadie lo sabría. Ella contestó: ‘Eso es cierto, pero nuestra obligación es de hablar a otras personas y ganar nuevos hermanos y hermanas. No podemos ser egocéntricas y prepararnos solo para nuestra propia vida en la Tierra durante el milenio. Toda persona tiene que saber en cuanto a cómo será la vida entonces’.
22. ¿Qué convicción, basada en Hebreos, tiene usted?
22 Podemos ver que un punto clave de Hebreos es que tenemos que hacer “lo sumo posible para entrar en ese descanso [de Dios], por temor de que alguien caiga en [...] desobediencia” (Hebreos 4:11). Podemos experimentar la profunda satisfacción que proviene de estar en ese descanso ahora mismo y tener la esperanza segura de continuar en él cuando toda persona que viva en la Tierra adore a Dios. No hay duda de que Dios está dispuesto a bendecir y conservar a los que, mediante fe y obediencia, entran en su descanso ahora. Él es “remunerador de los que le buscan encarecidamente” (Hebreos 11:6). Si hubiera alguna duda, tendría que ver con nosotros. Sin embargo, no tiene que haber ninguna duda respecto a nosotros tampoco. Por nuestra fe y perseverancia, y con la ayuda de Dios, podemos “asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros”. (Hebreos 6:18.)
¿Se ha beneficiado usted?
◻ ¿Qué consejo específico, o lección, sacó usted de Hebreos?
◻ ¿Cómo puede beneficiarse usted del ejemplo de algunas hermanas encarceladas?
◻ ¿Qué le exhorta a usted a hacer Hebreos 2:1 para no deslizarse?
◻ ¿Cómo puede usted entrar en el descanso de Dios?
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Fuerza más allá de lo que es normal... cómo la hallaronLa Atalaya 1983 | 1 de julio
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Fuerza más allá de lo que es normal... cómo la hallaron
LA MUERTE de un familiar es una experiencia dolorosa. Si es un niño quien muere, esto resulta ser aún más doloroso. Pero ¿qué hay si después de sufrir la pérdida prematura de su hijo a usted se le acusara de negligencia criminal? ¿Qué hay si la gente le llamara asesino, su patrono decidiera despedirlo y sus vecinos se volvieran en contra suya? ¿Cómo se sentiría usted? ¿Qué haría? Sin duda, éste sería un período en que se necesitaría fuerza más allá de lo que es normal.
Crisis repentina
Ésa fue la experiencia de Dennis y Bernadette Cyrenne, que viven en un pueblecito minero al norte de Ontario, Canadá. La crisis comenzó cuando su hija de doce años de edad, Sara, enfermó repentinamente de un mal sanguíneo poco común. El médico del hospital de la localidad recomendó que se le administraran transfusiones de sangre. Debido al respeto que ellos tienen a la ley de Dios en lo que tiene que ver con la vida y la sangre, y a causa de la información médica que habían adquirido con el transcurso de los años, tomaron la decisión de rehusar el tratamiento. (Génesis 9:4; Hechos 15:28, 29.)
Con la esperanza de hallar una alternativa, llevaron a Sara apresuradamente a Thunder Bay, a 400 kilómetros de distancia, sólo para recibir la misma respuesta de los médicos de allí. Para proseguir su búsqueda, sacaron a Sara del hospital. Ocho horas más tarde culminó la lucha de Sara por la vida. Esto fue solo el comienzo para sus padres.
Presiones crecientes
Inmediatamente se les acusó de comportamiento imprudente por sacar a su hija del hospital a la fuerza, y de negligencia criminal en relación con la muerte de ella. Tuvieron que regresar a su casa y esperar hasta que se celebrara el juicio.
De vuelta en casa, las noticias de la muerte de Sara y los cargos que se habían formulado en contra de ellos se esparcieron rápidamente por la pequeña comunidad. En los periódicos se publicaron fotografías e informes de lo ocurrido, y las ‘cosas terribles’
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