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Resucitados... “cada uno en su propio lugar”La Atalaya 1979 | 1 de noviembre
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Resucitados... “cada uno en su propio lugar”
“En Cristo todos serán vivificados; pero cada uno en su propio lugar.”—1 Cor. 15:22, 23, The New English Bible (La Nueva Biblia Inglesa).
1. ¿Cómo mostró Marta que tenía fe en que Jesús pudiera haber curado a Lázaro, el hermano de ella, de la enfermedad mortífera de éste?
ERA un día invernal de duelo en Betania cuando se echó a rodar la piedra que estaba a la entrada de la tumba conmemorativa del bien conocido Lázaro, para cerrarla. Tanto las hermanas que le sobrevivían, Marta y María, como los amigos de la familia pensaban que ésta sería la última vez que verían a Lázaro durante este sistema de cosas. Al cuarto día de la muerte de Lázaro, aparentemente demasiado tarde, llegó Jesucristo, su amado amigo. Marta salió a recibirlo y le dijo: “Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano.”
2, 3. (a) Marta esperaba que la resurrección de su hermano ya enterrado aconteciera en ¿qué día? (b) En cuanto a la resurrección, Marta desplegó la fe de ¿qué antepasado de ella?
2 Jesús dijo a Marta: “Tu hermano se levantará.” Marta, revelando la fe que tenía en la resurrección, dijo a Jesús: “Yo sé que se levantará en la resurrección en el último día.”—Juan 11:1-24.
3 Marta estaba pensando en una resurrección de todos los muertos humanos a la vida de nuevo aquí en la Tierra bajo el reino de Dios por medio de Su Mesías, o Cristo. Ella creía que este Mesías era Jesús mismo, quien había levantado a otras personas a la vida tal como lo habían hecho siglos antes los profetas Elías y Eliseo. (Juan 11:27) La fe de ella en la resurrección era como la de su antepasado Abrahán, a quien se había llegado a llamar “amigo de Jehová.” (Sant. 2:21-23) Lázaro el hermano de Marta ya estaba muerto y enterrado, pero en el caso de Abrahán su hijo Isaac todavía estaba vivo, en vías de ser ofrecido como sacrificio humano. Se podía decir que Isaac estaba muerto, porque Abrahán estaba resuelto a obedecer el mandato que Jehová le había dado de que lo sacrificara. Acerca de la fe de Abrahán en esta ocasión difícil, de prueba, Pablo, un descendiente de Abrahán, escribe:
4. ¿Cómo recibió Abrahán a su hijo Isaac de entre los muertos “a manera de ilustración”?
4 “Por fe Abrahán, cuando fue probado, ofreció, por decirlo así, a Isaac, y el que gustosamente había recibido las promesas trató de ofrecer a su hijo unigénito, aunque se le había dicho: ‘Lo que será llamado “descendencia tuya” será por Isaac.’ Pero estimó que Dios podía levantarlo aun de entre los muertos; y de allí lo recibió también a manera de ilustración.”—Heb. 11:17-19; Gén. 22:1-18; Isa. 41:8; 2 Cró. 20:7.
5, 6. (a) Abrahán esperaba la resurrección de los muertos humanos en ¿qué tiempo? (b) ¿Fue arruinada la fe de Abrahán, Isaac y Jacob en el gobierno mesiánico de Dios por el hecho de que murieran sin haber recibido las cosas prometidas?
5 De modo que Abrahán tenía fe en la resurrección venidera de los muertos humanos bajo el reino del Cristo. Jesucristo, cuya propia resurrección fue prefigurada por la resurrección figurativa de Isaac, en cierta ocasión dijo a descendientes judíos de Abrahán: “Abrahán el padre de ustedes se regocijó mucho por la expectativa de ver mi día, y lo vio y se regocijó.” (Juan 8:56) En armonía con las palabras de Jesús acerca de Abrahán, padre de Isaac y abuelo de Jacob, leemos:
6 “En fe murieron todos éstos, aunque no consiguieron el cumplimiento de las promesas, pero las vieron desde lejos y las acogieron y declararon públicamente que eran extraños y residentes temporales en la tierra. Porque los que dicen tales cosas dan evidencia de que buscan encarecidamente un lugar suyo propio. . . . Pero ahora están haciendo esfuerzos por obtener un lugar mejor, es decir, uno que pertenece al cielo [el reino de los cielos con Cristo entronizado en él]. Por lo tanto Dios no se avergüenza de ellos, de ser invocado como Dios de ellos, porque les tiene lista una ciudad.”—Heb. 11:13-16.
7, 8. (a) ¿Cómo probaron las palabras de Jesús a los saduceos acerca de Abrahán, Isaac y Jacob que éstos tendrían de seguro una resurrección? (b) En armonía con Salmo 45:16, ¿qué hará el Gobernante Mesiánico del gobierno celestial para Abrahán, Isaac y Jacob?
7 Puesto que Dios ha hecho preparativos para los ya por mucho tiempo muertos Abrahán, Isaac y Jacob, esos hombres de fe de la antigüedad tienen garantizada una resurrección de entre los muertos bajo la “ciudad,” o gobierno, donde rige el Mesías o Cristo glorificado. Jesucristo mismo señaló ese hecho en una conversación con saduceos judíos, que no creían en una resurrección para Abrahán, Isaac y Jacob. Dijo: “En la resurrección ni se casan los hombres, ni se dan las mujeres en matrimonio, sino que son como los ángeles [no dice: son ángeles] en el cielo. Respecto a la resurrección de los muertos, ¿no leyeron lo que les habló Dios al decir: ‘Yo soy el Dios de Abrahán y el Dios de Isaac y el Dios de Jacob’? Él no es Dios de muertos, sino de vivos.”—Mat. 22:30-32.
8 Jehová solía ser el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob antes de la muerte de éstos. Él puede ser Dios de un Abrahán viviente, de un Isaac viviente, de un Jacob viviente, solo por medio de resucitarlos de entre los muertos. Ellos serán individuos que vivirán en la Tierra bajo la “ciudad,” o gobierno celestial, que Jehová su Dios ha preparado para ellos. Será entonces en cumplimiento de Salmo 45:16 que el Mesías glorificado, Jesús, como gobernante en esa “ciudad,” los nombrará “príncipes en toda la tierra.” El Mesías celestial cumplirá para con ellos cada uno de los títulos de él que se predicen en Isaías 9:6, hasta el de Padre Eterno.
9. ¿Qué escribió el profeta Isaías acerca de la resurrección de los muertos humanos, y después de la “denunciación” de Dios sobre qué?
9 A Abrahán, Isaac y Jacob y otras personas de la antigüedad se les levantará en aquel “último día” acerca del cual habló Marta a Jesús precisamente antes de que él levantara de la muerte a la vida terrenal de nuevo al hermano de ella, Lázaro. (Juan 11:24-44) Los humanos que han de ser resucitados fueron redimidos por el sacrificio de rescate de Jesucristo, y respecto a ellos el profeta Isaías escribió por inspiración: “En aquel día se cantará esta canción en la tierra de Judá: ‘. . . Tus muertos vivirán. Cadáver mío... se levantarán. ¡Despierten y clamen gozosamente, residentes del polvo! Porque tu rocío es como el rocío de malvas [en contraste con lo seco de los cadáveres], y la tierra misma dejará que aun los que están impotentes en la muerte caigan en nacimiento.’” (Isa. 26:1, 19) Así, pues, habrá un renacimiento, una regeneración de los muertos terrestres. Esto acontecerá después que Jehová exprese su denunciación sobre el mundo culpable de derramamiento de sangre por toda la gente inocente que el mundo ha hecho bajar prematuramente al Seol, el dominio del sepulcro. Eso significa después de “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en la situación mundial que la Biblia llama Har-Magedón.—Rev. 16:14, 16; 19:11-21.
10. Por eso, en aquel “último día,” ¿por qué ya no será la Tierra un cementerio de alcance mundial?
10 Por eso, en aquel “último día” del cual habló Marta los muertos humanos serán levantados a la vida de nuevo en vez de yacer encubiertos en el seno de la tierra. (Isa. 26:20, 21) ¡Qué frescura como de rocío de vida humana renovada otorgará este “último día” a los muertos redimidos de la humanidad! La Tierra ya no será un cementerio de alcance mundial.
11, 12. ¿Cómo fracasó el rey Herodes el Grande en sus esfuerzos crueles por matar al “rey de los judíos” que había nacido poco tiempo atrás?
11 Hasta los niñitos muertos y los jovencitos sin responsabilidad serán favorecidos con un regreso a nuevas oportunidades para crecer y desarrollarse hasta alcanzar juventud eterna en una Tierra paradisíaca. De esa manera las obras mortíferas del rey Herodes el Grande recibirán marcha atrás. Él envió a Belén a los astrólogos inquiridores del Oriente para que ellos le buscaran al “rey de los judíos” que había nacido poco tiempo antes. Tramaba matar a Jesús, el hijo de la virgen judía María. Después que quedó frustrado en sus astutos esfuerzos por enterarse de dónde estaba el “rey de los judíos” en perspectiva, Herodes envió a sus soldados para que matasen a todos los niñitos de dos años de edad y menos. El duelo de las madres privadas de sus hijitos en Belén y sus alrededores fue predicho en la profecía bíblica, junto con palabras de consuelo acerca de la resurrección.
12 Mateo, escritor del Evangelio que lleva su nombre, nos dice: “Entonces se cumplió lo que se habló por medio de Jeremías el profeta, que dijo: ‘Se oyó una voz en Ramá, llanto y gran plañido; era Raquel que lloraba a sus hijos, y no quiso ser consolada, porque ya no son.’” (Mat. 2:1-18) Pero María no estaba entre las madres que lloraban y plañían, pues había escapado con el niño Jesús y había bajado a Egipto para permanecer allí hasta que Herodes muriera.
13. Según la manera en que Mateo aplica la profecía de Jeremías, ¿qué era la “tierra del enemigo” de la cual regresarán los niñitos inocentes que fueron degollados?
13 Sin embargo, para aquellas madres privadas de sus hijos el caso no era totalmente desesperanzado. La profecía de Jeremías de la cual Mateo citó seguía diciendo: “Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘“Detén tu voz del llanto, y tus ojos de lágrimas, porque existe un galardón para tu actividad,” es la expresión de Jehová, “y ellos ciertamente volverán de la tierra del enemigo.”’” (Jer. 31:15, 16) Por la manera en que Mateo aplicó la profecía de Jeremías bajo inspiración, la “tierra del enemigo” no será la antigua Babilonia del día de Jeremías. Sería la tierra a la cual el enemigo, Herodes el Grande, había enviado prematuramente a sus víctimas inocentes, la tierra de la muerte. A la muerte también se le llama un “enemigo,” porque 1 Corintios 15:26 dice: “Como el último enemigo, la muerte ha de ser reducida a la nada.”
14. (a) ¿Cómo resultó ser un lugar de muerte para los israelitas del día de Jeremías la tierra de Babilonia? (b) ¿Cómo “volverán” los infantes inocentes de Belén, y en qué día?
14 La tierra de la Babilonia de tiempos precristianos resultó ser la tierra adonde los que habían tomado cautivos a los judíos deportados los ‘designaron a muerte.’ Muchos de aquellos deportados sí murieron allí en condición de forasteros. (Sal. 79:11; 102:20; Isa. 14:17) Durante 537 a. de la E.C., y después, miles de “prisioneros” judíos sí ‘volvieron’ de la tierra del enemigo, Babilonia. El regreso de los infantes inocentes de Belén todavía es futuro. Se efectuará por medio de una resurrección en “el último día” mencionado por Marta de Betania, el “último día” que comienza después de “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón y después que Satanás el Diablo y sus ángeles demoniacos son atados y encerrados en el abismo.—Rev. 20:1-3, 11-15.
UN DÍA DE JUICIO
15. ¿Cómo indicó Jesús que el “último día” será un día en que se juzgará a los muertos humanos resucitados?
15 Ese mismo “último día” será un día de juicio para la humanidad resucitada, incluso los humanos que desatendieron a Jesús y no recibieron sus dichos. Jesús indicó eso cuando dijo: “El que me desatiende y no recibe mis dichos tiene quien lo juzgue. La palabra que he hablado es lo que lo juzgará en el último día.” (Juan 12:48) Jesús asoció con la resurrección el tiempo en que se juzgaría al mundo de la humanidad, cuando dijo: “[Dios] le ha dado autoridad para hacer juicio, por cuanto es Hijo del hombre. No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.” (Juan 5:27-29; vea La Atalaya del 15 de enero de 1979, bajo el título “Una resurrección de vida y una de juicio,” págs. 20-24.) Por supuesto, ese “último día” no será un día de veinticuatro horas. Será un período de tiempo que durará 1.000 años. Coincidirá con los 1.000 años del reinado de Cristo.—2 Ped. 3:8; Rev. 20:4, 6.
16. ¿Por qué razón, como se indica en 1 Corintios 15:25, 26, será un día glorioso ese venidero “día” de juicio?
16 Ese “día” será glorioso, porque en él serán borrados todos los efectos de la muerte que todos hemos heredado de Adán y Eva debido a la sentencia de muerte que se pronunció contra ellos. Por eso, el reinado de 1.000 años de Cristo es algo que todos deberíamos esperar con anhelo, porque en 1 Corintios 15:25, 26 está escrito: “Porque él tiene que gobernar como rey hasta que Dios haya puesto a todos los enemigos debajo de sus pies. Como el último enemigo, la muerte [que hemos heredado de Adán] ha de ser reducida a la nada.”
17. Si alguien muere después de ese “día” de juicio, ¿por qué ocurrirá esto, y qué clase de muerte será?
17 El dar el golpe de muerte a la muerte adámica que hemos heredado se nos representa por lo que Jesús hizo que el apóstol Juan escribiera. Dando una descripción del “último día” en el cual la humanidad resucitará, Revelación 20:13, 14 dice: “Y el mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos, y fueron juzgados individualmente según sus hechos. Y la muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esto significa la muerte segunda: el lago de fuego.” Por eso, nadie que muera aquí en la Tierra después de eso morirá por haber heredado de Adán la muerte. Muere por violar voluntariosamente la ley de Dios y cometer pecado. Su muerte será entonces “la muerte segunda,” de la cual nunca se levantará.
18. ¿De qué muerte y efectos libra a la humanidad Jesucristo, y, por eso, qué es él para ellos?
18 Es solamente de la muerte adámica y de nuestro sepulcro común, el Hades, de lo que Jesucristo libra a la humanidad. Nos dio seguridad de esto cuando dijo: “Yo soy el Primero y el Último, y el viviente; . . . y tengo las llaves de la muerte y del Hades.” (Rev. 1:17, 18) Por eso, con buena razón, Jesús dijo a Marta: “Yo soy la resurrección y la vida.”—Juan 11:25.
19. ¿Qué hombre famoso por su paciencia estará entre los que serán resucitados, y hasta cuándo quería éste yacer enterrado en el Seol?
19 Entre las personas para las cuales el Rey reinante Jesucristo usará la llave del Hades (o Seol, en hebreo) está un hombre que fue famoso por su paciencia. Este es Job, de la tierra de Uz en el antiguo Oriente Medio. Debido a los ayes que se amontonan sobre nosotros hoy día, pudiera ser que que algunos nos sintiéramos como Job y deseáramos estar muertos y enterrados en el Hades, o Seol. Pero deberíamos tener lo que Job tenía, fe en la resurrección. Él sabía que cuando esto aconteciera en el “último día,” estaría libre de todas las dificultades actuales de la humanidad. Si dormía en la muerte y lo enterraban, descansaría hasta que el “cielo” o fuerzas sobrehumanas que ahora controlan a la humanidad hubieran pasado. El que éstas pasaran permitiría el principio de una maravillosa transformación de las condiciones terrestres aquí abajo. Por lo tanto, Job oró a Jehová Dios:
20. Según Job 14:12-15, ¿qué le pidió Job a Dios en oración?
20 “El hombre también tiene que acostarse y no se levanta. . . . no despertarán, ni se les hará despertar de su sueño. ¡Oh que en el Seol me ocultases, que me mantuvieses secreto hasta que tu cólera se volviera atrás, que me fijaras un límite de tiempo y te acordaras de mí! Si un hombre físicamente capacitado muere, ¿puede volver a vivir? Todos los días de mi servicio obligatorio [debido al permiso otorgado por Dios a la iniquidad] esperaré, hasta que llegue mi relevo. Tú llamarás, y yo mismo te responderé. Por la obra de tus manos sentirás anhelo.”—Job 14:12-15.
21. ¿Qué cambio de rostro deseaba ver Job, y qué esperaba que hiciera a favor de él su “redentor”?
21 Durante el tiempo de la aflicción de Job, él no vio el rostro de Dios vuelto en favor hacia él. ¿Nos parece a nosotros hoy día que, debido a la dificultad que Dios permite que nos sobrevenga, él está mirándonos con desaprobación, y quisiéramos ver un cambio de expresión facial hacia nosotros? Los muertos humanos serán resucitados del Seol, o Hades, y este mismísimo hecho significará que Jehová Dios mira con favor a la humanidad redimida. Job creía que habría una resurrección para él y otros de la humanidad porque había un “redentor,” alguien que suministraría el precio de compra para comprarlo del “servicio obligatorio” al cual había sido vendido.
22, 23. (a) Job creía que habría alguien que suministraría base para su resurrección debido a que confiaba en ¿qué? (b) ¿Cuándo esperaba Job que viniera este “redentor,” y el rostro de favor de quién esperaba ver Job?
22 Job confiaba en su integridad personal para con Jehová a pesar de los hombres que lo acusaban falsamente. Por eso, estaba seguro de que habría un “redentor” para él. Este “redentor” se levantaría después de la muerte de Job, pero Job dejaría detrás un buen registro para que su “redentor” lo considerara. Con confianza en que el “redentor” venidero suministraría la base para una resurrección, Job exclamó:
23 “Y yo mismo bien sé que mi redentor vive, y que, viniendo después de mí, se levantará sobre el polvo. Y después de mi piel, que ellos han desollado,... ¡esto! aun reducido en mi carne [por habérsele desollado] contemplaré a Dios, a quien aun yo contemplaré por mí mismo, y a quien mis ojos mismos ciertamente verán, pero no algún extraño. Mis riñones han fallado muy adentro de mí,” debido a lo tremendo de la expectación.—Job 19:25-27.
24. ¿Cómo llegó a estar en relación con la humanidad el “redentor” que Dios proveyó, y qué dio éste como “rescate en cambio por muchos”?
24 Entonces, que Satanás el Diablo siga calumniando a la humanidad y diciendo que ésta no merece una resurrección porque no puede producir hombres y mujeres que se mantengan íntegros para con Dios. La resurrección de la humanidad muerta acontecerá en el “último día” mencionado por Marta de Betania. ¿Por qué? Porque Dios, para el cual nada es imposible, ha producido un “redentor,” su Hijo unigénito que llegó a estar relacionado con la humanidad por medio de nacer como ser humano perfecto. Él vino temporáneamente a la Tierra, no a ser servido, “sino para servir y para dar su alma [humana] en rescate en cambio por muchos.” (Mat. 20:28; Mar. 10:45) Esto preparó el camino para que Dios sancionara la resurrección de todas las personas que fueron rescatadas o redimidas por la muerte sacrificatoria de Jesucristo.
25. ¿Por qué no será el “último día” el día final de la existencia de la humanidad? Y, en ese “día,” ¿qué hará Dios a favor de la humanidad?
25 Por consiguiente, el “último día” no significa el día final de la existencia de la humanidad, puesto que la resurrección de la humanidad redimida acontece en ese “día” bajo el reinado milenario de Cristo. Éste será “el último día” después de todos los días anteriores durante los cuales Dios ha dejado que el pecado y la muerte rijan sobre la humanidad, de modo que incontables millones de personas han bajado al Seol, o Hades. Ése será el “día” en el cual Dios tendrá por absuelta de todos los pecados pasados a la humanidad redimida y les enseñará sus justos requisitos para que tengan vida eterna en un paraíso restaurado en la Tierra.—Isa. 26:9; Rom. 6:7.
26. (a) ¿Qué fue ‘el propio lugar’ de Cristo respecto a la resurrección? (b) ¿Cómo muestra 1 Tesalonicenses 4:16 que habrá una resurrección de otras personas en orden de categoría o de lugar o de importancia?
26 De modo que tenía que suceder la muerte y resurrección del “redentor” antes de que pudiera haber una resurrección de la humanidad en necesidad de redención. Así, la resurrección del Redentor Jesucristo resultó ser del primer rango o categoría. A él se le resucitó “en su propio lugar” respecto a lugar de importancia. Además, habrá una resurrección de otras personas en orden de categoría o de lugar o de importancia, antes de la resurrección de Job, o de los niñitos de Belén que fueron degollados y otros muertos de la humanidad. Esto nos lo llaman a la atención las palabras inspiradas escritas en 1 Tesalonicenses 4:16, que dicen: “Y los muertos en Cristo se levantarán primero.” (Versión Moderna) ¿Quiénes son los que participarán primero en una resurrección, y cuándo y cómo será esto?
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“Los muertos en Cristo se levantarán primero”La Atalaya 1979 | 1 de noviembre
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“Los muertos en Cristo se levantarán primero”
1. ¿Por qué tiene que haber una resurrección para los humanos muertos si es que de nuevo han de vivir en algún lugar, y cómo colocó Dios la base para esa resurrección necesaria?
¿QUÉ esperanza habría para los muertos de la humanidad si no fuera por la resurrección que se ha prometido? La resurrección de los muertos es cosa absolutamente necesaria, puesto que el alma humana no es inmortal. Por lo tanto, al ocurrir la muerte del cuerpo el alma no podría entrar en una vida más completa en un plano más elevado en un mundo invisible. (Eze. 18:4, 20; Isa. 53:12) Para que la humanidad muerta vuelva a vivir en algún lugar tiene que haber una resurrección. Por eso Dios ha colocado la base para que ese milagro acontezca a su debido tiempo. Cuando levantó de la muerte al tercer día a su Hijo que se ofreció en sacrificio, abrió el camino para que este Hijo digno ascendiera de regreso al lugar donde estaba antes, al cielo. El Hijo llevó consigo el pleno valor redentor de su sacrificio humano perfecto. Jesucristo no volverá a morir jamás. Ofreció un solo sacrificio humano por los pecados de la humanidad para siempre. Por eso, cuando viene por segunda vez, esa venida no significa que él haya de afrontar muerte.—Heb. 9:28; Rom. 6:9.
2. ¿Cómo muestra 1 Corintios 15:22, 23 que Dios observa orden respecto a la resurrección?
2 Jehová Dios sigue cierto orden respecto a la resurrección de los muertos. Nos llama atención a esto el apóstol Pablo, quien vio la gloria de Jesús ya resucitado y habló con él. Unos 18 años después de aquello, Pablo escribió a la congregación cristiana de Corinto, Grecia, y planteó esta pregunta: “Ahora bien, si de Cristo se está predicando que él ha sido levantado de entre los muertos, ¿cómo es que algunos entre ustedes dicen que no hay resurrección de los muertos?” (1 Cor. 15:12) Continuando con la consideración de esta pregunta, Pablo pasó a desarrollar la respuesta inspirada. Mientras lo hace, dice: “Así como en Adán todos están muriendo, así también en el Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su propia categoría: Cristo las primicias, después los que pertenecen al Cristo durante su presencia [griego: parousia].” (1 Cor. 15:22, 23) Solo Dios fue responsable de la resurrección de Jesús.
3. ¿Cómo llegó a ser Jesús “primero” en el asunto de la resurrección?
3 Jesucristo fue resucitado el 16 de Nisán de 33 E.C., el día en que el sumo sacerdote judío ofrecía las primicias de la cosecha de cebada. Esto encaja de manera exacta con el hecho de que Jesús es las “primicias” en la resurrección de los muertos humanos. (1 Cor. 15:20) Esto pone a Jesucristo en primera “categoría.” Tal como en la cosecha judía de la cebada había frutos posteriores que cosechar, así también ha de haber frutos posteriores en la resurrección de los muertos. Pero, puesto que Jesucristo está en primera categoría, Pablo lo llama “el primogénito de entre los muertos, para que llegase a ser el que es primero en todas las cosas.”—Col. 1:18.
4. La resurrección de hasta los primeros de los muertos humanos tenía que esperar hasta el comienzo de ¿qué suceso oficial? ¿Y cuándo comenzó éste?
4 Por su muerte de sacrificio, Jesucristo recompró o redimió a toda la familia humana que está muriendo “en Adán.” Por lo tanto, todos los humanos “pertenecen al Cristo.” Sin embargo, la resurrección de hasta los primeros de los muertos humanos tiene que esperar hasta después que comienza “la presencia,” o parusía, de Jesucristo. Esta presencia oficial empieza con Su segunda venida. Según la “señal” que Jesús predijo y también según ciertas medidas de tiempo bíblicas, su “presencia” o parusía invisible empezó en el otoño de 1914 E.C.—Mat. 24:3.a
5, 6. ¿Cómo muestra 1 Tesalonicenses 4:13-17 que Dios observará orden y “categoría” al recoger como en cosecha a los que mueren “en Adán”?
5 Jehová Dios observará orden y “categoría” respecto a la resurrección de los que están muriendo “en Adán” a los cuales se cosecha como frutos posteriores de la resurrección. Especialmente para consolar a los cristianos del primer siglo que se vieron privados de ‘los que se han dormido en la muerte mediante Cristo,’ el apóstol Pablo escribió:
6 “Esto es lo que les decimos por palabra de Jehová, que nosotros los vivientes [los cristianos engendrados por espíritu] que sobrevivamos hasta la presencia del Señor no precederemos de ninguna manera a los [cristianos engendrados por espíritu] que se han dormido en la muerte; porque el Señor mismo descenderá del cielo con una llamada imperativa [con voz de mando, BC],b con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero. Después nosotros los vivientes que sobrevivamos seremos arrebatados, juntamente con ellos, en nubes al encuentro del Señor en el aire; y así siempre estaremos con el Señor.”—1 Tes. 4:13-17.
7. ¿Acerca de qué muertos en particular hablaba Pablo allí, y cómo indica Revelación 14:12, 13 un tiempo especial para la resurrección de éstos?
7 Aquí el apóstol Pablo no está hablando de los muertos de la humanidad en general, sino de “los que se han dormido en la muerte” mediante Cristo, “los que están muertos en unión con Cristo.” En el último libro de la Biblia el apóstol Juan dice algo acerca de cuándo se levantará a esos cristianos muertos de su sueño en la muerte. En Revelación 14:12, 13 Juan escribe: “‘Aquí [con relación a la organización mundial para la paz y seguridad internacional] es donde significa aguante para los santos, los que observan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.’ Y oí una voz procedente del cielo decir: ‘Escribe: Felices son los muertos que mueren en unión con el Señor desde este tiempo en adelante. Sí, dice el espíritu, que descansen de sus labores, porque las cosas que hicieron van junto con ellos.’” Pues bien, ¿desde cuándo en adelante es “desde este tiempo en adelante”?
8. ¿Por qué significaría la expresión “desde este tiempo en adelante” durante la presencia del Señor en espíritu? ¿Pone fin a los hechos de estas personas su muerte?
8 A la luz de lo que el apóstol Pablo escribe en 1 Tesalonicenses 4:16, 17, tiene que ser durante la “presencia,” o parusía, de Jesucristo, no antes de que ésta comience, sino después. Hasta durante el tiempo en que él está invisiblemente presente en espíritu habrá cristianos engendrados por espíritu en la Tierra que ‘mueran en unión con el Señor.’ Estos, especialmente, han de ser “felices” por morir durante la “presencia” de él. La muerte de ellos en la carne no pone fin a los ‘hechos’ de ellos, por ningún tiempo. ¿Por qué no? Porque “las cosas que hicieron van junto con ellos,” o, literalmente, según el texto griego, ‘siguen con ellos.’
9. Entonces, ¿por qué son “felices” los “santos” que mueren en ese tiempo, según Revelación 14:13?
9 Esto exige una transferencia de operaciones, desde obras en la carne en la Tierra, a obras en el espíritu en la región celestial. En cuanto a los que “mueren en unión con el Señor,” el apóstol Pablo dice: “Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, se levanta en incorrupción. Se siembra en deshonra, se levanta en gloria. Se siembra en debilidad, se levanta en poder. Se siembra cuerpo físico, se levanta cuerpo espiritual. Si hay cuerpo físico, también lo hay espiritual.” (1 Cor. 15:42-44) De modo que estos “felices” resucitados siguen con obras en cuerpos de espíritu en la región de los espíritus las “labores” que han tenido en la Tierra. No tienen que dormir en la muerte esperando la presencia de Cristo.
CON QUÉ DESCIENDE EL SEÑOR DESDE EL CIELO
10. ¿Con qué descenderá el Señor Jesucristo desde el cielo al tiempo en que va a resucitar a sus discípulos engendrados por espíritu?
10 El apóstol Pablo nos dice lo que acompaña el descenso espiritual del Señor desde el cielo, con las palabras: “Nosotros los vivientes que sobrevivamos hasta la presencia [parusía] del Señor no precederemos de ninguna manera [en la experiencia de una resurrección a la vida de espíritus] a los que se han dormido en la muerte; porque el Señor mismo descenderá del cielo con una llamada imperativa, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero.”—1 Tes. 4:15, 16.
11. ¿Quiénes oyen la “llamada imperativa” del Señor Jesucristo cuando él desciende del cielo y obedecen?
11 ¿Quién oye la “llamada imperativa” con la cual el Señor Jesucristo baja desde su posición celestial a la diestra de Dios? Evidentemente los cristianos engendrados por espíritu que, hasta entonces, han muerto “en unión con el Señor.” Sabemos que no hay seres humanos vivientes en la Tierra que hayan oído directamente la voz de él desde su descenso espiritual, es decir, desde el comienzo de la invisible “presencia,” o parusía, de él a principios del otoño de 1914. Pero los “muertos en Cristo” (Versión Valera) le oyeron y le obedecieron.
12. (a) ¿Cuándo empieza el “último día” del cual Jesús habló en Juan 6:53, 54 y cómo entran en la “vida eterna” esos discípulos? (b) ¿De qué otro llamado “último día” difiere éste?
12 Los que de este modo son resucitados por Jesucristo pertenecen a los discípulos acerca de los cuales él dijo: “A menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en ustedes. El que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna [desde el tiempo en que se le levanta de entre los muertos], y yo lo resucitaré en el último día.” (Juan 6:53, 54) En ese “último día” hay poder en la “llamada imperativa” que Jesús da para levantar del sueño de la muerte a sus discípulos que han participado en este privilegio especial con relación a la carne y sangre de él. Para esos discípulos privilegiados el “último día” comienza cuando ellos entran en la “vida eterna” en el cielo al ser resucitados en un “cuerpo espiritual” como el de Cristo. Puesto que este “último día” aplica a la resurrección de los fieles cristianos engendrados por espíritu que tienen una esperanza celestial, difiere del “último día” que tenía presente Marta de Betania, porque ella entonces no tenía ninguna idea de una resurrección espiritual al cielo.
13. (a) ¿De quién es la voz que oyen los “muertos en Cristo,” y quién es el “arcángel”? (b) ¿Qué prueba bíblica tenemos para esto?
13 El glorificado Señor Jesucristo desciende también “con voz de arcángel.” Ésta es su propia voz. Él es el “arcángel.” En su parábola de las ovejas y las cabras Jesús se refirió a sí mismo en esta capacidad de arcángel al decir: “Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono. Y todas las naciones serán juntadas delante de él.” (Mat. 25:31, 32) Antes de que fuera humano, en su condición celestial su nombre era Miguel. No hay cuestión de duda en cuanto a que él sea la persona de la cual se habla en la profecía de tiempos precristianos registrada en Daniel 12:1, 2: “Y durante aquel tiempo se pondrá de pie Miguel, el gran príncipe que está plantado a favor de los hijos de tu pueblo [el pueblo de Daniel]. Y ciertamente ocurrirá un tiempo de angustia como el cual no se ha hecho que ocurra uno desde que hubo nación hasta aquel tiempo. Y durante aquel tiempo tu pueblo escapará, todo el que se halle escrito en el libro. Y habrá muchos de los que están dormidos en el suelo de polvo que despertarán, éstos a vida indefinidamente duradera y aquéllos a oprobios y a aborrecimiento indefinidamente duradero.”
14. ¿Qué nombre da Revelación 12:7 al arcángel y qué dice Judas 9 de una disputa anterior de éste?
14 Además, Revelación 12:7 muestra que los ángeles están subordinados a Miguel, al decir: “Estalló guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles [no los cristianos engendrados por espíritu resucitados] combatieron.” Además, Judas 9 le llama arcángel, al decir: “Miguel el arcángel tuvo una diferencia con el Diablo y disputaba acerca del cuerpo de Moisés.” El Diablo no consiguió el cuerpo.
15. ¿Cómo le fue a Satanás el Diablo en la guerra con el arcángel Miguel? ¿Puede Satanás impedir la resurrección de los discípulos de Cristo y la ascensión de éstos al cielo para estar con Jesucristo?
15 En todo momento durante la contienda que tanto tiempo ha durado Satanás el Diablo ha perdido. En la guerra en el cielo fue derrotado y él y sus ángeles demoníacos fueron arrojados abajo a la vecindad de nuestra Tierra, mientras que el arcángel Miguel, a saber, el Señor Jesucristo, y sus ángeles permanecieron victoriosos en los cielos. Puesto que el victorioso Jesucristo usa la “voz de arcángel” cuando manda salir a los que han muerto en unión con el Cristo, su “llamada imperativa” tiene más autoridad y efecto más fuerte. Además, el derrotado Satanás el Diablo no tendrá suficiente poder para impedir la resurrección espiritual de los que han muerto en unión con Cristo y no podrá evitar que ellos entren en la región de los espíritus, ni la ascensión de ellos al cielo para estar con el victorioso Jesucristo.
16. ¿Con qué propósito suena la “trompeta de Dios” al tiempo del descenso del Señor desde el cielo, y quiénes serán los primeros que responderán a ella?
16 Otra cosa que acompaña al descenso de Cristo desde el cielo es el sonido de la “trompeta de Dios.” (1 Tes. 4:16) La trompeta en este caso no es una señal de guerra para reunir tropas para que éstas peleen y den muerte al enemigo. Más bien, el toque de la “trompeta de Dios” es un toque pacífico para reunir al pueblo de Jehová, como cuando las dos trompetas de plata se tocaban en el día de Moisés para congregar a las 12 tribus de Israel. (Núm. 10:1-10) En otro lugar, en 1 Corintios 15:52, el apóstol Pablo conecta con la resurrección de los cristianos muertos tal “trompeta” despertadora que sirve para congregar, cuando dice: “Durante la última trompeta. Porque sonará la trompeta, y los muertos serán levantados incorruptibles, y nosotros seremos cambiados.” ¿Quiénes son los primeros que responden a esa “última trompeta,” cuando ésta, como la “trompeta de Dios,” suena para recoger de regreso a la vida a los muertos? En respuesta, 1 Tesalonicenses 4:16 dice: “Y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero.”
17. ¿Por qué no es visible a los ojos humanos la resurrección de los “muertos en unión con Cristo”?
17 Sin embargo, la resurrección de los que están “muertos en unión con Cristo” no es visible para los humanos en la Tierra. ¿Por qué no? Porque a éstos se les bendice con una resurrección espiritual, pues cada uno “se levanta cuerpo espiritual.” (1 Cor. 15:44) Puesto que los ojos humanos no son lo suficientemente fuertes como para ver cuerpos de espíritu, la resurrección de los “muertos en Cristo” es invisible para los humanos. Por eso, desde el principio de la “presencia,” o parusía, de Cristo, desde 1914 en adelante, la humanidad no lo ha visto a él ni ha estado al tanto de la resurrección de sus discípulos.
18, 19. (a) Por lo que Pablo dijo en 1 Tesalonicenses 4:17, ¿quiso decir que esos cristianos no morirían antes de que se les ‘arrebatara’? (b) Entonces, ¿en qué sentido son “arrebatados,” y en qué cuerpos ascienden para encontrarse con el Señor en felicidad?
18 El apóstol Pablo habla de sí mismo como si hubiese sobrevivido en la Tierra hasta aquel acontecimiento feliz para los cristianos engendrados por espíritu, cuando dice: “Después nosotros los vivientes que sobrevivamos seremos arrebatados, juntamente con ellos, en nubes al encuentro del Señor en el aire; y así siempre estaremos con el Señor.”—1 Tes. 4:17.
19 Aquí el apóstol Pablo no quiso decir que los cristianos ungidos por espíritu como él mismo no morirían, sino que serían “arrebatados,” cuerpo humano y todo, a los cielos físicos en medio de nubes literales. Pablo murió. Los cristianos engendrados por espíritu que hoy día sobreviven durante la “presencia,” o parusía, de Cristo, tienen que morir tal como Pablo. Como semillas plantadas en el terreno, cada uno tiene que ser ‘sembrado cuerpo físico’ al morir una muerte humana. (1 Cor. 15:44) Entonces, ¿cómo son “arrebatados . . . en nubes” junto con los que han estado “muertos en unión con Cristo” a quienes se ha resucitado primero? De este modo: Cuando se les siembra como cuerpos físicos no entran en un sueño de la muerte. Instantáneamente experimentan una resurrección espiritual; dejan sus cuerpos humanos atrás en la Tierra, pues a cada uno se le levanta en condición de “cuerpo espiritual.” Es como cuerpos espirituales que ascienden al encuentro de su Señor celestial. Especialmente por estas razones se les puede considerar “felices,” según Revelación 14:13.
20. ¿En qué clase de “nubes” es que se ‘arrebata’ a los cristianos vivos sobrevivientes, y qué indica esto acerca de la ascensión de ellos?
20 Sin embargo, ¿qué significaría el que se les arrebatara “en nubes”? Por supuesto, las nubes flotan arriba en los cielos físicos y denotan elevación. También esconden de nosotros los que estamos en la Tierra lo que se halla en ellas o por encima de ellas. Nuestras nubes literales no son necesarias para hacer que los cuerpos espirituales sean invisibles para nosotros. Por eso, lo que se quiere decir en 1 Tesalonicenses 4:17 es nubes simbólicas, que, de manera figurativa, esconden de la vista terrestre el arrebatamiento de los cristianos resucitados al encuentro de su altamente elevado Señor. Recordemos que, en el día cuadragésimo desde su resurrección, Jesucristo ascendió de regreso al cielo y, durante su ascensión, “una nube se lo llevó de la vista de [los discípulos que observaban].”—Hech. 1:9.
21. ¿Termina el descenso del Señor desde el cielo con un contacto directo, personal, con nuestra Tierra? ¿Cuándo termina ese “último día” en el cual él resucita a sus discípulos engendrados por espíritu?
21 ¿Qué prueba todo esto? Lo siguiente: El Señor Jesucristo en descenso no baja a contacto directo con nuestra Tierra. Las nubes, en las cuales se representa a los cristianos resucitados encontrándose con su Señor celestial, están en suspenso muy por encima de la superficie de la Tierra. Además, es “en el aire” donde los cristianos resucitados encuentran a su Señor, no aquí abajo en el suelo, ni en Jerusalén, el monte de los Olivos ni en ningún otro lugar en nuestra Tierra. Además, el “último día” en el cual acontece este arrebatamiento no es un día terrestre de 24 horas. Es un espacio de tiempo que llega a estar definitivamente completo solo cuando al último de esos cristianos engendrados por espíritu que participan en “la primera resurrección” se le levanta a la vida celestial. (Rev. 20:4, 6; Juan 6:54) El cumplimiento de la profecía bíblica indica que ya estamos viviendo en ese particular “último día.”
[Notas]
b Versión Bover-Cantera.
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Viviendo ahora en aquel “último día” de resurrecciónLa Atalaya 1979 | 1 de noviembre
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Viviendo ahora en aquel “último día” de resurrección
1. Por décadas de antemano, ¿en qué tiempo se pensó que acontecería la glorificación del resto de cristianos sobrevivientes? Pero ¿se cumplió desde entonces en adelante lo que se predijo en 1 Tesalonicenses 4:16, 17?
PUESTO que a los “muertos en Cristo” se les resucita en cuerpos espirituales que son invisibles a los ojos humanos en aquel “último día,” nosotros los humanos tenemos que andar por fe, no por vista, en cuanto a que esto efectivamente esté aconteciendo ahora. Recordamos que por varias décadas una buena cantidad de personas pensó que la glorificación de todos los miembros sobrevivientes de la congregación cristiana acontecería al fin de los Tiempos de los Gentiles alrededor del 1 de octubre de 1914. (Luc. 21:24) Sin embargo, nada como lo que se describe en 1 Tesalonicenses 4:16, 17 sucedió en aquella fecha. En vez de eso, estalló guerra en el cielo, y los perdedores, Satanás y sus demonios, experimentaron un rápido descenso hacia la Tierra. (Rev. 12:7-13) Es interesante el hecho de que una cantidad considerable de cristianos engendrados por espíritu que estaban vivos y activos en la Tierra en 1914 todavía están con nosotros en la carne. Aparentemente algo estaba equivocado en cuanto al tiempo para el “último día” en que sería glorificada la congregación engendrada por espíritu.
2, 3. ¿Durante qué período ha de acontecer la glorificación, y, por eso, qué pregunta surge acerca del cumplimiento de 1 Corintios 15:50-57?
2 No obstante, la “presencia” o parusía invisible del glorificado Jesucristo empezó al fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914. Por eso, desde entonces en adelante nos hallamos en el tiempo en que lo que se predijo en 1 Tesalonicenses 4:16, 17 debería acontecer con relación a los cristianos engendrados por espíritu que sobreviven, en correspondencia con el “último día.”—Juan 6:54.
3 Razonablemente, ¿cuándo comienza el cumplimiento de 1 Corintios 15:50-57? “Carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni tampoco la corrupción hereda la incorrupción. ¡Miren! Les digo un secreto sagrado: No todos nos dormiremos en la muerte [al morir el cuerpo humano corruptible], pero todos seremos cambiados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, durante la última trompeta. Porque sonará la trompeta, y los muertos serán levantados incorruptibles, y nosotros [cristianos como Pablo] seremos cambiados. Porque esto que es corruptible tiene que vestirse de incorrupción, y esto que es mortal tiene que vestirse de inmortalidad. Pero cuando esto que es corruptible se vista de incorrupción y esto que es mortal se vista de inmortalidad, entonces se efectuará el dicho que está escrito: ‘La muerte es tragada para siempre.’ ‘Muerte, ¿dónde está tu victoria? Muerte, ¿dónde está tu aguijón?’ El aguijón que produce muerte es el pecado, mas el poder para el pecado es la Ley [mosaica]. ¡Pero gracias a Dios, porque él nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!”
4. ¿Cuándo murió Jesús, y cómo había indicado esto Daniel 9:24-27?
4 Para poder calcular bíblicamente el tiempo, podemos comparar acontecimientos que están en paralelo o que corresponden en su naturaleza. Así que preguntamos: ¿Cuándo fue resucitado Jesucristo mismo para llegar a ser “Cristo las primicias”? Esto fue el domingo 16 de Nisán del año 33 E.C. Dos días antes, en la Pascua, el 14 de Nisán, lo habían colgado en un madero hasta que murió. Aquel día del sacrificio de Cristo era un tiempo marcado en el horario de acontecimientos que había trazado Jehová Dios y que se registró en Daniel 9:24-27. El día marcaba la mitad de aquella última semana de una serie de “setenta semanas,” semanas de años, no de días. La profecía de Daniel predijo que durante esta última o septuagésima semana de años “Mesías será cortado, con nada para sí.” Pero ¿en qué tiempo durante esta última semana de años, que empezó en el otoño del año 29 E.C.? Daniel 9:27 responde: “A la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva.” Por lo tanto, los sacrificios de animales carecían de valor después de la muerte de Jesús.
5. ¿Cómo se calcula el principio de la septuagésima “semana” de años, qué marcó este principio, y a qué período dio principio aquello para Jerusalén y el sistema judío?
5 Puesto que Jesús sacrificó su vida humana perfecta “a la mitad de la semana,” o el 14 de Nisán de 33 E.C., esa “semana” empezó tres años lunares y medio antes, el 15 de Tisri de 29 E.C. Pues bien, ¿qué acontecimiento marcó el principio de aquella septuagésima “semana” de años? Jesús resultó ser el Mesías, que significa “Ungido.” Esto fue cuando Jesús fue bautizado por Juan el Bautizante. Inmediatamente después de aquello, Jesús fue “ungido” con el espíritu santo para llegar a ser el Rey Mesiánico sobre el pueblo de Jehová. Jesús tenía entonces 30 años de edad. (Luc. 3:21-23; 4:1-21) Este acontecimiento en realidad señaló el principio del “tiempo del fin” para Jerusalén y el sistema judío de sacrificios. Menos de 41 años después, o en el verano de 70 E.C., Jerusalén y su templo fueron desolados. Como predijo Daniel 9:26: “A la ciudad y al lugar santo el pueblo de un caudillo [el general Tito] que viene [en 70 E.C.] los arruinará. Y el fin de él será por la inundación [de legionarios romanos]. Y hasta el fin habrá guerra.”
6, 7. ¿Qué sucedió inmediatamente después del fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914, y qué anuncio que se hizo entonces en el cielo se hizo realidad en cuanto a nuestra Tierra y sus muertos?
6 En paralelo con eso, cuando los Tiempos de los Gentiles caducaron en el otoño de 1914, comenzó el “tiempo del fin” para este sistema de cosas. (Dan. 12:4) Inmediatamente después de haber caducado aquellos Tiempos de los Gentiles, el ungido Jesús, en los cielos, fue inaugurado como Rey, el Heredero permanente de su antepasado de la antigüedad, el rey David de Jerusalén. Allí y entonces se realizó el anuncio que vino después del toque de la séptima trompeta. En relación con esto leemos, en Revelación 11:15-18:
7 “Y el séptimo ángel tocó su trompeta. Y ocurrieron voces fuertes en el cielo, diciendo: ‘El reino del mundo sí llegó a ser el reino de nuestro Señor [el Señor Soberano Jehová] y de su Cristo, y él [el Señor Soberano Jehová] gobernará como rey para siempre jamás.’ . . . ‘Te damos gracias, Jehová Dios, el Todopoderoso, El que eres y que eras, porque has tomado tu gran poder y has empezado a gobernar como rey. Pero las naciones se airaron, y vino tu propia ira, y el tiempo señalado para que los muertos fuesen juzgados, y para dar su galardón a tus esclavos los profetas y a los santos y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y para causar la ruina de los que están arruinando la tierra.’”
8. (a) ¿Contra quiénes se airaron las naciones entonces, y por qué, y hasta qué grado? (b) ¿Qué paralelo hubo entre esto y lo que sucedió al ungido Jesús “a la mitad de la semana”?
8 Durante la I Guerra Mundial de 1914-1918 E.C., “las naciones se airaron,” y desfogaron su ira en el pueblo dedicado del Señor Soberano Jehová. ¿Por qué? Porque éstos estaban predicando el fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914 y el establecimiento completo del reino de Cristo en los cielos. Esta ira de las naciones llegó a un punto decisivo en la primavera de 1918, notablemente en los Estados Unidos de América. Esto fue tres años y medio después del fin de los Tiempos de los Gentiles y la inauguración del ungido Jesús como Rey celestial. Lo que sucedió a los proclamadores del Reino en la Tierra en 1918 sigue un paralelo bastante estrecho con lo que sucedió a Jesús en Jerusalén “a la mitad de la semana.” En el caso de Jesús se hizo necesario que él fuera resucitado de entre los muertos. De manera correspondiente, en 1918 a los proclamadores del reino de Jesús se les dio lo que los perseguidores pensaban que era un “golpe de muerte,” de modo que la proclamación del Reino necesitó una revivificación, una resurrección.
9. (a) ¿Por qué no habría verdadero paralelo entre la resurrección de Jesús el 16 de Nisán de 33 E.C. y el revivificar o resucitar figurativamente a los proclamadores del Reino perseguidos a actividad renovada? (b) El que fueran ‘arrebatados al encuentro del Señor’ no podría tener lugar antes de la resurrección espiritual de ¿quiénes?
9 La resurrección de Jesús el 16 de Nisán de 33 E.C. fue de índole espiritual, para vida en la región celestial, pero fue desde una tumba terrestre. En el caso de los proclamadores del Reino que todavía estaban en la carne, su revivificación fue a una actividad terrestre, a una predicación renovada de “estas buenas nuevas del reino” en toda la Tierra habitada “para testimonio a todas las naciones.” (Mat. 24:14) Todavía no era tiempo para que aquellos cristianos engendrados por espíritu fueran glorificados en el cielo, “arrebatados . . . en nubes al encuentro del Señor en el aire.” No se había fijado esta experiencia de ellos en el tiempo de modo que ‘precediera’ a la resurrección de los cristianos que ‘se habían dormido en la muerte mediante Jesús’ a través del tiempo hasta 1918. Más bien, como señala 1 Tesalonicenses 4:14-17, “los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero.” Apropiadamente, la resurrección de ellos primero sería algo que precedería a la revivificación o resucitación de los proclamadores del Reino a la obra que éstos todavía tenían que hacer en la carne en la Tierra durante este “tiempo del fin.” Esta revivificación aconteció en la primavera de 1919.
10. ¿La resurrección de quiénes, y esto en qué tiempo, sería el verdadero paralelo para la resurrección de Jesús el 16 de Nisán de 33 E.C.?
10 La resurrección espiritual de los “muertos en Cristo” en la primavera de 1918, tres años y medio después del entronizamiento de Cristo al fin de los Tiempos de los Gentiles en el otoño de 1914, estaría en paralelo con la propia resurrección de Jesús el 16 de Nisán de 33 E.C., “a la mitad de la semana.” (Dan. 9:27) Así, ellos sí se ‘levantaron primero.’ El que ellos hicieran eso sí ‘precedió’ a la resurrección de los que sobrevivieron hasta la “presencia” o parusía de Cristo y hasta el darse muerte a la predicación del Reino.
11. ¿Qué correspondiente espacio de tiempo se desenvuelve con relación a los testigos proféticos de Dios en el capítulo 11 de Revelación? ¿Representa la ascensión de éstos al cielo un cumplimiento de 1 Tesalonicenses 4:17?
11 Un espacio de tiempo similar se desenvuelve con relación a los testigos proféticos de Dios a quienes se representa en el capítulo 11 de Revelación. Según Revelación 11:3-7, a ellos se les mató después de profetizar por 1.260 días, o 3 1/2 años. Pero tienen una resurrección: “Después de los tres días y medio espíritu de vida procedente de Dios entró en ellos, y se pusieron de pie, y gran temor cayó sobre los que los contemplaban. Y oyeron una voz fuerte procedente del cielo decirles: ‘Suban acá.’ Y subieron al cielo en la nube, y los contemplaron sus enemigos.” (Rev. 11:11, 12) Esto representó proféticamente la revivificación del resto de cristianos engendrados por espíritu al servicio del Reino en la primavera de 1919. El que ellos ascendieran a prominencia mundial no fue el cumplimiento de 1 Tesalonicenses 4:17. Con relación a esto, recordamos que los 120 discípulos de Jesucristo no fueron revivificados a actividad pública en Jerusalén sino hasta 51 días después que el Señor de ellos, Jesucristo, fue fijado en un madero y enterrado.
12. ¿Cómo se predijo también tal revivificación del resto espiritual en la visión que se da en Ezequiel 37:1-14?
12 Tal revivificación del resto sobreviviente se predijo también en Ezequiel 37:1-14. Allí Jehová dio al profeta Ezequiel una visión de un valle lleno de huesos secos de israelitas. Entonces se impartió reconstrucción a los huesos de modo que formaran israelitas vivientes que estaban prestos para salir de su exilio en la pagana Babilonia. Anunciando la manera en que se cumpliría la visión, Jehová dijo: “Aquí estoy abriendo las sepulturas de ustedes, y ciertamente los haré subir de sus sepulturas, oh pueblo mío [en el exilio en Babilonia], y los traeré sobre el suelo de Israel. Y tendrán que saber que yo soy Jehová cuando abra sus sepulturas y cuando los haga subir de sus sepulturas, oh pueblo mío.”—Eze. 37:12, 13.
13. ¿Cómo se cumplió en tiempos modernos esta visión del valle de huesos secos, y cómo correspondió esto con lo que sucedió a los discípulos de Jesús después de lo que tuvo lugar “a la mitad de la semana”?
13 En el cumplimiento moderno de esa visión el resto de israelitas espirituales fue revivificado en la primavera de 1919 y liberado de Babilonia la Grande, el imperio mundial de la religión falsa, y de sujeción abyecta a los amantes políticos, judiciales y militares de ella que hicieron lo que ella quiso durante la I Guerra Mundial. Probablemente, con significado profético respecto al tiempo en que acontecerían las cosas en la época moderna, el revivificar a los discípulos personales de Jesús y el que se les librara del opresor sistema de cosas judío no aconteció sino hasta después de la muerte y entierro y resurrección de Jesús de entre los muertos al tercer día, el 16 de Nisán de 33 E.C. Esto fue poco después de la “mitad de la semana” cuando Jesús fue sacrificado como rescate para toda la humanidad.
14. ¿A qué clase que se menciona en 1 Tesalonicenses 4:15-17 pertenecen estos testigos revivificados, reactivados, de tiempos modernos, y por qué es ‘feliz’ para ellos lo que Jesús llamó “el último día”?
14 En tiempos modernos, fue del resto revivificado, reactivado, de israelitas espirituales que emprendió de nuevo la obra de dar el testimonio en la primavera de 1919 de quienes el apóstol Pablo habló al referirse a “nosotros los vivientes que sobrevivamos hasta la presencia del Señor.” (1 Tes. 4:15) Después de terminar el último testimonio del Reino por todo el mundo, esperan morir “en unión con el Señor” y durante Su presencia. La muerte de ellos sucede durante ese “último día” durante el cual, como Jesús dijo, él levantaría de entre los muertos a los discípulos que tienen el privilegio de alimentarse de su carne y beber su sangre. Esto significa para ellos el que se les ‘arrebate’ para encontrarse con él, el Señor de ellos, “en el aire.” Esta resurrección instantánea de ellos a la vida celestial no puede ser vista por los humanos que quedan atrás en la Tierra, tal como si fuera oscurecida por “nubes.” “Felices” ciertamente son, porque “mueren en unión con el Señor desde este tiempo en adelante” durante la “presencia del Señor,” y no tienen que dormir en la muerte a la expectativa de Su segunda venida.—Rev. 14:13; Juan 6:53, 54; 1 Cor. 15:52, 53.
15. ¿Qué colaboradores recientes estarán presentes cuando el resto sobreviviente se vaya al fin del “último día,” y qué clase de partida o despedida quizás sea ésta?
15 Muchos compañeros cristianos, una “grande muchedumbre” de ellos, quedan atrás. Durante este “tiempo del fin” y durante la invisible “presencia del Señor” éstos han llegado a ser colaboradores del resto de israelitas espirituales en el último testimonio del Reino a todas las naciones. Esta “grande muchedumbre” espera sobrevivir la “grande tribulación” en la cual este sistema de cosas mundano perece. (Rev. 7:9, 14) Así, estarán presentes cuando llegue el tiempo feliz en que los últimos del resto de israelitas espirituales ‘sean arrebatados en nubes al encuentro del Señor en el aire.’ (1 Tes. 4:17) ¡Cuán amoroso sería el que la “grande muchedumbre” que vive en ese último día de resurrección se despidiera del resto sobreviviente a medida que éstos terminaran su carrera terrestre al fin del “último día”! (Juan 6:53, 54) Esta despedida quizás no sea fácil, pero pudiera estar acompañada de un sincero intercambio de cariño entre los que parten y los que quedan atrás en una Tierra paradisíaca. La “grande muchedumbre” ya no los verá más.
16. ¿Aunque perderán la asociación personal de quiénes, a qué personas que se presentarán en la Tierra paradisíaca tendrán el gozo de dar la bienvenida los que componen la “grande muchedumbre”?
16 La “grande muchedumbre,” aunque perderá la asociación física con el resto glorificado, será consolada por una cantidad innumerable de nuevos habitantes de la Tierra paradisíaca. ¿Quiénes son éstos, y de dónde vienen? Estos son otros redimidos de la humanidad que serán resucitados de la tierra del “último enemigo,” la muerte adámica. (1 Cor. 15:26) ¡Qué gozo será para la “grande muchedumbre” el ver a Job resucitado, sí, a Abrahán, Isaac, Jacob, Juan el Bautizante, y, sí, hasta a los niñitos de Belén que fueron enviados a la región de los muertos por el enemigo de ellos, Herodes el Grande! ¡Qué gozo será también encontrarse con amigos conocidos, las “otras ovejas” del Pastor Excelente que no hubiesen sobrevivido para pasar a través de la “grande tribulación” y entrar directamente en Su reinado de 1.000 años de duración! (Rev. 20:4, 6; Juan 10:16) ¿Seguirán viviendo en el Nuevo Orden los miembros del resto ungido que sobrevivan a la “grande tribulación” hasta ser testigos del principio de la resurrección de los muertos terrestres en el “último día” de éstos? (Juan 11:24) Las Escrituras no indican esto con toda certidumbre.
17. (a) En cuanto a cosechar o recoger como en cosecha a los muertos terrestres, ¿qué serán, en comparación con Cristo, los que sean resucitados entonces? (b) ¿En qué respecto serán los de la “grande muchedumbre” como los resucitados, aunque no necesitarán una resurrección desde el sepulcro, y qué situación bendita existirá al fin del reinado milenario de Cristo?
17 Esos humanos resucitados serán recogidos como en cosecha como los frutos posteriores, de los cuales el resucitado Jesús llegó a ser “Cristo las primicias.” (1 Cor. 15:20, 22, 23) Aunque los de la “grande muchedumbre” sobreviviente no necesitan una resurrección que los saque del sepulcro, serán precisamente como los muertos resucitados, personas que todavía necesitan más beneficios del sacrificio propiciatorio de Jesucristo. Todos los efectos de la muerte heredada tienen que ser borrados. Realmente será una bendición para toda la humanidad redimida y obediente, incluso la “grande muchedumbre” de sobrevivientes de la tribulación, el que, para el fin del reinado de 1.000 años de Cristo, ‘la muerte, como el último enemigo, haya de ser reducida a la nada.’ Entonces, muy merecidamente, Jehová Dios será “todas las cosas para con todos.”—1 Cor. 15:26, 28; Rev. 1:18; 20:11-14.
[Ilustración de la página 28]
Dando la bienvenida a los resucitados en el Paraíso
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1979 | 1 de noviembre
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Preguntas de los lectores
● ¿A qué se refiere “la corona de la vida” mencionada en Santiago 1:12, y de quiénes se puede decir que ganan esta corona?
Santiago 1:12 dice: “Feliz es el hombre que sigue aguantando la prueba, porque al llegar a ser aprobado recibirá la corona de la vida, que Jehová prometió a los que continúan amándolo.”
Se ha explicado que la expresión “la corona de la vida” significa la forma o clase más alta de vida, vida inmortal, como la que reciben en la primera resurrección los que siguen en los pasos de Cristo como seguidores ungidos. (1 Cor. 15:53, 54; Rev. 20:4, 6) No hay duda de que tal vida será una corona para los que la posean y que es la más alta forma o clase
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